Está en la página 1de 1

La mayoría de personas que tienen grandes talentos para servir a Dios no se dan cuenta de lo valioso que tienen y es

por eso que a veces menosprecian lo que tienen y no dan todo de ellos creyendo de esta manera que con lo poco
que dan es suficiente, pues su talento “lo llena” todo.

Por otra parte estamos aquellos que a lo mejor no somos tan buenos como otros pero que con un corazón sincero y
humilde tratamos de dar lo mejor de nosotros en cada oportunidad.

Por ejemplo: pueda que tú seas bueno para predicar y no se dificulte, pero esa misma confianza que tienes en lo
bueno que eres para expresarte en público o expresar tus ideas te lleva a conformarte y acomodarte, de tal manera
que no das más de ti para hacer lo mejor, porque sabes que lo harás bien. La contra parte sería aquella persona que
le cuesta expresar sus ideas en público y que le tiemblan las piernas pararse frente a un auditórium, pero que aun así
trata de prepararse lo mejor, ora esperando el respaldo de Dios, estudio para saber bien lo que va expresar, pero
sobre todo reconoce que no es él, sino que es Dios quien hablará por él. ¿Quién dio más?, ¿Aquel que “no necesita
prepararse” mucho porque maneja bien la situación o aquella persona que sabe que no es tan bueno pero que cree
que con la ayuda de Dios lo puede hacer bien?

A veces vamos por la vida confiados en lo “mucho” que tenemos, creyendo que es suficiente para Dios cuando en
realidad solo estamos dando lo que nos sobra y no lo mejor de nosotros

A veces creemos que estamos haciendo mucho para Dios, cuando en realidad no estamos haciendnosotro

¿Cuándo fue la última vez que conscientemente diste todo para Dios?, ¿Cuándo fue la última vez que te enfrentaste
a la tentación y diste TODO de ti para negarte a acceder a ella?, ¿Cuándo fue la última vez que doblaste tus rodillas
delante de Dios para interceder por su respaldo en lo que ibas a hacer para Él?

A veces cometemos el error de creer que somos tan buenos para lo que hacemos que nos olvidamos de que todo lo
bueno que podamos tener proviene de Dios y que el día que Él decida apartar de nosotros aquellos talentos que nos
hacían especiales dejaremos de ser lo que creemos que somos.

Hoy te invito a dar lo mejor de ti cada día, desde que te levantes hasta que te acuestes, cada día de tu vida, en cada
situación que se presente, da lo mejor de ti para agradar a Dios, para servirle, para adorarle, para alabarlo, para que
un día puedas estar seguro y tranquilo que Dios jamás te podrá reprochar que no diste lo mejor de ti en cada
situación, porque sí lo hiciste.

Demos lo mejor de nosotros, porque Dios dio lo mejor de Él enviando a su Hijo a morir en nuestro lugar.

Nunca olvides que Dios da cada día lo mejor de Él para ti por eso y más se merece que nosotros demos lo mejor de
nosotros segundo a segundo.

¡Demos lo mejor de nosotros para Dios!

“Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de
ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de
adorarlo.”

Romanos 12:1 Nueva Traducción Viviente (NTV)

También podría gustarte