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Jorge González de Riancho

INFORME Nº2

Después del día de la empatía mi definición de esta ha cambiado o a adquirido nuevos matices, ahora la defino
como una emoción por la cual sientes lo mismo que otra persona de tu alrededor, no es solo ponerse en el lugar de
otra persona sino interiorizar los sentimientos de esta persona como si fuesen tuyos, ahí es cuando estas sintiendo
la empatía de verdad.

El primer receptor de las acciones fue un compañero de colegio mayor al que no conocía, al bajar al desayuno se le
veía con mucha prisa (entiendo que tendría clase o incluso una exposición o un examen), en ese momento decidí
comenzar mi día de la empatía, le deje pasar en la cola del desayuno, a la hora de comer (era un poco tarde y había
pocas personas) otro compañero del colegio mayor se sentó en la mesa en la que estábamos unos amigos y yo ya
que no había más gente comiendo, vi que parecía no conocer a nadie y por tanto no tenía con quién hablar,
entonces me presenté y empecé a hablar con él. Estas experiencias me han hecho pensar en mí mismo pero de una
manera negativa, ya que creo que si no fuese por el día de la empatía no estaría pensando en ayudar sino en mis
cosas, seguramente hubiese pasado por alto la situación de estas dos personas y es posible que no les hubiese
ayudado, esto me hace pensar en todas las personas a las que no habré ayudado por estar centrado en mis
problemas.

Al final del día si me sentí realizado al pensar en las acciones que había hecho porque aunque parezcan tonterías, no
lo son, ya que las he vivido y sé cuánto pueden ayudar ese tipo de acciones, mi comportamiento normal ha sido
diferente al del día de la empatía, no porque no tenga el ímpetu de ayudar a los demás (que sí lo tengo, ya que
siempre ayudo a una persona si observo su problema y puedo solucionarlo) sino que en un día normal tus objetivos
y pensamientos son distintos al del día de la empatía, esto te hace detectar los problemas de los demás con más
facilidad, te hace ponerte en su lugar e incluso te incita a imaginar cómo habrá sido su día, una vez llegado a estos
pensamientos me parecería muy difícil no ayudar a la persona con la cual estas empatizando. Me gusta más el ‘’mi
self’’ del día de la empatía pero no creo que se pueda mantener esta actitud todos los días del mes ya que para
alcanzar tus objetivos diarios o semanales tienes que tener tiempo para centrarte en ti mismo, pero creo que si
sería sostenible tener un día de la empatía semanal.

El beneficio de comportarse de forma empática es principalmente la ayuda que supones a otras personas en
cualquier tipo de situación, pero creo que también es una especie de terapia o de ayuda para ti mismo y tu salud
mental ya que te sientes muy realizado y esto es importante para no caer en depresión, el coste de ser empático es
que puede ser que lo seas en exceso o durante mucho tiempo poniendo a los demás antes que tú, lo cual es un
error grave porque primero hay que centrase en los problemas de uno mismo para arreglarlos y así poder ayudar a
otra gente sin tu desmoronarte, otro coste es que quizá ser demasiado empático te quite ambición, es decir, te
puede distanciar de tus objetivos, en mi opinión si compensa ser más empático de lo normal mientras tengas
control sobre tu vida.

Las personas que recibieron mis acciones del día de la empatía se sorprendieron y me lo agradecieron directa o
indirectamente, al no ser conocidas supongo que se sorprendieron porque ya han estado en esa situación antes y
no tuvieron la suerte de encontrarse a alguien que les ayudase. Mi comportamiento a la larga creo que si va a
cambiar porque pienso que un par de días a la semana me acordaré del día de la empatía y volveré a pensar en
empatizar con la gente y en el sentimiento de realización que se tiene. Para intentar que otros empatizasen más con
la gente de alrededor utilizaría esta misma técnica, les hablaría del día de la empatía y de mi experiencia en ese día,
les propondría intentarlo, y una vez lo hagan, entenderán más sobre la empatía y lo bien que sienta ejercerla.

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