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Ensayo Bases Filosoficas
Ensayo Bases Filosoficas
Temachi catzintli
Onteanqui
UNIDAD ACADÉMICA
EMANCIPARNOS
REEDUCARNOS
FACULTAD CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
“Mtro. Emérito Rafael Bonilla Romero” Temachtiani
PARA
SEMINARIO – TALLER
FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN Y
CULTURAL DE MÉXICO
ENSAYO:
Locke Bacón
LOS GRANDES
EMPIRISTAS
Berkeley Hume
PRESENTACIÓN
CONCEPTUALIZACIÓN
REPRESENTANTES
FRANCIS BACON
SU PENSAMIENTO
JOHN LOCKE
SU PENSAMIENTO
GEORGE BERKELEY
SU PENSAMIENTO
DAVID HUME
SU PENSAMIENTO
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
PRESENTACIÓN
Teniendo en cuenta esta característica, los empiristas toman las ciencias naturales
como el tipo ideal de ciencia, ya que se basa en hechos observables. Para esta
doctrina, el origen de nuestros conocimientos no está en la razón, sino en la
experiencia, ya que todo el contenido del pensamiento ha tenido que pasar
primero por los sentidos. Nuestra mente es un papel en blanco y sólo al contacto
de los sentidos con las cosas empieza a grabar impresiones. Para el empirismo, la
tesis del racionalismo, de que existen ideas innatas, es totalmente inexacta. Pues
si fuera así no tendría ninguna razón de ser el aprendizaje, y todas las personas
estaríamos de acuerdo en las mismas verdades. El empirismo simultáneamente
intenta reducir la razón a la sensibilidad y demostrar que el conocimiento sensible
es el único conocimiento válido. Una de las actitudes que mantienen los
empiristas, a pesar de sus diferencias en cada autor, es insistir en los hechos, en
oposición a las utopías teóricas, así como a las fantasías y a las interpretaciones
especulativas. Por parte del empirismo, el progreso ha consistido en ampliar y
profundizar su base hasta encontrar en algunas experiencias una forma de llegar a
la metafísica.
o ideas innatas son entendidas como las ideas que ya vienen con nosotros
desde el nacimiento y solamente mediante el uso de la razón y con el paso
del tiempo afirmamos sobre ellas sin dejarnos duda de que sean falsas.
Francis Bacon
Su pensamiento
El fallo de la lógica aristotélica es que “sirve más para fijar y consolidar errores
fundados en nociones vulgares, que para inquirir la verdad”, es decir, “no
aprehende la realidad”. Se basa, en efecto, en nociones confusas como en
substancia, cualidad, generación y corrupción, elementos obtenidos
precipitadamente, por lo que carecen de solidez y están mal definidas. Por tanto,
esta lógica falla en su fundamento, en las nociones y axiomas que utiliza, los
cuales carecen de valor científico.
Ahora bien, dice Bacon “las anticipaciones son mucho más poderosas que las
interpretaciones para conquistar nuestro asentimiento, ya que se apoderan
inmediatamente del entendimiento y llenan la imaginación” . Es decir plantea
Bacon que “algo hay en la mente que nos inclina hacia el error y el camino fácil.
Por eso, antes de enseñar el método de interpretación de la Naturaleza, hay que
eliminar los prejuicios o (ídolos) de la mente”.
Una de sus obras considerada como la más importante, el Novum Organum (el
nuevo órgano) fue publicado en 1620. Que se compone, de dos libros, tiene su
punto de partida en el rechazo de la lógica de Aristóteles y en la necesidad de en-
contrar un nuevo método de investigación de la naturaleza. La lógica aristotélica,
base hasta entonces de las ciencias, ha de ser reemplazada por una nueva lógica
experimental e inductiva. Ello es necesario por cuanto la lógica del filósofo griego
es esencialmente deductiva, parte de algunas observaciones empíricas, pero se
precipita rápidamente en una generalización que olvida la existencia de principios
intermedios. Para decirlo en palabras de Bacon, la lógica aristotélica es una vía de
investigación y de descubrimiento de la verdad que parte de las sensaciones y de
los hechos particulares para elevarse rápidamente a las proposiciones más
generales y, basándose en estos principios, cuya verdad se supone inmutable,
descubre las proposiciones intermedias. A esta vía que se sigue de ordinario,
Bacon opone una nueva forma de acceso a la verdad, que parte igualmente de las
sensaciones y de los hechos particulares, pero que obtiene de ellos proposiciones,
ascendiendo de un modo continuo y progresivo la escala de la generalización
hasta llegar a los principios más generales. Esta vía propuesta por Bacon es la
verdadera.
Para Bacon, las tendencias del intelecto humano que dan lugar a los errores y a
los prejuicios, y que ocultan por tanto, el verdadero saber entonces los ídolos
entorpecen la visión del verdadero Dios.
Los ídolos son nociones e imágenes falsas que se apoderan de la mente y tienden
siempre a reaparecer. Bacon los distribuye en cuatro tipos, señalando que algunos
son innatos y otros pueden ser adquiridos:
4. Ídolos del teatro: Proceden de los sistemas filosóficos anteriores, y de sus mé-
todos y lógica (todos los cuales son como mundos ficticios y teatrales). Son
por un lado, los principios y axiomas de las ciencias que siguen prevaleciendo
gracias a la tradición, la credulidad y la negligencia; pero también las malas
reglas de la demostración. Por eso, el método propuesto por Bacon deberá
luchar contra un poderoso enemigo que está en la misma mente: el ídolo de la
lógica vulgar y de la lógica aristotélica.
John Locke
Para Locke, el origen del conocimiento es la experiencia. Sobre ello, afirma: "Todo
cuanto la mente percibe en sí misma o es objeto inmediato de percepción, de
pensamiento o de entendimiento”; a todo esto lo llamo idea. Para él, idea es
todo aquello que "pienso y percibo" o lo que en nuestra época llamamos vivencia.
Locke es considerado como el fundador del empirismo, la doctrina que postula que
todo el conocimiento (con la posible excepción de la lógica y las matemáticas) se
deriva de la experiencia. Por consiguiente, se opone radicalmente a Platón, a los
filósofos escolásticos y sobre todo a Descartes, al afirmar que no existen ideas o
principios generales intuitivos. Locke dice:
La mente del hombre cuando nace es una tabula raza, o sea, que es una pizarra
en blanco. Conforme el hombre va creciendo, adquiere nuevos conceptos, nuevas
ideas que son cada vez más complejas y que mediante el uso de la memoria y la
comprensión (también desarrolladas con la experiencia) se pueden relacionar
unas con otras llenando cada vez mas huecos en la mente y llegando a concretar
con el uso de razón un enunciado verdadero, o a tener la capacidad de inferir con
un enunciado cierto.
En el siglo XVI la opinión que prevalecía era que la mente podía conocer toda
clase de cosas a priori, por lo que la postura de Locke era una doctrina nueva y
revolucionaria. Con la filosofía empírica Locke intentó apoyar al mecanicismo de
su tiempo y al principio de la causalidad; con relación al mecanicismo, aunque
adoptó diversas formas, todas tenían en común la creencia de que existe un
mundo de átomos o corpúsculos que subyace al mundo visible y cuyas
interacciones y colisiones, así como sus atributos intrínsecos, explican los
fenómenos de la experiencia cotidiana. Locke sostuvo que las cualidades
primarias de los objetos (solidez, extensión, forma, movimiento o reposo y
número) no sólo se percibían directamente a través de los sentidos sino que
además eran las responsables de producir las sensaciones de las cualidades
secundarias, como olor, sabor, color y otras. Además, estas cualidades primarias
percibidas en los objetos existen porque sus componentes invisibles (átomos o
corpúsculos) también las poseen, aunque nosotros no podemos apreciarlas
directamente; además, como los átomos de un objeto pueden interactuar con los
de otro objeto, alterando la capacidad de éstos para incidir en nuestros sentidos,
resulta muy difícil o imposible imaginar la manera como los átomos producen
sensaciones. De hecho, Locke señala que tal conocimiento sólo podrá alcanzarse
por revelación divina.
La defensa de la causalidad hecha por Locke se relaciona con su idea del "poder",
aunque la palabra se usa de manera muy distinta a como la entendían sus
contemporáneos o a como la entendemos nosotros. Según Locke, cuando
pensamos en objetos corporales combinamos tres clases de ideas: cualidades
primarias, cualidades secundarias y "poder"
En sentido estricto, la noción de "poder" de Locke es ilegítima dentro del
empirismo, ya que lo que se observa son fenómenos, no "poderes" con
propiedades causales. En mi opinión y para ser congruente, Locke debería
haberse limitado a registrar secuencias constantes. Pero Locke no estaba tratando
de ser congruente sino de mantenerse dentro del sentido común, por lo que
también señala:
De acuerdo con Locke y los empiristas, lo único que realmente puede existir son
las cosas individuales; es posible que tengan una "esencia", pero si es la
escolástica, es imposible conocerla. En realidad, el concepto de "esencia" es
puramente verbal, se trata de la definición de un término genérico. Con Locke
triunfa el nominalismo en el siglo XVIII.
George Berkeley
Una de sus obras principales son: "Nuevos ensayos de una teoría de la visión",
"Tres diálogos entre Hylas y Filonús", "Principios del conocimiento humano",
"Siris".
Su pensamiento
Pero Berkeley anticipó con gran claridad el siguiente y último paso del empirismo,
dado por Hume, que fue el reconocimiento de las dificultades implícitas en la
teoría filosófica de la causalidad y de lo que posteriormente se ha conocido como
el "problema de la inducción". En 1710, Berkeley escribió:
Es claro que los filósofos se divierten en vano, cuando se preguntan por causas
naturales eficientes, distintas de la mente o del espíritu... por medio de la
observación diligente de los fenómenos que percibimos podemos descubrir las
leyes generales de la naturaleza, y a partir de ellas deducir otros fenómenos; no
digo demostrar, porque todas las deducciones de este tipo se basan en el
supuesto de que el Autor de la naturaleza siempre opera de manera uniforme y en
obediencia constante de las reglas que tomamos como principios, lo que
evidentemente no podemos saber.
David Hume
David Hume (a quien los ingleses identifican como "un filósofo inglés", mientras
que el resto del mundo, con gran satisfacción de los escoceses, reconoce como
"un filósofo escocés") nació en Edimburgo en 1711 y murió a los 65 años de edad,
culminando una vida caracterizada por inmensa y original creatividad filosófica,
pero vivida en ausencia casi total de reconocimientos oficiales. Hume estudió
leyes en la Universidad de Edimburgo pero abandonó la carrera antes de
terminarla, en aras de su interés en la filosofia. A los 29 años de edad publicó su
primer libro, A treatise of human nature ("Tratado de la naturaleza humana") que
según el propio autor "nació muerto de las prensas" pero que lo estimuló a dar a
luz un año más tarde un Sumario del mismo libro, y siete años después, al
Enquiry concerning human understanding ("Investigación sobre el conocimiento
humano"), que contiene como capítulo X su famoso ensayo sobre los milagros, y
que además fue el libro que despertó a Kant de sus "sueños dogmáticos".
También escribió sus polémicos Dialogues concerning natural religion ("Diálogos
sobre la religión natural") que, por instrucciones del propio Hume, se publicaron
hasta después de su muerte, en 1779. Esta decisión, así como todo lo demás que
se sabe de Hume, es compatible con lo que él mismo escribió en su "oración
fúnebre".
Yo era un individuo de disposición moderada, con dominio de mi
temperamento, de humor abierto, sociable y alegre, capaz de establecer
amistades, con poca susceptibilidad a hacer enemigos y con gran
moderación de todas mis pasiones. Hasta mi gran amor por la fama
literaria, mi principal pasión, nunca me agrió el carácter, a pesar de mis
frecuentes decepciones.
Su pensamiento
En cada una de estas dos clases de eventos mentales se distinguen tipos simples
y complejos, y absolutamente nada más. Una impresión simple sería la producida
por la percepción del canto de un pájaro, mientras que una idea simple sería la
imagen de un pájaro conjurada por la mente. Aquí Hume reitera que existe una
relación muy cercana entre las impresiones y las ideas simples, en vista de que
las segundas siempre se derivan de las primeras; en cambio, las ideas complejas
pueden construirse a partir de las ideas simples y no pertenecer a ningún objeto
real, como la idea del unicornio o del pegaso, o (el ejemplo de Hume) la idea de
una ciudad con calles recubiertas de oro y paredes de rubíes. El hecho es que los
elementos que contribuyen a una idea compleja provienen, en última instancia, de
impresiones sensoriales o de definiciones ostensivas. Éste es uno de los credos
del empirismo.
CONCLUSIÓNES
Las aportaciones que se presentaron en el ensayo acerca de los cuatro
exponentes del empirismo nos dan referencia del como se fue formando y
manifestando en cada uno de los filósofos, esta corriente que vino a modificar la
forma de pensar, investigar y socializar el pensamiento universal de las grandes
corrientes filosóficas así como los métodos del conocimiento, esto estriba en la
importancia o no que le dan a lo físico, o en su contraposición, a lo racional.
Tomando como referencia lo escrito bajo mi propio punto de vista y tomando como
base a los empiristas ya citados; el hombre de hoy definitivamente es muy
empirista, y esto lo ha llevado a sentirse protagonista de su propia historia, a
descubrirse capaz, a valorarse y a creerse. Porque el poder experimentar y
descubrir el mundo a través de los sentidos es mucho más llamativo que hacerlo a
través de lo que la tradición ha enseñado.
El empirismo acaba con las prohibiciones, los dogmas, los métodos científicos
preestablecidos y se reafirma en la persona como sujeto capaz del conocimiento.
BIBLIOGRAFÍA
BACON, Francis “ensayos” Editorial Aguilar 1980, Argentina