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FORMULA DENUNCIA.

Sr. Juez Federal:

YAMIL CASTRO BIANCHI, abogado, por derecho propio, constituyendo


domicilio en la calle, domicilio electrónico 23228410829, me presento ante V.S. y
respetuosamente:

I. OBJETO:

Que, habiendo tomado conocimiento de la posible comisión de un delito


de acción pública (art. 71 del Código Penal) por parte de un funcionario público,
y no teniendo conocimiento hasta la fecha de que se haya iniciado investigación
de oficio sobre los hechos aquí denunciados, vengo por medio del presente a
formular denuncia penal, en los términos de los arts. 174 a 177 del Código
Procesal Penal de la Nación.

A los efectos de cumplir con las reglas de los arts. 175 y 176 del CPPN, la
investigación deberá dirigirse contra el Sr. Diputado de la Nación Gerardo Fabián
Milman, DNI N° 17.804.509, y contra todas aquellas personas que, de acuerdo a
las pruebas que se instruyan en autos, aparezcan como coautores, cómplices,
instigadores o encubridores de los hechos que se denuncian.

II. HECHOS:
Por medio del presente se denuncia el siguiente hecho, que podría ser
constitutivo del delito reprimido en el artículo 259 - Título XI del libro II, capítulo
VI- del Código Penal.

El pasado 4 de abril a las 2.10 hs. aproximadamente, la sra. María Luz


Lanusse Peralta Ramos, se encontraba conduciendo un auto Peugeot 2008 Sport
1.6, Dominio AF068CS, cuando es detenida por un control de tránsito en el cruce
entre Av. Bullrich y Cerviño en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ante el
requerimiento de documentación por parte del personal oficial, la sra. Lanusse
Peralta Ramos exhibió una licencia de conducir apócrifa (lo que sin dudas
constituye un delito federal – art. 296 en función del 292 del C.P.), sin cédula de
identificación del vehículo, ni de estar autorizada a conducir. Frente a estas
irregularidades, y luego de la consulta con autoridades judiciales, se ordenó el
secuestro del automóvil.

Al lugar arribó algunas horas después, el sr. Diputado Nacional Gerardo


Milman, quien se presentó a los gritos como tal, irrumpiendo en el procedimiento
iniciado contra dicha mujer, manifestando falsamente que la era sería su esposa,
y que el rodado era de su propiedad, exhibiendo una cédula azul (autorizado a
conducir).

Milman, con posterioridad, promovió denuncia penal contra los


funcionarios del procedimiento y el fiscal de la CABA que ordenó el secuestro del
automóvil, en orden a los delitos de hurto agravado y abuso de autoridad e
incumplimiento de los deberes de funcionario público. Dicha denuncia fue
desestimada de inmediato por el titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y
Correccional N° 5, en la causa nro. 15690/22.

No obstante, el hecho que debe ser investigado en esta sede no tiene que
ver con esos extremos sino con la situación del rodado involucrado, ya que no es
de propiedad de Milman o Lanusse Peralta Ramos sino que pertenece a la
empresa “METALURGICA OLIVA HERMANOS S.A”.

“METALURGICA OLIVA S.A” es una empresa fundada en 1990 dedicada


principalmente a la seguridad de caudales, y no es ni más ni menos que aquella
que obtuvo ganancias millonarias durante la gestión presidencial del Ing.
Mauricio Macri, (en julio de 2018 inauguró una nueva planta de 8000m2) en su
calidad de proveedora de material de seguridad y blindajes, habiendo sido
contratada por el propio Mauricio Macri, por la Casa de la Moneda, por el
Ministerio de Seguridad (del cual el aquí denunciado resultaba ser Viceministro
durante el gobierno de Macri) y por los bancos Nación, Central y Provincia de
Buenos Aires.

En el año 2018, el ex Viceministro de seguridad, y actual Diputado Nacional


Milman, mantuvo negociaciones con la empresa “METALURGIA OLIVA
HERMANOS S.A” y la habría contratado para que brindara servicios de blindaje
en vehículos de fuerzas de seguridad.

Resulta francamente llamativo, y altamente sospechoso de la presencia de


un delito de acción pública, que el aquí denunciado se encuentre autorizado, al
parecer de manera exclusiva, para conducir un auto de una empresa que ganó
millones con el gobierno que integraba el aquí acusado, que había sido
proveedora del Ministerio del que él mismo había sido viceministro durante la
gestión presidencial del Ing. Mauricio Macri y además que se lo facilitara a otra
persona para que lo utilice.

La cédula azul a nombre de Milman es indicio suficiente para considerar


que el diputado ha recibido el automóvil en consideración a su oficio, es decir en
su condición de ViceMinistro de Seguridad que facilitó negocios para la empresa
que puso el vehículo a su disposición. Evidentemente se manejaba como el
propietario del rodado sin serlo, y todo ello da cuenta de la necesidad de
profundizar estas relaciones.
La ley N°25.188 de ética en la función pública, prohíbe expresamente la
conducta aquí denunciada, en tanto le está vedado al Legislador en razón del
cargo que ocupa, recibir regalos, donaciones u obsequios, de bienes, cosas o
servicios. La consecuencia normativa de llevar a cabo este tipo de conductas, se
encuentra receptada en el Código Penal, sancionando al funcionario público que
admitiere dádivas, que fueran entregadas en consideración a su oficio (art.259
CP).

Por lo expuesto, resalto además, la necesidad de investigar este hecho, ya


que importa un verdadero flagelo a la confianza de todas y todos las y los
habitantes en las instituciones democráticas de nuestro país, y perjudican la
transparencia de los actos de gobierno. La consecuencia disvaliosa que conllevan
actos de corrupción, que afectan directamente a toda nuestra sociedad, merece
ser ventilada en sede Judicial, siendo tal el órgano encargado de tutelar la
Supremacía de la Constitución Nacional y de administrar Justicia.

Por lo tanto, se solicita se corra vista al Ministerio Público Fiscal para que
realice el requerimiento de instrucción.

III. CALIFICACION LEGAL:

Sin perjuicio de la calificación que oportunamente se considere


pertinente, los hechos descriptos en la presente denuncia encuadran prima facie
en el delito reprimido en el art. 259 del Código Penal, por el cual el denunciado y
demás sujetos que surjan de la investigación, deberán responder en calidad de
autores o partícipes necesarios (art. 45 del Código Penal) en la medida que
corresponda.
Primero, resalto que el delito de prestación u ofrecimiento de dádivas,
integra una categoría de delitos especiales, que tutela a la administración pública
como bien jurídico.

En este sentido, el concepto de administración pública, no es restringido,


sino que al estar frente delitos que emergen de graves actos de corrupción, vale
aclarar que el concepto es más amplio que en el derecho administrativo, y por
ello abarcativo de toda actividad y función llevada a cabo por los órganos del
Estado, tanto nacional, provincial, como municipal. Este tipo penal, tutela como
bien jurídico a la “irreprochabilidad e insospechabilidad de los funcionarios,
la que sufriría por el sólo hecho de la aceptación de presentes ofrecidos
en consideración a la calidad investida” (D`Alessio Andrés José, Director,
Divito Mauro A., Coordinador, “Código Penal de la Nación, Comentado y
Anotado” 2da. Edición Actualizada y Ampliada, Tomo II, Parte Especial arts. 79 a
306, Editorial La Ley, Bs. As., 2014, página 1290). Y“…este delito se erige sobre la
base de la sospecha generalizada que despierta que un funcionario público
admita prebendas, beneficios o ventajas de parte de terceros. Dicha conducta
reñida con la ética en el ejercicio de la función pública justifica con creces su
punición, ya que tal admisión genera de manera indefectible una sospecha de
parcialidad y da rienda suelta al temor de la arbitrariedad en el manejo de la cosa
pública” (Aboso, Gustavo Eduardo, “Código Penal. Comentado, concordado con
jurisprudencia”, 5ta edición, ed. IBdeF, Bs. As., 2018, pág. 1389).

Por otra parte, el denunciante, de acuerdo a la especialidad en tanto sujeto


activo del tipo penal antes referido requiere, sin dudas, al revestir la calidad de
Diputado Nacional, se encuentra dentro de la categoría de “funcionarios
públicos” de acuerdo a lo establecido por el artículo 77 del Código Penal, donde
se brinda tal carácter a todo aquel que participa accidental o permanentemente
del ejercicio de funciones públicas, sea por elección popular o por nombramiento
de autoridad competente. Así también lo dispone la Convención Interamericana
contra la Corrupción, en su art. 1, definiendo como función pública a “toda
actividad temporal o permanente, remunerada u honoraria, realizada por una
persona natural en nombre del Estado o al servicio del Estado o de sus entidades,
en cualquiera de sus niveles jerárquicos”. Y también dispone, que se entiende por
“funcionario público”, a “cualquier funcionario o empleado del Estado, incluidos
los que han sido seleccionados, designados o electos para desempeñar
actividades o funciones en nombre del Estado o al servicio del Estado, en todos
sus niveles jerárquicos.”

Respecto a qué debe entenderse por “dadiva”, Fontán Balestra refiere que
“la dádiva puede ser de cualquier naturaleza, siempre que signifique un beneficio
para el funcionario” (FONTÁN BALESTRA, Carlos, Tratado de Derecho Penal , 2ª
ed. act. por Guillermo A. C. Ledesma, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1993, p.
294.). Terragni sostiene que “el hecho de limitar el concepto a lo puramente
pecuniario dejaría fuera del tipo a muchas acciones de funcionarios codiciosos que
–si bien no actúan con fin de lucro– sí violan el deber movidos por otros apetitos
no menos viles que la simple ambición económica. Iguales reflexiones merecen las
promesas que el agente desleal puede aceptar, pues la expresión de voluntad de
dar dinero o dádivas al funcionario o hacer algo en su beneficio, a cambio de que
a su vez el agente realice, retarde o deje de concretar una acción relativa a sus
funciones, identifica un beneficio ilegal, o sea una compensación que favorece al
corruptor”(TERRAGNI, Marco Antonio, Delitos propios de los funcionarios
públicos, Ediciones Jurídicas Cuyo, Mendoza, 2003, p. 153.)

También esta postura es la que se tomó en la Convención Interamericana


contra la Corrupción (ratificada por ley 24.759), la cual en su art.VI. dispone:
“Actos de corrupción 1. La presente Convención es aplicable a los siguientes actos
de corrupción: a. El requerimiento o la aceptación, directa o indirectamente, por
un funcionario público o una persona que ejerza funciones públicas, de cualquier
objeto de valor pecuniario u otros beneficios como dádivas, favores, promesas o
ventajas para sí mismo o para otra persona o entidad a cambio de la realización
u omisión de cualquier acto en el ejercicio de sus funciones públicas; b. El
ofrecimiento o el otorgamiento, directa o indirectamente, a un funcionario
público o a una persona que ejerza funciones públicas, de cualquier objeto de
valor pecuniario u otros beneficios como dádivas, favores, promesas o ventajas
para ese funcionario público o para otra persona o entidad a cambio de la
realización u omisión de cualquier acto en el ejercicio de sus funciones públicas; c.
La realización por parte de un funcionario público o una persona que ejerza
funciones públicas de cualquier acto u omisión en el ejercicio de sus funciones, con
el fin de obtener ilícitamente beneficios para si mismo o para un tercero; d. El
aprovechamiento doloso u ocultación de bienes provenientes de cualesquiera de
los actos a los que se refiere el presente artículo; y e. La participación como autor,
coautor, instigador, cómplice, encubridor o en cualquier otra forma en la
comisión, tentativa de comisión, asociación o confabulación para la comisión de
cualquiera de los actos a los que se refiere el presente artículo. 2. La presente
Convención también será aplicable, de mutuo acuerdo entre doso más Estados
Partes, en relación con cualquier otro acto de corrupción no contemplado en ella.”

Por otra parte, el art. 18 de la ley 25.188 de Ética en el Ejercicio de la


Función Pública, dispone que: “los funcionarios no podrán recibir regalos,
obsequios o donaciones, sean de cosas, servicios o bienes, con motivo o en ocasión
del desempeño de sus funciones”. Y el 1179/2016 regula la norma antes citada en
su art. 1 en los siguientes términos: “Toda persona que ejerza una función pública
en los términos del artículo 1° de la Ley N° 25.188 y sus modificaciones, tiene
vedado recibir regalos, obsequios, donaciones, beneficios o gratificaciones, de
cosas, servicios o bienes, incluyendo la cesión gratuita del uso de los mismos, con
motivo o en ocasión del desempeño de sus funciones. Se entiende que los regalos,
obsequios, donaciones, beneficios o gratificaciones, han sido recibidos con motivo
o en ocasión del desempeño de sus funciones cuando los mismos no se hubieran
ofrecido si el destinatario no desempeñara el cargo que ejerce.”
A la vez, es una figura dolosa que presenta el requisito subjetivo de que el
funcionario conozca los elementos objetivos del tipo. Notas típicas del art. 259
del C.P. son: que la dádiva le haya sido entregada al funcionario público “en
consideración a su oficio” y “mientras permanezca en el ejercicio del cargo”

En autos, es notorio el hecho de que el denunciado ostentaba tal calidad


al momento de los hechos, en tanto resulta ser Diputado de la Nación desde el
10 de diciembre de 2021 hasta la actualidad y finalizará su mandato el 9 de
diciembre de 2025

Y además, no cabe duda que el beneficio de utilizar un vehículo que se


desprende del otorgamiento para su uso, y además el hecho de haber recibido
tal de una empresa que era proveedora del Ministerio del cual el actual Diputado
Nacional era Viceministro, hacen presumir que tal dádiva no se le habría otorgado
al funcionario si no fuera por el cargo que detenta.

En este sentido, debe considerarse, como bien lo sostiene Creus, con


respecto al delito de cohecho, que: “Recibe el que entra en la tenencia material
del objeto que se le ofrece; es decir, se realiza con el traslado físico del objeto al
autor. (…) el funcionario que recibe un inmueble o un automotor, para usarlo o
para guardarlo para sí, ya cometió la acción propia del delito, aunque no se
cumplan los actos registrales (título) necesarios para que se convierta en dueño
de esos bienes”. (Delitos contra la administración pública. Comentario de los
artículos 237 a 281 del Código Penal, Creus, Carlos, Astrea. Pág.273.)

La diferencia entre ambos delitos, es la conexión entre el ofrecimiento y


la intención de que el funcionario "haga, retarde o deje de hacer algo relativo
a sus funciones". En el caso de la dádiva simplemente se hace entrega de algo en
consideración del oficio del funcionario, mientras que en el cohecho, se entrega
u ofrece para ejecutar o no un acto propio de su función.

Por el momento la investigación debe iniciarse al menos por el delito de


dádivas, sin perjuicio de que ulteriormente, a través de la prueba que se pueda
recabar, surja la comisión de un delito distinto o más grave. Además, al tratarse
de un delito de co-delincuencia necesaria, resulta imperioso investigar para
conocer quiénes han sido los restantes intervinientes.

Es por lo expuesto, entiendo qué se han configurado así los extremos


previstos por el art. 259 del Código Penal, y en consecuencia, solicito que se tenga
por presentada la denuncia, se corra vista al Ministerio Publico Fiscal, y se
produzcan las pruebas que a continuación se ofrecen.

III. OFRECE PRUEBA:

A. Se solicite ad effetum videndi et probandi la causa CCC 15690/2022


J57S61.

B. Se adjunta al presente copia de la desestimación de denuncia


efectuada en el marco de la causa penal iniciada por el Sr. Diputado
Milman.

IV. PETITORIO:

Por lo expuesto, se requiere:

1. Tenga por presentada la denuncia, por constituido el domicilio,


y se ordene la ratificación de la presente.
2. Se corra vista al Ministerio Público Fiscal a fin de que formule el
requerimiento de instrucción (art. 188 CPPN)
3. Se ordene la producción de la prueba ofrecida.

Proveer de conformidad
SERÁ JUSTICIA

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