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Salame Colonia Investigacion
Salame Colonia Investigacion
Resumen.
4. Resultados y discusión.
6. Bibliografía citada.
7. Anexos.
Resumen.
En las últimas décadas del siglo XX y la primera del siglo XXI, frente a la reputación que
adquirió este producto en el mercado nacional, se multiplicaron las imitaciones y el uso
desleal de su nombre. Este fenómeno se constata tanto por parte de empresas elaboradoras de
chacinados extraterritoriales, como de las propias caroyenses. En este último caso, se trata de
numerosos elaboradores locales que ofrecen productos de baja calidad y que no se corresponde
como el que se describe como salame típico de Colonia Caroya. Es lo que Champredonde M.
y otros (2009) denominaron como auto-usurpación.
En GONZÁLEZ ANDRÉS F., URBANO LÓPEZ B., 2014, Investigación agraria para el desarrollo
sostenible: Análisis de casos internacionales, Editado por Universidad de Leon, León, España, p 213 a 248
Luego de un primer intento fallido en 2006, de organizar a los elaboradores locales en torno a
un proyecto de construcción de una IG, en el año 2008 se inició un nuevo proceso. En esta
nueva etapa, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), fue el encargado de
brindar asistencia técnica y de acompañar la acción colectiva, junto al Municipio de Colonia
Caroya.
A principio de 2012, después de cuatro años de trabajo colectivo que agrupó a elaboradores
caroyenses y a organismos públicos (Universidades, Institutos técnicos, FAO), el proceso se
encontraba en su etapa final, pronto a presentar ante las autoridades nacionales, la solicitud de
reconocimiento de la IG. Los trabajos asociados a la construcción del protocolo estaban
prácticamente terminados y la solicitud preliminar de diagnóstico había sido enviada al
Registro de Denominaciones de Origen, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de
la Nación.
Un trabajo de investigación que permanecía pendiente al principio del cuarto año de trabajo y
a pesar de sus avances (pruebas técnicas, gestiones administrativas, organización de la acción
colectiva etc.), era el de conocer mejor las particularidades del mercado del salame
(especialmente el mercado provincial principal destino de la producción local), incluyendo la
competencia ejercida por otros productos similares, las cotizaciones y los lugares más
importantes de venta. Tampoco se había caracterizado la diversidad de calidades ofrecidas ,
tanto en el mercado regional y nacional, como en Colonia Caroya. Y si bien se conocía la
presencia del comercio informal, tanto en el abastecimiento de materia prima, como en la
venta del producto, no existían parámetros que permitieran estimar su importancia.
En este contexto, dos tipos de estudios se llevaron a cabo. Un primer estudio sobre el sector de
elaboradores (estructurales y de funcionamiento), se orientó a caracterizar las estrategias de
aprovisionamiento, de insumos y en especial la comercialización del salame local. A partir de
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sostenible: Análisis de casos internacionales, Editado por Universidad de Leon, León, España, p 213 a 248
El segundo estudio se orientó a caracterizar el mercado del salame de Colonia Caroya, tanto a
nivel local, como a nivel provincial. De éste último mercado no se disponía ninguna
información por parte de los animadores del proceso de construcción de la IG y no se conocía
la relación de los consumidores con el producto. La investigación basó en las siguientes
preguntas iniciales
a) ¿Cuales son las principales vías comerciales y los mercados a los cuales son destinados los
salames de Colonia Caroya ? y b) ¿Cuál es el rol del precio y de la calidad del producto en la
venta a consumidores?”
Los resultados de las investigaciones muestran en primer lugar que, teniendo en cuenta los
acuerdos logrados por el Comité de elaboradores, la IG se podía conceder a sólo el 20% de las
unidades elaboradoras y un porcentaje menor aún de los volúmenes totales de producción. Se
trata de una parte (40%) de los de productores, que operan según un funcionamiento que se
calificó en términos de doméstico en algunos casos y en otros de mercantil.
Entre las materias pendientes identificadas en el estudio, se observan las dificultades para
incrementar el volumen de las vías formales de aprovisionamiento de carne, el cumplimiento
del período mínimo de secado del salame (estipulado en 21 días), y la evolución técnica de
algunos elaboradores que les permitiese obtener productos típicos y poder sumarse a la
comunicación de la IG.
Ante este contexto surgen interrogantes sobre el rol que puede cumplir la IG en el
funcionamiento del mercado regional. ¿Servirá ésta para orientar a los consumidores sobre las
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El contexto territorial.
Creada hace más de 130 años con la llegada de inmigrantes del noreste de Italia, Colonia
Caroya fue forjando un renombre nacional, a través de su producción de vinos, sus fiestas
tradicionales y especialmente la calidad de su salame (1). La organización espacial y productiva
de la Colonia (compuestas por espacios con mayor densidad urbana y otros netamente rurales)
favoreció una zona de producción agrícola, vitícola y hortícola.
La llegada de inmigrantes italianos de las regiones del Friuli y de Venecia Julia a Colonia
Caroya tuvo gran influencia en la evolución de la cultura local, dentro de la cual encontramos
la arquitectura, las producciones agrícolas y numerosos alimentos. Así las casas fueron
construidas influenciadas por la arquitectura del Véneto-Giulia (Friuli), incluyendo el sótano
en que se almacenan el vino, los embutidos y las conservas. La producción agrícola creció
rápidamente; sobre todo la producción frutícola y la vitivinícola. En ese contexto, las familias
elaboraban diversos productos destinados al consumo doméstico (Champredonde, Benedetto
y Bustos Cara, 2011).
(1)
En este trabajo se utilizará el término “salame”, el mismo de uso común por los residentes de Colonia Caroya para definir su
producto.
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Actualmente el salame típico de Caroya se distingue por su rigurosa selección de las carnes:
cuidadosa separación de la grasa y de los nervios, tanto de la carne porcina como bovina. Su
picado grueso y su etapa de maduración-secado en sótano dan al producto características y
sabor específicos que constituyen la tipicidad del producto.
Como resultado de diferentes trayectorias individuales respecto a los aspectos técnicos, las
escalas de producción y la orientación de la producción, actualmente coexisten, en Colonia
Caroya, las elaboraciones caseras, destinadas al autoconsumo, con las elaboraciones de tipo
comercial. Estas últimas suman alrededor de unas treinta empresas, muchas de ellas
caracterizadas por desarrollar como actividad principal la venta de carnes y de otros
chacinados. Sólo una parte de ellas se dedica exclusivamente a la elaboración de salame.
Si bien existen empresas locales que comercializan sus productos en todo el País, los
volúmenes exportados desde Colonia Caroya cubren una porción minoritaria del mercado
nacional. En ese contexto y dado el renombre de este producto, se generalizaron las
falsificaciones o usos desleales del nombre de “salame de Colonia Caroya”.
En Colonia Caroya, desde los años 1980 hasta 2006, se habían sucedido varios intentos de
certificación para el salame. Un intento de organizar a los elaboradores locales en torno a un
proyecto de construcción de una Denominación de Origen, en el año 2006, concluyó con la
elaboración de una escueta carpeta de solicitud de reconocimiento de una Denominación de
Origen, pero con escaso sustento técnico.
(2)
Los talleres de análisis sensoriales que se llevaron a cabo en 2010-2011, permitió demostrar que sólo 2/5º de los productos de
Caroya eran considerados como típicos por los mismos productores.
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El primer diagnóstico fue dirigido por Marcelo Champredonde en 2008, apoyado por técnicos
del INTA y del INRA de Francia y de personas de la municipalidad de Colonia Caroya. Como
lo apunta Champredonde (2012), esta primera etapa se realizó dos tipos de actividades. En una
primera instancia se efectuó una visita junto al Ing. François Casabianca, del INRA de Francia,
en la que se estimó que existían bases técnicas que justificaban la movilización de actores
locales en torno a la construcción de una Indicación Geográfica.
En esa misma visita se determinó el interés de contar con un diagnóstico más amplio, por lo
cual se decidió implementar una encuesta a elaboradores de salame comercial de Colonia
Caroya. La realización de dicha encuesta se proponía alcanzar tres objetivos principales:
Definir el mejor sello de calidad a usar para este producto. Se justificó la no pertinencia
de construir una Denominación de Origen dada la falta de especificidad de las carnes
vacunas y porcinas utilizadas. En efecto, las primeras entrevistas permitieron registrar
una gran variabilidad de sistemas de producción, algunos de ellos intensivos y otros de
pequeña escala, usando a veces cortes de frigoríficos situados en otras provincias.
Definir la situación del sector en ese momento y a su vez conocer más en profundidad
las motivaciones de los actores, los conflictos y problemas locales. Esta información fue
de gran importancia a la hora de programar las acciones de intervención. Las encuestas
permitieron establecer una primera aproximación de la importancia de la economía del
salame de Colonia Caroya pero también de la diversidad a nivel de las unidades
elaboradoras, tanto en el volumen de las producciones, como en la composición y
organización de la mano de obra, tipo de instalaciones y maquinaria, etc... Para
caracterizarlas, se elaboró una tipología de los elaboradores de salame, con cuatro
grupos: i) la producción artesanal, con volúmenes que no superan los 800 kg, ii) la
producción familiar mercantil pequeña, con volúmenes de 1800 hasta 12000 kg
anuales, iii) la producción mercantil familiar, con productores que elaboran a lo largo
del año entre 12.000 y 60.000 kg de salame, y por fin, iv) los industriales de gran
escala, que producen entre 60.000 y 100.000 kg/año.
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Segunda etapa.
En noviembre del año 2009, se efectuó el primer taller con elaboradores comerciales de
salame autorizados por el Departamento de Bromatología del Municipio local. El objetivo de
este primer taller fue formalizar la voluntad de construir una IG y trazar la agenda de las
primeras acciones. En este último ítem surgían claramente todas las malas experiencias de
acciones colectivas pasadas, ya sean en el sector del salame o en otros sectores agrícolas. Los
temas de cada taller fueron meticulosamente delimitados para evitar que los debates derivaran
en los temas más conflictos. Cada tema abordado fue acompañado por aportes científicos
sobre los cuales se justificaron los debates y las decisiones sobre técnicas de producción,
maquinaria e instalaciones y elementos propios a la presentación del producto, permitidos.
Tercera etapa.
Dado que gran parte de los miembros del equipo viven y trabajan a grandes distancias de
Colonia Caroya, no siempre fue posible realizar reuniones del equipo completo y gran parte de
los intercambios se desarrollaron a partir de medios electrónicos.
salames, sensoriales con paneles entrenados), con los aspectos culturales y socio-económicos
de la producción.
Por su parte, actividades como los talleres de evaluación sensorial de los salames comerciales,
implementados desde setiembre de 2010, permitieron dinamizar los talleres con elaboradores e
involucrar a algunos de ellos que habían permanecido al margen hasta el momento.
El avance en la definición del producto típico, de los insumos y prácticas permitidas, fueron
marginando a unidades elaboradoras que no se ajustan a los requisitos acordados (ya sean de
pequeñas ó grandes escalas). La selección de unidades elaboradoras tendió a marginar a por lo
menos la mitad de ellas y a reducir las potencialidades de certificación de los productos a unos
pocos productores.
En el segundo semestre de 2010, el proyecto fue seleccionado como caso piloto argentino en
el contexto de un proyecto Regional de la FAO3 para América Latina, con el fin de validar el
funcionamiento del establecimiento de sellos de calidad vinculados al origen en la Argentina.
La FAO sumó recursos financieros al proyecto que permitieron financiar trabajos técnicos y la
compra de equipamiento, pero también aportes de la abogada que había acompañado el
proceso de legislación desde el principio.
Cuarta etapa.
En 2012, fue contratada por la municipalidad una Médica Veterinaria, para que acompañe a los
elaboradores involucrados en el proyecto a implementar la trazabilidad y a mejorar las
prácticas en la gestión de la inocuidad. En efecto, una nueva amenaza para la integración de
elaboradores de salames a la certificación de la IG (en caso de obtener el reconocimiento) era
la implementación de la trazabilidad y de las Buenas Prácticas de Manufactura. Esta
contratación constituyó una acción más del Municipio local al proyecto.
En esta misma etapa se sumó el Instituto de Educación Superior (IES) para una actividad
puntual: el diseño del logotipo y slogan de la IG. Los docentes y alumnos de la Materia “Taller
de Diseño II” tomaron a su cargo el diseño de cuatro propuestas, las cuales fueron sometidas al
voto de la población de Colonia Caroya.
3
del Proyecto Regional “Calidad de los Alimentos vinculada al Origen y las Tradiciones” – FAO TCP/RLA/3211
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A principios de 2012 los diversos trabajos realizados sumaban el estudio preliminar del sector,
la definición del salame típico de Colonia Caroya, gracias a la implementación de
evaluaciones sensoriales, se había determinado el impacto del sótano en los procesos de
pérdida de humedad y el mantenimiento de salame, el impacto de los aditivos en el producto
final, la caracterización de los hongos que componen la mufa típica, se estaban
implementando las buenas prácticas y el sistema de trazabilidad adaptadas al funcionamiento
de las unidades locales de elaboración (Champredonde y Schiavone, 2012). Se había
conformado también un grupo de productores con mayor nivel de compromiso en el proceso.
Se decidió en este punto un nuevo análisis del sector, con el fin de estudiar los dos
componentes – organización y mercado – y las consecuencias asociadas a él. En este estudio
se buscaba identificar la inserción del producto en el mercado regional y las características de
los productos competidores.
La problemática general abordada por estas investigaciones se podía resumir en las siguientes
preguntas:
destacar el impacto posible de la IG sobre el sector, en el contexto actual. Los objetivos más
específicos eran múltiples:
Respecto al primer ítem, la diferenciación del salame de Colonia Caroya, mediante una IG,
llevó al equipo de acompañamiento a considerar los aspectos de inspección sanitaria de las
materias primas. Hoy en día, cada productor tiene su mercado y no siempre ve un interés en
los procedimientos de aseguramiento de la inocuidad. Surge entonces, la pregunta ¿cómo
integrar a los actores en este proceso de protección?, ¿Qué puede ser de su interés, si no es el
bien común?
Con esas primeras preguntas, se organizó el trabajo de investigación en base a tres preguntas
de investigación, en torno a cada una de las cuales se plantearon diversas hipótesis:
(4)
En este momento, parecía existir un circuito informal (sin control sanitario) en paralelo a la faena hecha por un circuito formal,
pero su importancia no se definía realmente y la información era difícil de obtener. Se necesitaba una investigación desde los
productores y frigoríficos.
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El trabajo preparatorio se dividió en dos etapas: en primer lugar, un trabajo bibliográfico sobre
conceptos teóricos a movilizar en los estudios del sistema agroalimentario localizado del
salame de Colonia Caroya.
En esta primera etapa, se realizaron también entrevistas preliminares con los actores claves del
proyecto: el intendente, los miembros del comité de la futura IG, dueños de restaurantes, ex
elaboradores de salame y organismos de control sanitario nacionales y municipales. Esto
permitió entender mejor el contexto en el que se construía la IG la dinámica del sector y de los
potenciales alcances de esta certificación según los actores locales, pero también tener una
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Durante las entrevistas con los elaboradores, el término “calidad” tuvo un lugar central en cada
discurso. Sin embargo, cada uno, según su organización y modo de operación, ponía de
manifiesto una definición diferente de calidad. La definición teórica de esos conceptos
(calidad genérica ó específica) ayudó a entender mejor el discurso de los elaboradores.
Por fin, fue importante el estudio de diferentes teorías, que ayudaron a clasificar y reagrupar a
los productores según sus discursos y la manera de actuar en el sector. Se movilizó la teoría de
las convenciones, basados en los aportes de autores como Boltanski y Thévenot (1991) y
Gómez, (1994). Esta teoría se basa en el principio que “la organización es una forma de
coordinación alternativa para el mercado convencional, donde coexisten múltiples
racionalidades, elegidas en función de varios criterios”. Existe así, una pluralidad de formas de
pensar el mundo, organizados según el principio de la “grandeza” en el cual se apoya: lo que
se dice “grande” es lo que es justo, adecuado a la situación, de acuerdo a cada estrategia
individual.
Usando esta teoría se analizaron las lógicas de funcionamiento y las estrategias de los
elaboradores describiéndolas en términos de convenciones (o principios).
(5)
Se usará los términos de revendedores o distribuidores y vendedores para diferenciar la venta directa de la reventa (en
regionales, supermercados, restaurantes, etc.)
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Encuestas a productores:
a que se enfrentan los elaboradores de salame. Estos datos, también grabados y transcritos
posteriormente, se cruzaron con el fin de poner de relieve los factores que influyen en la
elección del sistema de aprovisionamiento.
Córdoba capital: por ser el punto focal de los flujos humanos, mercantiles y
turísticos.
Las Sierras Chicas: por ser una de las zonas turística más cercana a Colonia
Caroya (25 km).
Valle de Punilla 1 (La Cumbre y La Falda): por ser una de las zonas turísticas
de mayor afluencia de la provincia y mayor poder adquisitivo.
Valle de Punilla 2 (Carlos Paz y San Roque): por ser una importante zona con
gran afluencia de turistas de clase media
Entre todas las áreas de estudio, se llevaron a cabo más de cien encuestas a revendedores y a
consumidores (37 en la zona de Colonia Caroya, 28 en las Sierras Chicas, 7 en Córdoba
Capital, 15 en el Valle de Punilla 1 y 17 en el Valle de Punilla 2). Prácticamente todos los
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Cada entrevista fue grabada y transcrita. Un análisis cualitativo a través de tablas, permitió
cruzar los resultados y un análisis cuantitativo puso de relieve las particularidades de la
demanda de cada zona. Estos análisis permitieron definir los mercados que podían ser de
interés para ser considerados en el marco de la diferenciación del salame mediante una IG.
La elaboración de una respuesta a la segunda pregunta: “En el contexto actual, ¿la creación de
una Indicación Geográfica constituye un obstáculo o resulta atractiva para el sector?” condujo
a integrar en un análisis los datos obtenidos en las encuestas a de los productoresy los
resultados de los análisis de evaluación sensorial de salames muestreados en elaboraciones
comerciales de Colonia Caroya. En sucesivas evaluaciones, estos salames fueron calificados
en términos de típicos y no típicos de Colonia Caroya.
La integración de los datos sobre la calidad ofrecida por cada elaborador y por otro lado de la
cantidad producida y mercados abastecidos, permitió determinar cuántos productores podrían
integrarse potencialmente en este proceso de diferenciación y en qué condiciones. Las
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entrevistas preliminares con personas claves del proyecto y los intercambios con el equipo de
trabajo de la IG ayudaron también a estimar el posible impacto de esta certificación, sobre los
actores y su posible evolución.
El miedo a la denuncia, del mal uso de las informaciones o el deseo de mantener parte de sus
operaciones en secreto podrían explicar en parte esta actitud. En relación con la faena
clandestina, la reticencia de los productores limitó nuestro trabajo a la mera realización de
estimaciones indirectas.
En esta parte del estudio, hubo que trabajar más sobre un punto de vista cualitativo para
definir las razones que impulsaron a los productores a actuar de esta manera y buscar posibles
soluciones.
Aunque los resultados son representativos de las áreas estudiadas, en cuanto a cantidades y
diversidades de los lugares analizados, la desconfianza de los revendedores, o a la ausencia de
la persona responsable de las compras dificultó en algunos casos la obtención de información.
4. Resultados y discusiones.
Tal como lo demostraron los resultados de las encuestas, el salame de Colonia Caroya es un
producto que tiene una gran importancia socioeconómica y cultural para la localidad. En
efecto, las 29 empresas que emplean alrededor de 150 personas de manera directa a los que se
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Una comparación con la producción de soja, principal cultivo de la zona, muestra que este
ingreso representa el equivalente a la producción de 11.574 hectáreas de soja, o sea un 70% de
la superficie agrícola actual de Colonia Caroya.
El sector del salame es muy rentable económicamente para la comunidad. A pesar de esto,
presenta unidades de producción muy heterogéneas, en términos de escala y de técnicas de
elaboración, de calidades logradas y de mercados potencialmente explorables en función de
autorización para comercializar (municipal, provincial, federal).
Una primera tipología, presentada en el punto 1.2., propone las cuatro categorías de unidades
de elaboración según sus volúmenes de producción. En esta nueva tipología fueron
reagrupados en cinco categorías, según su estrategia y organización.
Esos 7 elaboradores representan por sí solo el 75% del volumen total fabricado en Colonia
Caroya con precios de venta dentro de los más bajos (76,56 $/kg al por menor y 57,33 $/kg
al por mayor).
(7)
Datos julio de 2012
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opciones comerciales para sus productos mientras utilizan la imagen asociada al salame
típico artesanal. Los precios de venta son heterogéneos, pero frecuentemente altos,
mientras que esas diferencias no siempre se justifican por la calidad específica (83 $/kg al
por menor y 73,20 $/kg al por mayor). La calidad del salame ofrecido dependería del tipo
de mercado abastecido y del perfil del lugar de venta. Esta categoría reconoce a su vez dos
grupos:
MERCANTILES Competencia
NO TÍPICOS sobre precios La historia del
Competencia:
No lograr atraer pueblo;
respuesta del
Competencia al turista La simbología
mercado
MERCANTILES sobre el logro del producto
TÍPICOS de la calidad
específica
Los domésticos trabajan sobre un modelo familiar en el cual las estrategias y acciones están
guiadas por el respeto y la dedicación a la calidad y la tradición italiana. Elaboran todos un
producto típico y tienen precios de venta altos pero homogéneos ($ 85,91/kg al por menor y
$ 78,91/kg al por mayor). Reconocemos aquí también a dos subgrupos en función de su
participación en el proyecto de construcción de la IG.
Por otra parte, factores como la antigüedad de la empresa, el origen italiano o criollo y la
historia de la familia no constituyen elementos explicativos que permitan asociarlos a la oferta
del producto típico. En ese sentido, los factores que se asocian a la obtención del producto
típico es el saber-hacer, la disponibilidad de sótano y la voluntad de cada uno en lograrla.
Gran escala 3
Volúmenes de 75,20%
7,40% 4,55% 4,40% 8,45%
producción
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El alto nivel impositivo. En efecto, con tasas del impuesto al valor agregado del
orden de 10,5 % para el ganado vacuno y del 21 % para los cerdos, en Argentina: la
evasión fiscal es importante. Esto hace menos competitivos a aquellos elaboradores
que se ven obligados a comercializar toda la producción en blancos.
Una ventaja económica para algunos que tienen sus propios animales
Este aspecto constituye un obstáculo para la implementación del sello de calidad porque
hasta ahora, sólo algunos elaboradores respetan el tiempo de maduración mínimo de 21 días
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(que además puede variar a lo largo del año), autoimpuesto mediante el protocolo de la IG,
por razones de seguridad sanitaria (figura 2). La pérdida de agua del 1% por día y el aumento
proporcional de los precios de venta empuja invita a los productores a reducir este tiempo de
maduración.
Los precios de venta de los salames, establecidos en función de las estrategias de
producción, también están fuertemente influenciados por los tiempos de secado. Durante los
períodos de alta demanda, como por ejemplo en verano, la producción aumenta una media el
18 % (particularmente entre los productores que dependen del mercado turístico) y la duración
del secado se acortan en promedio de 5 días. En esta época la obtención de salame típico es
más difícil dada la incidencia de factores ambientales adversos como la alta humead y
temperatura, que contribuyen, entre otros, a la aparición de la mufa amarilla 8, se constata que
productores que ofrecen un salame típico durante el resto del año, son incapaces de lograrlo
durante este período.
Uno de los desafíos de la IG es lograr una calidad estable de los salames durante todo el
año. Por esta razón, algunos productores dicen no querer elaborar más de 200-300 kg/semana,
para no disminuir la calidad de los salames. Los productores de mayores volúmenes, que
logran hacer un producto típico (600 kilos por semana), disponen de instalaciones
(fundamentalmente sótano de mayor tamaño al habitual) que les permiten alcanzar ambos
objetivos a la vez (volúmenes importantes de salames típicos).
Los precios
Tal como es presentado en la tabla 5, son muy diferentes según los productores. Esos
precios van desde 55 $/kg hasta 100 $/kg al por menor y desde 48 $/kg hasta 85 $/kg al por
mayor. Las razones de esas diferencias son múltiples y dependen de:
8
Complejo de hongos de tipo Aspergillum, que se presenta en forma de manchas amarillas en
la superficie del salame y que en caso de alta presencia puede conferir un gusto amargo al mismo
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Tabla 5. Precios medios al por menor y al por mayor del salame de Colonia Caroya, según las
tipologías de productores (por kilogramo).
(7)
La canasta de bienes se define como una gama de productos y servicios relacionados con un área privada, que se pueden
combinar y que permitan un retorno económico para el mismo territorio.
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otra en la Ruta 9), y el 32% en el resto de la provincia. El resto de las ventas se distribuyen
entre Buenos Aires (23%), el Noroeste (8%), Mendoza, la Patagonia y Ushuaia.
Entre los mercantil no típicos con calidades heterogéneas, el 93% de los volúmenes se
comercializan dentro de la provincia. Muy pocos productos salen de Caroya para
abastecer otras zonas de la provincia (7%): el resto se distribuye principalmente en
venta directa, en la ruta 9 o en el centro de la ciudad. A diferencia de los salames
industriales, el 78% de la producción se vende a particulares. Al igual que en el caso
de los productores industriales los habitantes locales consideran este salame como
no típico.
En la provincia de Córdoba, el salame de Colonia Caroya tiene que compartir el mercado entre
otros, con el salame de la Colonia Tirolesa. Sin embargo, no se conocía bien el sector, la
calidad de estos productos en comparación con Caroya y tampoco el mercado de destino, . Las
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Colonia Tirolesa es una colonia de italianos de la región del Tirol con costumbres y culturas
similares a las de Caroya. Sin embargo y a diferencia de Caroya, Colonia Tirolesa conservó
pocas huellas de sus orígenes y no tiene el deseo de preservar este patrimonio. El sector del
salame se desarrolló de manera diferente aquí, tanto en su estructura, como en sus canales de
comercialización.
La ciudad tiene doce productores de salame, nueve de los cuales son productores que poseen
habilitaciones provinciales o federales, elaborando en fábricas de tipo industrial. Aquí el sector
es mucho más industrializado que en Colonia Caroya: el 65% de las empresas elaboran más de
1.000kg/semana, y hasta 8000 kg/semana en el caso de un actor. En Caroya, 29 productores
venden cada año 645 toneladas de salames, mientras que en Colonia Tirolesa sólo 12 empresas
elaboran alrededor de 850 toneladas por año, y ocupan alrededor de 80 empleados.
Los mercados de destino son el 90% interno a la provincia de Córdoba, donde el producto se
encuentra ampliamente distribuido en las zonas turísticas de la ciudad y en los mercados del
centro de Córdoba. La fortaleza de los productores de Colonia Tirolesa es la de utilizar
denominaciones que evocan al salame de Colonia Caroya, en términos de Salame de la
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“Colonia”. Esto genera confusión en el consumidor . Esto genera una cierta incertidumbre
sobre el efecto real de protección que pueda tenar la IG ante la usurpación de imagen, dado
que en Argentina no reserva el uso exclusivo del nombre, sino del logo de la IG del Salame
Típico de Caroya
Por otra parte, se observa que las características de la oferta de producto típico (bajas
cantidades disponibles, precio de venta entre $ 70-85/kg por mayor y medios de distribución
débiles) no siempre coinciden con las expectativas de los revendedores minoristas,
especialmente en las zonas turísticas. Allí predomina la oferta de productos de substitución,
comercializados a precios más bajos pero movilizando la imagen de Colonia Caroya. En este
contexto, la producción de salame de Colonia Tirolesa se corresponde con la conveniencia de
En GONZÁLEZ ANDRÉS F., URBANO LÓPEZ B., 2014, Investigación agraria para el desarrollo
sostenible: Análisis de casos internacionales, Editado por Universidad de Leon, León, España, p 213 a 248
los revendedores de la zona de las sierras. Esto hace que sean numerosos, no sólo los casos de
usurpación del nombre y de los símbolos de Caroya, sino también de inducción de confusión
intencional hacia el consumidor, en lo que respecta a la calidad del producto.
Una organización colectiva, con la movilización de los principales actores del sector.
A nivel del equipo de acompañamiento, llevar adelante las tareas planificadas requirió
de trabajos de investigación que constituyeron una innovación frente a las experiencias previas
10
Definido por la Agencia Francesa de Desarrollo (2010)
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Una amenaza que aún no ha sido bien evaluada está relacionada con la Ley sobre IG y
Denominación de Origen argentina. A pesar que sea inspirada por las leyes europeas, hay una
cierta brecha en esta ley porque no protege el uso exclusivo del nombre, sino que protege el
registro, el logotipo. Colonia Tirolesa, por ejemplo, podría seguir utilizando el término
“salame de la Colonia” para vender su producto. La prohibición se hará únicamente para los
productos que utilizan el nombre de “Salame Colonia Caroya IG” y que no cumplan con las
especificaciones del protocolo.
El proyecto presenta fortalezas, pero la implementación efectiva del sello de calidad ligado al
origen y los posibles impactos locales y sobre la cadena, sigue generando incertidumbre. La
fase crítica del proyecto no es la de obtener el sello, sino más bien el período que sigue a la
adopción. En efecto, el futuro del sello de calidad dependerá de su uso y reconocimiento por
parte de los elaboradores y especialmente por los consumidores (11) locales y externos.
Los mercados potenciales para el salame típico parecen ser los nichos de mercado de las
Sierras Chicas (zona turística), los mercados locales de Colonia Caroya o mercados de acceso
menos evidentes y generalmente más distantes (los delicatesen Córdoba Ciudad o Buenos
Aires). Los bajos volúmenes de producción y en varios casos la falta de autorización para
comercializar a nivel regional ó nacional no permiten la venta masiva a los mercados lejanos.
En lo concerniente a la oferta del salame típico, tal como fuera presentado, aquellos
elaboradores incluidos en la categoría denominada industriales no producen un salame típico.
Sin embargo, otros a pequeñas escalas, tampoco lo logran. Lograr un salame típico necesita
de la movilización del saber-hacer local y de la determinación de obtenerla. En el contexto
actual del sector, sólo un pequeño grupo de elaboradores, podría obtener la certificación. Sin
embargo, el objetivo es lograr la inclusión de la mayor cantidad posible de productores en el
proceso de certificación. Esto se logrará a través de un buen apoyo técnico a los elaboradores
que deseen comunicar la I.G. y de una comunicación local fuerte sobre los beneficios de la
diferenciación a los elaboradores, a fin de movilizarles.
El Municipio juega en este aspecto un papel importante, para alentar a los productores a
certificar, pero también para ayudar a los consumidores a entender lo que es una IG y a
entender la ventaja de comprar de un salame IG. Este apoyo de la Municipalidad tendría que
pasar por dos acciones. En primer lugar una ayuda, ya sea financiera o de otro tipo, para los
(8)
Este último aspecto constituye un interrogante que afecta los países de América Latina en su conjunto, dado que las IG/DO se
encuentran aún en sus primeras etapas de implementación.
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6. Bibliografía citada.
- Boué, E. 2012. El sector del salame de Colonia Caroya: perspectivas para el establecimiento
de una Indicación Geográfica. Tesis de ingeniería en agricultura. Angers: Escuela Superior
de Agricultura. France.
7. Anexos.
• ¿Hay una diferencia entre los productos fabricados en Colonia Caroya y los vendidos en
la Ruta 9 (calidad, cantidad, etc.)?
• ¿Le parece que hay problemas dentro del sector o no? ¿De qué tipo?
• ¿Cómo se ubica dentro del sector, en comparación con otros productores (rol, posición,
importancia)?
• ¿Por qué desarrolló su negocio de esta forma (tipo de producción, mercado abastecido,
sistema de aprovisionamiento, calidad)?
c) Materia prima.
• ¿Cuáles son los mataderos con los que trabaja? Vacunos Cerdos
Vacunos Cerdos
Vacunos Cerdos
• ¿Cuántos animales, en porcentaje, van por una faena informal y cuántos por una faena
formal para la producción de salame (12)?
• ¿Qué cortes se utilizan para la producción y qué tipo de animal (raza, peso)? Vacunos
Cerdos
• ¿Cuáles son los volúmenes de cerne utilizados cada semana para la producción de
salame? Vacunos Cerdos
d) Producción.
• ¿Hay alguna diferencia de calidad según las épocas del año (¿Cuándo y por qué)?
• ¿Hay diferencia de cantidades producidas, según las épocas del año (¿Cuándo y por
qué)?
(12)
Esta pregunta no estaba hechas directamente de esta manera a los productores porque nunca
habría tenido repuestas.
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• ¿Lleva a cabo una estrategia de marketing para aumentar sus ventas? ¿De qué tipo?
f) La Indicación Geográfica.
• ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de este producto en comparación con otros
salames?
b) El producto.
c) Distribución.
a) General.
• ¿Cuáles son los trámites y documentos que se necesitan para llevar un animal al
frigorífico?
• ¿La llegada de un nuevo frigorífico en la zona va a cambiar algo para ustedes o no?
• ¿Existe una faena informal en la zona? ¿Cuántos animales, por semana, según usted?
• ¿Cuántos animales cree que se están faenados de manera clandestina, respecto a los
productores de salame de la zona?
c) Productos.
• ¿Tiene problemas de calidad a veces? ¿Sobre qué los clientes suelen quejarse?