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V7 [HISTORIA DE TA NOVELA HISPANOAMERICANA ‘mo. Buenos Aires, 1929. 165-182: 10) Juan Carlos Ghiano, Ricardo Colinas. Buenos Aires, 1956: Il) Juan Carlos Ghiano, Testimonio de la aovela argent nna, 108-188, 155-167; 18) Eugenio Castelli y Rogelio Barufakli, Eructura mi tea ¢ interioridad de Den Segundo Sombra. Santa Fe, Argentina, Ediciones Cotmegna, 1968. 51 pags: 18) Juan Collantes de Tera, Lat novlas de Ricerdo Giiraides. Sevitta, 1959. 205 “pags. (Mar Adentzo, 18); 14) Juan Marinello, Literatura ispanomericane. México, Universidad Nacional’ Auténoma de México, 1997. 149-168; 15) Luis C. Pinto, Don Segundo Sombra y sus critics. Avellaneda Nueva Vida, 1956; 16) Giovanni Prevital, Ricmdo Giiraides Biogratia y extica, México, Ediciones De Andrea, 1665; 17) Edvardo Roman, Andlisis de Don Segundo Sombra. 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Es decir, hemos observado una concepcién de Ja literatura como. expresién social y una funcién de la literatura utilitaria con diversos matices, que el modo de represencacién de Ja realidad en Ia literatura de cada periodo ha acentuado: en la modalidad de la interpretacién 0 vision del mundo, en la ruptwra de Ia ley de los tres estilos por mezclas de estilo diversas, con modificacion del grado de seriedad de Ia representacién, o en las particularidades estilisticas matizadas también dentro de rasgos permanentes de. sintaxis cause] y pintores- quismo del lenguaje y de la representacién y de un constante color local. En to delinidor, se trata de la representacién de la vida coti- diana y de las formas de experiencia comunes comprendidas dentro de un orden racional y sistematicamente trabado, Neoclasicismo, Romanticismo, Naturalismo 0 bien novela neo- lisica, romAntica y naturalista, constituyen variaciones dentro de un mismo y constante sistema literario. El sistema que reconocemos nace de la interrelacién entre miiltiples aspectos, entre los cuales ‘mancjamos especialmente, concepcién de la literatura, modo de re- presentacién de la realidad y estructura del género. Durante algo més de un siglo, en Hispanoamérica, el sistema de la literatura ¥ de ta novela modernas permanece vigente ¢ invariable, en cuanto tal sistema, aun cuando sus elementos experimenten, parcialmente, cambios. A Io que cl Superrealismo nos enfrenta es a la observacién de una fractura en la historia literaria, a In experiencia no ya de un cam- bio dentro del sistema sino a un cambio de sistema literario y, por consiguiente, no a la alteracién de un aspecto de la novela moderna, sino al cambio de estructura de Ja novela, a Ta aparicién de una nueva novela. 178 HISTORIA DE 1A NOVELA HISPANOAMERICANA Esta fractura permite observar que no se tata sin més de la que- ella entre dos generaciones, entre dos sistemas de oreferencias generacionales distintos —mundonovistas y superrealistas-, ni tan siquiera de Ja variacion de dos tendencias literarias detinidas —Na- taralismo y Superrealismo— que efectivamente existen, sino y fun- damentalmente de la oposicién y diacronia de dos sistemas literzcios, Estos sistemas pueden ser detinidos 0 reconocidos como Realismo el sistema wadicional y moderno que % extiende desde el siglo xvutt hasta 1954— y, provisionalmente, para los fines de Ta caracte izacién: Antirrealismo. Fstos sistemas permiten delinir dos épocas de Ia historia literaria: Epoca Moderna, conclusa y_caracterizable por su sistema completo, y Epoca Contemporanea, en su etapa ini- cial pero con su tipo ideal disefiado la fecha. Como las ondas que en circulos concéntricos se expanden a par- tir del Ingar del impacto abarcando mis y més, asf como se alejan de su centzo, el Superrealismo, definido por la violenta querella ge neracional de las literaturas de vanguardia, hia extendide su sistema a las generaciones siguientes y constguido perlilar en Ia actualidad tun primer periodo de sostenida vigencia, que muesta, a partir de aquel origen, un carécter suprageneracional. Guarenta afios no son bastante tiempo para trazar la imagen de una época, si bien lo son para hacerlo de un periodo. Sin embargo, mas allée esta limita. cién indudable y con audacia que podra ser tenida por temeraria, es posible establecer sobre los cérminos conocidos de la historia de Ja novela hispanoamericana contemporinea, los rasgos de un nuevo sistema y la regularidad de sus oposiciones diacrémicas con. cl sist ma precedente. Superrealismo, en una primera e inmediata nota, significa su- peracién del Naturalismo y, en cuanto éste actualiza las posibilidades Upicas de Ta novela moderna y de Ia literatura moderna, significa esencialmente superacién del Realismo, Este es el primer e inme dliato alcance de la querella generacional y'del enfrentamiento de los dos perfodos en contacto. Supertealismo, Neorrealismo, Irrealis ‘mo, como momentos generacionales, responden al comin sistema de superacién del Realismo tradicional y moderno, y, en 2ste sentido primario, integran Ia constante tendencia que configura el. primer periodo contempordnes: el Superrealismo de que hablamos cn este capteulo. ‘Adentrindonos en el sentido de esta oposicién, Supenealismo es, fen una segunda nota, un nuevo modo de representacién de la reali- dad que se caracteriza en primer término por el descubrimiento de SUPERREALISMO 179 nuevas esferas de realidad y consiguientemente de nuevos modes de experiencia y de interpretacién de a realidad, Esta nueva realidad no tiene ya el caricter sistemético y causal que tiene el orden na- tural en Ia representacidn realista ni se extiende al conocimicnta del mundo en sus manifestaciones externas y eminentemente sociales, La historia del Realismno de la novela tradicional 0 moderna es Ia de un progresivo descubrimiento de estratos sociales y de los aspec- tos exteriores, y determinados externa y materialmente, de Ia reali- dad del hombre, Venciendo tabsies 0 posibilidades limitadas de la tolerancia sensible, Ta novela moderna, consiguié revelar y conquis tar el lado oscuro de la sociedad y del hombre; y cuando agotaba, en apariencias, Jas posibilidades de novedad y de descubrimiento y conquistaba con el aparato cientifico la entera racionalidad de to real, la historia literaria se voleé hacia otro rambo. El mundo representado en Ja novela contemporinea es eminente mente interior, en esencia, es el mundo de Ia conciencia, Se trata de un mundo sorprendente y variado que da lugar a multiples cua: lificaciones de Jo veal, que presenta una condicién equivoca y da Jugar 2 una representacién asistemética, errdtica, arbitraria, de wa. bazén soja o musical, en el orden ins6lito que consiruye. Un irracio- nalismo generalizado domina la representacién y engendra familia. ridad entre érdenes caracteristicos: Ia ambigtiedad de In conciencia concita Ia ambigiiedad del hombre, de Ia naturaleza, del mito, del suefio, de la locura, de Ta poesta, del sexo, y revela la ambigiledad de América, por ejemplo. La representacién se hace asi por Ia con- dicién misma de las cosas, confusa, de limites esfumados, contradic- toria, en fin: laberintica Alli donde anteriormente una interpretacién causalista 0 deter- minista tefifa hasta €] lenguaje con su obsesion explicatoria; nos hallamos ahora ante un mundo cuya motivacién es irrisoria 9 con la irtisién misma de toda motivacién cuando el acontecer se repre: senla como acausal, azaroso, absurdo o gratuito. AIl{ donde el tiem- po era objeto de una representacién lineal, la ordenacién de una cronologia externa y objetiva; nos encontramos acé con un tiempo interior, subjetive, no progresivo sino intensive, que expande el ‘momento puntual para crear un espacio de Ta conciencia: tiempo espacializado, Frente al modo de representacién tradicional, ¢1 nuevo modo de im atrae las determinaciones negativas de deformacién, despersonalizacién, desobjetivacién, desentimentalizacion ¢ incohe rencia, Es cierto, estas determinaciones negativas son verdadetas y 180 -MISTORIA DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA traducen Ta destruccién del modo de representacién tradicional y de Ja imagen de la realidad construida por él. Desde este punto de vista la novela contemporinea pudiera parecer —deslizada de las cosas y sjena a toda realidad. No es asi, sin embargo. La nueva novela y el nuevo modo de representacién revelan realidad nueva ponen en el mundo de Ia novela algo referido al ser y 2 Ias cosas, engendran —en sentido Iato~ un nuevo realismo. En uma tercera nota, Superrealisino es afirmacién de Ia autono- mia de la obra poética, autonomia de la novela, hermeticidad del cosmos literario y autosuficiencia de Ia obra como objeto. Esta no- ta afecta al grado de seriedad de Ja representacién, tan arduamente conquistada para todas las esferas de Io real por la historia del Rea lismo. Ahora bien, la nueva concepcién de la obra que el Super- realismo porta, significa Ia climinacién de la seriedad como cate- goria del modo de representacién y su sustivucién por el humor, por el espiritu de construccién poética, por el espititu hidico, por el delitio y la imaginacién, El punto de vista de la narcacién y de Ja represemtacién se ha trasladado, mas atrés de los sentidos, a la interioridad de la conciencia constructiva o poctica del natrador: Un expresionismo fundamental caracteriaa la nueva representacién de Ia realidad. Superreatidad es lo asi puesto en el ser, que aumen- ta y enriquece nuestra realidad con nuevos drdenes de existencia Destruccién del mundo y del lenguaje, configuran la -uarta nota de nuestro concepto del Superrealismo. Gon Ia desaparicién de la trabazin sistemética y causal de la realidad, desaparcce la sintaxis| hipovictica y causalista y es sustituida por wna sintaxis que elude toda oracién causal y toda hipotaxis, Un asintactismo marcado cae racteriza la prosa superrealista, La yuxtaposicion y la inconexién se convierten en norma universal que configura montajes verbales 0 sinticticos dle bruscos cortes y violentas modificaciones insSlitas. La lengua literaria tradicional es desplazada ¢ ironizada por una nue va retérica imaginista o por una taraceada estructura que reine ele mentos de variado origen y configura un modo de deci: en donde € mds. significativo el momento constructive mismo —que reine engua literaria, lengua hablada de variados niveles, citas, grafias arbitrarias, jitanjaforas, etc—, que la cottespondencia escricta como expresion psicoligica 0 social de él Esta dimensién verbal de Ia novela es importante porque ha centrado vivamente el interés sobre el lenguaje cle la narracién y contribuido a despertar en el narrador contemporineo Ta concien- cia de la estructura del lenguaje de Ia obra. Aspecto en el cual Ja SUPERREALISMO 181 critica hispanoamericana contempordnea y la teorfa literatia en es pecial han sido guias y adclantadas seguras en nuestra historia li- teraria, Este complejo sistema superrealista se recorta con caracteres bien diferenciados sobre el horizonte que forma Ia totalidad de la novela moderna, en esta oposicién ftmdamos el criterio para afirmar el origen y I permanencia de una nueva época en Ia historia de la novela hhispanoamericana, La goneracién superrealista de 1927 constituye Ia auténtica van- ‘guardia de la literatura hispanoamericana contemporinea; es la pri. mera generacién superrealista y Ia definidora de un sistema nuevo como acontecimiento cuya institucionalizacién crece y se desarrolla ‘como una nueva época en la historia lteraria, En ella se dio antes que en ninguna otra la conciencia de 1a poesia y el creacionismo fundamental de la nueva novela. Sus figuras prineipales se cuentan entre las més originales e innovadoras y su significacién no es siquiera discutida, Sus grandes poctas y fierradores Ia convierten en la prime- ra generacién auténricamente contemporinea y universal que gravita ademas poderosamente en el mundo de las letras sobre América y Europa. Asturias, Borges, Carpentier, Mallea, Marechal, Yafier, son grandes creadores de universos, Ellos recrean una antropologia pot tica restituyendo al hombre su humanidad y representindolo en su interioridad y en su anhclo de conocimiento sin ignorar su miseria 6 Ja miseria de sus limitaciones ni desconocer la gloria de sus obras (© sus sucfios, A nuestro entender, son estos grandes narradores los auténticos adelantados y fundadores de la nueva novels La generacién neorrealista de 1942 configura una reaccién o regresign dentro del perfodo en relacién a Ia nueve novela, por cuan- to su modo de representacién de la realidad y otros aspectos, impor- tan una reactualizacién del sistema realista. A la Tur de esta perspec tiva, ¢5 claro también que ¢l sector minoritario, el que no consigue imponer en Tx vigencia literaria Tas formas de Tz novela nueva, 8% me el nuevo modo de representacién y la nueva literatura y crea ort ginalmente dentro de las condiciones de posibilidad que le dicta. Onetti, Cortizar, Rulfo, Droguett, Ia Bombal, Arguedas 0 Roa Bas- tos, se transforman a Ja larga en las figuras relevantes y su novela, fen la dominante, Sus caracteristicas son nuevamente Ta proyeccién de mundos creados revelados en construcciones notables, en las cuales se acentita a indeterminacién de lo real y 1a incoherencia del tipo de narrar. Ha de subrayarse que el Neorrealismo de esta gene- racién debe verse en una dable dimensién contradictoria: nuevo 182 HISTORIA DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA realismo frente a nueva realidad. Es, ademas, el conflicco a que se enfrenté la generacién y el origen de su crisis interna, La generacién irrealista de 1957 se define esencialmente en st: po- mica con el Neorrealismo de la primera hora. Esta generacién re- eupera el sentido original del Superreatismo y asume si modo de representacién de manera original y sorprendente. Flla sefala, mejor que nadie, las ilimitadas posibilidades de la imaginacién y la varie dad de aspectos y momentos constructivos a que puede arribarse dentro del sistema, Las obras de Garcia Marquez, Donoso, Fuentes, Denevi, Cabrera Infante o Puig, consolidan fa significacién excep- cional de la novelistica hispanoamericana contempordinea y expresan de modo inigualable los rasgos del periodo. Esta generacién ha des cubierto el Lenguaje como especticulo y la estructura de lenguaje de la obra como tal. Su destino literario permanece abierto como 10 festa su vigencia actual. A la fecha va sélo mediando In vigencia ge- neracional de los hombres del 57. Ellos son Ta expresién madura y fecunda de nuestra creacién novelistica actual. Son parte principal de nuestra actualidad; ellos dictan el rumbo de nucstra historia li teraria, La generacién del 72 incorpora a la historia literaria wit gru- po de escritores que ha penetrado al escenario Historica con talento creador, universalmente reconocido y que nos permic te observar @ los novelistas en el periodo de gestaciGn generacior nal. Podemos decir de elios que, con prontitud y agudera sorpten- dentes, han sabido asumir el nuevo sistema literario, Exe ha sido desile el primer momento el horizonte de su creacién y asf parecie- fa que munca han hecho otra coss. Cumplido el curso de su perfodo de gestacidn, sus figuras salientes tienen un relieve insosfechado. El nombre de Vargas Llosa 0 los de Gustavo Séinz, Jost Agustin, Rei naldo Arenas o Severo Sarduy, son los nombres de figuras de reso. nancia conocida o creciente en nuestro mundo literario.hispano. americano. Son también los creadores de 1a nueva imagen cuya cifra Ro nos es posible discernir en el horizante remoto. 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Su periodo de gestacién se extiende deste 1920 hasta 1934. ¥ su vigencia alcanza los decisivos afios de 1985 a 1949. Esta es una generacién de franca ruptura con la tradicién inmediat, Aunque sujeta al desafio del Mundonovismo en cuanto a la bdsqueda de una expresién nacional, su respuesta importa’ una remocién de las concepciones modernas tradicionales y un rechazo definitive del Natura- Tismo en literatura. EI espititu iconoclasts de esta generacién tras- ada, en apariencia, el énfasis contenidista del periodo anterior a un nuevo énfasis formalista. La verdad es que el modo general de re presentacién de ia realidad ha sido renovado y con él muevas con- epciones del mundo, otras esferas de realidad, atraidas a las formas de tratamiento serio y nuevas condiciones estilisticas, acen de Ta nueva novela, como de la nueva literatura, una realidad extrafia, La perplejidad experimentada ante Tas nuevas modalidades narra- tivas no es el signo menos importante de esta renovaci¢n, AI con- tiario, Ia literatura vuelve a cobrar, mediante la extrafie:a, el senti miento de revelacién de lo nuevo, de lo no experimentado antes. ‘La querella generacional, que en sx momento de encuentro, afron- ta en verdad, dos tendencias y hasta dos épocas de la literatura, pue- de comprenderse cn distintos planos. De esta manera, podré mos. trarse adecundamente el sentido de Ia generacién y la virtual cin de una nueva tendencia y adivinar —no sin audacia es cierto— el comienzo de una época de la historia literatia. La nueva vigencia gencracional es el Superrestismo, Lamenta- Dlemente, esta vor aparere ya cargada ~aunque débilmente entre nosotros de algin significado, y es necesario para darle al corres pondiente valor terminolégico, seotar su significacién en esta parte. Con juvenil dnimo de cambio y de ruptura con los esquemas recibidos, esta generacién, desenvuelve su periodo aspirante en simn- patia y activa prictica de la literatura de vanguardia. No sélo asu- me las formas europeas 0 norteamericanas, sino que crea con audaz, friginalidad movimientos propios de universalismo marcado y de franca apertura a todos los vientos de la refrescante € inconoclaste (GENERAGION DE. 1997 185 vanguardia poctica, Agrupaciones, ismos, revistas, manifestaciones poéticas, exposiciones insélitas, figuras de gran ascendencia perso. nul, revelan ia voluntad de twansformar la quieta e indiferente vida literaria en un suceso de interés social y de vitalidad creadora, De 1920 a 1934, tiene Ingar esta gran inquietud que prolifera en crea cionismos, ulrafsmos 0 estridentismos y otras tendencias menores Es un momento dominado por el prestigio y In sorpresa de la poesia Tiriea y de notables poetas renovadores. Algunos de esos poctas es aziben en esta etapa obras perturbadoras de ta tradicién recibida y ‘motivo de escindalo de los mundonovistas. Sin que tengan, acaso, ‘otra significacion que la de representar posibiidades nuevas salvo fea Borges, Huidobro, Neruda, Valljo, escriben narraciones cortas Y novelas que constituyen una novedad atrayente y extrafia La narrativa de esta generacién tiene, en este Iapso de gestacién, tun caricter tentativo. Comienza por reducir ta esfera de realidad al hhombre y a su conciencia y traslada consiguientemente la estructura de in novela del espacio al hombre. Este fenéimeno fue entendido de un modo exterior: por la eliminacion de las descripciones de es cenarios © paisajes. Su ausencia era consecuencia directa de una smueva estructura que no les da lugar o las subordina a la visién y configuracién de Ia realidad personal. En un primer momento, por su escasn alteracién de las preferencias mundonovistas, parece um mundonovismo de formas afinadas, adelgazadas, despojadas de cle ‘mentos decorativos, en favor de lo exencial y humano. No ha faltado quien viera en estas expresiones lo mejor del Mundonovismo. Debe destacarse, en todo caso, que el poder prestigioso del momento an- terior era y seria todavia muy grande, A la larga, concluirla por con- formar wna antinomia —configurada desfigurada por la polémica literaria y generacional— entre universalismo y nacionalismo en Tt feratura, La historia supera dialécticamente esa contraposicién polé mica dando una perspectiva universilista a la representacién de la realidad en Ta Titeratura de ta generacién, Es esta nueva perspectiva Ja que define esencialmente los términos del Superrealismo del mo- ‘mento que consideramos aqui. La vigencia superrealista significa la Sincronfa con Jas tendencins vigentes en el mundo occidental y, en rauchos casos, Ia participacién inmediata en la generacién de las i sovaciones. Esta vigencia se caracteriza por la madres aleanzada en Ja fiteratura de Ia generacién hacia 1935, La produccién que se co- nnoce de alli en adelante porta ya las caracteristicas definidas de un nbio original en nuestra historia literaria. Los novelistas enuncian con clara conciencia poética la renova- 186 [IISTORIA DE LA NOVELA HISPANGAMERICANA, cidn de Ja novela en sus variados aspectos. Las notas fundamentales tocan a las nuevas esferas de realidad con las que sc cesplaza las preferencias mundonovistas, Eduardo Mallea, Leopolde Marechal, ‘Alejo Carpentier, Manuel Rojas, Miguel Angel Asturias, Agustin Yatiex, entre los més destacados novelistas de esta generacién, re- presentan Ja cabal correspondencia entre la conciencia de la poesia en los narzadores y sn ereacién novelistica. La autonomia de la obra, su hermetismo, son afirmados contra la aspiracién decimond- ‘nica de hacer de Ja obra un instrumento util para el cambio social 9 moral. Una nueva comprensién de la obra novelistica como forma de conocimiento pottico, conocimiento sui generis manifiesto en ta ferzazin expresiva de Ia obra: una suerte de revelacién poética que Jreclama ser aprehendida 0 comprendida en su singulardad, como expresion inmanente de la obra y no como momento especulativo segim se aparecfa en Ia novela tradicional. A esos rasgos, se suma una nueva concepeién del lenguaje que se adectia a Ia representa- n de dimensiones insSlitas de la realidad y, también, al herme- tismo de la obra que rehuye en este aspecto el pintoresquismo de Ia generacién anterior La conciencia es ida en Ia esfera de realidad que desplaza Ia exterioridad de la representacién uadicional de la socisdad y del hombre, junto con el determinismo materialista que cubre en toda su extensién la historia de Ia novela moderna hispanoamericana, | Con Ia conciencia, se interioriza el mundo narativo, se desobjeti- vira Ia vepresentacién ordinaria de las cosas, se modifica Ia nociém del tiempo, se subjetiviza la perspectiva narrativa, la disposicién na- rativa se hace rapsédiea y da lugar al montaje como forma innova- dora. Caracterizados desde una dimensién interior Jos pe:somajes de- jan de ser determinados por rasgos fisicos © indumentarios, sicologi- os 0 patolégicos, para encamar esencialmente tipos de conciencia, tipos de existencia, temples de énimo fundamentales, que vienen a constituir Ia realidad de los seres. Todavia se nombran en las for zmas ordinarias y tienen profesiin o realizan actividades convencio- rales, pero no encuentran en estos rasgos st forma sino en aquellos nuevos fundamentos. El espacio pierde todo relieve en la narracion © viene a ser una extensién de los personajes, Ia expresién de un lima moral, Ia manifestacién de un temple de énimo, o la represens tacién de Ta hostilidad o del abrigo det mundo. ‘Los modos nannativos, en corespondencia con Ia esfera interio- rizada de la realidad, son formas directas o indirectas de presente- cién de Ia interioridad de los personajes. Los mocios indirectos son, GENERACION DE 1927 187 fen general, desplazados por los modos directos de Ia narracién: co: rriente de la conciencia, mondlogo interior, deseripcién onirica, au tomatismo verbal. Fl dislogo alcanza notable relieve como modo de presentacién directa y, como forma de lenguaje, innova también frente al didlogo convencionalmente literario o ante el pintoresquis mo del hablar ristico, caro a los mundonovistas, La ambigedad se instala como representacién de Ia precariedad de a existencia 0 del caricter Iarvario del mundo; de la inmadu- ree de la expresi’m americana o del simultaneismo de sus estadios hhistéricos; de Ia concepcién religiosa o mitico primitiva del univer so. Las preferencias generacionales se ordenan hacia la representa cién de Ia irracional condicién de niveles de realidad como el sue- fio, Ja existencia, Ja religién, el mito, lo imaginario. En estas esfe- ras de realidad, se encuentra un venero que alimentard las prefe- rencias de Jas generaciones siguientes. En novelas como El Sefior Presidente, Fiesta en Noviembre, Los Pasos Perdidos, El Acoso, Al filo del agua, Adin Buenosayres, con- templamos Ja caida de lo sagrado como forma de Ia degradacién de In vida y de Ja cultura, Las formas del rito ponen sentido en ef mundo y, su emprobrecimiento, su alejamiento de los origenes 0 su demoniaca mundanizaciOn, se ofrecen como los extremos de una forma interior de la novela superrealista. En ella el Ambito seguro, €l sentimiento del paraiso, la infancia, se contraponen 2 la existen- cia expuesta, In hostilidad y el vieqo del mundo, el olvido de las formas esencisles 0 Ia conducta abominable. Debe seiialarse, es cla ro, que esta contraposicién encuentra su simbolo de conjuncién en Ja propia condiciém humana; se es Angel y demonio, grande y mise- rable, noble y malvado. La representacién asf elaborada muestra al menos dos aspectos distintos. Uno, corresponde a ta secularizacién de aspectos de Ia vi- da o de la cultura religiosa on Ja sociedad burguesa que cambia el signo de Tos abjetos o de los ritos, los desacraliza y pierde asi el sem tido de los orfgenes auténticos de su propia realidad. Ou, dice re- lacién con Ia necesidad del orden y del ceremonial para la concien- ia de las formas y para el sentimiento de seguridad en el mundo, De modo que, en este ltimo aspecto, 1o mftico y religioso se da Tare vado y proporciona forma a la aspiracién mitica a la felicidad y al sentimiento de amparo, Cuando Ta novela de esta generacién nos pone frente a un natra- dor que interpreta Ia realidad, lo que se pone de inmediato en evidencia e¢ que au comprensién de las cosas se sujeta a una inter- 188 [HISTORIA DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA, pretacion ambigua de la realidad. Es asi que In perspecciva que lo define es la de una conciencia mitica o religioss, existencial 0 poe tica; 0 bien, corresponde a un tipo de conciencia determinada por cierta intencionalidad particular o cierto nivel de interioridad (vi gilia consciente, conciencia difusa, preconsciente, incons:iente) . Los narradores excepcionales por su capacidad de interpretacién, zompen los esquemas racionalistas y proponen muevas formas de comprensién de lo real. El acercamiento tel mundo de la epopeya y.el de la novela, del mito y de la realidad histérica, de la civiliza- cin y Ia cultura (en el sentido de Unamuno), de la historia y Ta intrahistoria, conforman un mundo de legalidad propia que afirma y fustiga, No sé trata nunca de un universo inerte ni de una mera figuracion poética de puro alarde esteticista. F] universe de Ta no- vela superrealista esta profumdamente animado por un sentido de conocimiento y por un profundo sentido éticomoral. Los valores sefialados no constituyen momentos especulativos de la cbra, ni di- sgresiones, ni comentarios, ni de narrador, ni de personajes, sino que, exencialmente, brotan de los momentos constructives de Ia obra y de Ia identidad activa de sus personajes. Con Ia novela superrealista hispanoamericana de esta generacién, se realizan las obras de mayor originalidad y riqueza de Is ptimera mitad del siglo, Muchas de estas obras, traducidas a multiples idio mas, han valido a la novela hispanoamericana un renombte de oti ginalidad y de valor que se identifica con una primera madurez de la expresién americana, la que pone una vor nueva y verdadera en Ia novela contemporinea, Se ha olvidado, cuando convenia recordarlo, que mucho de Io mis reciente y resonante de la novelistica hispanoamericana contem- porinea tiene en esta generacién su origen, Las consecuencias for- mativas derivadas de Ia novelistica de esta generacién pueten medi se, para Ia asuncién y el cambio, a Jo largo de todo el pertodo. Las variadas formas que alcanza Ia despersonalizacién del narra. dor y sus diferentes grados, la novela de miiltiples nartadores, la novedosa disposicién narrativa, estin entre Jo mis origiral y nota- ble que puede hallarse en la novellstica contemporinea. La nove- dad y singularidad del mundo representado y su maestra elabora- i6n en muchas y muy distintas novelas de esta generacién, le han valido universalmente ¢l reconocimiento admirativo y el sentimiento de conmovida extrafieza de la critica extranjera. Entre los representantes mas destacados de esta generacién se GENERACION DE 1927 189 cuentan: los chilenos Manuel Rojas (1898), cl més destacado de su generacién, autor de Hijo de ladedn (1951) una de las novelas im. portantes de la literatura hispanoamericana contempordnea; Benja- min Subereaseaux (1902), antor de Jemmy Button (1950); Carlos Sepiilveda Leyton (1894-1944), Alberto Romero (1896), José San. tos Gonzilez Vera (1897-1970), Luis Durand (189%1984), Juan Ma- rin (1900-1963) ; Jos argentinos Roberto Arl: (1900-1942), una de Jas figuras significativas de esta generacién, Eduardo Mallea (1903) a quien estudiamos mds adelante, Leopoldo Marechal (18981970), fl notable autor de Adin Buenosayres (1948), BI Banguete de Se vero Arcingelo (1965) y Megefon o la guerra (1970) uma de las voces mas originales de la narrativa hispanoamericana contemporé nea; Pablo Rojas Paz (1896-1956), Elias Castelnuovo (1893), Ro- berto Mariani (1893-1946) ; el uruguayo Enrique Amorin (1900 1960) ef més destacado narrador de su generacién en Uruguay y tuna de las figuras importantes en el plano hispanoamericano; Jos paraguayos Natalicio Gonzalez (1897), Lucio Mendoca (1896) y Justo P. Benitez (1895-1962): los bolivianos, Carlos Medinaceli (1899-1949), Luis Toro Ramallo (1898-1946); Jos perwanos César Falcsn (1902), Augusto Aguirre Morales (1890) Francisco Vega Seminario (1908); los ecuatorianos Benjamin Carrién (1898), Fer- nando Chaves. (1898), César Arroyo (1890-1987); los colombianos Gésar Uribe Piedrabita (1897-1951), cl autor de Tod (1988) y Mancha de aceite (1988), Eduardo Arias Suézez (1897-1958), Re fae) Jaramillo Arango (1896), Gregorio Sinchez Gémer (1895- 1942), Félix Henao (1900), José Restrepo Jaramillo. (1896-1945), Antonio Alvarez Lleras (1862-1956) ; los venezolanos Teresa de la Parra (1891-1936) Ia autora de Higenia (1924) y Memorias de Max nd Blanca (1929), Enrique Bernardo Niiter (1898) ; los eubanos Alejo Carpentier (1904), Federico de Tbarzibal (1894-1958), Mi- guel_ de Marcos (1894-1954); el nicaragiiense Hermin Robleto (1895); Jos guatemaltecos Carlos Samayoa Chinchilla. (1898), Car Jos Wyld Ospina (1891-1958), Flavio Herrera (1892); los mexica- nos, Agustin Yéfiex (1904), el mis importante novelista de su gene. racion y uno de los grandes novelistas hispanounericanos conte porineos, autor entre otras novelas importantes de Al filo del agua (1947), La Greacién (1959), La tierra prédiga (1960), Las tierras laces (1962); Ia primera y la ditima de las nombradas deben po- nerse entre las mejores novelas contemporineas y entre las més ori- ginales y significativas dentro de la historia de la novela mexicana; Rafael F. Muiior (1899), Gregorio Lopez y Fuentes (1897), José 190 ISIORIA DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA Rubén Romero (1890-1952), José Mancisidor (1895-1956), Ermilo Abreu Gomez (1894), Francisco Monterde (1894) En la obra narrativa de Miguel Angel Asturias se simtetiza con ex: trema originalidad To que ia novela contemporinea hispanoameri- cana tiene de representacién ambigua, .de grotesco revelador, de ereccidn de un mundo poéticamente auténomo y de eitupendo es pecticulo verbal. De la originalidad de su mundo y de su Jenguaje, habla con claridad el sentimiento de extraiiera exteriorizado por Valery al prologar Ia edicién francesa de Leyendas de Guatemala (1930), que anticipaba, por igual, una poética nueva y revelaba un anundo maravilloso. En la extensa obra del Premio Nobel 1967, destaca por su signif. cacion dentro de Ia novelistica asturiana y por sus valeres intrinse- cos, EI Sefior Presidente (1946), que inicia la serie de sus notables novelas y concentia en ella sola las posibilidades narmativas que se desarrollarén ulteriormente en muy diferentes obras. El Sefior Presidente es la novela de la deformacién demontaca del poder politico. No hay en toda la novelistica hispanoamerieana ni en toda Ia novela contemporinea una obra que represente de modo tan extraordinario y turbador la maléfica y omixosa. presen cia del poder humano absoluto y su aniquiladora influencia, Ni la hay tampoco que, proyectando tan universalmente su sentido, arrai- jgue tan profundamente en formas particulares de Ta realidad y det modo de sentir hispanosmericanos. a figura del Seftor Presidente encarna el caricter difuso, inasi ble e incierto, del poder maligno. Es una potencia incortrarrestable, aniquiladora y mortifers, en su imperio absoluto; cruel y sanguina. ria, en su demonfaco cardeter; perversamente cémico, an el espec- ticulo de su propio poderio, Para prestarle el cuerpo mitico que le conviene, el Sefior Presidente cs caracterizado con la figuia i precisa que le presta la creencia popular, fabuladora de wna ima- gen temible y canicaturesca, o la representacién de igual origen que To presenta vestido de negro enteramente y con un rostzo descar- nado semejante a las representaciones populares del demonio. En otros momentos, es uma figura vulgar y degradada que se muestra caricaturescamente en sus acciones dafinas 0 sus momento desapa- cibtes. Sin embargo, su ambigiedad esencial se reviste de nuevos sig- nos asi como su poder aparece diviniado en sus atributes —una (CENERACION DE 1927 191 were de abioluto de boldlo de ser tedepoderow, omnisciente, Isterion y twemendo, Gieto orden celeste parce eatileeene oe retain al Sehor Presiden, cuando Te Jace, tsierara 4 tiramo, emona et samo de ls alabansas “Talo oe conte” (i x0) 0, com imprdenci, el general Canales habla de los "Pin cipes de i mili" 18), poniendo en coro sreamglio ot ge de ln repiblia, Lo eseneal ech to cao, In vs mu de Miguel Arcinge, que Gs el favorito del Senor, Lo ambigvo concierta ts contaion svanda Contemplamion que earctr celeste del tirnno y del mundo no cy tal, sino verdadcramenteInferal y que este delo no lo es weniade tna liga demonfaes Ae no, cotesponde el que I Calta de Cara de Angel poses tombién un ca precipita el mal, aunque st wna woberbia mneangic, sino el bien, pur redimido por el amor de Comila petde el favor del tirana yo Que lo obrado exeap6 por un siomento'a ss deignion Obedlente 4 We ambigislad generaitada del mondo que we reconoce 2 parr de Y' ls osrtad de fo cafdo en bs tebe BI disonamte son de las cempanas que Taman a a oracién al ini Giane’ la novela, doblando o aldobleanda on, conjuraaraica gue convoca la piencia de Tos pongo dela plan, Treas mons trllas, amicipn una vsin permanence de ambighedad temenda 9 tenor le dintuaidad permanente ua atmbutera erepuscule ¥ noe nos qi también Miguel Cara de Angel, anagran walidad que representa Io inverso de una teolo: lecir, una demonologia siniestra y engaiiosa, se st Perpone otra visién, esta ver arnaigada en el mundo raltico ameri- cano, Al scr enviado Cara de Angel como embajador del Sefior Pre. sidente en Washington, edivina oscuramente la amenaza en una vie sidn mitica que se abre enue sus cejas —el tercer ojo de Tas visiones maravillosas— y alli, representada en el espacio sagrado que enci ran cuatro sacerdotes —el mundo en todos sus cuatro términos contempla el robo del fuego por el dios Tohil que aja el mundo a ‘oscuras y priva a los hombres del calor, del alimento y de Ta vida El precio de la restitucién, que los hombres claman desde su miseria, 19.-ta Nowa 192 [HISTORIA DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA serd pagado en vidas hnmanas, Esta visién proyecta de inmediato sus rasgos sobre Ia realidad humana, La gratuidad del poler abusivo, cruel y sanguinatio de Tohil es un andlogo adecuado para el Sefior Presidente; lo es también para Ia oscuridad del mundo, para el te- ror de los hombres y atin para la esperanza de éstos ues el con- tentamiento del dios puede tracr el amanecer y la reititucién del fuego; pero Io es sobre todo para el desdibujamiento det contorno de todo lo real, es decir, para la ambigiiedad generalizada del uni- verso: "No habré ni verdadera muerte ni verdadera vida” procla- mara Tobil. El efecto de esta vision es el de una autémtica epifania esto es, nento narrativo en el cual se pone de manifiest el sentido an sentido~ de Ia realidad. Hay que agregar, para una cabal coms prensidn de lo que acontece en esta novela, que tal epifanfa opera sujeta 2 un principio de reffexividad, de modo que Ja inteligencia del mundo se modifica en sus términos conocidos asi cemo actita la epifania y a partir de ella. de un mn Gontemplamos un fenémeno similar cuando el tiiritero loco Don Benjamin—, quien ya entrega Iuminosas dimensiones a Ia realidad que revierten sobre Ia naturaleza misma de la novela y de lo imaginario en general (1, vin), revelando lo ambiguo de su condicién, deseubre en el Epifogo la condicién cémica del universo, al desenmascar la doble condicién de los personajes, su falso ros tro, st miserable condicién servil 0 su involuntaria investidura im: puesta. Con la Iucidex implacable que la locura muestre en el mun: do de lo ambiguo, el loco-cuerdo descubre el mundo como teatro y su autor cdmico, La analogia proyecta grotescamente la imagen Gegradada de un theatrum mundi, en nada comparable a la gran- Giosidad calderoniana ni a Ia providencia magna del autor, al de un orden guifiolesco y a la operacién cémico groteca de un titiri tero, La pregunta del mindsculo don Benjamin: “:Quién te fizo figura de figurén?”, tiene respuesta inequivoca en el contexto na- arativo. El poder de enajenar a los hombres de su ser y, mediante cl terror, someterlos al juego arbitrario de su voluntad pertenece al Sefior Presidente. Esta nueva epifania debe superponerse a las re- presentaciones anteriores para reconocer Ia imagen perfecta del ti- rano, cuya identidad no responde con exclusividad a niaguna de Jas tres principalmente sefialadas ni tampoco a las carzcterizaciones menores, incluida Ja tervifica de Ja arafia ~en e] juego de Ja arafia y la mosea—, que pone un extremo de sadismo y perversa brutalidad en Ia caracterizacion del personaje, sino que —ambiguamente— las GENERACION DE 1927 198 concierta todas y las superpone para cobrar en su compleja confue sidn la estatura de su realidad maléfiea, de contornes imprecisos € imposible de intuir en su tltima esencia, Si miramos ahora Jos acontecimiemtos, observaremos cémo se ac tualizan en el mundo, trasmutindolo todo, los poderes malignos det Sefior Presidente. Fsas acontecimientos sieven regilarmente para confirmar y trazar en su raro perfil los rasgos determinantes «tel tirano. De modo que Ja historia que se narra —su linea principal— y sus multiples derivaciones condicionadas por el desplazamiento de los personajes en el espacio, configuran un mundo destealizado que ¢s el mundo del Sejior Presidente. No en el sentido de la iden- tidad personal, que no posee, sino en ¢l sentido del efecto que lo tiene por causa. De las determinaciones sefialadas, brota la compren- sidn de un espacio a la luz de un poder desrealizante que resulta indispensable e inseparable de é1 para su comprensién, En su carac- terizacién ordinaria, el Seftor Presidente, aparece como una figura mds dentro de un mismo orden que extiende su poder malético por el mundo, y esto por cierto acrecienta su ambigiiedad. No aparece como personaje portador del mundo. El estrato portador del mun- do es el espacio, en él se reconocen Jos términos de la realidad y se generalizan a todos Jos rincones. En él se revelan las potencias abo- minables como momentos constitutivos del mismo. El Mal es una —es la condicién de la realidad, su grotesca condicién se percibe fanto en Ia presencia incierta de los poderes malignos como en los momentos estructurados del espacio que reconocemos ambiguos, des realizados, satirieos, demoniacas, larvarios, en la miseria de lo hu- mano caido y extremadamente precario. Una sorprendente densidad de la significacién de lo grotesco adqniere la representacién del mundo en este banquets de la ndusea, Caracterizaciones y motivos revelan por igual las condiciones det espacio representado. El Pelele, inerme, mata a Parrales Sonriente poscido por una fuerza ciega. Testigos son los pordioseros de la pla za, Interrogados, dicen rapidamente la verdad para salir del asunto con presteza. Pero, por una parte, cimo puede ser responsable un irresponsable: el Pelele es un idiota. Por otra parte, el Auditor de Guerra y el Gobierno tienen su propia verdad y sus propias culpa. bles. Pata tos pordioseros se hace claro que Ia mentira es verdad y la verdad mentira; Inego, mienten y salen en libertad. El Mosco, wn rmiitilo ciego, da testimonio de Ia verdad y, a pesar de no servir téc- nicamente de cestigo por su ceguera, es torturado y muerto gratu mente, 194 HISTORIA DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA Uno de Jos culpables seria el general Canales, el Presidente enco- mienda a Cara de Angel tramar una falsa fuga para pranderlo; éste, por su parte, planea como subterfugio un falso rapto de la hija, Camila, del general. A pesar de ser un plan ingenuo hasta para nifios, Ta falsa fuga resulta verdadera y el rapto con intencién de abuso, concluye en amor y matrimonio. El amor y Ia redencién de Cara de Angel se convierten en causa de su caida y perdiciém y concluyen en’ su muerte, desmoronada Ja esperanza que Je daba aliento por una dltima insidia dal tirano: un. Prisionero compra su libertad deslizando Ia especie de que su espo- sa es la preferida del dictador Camila es la belleza femenina y el poder incontrastable y seduce tor de la mujer: es un arquetipo de lo creador, fecundo y regene rador. El Scior Presidente —que es el arquetipo opuesto, del mal, de lo feo (carente de formas) y de la muerte— no puede sufrir sa presencia y luego de Ia invitacién a las damas se retira funesto, Son dos opuestos irreconciliables y Cara de Angel concita diversamente su accién. En la medida en que les son reconocitlos cicrtos reinos a cada uno de estos personajes arquetipicos, a Camila le carresponde Ja luz. Esta acompasia los escasos momentos de plenitud alcanzado por el amor, en medio del reino tenebroso dle Jas sombras que co- sresponde al tirano. Estas oposiciones regulan toda Ja estructura nae mativa, Los motives secundarios ilustran por igual Ja violeacia gratuita y absurda, a veces tortuosa en su origen como con frecuencia en el siniestro Auditor de Guerra, hechura ambigua de su amo y més que eo una extensién del mismo, Asi en la tortua y prisién de Nifia Fedina, como en el suplicio de Lucio Vasquez @ el engatio de Rodas, que vende inconscientemente a su mujer, Cosa semejan- te acontece en Ja aprehensién de Cara de Angel por el snayor Far- fén que se ensaia en él y a pesar y porque le debe la vida. En a extension del terror, los casos de deformacién del vinculo humano, tiene relieve la conducta de Jos tios de Camila que la gnoran para no comprometerse. La revolucién dei general Canales, con expresar una voluntad de cambio regenerador, muere con el caudillo a quien Ja insidia del sefior Presidente ha alcanzado a distancia: por un pe- riédico se entera que su hija se ha casado y aunque ¢ falso~ que ha sido apadrinada por el tirano. Cuando el amor resplandece to. grotesco no deja de manifestarse, manchando y desrealizando toda plenitud satisfactoria, como acontece en la unién de los amantes GENERACION DE 1927 195 que se narra paralelamente 2 la caza y a la agonia de un pollo per seguido por las cocineras ‘Todos los personajes padecen de ambigitedad en su caracteri zacién, una doble existencia y hasta una duplicidad de nombies en. muchos casos con una mezcla de nombres y apodos. Su presencia es siempre enmascarada y su conocimiento produce las alteraciones y desorientaciones de toda desrealizacién, La poblacién muestra diversos estratos con dominancia de los is bajos y de existencia mds larvaria: pordioseras, prostitutas, pre- 0s, agentes secretos, criadas o los cfrculos de capas medias, parientes de Camila, figuras de palacio, militares; en el campo, indios, Los espacios ordinatios también estén tehidos de ambigiiedad, La Casa Nueva: Ja cércel, es un antiguo convento de monjas; en 1 prostibulo, la habitacién de Chon parece una iglesia; las casas es tin desprovistas de su sentido verdadero de refugios 0 estén. ce- sradas, EI narrador de I Seflor Presidente presenta rasgos de gran inte- res y, en su estructura, viene a modificar por completo la imagen del narrador tradicional. Hay aquf un narrador basico que presenta de ‘modo omnisciente la totalidad del mundo narrative y que desreali- za el valor de verdad de la narracién proponiendo diversas circuns- tancias andlogas a su condicién poética entre las cuales la princi- pal viene a ser ef paralelismo de la creacién con la tiranfa cémica y tdgica del Seftor Presidente. El dominio del mundo presentado. por el narrador es tan seguro como el del narrador tradicional, su diferencia fundamental, que nos propone los términos de una dia: cronia de las formas, es la sustitucién de una interpretacién racio- nalista del universo por una esencialmente poética y, seguidamente, cefiida a aquellas formas en las cuales Ia ambigiiedad y Ia irracio- nalidad son determinantes de Ia estructura y de Ia comprensién del mundo. Ast, por ejemplo —y muy ricamente en la novela— las esferas del mito, de la religion, de las ereencias populares, de Ta ma- gia, del suefio, det inconsciente, etc, que integran los planos diver- sos del mundo narrative y proponen su equivoco sentido, De esta manera, en el argumento de la obra la causalidad mecinica de a novela tradicional es sustituida por la gratuidad, el absurdo, el azar, In casualidad, Ia vesania, el sadismo, el terror difwso, Ia acechante presencia de una potencia mnalética y terrible. La perspectiva que sostiene esta comprensién ambigua del m1 verso es un punto de vista poético, un punto de narracién —punto de hablada dice Ortega situado en un plano de mayor interioridad 196 HISTORIA DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA que el precedente de la novela modema caracterizado 20r el impre- sionismo de los sentidos. Detris de la retina, el punto de vista pro- yecta situaciones, imagenes, lengua creada, desplegando una activi. dad expresionista, ereacionista 0 cubista: el punto de vista de un invencionismo definido. Punto de vista poético que pone sentido bien determinado al superrealismo genérico de [a novela contem- porinea, La mirada del marvador penetra enlos personajes, domina la interioridad de sus pensamientos y de sus suefios y les secretas re- laciones, las comunicaciones a distancia, Ia simultaneidad de ciertos acontecimientos.. Su scnsibilidad se agudiza para enuegar Ia tene- rosa condicién de un mundo subterrineo y descubre, alerta, insélita floracién de la Ivz que acompafia a la bellera y el amor ¥ pone amanecer blanco y rosa en el dia portentoso. También se extrema para registrar la disonancia, el variado sonar de campanas de temple y tono distinto y el chiaviar de objetos, tijerctear del reloj que poda el tiempo, estallido de servicios, estruendo del teclado de tun piano, traqueteo del tren de la muerte, precipitacién del vér- tigo, etc. Todo un universo onomatopéyico, pictorico, en que la palabra es inscrumentada para desplegar sonoridades significativas, Los hedores terribles, la irritacion de las fosas nasa.es, ocasional: mente los aromas y perfumes; también los sabores y lis sensaciones gustativas y as cinéticas y as viseerales. Todo ello destinado a adensar la representacion abigarrada de un mundo infernal pro- yectado con desealizacién pasmoss; un universo que se sustenta en un lenguaje en constante y variada creacién de mundo. El Ienguaje despliega un registro extraordinario por su variada amplitud, desde la lengua poética y literaria, pasando por grados de formalidad © informalidad de la lengua coloquial hasta parar, en este nivel del hablar cotidiano, en lo vulgar, en el dialectalismo pintoresco y cn el barbarismo inculto de figuras estultas e ignaras que hacen gala de oradores, Ciertos aspectos, se generalizan a los mis diversos niveles, El creacionismo verbal es el mismo en la len gua més altamente pottica y en el ingenio verbal del pueblo, Lo que Ia maravilla pone o expresa en el uno lo expresa el humor, Ja ironfa o Ta salacidad en el otro. La disposicién de la novela esti sujeta a una division en tres partes que apunta a Ia cronologia lineal progresiva de los aconte- cimientos: Primera parte, 21, 22 y 23 de abril, para narrar desde el asesinato hasta la falsa fuga y falso rapto, con el asclto a Ia casa del general Canales; Segunda parte, 24, 25, 26 27 de abril, los acon GENERACION DE 1927 197 tecimientos siguientes que narran la transformacién y caida de Cara de Angel en una progresién algo alterada por el montaje en el orden de los capitulos y por la diversificacién en acciones secun- darias, informes, y cambios bruscos en el espacio. La Tercera parte, Semanas, meses, afios, marca la boda y el falso viaje de Cara de ‘Angel que para en prisién y muerte. El tiempo dilatado en sus unidades progresivamente refiere a Ia borrosidad del tiempo en Ia espera y esperanza de Gara de Angel, por un lado, y de Camila por cl otro, es tiempo subjetivo que desrealira toda cronologia. Sobre este esquema externo, se superpone el tiempo de transfor- macién del favorito y el de su caida, ellos regulan el progreso de los acontecimientos. Todavia més, debe darse el relieve significative que posee a un tiempo mitico que envuelve la totalidad del mundo en una suerte de edad césmica, en una etapa cosmolégica a la que se abre Ia posibilidad del perfeccionamiento y de la superacién en tun estadio mds alto: es la expectacién encerrada en el mundo lar- vario y deficiente cuya condicién esti penetrada en la novela por anhelo miftico de restitucién a la luz y ala plenitud de la vida Lo que Ja cronologia condensa, Io distiende esencialmente la conciencia rememorativa, el ensueiio 0 el onirismo de los personajes, que dan espacio a su intimidad para refugio de Ia angustia ace- chante y In inseguridad del mundo y su hostilidad. Lo pasmoxo reside en que para parte importante de este mundo Ta interioridad y el onirismo repiten Ia pesadillezca realidad de Ia vigilia. Sélo Camila pucbla de encantamiento sus memorias y hasta sus delirios y asi To alcanza también Miguel aunque sus suefios maravillosos se Henan de contenido trigico y desesperanzado. La narracién regularmente empleada es en tercera persona en la cual domina lo escénico sobre Io meramente narrative descrip: tivo. La interforidad de los seres autoriza muchas de las formas tradicionales y nuevas de dar expresién a Ta conciencia y lo hace dominantemente en modalidades indirectas. Hallamos un sorpren- dente desarrollo de descripciones oniticas, de corriente de la con- Giencia, de estilo indirecto libre y de mondlogo interior, en formas indirectas, en Tas que con frecuencia Tn singularidad del narrador se impone a Ia realidad del personaje o de In conciencia represen- tada. Los delirios repetidos, en distintos personajes, las visiones mf ticas, dan lugar 2 piginas de creacién verbal donde to imaginario resplandece en modalidades de finura y sorpresa inigualables. El diflogo, como parte de Ia escena o en modalidades puramente draméticas, tiene igualmente una factura de excepeién, Aparte de dar lugar al coloquialismo més directo y a modalidades dialectales 198 HISTORIA DE LA NOVELA HISPANOAMERICANA de variables rasgos pintorescos, se presta también para el juego ver bal y lx creacién, introduciendo un giro lidieo que pone las pala ‘bras pertinentes a los cuadros esperpénticos en que concurren. 2 Eduardo Mallea (Bahia Blanca Arg, 1908), es figura prominente y representativa de su generacién, La. primera persmalidad que define junto con una obra de vastas dimensiones la més aguda con- ciencia poética que acompafia a los grandes narradores contempo- rineos y que fue muy propia desde los primeros momentos de esta generacién, Malléa es el narrador hispanoamericano contemporéneo que ha desarrollado con mayor ambicién y con et legro mds efec tivo una obra de grandes dimensiones, expresién de f2cundidad, de originalidad y de valor literarios excepcionales. Es acaso también el primero que proyecta universalmente la significacién de Ia nueva novela hispanoamericana. A su nombre se unen en su. generacién argentina los de tres figuras, notables por variadas razones, que po- nen las letras hispanoamericanas en el mbito rwundial con reso nancias perdurables: Jorge Luis Borges (1900), Lespoldo Mare- hal (1900-1970) y Roberto Arlt (1900-1942) La conciencia poética de Mallea queda suficientenente ilustea da en sus dos voltimenes de ensayos dedicados especificamente a la novela, Notas de un novelista (1954) y Paderio de la xovela (1965) ¥ en muchos otros titulos de su igualmente notable produccién en- sayistica, una de las més importantes de la literatura hispanoameri« ‘cana contemporénea, Mallea crea lo que él ha Wamado con propiedad la novela de conciencia. Acufia ast una categoria que comenzando por definir con precisién su propia obra sirve también para earacteriar mucho de Jo més original y representativo de la novela hispanoamericane. Esta novela de conciencia intenta configurar un mundo completo mis alld de la supremacia del alma y de Ja sangre que caracterizaba Ja narrativa moderna y muy especialmente Ia mundonovista, Sw caracteristica principal esti dada por el sentido de interioridad con que se configura el mundo al erigitse la realidad y sus contlictos en un plano moralmente interiorizado que no ¢s, por cierto, en Mallea literatura edificante, sino una dimensién intencionalmente regida por un sentido de conocimiento con el cual se redondea un mundo perfecto como existencia y destino, El estarse pensando, qu reflexivamente despliegan sus personajes, define el procedimiento fundamental que Mallea llama ‘mondlogo de concicncia’. Eee GENERAGION DE 1927 199 mondlogo de conciencia es expresién de Ia conciencia exis de Ia conciencia del existir personal, y adopta generalmente Ja forma de un proceso de alumbramiento de la experiencia de autenticidad. Esta es la forma interior que configura toda la reali- dad de los personajes y del mundo malleano y los convierte en per- sonajes agonistas y, 2 su mundo, en una esfera de la conciencia habitada de una mitologla que renueva por completo el con- tenido del mundo de 1a novela contemporinea, Autenticidad per- sonal y alienacién social constituyen elementos fundamentales. de Ia agonia del mundo o de los seres humanos, en torno a los cuales se despliegan los motivos de la soledad, de Ia comunicacion y de la incomunicacién, de la impotencia expresiva, del silencio y de la i ‘maclurez, de la espera y de la esperanza, de Ja indiferencia y de la par ticipacién, del dolor y de la violencia, de la animatidad y del espiri tu, de la exterionidad y de la interioridad. Mallea realiza el trin- sito de lo individual a lo social naturalmente apoyado en la repre- sentacién de la sociedad como persona, de un modo similar alu dicionalmente hispinico en ta antropologia de Ganivet, Unamuno © Américo Castro. La imagen de una Argentina de dos dimensio- nes, una visible otra invisible, se realiza sobre el exyema personal adentroafuera y el barroco sentido de Ia exterioridad como apa- riencia dudosa y representacién y de la interioridad como autén- ica y verdadera, La Argentina visible responde: al poder, al estruen- do, al rumbo, al lujo de Is historia desviada de la humani tealizadora del espiritu; la Argentina invisible responde: a ta ignorada, silenciosa, expectante dimensién interior, intrabistérica, de la misma realidad, donde la dignidad, 1a grandeza, la gracia, Ia promesa de un futuro, constituyen el fondo en el que lo mas auténtico de la realidad se reconoce ligado 2 los orlgenes. El regeneracionismo ma- Meano —que acompafia al regeneracionismo caracteristico de los tiempos contemporaneos— encuentra en la tierra, en tos hombres que viven mis inmediata y directamente el drama del existir cot diano, y en la historia, en el espiritw regeneracionista del patric do que fundé la nacionalidad, Ios origenes sobre los cuales se cons tituye el ciclo renovador y se delata Ta enajenacién y Ia deforma- cidn de la faz visible. La conciencia del propio existir se convierte de esta manera en la conciencia excepcional de la nacionalidad. EI mondlogo de conciencia que da expresion a esta actividad del espiritu adquiere de este modo una densidad y una profundidad inigualada, Acaso deba borrarse el equivoco que pende sobre Ta obra de Mallea cuando se considera Ia relacién entre 1a interpre: tacién tedrica de la Argentina en Gonocimiento y expresién de la

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