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Período helenístico

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Venus  de Milo. Es una de las obras más representativas del período helenístico. Milo es una isla
de Grecia, al sur del Mar Egeo.

Se denomina período helenístico, helenismo o periodo
alejandrino (por Alejandro Magno) a una etapa histórica de la Antigüedad cuyos
límites cronológicos vienen marcados por dos importantes acontecimientos
políticos: la muerte de Alejandro Magno (323 a. C.) y el suicidio de la última
soberana helenística, Cleopatra VII de Egipto, y su amante Marco Antonio, tras su
derrota en la batalla de Accio (31 a. C.). Es la herencia de la cultura helénica de la
Grecia clásica que recibe el mundo griego a través de la hegemonía y supremacía
de Macedonia, primero con la persona de Alejandro Magno y después de su
muerte con los diádocos (διάδοχοι) o sucesores, reyes que fundaron las tres
grandes dinastías que predominarían en la
época: Ptolemaica, Seléucida y Antigónida. Estos soberanos supieron conservar y
alentar el espíritu griego, tanto en las artes como en las ciencias. Entre la gente
culta y de aristocracia, «lo griego» era lo importante, y en este concepto educaban
a sus hijos. El resto de la población de los reinos situados en Egipto y Asia no
participaba del helenismo y continuaba sus costumbres, su lengua y sus
religiones. Las ciudades-estado griegas (Atenas, Esparta y Tebas, entre otros)
llegaron al declive y las sustituyeron en importancia las ciudades modernas
de Alejandría, Pérgamo y Antioquía, cuyo urbanismo y construcción tenían nada
que ver con las anteriores. En todas ellas se hablaba griego en su variante
llamada koiné (κoινή), adjetivo griego significando «común». Vale decir, la lengua
común o panhelénica, principal vehículo de cultura. Este se usaba mucho en aquel
tiempo.
Es considerado un período de transición entre el declive de la época clásica griega
y el alza del poder romano. Sin embargo, el esplendor de ciudades como
Alejandría, Antioquía o Pérgamo, la importancia de los cambios económicos, el
mestizaje cultural y el papel dominante del idioma griego y su difusión son factores
que modificaron profundamente el Oriente Medio antiguo en esta etapa. Esta
herencia cultural será asimilada por el mundo romano, surgiendo así con la fusión
de estas dos culturas lo que se llama «cultura clásica», fundamento de
la civilización occidental.
El término «helenístico» lo usó por primera vez el historiador alemán Johann
Gustav Droysen en Geschichte des Hellenismus (1836 y 1843), a partir de un
criterio lingüístico y cultural, es decir, la difusión de la cultura propia de las
regiones en las que se hablaba el griego (ἑλληνίζειν – hellênizein), o directamente
relacionadas con la Hélade a través del propio idioma, fenómeno alentado por las
clases gobernantes de origen heleno de aquellos territorios que nunca tuvieron
relación directa con Grecia, como pudo ser el caso de Egipto, Bactriana o los
territorios del Imperio seléucida. Este proceso de helenización de los pueblos
orientales, y la fusión o asimilación de rasgos culturales orientales y griegos, tuvo
continuidad, como se ha mencionado, bajo el Imperio romano.
Los trabajos arqueológicos e históricos recientes conducen a la revalorización de
este período y, en particular, a dos aspectos característicos de la época: la
importancia de los grandes reinos dirigidos por las dinastías de origen griego o
macedónico (Lágidas, Seléucidas, Antigónidas, Atálidas, etc.), unida al cometido
determinante de decenas de ciudades cuya importancia fue mayor que la idea
comúnmente aceptada durante mucho tiempo.
Después de las guerras de Peloponeso, las polis griegas siguieron luchando entre
sí. Esta situación la aprovechó el Reino de Macedonia, situado en el norte de
Grecia. Su rey Filipo II sometió a las ciudades griegas.
Índice

 1La evolución política del mundo helenístico


o 1.1La conquista de Alejandro Magno, siglo IV a. C.
o 1.2El período de los diádocos, 323–281 a. C.
o 1.3El equilibrio del siglo III a. C.
o 1.4El final político del helenismo y el auge romano, siglo II a. C.
 2La monarquía helenística
o 2.1Culto al rey
 2.1.1Deificación de los ptolomeos
 2.1.2Vasos de la reina
o 2.2Deificación de los seléucidas
 3Grecia durante la época helenística
o 3.1Grecia continental
o 3.2Grecia insular
o 3.3Las koiná
o 3.4Las ciudades
 3.4.1Ciudades seléucidas
 3.4.2Ciudades ptolemaicas
 3.4.3Ciudades atálidas
o 3.5Los edificios públicos
 3.5.1El ágora
 3.5.2Los pórticos
 3.5.3Teatros
 3.5.4Gimnasios
 3.5.5Los negocios
 4Religión y filosofía
 5Las escuelas y academias
o 5.1Academia Antigua
o 5.2Academia Media
o 5.3Academia Nueva
o 5.4Escuela peripatética
o 5.5Escuela del escepticismo
o 5.6Escuela del epicureísmo
o 5.7Escuela del estoicismo
 6Cultura helenística
 7El sabio y la ciencia
o 7.1Biología y medicina
 8Judaísmo helenístico
 9Decadencia y fin
 10Cronología (400 a. C.–100 d. C.)
 11Véase también
 12Notas
 13Bibliografía
 14Enlaces externos
La evolución política del mundo helenístico[editar]
La conquista de Alejandro Magno, siglo IV a. C.[editar]
Artículo principal: Alejandro Magno

Con Alejandro Magno se inició el período helenístico (siglo IV a. C.). Busto hallado en Alejandría, Egipto.

En el año 336 a. C., a los 20 años de edad, el hijo de Filipo II fue proclamado rey


de Macedonia como Alejandro III, siendo reconocido como el gobernante de toda
la Hélade tras su aplastante victoria sobre Tebas dos años más tarde. Durante su
breve reinado, que duró apenas 13 años hasta el 323 a. C., realizó la conquista
más rápida y espectacular de toda la Antigüedad. El pequeño reino balcánico, en
alianza con algunas polis griegas, se convirtió inesperadamente en el imperio más
grande de la época, tras sojuzgar al Imperio persa de Darío III. Este
soberano aqueménida fue derrotado en cuatro años (334–330) tras tres batallas:
en el río Gránico, en Issos y en la llanura de Gaugamela. Durante los cuatro años
siguientes (hasta el 327 a. C.) Alejandro se dedicó a la lenta y difícil conquista de
las satrapías de Asia Central, además de asegurar, en el 325 a. C., la dominación
macedónica en el valle del río Indo. En ese momento Alejandro, presionado por
sus agotadas tropas, hubo de renunciar a proseguir con su epopeya, regresando a
lo que se había convertido en el núcleo de su imperio, Mesopotamia. En ese
momento sus dominios se extendían desde el Danubio al Indo y
desde Egipto hasta el Sir Daria.
A fin de asegurar su poder en todo el territorio, trató de asociar la clase dirigente
del antiguo Imperio aqueménida a la estructura administrativa de Macedonia.
Intentó crear una monarquía que asumiera, a la vez, la herencia macedónica y
griega y, por otro, la herencia persa y, en términos generales, la asiática. La
muerte inesperada del rey, víctima probablemente de la malaria a la edad de 32
años, puso fin a esta tentativa original, que fue muy criticada por el entorno
macedónico del soberano.
El período de los diádocos, 323–281 a. C.[editar]
Artículo principal: Diádocos

La prematura muerte de Alejandro supuso que sus herederos directos no tuviesen


la edad necesaria como para afrontar la tarea de gobernar el imperio. De los dos
hijos varones de Alejandro, Heracles (hijo de Barsine) tenía 4 años, mientras
que Alejandro (hijo de la princesa bactriana Roxana) no había nacido aún en el
momento de la muerte de su padre. De esta forma, los llamados diádocos, los
generales y oficiales de Alejandro a lo largo de la campaña persa, fueron quienes
lucharon por el control del imperio durante 40 años, hasta el año 281 a. C. Las
sucesivas guerras en las que se
enfrentaron Pérdicas, Ptolomeo, Casandro, Lisímaco, Antígono y Seleuco, por
citar a los más relevantes, acabaron tanto con la cohesión del imperio (repartido
finalmente entre los vencedores) como con los familiares de Alejandro: su
madre Olimpia, su hermana Tesalónica, y sus dos hijos.

El mundo helenístico a la muerte de Alejandro Magno.

Las regiones de Grecia, Macedonia y Asia Menor fueron las que más


profundamente se vieron afectadas por las incesantes campañas militares que
enfrentaron a los diádocos, mientras que la parte oriental del imperio se separó
rápidamente, creándose varios reinos griegos en Bactriana. Los generales
prestaron poca atención a la pérdida de los territorios orientales, puesto que lo
esencial para ellos era hacerse con el control total del imperio luchando contra sus
rivales. La excepción fue Ptolomeo, uno de los compañeros de infancia de
Alejandro, del que algunos autores aventuran que era un hijo ilegítimo de Filipo II.
Con inteligencia se apoderó enseguida de Egipto y se apresuró a crear un estado
duradero, renunciando a las ambiciones imperiales que consideraba poco
realistas. Fue uno de los principales oponentes a la causa imperial, convirtiéndose
de esta forma en uno de los fundadores del mundo helenístico.
Sin embargo, Antígono y su hijo Demetrio fueron quienes más lucharon por
restablecer el Imperio macedóni

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