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Las últimas décadas del siglo XVIII y las primeras del XIX suponen la aparición

de formas de vida radicalmente nuevas que son el producto de las profundas


transformaciones económicas y sociales que sienta las bases de lo que sería
la Revolución Industrial. La primera comenzó en Inglaterra en la segunda mitad
del XVIII y se fue extendiendo al resto de los países europeos. La segunda
revolución industrial se inició hacia 1870 y se caracteriza por nuevos
descubrimientos científico técnicos. Los caracteres fundamentales de la vida
económica durante esta época vienen señalados por el despegue económico y la
transformación del modelo de producción.
Este proceso de evolución conduce a la sociedad desde una economía agrícola
tradicional hasta otra caracterizada por procesos de producción mecanizados para
fabricar bienes a gran escala. La economía basada en el trabajo manual fue
reemplazada por otra dominada por la industria y la manufactura. Este progreso
económico se realizó a costa de la miseria de los trabajadores que no tardaron en
expresar su descontento, aunque de una forma muy primitiva. Muchos artesanos y
trabajadores reaccionaron en contra de la industria, a quien culpaban del
desempleo y de sus malas condiciones de vida.

La primera revolución industrial


 
La primera revolución industrial abrió un período de crecimiento sin precedentes
y una transformación profunda de los sistemas de trabajo y de la estructura de la
sociedad. El origen de la revolución industrial hay que buscarlo en la coincidencia
de muchos factores interrelacionados y de signo diferente (económicos, técnicos,
ideológicos y demográficos) que se dieron en la Inglaterra de mediados del siglo
XVIII. Este país se convirtió durante mucho tiempo en el primer productor de
bienes industriales del mundo.
Los cambios más significativos son:
   superación epidemias
 
aumento de la población:   avances en la medicina

 mejoras en la alimentación

 mejoras en la higiene (red de alcantarillado).

 sistemas de agua potable

 mantenimiento de la natalidad
Este aumento de la población trajo como consecuencia una emigración del campo a la
ciudad porque disminuyó la ocupación en las labores agrícolas mientras crecía la
demanda de mano de obra en las ciudades. Así las antiguas comunidades rurales se
transformaron en conglomerados urbanos.

 
 en la agricultura  posibilitó la comercialización
aumento de la productividad
de los excedentes que se podían comercializar

a otros mercados, y redujo las necesidades de


mano de obra agrícola estimulando la

emigración del campo a la ciudad.

movimientos   de población 
 del campo a la ciudad: La urbanización

 de Europa a otros continentes: Canadá -

Estados Unidos
Todos estos avances que acabamos de señalar trajeron consigo un
importante crecimiento de la demanda que hizo necesario utilizar nuevas
técnicas a fin de aumentar la producción. Este hecho se produjo tanto por el
crecimiento de la población, al lograr superar las epidemias y enfermedades
gracias a una serie de mejoras en la alimentación, la higiene y los avances en la
medicina. También la actividad comercial desarrollada por Gran Bretaña durante el
siglo XVIII aumentó de una forma muy considerable el número de consumidores
extranjeros.
La primera revolución industrial se inició en Inglaterra en la segunda mitad del
siglo XVIII y después durante la primera mitad del siglo XIX se iría extendiendo,
aunque no de forma homogénea ni simultánea, al resto de los países europeos,
especialmente a Bélgica, Francia y Alemania.
En Inglaterra concurrían una serie de factores que posibilitaron su despegue
económico y su desarrollo industrial antes que en otros países europeos.
Entre ellos cabe destacar:
 Disponía de capitales acumulados, como consecuencia de su expansión
colonial, para poder invertirlos en la creación de industrias.
 Contaba con una gran red de vías fluviales que facilitaban el transporte de
mercancías por el interior de su territorio.
 Tenía una importante fuerza naval debido a su expansión comercial.
 Mantenía una red comercial internacional que le proveía de materias primas
y de mercados a los que exportar sus productos.
 Se consolidó una mentalidad burguesa dominada por el espíritu de empresa
y la búsqueda de beneficios.
La revolución industrial consistió básicamente en la sustitución
de las viejas herramientas artesanales por máquinas más
productivas, y la energía animal y humana por la máquina de
vapor. Estas invenciones se aplican a la industria.

Loa Sectores industriales


 
Hasta la revolución industrial, los productos manufacturados se elaboraban en
pequeños talleres artesanos. Al comenzar el siglo XVIII se produjeron una serie de
descubrimientos tecnológicos que propiciaron el proceso de industrialización. Los
talleres artesanales comenzaron a ser sustituidos por fábricas, grandes
establecimientos que contrataban a gran número de obreros que trabajaban con
máquinas. Estos inventos produjeron el verdadero cambio industrial con nuevas
materias primas, nuevas fuentes de energía, maquinaria y transportes.
La aparición de las fábricas supuso un cambio trascendental en la organización
del trabajo respecto de la época anterior a la revolución industrial: El artesano
realizaba la pieza completa y tenía una cierta capacidad de control sobre su ritmo
de trabajo que, normalmente, no estaba sujeto a un horario fijo. Sin embargo, el
obrero de la fábrica estaba especializado en una única tarea, lo que hizo que el
trabajo fuera más monótono y, además, hubo de adatarse al ritmo de trabajo
impuesto por la nueva maquinaria, que no se detenía hasta que no era
desconectada.
 En el año 1774, James Watt construyó la primera máquina de vapor. A partir
de entonces, las máquinas movidas por la energía del vapor se utilizaron en la
minería, la industria y el transporte. Todos estos cambios y avances tecnológicos
ahorraron trabajo, mejoraron la calidad de los productos, aumentaron la
productividad, es decir, el número de piezas que realizaba cada obrero y
abarataron los costes de producción.
        
  Lanzadera

Inventos  
 Máquina de hilar
 
 Caldera de vapor

   Algodón

Nuevas materias
primas:  Carbón

 
 Hierro
Sin duda, fueron los sectores textil algodonero y siderúrgico quienes
protagonizaron la primera revolución industrial. Hacia el año 1800 la industria
textil algodonera era la más importante y en la que se aplicaron las innovaciones
tecnológicas más rápidamente. Un alto número de obreros trabajaban en el hilado
y tejido de prendas de algodón con máquinas especializadas (hiladora hidráulica,
telar mecánico) y, así, los productos textiles ingleses, baratos y de buena calidad,
llegaron a todos los mercados mundiales. Fue el sector líder de la industrialización
y la base de la acumulación de capital que abrirá paso, en una segunda fase, a la
siderurgia y al ferrocarril.
Inglaterra contaba con una gran riqueza de recursos, sobre todo de carbón,
barato y abundante, una fuente de energía capaz de mover las nuevas máquinas
de vapor y los hornos siderúrgicos, lo que impulsó el crecimiento de la producción
de carbón.
A mediados del siglo XIX la industria siderúrgica alcanzó un gran desarrollo.
La sustitución del carbón vegetal por el mineral (coque) evitó que se produjera la
deforestación de los bosques y las nuevas aplicaciones del hierro abrirían
enormes posibilidades al desarrollo de la humanidad. Precisamente fue la
demanda de maquinaria industrial, junto con la construcción urbana y el ferrocarril
el motor de la industrialización del sector siderúrgico.
 
Los dos sectores más dinámicos de la Primera Revolución
Industrial fue la industria algodonera que producía cuantiosos
beneficios y el sector siderúrgico con la construcción urbana y el
desarrollo del ferrocarril.

La revolución en la agricultura
 
Es uno de los factores más importantes de la Revolución Industrial. Durante la
primera mitad del siglo XVIII se extendieron en Gran Bretaña una serie de cambios
en las técnicas de cultivo que convirtieron a la agricultura en una actividad
altamente rentable.
Europa seguía siendo un continente eminentemente rural; la tierra continuaba
siendo la principal fuente de riqueza y el agricultor utilizaba métodos arcaicos.
Pero poco a poco la agricultura se fue adaptando a los nuevos tiempos y se fue
modificando con los avances tecnológicos. Estas transformaciones, aunque lentas,
fueron tan importantes que puede hablarse de la existencia de una auténtica
“revolución agraria”. Los cambios más decisivos fueron:
o un nuevo utillaje hizo más sencillo el trabajo humano y redujo el uso
de la ganadería como fuerza de trabajo, pero también produjo un
aumento significativo de la producción.
o utilización de plantas ricas en nitrógeno que permitirían suprimir
progresivamente los barbechos y alternar los cultivos de cereales con
plantas destinadas a  la alimentación de ganado, y así  creció la
cantidad y la calidad de la carne.
o la utilización de abonos hizo posible ampliar la roducción para
consumo animal y humano.
o la difusión y diversificación de los cultivos con la incorporación de
nuevos cultivos como la patata, maíz o la remolacha azucarera.

La revolución en los transportes

  
En la segunda mitad del siglo XIX se produjo la revolución en los transportes y
viene marcada fundamentalmente por la aplicación de la máquina de vapor  a
los barcos y al ferrocarril.
La Revolución Industrial no hubiese podido prosperar sin el concurso y el
desarrollo de los transportes, que llevarán las mercancías producidas en la fábrica
hasta los mercados donde se consumían. Estos nuevos transportes son
necesarios no sólo en el mercado interior sino también en el comercio
internacional, ya que en este época se crean los grandes mercados nacionales e
internacionales.
Aunque la navegación a vela seguiría dominando los mares hasta que los
nuevos barcos a vapor fueran superando los inconvenientes iniciales. El problema
del almacenamiento de carbón para alimentar la máquina de vapor, que ocupaba
demasiado espacio en los barcos iba en detrimento de la carga comercial que
éstos podían transportar. Pero se solucionó creando en las rutas marítimas unos
puestos de abastecimiento de carbón. Cuando se aplicó el invento de la hélice,
los barcos a vapor resultaron el medio de transporte por excelencia en las grandes
travesías.
Sin duda alguna, el desarrollo del ferrocarril fue la gran empresa del siglo XIX
y las consecuencias de su  utilización fueron enormes para la economía facilitando
el traslado de mercancías así como la exportación e importación a otros países.
Desde el punto de vista industrial, impulsó de manera considerable la producción
de raíles, vagones, locomotoras, etc., lo que requería mucha más mano de obra.
Desde el punto de vista social el desarrollo del ferrocarril modificó las
mentalidades al facilitar la movilidad personal y agilizar los intercambios con otras
zonas  de diferentes costumbres y mentalidades. Incluso en el terreno militar
facilitaba el transporte rápido de las tropas así como su avituallamiento en las
guerras.
La revolución en los transportes produjo un desarrollo de las comunicaciones
mediante la construcción de carreteras, facilitando la emigración. Las ciudades
se multiplicaron y se produjo un fuerte aumento de la población. La mayor parte de
las fábricas se situaban a las afueras de las ciudades. Muchos campesinos
emigraron a las urbes de su país, e incluso, a otros Estados en busca de trabajo.
Las carreteras facilitaron todos estos desplazamientos.
Otros avances ligados a la revolución industrial que modificaron de manera
importante la vida cotidiana fueron el teléfono, el correo, el telégrafo y la prensa
rotativa.

Expansión de la industrialización
 
La revolución industrial se inició en el Reino Unido en la segunda mitad del siglo
XVIII y en las décadas de 1830 y 1840 las innovaciones de esta primera
revolución se extendieron por Europa. Esta expansión se produjo de una manera
muy desigual. Bélgica y Francia, los países más próximos a Gran Bretaña fueron
los primeros en seguir sus pasos, después lo hicieron los Países Bajos y
Alemania. Fuera de Europa, los Estados Unidos y Japón iniciaron su revolución
industrial.
Pero mientras toda Europa central había iniciado el proceso de
industrialización, España seguía sumida en un mundo eminentemente rural,
basado en los cultivos clásicos mediterráneos (vid, cereal y olivo)  y en el que se
habían producido muy pocos cambios. ¿Cuáles fueron las causas del retraso
industrial de España?
Falta de demanda de
 Malas comunicaciones
productos
industriales   Agricultura muy atrasada

 Falta de capital para adquirir

productos
Situación de la
 Talleres artesanales
industrial española
 Dispersión de la producción

(cada zona se especializaba

según  sus recursos).


 No existía un mercado nacional
Enormes contrastes
 Interior poco desarrollado
entre regiones
 Zonas periféricas más

desarrolladas
 Cataluña comienza la

industrialización gracias alsector

textil.
 Siderurgia y construcción naval

en el País Vasco
 Minería en Asturias

Consecuencias de la industrialización
 
El proceso industrializador, que tuvo su origen en Inglaterra y luego se extendió
por Europa no sólo tuvo un gran impacto económico, sino que además generó
enormes transformaciones sociales.
La principal consecuencia de la industrialización fue la sustitución de
la sociedad estamental por la sociedad de clases (en la que la clase social
estaba determinada por los bienes materiales). La nobleza perdió su antiguo
protagonismo y, en cambio, la burguesía con sus riquezas se fue imponiendo
socialmente hasta llegar a reclamar el poder político.
En este escenario la burguesía desplazó definitivamente a la
nobleza terrateniente y su  situación de privilegio social se basó
fundamentalmente en la fortuna y no en el origen o en la sangre. Los empresarios
obtenían grandes riquezas, no  sólo vendiendo sus productos y compitiendo, sino
además pagando bajos precios por la fuerza del trabajo aportada por los obreros.
La otra clase social surgida de la revolución industrial fue el proletariado que
aparece en Europa durante el siglo XVIII. Como consecuencia de la revolución
agrícola y demográfica, se produjo un éxodo masivo del campo hacia las
ciudades; el antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial. Eran obreros que
no poseían mas fortuna que su salario.
La posesión de los medios de producción iba a establecer la frontera
fundamental entre las dos nuevas clases sociales: burguesía y proletariado. A
partir de ahora se pertenece a una clase en función del papel concreto que se
desempeña en el proceso productivo.
Sin embargo todavía siguió perviviendo la aristocracia, especialmente la de los
grandes propietarios de la tierra, que continuó detentando el poder político y
ocupando los altos cargos del Ejército y la diplomacia.

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