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20410 Derecho Constitucional

TEMA 17. Las garantías de los derechos y libertades: garantías de control y fiscalización

TEMA 17
Las garantías de los derechos y libertades:
garantías de control y fiscalización
1. INTRODUCCIÓN

Este tercer grupo de garantías tiene como finalidad supervisar la repercusión de la


actividad de los entes administrativos en la esfera de los derechos y libertades de los
ciudadanos. Su naturaleza no tiene carácter jurisdiccional, y se limita a la exigencia de
responsabilidades administrativas y políticas.

Muchas son las instituciones que realizan esta función de control y fiscalización. Algunas
son de naturaleza intraorgánica, es decir, están situadas dentro del ente objeto de vigilancia;
otras, en cambio, tienen un carácter interorgánico y, por lo tanto, llevan a cabo el control
desde una posición externa al ente fiscalizado.

2. LAS COMISIONES PARLAMENTARIAS

En relación con las Comisiones Parlamentarias sólo haremos referencia a tres notas esenciales:

● Uno de los más claros exponentes del control que ejerce el poder legislativo sobre el
Gobierno y la Administración radica, precisamente, en la supervisión de la incidencia
de su actividad sobre los derechos de los ciudadanos.

● La Constitución, en su artículo 76.1, prevé la posibilidad de constituir Comisiones


de Investigación sobre cualquier asunto de interés público, en cualquiera de las dos
Cámaras de las Cortes Generales o con carácter conjunto. Resulta obvio, pues, que
estas Comisiones de Investigación pueden ser elementos fundamentales para el control
político de hipotéticas violaciones de derechos y libertades por parte del ejecutivo.

● De acuerdo con el mismo artículo, las conclusiones de las Comisiones de Investigación


no serán vinculantes para los tribunales, lo que supone que estas investigaciones
tienen unos efectos puramente políticos. No obstante, nada impide que el resultado
de dichas investigaciones pueda trasladarse al Ministerio Fiscal para que lleve a cabo
las acciones que estime oportunas.

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3. EL DEFENSOR DEL PUEBLO: ELECCIÓN, ESTATUTO JURÍDICO, FUNCIONES Y
COMPETENCIAS

3.1 Elección

El artículo 54 de la CE establece que una ley orgánica regulará la institución del Defensor
del Pueblo, como alto comisionado de las Cortes Generales, designado por éstas para la
defensa de los derechos del Título I. Este artículo fue desarrollado por la Ley Orgánica del
Defensor del Pueblo.

Esta ley determina que el Defensor del Pueblo será elegido por el Parlamento por un periodo
de 5 años. La elección del Defensor del Pueblo requiere de una propuesta que será formulada
por la Comisión Mixta. Efectuada la propuesta, se habrá de reunir el Pleno del Congreso
para elegir a la persona candidata, lo que requerirá el voto favorable de las 3/5 partes de los
miembros del Congreso. Con posterioridad, y por idéntica mayoría de 3/5, el Senado deberá
ratificar el nombramiento. Para el caso de que no se consiguieran las mencionadas mayorías,
se procederá a una nueva sesión de la Comisión, la cual, en el plazo máximo de un mes,
formulará sucesivas propuestas. En tales supuestos, una vez obtenida la mayoría de 3/5
partes del Congreso, la designación quedará realizada al conseguirse la mayoría absoluta del
Senado.

Podrá ser elegido Defensor del Pueblo cualquier español mayor de edad que se encuentre en
el pleno goce de sus derechos civiles y políticos.

3.2 Estatuto jurídico

El Defensor del Pueblo no está sujeto a ningún tipo de mandato imperativo, debiendo
realizar sus funciones con autonomía y según su criterio. Goza, también, de los privilegios
de inviolabilidad, inmunidad y fuero especial.

Finalmente, este se ve afectado por una amplísima gama de incompatibilidades, entre las
que se pueden destacar las siguientes: cualquier mandato representativo; cualquier cargo
político o actividad de propaganda política; la permanencia en el servicio activo de cualquier
Administración Pública; la afiliación a un partido político o el desempeño de funciones
directivas en un partido político, un sindicato, una asociación o una fundación.

3.3 Funciones y competencias

Las funciones de control que se atribuyen al Defensor del Pueblo se extienden a la actividad
de los ministros, de las autoridades administrativas, de los funcionarios y, en general, a la
actividad de cualquier persona que actúe al servicio de las Administraciones Públicas.

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Ello significa que el Defensor del Pueblo podrá iniciar y proseguir, tanto de oficio como a
instancia de parte, cualquier investigación que conduzca al esclarecimiento de los actos y
resoluciones de la Administración Pública y de sus agentes.

A su vez, podrá dirigirse al Defensor del Pueblo toda persona natural o jurídica que invoque
un interés legítimo, así como también los diputados y senadores de forma individual, las
Comisiones de Investigación, las Comisiones relacionadas con la defensa general o parcial de
los derechos y libertades públicas y, principalmente, la Comisión Mixta Congreso-Senado de
relaciones con el Defensor del Pueblo. Todos estos sujetos y entidades podrán solicitar, mediante
escrito motivado, la intervención del Defensor del Pueblo para la investigación y esclarecimiento
de los actos, resoluciones y conductas concretas producidas por las Administraciones Públicas
que afecten a los derechos de un ciudadano o grupo de ciudadanos.

En el ejercicio de sus competencias, se atribuye al Defensor del Pueblo un conjunto de


instrumentos de distinto alcance y operatividad, sobre la base de la absoluta imposibilidad
de que pueda ejercer funciones sancionadoras. Ello no hace más que reforzar la idea de que
nos encontramos en presencia de una magistratura de consejo, de opinión o incluso de
persuasión, pero nunca de acción o de ejecución.

El Defensor del Pueblo está capacitado para:

- Sugerir la modificación de los criterios utilizados para la producción de los actos y


resoluciones de la Administración Pública.

- Aconsejar, al órgano legislativo competente o a la Administración, la modificación


de una determinada norma cuya aplicación pueda provocar situaciones injustas o
perjudiciales para los administrados.

- Hacer llegar a las autoridades y funcionarios de las Adm. Públicas advertencias y


recomendaciones; en definitiva, recordatorios de sus deberes legales.

- El Defensor del Pueblo también está legitimado para interponer recursos de


inconstitucionalidad y recursos de amparo ante el Tribunal Constitucional.

- Con carácter anual, está obligado a presentar un informe a las Cortes sobre la
gestión realizada.

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