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El Divorcio
El Divorcio
volver a colocar, (ventilador, lámpara de pie, mesa, sillas, jarrones, televisor chico etc.)
en el centro dos sillones y una mesita ratona, sobre un costado otra mesa ratona con
un cuadro encima.
PRIMER ESCENA
FRANCISCO: (entra con gran alegría, cantando, bailando, trae una botella de cerveza)
¡¡¡Me divorcie, me divorcie!!! (Mucha risa) ¡Soy libre! (gritando) ¡Soy libreee! (se sienta
y pone los pies sobre la mesita y toma de la botella, hablando como si su esposa
estuviera ahí). ¡Tengo los pies sobre la mesa! ¿Y qué? ¡Tomo cerveza! ¿Y qué? ¡Decime
algo! ¡Bruja! Aquí mando yo, voy a mirar futbol todo el día. (Muy irónico). ¿Puedo? Voy
a salir y entrar cuando yo quiera sin darle cuentas a nadie, porque soy libre, libreeee.
(Se para y va hacia la cocina, se detiene y piensa). Bueno tengo que cocinar, ¿qué
haré? (se rasca la cabeza). No se cocinar, tengo que lavar la ropa y no sé cómo se
prende ese aparato. (Se sienta y arrepentido) ¡¡¡Me apresure, me apresure!!! Para que
me divorcie. ¿Qué hago ahora? (muy enojado). Esta bruja hacía todo, nunca aprendí a
hacer nada, o mejor dicho, no me enseño. Mi mamá tampoco, pero era mi mamá y me
cuidaba (nuevamente hablando como si su esposa estuviera ahí). Pero vos lo hacías
por ¡Envidiosa! ¡Egoísta! Mirá lo que lograste, lograste hacer un hombre inútil.
¿Estarás feliz? Pero sabes una cosa, ¡No me importa! (ríe mucho). ¡Soy libre! (queda
FRANCISCO: ¿Y qué te parece a vos? Entro, salgo, me siento me paro, hago lo que
MANUEL: Pero no me decís que sos libre, que haces lo que querés, que te parás te
sentás, que entras salís, que sos feliz, y ahora me decís que es un desastre. ¿Quién te
entiende?
FRANCISCO: Para saber lo que siente un divorciado tenés que estar divorciado, y vos
FRANCISCO: ¿Vos sabés cocinar, encender esa máquina para lavar la ropa?
MANUEL: Pero te estás haciendo un drama por nada, mirá encender la maquina es una
simpleza y cocinar (se ríe). ¿Cómo no vas a saber hacer un huevo frito, un churrasco?
divorcio.
FRANCISCO: El divorcio no es para cualquiera, por ejemplo: vos cocinás, lavás ¿Me
entendes? ¡Vos si estás preparado para divorciarte! Pero yo no (levanta las manos al
cielo y casi con rabia) ¡Este mundo está echo al revés! (lo señala con el dedo índice).
Vos tendrías que haberte divorciado y no yo. ¡¡¡Hicimos las cosas mal!!! ¡¡¡Hicimos las
cosas mal!!!
MANUEL: ¿Hicimos? Vos hiciste lo que hiciste porque vos querías, que me decís a mí
“hicimos”.
FRANCISCO: ¡Ahh! Qué bien “mi amigo” me echa las culpas a mí.
MANUEL: Yo no te echo las culpas de nada, pero la decisión la tomaste vos. ¿Qué
tengo que ver yo? Además que problema te haces. ¿No sabés cocinar? Comprá comida
echa. ¿No sabés lavar? Lleva la ropa a un lavadero. ¿Por qué tanta complicación?
FRANCISCO: Muy fácil, compro comida echa, ¡Muy bien! Y la gente que va a decir, es
un desgraciado no se sabe cocinar, llevo ropa al lavadero, y que van a decir, pobre
MANUEL: ¿Qué mujer? No tenés mujer, sos un hombre que vive solo, que está
divorciado. ¿Entendés?
FRANCISCO: Si estoy divorciado, pero no tenés que recordármelo a cada rato, vivo solo
¡Sí! Pero no tenés que andar diciéndomelo, porque ahora no quiero estar solo ni
divorciado.
mujercita y listo.
FRANCISCO: ¡Quiero estar solo! Para que nadie me mande ni me diga que debo hacer
o dejar de hacer (confundido), pero alguien tiene que hacer las cosas que yo no sé.
MANUEL: Poné una empleada, te limpia la casa, cocina, lava y vos haces lo que se te
antoje.
FRANCISCO: ¡Ah! ¿Y la gente que va a decir? “Mirá este atorrante dejo la mujer y ahora
nada.
FRANCISCO: Ahora si estoy convencido que sos mi amigo. ¿Querés que meta una vieja
en mi casa?
FRANCISCO: Vos estás bien loco, no sabés lo que luche para divorciarme y vos me decís
comida echa, no sabés lavar y tampoco querés llevar la ropa al lavadero, una empleada
joven, “la gente habla” una vieja, no querés (Se ríe mucho). ¡¡¡Ahhh!!! Ya tengo la
FRANCISCO: Decís que me querés ayudar y me estás tomando el pelo. (Sin previo
MANUEL: No no, yo solo vine a, bueno la verdad no se a que vine, no hay quien lo
conforme.
CARMEN: ¿A mi casa? No me hagas reír, vine a buscar mis cosas, ¿O te pensás que te
FRANCISCO: Dejala que haga lo que quiera, va a ser la última vez que la voy a ver y oír.
MANUEL: Yo no me aguanto, voy a ver que está haciendo. (Al mirar sin salir de escena
recibe una gran sorpresa). ¡¡¡Ay mi Dios!!! Tiene un camión atracado en el fondo y
CARMEN: Te voy a dejar la heladera porque mamá tiene, la cama también te la dejo,
las mesitas de luz y el ropero me los llevo, y estás cosas (señala casi todo lo que hay en
escena), las compré antes de casarnos así que son mías. (Comienza a sacar los artículos
mira a Manuel) Dale vos ayúdame. (Saca el cuadro de la mesita ratona y lo pone en el
CARMEN: No señor, solo llevo lo que es mío, el abogado me dijo que la mitad me
MANUEL: (que ha estado dudando que hacer). Y bueno, después de todo para que
CARMEN: (le hace señas a Francisco para que se levante) Vamos, arriba, tenemos dos
sillones así que uno es mío, vamos levántate que me lo llevo. (Lo toma de la hombrera
y lo pone de pie y le dice a Manuel). ¿Y me vas ayudar o no? Dale lleva este sillón.
(Manuel siempre con cara de asombro y dudando sale con el sillón Carmen lo sigue).
FRANCISCO: (ha quedado solo). Que alguien me explique cómo es esto, yo me quería
MANUEL: No entendiste, tu mujer no, tu “ex”, voy a ayudarla a descargar las cosas,
ayudarla a ella? ¿Y qué más va a llevar? Ya que la vas a ayudar decile que me deje algo
por lo menos.
MANUEL: Quedate tranquilo, que va a llevar lo que le corresponde como marca la ley.
(Le toca el hombro). Afloja los nervios, me dijo que se va a llevar todo lo que es de ella
y si puede más. (Gira para irse y vuelve sobre sus pasos). Eso si en ningún momento
dijo nada de llevarte a vos, (se ríe agarra la botella de cerveza, la mira). Queda un
poco, la llevamos porque con este trabajo a Carmen y mí nos va a dar sed. (Sale).
FRANCISCO: (se pasea nervioso y desorientado) ¡¡¡Ahí tenés con el divorcio!!! (Vuelve
Carmen).
CARMEN: (se saca el anillo de compromiso y se lo da). Tomá esto es tuyo, sin bien me
compromete. (Sale).
FRANCISCO: (desilusionado). Mirá que bien, se llevó todo y ahora me deja el anillo,
APAGÓN
SEGUNDA ESCENA.
(Al comenzar la segunda escena todas las cosas están exactamente en el mismo lugar
y con rabia).
FRANCISCO: ¡Alto ahí señoras! No les han enseñado a tocar el timbre antes de entrar a
una casa. (A su esposa) Y ahora vos ¿Qué es lo que querés? ¿Te parece qué te llevaste
poco?
CARMEN: (lo mira asombrada casi asustada). ¿Qué decís? ¿De qué hablás? ¿Estás
me sirve. (Lo busca en todos los bolsillos y no lo encuentra). ¡Pero carajo! ¿Adónde lo
dejé?
CARMEN: ¡Francisco! ¿Por favor qué te pasa? Decime ¿Qué cosas me llevé? ¿Y de que
preguntar.
MARTA: (muy sorprendida). ¿Con mi marido? ¿Estás seguro Francisco lo que estás
diciendo?
FRANCISCO: Seguro es poco, me llevaron todo. (Sin mirar) Me dejaron aquel cuadro en
MARTA: (enojada encara a Carmen). ¿Qué te fuiste con mi marido? ¿Ahh con qué vos
CARMEN: (desesperada y desorientada). ¡¡¡No no!!! Pará, acá hay una confusión, te
juro Marta que no sé nada de lo que está diciendo Francisco. (A Francisco). ¿Vos te
drogaste?
FRANCISCO: Seguro, ahora no sabés nada, pero bien que le decías a Manuel, “ayúdame
con esto con lo otro” hasta la cerveza me llevaron y se fueron los dos juntos.
CARMEN: Yo no sé qué te pasa, pero te tiene que ver un doctor. (Al decir doctor entra
MARTA: (lo toma de un brazo y lo sacude). Para vos desgraciado, te voy a moler a
solo salís con su mujer sino que además le llevaron todas las cosas de la casa.
todos locos. ¿De dónde sacaron esa historia? (tímida sonrisa). Yo de romance con
Carmen, ustedes estás bien locos, yo a Carmen no la veía hacía como dos o tres meses,
MARTA: ¡Ah claro! Era mejor no venir, no sabías que se iba a descubrir todo, y ahora te
MARTA: Vos lo defendes y le cargas el carro a tu marido y me decís que “El que está
mal es Francisco”¡¡¡Y seguro que está mal!!! ¿Qué querés que salte de contento?
Siendo que su mejor amigo y su mujer son amantes y encima le desplumaron la casa.
CARMEN: (siempre tratando de poner calma). Por favor, aquí hay una gran confusión,
imagina cosas sin sentido, es que no sé de dónde saca todo lo que dice.
MARTA: No te hagas la santa y deja de echarle las culpas a tu marido.
MANUEL: Pero, a ver vos (encara a Francisco). ¿Decime que cosas nos llevamos y
cuándo?
FRANCISCO: Pero vos sí que tenés rostro de piedra, apareciste aquí con la excusa de
felicitarme por el divorcio y te me viniste con todo preparado, para que llegara está.
MARTA: Yo me voy de aquí, si hay algo que no soporto es infidelidad. (Se dirige a su
marido). Y vos y yo tenemos que hablar muy claro, pero en casa. (Lo toma de un
brazo) ¡Vamos!.
MANUEL: (sin saber qué hacer, totalmente confundido). Si si, vamos y claro que
tenemos que hablar. (Casi con miedo). Marta, mi amor, aquí hay un error. (Salen).
divorciarte y nunca me dijiste nada y además armaste esta novelita para quedar como
víctima.
FRANCISCO: ¡Qué novela ni que novela! Te llevaste todo, hasta mi amigo se fue con
vos.
cosas te faltan?
FRANCISCO: ¡Ah! Pero vos sos campeona, si tengo que decir cara dura te nombro a vos
cocina, la mesita, que todavía me dejaste el cuadro en el suelo. (En ese momento mira
y se da cuenta que la mesita está, y va nombrando cada cosa con gran asombro y
lentamente porque todo está en su lugar) “El ven ti la dor, la lám pa ra de pi ee, el te le
vi sor, la me sita, un si llón. (Esboza una sonrisa que delata su confusión, se rasca la
CARMEN: (gritando). ¿Háblame claro que es lo que pretendes? Inventas historias sin
sentido, me hiciste pelear con mi amiga, lograste que Marta y Manuel se disgusten
entre ellos, todo porque querés el divorcio ¡¡¡Muy bien!!! Yo misma haré los tramites,
y tenés razón voy a ver un abogado y te voy a dejar en bola, me entendiste, “Bien en
bolas” (se da media vuelta para irse y vuelve, se saca el anillo). Tomá (irónica), me
compromete. (Sale).
FRANCISCO: (se sienta se golpea la cabeza se pellizca). La gran pucha, ¡No puede ser!
Tengo que estar soñando (piensa). O habré soñado lo del divorcio y todo eso, si seguro
que lo soñé y mirá el relajo que se me armó. Hasta soñando es complicado divorciarse.
APAGÓN
TERCERA ESCENA
En escena aparece sentados en los sillones Marta y Manuel y en dos sillas Francisco y
Carmen.
CARMEN: Aquí nos tenés a todos reunidos, ahora explícanos bien. ¡Pero bien claro!
MANUEL: Yo la verdad no he dejados de pensar día y noche. ¿Cómo y por qué? de este
invento tuyo. Con Marta hablamos, trato de explicarle por momentos me cree y por
CARMEN: Con nadie, (poniendo un manto de dudas) ¡No sé! Pero conmigo no.
MANUEL: Se trata que se aclare este tema y vos Carmen encima das manija.
CARMEN: Yo no doy manija, solo digo que conmigo no tenés nada que ver. Esta
hacer.
MARTA: Claro, a eso vinimos, porque nosotros o mejor dicho yo tengo que tomar una
determinación.
CARMEN: ¡Pasar! ¡Algo pasó!, sino no se hubiera armado todo este relajo y como les
FRANCISCO: (siempre con dudas y timidez). Bueno pero si no me dejan hablar no les
esto sucedió debido a una gran confusión (haciéndose la victima). Y tiene razón
Carmen al decir que soy el culpable (con tono de héroe). Y me hago cargo como debe
ser. Pero lo que me sucedió (haciendo énfasis), no se lo deseo ni al peor de mis
enemigos. (Hace una pausa y los mira a todos, comienza a llorisquear, balbucea
palabras que no se le entienden, hace gestos que de alguna manera tienen que ver con
MARTA: Y que me importa a mí que vos hayas tenido un sueño, yo quiero que me
FRANCISCO: Y bueno, es que el sueño lo aclara todo, ahora les cuento. (Por supuesto
Yo me dormí sentado ahí (Señala el sillón), y soñé algo tan horrible, espantoso, quiero
olvidarlo y no puedo, fue algo tan absurdo y disparatado, algo que jamás nunca se me
pasó por la cabeza (Con mucha tristeza y tartamudeando). Yo, yo, yo soñé que Carmen
me dejaba y se iba con él (Señala a Manuel), y me dejaban sin nada. Estaba tan
dormido y ese sueño era tan real y me martirizaba tanto. (Mueve la cabeza en forma
negativa). No era un sueño, era una pesadilla. Cuando ustedes entraron (señala a las
mujeres), yo me desperté de golpe pero el sueño seguía y por eso reaccione así como
lo hice, claro había sido un sueño, pero para mí en ese momento era una realidad.
MARTA: Y no creas que se me pasó, porque hasta ahora no entiendo muy bien.
FRANCISCO: Marta por favor entende, fue un sueño, nada más, eso sí, horrible.
todo cuando vi que cada cosa estaba en su lugar y pude despabilarme y salir de esa
horrible pesadilla.
MARTA: De cualquiera manera pienso que sos un egoísta de mierda, porque soñaste
con Carmen y Manuel, y conmigo ¿Qué? ¡Claro yo no éxito! Pero está bien tuviste un
FRANCISCO: Yo no elegí soñar así, y no fue un sueño fue una pesadilla te lo repito.
MANUEL: Hubiera sido mejor que la que se fuera con Carmen fueras vos. Mirá que
sueño Francisco tu mujer te dejaba y se iba con Marta, eso sí que sería una pesadilla.
(Se ríe).
MARTA: No digas idioteces, solo quise decir que también tendría que haber estado en
yendo del tema central, no discutan entre ustedes por cosas que no tienen sentido.
Acá la cosa es bien clara Francisco tuvo un sueño que por momentos lo vivió como una
realidad, pero ya todo pasó, nadie se fue con nadie y nadie se llevó nada, así que a
seguir viviendo la verdadera realidad, y esta es, que ustedes son un hermoso
MARTA: Si Carmen tenés razón, solo que por culpa del “marmota” de tu marido con
FRANCISCO: (se sienta). Pero te das cuenta vos que desastre se pudo haber armado.
¡Yo no tengo gollete! Soñar que me divorcio de vos. ¡Por Dios que locura!
CARMEN: (con ciertas dudas). A mí lo que me extraña es que hayas soñado así nomás
por soñar (Aseverando). Seguramente vos hayas estados pensado en divorciarte y por
me sentía tan solo, triste, inútil sin saber hacer nada, nada de nada, un inútil total.
CARMEN: Bueno si, ya está, ya pasó, olvidemos todo y volvamos a ser como antes.
(Dirigiéndose a todos).
lavarropas.
FRANCISCO: Si si (con gesto de inseguridad). Pero por las dudas (Hace una pequeña
pausa) ¡Viste! (Carmen se le para al costado con las manos en cintura, gesto de bronca,
y mirándolo seriamente).
pensándolo muy bien, no creo absolutamente nada esta historia. Resulta que ahora al
señor Francisco le entró el apuro de aprender (irónica). ¡Por las dudas viste!
MARTA: Si, pero vos te convenciste muy fácilmente de todo y eso me despierta más
dudas todavía, si esta y vos (señala a Carmen), no venían planeando algo de ante
mano, y el infeliz de Francisco se estaba dando cuenta y ahora después de todo este
relajo, ¡se la ve venir!. No te das cuenta que ni él cree que fue un sueño.
MANUEL: ¿Qué decís? Él soñó que le habíamos llevado todo y cuando despertó todo
MARTA: Mirá cuanto más la querés aclarar más la oscureces y ahora estoy convencida
que ustedes planearon todo, pero después que lo hicieron tuvieron miedo, entonces le
dieron algo de tomar a este infeliz (señala a Francisco), lo durmieron y pusieron todo
en su lugar.
MARTA: ¡A sí! Mirá vos, pero yo soñando o no soñando voy a hablar con mi abogado,
no sé qué harás vos, y ni me interesa. (Con mucha ironía y bronca mira a Carmen). Te
MANUEL: (a Francisco). Y vos ni habilidad para soñar tenés, hasta dormido armas
relajo (sale).
CARMEN: ¡¡¡Pero Carmen tu abuela!!! Ahora soy yo la que tengo mis serias dudas, me
voy a pensar un rato tranquila y así poder sacar mis propias conclusiones sobre esta
APAGÓN
CUARTA ESCENA
(Se encuentra Francisco sentado, fuera de escena se escuchan las voces de Carmen y
Manuel).
CARMEN: Dale Manuel que no tengo todo el día. (Entran y ella le da a Francisco un
cedulón).
CARMEN: El divorció, ¿Es lo que tanto “Soñaste, no? (se dirige a Manuel). Dale Manuel
andá cargando todo. (Manuel obedece, los parlamentos siguientes se realizan junto al
te creyó nada y yo pagué el pato. (Finalmente a que quedado un solo sillón y un cuadro
en el suelo).
FRANCISCO: (con temor y dudas). Decime Manuel, ¿Y vos por qué andás con Carmen
para todos lados? ¿No me digas que te vas a juntar con ella?
MANUEL: No, no lo había pensado, pero no sería mala idea. ¡Ah! Y ahora que me
tendrás alguna silla o algún sillón que me prestes” ¿Te acordás? Me lo llevo por ahí lo
necesitamos. (Amaga a irse y vuelve y con mucha ironía le dice). Ché Francisco. ¿No te
mier….camina unos paso levanta el cuadro que es lo único que quedó, se sienta en el
proscenio, mueve la cabeza en forma afirmativa y decepcionado). Ahí tenés, “Soná con
MARTA: (triste). ¿Yo? Nada, es que sabés pensé mucho y realmente me di cuenta que
MARTA: La casa en que vivimos con Manuel, es de él, y no quiero volver allá. ¿No
FRANCISCO:(asombrado). ¿Acá? Bueno, este, sí, pero tengo la cama grande nada más.
MARTA: No te preocupes por eso, yo duermo en cualquier rincón.
MARTA: (con intención). A lo mejor podemos dormir los dos juntos en la cama grande.
FRANCISCO:( abriendo grande los ojos, con mucho asombro). ¿A vos te parece?
MARTA: Pienso que sí, date cuenta somos dos seres abandonados, engañados, que
han destrozado nuestros sueños, que han hurgado en nuestro interior como ratas en
un tacho de residuos, nos robaron los bienes materiales y aún los espirituales, en
nuestros corazones quedaran grietas producidas por el dolor que nunca sanaran,
nuestros ojos derramaron lagrimas tan saladas que quemaron nuestras mejillas, ¿No te
parece que nos debemos juntar para luchar contras las adversidades que el destino
FRANCISCO: ¡Pará! ¿Todo eso que dijiste quiere decir que nos vamos a acostar juntos?
FRANCISCO: (dirigiéndose al público, con una sonrisa). Después de todo no fue tan
FIN
AUTOR: Mario Diaz Morales