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UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA

DEPARTAMENTO ACADÉMICO DE HORTICULTURA

TEMA: Manejo biológico del marchitamiento del banano (Fusarium oxysporum F. sp


cubense) utilizando hongos antagonistas (Trichoderma sp.): Una revisión

PRESENTADO POR:
Tito Asto, Ricardo Manuel Ventura 20180081

CURSO:
AG – 4139 Metodología de la Investigación

PROFESORES:
• Federico Alexis Dueñas D.
• Isabel Maximiliana Montes Y.

LIMA-PERÚ
26/06/2022
ÍNDICE GENERAL

1. INTRODUCCIÓN

2. ANTECEDENTES

3. PLAGAS Y ENFERMEDADES

3.1 FUSARIUM OXYSPORUM F. SP CUBENSE

3.1.1 MECANISMOS DE PATOGÉNESIS

3.1.2 SINTOMATOLOGÍA

3.1.3 MANEJO INTEGRADO

4. HONGO ANTAGONISTA

4.1 TRICHODERMA SP.

4.1.1 CARACTERÍSTICAS

4.1.2 MECANISMOS DE ACCIÓN

5. INTERACCIÓN PLANTA-ANTAGONISTA

5.1 FUNCIONES BIOLÓGICAS

5.2 EFECTO EN EL BANANO

6. CONCLUSIONES

7. BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
El banano es uno de los cultivos más consumidos a nivel mundial, siendo un producto
importante tanto para los productores como para los consumidores y en el caso del Perú el
banano producido es casi en su totalidad de carácter orgánico, representando el 3% de la
producción mundial de banano orgánico (World Banana Forum, 2017). Por lo tanto, su
manejo requiere de muchas actividades esenciales. Sin embargo, algunas de estas actividades
son cruciales para evitar problemas fitosanitarios que se puedan presentar en el banano.
Los problemas fitosanitarios producidos por patógenos pueden ocasionar muchas pérdidas
tanto en la producción como en los ingresos. Entre las principales enfermedades que pueden
causar estos patógenos está el Mal de Panamá, el cual es causada por el hongo de suelo
Fusarium oxysporum f. sp. cubense, provocando marchitez en las hojas del banano y es una
de las plagas más destructivas para el cultivo de banano (Llauger et al., 2022).
El control de esta enfermedad puede ser en base a labores culturales o productos químicos,
este último es utilizado frecuentemente en los campos de banano; sin embargo, el uso de
agroquímicos puede ser costoso (García et al., 2020) y producir residuos químicos que no
siempre llegan a desaparecer en el producto comercial y en el consumo humano se puede
generar daños, desde leves hasta graves, relacionadas a una intoxicación. En este caso, que
se ha optado por realizar un manejo biológico en la producción del banano, utilizando a
microorganismos que ayuden a controlar a los patógenos presentes ya sea en las hojas o en
el suelo, y no produciendo residuos contaminantes, en su lugar, los procesos que se generen
serán sanos para el medio ambiente.
Uno de estos microorganismos en el control biológico es Trichoderma spp., el cual realiza
un buen control en los distintos patógenos que puedan existir en el campo y ayuda a que el
producto sea mucho más seguro de consumir, es decir, libre de contaminantes.

ANTECEDENTES
El banano (Musa spp.) es un cultivo subtropical cuyo producto comestible es una baya. La
mayoría de los bananos cultivados son variedades triploides sin semillas (2n = 3x = 33), los
cuales se tratan de derivados de cruces intra o interespecíficos entre 2 especies silvestres
diploides: M. acuminata y M. balbisiana. (Simmonds y Shepherd, 1955; Heslop-Harrison y
Schwarzacher, 2007, como se citaron en Siamak y Zheng, 2018).
Llauger et al. (2022) afirma que el cultivo de banano representa una fuente importante de
exportaciones y tiene un rol importante en la seguridad alimentaria y los medios de vida de
pequeños agricultores pertenecientes en el sector rural. Por esta razón, este cultivo tiene
muchas exigencias que implican tanto controlar como prevenir a las enfermedades.

PLAGAS Y ENFERMEDADES
Fusarium oxysporum f. sp. cubense
Según Sánchez et al. (2000), es el agente causal de la marchitez en el banano, es también
conocido como Mal de Panamá. Este patógeno pertenece a una comunidad de hongos de
suelos y es considerado como componente natural de la rizosfera, son saprófitas y pueden
sobrevivir sobre materia orgánica (López y Castaño, 2019).
Mecanismo de patogénesis:
Este patógeno habitante del suelo es capaz de producir tres tipos de esporas asexuales:
microconidias, macroconidias y clamidosporas, estos último son propágulos altamente
resistentes que permite al patógeno permanecer viable durante muchos años en ausencia de
un huésped (Olivares et al., 2021).
Este patógeno, originario del Sudeste, es un microorganismo genética y patogénicamente
diverso, del cual, se han identificado cuatro razas que afectan a determinadas variedades y
cultivares del banano: la raza 1, afecta a Gros Michel y Manzano (AAB); la raza 2, ataca a
los cultivares ABB, conocidos como Guineo, Cuadrado, Topocho y Chatos; la raza 3, a
heliconias (Heliconia L.) y la raza 4, a cultivares susceptibles a las razas 1, 2 y del tipo
Cavendish (Ploetz, 2015, como se citó en Sánchez et al., 2020).
Sintomatología:
Al bloquear el flujo de agua en los vasos de la xilema, las hojas se vuelven amarillas y
posteriormente se marchitan. Por otro lado, los síntomas distintivos aparecen dentro del
pseudotallo, cuya principal característica son líneas anulares de color marrón, rojo o amarillo,
así como en el cormo aparecen rayas o motas marrones (Olivares et al., 2021).
Manejo integrado:
Según López et al. (2019), hay varios tipos de control de F. oxysporum f. sp. cubense, las
cuales conforman el manejo integrado en el banano y son los siguientes:
- Control cultural, se realiza la eliminación de los anillos que están alrededor de las
plantas enfermas para reducir el inóculo inicial, también se realiza la práctica de la
rotación de cultivos puede ser un modo de control temporal, así como otras
actividades importantes como la siembra intercalada de diferentes especies de
cultivos. Esto colabora en la reducción de la incidencia de la enfermedad.
- Control legal, se realiza una cuarentena que constituye una barrera importante para
evitar el ingreso del patógeno en otras regiones o países y no generar una
diseminación epidemiológica en los campos del banano.
- Control químico, el uso de fungicidas químicos afecta directamente al patógeno y
desarrollo de la enfermedad, sin embargo, existe una preocupación relacionada con
el uso inadecuado e indiscriminado que afecta la salud humana y silvestre.
- Control biológico, debido al mal uso de los fungicidas y la capacidad del patógeno de
generar una resistencia hacia esos productos químicos, se optó por este control
biológico, el cual microorganismos que tienen mecanismos antagónicos contra otros
hongos patógenos puede suprimirlos, estableciendo ya sea competencia por el
carbono o también nutrientes, generando resistencia inducida sistémica, así como la
promoción del crecimiento vegetal por parte de bacterias y cepas no patogénicas.

HONGOS ANTAGONISTAS
Trichoderma spp.
El control biológico ha obtenido interés en los últimos años en muchos patosistemas, incluido
Fusarium oxysporum f. sp. cubense. Esto debido al uso excesivo de pesticidas que causan
tanto gastos como daños al ambiente y a la salud (Bubici et al., 2019).
Características:
Trichoderma spp tiene un alto nivel de diversidad genética y se encuentran con frecuencia
en diferentes hábitats. Las especies de este hongo se han aislado sencillamente del suelo,
materia orgánica vegetal en descomposición y se clasifica como hongos imperfectos
pertenecientes al orden Hipocreales de los Ascomicetos, y este hongo es capaz de
multiplicarse, crecer muy rápido y produce conidias con un característico color verde o
también es capaz de producir clamidosporas (Usman et al., 2018).
La característica principal de este hongo es la capacidad de parasitar otros hongos, ya que
toma sus nutrientes, además de también obtener materia orgánica, la cual ayudará en su
descomposición; abundante composta y materia orgánica colaboran con la proliferación del
hongo antagonista (Ramos et al., 2008, como se citaron en Hernández et al., 2019).
Mecanismos de acción:
Trichoderma spp. posee diversos mecanismos de acción antagónicas para otros hongos (por
ejemplo, Fusarium oxysporum f. sp. cubense), las cuales son importantes para generar en la
planta de banano beneficios que ayuden en su crecimiento y desarrollo.
La antibiosis, es cuando produce compuestos antimicrobianos para la descomposición de los
hongos patógenos sin la necesidad de tener algún contacto físico entre los microorganismos,
así como producir metabolitos secundarios (Usman et al., 2018).
Por otro lado, estos metabolitos primarios y secundarios pueden ser enzimas sintetizadas y
liberadas, como por ejemplo celulasas, auxinas y giberelinas. Por esta razón, las especies de
Trichoderma han sido consideradas como una fuente de enzimas en la que se incluyen
aquellas utilizadas en los procesos de producción de alimentos, por ejemplo, celulasas,
pectinasas, etc. (Hernández et al., 2019), o también su uso está vinculado con la preparación
de biopreparados, los cuales se tratan de varios procesos de fermentación para su posterior
uso en campo (Pineda et al., 2017).
Usman et al. (2018) afirma que el micoparasitismo, también llamado hiperparasitismo, es un
proceso complejo, en el cual se da una interacción parasitaria de 2 o más hongos en la que
uno parasita el micelio del otro, y las especies de Trichoderma son capaces de parasitar una
gran cantidad de hongos patógenos, principalmente de suelos. Este proceso consta de etapas:
- En primer lugar, Trichoderma spp. detecta al patógeno y entra en contacto con el
huésped, en donde ocurren cambios morfológicos como la formación de estructuras
enrollantes y apresorios que se desarrollaron en la superficie del huésped o patógeno.
- En segundo lugar, el hongo antagonista reconoce las señales que produce el huésped,
las cuales son activadores de las hifas de Trichoderma, las cuales empiezan con la
penetración en el micelio del hongo patógeno, esto se realiza por la acción de varias
enzimas producidas, entre las cuales destacan las glucanasas.
- En tercer lugar, se da una multiplicación activa en el interior de las hifas del hongo
patógeno. La unión de Trichoderma con el micopatógeno se realiza gracias a la unión
de carbohidratos y la lectina, las cuales están presentes en la pared celular del hongo
antagonista y se van a desplazar hacia el patógeno.
Por otro lado, según Sánchez et al. (2020), durante el micoparasitismo, la producción de
enzimas degradantes de la pared celular, como las glucanasas, quitinasas y proteasas, es
importante para utilizar las moléculas del patógeno como una fuente de carbono y nitrógeno.
La competencia de Trichoderma spp. se relaciona con la supervivencia en el ecosistema del
suelo, siendo capaz de competir y eliminar a los hongos fitopatógenos. La competencia se
basa en obtener primero los nutrientes y espacios necesarios, facilitando la colonización de
diferentes y bien desarrollados nichos ecológicos de Trichoderma spp (Usman et al., 2018).
Asimismo, se afirma que la desnutrición del hongo patógeno significa su muerte y una
manera preventiva, ya que Trichoderma es un competidor muy agresivo, siendo capaz de
movilizar y absorber los nutrientes presentes en el suelo.

INTERACCIÓN PLANTA – ANTAGONISTA


Funciones biológicas
Biorremediación:
El uso excesivo de pesticidas y fertilizantes sintéticos en la industria para el sector agraria
causó y sigue causando mucha contaminación tanto del agua, suelo y la vida circundante.
Además, los productos químicos liberados se descomponen a diferentes velocidades,
dependiendo de sus propiedades físico-químicas, los cuales no se degradan de manera
instantánea y son absorbidos por los cultivos, fijarse en las raíces, en los cuerpos de agua o
también puede volatizarse en la atmósfera (Zin y Badaluddin, 2020).
Por ende, se optó por la biorremediación o también conocido como control biológico como
una alternativa más saludable tanto para los seres vivos y humanos como para el medio
ambiente. El término biorremediación se define como “el uso de agentes biológicos para
recuperar suelos y aguas contaminados por sustancias peligrosas para la salud humana y/o el
medio ambiente” (Atlas y Pramer, 1990, como se citaron en Zin y Badaluddin, 2020).
Según Sood et al. (2020), la biorremediación es capaz de degradar varios contaminantes
como los fenoles, cianuros y nitratos a través de las diferentes cepas de Trichoderma.
Además, existen informes que demuestran la capacidad del hongo antagonista en la
desintoxicación de los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) verificando la gran
eficacia degradante de Trichoderma spp. contra varios compuestos como el pentaclorofenol,
el endosulfán y diclorodifeniltricloroetano (DDT), también puede ser capaz de soportar y
reducir los contaminantes del suelo, como el cromo y el cadmio. Por ejemplo, en el caso del
cadmio, Cayotopa et al. (2021) afirma que mediante el uso de microorganismos del suelo
amigables (Trichoderma spp.) se minimizará la absorción de Cd por la planta desde el suelo;
hongos, bacterias y levaduras habitantes del suelo tienen la capacidad de absorber metales
pesados y utilizan los contaminantes como una fuente de nutrientes y energía, convirtiendo
aquellos en sustancias solubles y que se pueden degradar con mayor facilidad.
Descomposición natural:
Según Zin y Badaluddin (2020), la descomposición es un proceso biológico en la que se
degrada y descompone los materiales orgánicos en partícula mucho más pequeñas, que
puedan ser utilizados por otros organismos. Además, son agentes naturales de
descomposición que tiene un papel importante en el retorno de los nutrientes de materia
orgánica muerta hacia el suelo, y eventualmente estos nutrientes serán reutilizados por las
plantas para poder realizar fotosíntesis y tener un crecimiento y desarrollo normal y
saludable. Trichoderma spp. mejora la velocidad de descomposición de los compuestos
orgánicos del suelo y los convierte en nutrientes para los cultivos.
Promotor del crecimiento vegetal:
Zin y Badaluddin (2020) describen al hongo promotor del crecimiento de las plantas como
un microorganismo, el cual estimula el crecimiento de las plantas. Los principales impactos
se muestran en el crecimiento de los cultivos, la calidad del rendimiento y la productividad.
Trichoderma spp. es un excelente promotor del crecimiento de la planta, mejorando su salud
general con la creación de un entorno favorable y también la producción de una gran cantidad
de metabolitos secundarios. Por otro lado, en la rizófera, en donde abunda gran cantidad de
microorganismos ya sean beneficiosos o perjudiciales, la planta interactuará con aquellos
debido a que puede existir relaciones como por ejemplo el mutualismo, en donde las raíces
producen sustancias alimenticias para estos microorganismos y, por retribución, aquellos
realizaran la asimilación de nutrientes para las plantas, por ejemplo, la fijación de nitrógeno.
Inducción a la resistencia de la planta:
Según afirman Sánchez et al. (2000), las moléculas conservadas entre los organismos del
suelo, ya sean fitopatógenos o saprófitos, pueden ser reconocidas por la planta para inducir
respuestas de defensa. Asimismo, el efecto que producen compuestos como las fitohormonas,
la fijación y penetración de Trichoderma spp. dentro de las raíces, desencadenará una
respuesta de defensa local que, a pesar de estar inoculado con el hongo patógeno, no es lo
suficientemente fuerte como para matar a los microorganismos de la rizosfera. Asimismo, la
actividad de las enzimas que degradan la pared celular de los micoparásitos se liberan
pequeños fragmentos de los constituyentes de la pared celular que también pueden ser
percibidos por la planta y potenciar una respuesta de defensa. Por otro lado, la presencia de
Trichoderma spp. en la raíz induce la señalización mediada por las fitohormonas relacionadas
con el estrés, como el ácido salicílico y el ácido jasmónico, promoviendo el establecimiento
de respuestas de defensa preventiva en diferentes partes de la planta, conocidas como
resistentes sistémicas inducidas (ISR), que protegen a la planta contra los patógenos.
Por otro lado, Poveda et al. (2020) afirma que la ISR está regulada principalmente por las
señales de los ácidos salicílico y jasmónico, este último puede dar resistencia inducida por
las heridas, denominándose la resistencia inducida por heridas. Este tipo de resistencia
promueve una mejora en el estado de defensa de la planta, provocando que la respuesta sea
mucho más rápida y eficiente contra el ataque de un patógeno.

Efecto en el banano
Según Damodaran et al. (2020), quien realizó diversas evaluaciones de los efectos de
Trichoderma spp. en el cultivo de banano, afirma:
- El ácido fusárico es el principal compuesto del género Fusarium, el cual produce
daños en las plantas. Los genes que están involucrados en la biosíntesis de ese
compuesto se extrajeron de la información del genoma completo de F. oxysporum F.
sp.cubense, los cuales se estudiaron y experimentaron con el mecanismo de
biocontrol antagonista de Trichoderma spp., evidenciando ese mecanismo molecular
contra el agente causal del Mal de Panamá en bananos, el cual consistió en el
micoparasitismo a través de metabolitos antifúngicos.
- El efecto de Trichoderma spp. sobre el banano consistió en un mayor crecimiento del
pseudotallo y raíces del banano, así como reduciendo el estrés producido por los
patógenos, los cuales son suprimidos por medio de enzimas (glucanasa, quitinasa,
peroxidasa, etc.) que degradan la pared celular del micoparásito.
- Las bioformulaciones hechas en base a las distintas cepas de Trichoderma jugaron un
rol importante en la reducción de las toxinas perjudiciales de los patógenos, así como
promovieron un mejor crecimiento y desarrollo vegetal y, por consecuente, tener
mayor rendimiento y calidad en el producto comercial del banano.

CONCLUSIONES
- Se considera esencial el uso del control biológico de hongos fitopatógenos en el
cultivo de banano, cuya importancia radica en el sentido de que es amigable con el
medio ambiente y no afecta a la salud de los seres vivos, siendo una alternativa de los
fungicidas que pueden producir residuos contaminantes.
- El conocimiento del patógeno que causa una destrucción en los campos de banano es
crucial ya que se deberá plantear medidas adecuadas para su debido control.
- Al conocer los mecanismos de acción del hongo antagonista Trichoderma spp. se
deduce que es importante para el crecimiento y desarrollo del cultivo de banano y de
otras especies, siendo su rol principal en la supresión y eliminación de los diversos
patógenos que afectan a las plantas.
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