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Ley 17081
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QUESTION B AN KS
LECCIÓN 1 de 5
Cristina y su esposo concurren a la escribanía de Marta Aurora Saavedra, titular del Registro 25 de la capital,
a fin de conocer el procedimiento que van a llevar adelante para lograr la registración de una propiedad. Esta
fue adquirida en la subasta realizada el miércoles 15 por el martillero Leandro Franco.
El matrimonio le pregunta a Marta qué son los principios registrales y cuál es su función en la registración
del derecho adquirido. Además de responder su duda, la escribana les explica la importancia de reconocer la
diferencia entre el derecho real adquirido por ellos y los derechos personales.
LECCIÓN 2 de 5
Los principios registrales son lineamientos generales, ideas o fuerzas, que inspiran la Ley 17801. Estos no
se encuentran consignados expresamente, sino que son elaboraciones doctrinarias.
La Ley fue redactada sobre la base de las pautas fijadas en el proyecto de ley elaborado por los Dres.
Edgardo Scotti (director del Registro de la ciudad de Buenos Aires) y Miguel Falbo (rector de la UBA). El
proyecto tomó como base las conclusiones de la primera Reunión de Directores de Registros Provinciales,
celebrada en Buenos Aires en el año 1964.
Los principios, que se mencionarán a continuación, tienen su fuente en la doctrina alemana, francesa y en la
reglamentación del código de Vélez en materia de registración de hipotecas.
A) Principio de prioridad.
Una de las diferencias fundamentales entre los derechos reales y los personales consiste en que
los primeros gozan del ius preferendi, o sea, la facultad que tiene el titular de un derecho real de
ser preferido en el ejercicio de su derecho con respecto a otro derecho real posterior, de igual o
distinto contenido, que recaiga sobre la misma cosa. Se aplica la máxima romana prior tempore,
potior iure, “primero en el tiempo, mejor en el derecho” (…).
Cuando se trata de hacer efectivo el ius preferendi en materia de derechos reales inmobiliarios, en
principio, ello se materializa por intermedio del acceso al registro del documento portante de un
derecho real. El que primero ingresa desplaza al que ingresa posteriormente. Sin embargo, esto no
es absoluto, ya que vamos a ver que la prioridad puede retrotraerse, puede ser objeto de
negociación, y, es más, la existencia de la necesidad de la tradición para la adquisición de
derechos reales y la circunstancia de que el registro da a publicidad títulos y no derechos, pueden
ser motivo para que el principio general enunciado no se aplique en ciertos casos (Cornejo, 1994,
pp. 125-126).
En principio, este lineamiento sienta para todos los derechos reales el principio de que quien primero registra
es preferido. En segundo lugar, establece una reserva de prioridad a través del certificado registral
En relación con este principio, cabe destacar los artículos 19 y 40 de la Ley 17801:
Artículo 19. La prioridad entre dos o más inscripciones o anotaciones relativas al mismo
inmueble se establecerá por la fecha y el número de presentación asignado a los documentos en
el ordenamiento a que se refiere el artículo 40.
Con respecto a los documentos que provengan de actos otorgados en forma simultánea, la
prioridad deberá resultar de los mismos. No obstante, las partes podrán, mediante declaración de
su voluntad formulada con precisión y claridad, substraerse a los efectos del principio que
antecede estableciendo otro orden de prelación para sus derechos, compartiendo la prioridad o
Artículo 40. El Registro, por los procedimientos técnicos que disponga la reglamentación local,
llevará un sistema de ordenamiento diario donde se anotará la presentación de los documentos
B) La inscripción
En relación con este principio, podemos señalar los artículos 2 y 23 de la Ley 17801:
Artículo 2 (…) para su publicidad, oponibilidad a terceros y demás previsiones de la Ley 17801, en
los registros se inscribirán o anotarán, según corresponda, los siguientes documentos:
a. Los que constituyan, transmitan, declaren, modifiquen o extingan derechos reales sobre
inmuebles;
b. Los que dispongan embargos, inhibiciones y demás providencias cautelares; y
Artículo 23: Ningún escribano o funcionario público podrá autorizar documentos de transmisión,
constitución, modificación o cesión de derechos reales sobre inmuebles, sin tener a la vista el
título inscripto en el Registro, así como certificación expedida a tal efecto por dicha oficina en la
que se consigne el estado jurídico de los bienes y de las personas según las constancias
registradas. Los documentos que se otorguen deberán consignar el número, fecha y constancias
Constitutivos: cuando produce una mutación real. Es el caso del registro del automotor y de equinos de
pura sangre de carrera. El derecho real nace o muta a partir de que es asentado en el Registro. Antes,
no genera efectos ni para las partes.
Declarativos: la mutación real tiene lugar fuera del Registro y la inscripción le otorga oponibilidad
frente a los terceros. El derecho real nace antes de la registración. Es el caso del registro de la
propiedad inmueble, de buques[6] o de aeronaves.[7]
Por otra parte, podemos enunciar los siguientes caracteres del sistema registral inmobiliario:
La falta de inscripción no invalida la adquisición del derecho real, pero sí menoscaba profundamente
su valor, es decir, el carácter erga omnes del derecho real. En este sentido, el derecho no será oponible
a aquel que haya obtenido colocación registral.
Se trata de un registro de títulos, ya que la función registral consiste en una toma de razón, mediante
breves notas, de los puntos principales que hacen a las personas, causa y objeto de la situación
asentada.
Se utiliza la técnica del folio real, que consiste en destinar a cada inmueble un folio especial con una
característica de ordenamiento que servirá para designarlo (número de matrícula).
SUBMIT
C) Especialidad y determinación
Este principio indica que, en los instrumentos que lleguen al Registro, deben estar perfectamente
individualizados los elementos de la relación jurídica (sujeto-objeto-causa o el hecho jurídico) plasmados en
él. La relación jurídica puede ser, por ejemplo, una compraventa inmobiliaria o la constitución de una
hipoteca; y un hecho jurídico es, por ejemplo, la muerte del usufructuario, cuyo efecto es la extinción del
usufructo.
En la matrícula del registro de Córdoba hay un casillero para la determinación de los sujetos titulares del
derecho que se registra, el ítem a), y allí se consignan los datos exigidos para individualizar los sujetos en
las escrituras públicas, los datos de la causa formal donde está contenido el acto o hecho jurídico (escritura,
número, fecha y número de registro del escribano, generalmente) y la causa material contenida en el acto
(compraventa, donación, etc.). En cuanto a la determinación del objeto (inmueble), se hallan en el
encabezado de la matrícula, luego del número de folio real abierto para el inmueble.
El artículo 12 de la Ley registral enumera los datos que debe contener el asiento de matriculación, pero por
analogía se extiende a todos los demás asientos; allí encontramos requisitos de especialidad en cuanto a
los elementos de la relación jurídica. Este artículo dispone:
El asiento de matriculación llevará la firma del registrador responsable. Se redactará sobre la base de breves
notas que indicarán la ubicación y descripción del inmueble, sus medidas, superficie y linderos y cuantas
especificaciones resulten necesarias para su completa individualización. Además, cuando existan, se
tomará razón de su nomenclatura catastral, se identificará el plano de mensura correspondiente y se
mencionarán las constancias de trascendencia real que resulten. Expresará el nombre del o de los titulares
del dominio, con los datos personales que se requieran para las escrituras públicas. Respecto de las
sociedades o personas jurídicas se consignará su nombre o razón social, clase de sociedad y domicilio. Se
mencionará la proporción en la copropiedad o en el monto del gravamen, el título de adquisición, su clase,
lugar y fecha de otorgamiento y funcionario autorizante, estableciéndose el encadenamiento del dominio
que exista al momento de la matriculación. Se expresará, además, el número y fecha de presentación del
D) Tracto sucesivo
Es un mecanismo técnico que tiene por objeto mantener el enlace o conexión de las adquisiciones por el
orden regular de los titulares registrales sucesivos, a base de formar todos los actos adquisitivos inscriptos,
una continuidad perfecta en orden al tiempo sin salto alguno, de suerte que ello refleje el historial sucesivo
de cada finca matriculada (p. 109).
El tracto sucesivo es el perfecto encadenamiento y correlación de cada asiento con los demás referidos al
sujeto, objeto o causa. Por ejemplo, la cancelación de una hipoteca implica un asiento anterior donde
figuraba la constitución, el traspaso de la propiedad sobre el inmueble implica que el disponente figuraba
como dueño y a la vez que no figuraba inhibición a su nombre en el folio personal, entre otros.
No se registrará documento en el que aparezca como titular del derecho una persona distinta de la que figure
en la inscripción precedente. De los asientos existentes en cada folio deberá resultar el perfecto
encadenamiento del titular del dominio y de los demás derechos registrados, así como la correlación entre
Cuando se abre la matrícula de un inmueble sobre el que no figuraba inscripción alguna con anterioridad,
como el caso de una usucapión, no existirá titular registral anterior ni encadenamiento posible.
SUBMIT
e) Efectos
En caso de inobservancia de la exigencia del tracto sucesivo, el registro debe proceder de la siguiente
manera: si el adquirente no puede justificar la legitimación de su causante, el documento no se inscribe. En
cambio, si no obstante la falta de previa inscripción el adquirente puede justificar la legitimación de su
causante, el documento se inscribirá en forma provisoria por ciento ochenta días, de conformidad con el art.
9°, inc. b, de la Ley 17801 (Cornejo, 1994, p. 111).
F) Tracto abreviado
El tracto abreviado es una modalidad del tracto sucesivo por la que se permite concentrar en un asiento
único dos o más transmisiones operadas desde el titular inscripto.
(…)
Es decir, en el tracto abreviado se comprime en un asiento único la relación de las distintas transmisiones
operadas desde el que figura como titular inscripto en el registro hasta la que da origen a la nueva titularidad,
todo ello basado en una razón de orden práctico, que es la de evitar la confección de un asiento que va a
desaparecer de inmediato por otro posterior (p. 112).
Es decir, este principio permite realizar la inscripción de una mutación real en la cual el disponente no es
quien figura como titular del derecho real en la matrícula, y el fundamento es la economía inscriptoria. Esto
es así ya que, de no existir estas excepciones, se produciría la inscripción a nombre de ciertos adquirentes
al solo efecto de proceder inmediatamente a la inscripción de un sucesor particular. Sin embargo, la
inscripción practicada debe contener todos los datos del tracto, y esto incluye los del transmitente que no
figuraba previamente como titular.
En este sentido, el artículo 16 de la Ley 17801 establece que, a los efectos de la continuidad del tracto con
respecto al documento que se otorgue, no es necesaria la previa inscripción “cuando el documento sea
otorgado por los jueces, los herederos declarados o sus representantes, en cumplimiento de contratos u
obligaciones contraídas en vida por el causante o su cónyuge sobre bienes registrados a su nombre”. [10]
El caso típico es aquel donde el causante había firmado un boleto de compraventa inmobiliaria, considerado
una promesa de celebrar escritura, y los herederos lo hacen por él.
Cuando el inc. a del art. 16 se refiere al caso en que el documento haya sido otorgado por el juez, para ser
incluido en la hipótesis del tracto abreviado, debe tratarse de un caso en que el juez otorga la escritura ante
la negativa del heredero, lo que debe constar en la escritura (p.114).
G) Legalidad
por el cual se impone que los documentos que se pretenden inscribir o anotar en el Registro de la Propiedad
reúnan los requisitos exigidos por las leyes para su registración, a cuyo fin es necesario someter los mismos
a un previo examen, verificación o calificación que asegure su validez o perfección (Sastre, 1968 citado en
Luverá, s.f., https://bit.ly/33PmMDi).
Es decir, este principio nos demuestra que los títulos que ingresen al Registro serán sometidos a un examen
o calificación a los fines de controlar si son válidos y perfectos, cumpliendo los requisitos de ley. A este
deber-facultad que tiene el registrador se lo ha llamado función calificadora.
Según el artículo 8 de la Ley 17801, “el Registro examinará la legalidad de las formas extrínsecas de los
documentos cuya inscripción se solicite, ateniéndose a lo que resultare de ellos y de los sistemas
respectivos”.[11]
H) Rogación
Este principio establece que la actividad del registrador debe ser impulsada por los interesados. El Registro
no procede de oficio, sino a solicitud de la parte legitimada.
En este sentido, el artículo 6 de la Ley 17801 expresa que la situación registral solo variará a petición:
a) “Del autorizante del documento que se pretende inscribir o anotar, o su reemplazante legal”.[12]
Se refiere a los instrumentos públicos respecto de los cuales, si son notariales, la persona legitimada es
el escribano autorizante de la escritura que se pretende inscribir, quien está legitimado por sí y no como
mandatario de las partes. Si se trata de un documento judicial, las personas legitimadas serán, o bien el
juez o el secretario, según lo establezcan en cada caso los respectivos códigos de procedimiento.
b) “Quien tuviere interés en asegurar el derecho que se ha de registrar. Cuando por ley local estas tareas
estuvieren asignadas a funcionarios con atribuciones exclusivas, la petición deberá ser formulada con
su intervención”. [13]
Este inciso abarca tanto la hipótesis de documentos públicos, cuando el autorizante de estos no pide la
inscripción, y siempre que por una disposición expresa de la ley no exista una prohibición en contrario, así
como también los casos de inscripción o anotación de instrumentos privados.
Entre las personas que tienen o pueden tener interés en asegurar el derecho que se ha de registrar, deben
comprenderse no solo las partes intervinientes en el acto jurídico, sino ciertos terceros que se incluyen en la
categoría de los llamados terceros interesados, entendiendo por tales a aquellos que, inscribiendo el
documento, pueden luego accionar con relación a este.
La publicidad de los derechos reales es la “actividad dirigida a hacer cognoscible una situación jurídica real,
que persigue como finalidad primordial la protección del crédito y la seguridad en el tráfico jurídico” (Moisset
de Espanés, 1972, p. 3). La publicidad puede ser:
Material: produce efectos sustantivos en la realidad extrarregistral, tales como oponibilidad,
constitutividad o la buena fe que se reputa de quien ha averiguado el estado de los bienes. Es la que
ingresa al Registro.
Formal: hace referencia a la información que brinda el Registro a través de sus asientos. En otras
palabras, es la publicidad que sale del Registro; por ejemplo, fotocopia del folio real, de una matrícula,
informes, etcétera. Está consagrada en el artículo 21 de la Ley registral 17801, a cuya lectura nos
remitimos.[14]
Medios
c) Informes a los que se refiere el art. 27 [de la Ley 17801] en su parte última. El informe puede ser
la copia autenticada del folio correspondiente, en cuyo caso se identifica con la copia
autenticada. Pero también un informe puede ser un extracto de uno o de varios asientos. Moisset
de Espanés lo define como: “el documento que expide el registro para dar noticia de cualquiera de
las constancias que en él obran. El informe puede referirse a la situación jurídica actual de
determinados bienes, o a las mutaciones que ha sufrido a través del tiempo; puede consistir en
un extracto de datos, o en la copia íntegra de documentos, según las necesidades del caso”.
La diferencia entre la certificación o los certificados y los informes es la siguiente: el informe, al igual que la
copia auténtica de los asientos, solo produce publicidad-noticia y asegura la veracidad de la información en
el momento en que es emitida. En cambio, el certificado, además de producir un anoticiamiento respecto de
la situación registral de un inmueble, asegura su inmutabilidad durante el plazo de su validez mediante el
mecanismo de la reserva de prioridad, a la cual ya nos hemos referido (Cornejo, 1994, pp. 146-147).
El certificado del artículo 23 de la Ley registral es una diligencia previa a todo acto jurídico de disposición
sobre inmuebles. Este tiene una doble naturaleza: es formal y material. Por un lado, está dotado de
publicidad formal, informa el estado de las personas disponentes (inhibición, titularidad, etc.) y de los bienes
a disponer (cautelares, cargas reales, etcétera). Por otro lado, su aspecto de publicidad material hace al
bloqueo registral, pues genera un efecto de inoponibilidad.
pérdida o deterioro.[15]
A los medios señalados por Cornejo (1994), podemos incluir la fe pública registral, según la cual un asiento
es exacto cuando coincide con la realidad jurídica material extrarregistral, o sea, aquella que los jueces
declararían llegado el caso de un litigio. Algunos sistemas registrales presumen esta exactitud iure et de iure
(de pleno derecho) y cuentan con un sistema de seguros para los casos en que no es así. En nuestro
sistema, la presunción no opera, pues el artículo 4 de la Ley registral indica que esta inscripción no es
Subasta judicial
Para adquirir un bien en una subasta judicial se deberá concurrir a las salas de remate correspondientes a la
circunscripción judicial donde se encuentre el tribunal ordenante de la subasta referida. Indefectiblemente,
quien se presente deberá llevar su documento nacional de identidad y cumplir con las condiciones de venta
que fije el tribunal respecto de la forma de pago, monto de la comisión al martillero e impuestos que se
deben abonar al adquirir un bien en una subasta judicial. Cabe señalar que los bienes que una persona
adquiera serán libres de gravámenes.
Por otra parte, es importante aclarar que aunque las condiciones de venta pueden variar en cada subasta,
según lo fije el tribunal que la ordenó, por lo general el pago es en efectivo y en el momento de la subasta.
Los montos a pagar corresponden a:
Por otra parte, se debe abonar la comisión del Martillero, que variará de acuerdo al tipo de bien que se
subaste:
Bienes muebles: 10 %
Derechos o acciones: 5 %
En caso de que una persona adquiera bienes inmuebles, en el momento de la subasta deberá abonar la
seña, mientras que el saldo restante lo abonará luego de que esta se apruebe.
La entrega de los bienes adquiridos, en el caso de bienes muebles no registrables, es inmediata. En el caso
de los automotores, la entrega se efectúa una vez realizada la transferencia en el Registro correspondiente.
Y en el caso de inmuebles, la posesión es entregada una vez aprobada la subasta, abonado el saldo total,
los impuestos y comisiones que correspondan.
Esta temática será desarrollada con mayor extensión en la materia Tasaciones, Subasta y Corretaje.
[1] Arts. 23 y 24. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado
de https://bit.ly/3kuB566
[2] Art. 19. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3kuB566
[3] Art. 40. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3kuB566
[4] Art. 2. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3kuB566
[5] Art. 23. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3kuB566
[6] Ley 19170. Registro nacional de buques. (1971). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/33TfZIK
[7] Art. 50, Ley 17285. Código Aeronáutico. (1967). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3gQrFj1
[8] Art. 12. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3kuB566
[9] Art. 15. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3kuB566
[10] Art. 16. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado
de https://bit.ly/3kuB566
[11] Art. 8. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3kuB566
[12] Art. 6. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado
de https://bit.ly/3kuB566
[13] Art. 6. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3kuB566
[14] Art. 21. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3kuB566
[15] Art. 21. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3kuB566
[16] Art. 4. Ley 17801. Registro de la propiedad inmueble. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
https://bit.ly/3kuB566
LECCIÓN 3 de 5
Video conceptual
LECCIÓN 4 de 5
Acciones posesorias
–
El objeto de las acciones posesorias, es, justamente la defensa de la posesión, independientemente de que
las cosas sean muebles o inmuebles. No es necesario para ejercerlas, ser titular de un derecho real, basta
con que se configuren los dos elementos característicos de la posesión, el corpus y el animus. La ley
autoriza inclusive, en casos de extrema necesidad, la defensa extrajudicial, bajo ciertas condiciones. Las
acciones posesorias son las de despojo, turbación y obra nueva, principalmente.
Acciones reales
–
Las acciones reales están solamente reservadas a quien es titular de un derecho real. No pueden ejercerla
los poseedores que no lo sean. Por ende, no solo los titulares de derechos reales pueden ejercer acciones
posesorias (siempre y cuando el derecho real se ejerza a través de la posesión) sino las llamadas acciones
reales, que son la reivindicatoria, la negatoria, la confesoria y la acción de deslinde.
Publicidad registral
–
Con referencia al tema de la publicidad registral, empezamos por caracterizar los distintos tipos de
sistemas existentes, diferenciamos sistemas registrales y no registrales, y distinguimos las formas en las
cuales pueden presentarse los primeros. Analizamos la situación de la publicidad en el derecho argentino.
La realidad y el correr del tiempo determinaron e hicieron sentir la insuficiencia de la tradición como medio
único de publicidad, por lo que surgieron los registros para los bienes inmuebles. Esta situación provocó
una anomalía que fue subsanada con la sanción de la Ley de Registro de la Propiedad Inmueble para todo
el país.
Principios registrales
–
Son los las ideas- fuerza, que surgen del espíritu de la Ley 17801, de Registro de la Propiedad Inmueble, que
puso fin a una situación en la que la capital federal y las provincias de la Argentina, contaban con registros
locales, con tantas divergencias y procedimientos de inscripción, que ponía en peligro la seguridad jurídica.
Con la sanción de ésta ley, surgen las ideas evidentes o principios que deben cumplir los registros:
prioridad, inscripción, especialidad y determinación, tracto sucesivo, legalidad, rogación.
LECCIÓN 5 de 5
Referencias
Ley 19170. Registro nacional de buques. (1971). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/60000-64999/63207/norma.htm
Moisset de Espanés, L. (1972). La publicidad de los derechos reales en el derecho argentino antes y
después de la ley 17.801. En Boletín de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad
Nacional de Córdoba (1-2).