Vv
LOS DEMAGOGOS ATENIENSES **
‘Cuando las nuevas de la derrota siciliana del aio
4118 llegaron a Atenas, fueron recibidas con increduli-
dad. Poco después, los atenienses se percataron de la
magnitud del desastre, y el pueblo —escribe Tucidi-
des “ardié en indignacién contra los oradores que
habian propuesto embarcarse en aquella expedicion,
como si ellos [el pueblo] no la hubieran por si mis.
mos decretado (en la Asambleal”.? A esta observacién
replicaba George Grote con la siguiente:
Si jurgamos por esas ikinas palabras, pareceria que
Tiidides comsieraba que lot atenicnses, ras haber
sovado a favor de la expedicin, se hablan despo
seido del derecho de qucjatse de fos oradores que
Breiner abi anal edi.
tna medida de peo, sea cul fue Ea se hace mo
Talmente espottable desu justi, de s0utlidad y
Subdivisions adminiratas de oe Gadadanos atenenss (de
4
|. Bae el westo reads de un ancl presenta a a Hellenic
‘Soviety de Londres 2 de mares e361. Una ver abneia de
imino se dilwadie radhlSnicamcnteen Tener Programa ela BBC
pullicindose el 7Ae Lites ely 12 de ote de 261. Agrdeu al
Prot. And:ewes al Prot A.M. Jones sus conn ya eas a
‘sual quale sere B.A. Brat Mj. Cowling
2. "Tuten 9,
12de sa practcabilidad:; y en toda logica eacra en des-
jgracia, mis o menos sein ef caso, si aquella da en,
lofrecer resultados del todo opuestos alos que él ha-
bia predicho>
Estas dos citas, en su contradiccién, evidencian,
todos los problemas presentes en la democracia ate-
niense, a saber, los problemas de la eleccion de las
pautas politicas y de la direccién, de las decisiones y
{de quienes eran responsables de ellas. Por desgracia,
fs niuy poco lo que Tucidides nos dice sobre los ora-
dores gue, con tanto éxito, propusieron a la Asam
blea la decisidn de incencar la gran invasion siciliana.
De hecho, sobre aquella reunién en concreto guarda
sileriio, salvo para escribir que el pueblo fue mal in-
formado tanto por los legados de la ciudad siciliana
de Segesta como por sus propios emisarios reci
rads de Sicilia, y que la mayoria de quienes votaron
jignoraban los hechos pertinentes hasta tal punto que
we omoctan nila poblacion ri el tama de a la
Cinco dias més tarde, se convocd una segunda Asam-
blea para autorizar el armamento preciso. Bl general
Nicias aprovechd la ocasién para intentar que se
abandonase todo cl programa, con la oposicion de
lun niimero de oradores, atenienses y sicilianos, que el
historiador ni nombra ni describe en modo alguno, y
de Alcibiades, de quien se offece un discurso sobre:
manera ilustrador de la forma de pensar de Tucidides
y de su juicio sobre el personaje en cuestion, mas
pricticamente mudo con respecto a los problemas
Gebatidos, ya fuera los inmediatos o los mas generales
de procedimiento y direccién democratica. El resul-
S.A Hide of Grove, 008
tado fue la total derrota de Nicias, Todos estaban en
esos momentos —admite Tucidides~ mas decididos
«que antes a llevar a término el plan: viejos y jévenes,
soldados hoplitas (que procedian de las clases adine~
radas) y el pueblo liano. Los pocos que se seguian
‘oponiendo, concluye el historiador, rehusaron volar
por miedo'a no parecer patriotas.*
La oportunidad de Ia expedicién siciliana es un
asunto muy complejo. El propio Tucidides expresd
this de und opinfon en el tanscurso desu vida. No
obstante, parece que no mudé su juicio con respecto
a los oradores: éstos formularon su propuesta por
cerradas razones y consiguieron su aprobacién aquel
dia manipulando las emociones ¥ la ignorancia de la
Asamblea. Alcibiades, escribe, fue el mas insistente de
tados, porque deseaba humillar a Nicias, porque era
personalmente un ambicioso y esperaba conseguir
hombradia y riquezas de su mandato como general
‘en la campata, y porque sus dispendiosas y licencio-
sas inclinaciones eran inds gravosas de lo que en reali-
dad podia permitirse. En otro pasaje, expresindose
en términos més gencrales, Tucidides escribe lo si:
guiente:
(Bajo Perils a forma de goblerio ea una demo
Cratia en el umbe, mas cn realidad se ataba del
gobierno del primer Gudadan. Sis sucesoes can
fds parecidos los unos a fos eos y cada tno de
lls stabs por converte en el primero, con 10
gps Haron again pln pre
et pueblo, Eno, como ets deesperarueen un fatal
reco den gram perio, nerson’ mia de
4 Awe, ot
5. Taide Bsc
35nn resumen, tras la muerte de Pericles, Atenas
cayé en manos de los demagogos y se precipito a su
ruina, Tucidides, con todo, no utiliza la vor “dema-
gogo” en ninguno de los pasajes que estoy m
jando, En él se trata de un vocablo infrecuente,? de
igual forma que, en general, lo es en las fuentes grie-
442s. Este hecho puede parecer sorprendente, pues no
hay tema mas conocido en la comtin representacién
de Atenas (a pesar de la rareza del vocablo) que el del
demagogo y su asistente, el sicofante. E] demagogo es,
un ser funesto: en él “conducir al pueblo” es enga-
jiarlo —engaiarlo, sobre todo, por dicigirlo mal. Al
demagogo le guian el interés egoista, el deseo de
acrecentar su poder personal, y mediante ese poder,
de conseguir més riquea. Para Megar a este fin, des
precia todos los principios, toda forma auténtica del
fate de gobernar, y adula al pueblo en todas las ma
eras —como dice Tucidides: “llevando incluso la
stidn publica al capricho del pueblo”. Esta imagen
Sino tambien por implicacién a contraria, He aqui, per
tjemplo, la descripcion que Tucidides mos ofrece del
tipo legitimo de estadista:
iu icarapeiad tent al cbesho, Frese
eee digg al pueblo come To haa un hombre
(AER Gh los conduc, en wer de sr condido por
Wee No precmba seguir 2 capricho en la conse:
el poder: pore contrat, st repuacien
poi contradecle y provocat 25 88
fb. Usado dicen en 4218, y "de
7 Tories, 2053.
en tens
soni
124
Mas éste no era el juicio de todos. Aristételes co-
loca la linde divisoria un poco antes: fue tras la toma
del poder en el consejo del Aredpago por parte de
Efialtes, cuando la pasién de la demagogia hizo su
apatici6n. Pericles, continta el fildsofo, consiguid en
primer término influencia politica procesando a Ci-
mon por incompetencia en el cargo: emprendid con
energia una politica de poderio maritimo “que pro:
porcioné a las clases inferiores la audacia de alzarse
mas y mas a la direccién politica”; e introdujo la re
muneracién por los servicios de juez, con lo que co-
metia delito de cohecho con el pueblo mismo utili-
zando el dinero de éste. Tales eran las practicas dema-
ogicas que Hlevaron a Pericles al poder, el cual, Aris
teles concede, fue usado por éste con propiedad y
comedimiento
Pero mi cometide aqui no es el de valorar indivi-
dualmente a Pericles 0 examinar de forma lexico-
paca cl crming “demagogia”, Hl vocnbularo po:
Fico de los grieyos era, por lo general, vago cimpre
GRo. ton extepetn de los tales formals, para car~
Gov indidguales 0 corporaciones del Estado (y on
fara frecuencia ni siquiera entonces). La palabra
demas era ya.en si misma ambigua; entre sus significa-
ddos, sin embargo, estaba uno que llegaria a dominar
fl uso literario, a saber, “el pueblo llano”, “las clases
inferiores”, y ése era el sentido que proporcionaba
conan Tne Commenty on Tce (ONO, 958, ts 9183,
Set rcs a pata cee in
sal sapere can ecm ers 3 Ge,
2 re degre poe eg come
heme
135sus resonant vou “demagoging de
se oe pablicos gracas al apoyo dela pebe. To-
ender acepan como ui sxioma la ecesdad
dein hsecton poltucassu problema esrbaba enc
ae ire les Spos aceriados Tos tipos errados
yee is poss Fever. Com respect al caso de Ate
ue a Potjemocracia, eterno “demagogo™ s
“ons comprenblemente en la ras ee
Fa decipher el tpo errado, 9 nada impor que
tor lo etun texto dado, haga o no su aparicion.
sUiape gue fue Artotaes quien fjo el modelo
Cope de led, sn erbarg, nia 3 a
ee iearia ura, de forma directa, el apela-
Bee ere deinagogo" To mismo sucede con Tucid-
ae ejenude cert esimaba que Coton, Hipérbolo
{Siditon, por no decir toro, Tos oradores res
yates Sel dessre siliano, eran. demagogoss
ao, confi ta tule a ningun de estos hom-
tre
is inporante que acetal concep, ates
setatade Se po, pues el problema que Tos auto-
saaseeos planean es uno sobre las czaldade ect
ey hbmbre de Estado, y no (excepto de forma
arto een sobre sn Ges compet de
aoe es utera avo deforma sobremanera ReDe-
casera programa y sus ofertas politica. La dis-
ee etts do crucial es la que seestablece entre el
Fer atae ve entrega ala gesdon publica con el
onli serur al bien del Estado, y quien, guiado
rites eps ta woes “demononay “emano!
TE SW.S fhe tan Beg a nonures aparece smeamene al verbo
ie A sn mad emu sla xan a, Ras, 41
126
por su interés egos, hace de exe 4 meta y, para
Empl sus dictados, 3 ive dela adulacin ante el
vebio, El prmero puede comerer eroresyadopaar
As nea folten ead en una decrninaa site
Sion; e segundo podrs en ocasiones formular pro-
pusias acertadan como cuando Alabiades dsuadio
fos marinos ee a fot surta en Samos de qe aban
donaran aquelia posicion naval, egresando aprest
radamentea Atentsenel 4, C. pars derroca los
Oligarcas que al sc habian aldo con el poder: a esta
feeion Tuitides Te brinda su aprobacon expresa.®
Mas éstos no son distngos fundamenales. Tampoco
to son los restantesrasgos que sles atribuye alos de-
tmagogos: la costume de Cleon de gitar cuando se
tira a Asamblen la fale de integriad personal
tm asuntos econbmicos, dems, Tales puntos nica
mente realan i imagen, De Arsofanes« Aristétces,
Cl aque alos demnagogos sempre se centra en una
ues cra cen interés de Auiém jercen 5a
sion como estadistas? =
Tras esta formlacion del interrogante se ocltan
tres proposiciones, La primera es qucios hombres no
Son fuses: ni ex su val moral, i en sus capacida-
tes, mens satus scaly ccomémico. La segura e
(que todas las conmunidaes enden a vide en ae
‘Tones: de évas lx mis fundamentals son, por un
Tad, lade los tcosy entes de alcuria, por oro,
de los pobves =y cada una de elas tend sus poten-
Gide, cualades¢ intercses propios. La tercera
proposicin es que el Estado bien ordenado y bien
obernado es aque) que supera a as facctones ¥ sive
bing instrument dea vida teeta de sus Guadanos.
10, Tae, 98
12La facctn consnuye mds acer mal y ls
acoutunirado peligro de una comunidad. Mas la vor
“frelon es solo una convenconal waduecon
ince Yan del trino grego sou, una de as
ree Sotbtes palabras que podamor Falla en coe
ie Ratadieales fede “ouaclon, “post
Sica Sead Subanon
Wor poles puede itare de la neor de las
re eetedtante una meta ubulacion desde
crane que encomratnos en diccionario" "partido"
fom gerne ae ar
“sedicion”, “discordia”, “division”, “desacuerdo” y,
cin suid arto ben ateiguado que i
Pe cahplir a tumera capacidad para hacerlo
Wier cobain que ea acusatin lo rare
verse an man deagoatn ¥4
Fubics empl defini queen esteventido conace
Shox progede'del eto band. La oligarquia del ao
PB Yoc send a Ys ateienses con fa seguridad
Lip aes porentonce nico medio deobtene
er apbyo del psa y de eta suerte ganar una gut
Sees inoke ye perdi. Induso adopt
gad miva mis vorable, como Tues tra
Pim econ, diremen que Psandro yalgune de
1UkeSroes podran habe tendo ales propositos
saaaee ger cdmienz, mas rapidamente abandons.
soe concern de nena ganar la guerra +
vege san os sin ren conve
Saat ofgarguia ‘em base tan anos
logico que apoye la participacién popular en los «i
bunales de justicia ofreciendo una paga a sus miem-
bros; pero ésta seria entonees tuna medida equivocada
porque Ia meta era equivocada también, no porque
Pericles obtuviera su status como dirigente politico
merced a tal propuesta y a la aprobacién de la me-
ida. Y, al revés, en caso de favorecer el sistema de-
moeratico.
Lo que de todo esto emerge es una simplisima
suposicion, a saber, que los demagogos empleo el
término en su sentido neutro— constituian un ele.
58 arin, Cutie de Alene, 27.54
155reno exrictural en el sistema politico ateniense
Ganesto quiero dec, en primer lugar, que el sistema
fo poi unconar de manera alguna sino contande
ton ellos. Fn segundo lgar, que ese termino es per
tansenteapltable a todos los cirigente poliecos,
independientemente de su case 0 concepcign, Y, en
tere agar que dentro de ess diatados Wimits
tmenexer unpaos individaalments no por sts habi-
tos e sus metodo, sino por sus gestionenrespecivas.
{Yeso, casi hate falta cio, do que an etl
vides aunque en tos libros no ne hiclera as) Hasca
Gero punto puede parangonarse al demagogo at
Tense com eh palit modemo, mes de imediato
Surge un aspect ene ques precio proceder a algu
matlatincbnes, no slo porque tatea del gobierno
se ha vuelto mucho mas compleje, si también en
tase alas diferencias ene una democrada direc y
time democraciarepresenatva, No ive hace fala r=
pir cuanvo ya expute sobre las concentraciones de
Ihasas[on se haieveacomposicion), sobre a falta de
throeraciay de un sitema de partides,y, como resul
tao el permanente estado de tension 20 que vivia el
tiemagogo aeniense mientras actuaba. Exist, em-
peror una conecuencia qac ex requeridora de cierto
‘nine pues tales condiciones consttayen una not
balsa porte porno deca toraliéad dela explica
Gon de lin reso aparentemente negativo de Is po-
lita acentensey yen genera, ce tod fa ges ui
bea hela, David Hume fo exponia con las sigten-
tes palabras
Encl las faciones de un gobierno libre es sober
manera arduo, sino del todo impeacticable; mas cal
fnveterada discordia entre dos facciones, y can san
seietas miimas se encuentran en tos te
spos mo.
fermas Seater etre seas religion. ah
toca amiga sempre pero sear qu, cdo
ta fain ganaba fa victoria, fuera lade los ble
o la del pueblo (pues «cate especto no pereibo die
‘ena alguna! al puno extertinaban [desert
as als ved No ext ni forma de proeo,
ley jucio, nt perdi [| Hram aquells gets
en cuirenio amantes de Li lerats mae no parece
Que la entendieran muy bien”
eso pe rapt + Aes
eae ade ctiracrgtesn 2
Sie de man te tre se ape
ittea, Hl sna Somorttere eens
stasis a cymes ape de Se
Bus enn trad at dos cena, ter.
fede mason ese see
= a dos ccatone 9 en ane ats por anions
ranger aandroe sper ha
ire rode de pe aus
peruano Seanene
Sit perm oper de Boss
repelled sai ees
asi gue Hasta Plat le prod su encomio, fae, a
‘rrobrelarouutadon demecssadel ahoton
cri qv aie seen eect
san hae regs Ce ot
Site eerch lhe en
puna qo rete pe ace
iad, IME pbinion es racivensgun 9 Ba
ats ac Utica) paseo fu meron
ientca Daratay igre, 10, pp 8
137equidad”2? No se sugiere con ello que aquellos dos
Siglos se vieran por entero libres de actos individuales
de injusticia y brutalidad. Hume —refiriendose a Gre~
Ga en general y no a Atenas en particular— observaba
{que 'no existia diferencia a este respecto” entre am-
bas facciones. En lo referente a Atenas parece como si
nuestra vision estuviera empafada por el delormante
expejo de hombres como Tueidides, Jenofonte o Pla-
ton, espejo que agranda los excepcionales incidentes,
de intalerancia extrema presentes en un sisterna de-
moeratico —cual el proceso y ejecucién de los genera.
les que ganaron la batalla de Arginusa y el juicio y
muerte de Sdcrates; mientras que minimiza y a me-
nudo borra por completo la conducta frecuence-
mente incluso mis funesta propia del otro bando,
camo por ejemplo, el asesinato politico de Efialres en
<14620 461 y el de Androcles en el 411, cada uno de
{os cuales el mas influyence dirigente popular de su
P kenas en gran medida se vio bre de tas for
mas extreimas dela satis, a verdad es que no pudo za-
farse de sus manifestaciones menores. La gestion pa-
blica en Atenas tenia el cardcter de una opdén otal,
El objetivo de cada faccidn no era solamente el de de~
rrotar-a la oposicion, sino el de aplastarla, et de cor-
{ar su cabeza eliminando a sus dirigentes. La wecnica
principal era el proceso politica, y 1os instrumentos
Tundamentales los cubs de comensales y los sicofan-
tes. Estos también, dirfa, constituian partes estructu-
rules del sistema, no una excrecencia accidental y evi-
table, El ostracismo, la llamada graphe paranoman y €l
SA, Goes, VIN 2h Bo Temutonte, Helaas, 24.4% Arlee,
Comin Meas 4,
examen formal y popular de arcontes, general
cualquier otro ciudadano que dete aaa
ico fueron todos mecanivmos de seyuridad del
radamente husoducios, ora conta el poder ind
ual excesivo (0 la tirania potencial, ora contra la co.
‘rupcion y la incampetencia o tambien la premura y
pasion irrelexiva por parte de la Asamblea” En abs)
traco puede serait fil demostar que, por nis
ignas cle elogio que tales medidas fueran, tales pro.
cedimientos inevitablemente se prestaban al abuse. El
proiana es qe stan fon uric sae de
os que se pocia echar mano, y ello ambién porque
aula ey ona demxrai cet, arent det
linaria de un partido y demés. Los dirigentes politi-
Cbs, 0 aspirantés a seron no tenn ov alteration
sin ince uso de elles y buscar indso otros medios
con os que hostigaryanulara competidresyopos
Por mis reek
recio que tal estado de guerra total si
dluda fuera para los que en ella partiapaban, por ads
injusto y nefasto que cn ocasiones fuese, no se sigue
de asl que, oa en conju teprestars in
mal para la comunidad toda. Las desigualdades mds
graves, los canilictos serios de intereses y las diferen-
las legitimas de opinién eran reales e fnnensas. En
Sat conions conti ng aoe heal
sino que constituye una virtud de la gestion politica
eb denocracs puesto que oe ‘cbnflcto Combi
nado con of acuerdo, yno el acuerdo tan solo lon que
toiuan que una democraia se wansforie en usa Sl
ap ene cee eres
159a. En cuanto al problema constitucional q)
Sominara parte an large del igo v, fueron los
ios de Ia democracia popular quienes triunfaron,
J iohideron precharment Porque lucharon por ellay
lucharon mucho. Fue la suya una lucha partidista, y el
Viejo Oligarca expuso el diagnéstico correcto cuando
atribuyé el poderio ateniense precisamente a esa ra-
26n. Giertamente, su entendimiento, 0 acaso su inte-
sgridad, no fue tan Iejos como para advertir el hecho
de que los dirigentes democraticos eran por aquel en-
tonces aiin varones de alta posicién socal, incluso de
una aristocritica: no sélo Pericles, sino también
Cleén y Cleofén, y después Trasibulo y Anito. Estos
dos iiltimos fueron quienes dirigieron en el 403 la
faccién democratica que consiguié derrocar a los
Treinta Tiranos, coronando su victoria con aquella
amnistia que incluso Platén alabé, La lucha parti-
dista, empero, no era derechamente una lucha de cla-
ses; su faccién obtenia también el apoyo de nobles y
ricos. Tampoco era una lucha sin reglas o legitimi-
dad. El santo y sefia que los demécratas oponian a
‘eunomia era isonomia, y, como Viastos ha apuntado, los
atenienses “perseguian la meta de \dad politica
ins) no en desconfianea del imperio dela ly, sino en
apoyo suyo”. Los ciudadanos pobres de Atenas, ob-
servo, no levantaron ni una sola vez la tipica demanda
revolucionaria de los helenos —la redistribucién de la
tierra— durante los siglos vy 1."
89. 6. Miaion “aonomia", Ammen Jounal of Phila, XXIV
(1958), pp. 887-366 Cf. Jone, Denacay p52 "Pot lo general
{doctaae tena s pea que Artie, 2 conaidear es ley come
Ui couigo evablectio de un ver pura td por algun bio lepslador.
‘Shuigs ue, em pncpio nmutable requerfa en alone darifeado
tes apendice El impene delay ya de por un avo vena,
Durante esos dos siglos, Atenas fue, de acuerdo
‘con todo tipo de pruebas pragmaticas, el mas grande,
on mucho, de los Estados gegos, con un poderons
sentido de comunidad, con una dureza y una resisten-
cia que, incluso tomando en consideracién sus ambi-
ciones imperiales, estaban templadas por una humas
nidad yun sentido de a equdad y de le responsi
dad det todo extraordinario para su épom (y para
nnuchas otras ambien), Lord Aeon, aveque pataca
paradéjico, fue uno de los pocos historiadores que se
percataron de la significacion histérica de la amnistia
Promulgada ene 403, Como l eserbio: “Los par
fos enemigos se reconciaron y prodlamaro una
amninda, a primera en la historig" a prime om
‘iloria, a pesar de todas las conocidas debilidades, a
pesar de la psicologia de masas, de los esclavos, de la
ambicién personal de muchos dirigentes, del
Ciencia dea mayoria com respect ain pence
ésta no fue la nica innovacion de los atenienses: la
estructura y el mecanisme dela democraci eran te
ingot al gue detcamos pre cl. Tapa de alo
‘actin dos demagogos indian como, por jompho, Cleon sobreal
‘ue puede vere el vce atelo de AG. Woodhead “Thusdes
otal of Cleon nema, I ser XIN (1960, pp 89-319. 4 a
Stowe. “The Mytiene debe, Pm. XVI UB02 pp. BAS
0. “The bltory of redorn in Ariguy pbleado cn En ot
‘rv ond Por eG, Hiren Londres. i980, pet aparsdon
ee ple ah en aca be ota de Gro 5 Ml
{Seid aterca dels alos que condujcron oe golpe slight
41 y del 404 fo que sigue: “Aa rus seen, de aye bad
Jaseepbiidad emonratics ant olmon, bea de epecchite, amet
Bren dna confines en exc ly baemenconada cuando nde,
‘amos sore el eave de que tenlan vendo, ere lon slows
‘mbres que, sombra dela primera oportunidad extn sen pars
concert Is subnrson del regen demos Dasa a De
‘sn ances, 1989, p40gramente su invento propio, puesto que buscaban
algo para lo que no existian precedentes,y en ese es-
fuerzd contaban tan s6lo con su propia nocién de li-
Dertad, con su solidaridad comunitaria, con su cispo-
sicion ‘a plantearse preguntas (0, cuando menos, @
aceptar las consecuencias de su planteo) y su expe:
riencia politica ampliamente compartida.
Gran parie del mérito de los logros atenienses es
asignable'a la direccidn politica de su Estado. A mi
juicio, ese punto esté fuera de discusion. Ciertamente,
@lateniense medio no lo habria discutido, A pesar de
todas as tensiones e incertidumbres, a pesar de todos
Jos juicios irveflexivos y del irraronable cambio en sus
opiniones, el pucblo apoy6 a Pericles durante mas de
dos décadas, como apoyaron a un tipo muy distinto
de hombre, Deméstenes, bajo condiciones sobrema-
neta diversas una centuria mas tarde. Estos hombres,
J etros como ellos (menos conocidos hoy) fueron ca-
paces de llevar a término, durante amplios periodos
Ue tiempo, un programa politico ms o menos cohe-
rente y exitoso, Fs perfectamente perverso ignorar
‘ste hecho, comio lo es ignorar la estructura de aque
lia vida politica merced a la cual Atenas se convirtio
ten lo que luego seria. ¥ no otra cosa se hace de seguir
la orientacion de Platon 0 Atistofanes y mirar tan
solo a las persomalidades de los politicos, 0 a los eri-
ininales y fracasados que entre ellos hubo, o guiarse
por alguna norma ética de experiencia ideal.
‘Alfinal, Atenas perderia sa libertad y su indepen-
dencia, dometada por un poder externo superior. Se
undid luchando, con un entendimiento de lo que
estaba en juego superior al de anuchos de sus crticos
de etapas ulteriores. Su combate postrero fue dirigido
por Demdstenes, un demagogo. No pueden hacerse
ie
las dos cosas: por un lado ponderar y admirar los lo-
gros conseguitios en dos siglos y condenar de con.
Sangalo demagogos que fueron fox argues de
cuadro politic y tos hacdores de a pole, oa la
samnblea en la que y para la que trabajaron.!
163,