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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUERRERO Ciencias de la educación

Temachi catzintli
Onteanqui

UNIDAD ACADÉMICA

EMANCIPARNOS
REEDUCARNOS
FACULTAD CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
“Mtro. Emérito Rafael Bonilla Romero” Temachtiani

PARA

SEMINARIO – TALLER
FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN Y
CULTURAL DE MÉXICO

ENSAYO:
Locke Bacón
LOS GRANDES
EMPIRISTAS

Berkeley Hume

COORDINADOR: MC. SALVADOR CATALÁN BARRAGÁN

PRESENTA: MIGUEL BASILIO DÍAZ


Chilpancingo, Gro., Agosto de 2009
ÍNDICE

PRESENTACIÓN

CONCEPTUALIZACIÓN

ANTECEDENTES DEL EMPIRISMO

REPRESENTANTES

FRANCIS BACON

SU PENSAMIENTO

CRÍTICA A LA LÓGICA ARISTOTÉLICA

JOHN LOCKE

SU PENSAMIENTO

GEORGE BERKELEY

SU PENSAMIENTO

DAVID HUME

SU PENSAMIENTO

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA
PRESENTACIÓN

Si la filosofía antigua había tomado la realidad objetiva como punto de partida de


su reflexión filosófica, y la medieval había tomado a Dios como referencia, la
filosofía moderna se asentará en el terreno de la subjetividad. De acuerdo con
esto el empirismo es una corriente importante que encontramos en el siglo XVII,
el cual tiene significativas repercusiones a lo largo de toda la historia de la filosofía
a nivel mundial. Se conoce como empirismo a la doctrina filosófica que se
desarrolla en Inglaterra, y que considera la experiencia como la única fuente válida
de conocimiento, mientras que niega la posibilidad de ideas espontáneas o del
pensamiento a priori. Sólo el conocimiento sensible nos pone en contacto con la
realidad.

Teniendo en cuenta esta característica, los empiristas toman las ciencias naturales
como el tipo ideal de ciencia, ya que se basa en hechos observables. Para esta
doctrina, el origen de nuestros conocimientos no está en la razón, sino en la
experiencia, ya que todo el contenido del pensamiento ha tenido que pasar
primero por los sentidos. Nuestra mente es un papel en blanco y sólo al contacto
de los sentidos con las cosas empieza a grabar impresiones. Para el empirismo, la
tesis del racionalismo, de que existen ideas innatas, es totalmente inexacta. Pues
si fuera así no tendría ninguna razón de ser el aprendizaje, y todas las personas
estaríamos de acuerdo en las mismas verdades. El empirismo simultáneamente
intenta reducir la razón a la sensibilidad y demostrar que el conocimiento sensible
es el único conocimiento válido. Una de las actitudes que mantienen los
empiristas, a pesar de sus diferencias en cada autor, es insistir en los hechos, en
oposición a las utopías teóricas, así como a las fantasías y a las interpretaciones
especulativas. Por parte del empirismo, el progreso ha consistido en ampliar y
profundizar su base hasta encontrar en algunas experiencias una forma de llegar a
la metafísica.

Tomando en cuenta los puntos anteriores, enseguida se explicará a grandes


rasgos lo que fue esta corriente filosófica así como los grandes exponentes
filosóficos que dejaron importantes apuntes así como bibliografía que sustenta
esta corriente filosófica, en los apuntes se encontrará de manera sintetizada la
vida, obras y pensamiento de cada uno de ellos, esperando se útil.
CONCEPTUALIZACIÓN

o Empirismo proviene del término griego empinar (textualmente, experiencia),


la translación latina es experientia, de la que se deriva la palabra
experiencia. También se deriva del término griego y romano de empírico,
refiriéndose a médicos que consiguen sus habilidades de la experiencia
práctica, oponiéndose a la instrucción en la teoría.

o En filosofía, el empirismo es una teoría del conocimiento, la cual enfatiza el


papel de la experiencia, especialmente la percepción sensorial, en la
formación de ideas. Con el empirismo señalamos la importancia del
conocimiento que se basa en la experiencia para validarse como tal, que
significa que la experiencia es la base de todos los conocimientos. Parte del
mundo sensible para formar los conceptos: lo que uno ha experimentado, lo
ha experimentado (Whitehead).

o En la filosofía de la ciencia, el empirismo es una teoría del conocimiento,


que enfatiza los aspectos del conocimiento científico que están
cercanamente relacionados con la experiencia, o en el caso científico
mediante la experimentación. Es requerimiento fundamental del método
científico, que todas las hipótesis y teorías deben ser pre-probadas o
probadas mediante la observación del mundo natural, restándole
importancia al raciocinio a priori, la intuición o la revelación.

o idea se refiere a "todo lo que conocemos o percibimos"...Así una idea sería


un sonido, un color, un dolor, una figura, un principio matemático, ideas
abstractas como libertad, blancura...En definitiva: cualquier contenido
mental (concepto, percepción o sensación).

o ideas innatas son entendidas como las ideas que ya vienen con nosotros
desde el nacimiento y solamente mediante el uso de la razón y con el paso
del tiempo afirmamos sobre ellas sin dejarnos duda de que sean falsas.

o Escepticismo postura que mantiene que el hombre no puede alcanzar la


verdad.
ANTECEDENTES DEL EMPIRISMO

Los antecedentes del empirismo se retoman de la edad media, en el siglo XVII,


con el monje Juan de Salisbury el cual rechaza las estériles discusiones
dogmáticas y especulativas de los escolásticos de su tiempo que adoptaron
muchas ideas anteriores, sobre todo cristianas y platónicas, para desarrollar un
pensamiento empirista y práctico, tanto en lo relativo al conocimiento como a la
filosofía política.

Otro antecedente del empirismo se encuentra en los autores franciscanos Roger


Bacón y Guillermo de Occam, ambos también de la edad media. El primero es
considerado como el primer premoderno que formuló la exigencia imperiosa del
conocimiento experimental, fue el primero en acuñar la expresión misma de
scientia experimentalis y en considerar como objetivo final de ésta el aumento del
poder del hombre sobre la naturaleza, el segundo fue considerado también como
antecedente del empirismo por sus ideas que también se apartaban de la tradición
escolástica, fue acusado de heterodoxo, de disidente o hereje, defendió una
postura llamada nominalismo, según la cual las especies y géneros y, en general
los universales no son realidades anteriores a las cosas como afirmaba el
realismo, se puede decir que la forma de pensar de Guillermo es acorde con el
empirismo porque supone que no hay realidades universales sino tan sólo
individuos, cosas o seres concretos.

En la filosofía occidental, el empirismo es considerado como doctrina que afirma


que todo conocimiento se basa en la experiencia, mientras que niega la posibilidad
de ideas espontáneas o del pensamiento a priori. Hasta el siglo XX, el término
empirismo se aplicaba a la idea defendida sobre todo por los filósofos ingleses de
los siglos XVII, XVIII y XIX. De estos filósofos ingleses, John Locke fue el primero
en dotarlo de una expresión sistemática, aunque su compatriota, el filósofo Francis
Bacon, había anticipado algunas de sus conclusiones. Así como otros empiristas
que también se cuentan son David Hume y George Berkeley. El empirismo es una
de las grandes corrientes importantes que tiene significativas repercusiones a lo
largo de toda la historia de la filosofía y en este caso tocaremos a estos cuatro
importantes representantes que contribuyeron en la formación de esta corriente
filosófica.
REPRESENTANTES

Francis Bacon

Nació el 22 de enero de 1561 en York House en el Strand de Londres, hijo de


Nicholas Bacon quien era el guardasellos de la reina Isabel I, y de Ann Cooke, de
confesión protestante y emparentada con el primer ministro de la corona Lord
Burghley.

La carrera de Bacon fue mucho más la de un político y hombre de letras que la


de un científico. Desde que ingresó al Trinity College, en Cambridge, a los 13
años de edad, desarrolló una antipatía contra Aristóteles que ya no lo abandonó
nunca; posteriormente estudió leyes y a los 25 años de edad ingresó a la barra
de abogados. Durante el reinado de Isabel I, Bacon intentó ingresar al gobierno
pero a pesar de que su tío era uno de los ministros más importantes, no
consiguió nada hasta que Jacobo I llegó al trono. A partir de ese momento la
carrera política de Bacon cambió por completo: fue hecho caballero en 1603,
abogado general en 1613, consejero privado en 1616, señor cuidador (Lord
Keeper) en 1617, canciller en 1618, barón de Veralamo en 1618, y vizconde de
San Alano en 1621. En esos años felices Bacon escribió y publicó varias de sus
obras más importantes, entre ellas The advancement of learning ("El avance del
conocimiento"), en 1605, el Novum Organum ("El órgano nuevo"), en 1620. Sin
embargo, a partir de 1621, la suerte le dio la espalda: a principios de ese año
fue acusado en el Parlamento de corrupción en el desempeño de sus labores
oficiales como juez y canciller, destituido, multado y encarcelado. El rey canceló
la multa y lo liberó de la prisión en unos cuantos días, pero Bacon pasó los
últimos cinco años de su vida en desgracia. Sin embargo, la pérdida del poder
político no afectó su productividad literaria y en 1623 publicó una nueva edición
muy modificada de su The advancement of learning, pero esta vez en el "idioma
universal" de su tiempo, o sea el latín, con el nombre de De Dignitate et
Argumentis Scientiarum ("De la dignidad y el crecimiento de la ciencia"), así
como la tercera edición muy aumentada de sus Essays ("Ensayos") en 1625. Un
año después de su muerte se publicó el New Atlantis ("Nueva Atlántida") pero
además, en forma intermitente siguieron apareciendo escritos inéditos de Bacon
hasta 1727, o sea 101 años después de su muerte.

El autor Inglés mostró un ferviente entusiasmo por la filosofía y la ciencia y una


generosa vocación social que se manifestó en sus empeños de estimular y
organizar el saber y en sus recomendaciones para que se contribuyera una
técnica basada en la ciencia, capaz de movilizar los recursos de la naturaleza en
provecho del hombre.
Como filósofo, a Bacon se le suele considerar fundador de la filosofía moderna, en
su tendencia empírica, y padre de la moderna investigación científica. Bacon tuvo
el mérito de considerar insuficiente el escolasticismo y tratar de exponer un nuevo
método de investigación mediante el conocimiento minucioso de la naturaleza,
prescindiendo de todos los prejuicios que procedieran de las ideas aceptadas sin
comprobación o de opiniones de autoridades antiguas tenidas como dogmas.

Aspiró a superar, en su Instauratio Magna, la autoridad (entonces casi absoluta) de


Aristóteles, cuya influencia, sobre todo en las ciencias naturales, impedía investigar
libremente. Con ese mismo fin escribió su Novum Organum, en el que exponía un
nuevo método de razonamiento inductivo mediante la observación minuciosa que
sustituyera al método deductivo basado en la abstracción y en las autoridades
antiguas. Trató de que el conocimiento se bastara en la experiencia sensible
ayudada por el intelecto, pues la observación había de completarse con la reflexión
metódica y con la experimentación. Negaba la existencia de las ideas innatas. Los
prejuicios de los que debía huir el investigador eran clasificados por Bacon en
cuatro grupos a los que llamaba (ídolos) y eran los prejuicios procedentes de la
propia especie humana, de la personalidad individual, de las relaciones con las
demás personas y de las autoridades antiguas y contemporáneas.

Su pensamiento

CRÍTICA A LA LÓGICA ARISTOTÉLICA

El fallo de la lógica aristotélica es que “sirve más para fijar y consolidar errores
fundados en nociones vulgares, que para inquirir la verdad”, es decir, “no
aprehende la realidad”. Se basa, en efecto, en nociones confusas como en
substancia, cualidad, generación y corrupción, elementos obtenidos
precipitadamente, por lo que carecen de solidez y están mal definidas. Por tanto,
esta lógica falla en su fundamento, en las nociones y axiomas que utiliza, los
cuales carecen de valor científico.

Bacon señala que existen dos caminos para descubrir la verdad.

1. El de las anticipaciones de la Naturaleza, que es un camino precipitado y


erróneo este parte de de los sentidos y de los hechos particulares a los
axiomas más generales, y partiendo de estos principios y de lo que cree verdad
inmutable en ellos, procede a la discusión y descubrimiento de los axiomas
medios.
2. El otro camino es el de a interpretación de la Naturaleza, que hace salir los
axiomas de los sentidos y de los hechos particulares, elevándose
progresivamente para llegar a los principios más generales. Sólo este segundo
camino, que es lento y progresivo, vale para establecer los principios que
permiten conocer la Naturaleza. Es el camino de la inducción.
Por tanto, la diferencia no consiste en que un camino utilice la experiencia y el
otro, no. Ambos la utilizan, pero la lógica aristotélica no llega a tocar la naturaleza
real, sino que la anticipe simplemente, salta antes de tiempo a los principios más
generales, por lo cual sólo se toca la experiencia de pasada. Además utiliza una
experiencia superficial, unos pocos hechos particulares, y si se presenta algún
hecho que contradice los axiomas tan precipitadamente obtenidos, se les salva
con alguna superficial distinción, en vez de hacer lo más acertado, corregir el
axioma.

Ahora bien, dice Bacon “las anticipaciones son mucho más poderosas que las
interpretaciones para conquistar nuestro asentimiento, ya que se apoderan
inmediatamente del entendimiento y llenan la imaginación” . Es decir plantea
Bacon que “algo hay en la mente que nos inclina hacia el error y el camino fácil.
Por eso, antes de enseñar el método de interpretación de la Naturaleza, hay que
eliminar los prejuicios o (ídolos) de la mente”.

Una de sus obras considerada como la más importante, el Novum Organum (el
nuevo órgano) fue publicado en 1620. Que se compone, de dos libros, tiene su
punto de partida en el rechazo de la lógica de Aristóteles y en la necesidad de en-
contrar un nuevo método de investigación de la naturaleza. La lógica aristotélica,
base hasta entonces de las ciencias, ha de ser reemplazada por una nueva lógica
experimental e inductiva. Ello es necesario por cuanto la lógica del filósofo griego
es esencialmente deductiva, parte de algunas observaciones empíricas, pero se
precipita rápidamente en una generalización que olvida la existencia de principios
intermedios. Para decirlo en palabras de Bacon, la lógica aristotélica es una vía de
investigación y de descubrimiento de la verdad que parte de las sensaciones y de
los hechos particulares para elevarse rápidamente a las proposiciones más
generales y, basándose en estos principios, cuya verdad se supone inmutable,
descubre las proposiciones intermedias. A esta vía que se sigue de ordinario,
Bacon opone una nueva forma de acceso a la verdad, que parte igualmente de las
sensaciones y de los hechos particulares, pero que obtiene de ellos proposiciones,
ascendiendo de un modo continuo y progresivo la escala de la generalización
hasta llegar a los principios más generales. Esta vía propuesta por Bacon es la
verdadera.

Para Bacon, las tendencias del intelecto humano que dan lugar a los errores y a
los prejuicios, y que ocultan por tanto, el verdadero saber entonces los ídolos
entorpecen la visión del verdadero Dios.

Los ídolos son nociones e imágenes falsas que se apoderan de la mente y tienden
siempre a reaparecer. Bacon los distribuye en cuatro tipos, señalando que algunos
son innatos y otros pueden ser adquiridos:

1. Ídolos de la tribu: son los más importantes, por su carácter generalizable a


todos los hombres. Se expresan, por ejemplo, en la tendencia intelectual a
considerar que las cosas existen en un grado de orden y de igualdad mayor
del que en realidad se encuentran, los ídolos de la tribu están presentes
también en la tendencia conservadora de la mente humana, por la cual el
hombre se resiste ante cualquier novedad y la asimila, distorsionándola, a algo
que ya conoce; actitud que tiene por consecuencia el otorgar un carácter
preeminente a la afirmación antes que a la negación (importantísima para
Bacon a la hora de formular un axioma). Estos ídolos conducen, finalmente, a
la falsedad porque se apoyan en los datos engañosos que proporcionan los
sentidos. Estos impiden, a menudo, la captación de los delicados y sutiles
cambios que se producen en la naturaleza.

2. Ídolos de la caverna: Son propios de cada individuo, el cual es como una


caverna en la que se quiebra la luz de la Naturaleza. Proceden del
temperamento, educación, lecturas y experiencias particulares de cada uno.

3. Ídolos del foro: Proceden de la relación entre los hombres, y radican en la


fuerza de las palabras, que transmiten nociones fantásticas y perturban la
mente. Según Bacon, son los ídolos más peligrosos. Las palabras substituyen
a la realidad, y aunque se intenta dominarlas por medio de definiciones, las
definiciones mismas están hechas de palabras, y las palabras engendran
palabras.

4. Ídolos del teatro: Proceden de los sistemas filosóficos anteriores, y de sus mé-
todos y lógica (todos los cuales son como mundos ficticios y teatrales). Son
por un lado, los principios y axiomas de las ciencias que siguen prevaleciendo
gracias a la tradición, la credulidad y la negligencia; pero también las malas
reglas de la demostración. Por eso, el método propuesto por Bacon deberá
luchar contra un poderoso enemigo que está en la misma mente: el ídolo de la
lógica vulgar y de la lógica aristotélica.

La segunda parte de Novum Organum (el nuevo órgano) desarrolla propiamente


el método inductivo de Bacon; en la que se trata de construir el saber, una vez
que se ha procedido a la crítica de los (ídolos) o errores. De acuerdo con la
segunda vía de acceso a la verdad, para Bacon lo más importante es colmar el
vacío que el aristotelismo había dejado entre la observación empírica de los
hechos y la precipitada generalización que luego sirve para deducciones falsas.
Hay que proceder, por tanto, al establecimiento de las reglas que ha de seguir la
experimentación, a fin de que la observación empírica sea rigurosa y permita
escalonadamente la formulación de unos axiomas intermedios y luego de unos
principios más generales.

En el método inductivo de Bacon es esencial, en primer lugar, confrontar los


hechos que se observan por medio de unas tablas y disposición de los casos que
aseguren un orden a la experimentación. Las tablas más importantes son:
o Las de presencia se elaboran con el objeto de registrar los diferentes
fenómenos en que se aparece la naturaleza o un determinado fenómeno.
o Las de ausencia, por el contrario, registran los casos en que, contra lo
esperado, el fenómeno no se produce.
o La tabla de grados registra, finalmente, el aumento o la disminución del
fenómeno.

Estas tablas, según Bacon convierten la inducción en un proceso cuidadosamente


controlado.

John Locke

Filósofo inglés, nace en Wrington cerca de Bristol en 1632 y muere en 1704.


Estudió en Oxford filosofía, medicina y ciencias naturales. Conoció la filosofía de
Descartes. Intervino en la política de su país.

Al contacto con la escolástica en Oxford, al igual que Hobbes, no demuestra


ningún interés por ella. Su formación en el terreno de la medicina es enteramente
compatible con su filosofía empirista

En 1668 a 1670 vivió en Francia donde entró en contacto con la filosofía


cartesiana de la cual recibió cierta influencia emigró durante el reinado de Jacobo
I, y participó luego en la segunda revolución inglesa de 1688. Locke como filósofo
se ocupó de problemas políticos, sociales, educativos, religiosos y económicos

La obra más importante de Locke es "El ensayo sobre el entendimiento humano",


publicada en 1690. Escribió también obras de política, "Tratado sobre el gobierno
civil", "Cartas sobre la tolerancia", y algunos pensamientos sobre la educación.

Para Locke, el origen del conocimiento es la experiencia. Sobre ello, afirma: "Todo
cuanto la mente percibe en sí misma o es objeto inmediato de percepción, de
pensamiento o de entendimiento”; a todo esto lo llamo idea. Para él, idea es
todo aquello que "pienso y percibo" o lo que en nuestra época llamamos vivencia.

"El empirismo de Locke limita la posibilidad de conocer, especialmente en lo que


se refiere a la metafísica. Con él empieza esta desconfianza en la facultad
cognoscitiva, que culminará en el escepticismo de Hume y obligará a Kant a
plantear de un modo central el problema de la validez y posibilidad de un
conocimiento racional."
Su pensamiento

Locke es considerado como el fundador del empirismo, la doctrina que postula que
todo el conocimiento (con la posible excepción de la lógica y las matemáticas) se
deriva de la experiencia. Por consiguiente, se opone radicalmente a Platón, a los
filósofos escolásticos y sobre todo a Descartes, al afirmar que no existen ideas o
principios generales intuitivos. Locke dice:

“Nuestras ideas provienen de dos fuentes distintas, las sensaciones y la


percepción de la operación de nuestra mente. Si sólo somos capaces de pensar
con nuestras ideas, y todas las ideas provienen de la experiencia, es evidente que
ninguna parte del conocimiento antecede a la experiencia. Pero una vez recibidas
las sensaciones, la mente hace muchas cosas más con ellas que simplemente
registrarlas: las analiza, las compara, las combina para formar ideas más
complejas, las integra para construir conceptos más elaborados. Pero de todos
modos, la percepción es el primer paso en el conocimiento.”
Locke pone un ejemplo muy claro y muy conocido hasta la fecha:

La mente del hombre cuando nace es una tabula raza, o sea, que es una pizarra
en blanco. Conforme el hombre va creciendo, adquiere nuevos conceptos, nuevas
ideas que son cada vez más complejas y que mediante el uso de la memoria y la
comprensión (también desarrolladas con la experiencia) se pueden relacionar
unas con otras llenando cada vez mas huecos en la mente y llegando a concretar
con el uso de razón un enunciado verdadero, o a tener la capacidad de inferir con
un enunciado cierto.
En el siglo XVI la opinión que prevalecía era que la mente podía conocer toda
clase de cosas a priori, por lo que la postura de Locke era una doctrina nueva y
revolucionaria. Con la filosofía empírica Locke intentó apoyar al mecanicismo de
su tiempo y al principio de la causalidad; con relación al mecanicismo, aunque
adoptó diversas formas, todas tenían en común la creencia de que existe un
mundo de átomos o corpúsculos que subyace al mundo visible y cuyas
interacciones y colisiones, así como sus atributos intrínsecos, explican los
fenómenos de la experiencia cotidiana. Locke sostuvo que las cualidades
primarias de los objetos (solidez, extensión, forma, movimiento o reposo y
número) no sólo se percibían directamente a través de los sentidos sino que
además eran las responsables de producir las sensaciones de las cualidades
secundarias, como olor, sabor, color y otras. Además, estas cualidades primarias
percibidas en los objetos existen porque sus componentes invisibles (átomos o
corpúsculos) también las poseen, aunque nosotros no podemos apreciarlas
directamente; además, como los átomos de un objeto pueden interactuar con los
de otro objeto, alterando la capacidad de éstos para incidir en nuestros sentidos,
resulta muy difícil o imposible imaginar la manera como los átomos producen
sensaciones. De hecho, Locke señala que tal conocimiento sólo podrá alcanzarse
por revelación divina.

La defensa de la causalidad hecha por Locke se relaciona con su idea del "poder",
aunque la palabra se usa de manera muy distinta a como la entendían sus
contemporáneos o a como la entendemos nosotros. Según Locke, cuando
pensamos en objetos corporales combinamos tres clases de ideas: cualidades
primarias, cualidades secundarias y "poder"
En sentido estricto, la noción de "poder" de Locke es ilegítima dentro del
empirismo, ya que lo que se observa son fenómenos, no "poderes" con
propiedades causales. En mi opinión y para ser congruente, Locke debería
haberse limitado a registrar secuencias constantes. Pero Locke no estaba tratando
de ser congruente sino de mantenerse dentro del sentido común, por lo que
también señala:

“Conviene mencionar la crítica del empirismo al concepto aristotélico de


esencia, a partir del cual sería posible deducir las propiedades de las cosas”.

De acuerdo con Locke y los empiristas, lo único que realmente puede existir son
las cosas individuales; es posible que tengan una "esencia", pero si es la
escolástica, es imposible conocerla. En realidad, el concepto de "esencia" es
puramente verbal, se trata de la definición de un término genérico. Con Locke
triunfa el nominalismo en el siglo XVIII.

El empirismo ha sido acusado de muchas cosas a través de la historia, y casi


todas las acusaciones han tenido gran parte de razón. Una de las acusaciones
más graves (que comparte con el idealismo) es que no explica cómo es que
poseemos conocimiento de algo más que no sean nuestras ideas y las
operaciones de nuestra mente. Locke dice:
“En vista de que la mente, en todos sus pensamientos y
razonamientos, no incluye más que sus propias ideas, que es la única
que puede contemplar, es evidente que nuestro conocimiento sólo se
refiere a ellas”.

George Berkeley

Nació en las cercanías de Kilkenny (Irlanda), en 1685. Cursó sus primeros


estudios en su Trinity College, más tarde vino a América en especial a Estados
Unidos, con el propósito de fundar un colegio misionero en las Islas Bermudas.
Cuando regresó a Irlanda fue consagrado obispo anglicano de Cloyne en 1734;
desempeñó su cargo hasta que renunció a él en 1752, retirándose a Oxford,
donde murió al año siguiente. Fue enterrado en esta ciudad, en la Catedral de
Christ Church.

Además de filósofo fue un convencido apologista o defensor del teísmo cristiano y


por ello se dedico a los librepensadores y a los ateos y es por eso que su teoría
del conocimiento se subordina a estas preocupaciones religiosas; por esta razón
su famoso tratado sobre los principios del conocimiento humano

Una de sus obras principales son: "Nuevos ensayos de una teoría de la visión",
"Tres diálogos entre Hylas y Filonús", "Principios del conocimiento humano",
"Siris".

Su pensamiento

Su filosofía es concebida en general como un inmaterialismo y como un idealismo


subjetivo es por eso que constituye una variante dentro del empirismo Berkeley
fue uno de los primeros críticos de Newton, aunque su filosofía surgió como
consecuencia de haber leído el Ensayo sobre el entendimiento humano de Locke,
que como hemos mencionado, apoyaba y extendía las ideas de Newton. Berkeley
rechazó la dicotomía entre la materia o sustancia, por un lado, y las diferentes
cualidades que percibimos en ella con nuestros sentidos, por el otro; con un
espíritu todavía más empirista que el de Locke, señaló que como lo único que
realmente percibimos son las cualidades, mientras que la materia nada más la
suponemos, ésta debería eliminarse, dejando a la realidad formada sólo por dos
elementos: las mentes y las ideas que éstas experimentan directamente. De aquí
surge el famoso Esse est percipere et percipi, (ser es percibir ser percibido). Este
principio se orienta básicamente contra el materialismo y le sirve para
fundamentar una metafísica cuya única excepción (para Berkeley) es Dios. Las
cosas que llenan este mundo existen gracias a que son percibidas por Dios, pero
su poder es tan grande que a través de él nosotros también las percibimos.
Finalmente, Berkeley señala que también la secuencia ordenada y racional con
que percibimos el mundo no proviene de éste sino del único cuyas ideas son por
definición ordenadas y racionales, o sea de Dios.

La filosofía de Berkeley es sorprendente en el sentido de que una formulación


abreviada de la misma la hace aparecer tan alejada de la concepción del mundo
del hombre corriente, que atrae inevitablemente la atención.

Según Berkeley el conocimiento humano son ideas impresas realmente en los


sentidos, o bien percibidas mediante atención a las pasiones y a las operaciones
de la mente o, finalmente, ideas formadas con ayuda de la imaginación y de la
memoria.

De acuerdo con el empirismo anterior a Berkeley, el universo de las sensaciones


se consideraba como real y percibible, aunque no relacionado con la realidad
externa, mientras que el mundo sensible y material se aceptaba como verdadero
(si es que existía) pero imperceptible, e incluso había argumentos para dudar de
su existencia. Con toda la energía, pero también la inconsciencia de la juventud,
Berkeley dio el siguiente paso y afirmó categóricamente que ser es ser percibido,
o sea que lo único que posee existencia real es el mundo de las sensaciones,
mientras que la realidad externa no sólo no puede percibirse sino que además no
existe.

La filosofía científica de Berkeley ha sido bautizada como empirista, positivista


instrumentalista, fenomenológica y teísta. Naturalmente, tales categorías no
existían en su tiempo y me gustaría creer que el propio Berkeley las hubiera
rechazado como superficiales y estrechas. Pero en nuestra época, la proliferación
de distintas posturas filosóficas sobre la ciencia, con su amplia y generosa
diversidad, ha justificado el desarrollo de una rica y original taxonomía para
denominar a cada una de las nuevas "escuelas". Cuando se examina el
pensamiento filosófico original de Berkeley (así como el de cualquier otro
científico o filósofo del pasado), conviene hacerlo tomando en cuenta las
categorías importantes en su propio tiempo.

La filosofía de la ciencia de Berkeley se deriva de su epistemología, que no


requiere del andamiaje metafísico necesario para demostrar la existencia de Dios:
como buen idealista, postula que nuestras experiencias de los fenómenos reales
sólo son secuencias de ideas que ocurren en la mente, sin relación causal alguna
con el mundo exterior; como buen fenomenólogo, señala que la "negrura" de la
noche o el sabor de un dulce son los únicos objetos del conocimiento; como buen
instrumentalista, critica a Newton por su transformación de términos matemáticos
en entidades "reales", señalando que el propio Newton había dicho que una cosa
era formular correlaciones matemáticas que incluían fuerzas y otra totalmente
distinta era intentar descubrir la naturaleza "real" de tales fuerzas. Se trata de un
caso típico de reedificación de entidades puramente matemáticas, como faenas
"atractivas", "cohesivas" o "disolutivas". Por lo tanto, puede decirse que la
posición de Berkeley ante las leyes de la mecánica newtoniana era claramente
idealista, fenomenológica, instrumentista y positivista. En su esfuerzo por
establecer una teoría racional del conocimiento totalmente consistente, Berkeley
sacrificó su credibilidad. Al enterarse el doctor Johnson, durante un paseo con su
sempiterno secretario Boswell, de que Berkeley negaba la existencia del mundo
exterior, pateó una gran piedra mientras decía: "¡Así es como lo refuto!" A pesar
del peso histérico de esta anécdota, el irascible doctor Johnson no estaba
refutando nada, sino simplemente generando ciertas sensaciones diferentes en su
pie.

Pero Berkeley anticipó con gran claridad el siguiente y último paso del empirismo,
dado por Hume, que fue el reconocimiento de las dificultades implícitas en la
teoría filosófica de la causalidad y de lo que posteriormente se ha conocido como
el "problema de la inducción". En 1710, Berkeley escribió:
Es claro que los filósofos se divierten en vano, cuando se preguntan por causas
naturales eficientes, distintas de la mente o del espíritu... por medio de la
observación diligente de los fenómenos que percibimos podemos descubrir las
leyes generales de la naturaleza, y a partir de ellas deducir otros fenómenos; no
digo demostrar, porque todas las deducciones de este tipo se basan en el
supuesto de que el Autor de la naturaleza siempre opera de manera uniforme y en
obediencia constante de las reglas que tomamos como principios, lo que
evidentemente no podemos saber.

David Hume

David Hume (a quien los ingleses identifican como "un filósofo inglés", mientras
que el resto del mundo, con gran satisfacción de los escoceses, reconoce como
"un filósofo escocés") nació en Edimburgo en 1711 y murió a los 65 años de edad,
culminando una vida caracterizada por inmensa y original creatividad filosófica,
pero vivida en ausencia casi total de reconocimientos oficiales. Hume estudió
leyes en la Universidad de Edimburgo pero abandonó la carrera antes de
terminarla, en aras de su interés en la filosofia. A los 29 años de edad publicó su
primer libro, A treatise of human nature ("Tratado de la naturaleza humana") que
según el propio autor "nació muerto de las prensas" pero que lo estimuló a dar a
luz un año más tarde un Sumario del mismo libro, y siete años después, al
Enquiry concerning human understanding ("Investigación sobre el conocimiento
humano"), que contiene como capítulo X su famoso ensayo sobre los milagros, y
que además fue el libro que despertó a Kant de sus "sueños dogmáticos".
También escribió sus polémicos Dialogues concerning natural religion ("Diálogos
sobre la religión natural") que, por instrucciones del propio Hume, se publicaron
hasta después de su muerte, en 1779. Esta decisión, así como todo lo demás que
se sabe de Hume, es compatible con lo que él mismo escribió en su "oración
fúnebre".
Yo era un individuo de disposición moderada, con dominio de mi
temperamento, de humor abierto, sociable y alegre, capaz de establecer
amistades, con poca susceptibilidad a hacer enemigos y con gran
moderación de todas mis pasiones. Hasta mi gran amor por la fama
literaria, mi principal pasión, nunca me agrió el carácter, a pesar de mis
frecuentes decepciones.

Su pensamiento

Hume llevó el empirismo de Locke y Berkeley hasta sus últimas consecuencias,


haciéndolo al mismo tiempo congruente e increíble. Al principio de su Treatise,
Hume acepta la inexistencia de las ideas o conceptos a priori pero en cambio
diseca las "ideas" de Locke en dos clases diferentes.

Las impresiones, derivadas de las sensaciones recogidas por los sentidos,

Las ideas, conjuradas por la mente.

En cada una de estas dos clases de eventos mentales se distinguen tipos simples
y complejos, y absolutamente nada más. Una impresión simple sería la producida
por la percepción del canto de un pájaro, mientras que una idea simple sería la
imagen de un pájaro conjurada por la mente. Aquí Hume reitera que existe una
relación muy cercana entre las impresiones y las ideas simples, en vista de que
las segundas siempre se derivan de las primeras; en cambio, las ideas complejas
pueden construirse a partir de las ideas simples y no pertenecer a ningún objeto
real, como la idea del unicornio o del pegaso, o (el ejemplo de Hume) la idea de
una ciudad con calles recubiertas de oro y paredes de rubíes. El hecho es que los
elementos que contribuyen a una idea compleja provienen, en última instancia, de
impresiones sensoriales o de definiciones ostensivas. Éste es uno de los credos
del empirismo.

Hume también eliminó el concepto de sustancia de la psicología, que ya Berkeley


había expulsado de la física, al negar que exista la impresión (y por lo tanto, la
idea) del "yo", ya que la introspección siempre es de algún dato sensorial, como
luz, calor, odio, dolor o placer, pero nunca del "yo".

En otras palabras, las ideas no percibidas de cosas o eventos siempre pueden


definirse en términos de impresiones percibidas de cosas o eventos, por lo que
sustituyendo el término definido por la definición se puede señalar lo que se sabe
empíricamente, obviando la necesidad de introducir cosas o eventos no
percibidos. Esto se deriva del credo empirista mencionado antes, y en los tiempos
de Hume tenía gran importancia, en vista de que se deshacía no sólo de la noción
metafísica de "sustancia", sino también de la noción teológica de "alma", y de la
noción epistemológica de "sujeto" y "objeto". Naturalmente, el argumento no
prueba la inexistencia de tales nociones, sino sólo nuestra incapacidad para
afirmar o negar su existencia.

Hume examina los problemas relacionados con el conocimiento obtenido a partir de


datos empíricos por medio de inferencias no demostrativas, que es prácticamente
todo el conocimiento excepto la lógica, las matemáticas y la observación directa.
Hume señala que existen siete clases de relaciones filosóficas: semejanza,
identidad, relaciones de tiempo y sitio, proporción en cantidad, grado de cualquier
cualidad, contradicción y causalidad. Estas siete clases de relaciones pueden
dividirse en dos tipos: las que dependen exclusivamente de las ideas, y las que
pueden cambiar sin modificar a las ideas. Entre las primeras están semejanza,
contradicción, grados de cualidad y proporciones de cantidad o número, que son
las que generan conocimiento cierto; en cambio, entre las segundas están la
identidad, las relaciones espacio-temporales y de causalidad, que conducen a
conocimiento probable. Las matemáticas (la aritmética y el álgebra, pero no la
geometría) son las únicas ciencias, según Hume, que toleran razonamientos
prolongados sin pérdida de la certeza.
Tanto la identidad como las relaciones espacio-temporales pueden apreciarse
directamente y dan origen a impresiones, mientras que la causalidad es una forma
de relación que nos permite inferir una cosa o evento a partir de otra.
Hume define la causa como: Un objeto precedente y contiguo a otro, y unido a él
en la imaginación de tal manera que la idea de uno determina en la mente la
formación de la idea del otro, y la impresión de uno la formación de una idea más
viva del otro.

El escepticismo de Hume lo lleva a negar la posibilidad del conocimiento racional y


a postular que todo lo que creemos se basa más bien en nuestros sentimientos que
en nuestra razón. Hume reconoce que el filósofo escéptico sabe lo anterior, y
también que:
La duda escéptica, tanto en relación con la razón como con los sentidos, es una
enfermedad que nunca puede curarse por completo sino que recurre
constantemente, a pesar de que tratemos de alejarla y a veces nos sintamos
completamente libres de ella... Lo único que nos puede aliviar son el descuido y la
desatención. Por este motivo yo descanso por completo en ellos, y le aseguro al
lector que cualquiera que sea su opinión en este momento, dentro de una hora
estará persuadido de la existencia de un mundo interno y un mundo externo.

El rechazo del principio de la inducción es quizá la parte medular del escepticismo


de Hume. Ya hemos mencionado que este principio se originó en Aristóteles, fue
adoptado por Bacon con su Novum Organum, y es una de las bases del método
científico newtoniano. Sin embargo, los argumentos lógicos de Hume parecerían
sugerir que es imposible llegar al conocimiento de principios generales
verdaderos sobre la naturaleza a partir de observaciones externas individuales.
Para ser filosóficamente aceptable, el principio de la inducción debe poderse
derivar de otro principio independiente y no basado en la experiencia, por lo que
puede concluirse que Hume demostró que el empirismo puro no es suficiente para
el desarrollo de la ciencia pero si sólo se admite este principio (el de la inducción),
todo lo demás ya puede proceder de acuerdo con el empirismo más riguroso.

CONCLUSIÓNES
Las aportaciones que se presentaron en el ensayo acerca de los cuatro
exponentes del empirismo nos dan referencia del como se fue formando y
manifestando en cada uno de los filósofos, esta corriente que vino a modificar la
forma de pensar, investigar y socializar el pensamiento universal de las grandes
corrientes filosóficas así como los métodos del conocimiento, esto estriba en la
importancia o no que le dan a lo físico, o en su contraposición, a lo racional.

El empirismo, o conocimiento como fruto de la experiencia, abre las posibilidades


para que el hombre se convierta en autodidacto de su propia vida. El hombre que
experimenta es un hombre que conoce, que despeja interrogantes, que descubre
el mundo. Cifrar toda la existencia en las experiencia vividas lleva, en gran
medida, a desconocer la historia y los planteamientos hechos hasta el momento,
porque así se tengan por establecidas cosas que pudieron ser fruto de la
experiencia, se puede concluir que lo vivieron otros hombres en otra época, en
circunstancias distintas, y hoy se puede experimentar de manera diferente y llegar
a otras conclusiones.

De acuerdo con los filósofos empiristas, el empirismo derriba con facilidad


conceptos, visiones doctrinales, religiosas y teóricas, reduciéndolas a nada,
porque no son fruto de las sensaciones.

Tomando como referencia lo escrito bajo mi propio punto de vista y tomando como
base a los empiristas ya citados; el hombre de hoy definitivamente es muy
empirista, y esto lo ha llevado a sentirse protagonista de su propia historia, a
descubrirse capaz, a valorarse y a creerse. Porque el poder experimentar y
descubrir el mundo a través de los sentidos es mucho más llamativo que hacerlo a
través de lo que la tradición ha enseñado.

El empirismo acaba con las prohibiciones, los dogmas, los métodos científicos
preestablecidos y se reafirma en la persona como sujeto capaz del conocimiento.

Esta corriente de pensamiento ha repercutido a nivel social de manera muy


trascendente y sentida. De manera positiva ha valorado las culturas y las ha hecho
capaces de la universalidad, ha dimensionado al hombre, no por parámetros
intelectuales sino por criterios de observación y percepción.

BIBLIOGRAFÍA
BACON, Francis “ensayos” Editorial Aguilar 1980, Argentina

BACON, Francis “NOVUMORGANUM” Editorial Sarpe1984, España

GUSTAVO Escobar Valenzuela.- Introducción a la filosofía 2, principales


problemas filosóficos. El siglo XVII la ilustración.

LOCKE, J. (2002) Ensayo Sobre El Entendimiento Humano. Libro Primero.


México: Fondo de Cultura económica.

SALVADOR CATALÁN BARRAGÁN, ANTOLOGÍA del curso de Filosofía de la


Educación y Cultural de México, U.A.G.

TEJEDOR, Campomanes Cesar “Historia de la Filosofía, en su marco cultural”


Editorial SM 1996, España

Wikipedia.org./wiki/la enciclopedia libre

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