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Vv LOS DEMAGOGOS ATENIENSES ** ‘Cuando las nuevas de la derrota siciliana del aio 4118 llegaron a Atenas, fueron recibidas con increduli- dad. Poco después, los atenienses se percataron de la magnitud del desastre, y el pueblo —escribe Tucidi- des “ardié en indignacién contra los oradores que habian propuesto embarcarse en aquella expedicion, como si ellos [el pueblo] no la hubieran por si mis. mos decretado (en la Asambleal”.? A esta observacién replicaba George Grote con la siguiente: Si jurgamos por esas ikinas palabras, pareceria que Tiidides comsieraba que lot atenicnses, ras haber sovado a favor de la expedicin, se hablan despo seido del derecho de qucjatse de fos oradores que Breiner abi anal edi. tna medida de peo, sea cul fue Ea se hace mo Talmente espottable desu justi, de s0utlidad y Subdivisions adminiratas de oe Gadadanos atenenss (de 4 |. Bae el westo reads de un ancl presenta a a Hellenic ‘Soviety de Londres 2 de mares e361. Una ver abneia de imino se dilwadie radhlSnicamcnteen Tener Programa ela BBC pullicindose el 7Ae Lites ely 12 de ote de 261. Agrdeu al Prot. And:ewes al Prot A.M. Jones sus conn ya eas a ‘sual quale sere B.A. Brat Mj. Cowling 2. "Tuten 9, 12 de sa practcabilidad:; y en toda logica eacra en des- jgracia, mis o menos sein ef caso, si aquella da en, lofrecer resultados del todo opuestos alos que él ha- bia predicho> Estas dos citas, en su contradiccién, evidencian, todos los problemas presentes en la democracia ate- niense, a saber, los problemas de la eleccion de las pautas politicas y de la direccién, de las decisiones y {de quienes eran responsables de ellas. Por desgracia, fs niuy poco lo que Tucidides nos dice sobre los ora- dores gue, con tanto éxito, propusieron a la Asam blea la decisidn de incencar la gran invasion siciliana. De hecho, sobre aquella reunién en concreto guarda sileriio, salvo para escribir que el pueblo fue mal in- formado tanto por los legados de la ciudad siciliana de Segesta como por sus propios emisarios reci rads de Sicilia, y que la mayoria de quienes votaron jignoraban los hechos pertinentes hasta tal punto que we omoctan nila poblacion ri el tama de a la Cinco dias més tarde, se convocd una segunda Asam- blea para autorizar el armamento preciso. Bl general Nicias aprovechd la ocasién para intentar que se abandonase todo cl programa, con la oposicion de lun niimero de oradores, atenienses y sicilianos, que el historiador ni nombra ni describe en modo alguno, y de Alcibiades, de quien se offece un discurso sobre: manera ilustrador de la forma de pensar de Tucidides y de su juicio sobre el personaje en cuestion, mas pricticamente mudo con respecto a los problemas Gebatidos, ya fuera los inmediatos o los mas generales de procedimiento y direccién democratica. El resul- S.A Hide of Grove, 008 tado fue la total derrota de Nicias, Todos estaban en esos momentos —admite Tucidides~ mas decididos «que antes a llevar a término el plan: viejos y jévenes, soldados hoplitas (que procedian de las clases adine~ radas) y el pueblo liano. Los pocos que se seguian ‘oponiendo, concluye el historiador, rehusaron volar por miedo'a no parecer patriotas.* La oportunidad de Ia expedicién siciliana es un asunto muy complejo. El propio Tucidides expresd this de und opinfon en el tanscurso desu vida. No obstante, parece que no mudé su juicio con respecto a los oradores: éstos formularon su propuesta por cerradas razones y consiguieron su aprobacién aquel dia manipulando las emociones ¥ la ignorancia de la Asamblea. Alcibiades, escribe, fue el mas insistente de tados, porque deseaba humillar a Nicias, porque era personalmente un ambicioso y esperaba conseguir hombradia y riquezas de su mandato como general ‘en la campata, y porque sus dispendiosas y licencio- sas inclinaciones eran inds gravosas de lo que en reali- dad podia permitirse. En otro pasaje, expresindose en términos més gencrales, Tucidides escribe lo si: guiente: (Bajo Perils a forma de goblerio ea una demo Cratia en el umbe, mas cn realidad se ataba del gobierno del primer Gudadan. Sis sucesoes can fds parecidos los unos a fos eos y cada tno de lls stabs por converte en el primero, con 10 gps Haron again pln pre et pueblo, Eno, como ets deesperarueen un fatal reco den gram perio, nerson’ mia de 4 Awe, ot 5. Taide Bsc 35 nn resumen, tras la muerte de Pericles, Atenas cayé en manos de los demagogos y se precipito a su ruina, Tucidides, con todo, no utiliza la vor “dema- gogo” en ninguno de los pasajes que estoy m jando, En él se trata de un vocablo infrecuente,? de igual forma que, en general, lo es en las fuentes grie- 442s. Este hecho puede parecer sorprendente, pues no hay tema mas conocido en la comtin representacién de Atenas (a pesar de la rareza del vocablo) que el del demagogo y su asistente, el sicofante. E] demagogo es, un ser funesto: en él “conducir al pueblo” es enga- jiarlo —engaiarlo, sobre todo, por dicigirlo mal. Al demagogo le guian el interés egoista, el deseo de acrecentar su poder personal, y mediante ese poder, de conseguir més riquea. Para Megar a este fin, des precia todos los principios, toda forma auténtica del fate de gobernar, y adula al pueblo en todas las ma eras —como dice Tucidides: “llevando incluso la stidn publica al capricho del pueblo”. Esta imagen Sino tambien por implicacién a contraria, He aqui, per tjemplo, la descripcion que Tucidides mos ofrece del tipo legitimo de estadista: iu icarapeiad tent al cbesho, Frese eee digg al pueblo come To haa un hombre (AER Gh los conduc, en wer de sr condido por Wee No precmba seguir 2 capricho en la conse: el poder: pore contrat, st repuacien poi contradecle y provocat 25 88 fb. Usado dicen en 4218, y "de 7 Tories, 2053. en tens soni 124 Mas éste no era el juicio de todos. Aristételes co- loca la linde divisoria un poco antes: fue tras la toma del poder en el consejo del Aredpago por parte de Efialtes, cuando la pasién de la demagogia hizo su apatici6n. Pericles, continta el fildsofo, consiguid en primer término influencia politica procesando a Ci- mon por incompetencia en el cargo: emprendid con energia una politica de poderio maritimo “que pro: porcioné a las clases inferiores la audacia de alzarse mas y mas a la direccién politica”; e introdujo la re muneracién por los servicios de juez, con lo que co- metia delito de cohecho con el pueblo mismo utili- zando el dinero de éste. Tales eran las practicas dema- ogicas que Hlevaron a Pericles al poder, el cual, Aris teles concede, fue usado por éste con propiedad y comedimiento Pero mi cometide aqui no es el de valorar indivi- dualmente a Pericles 0 examinar de forma lexico- paca cl crming “demagogia”, Hl vocnbularo po: Fico de los grieyos era, por lo general, vago cimpre GRo. ton extepetn de los tales formals, para car~ Gov indidguales 0 corporaciones del Estado (y on fara frecuencia ni siquiera entonces). La palabra demas era ya.en si misma ambigua; entre sus significa- ddos, sin embargo, estaba uno que llegaria a dominar fl uso literario, a saber, “el pueblo llano”, “las clases inferiores”, y ése era el sentido que proporcionaba conan Tne Commenty on Tce (ONO, 958, ts 9183, Set rcs a pata cee in sal sapere can ecm ers 3 Ge, 2 re degre poe eg come heme 135 sus resonant vou “demagoging de se oe pablicos gracas al apoyo dela pebe. To- ender acepan como ui sxioma la ecesdad dein hsecton poltucassu problema esrbaba enc ae ire les Spos aceriados Tos tipos errados yee is poss Fever. Com respect al caso de Ate ue a Potjemocracia, eterno “demagogo™ s “ons comprenblemente en la ras ee Fa decipher el tpo errado, 9 nada impor que tor lo etun texto dado, haga o no su aparicion. sUiape gue fue Artotaes quien fjo el modelo Cope de led, sn erbarg, nia 3 a ee iearia ura, de forma directa, el apela- Bee ere deinagogo" To mismo sucede con Tucid- ae ejenude cert esimaba que Coton, Hipérbolo {Siditon, por no decir toro, Tos oradores res yates Sel dessre siliano, eran. demagogoss ao, confi ta tule a ningun de estos hom- tre is inporante que acetal concep, ates setatade Se po, pues el problema que Tos auto- saaseeos planean es uno sobre las czaldade ect ey hbmbre de Estado, y no (excepto de forma arto een sobre sn Ges compet de aoe es utera avo deforma sobremanera ReDe- casera programa y sus ofertas politica. La dis- ee etts do crucial es la que seestablece entre el Fer atae ve entrega ala gesdon publica con el onli serur al bien del Estado, y quien, guiado rites eps ta woes “demononay “emano! TE SW.S fhe tan Beg a nonures aparece smeamene al verbo ie A sn mad emu sla xan a, Ras, 41 126 por su interés egos, hace de exe 4 meta y, para Empl sus dictados, 3 ive dela adulacin ante el vebio, El prmero puede comerer eroresyadopaar As nea folten ead en una decrninaa site Sion; e segundo podrs en ocasiones formular pro- pusias acertadan como cuando Alabiades dsuadio fos marinos ee a fot surta en Samos de qe aban donaran aquelia posicion naval, egresando aprest radamentea Atentsenel 4, C. pars derroca los Oligarcas que al sc habian aldo con el poder: a esta feeion Tuitides Te brinda su aprobacon expresa.® Mas éstos no son distngos fundamenales. Tampoco to son los restantesrasgos que sles atribuye alos de- tmagogos: la costume de Cleon de gitar cuando se tira a Asamblen la fale de integriad personal tm asuntos econbmicos, dems, Tales puntos nica mente realan i imagen, De Arsofanes« Aristétces, Cl aque alos demnagogos sempre se centra en una ues cra cen interés de Auiém jercen 5a sion como estadistas? = Tras esta formlacion del interrogante se ocltan tres proposiciones, La primera es qucios hombres no Son fuses: ni ex su val moral, i en sus capacida- tes, mens satus scaly ccomémico. La segura e (que todas las conmunidaes enden a vide en ae ‘Tones: de évas lx mis fundamentals son, por un Tad, lade los tcosy entes de alcuria, por oro, de los pobves =y cada una de elas tend sus poten- Gide, cualades¢ intercses propios. La tercera proposicin es que el Estado bien ordenado y bien obernado es aque) que supera a as facctones ¥ sive bing instrument dea vida teeta de sus Guadanos. 10, Tae, 98 12 La facctn consnuye mds acer mal y ls acoutunirado peligro de una comunidad. Mas la vor “frelon es solo una convenconal waduecon ince Yan del trino grego sou, una de as ree Sotbtes palabras que podamor Falla en coe ie Ratadieales fede “ouaclon, “post Sica Sead Subanon Wor poles puede itare de la neor de las re eetedtante una meta ubulacion desde crane que encomratnos en diccionario" "partido" fom gerne ae ar “sedicion”, “discordia”, “division”, “desacuerdo” y, cin suid arto ben ateiguado que i Pe cahplir a tumera capacidad para hacerlo Wier cobain que ea acusatin lo rare verse an man deagoatn ¥4 Fubics empl defini queen esteventido conace Shox progede'del eto band. La oligarquia del ao PB Yoc send a Ys ateienses con fa seguridad Lip aes porentonce nico medio deobtene er apbyo del psa y de eta suerte ganar una gut Sees inoke ye perdi. Induso adopt gad miva mis vorable, como Tues tra Pim econ, diremen que Psandro yalgune de 1UkeSroes podran habe tendo ales propositos saaaee ger cdmienz, mas rapidamente abandons. soe concern de nena ganar la guerra + vege san os sin ren conve Saat ofgarguia ‘em base tan anos logico que apoye la participacién popular en los «i bunales de justicia ofreciendo una paga a sus miem- bros; pero ésta seria entonees tuna medida equivocada porque Ia meta era equivocada también, no porque Pericles obtuviera su status como dirigente politico merced a tal propuesta y a la aprobacién de la me- ida. Y, al revés, en caso de favorecer el sistema de- moeratico. Lo que de todo esto emerge es una simplisima suposicion, a saber, que los demagogos empleo el término en su sentido neutro— constituian un ele. 58 arin, Cutie de Alene, 27.54 155 reno exrictural en el sistema politico ateniense Ganesto quiero dec, en primer lugar, que el sistema fo poi unconar de manera alguna sino contande ton ellos. Fn segundo lgar, que ese termino es per tansenteapltable a todos los cirigente poliecos, independientemente de su case 0 concepcign, Y, en tere agar que dentro de ess diatados Wimits tmenexer unpaos individaalments no por sts habi- tos e sus metodo, sino por sus gestionenrespecivas. {Yeso, casi hate falta cio, do que an etl vides aunque en tos libros no ne hiclera as) Hasca Gero punto puede parangonarse al demagogo at Tense com eh palit modemo, mes de imediato Surge un aspect ene ques precio proceder a algu matlatincbnes, no slo porque tatea del gobierno se ha vuelto mucho mas compleje, si también en tase alas diferencias ene una democrada direc y time democraciarepresenatva, No ive hace fala r= pir cuanvo ya expute sobre las concentraciones de Ihasas[on se haieveacomposicion), sobre a falta de throeraciay de un sitema de partides,y, como resul tao el permanente estado de tension 20 que vivia el tiemagogo aeniense mientras actuaba. Exist, em- peror una conecuencia qac ex requeridora de cierto ‘nine pues tales condiciones consttayen una not balsa porte porno deca toraliéad dela explica Gon de lin reso aparentemente negativo de Is po- lita acentensey yen genera, ce tod fa ges ui bea hela, David Hume fo exponia con las sigten- tes palabras Encl las faciones de un gobierno libre es sober manera arduo, sino del todo impeacticable; mas cal fnveterada discordia entre dos facciones, y can san seietas miimas se encuentran en tos te spos mo. fermas Seater etre seas religion. ah toca amiga sempre pero sear qu, cdo ta fain ganaba fa victoria, fuera lade los ble o la del pueblo (pues «cate especto no pereibo die ‘ena alguna! al puno extertinaban [desert as als ved No ext ni forma de proeo, ley jucio, nt perdi [| Hram aquells gets en cuirenio amantes de Li lerats mae no parece Que la entendieran muy bien” eso pe rapt + Aes eae ade ctiracrgtesn 2 Sie de man te tre se ape ittea, Hl sna Somorttere eens stasis a cymes ape de Se Bus enn trad at dos cena, ter. fede mason ese see = a dos ccatone 9 en ane ats por anions ranger aandroe sper ha ire rode de pe aus peruano Seanene Sit perm oper de Boss repelled sai ees asi gue Hasta Plat le prod su encomio, fae, a ‘rrobrelarouutadon demecssadel ahoton cri qv aie seen eect san hae regs Ce ot Site eerch lhe en puna qo rete pe ace iad, IME pbinion es racivensgun 9 Ba ats ac Utica) paseo fu meron ientca Daratay igre, 10, pp 8 137 equidad”2? No se sugiere con ello que aquellos dos Siglos se vieran por entero libres de actos individuales de injusticia y brutalidad. Hume —refiriendose a Gre~ Ga en general y no a Atenas en particular— observaba {que 'no existia diferencia a este respecto” entre am- bas facciones. En lo referente a Atenas parece como si nuestra vision estuviera empafada por el delormante expejo de hombres como Tueidides, Jenofonte o Pla- ton, espejo que agranda los excepcionales incidentes, de intalerancia extrema presentes en un sisterna de- moeratico —cual el proceso y ejecucién de los genera. les que ganaron la batalla de Arginusa y el juicio y muerte de Sdcrates; mientras que minimiza y a me- nudo borra por completo la conducta frecuence- mente incluso mis funesta propia del otro bando, camo por ejemplo, el asesinato politico de Efialres en <14620 461 y el de Androcles en el 411, cada uno de {os cuales el mas influyence dirigente popular de su P kenas en gran medida se vio bre de tas for mas extreimas dela satis, a verdad es que no pudo za- farse de sus manifestaciones menores. La gestion pa- blica en Atenas tenia el cardcter de una opdén otal, El objetivo de cada faccidn no era solamente el de de~ rrotar-a la oposicion, sino el de aplastarla, et de cor- {ar su cabeza eliminando a sus dirigentes. La wecnica principal era el proceso politica, y 1os instrumentos Tundamentales los cubs de comensales y los sicofan- tes. Estos también, dirfa, constituian partes estructu- rules del sistema, no una excrecencia accidental y evi- table, El ostracismo, la llamada graphe paranoman y €l SA, Goes, VIN 2h Bo Temutonte, Helaas, 24.4% Arlee, Comin Meas 4, examen formal y popular de arcontes, general cualquier otro ciudadano que dete aaa ico fueron todos mecanivmos de seyuridad del radamente husoducios, ora conta el poder ind ual excesivo (0 la tirania potencial, ora contra la co. ‘rupcion y la incampetencia o tambien la premura y pasion irrelexiva por parte de la Asamblea” En abs) traco puede serait fil demostar que, por nis ignas cle elogio que tales medidas fueran, tales pro. cedimientos inevitablemente se prestaban al abuse. El proiana es qe stan fon uric sae de os que se pocia echar mano, y ello ambién porque aula ey ona demxrai cet, arent det linaria de un partido y demés. Los dirigentes politi- Cbs, 0 aspirantés a seron no tenn ov alteration sin ince uso de elles y buscar indso otros medios con os que hostigaryanulara competidresyopos Por mis reek recio que tal estado de guerra total si dluda fuera para los que en ella partiapaban, por ads injusto y nefasto que cn ocasiones fuese, no se sigue de asl que, oa en conju teprestars in mal para la comunidad toda. Las desigualdades mds graves, los canilictos serios de intereses y las diferen- las legitimas de opinién eran reales e fnnensas. En Sat conions conti ng aoe heal sino que constituye una virtud de la gestion politica eb denocracs puesto que oe ‘cbnflcto Combi nado con of acuerdo, yno el acuerdo tan solo lon que toiuan que una democraia se wansforie en usa Sl ap ene cee eres 159 a. En cuanto al problema constitucional q) Sominara parte an large del igo v, fueron los ios de Ia democracia popular quienes triunfaron, J iohideron precharment Porque lucharon por ellay lucharon mucho. Fue la suya una lucha partidista, y el Viejo Oligarca expuso el diagnéstico correcto cuando atribuyé el poderio ateniense precisamente a esa ra- 26n. Giertamente, su entendimiento, 0 acaso su inte- sgridad, no fue tan Iejos como para advertir el hecho de que los dirigentes democraticos eran por aquel en- tonces aiin varones de alta posicién socal, incluso de una aristocritica: no sélo Pericles, sino también Cleén y Cleofén, y después Trasibulo y Anito. Estos dos iiltimos fueron quienes dirigieron en el 403 la faccién democratica que consiguié derrocar a los Treinta Tiranos, coronando su victoria con aquella amnistia que incluso Platén alabé, La lucha parti- dista, empero, no era derechamente una lucha de cla- ses; su faccién obtenia también el apoyo de nobles y ricos. Tampoco era una lucha sin reglas o legitimi- dad. El santo y sefia que los demécratas oponian a ‘eunomia era isonomia, y, como Viastos ha apuntado, los atenienses “perseguian la meta de \dad politica ins) no en desconfianea del imperio dela ly, sino en apoyo suyo”. Los ciudadanos pobres de Atenas, ob- servo, no levantaron ni una sola vez la tipica demanda revolucionaria de los helenos —la redistribucién de la tierra— durante los siglos vy 1." 89. 6. Miaion “aonomia", Ammen Jounal of Phila, XXIV (1958), pp. 887-366 Cf. Jone, Denacay p52 "Pot lo general {doctaae tena s pea que Artie, 2 conaidear es ley come Ui couigo evablectio de un ver pura td por algun bio lepslador. ‘Shuigs ue, em pncpio nmutable requerfa en alone darifeado tes apendice El impene delay ya de por un avo vena, Durante esos dos siglos, Atenas fue, de acuerdo ‘con todo tipo de pruebas pragmaticas, el mas grande, on mucho, de los Estados gegos, con un poderons sentido de comunidad, con una dureza y una resisten- cia que, incluso tomando en consideracién sus ambi- ciones imperiales, estaban templadas por una humas nidad yun sentido de a equdad y de le responsi dad det todo extraordinario para su épom (y para nnuchas otras ambien), Lord Aeon, aveque pataca paradéjico, fue uno de los pocos historiadores que se percataron de la significacion histérica de la amnistia Promulgada ene 403, Como l eserbio: “Los par fos enemigos se reconciaron y prodlamaro una amninda, a primera en la historig" a prime om ‘iloria, a pesar de todas las conocidas debilidades, a pesar de la psicologia de masas, de los esclavos, de la ambicién personal de muchos dirigentes, del Ciencia dea mayoria com respect ain pence ésta no fue la nica innovacion de los atenienses: la estructura y el mecanisme dela democraci eran te ingot al gue detcamos pre cl. Tapa de alo ‘actin dos demagogos indian como, por jompho, Cleon sobreal ‘ue puede vere el vce atelo de AG. Woodhead “Thusdes otal of Cleon nema, I ser XIN (1960, pp 89-319. 4 a Stowe. “The Mytiene debe, Pm. XVI UB02 pp. BAS 0. “The bltory of redorn in Ariguy pbleado cn En ot ‘rv ond Por eG, Hiren Londres. i980, pet aparsdon ee ple ah en aca be ota de Gro 5 Ml {Seid aterca dels alos que condujcron oe golpe slight 41 y del 404 fo que sigue: “Aa rus seen, de aye bad Jaseepbiidad emonratics ant olmon, bea de epecchite, amet Bren dna confines en exc ly baemenconada cuando nde, ‘amos sore el eave de que tenlan vendo, ere lon slows ‘mbres que, sombra dela primera oportunidad extn sen pars concert Is subnrson del regen demos Dasa a De ‘sn ances, 1989, p40 gramente su invento propio, puesto que buscaban algo para lo que no existian precedentes,y en ese es- fuerzd contaban tan s6lo con su propia nocién de li- Dertad, con su solidaridad comunitaria, con su cispo- sicion ‘a plantearse preguntas (0, cuando menos, @ aceptar las consecuencias de su planteo) y su expe: riencia politica ampliamente compartida. Gran parie del mérito de los logros atenienses es asignable'a la direccidn politica de su Estado. A mi juicio, ese punto esté fuera de discusion. Ciertamente, @lateniense medio no lo habria discutido, A pesar de todas as tensiones e incertidumbres, a pesar de todos Jos juicios irveflexivos y del irraronable cambio en sus opiniones, el pucblo apoy6 a Pericles durante mas de dos décadas, como apoyaron a un tipo muy distinto de hombre, Deméstenes, bajo condiciones sobrema- neta diversas una centuria mas tarde. Estos hombres, J etros como ellos (menos conocidos hoy) fueron ca- paces de llevar a término, durante amplios periodos Ue tiempo, un programa politico ms o menos cohe- rente y exitoso, Fs perfectamente perverso ignorar ‘ste hecho, comio lo es ignorar la estructura de aque lia vida politica merced a la cual Atenas se convirtio ten lo que luego seria. ¥ no otra cosa se hace de seguir la orientacion de Platon 0 Atistofanes y mirar tan solo a las persomalidades de los politicos, 0 a los eri- ininales y fracasados que entre ellos hubo, o guiarse por alguna norma ética de experiencia ideal. ‘Alfinal, Atenas perderia sa libertad y su indepen- dencia, dometada por un poder externo superior. Se undid luchando, con un entendimiento de lo que estaba en juego superior al de anuchos de sus crticos de etapas ulteriores. Su combate postrero fue dirigido por Demdstenes, un demagogo. No pueden hacerse ie las dos cosas: por un lado ponderar y admirar los lo- gros conseguitios en dos siglos y condenar de con. Sangalo demagogos que fueron fox argues de cuadro politic y tos hacdores de a pole, oa la samnblea en la que y para la que trabajaron.! 163,

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