Basándose en lo que el corresponsal del Times de Londres escribió sobre el día de
la liberación de Belsen “Es mi deber describir algo que va más allá de toda imaginación humana” … El periodista John Pilger, manifestó su sentir en el verano de 1979 cuando estuvo en Camboya, en ese ambiente muy silencioso lleno de casas, edificios, etc… En este contexto relata como empezaron a aparecer ríos de dinero de billetes nuevos, donde niños lo tomaron y usaron de combustible. Ocurría esta locura cuando Saloth Sar, conocido como Pol Pot, líder de los James Rojos tomo el control de Camboya. Pol Pot decidio desaparecer las ciudades y que todos vivieran en el campo, también decidió abolir todas las instituciones sociales, elimino todo lo que fuera extranjero o moderno. Aproximadamente un tercio de la población murió ejecutada, o de hambre o exceso de trabajo. Fue hasta que la ONU descubrió los campos de muerte, que estremeció la conciencia mundial al comprender que esa gran tragedia iba mas allá de toda imaginación.
De estos trágicos hechos se desprende una lección:
“El dinero no se puede eliminar, y este constituye la clave de una cultura moderna” Cuando el dinero se convierte en una necesidad psicológica, cuando lo utilizamos con propósitos diversos de los básicos o elementales, cuando dependemos de el para conseguir poder, fama, favoritismo, posición social, o cuando lo gastamos de manera excesiva, entonces asume ante la mente una importancia exagerada, que conlleva a un verdadero conflicto poseerlo y manejarlo.