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Escuela preparatoria oficial num 53

ESCUELA PREPARATORIA
OFICIAL NUMERO 53
PROYECTO TRANSVERSAL
ALUMNO: VILLA RIVERA
ASLEY GUADALUPE

GRADO:2 GRUPO:3
Escuela preparatoria oficial num 53

INTRODUCCION

En este proyecto aprenderas a la produccion


de la flor de cempasuchitl
Con el fin de hacer pigmento de origen natural
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INDICE
La flor de cempasúchil….................................3

Colorante…........................................................4
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La flor de cempasúchil

La flor de Cempasúchil es originaria de México, su nombre proviene del náhuatl


“Cempohualxochitl” que significa “veinte flores” o “varias flores”.

Nuestros antepasados asimilaban el color amarillo de la flor de cempasúchil con el sol, razón por la
que la utilizaban en las ofrendas dedicadas en honor a sus muertos. La tradición marca hacer
senderos con las flores de cempasúchil, desde el camino principal hasta el altar de la casa con la
finalidad de guiar a las almas hacia los altares.

La flor era considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte.

El tallo de la flor puede llegar a medir hasta un metro de altura, mientras que sus botones pueden
alcanzar los cinco centímetros de diámetro.

El 1 y 2 de Noviembre se celebra en nuestro país a los muertos, son días en los que podemos
apreciar el color y olor más intenso de la flor.

En México se estima la presencia de 35 especies de la flor, de las 58 referidas para América.

En nuestro país, los estados de Guanajuato, Hidalgo, Michoacán y Estado de México son los que
cuentan con las mejores condiciones de suelo y clima para la producción de cempasúchil. Dicha
flor únicamente florece después de la ápoca de lluvias.

El género Tagetes cuenta con 55 especies que se distribuyen desde el suroeste de Estados Unidos
hasta Argentina de las cuales 30 son nativas México. Por la cantidad y diversidad en el país, México
es considerado el centro de evolución de este género. Las especies varían en tamaño desde 10cm
hasta más de dos metros de altura. La especie Tagetes patula mide de 20 a 50cm y se encuentra
en México y Guatemala. Fue nombrado por el ilustre botánico sueco Cárolus Linnaeus en 1753.

El nombre común "cempasúchil" procede de la palabra en náhuatl cempōhualxōchitl que significa


"veinte flores". Entre otros nombres comunes conocidos se incluyen Tepecempoalxóchitl
Tlapalcozatlixochitl, Oquichtlicocaxochitl y Cozatlicoztic. Pertenece a la familia Asteraceae (antes
Compositor que significa flor compuesta ya que en estas plantas lo que parece una sola flor es en
realidad una inflorescencia que consiste de una cabezuela integrada por muchas flores pequeñas).
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Colorante

A la flor de cempasúchil, también conocida como la flor de los 20 pétalos, de aroma intenso y
misterioso, se le identifica comúnmente por su uso en la celebración del Día de Muertos en
noviembre, al considerarla como símbolo de vida y muerte.

La flor de cempasúchil aparece a la par de la época de lluvias, entre junio y octubre, por lo que en
la víspera de la celebración los terrenos destellan un color amarillo intenso que se unen con los
rayos del sol.

Sin embargo, los artesanos y las artesanas del textil en la localidad zapoteca de Teotitlán del Valle,
a unos 40 minutos al oriente de la ciudad de Oaxaca, le sacan el máximo provecho pues suelen
utilizarla como colorante natural, para teñir la lana, y después hacer prendas.

En las viviendas extendidas como talleres se tiñen hilos con tintes naturales, para ello usan la
grana de cochinilla, el añil, el cempasúchil, la cascara de nuez y de granada, las cortezas de los
árboles y las hojas, en un proceso natural, sin químicos.

El color amarillo, uno de los básicos en la paleta de colores primarios, se extrae de la flor de
muerto, para conseguirlo, la artesana arranca los pétalos marchitos de cempasúchil que
adornaron las ofrendas, después los pone a hervir en agua, para conseguir una infusión.

“La flor se recicla. Se aprovechan los pétalos para obtener la tintura, mientras que las ramas y el
tallo se regresa a la tierra, como abono, o bien, se le cultiva en el traspatio”, menciona.

Explica que, para conseguir un teñido firme, primero, los hilos de lana y algodón deberán
ser tratados o “curarlos” en agua hervida; la textura suave de la lana se logra tras varios días
de remojo.

La infusión de cempasúchil se le agrega a los hilos de lana en el cazo donde estuvieron remojados,
luego se ponen a secar, y más tarde, se procede a colocarlos en el telar de pedal para tejer:
tapetes, lienzos, cobijas, bolsas y gabanes.

La también integrante de la organización Mujeres Unidas de Teotitlán del Valle aprovecha las
ventajas del mes de noviembre y les pide a los productores proveerla de flor fresca.

De esta manera, muchas familias se benefician con el trabajo en los talleres de tejedores de
tradición zapoteca de Teotitlán de Valle, donde les dan vida a sus creaciones.

Los lienzos de colores están presentes en sus vestimentas, en aplicaciones al cuello, mangas o
pecho, lo cual aporta otras combinaciones con los bordados elaborados a mano.

Con la experiencia de los años, y la transmisión de las técnicas ancestrales, la maestra del arte
popular se autodefine como defensora de los teñidos naturales.

Sabe que para obtener el color verde y sus variantes se consigue del cempasúchil y añil, mientras
que los naranjas y rojos se consiguen de la fusión con la grana de cochinilla.

El juego de colores se consigue de la combinación con infusiones de palo de Brasil, cáscara de


coco, granada y encino, que encuentran sentido en el labrado de urdimbre.

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