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Antes de creer en Jesús, estábamos alejados de Él.

Alejados de sus promesas y sin Dios en


el mundo. Estábamos destituidos de la Gloria de Dios. Fuimos acercados por el amor de
Dios, por medio del sacrificio de Cristo. Cristo mismo dijo: “Yo soy el camino, la Verdad y
la Vida, nadie viene al Padre sino es por mí”.

Jesús dijo: “Yo soy la puerta de las ovejas, el que por mi entrare será salvo”…
También: “Yo soy la Vid Verdadera y ustedes son las ramas. Permanezcan en mi, y yo en
ustedes”.

¿Cuál es el secreto para permanecer?

 Juan 15: 9-13 Según el versículo 13, ¿cómo Cristo demostró su amor? 1 Jn. 4:9  
“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo
unigénito al mundo, para que vivamos por él”.

  ¿En qué consiste el amor? 1 Jn. 4:10  “En esto consiste el amor: no en que
nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su
Hijo en propiciación por nuestros pecados”.
 ¿Cómo sabe que usted es salvo, todo un creyente? 1 Jn. 4: 7-8 :  ”Amados,
amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es
nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque
Dios es amor”.

  “Permaneced en mi amor” dijo Jesús. ¿Cómo conocemos que amamos a Dios? Jn.


15:10  “Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo
he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor”.

Jesús explicó que el Primer y mayor mandamiento es: “Amarás al Señor tu Dios con todo
tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer mandamiento y el más
importante. Hay un segundo mandamiento que es igualmente importante: Amarás a tu
próximo como a ti mismo. Toda la ley y las exigencias de los profetas se basan en estos dos
mandamientos”

¿Cuál es la recompensa por hacerlo? Jn. 15:11  “le produciremos al Padre gozo y de ese
mismo gozo que tiene el Padre, seremos llenos“.

Amar a Dios no es fácil. Se requiere de esfuerzo y decisión. Así como ninguna relación


puede permanecer sino hay dedicación, de la misma manera debes dedicar tiempo, esfuerzo
y voluntad a Dios para que esta relación permanezca.

Eres tú en Él y Él en ti. Debes de dedicar tiempo a Dios en oración, en la lectura de la


Biblia y al congregarte.

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