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Elementos de Un Sermon
Elementos de Un Sermon
El título debe resumir el tema del sermón o ser una clara referencia al mismo. Es
una forma mas atractiva del tema del sermón.
Títulos fantásticos que prometen más de lo que el sermón puede dar, deben ser
evitados.
Los títulos sencillos, simples, breves, que apelen al corazón y a la mente serán
siempre preferidos.
7.- Introducción
Es una breve porción del discurso, ubicada al comienzo de éste, cuya función es
la de atraer la atención del oyente al tema que ha de ser presentado.
Es de esperar que el oyente venga a la reunión con el corazón y la mente
cargados con sus problemas. Si no logramos atraer su atención a la predicación
es probable que regrese a su casa sin tener idea de lo que se dijo desde el púlpito.
Existen predicadores que no necesitan de elaboradas introducciones. Su sola
presencia atrae la atención de los oyentes y crea un clima cargado de interés en
las cosas eternas. Tan pronto suben a la plataforma o se acercan al púlpito, la
congregación fija su vista en ellos y guarda silencio esperando con gran interés oír
algo de sus labios. Pero aún estos predicadores tan bendecidos, necesitan abrir el
entendimiento y el corazón del oyente a fin de prepararlo para contemplar en toda
su amplitud y profundidad el tesoro de la Palabra de Dios.
De la introducción puede depender que el oyente tome el sermón en serio o en
broma, que quede impresionado por la grave importancia de lo que se va a decir,
o que piense que el sermón no vale la pena y se quede dormido durante todo el
tiempo de la predicación.
Nuestro tema, si somos fieles expositores de la Palabra de Dios, será siempre el
más importante de todo el universo por las edades eternas, esto es: El sacrificio
de amor infinito de la cruz, por medio del cual somos salvados por la fe.
La introducción puede ser sencilla, pero nunca trivial, puede ser interesante, pero
nunca tomará el lugar del tema del sermón, sino que guiará el interés de los
oyentes a él. Estará cargada de un entusiasmo celestial, encendida en el fuego del
Espíritu. Será siempre la promesa de algo muy grande que viene, y que no me
debo perder.
Hechos de la vida diaria, experiencias personales, hechos de la naturaleza,
noticias, etc. debidamente aplicados, pueden servir de introducción para el tema.
La introducción nunca debería concluir en sí misma, sino terminar dejando un
interrogante. Como para que el oyente piense: “¡Interesante! Pero. . . ¿Y ahora
qué? ¿Qué vas a decir ahora al respecto? En la introducción debemos responder
a la pregunta: ¿Por qué debo escuchar a este predicador?
STP “Dr. Juan R. Kempers Profr. Sebastián Ovando G.
8.- Texto
Es una porción de la Escritura donde la verdad a ser presentada aparece con
claridad y que será la base del tema del sermón.
Todos los textos de la Biblia constituyen la Palabra de Dios a través de un profeta
dada a los hombres. Sin embargo, no todos los textos bíblicos se prestan para ser
el texto de un sermón. Procura imaginar un sermón basado en el capítulo 3 de
Job:
3 «¡Perezca el día en que yo nací
y la noche en que se dijo: “Un varón ha sido concebido!”
4 Que aquel día se vuelva sombrío;
que no cuide de él Dios desde arriba
ni haya luz que sobre él resplandezca.
Estas son las palabras de un hombre de Dios, grandemente atribulado por
calamidades repentinas que cayeron sobre él una tras otra y que en medio de su
dolor intenso ha perdido momentáneamente la visión de la grandeza y el amor de
Dios. Este texto tiene muchísimo sentido en su contexto, en tanto nos ayuda a
comprender la angustia de Job, pero, tomado aisladamente, no presenta un
mensaje de aliento para el que está pasando por una gran tribulación.
Pero si vamos al último capítulo de Job, encontramos palabras diferentes del
patriarca:
1 Respondió Job a Jehová y dijo:
2 «Yo reconozco que todo lo puedes
y que no hay pensamiento que te sea oculto.
3 “¿Quién es el que, falto de entendimiento, oscurece el consejo?”
Así hablaba yo, y nada entendía;
eran cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.
4 Escucha, te ruego, y hablaré.
Te preguntaré y tú me enseñarás.
5 De oídas te conocía,
mas ahora mis ojos te ven.
6 Por eso me aborrezco
y me arrepiento en polvo y ceniza».
En este caso las palabras de Job revelan una sabiduría nueva, adquirida junto a
Dios durante su penosa tribulación y de la cual cada oyente puede ser
enriquecido.
Jesús, el Maestro de los maestros, era sencillo en sus presentaciones. Hasta un
niño podía entender sus prédicas: la semilla en el campo, el labrador, los dos
cimientos, la mujer que perdió una dracma, la oveja perdida, el buen pastor, la vid
y sus ramas, la higuera que no da fruto, ¡la viga en el ojo! No necesitaba de
STP “Dr. Juan R. Kempers Profr. Sebastián Ovando G.
9.- Proposición
La proposición es la idea central del sermón presentada en una sola frase.
Puede decirse que ésta es la parte más importante del sermón. Representa una
clara noción de la verdad que se desea presentar.
No tener una clara proposición, implica que el tema no está lo suficientemente
claro en la mente del predicador. El resultado será un sermón vago, impreciso,
que no sabe adónde va. El predicador martilla y martilla, pero nunca da en el
clavo. A la hora del llamado no tiene un punto definido hacia donde llevar las
decisiones y todo el sermón termina derramándose como agua en un cántaro roto.
Podríamos expresar esto usando máximas: “Si no tienes algo bueno para decir,
mejor no digas nada.” O bien: “Si no sabes a dónde vas, no vayas a ninguna
parte.” (Es decir: siéntate y deja que otro hable.)
Esta idea central o proposición, al ser presentada por el predicador, deberá brotar
clara y espontáneamente del texto del sermón ante la mente y el corazón de cada
oyente. Si tu proposición no brota naturalmente del texto, deséchala. Podría no ser
más que una idea personal tuya. Por culpa de estas ideas personales la fe
cristiana está tan dividida en estos tiempos. Si cada predicador se ciñera al tema
sugerido por el texto bíblico sin andar metiendo ideas de su propia cosecha, no
habría más que un rebaño y un Pastor.
10.- Desarrollo
Es la explicación detallada y la aplicación práctica de la proposición.
Está constituido por un arreglo didáctico de las ideas y materiales usados por el
predicador.
Su función es ampliar, ilustrar y aplicar a la vida práctica la verdad expresada en la
proposición.
11.- Conclusión
Constituye un resumen de lo dicho que conduce a reafirmar la verdad presentada
en la proposición.
12.- Llamado
Es una apelación ferviente que brota del corazón de un predicador movido por el
Espíritu Santo y se dirige al centro mismo del corazón del oyente invitándolo a
recibir con fe la verdad presentada.
STP “Dr. Juan R. Kempers Profr. Sebastián Ovando G.