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1er Nivel de Reiki
1er Nivel de Reiki
Empleando las corrientes de fuerza vital que fluyen de manera natural por las
manos de todos, podemos liberar y equilibrar la energía de otra persona.
Mientras esta energía fluya libremente experimentamos paz, alegría, amor y
salud.
La energía es energía. No existe la mala energía -en todo caso hay energía bien
dirigida o mal dirigida. La polaridad dirige la fuerza vital por sus vías naturales
para desenredar los •nudos de energías que el estrés físico o emocional
provocan. Produce un estado profundo de relajación curativa a todos los
niveles.
La fuerza vital se puede experimentar con facilidad. Frótese las manos con
fuerza durante un minuto. Separelas unos centímetros. Júntelas y separelas
entre uno y diez centímetros y observe dónde siente la energía con más
intensidad. Se puede sentir como un cosquilleo, una vibración, calor o frío o
algo como un campo magnético
Como toda medicina oriental, sus fundamentos profundos se encuentran en
las tradiciones hinduístas antiguas, que hablan de centros energéticos o
chakras. Los chakras administran la energía de nuestro cuerpo pero su
funcionamiento está fuertemente ligado a diferentes aspectos de nuestra
conducta.
Cuando sostenemos una conducta que ya no nos resulta benéfica. El
funcionamiento de los centros energéticos y la distribución de la energía en el
cuerpo comienzan a distorsionarse, entrando en una desarmonización. Esto
también puede suceder debido a patrones energéticos heredados del árbol
familiar y las grandes influencias del inconsciente colectivo social (las creencias
y comportamientos de las personas que nos rodean, y las energías del entorno).
El Reiki funciona restableciendo el correcto flujo energético y energizando el
campo. Debido a su propia tendencia a volver al estado de equilibrio, el cuerpo
utiliza el tratamiento recibido en la forma más conveniente para volver a su
propio estado de salud. Es por eso que el rol del terapeuta es el de ser un
asistente, mientras que el que cumple el rol de sanador es el mismo
consultante.
- Crisis de Sanación:
Con el pasar del tiempo, Mikao Usui notó otro factor en el proceso curativo.
Muchas personas volvían a generar los síntomas sanados, manteniendo
conductas y actitudes poco beneficiosas para una correcta calidad de vida.
Eventualmente llegó a la conclusión de que existía una relación entre las
enfermedades y los procesos de aprendizaje, el significado de la salud
física, de asumir la responsabilidad del propio estado, la gratitud y las leyes de
los intercambios energéticos.
Demarcó de manera muy sintética sus conclusiones en los principios
básicos del Reiki, que dan una pauta de la conducta general apropiada
para un sano proceso evolutivo y desarrollo personal, debiendo ser
aplicada para su bienestar tanto por los pacientes como por los
terapeutas.
La función del reikista es la de ser un mero canal para la intervención del Ser,
que asiste a la persona aquejada de la manera en la que ésta más lo necesita,
generalmente proveyendo el balance corporal que llevará a la fortaleza y
claridad para lidiar con las causas originales de los problemas, mientras se
alivia temporalmente el síntoma físico o emocional, o se previene la formación
del mismo al corregirlo en el campo bioenergético antes de su manifestación.
Con la suficiente práctica en el trabajo con la energía, pueden desarrollarse
métodos de orientación que también ayudarán al consultante a corregir las
causas originales del desbalance. En última instancia, la sanación verdadera de
dicho síntoma dependerá enteramente del consultante, y el rol del terapeuta se
relega a una mera asistencia, guía y contención a lo largo del proceso.
Cualquier terapeuta con la suficiente experiencia puede también funcionar
como asesor y asistir al consultante con cualquier pregunta o duda en cuanto
a sus procesos personales, pero sólo de manera externa y objetiva (cada
persona es la única que puede recorrer el camino indicado y hallar las
respuestas para sus propios interrogantes).
Cuerpo energético
a) Cuerpo etérico: tiene la misma extensión y forma que el cuerpo físico. Es la parte
invisible de éste y por ella fluyen las corrientes vitales que mantienen activo dicho
cuerpo físico, sin el cual la persona no podría utilizar las células de su cerebro. Por
otro lado, vehicula todas las sensaciones físicas. Se percibe como una pequeña neblina
gris alrededor del cuerpo, débilmente luminosa.
Esta protección natural cambia el viejo concepto de la enfermedad: no enfermamos
por factores externos, sino debido a causas internas. Pensamientos y emociones
bloqueadas y una forma de vida que no esté en consonancia con las necesidades
naturales del cuerpo son factores que acaban consumiendo la energía vital etérica,
esto es algo que advierten quienes trabajan con la visión aura.
d) Cuerpo espiritual. También llamado causal, es la morada del alma. Se trata del
cuerpo que más frecuencia vibratoria tiene, aunque ésta depende del grado de
conciencia espiritual
de la persona. Si el individuo no está despierto a su Ser, el cuerpo espiritual será una
pequeña franja de luz que, junto con su aura, sólo irradiará como mucho un metro
alrededor de su cuerpo físico. Por el contrario, si la persona está despierta, su cuerpo
espiritual puede irradiar hasta kilómetros de distancia, y sus colores serán suaves y
brillantes, según afirman algunos expertos en el tema. A través de este cuerpo
experimentamos la Unidad interior con el Todo.
Aquí está nuestra inmortalidad; a través de este vehículo conocemos la fuente y el
destino de nuestra existencia y comprendemos el auténtico sentido de nuestra vida.
Pingala. Es la corriente de energía del lado derecho, la cual comienza a la derecha del
perineo y termina en la fosa nasal derecha. Su naturaleza es masculina, diurna, seca,
solar, caliente, activa y yang. Frente a Ida, que tranquiliza y reposa el cuerpo, Pingala lo
convierte en eficiente y dinámico.
Respirar por la fosa nasal derecha nos ayuda a realizar tareas dinámicas y activas,
como el deporte, actividades mentales y manuales. Asociada al hemisferio izquierdo
del cerebro, es la energía masculina y solar. Estaría asociada al dios Shiva y a la
purificación mediante el fuego.
Los chakras absorben energías del cosmos, de las estrellas, de la naturaleza, de las
personas y cosas de nuestro entorno, de los diferentes cuerpos energéticos, etc. Estas
energías llegan a los chakras a través de los nadis y también directamente.
Chakras mayores
Se sabe que hay muchas de estas ruedas; todos los expertos apuntan a que hay doce
principales, ya que es el número del universo (doce meses del año, doce casas
astrológicas, doce signos del Zodiaco, doce arquetipos psicológicos, se espera
descubrir doce planetas…). Sin embargo, la filosofía hindú, en sus textos más antiguos,
menciona unas 80.000, lo que supondría que casi cualquier partícula de nuestro
cuerpo funciona como un receptor-transmisor de energía sutil. También consideran
unos cuarenta como vórtices más importantes, concentrados sobre todo en algunas
zonas del cuerpo: el cuello, el bazo, las palmas de las manos y las plantas de los pies,
entre otras.
Además de los anteriores, la tradición hindú reconoce siete centros mayores, los
cuales están conectados a una vibración de sonido y de color, a un elemento, a un
planeta, a una potencialidad psíquica, y hallan una correspondencia en el cuerpo
físico.
2. Svadisthana. Reside en la región sacra. Son las gónadas, es decir, los órganos
reproductores masculinos y femeninos.
Su color es el naranja. Es la creatividad, la sexualidad entendida como disfrute, el
placer, la alegría.
Si Svadisthana está armonizado, la persona confía en la vida, desea ayudar a otros, vive
en armonía todas sus relaciones y es tierna y dulce.
En desarmonía sufre de un impulso sexual desequilibrado, acusa problemas sociales e
inestabilidad en sus relaciones personales. Los celos, la necesidad de posesión y la
rabia son frecuentes síntomas de bloqueos en el segundo chakra.
3. Manipura. Llamado también plexo solar, está ubicado por encima del ombligo. Es el
regente del páncreas, el estómago, el hígado y el bazo.
Su color: amarillo o dorado. Dicen que en este centro está el poder de la persona, la fe
y la autoridad. Es también el núcleo de la expansión; desde Manipura nos unimos con
las personas, lanzamos cordones, que se rompen cuando nos separan circunstancias
trágicas como la muerte, los enfados o el divorcio.
En armonía se traduce en fuerza y coraje, y en desarmonía en baja consideración de
uno mismo. Enfermedades físicas de este chakra serían la diabetes y las úlceras
estomacales.
4. Anahata. Está en el centro del pecho; es el chakra corazón. Los yoguis dicen que aquí
reside la morada del Ser. Rige el corazón, los pulmones, el timo y el sistema
circulatorio.
Su color es el verde. Conecta con los sentimientos, la vida afectiva, la compasión, el
afecto y el amor incondicional.
En armonía, la persona confía y conecta con su propio ser y ama todo. Es un amor sin
posesión, porque el miedo a no ser amado se desvanece. En desarmonía, se teme la
soledad, el compromiso, la traición. Hay dependencia y melancolía.
6. Ajna. También conocido como el Tercer O jo. Está situado en el entrecejo. Rige la
glándula pituitaria.
Su color es el índigo. Desde el Tercer O jo conectamos con nuestra sabiduría ancestral.
Cuando Ajna está equilibrado, la persona tiene armonizados sus dos hemisferios
cerebrales, tiene la capacidad de discernir, es intuitiva y sabia.
Cuando está en desarmonía, se produce la dificultad de aprendizaje, problemas
mentales, alucinaciones, dolores de cabeza y pesadillas.
7. Sahasrara. Está en la cima de la cabeza. Es conocido como el loto de los mil pétalos.
Regenta el área superior del cerebro, la glándula pineal y la piel.
Sahasrara es transpersonal, puesto que conecta con el Todo. Rige la glándula pineal.
Hay quienes identifican este chakra con el violeta y otros con el dorado.
En armonía, la persona disfruta de una gran claridad mental, una sabiduría que le lleva
a comprender y trascender todos los procesos y a estar en comunión íntima con su
Ser.
En desarmonía, implica agotamiento mental, irritación, egoísmo, pensamientos
obsesivos y depresión.
Debemos recordar, que las enfermedades están asociadas a los chakras que las rigen,
por ello resulta indispensable conocer muy bien dónde están situados cada uno de los
siete más importantes.
Como los chakras son energía y el Reiki es una terapia energética, resulta una técnica
muy útil para mantener nuestros centros energéticos en buen estado y para que la
energía de nuestro cuerpo circule de forma positiva
Al equilibrar los chakras podremos ayudarnos a prevenir enfermedades, a recuperar el
tono vital y eliminar el malestar emocional.
Asimismo, nos aporta energía y ganas de vivir.
Si te animas a realizarlo todos los días comprobarás que tu mente se despeja y todo
cobrará mayor sentido en tu vida.
Por último, como toda práctica de Reiki, cuanto más se practica más energía se
canaliza, permitiéndote amplificar tus cualidades sanadoras.
Cada terapeuta desarrolla su método de diagnóstico a medida que avanza su estudio y
práctica en la materia, aprendiendo a dejar de lado los juicios personales, para dar
lugar a una interpretación más intuitiva y objetiva.
LA SESIÓN DE REIKI
Se debe generar en las manos sólo suficiente tensión como para sostener la postura, el
cuerpo debe estar relajado y la columna recta. La mente debe estar en un punto
neutral, sin identificarse con pensamientos de ningún tipo y sin generar ninguna
intención puntual.
La terapia de Reiki completa básica dura 57 minutos (3 minutos por cada postura, 10
posturas boca arriba y 9 boca abajo), que incluyendo las diferentes preparaciones y
consultas previas y posteriores con la persona suelen extenderse a más de una hora.
Pero estos tiempos pueden variar dependiendo de la metodología de trabajo.
Reiki nos exige un cambio de actitud en nuestra vida. El autotratamiento es una de las
partes más importantes en Reiki. Antes de curar a los demás tenemos que aprender a
curarnos a nosotros.
Los 21 días de auto Reiki constan de una práctica diaria de 5 posturas básicas de 3
minutos de duración cada una. Estas medidas son el mínimo trabajo requerido,
Las 5 posturas de auto Reiki pudiendo agregar el alumno más posturas y mayor
cantidad de tiempo en el trabajo de así desearlo.
Con estas posiciones de manos podemos realizar un trabajo generalizado que
revitalizará, limpiará y alineará nuestro sistema, aunque no poseamos ninguna
molestia o malestar físico.
Estas 5 posturas principales nos ayudarán a trabajar los chakras o centros energéticos
principales. El trabajo con estos centros debe ser un hábito de todos los días para
lograr resultados a largo plazo, pero también a modo de mantenimiento de nuestro
sistema energético.
Posturas de cabeza:
Estas posturas de Reiki trabajan con los chakras superiores. Se utilizan para intentar
calmar la mente previamente al tratamiento, y retornarla al estado natural de paz y
calma, lo cual pre dispondrá al consultante para el trabajo.
También trabajan sobre la inspiración, la creación y expresión individual.
1- Sobre los ojos: Se colocan ambas palmas, una al lado de la otra, sobre la zona del
entrecejo y ojos. Ayuda con las tensiones mentales, las preocupaciones y el exceso de
actividad mental.
2- Sobre las sienes: Se coloca una mano a cada lado de la cabeza, sobre la zona de
sienes y orejas. Ayuda a equilibrar la actividad en ambos hemisferios cerebrales
(pasivo-creativo/agresivo-lógico).
3- Sobre la nuca: Esta postura complementa el trabajo de las dos anteriores. Se forma
un cuenco con las manos y se apoya la nuca del consultante sobre las palmas. Ayuda a
eliminar dolores de cabeza, revitaliza cuando hay falta de descanso y ayuda a ordenar
las prioridades mentales.
4- Sobre la coronilla: Luego de poner a la mente de lado, se colocan las palmas sobre la
coronilla para reconectar a la persona con su fuente de energía espiritual. Las manos
deben estar juntas y mirar hacia el mismo lado.
5- Garganta: Los dedos mayor e índice de ambas manos se juntan en el centro de los
huesos claviculares, rodeando el cuello. Esto remueve residuos emocionales y
mentales estancados en la garganta por la falta de expresión. Ayuda a la persona a
conectarse con su verdad.
Las posturas de Reiki sobre el torso, boca arriba, trabajan los órganos internos
principales, los chakras inferiores y los aspectos emocionales del individuo.
Cubren desde el pecho hasta el pubis. La zona baja del abdomen procesa las emociones
derivadas de las relaciones afectivas y la autoestima. El plexo solar asimila esas
emociones y las deja fluir a la zona de amor incondicional que es el pecho, desde
donde se utiliza la conexión emocional para integrar todo lo que nos rodea.
Sólo cuando todos estos centros están libres de bloqueos la persona puede utilizar el
chakra garganta para expresar su verdad emocional. De otra manera, aunque el centro
de la garganta esté abierto, sólo se logrará la expresión desde los chakras mentales.
La espalda trabaja de manera unificada para llevar energía a todo el sistema utilizando
los principales canales energéticos, que corren a lo largo de la columna. Por esta
razón, la espalda debe ser trabajada como un todo y cubierta en su totalidad.
MEDITACIÓN REIKI
La meditación reiki es en realidad un sistema de sanación, ya sea propia en un primer
nivel como aplicada a otras personas; y es que en la meditación reiki se cree en el uso
de una energía universal (de hecho la propia palabra en japonés tiene este significado).
La meditación reiki se basa en desbloquear el funcionamiento poco adecuado y fluido
de los puntos de energía que se distribuyen a lo largo de tu cuerpo, los chakras. Por lo
tanto:
LAM: chakra 1, la raíz. Este chakra está asociado a los arraigos personales, a la
seguridad y al elemento tierra.
VAM: chakra 2, sacro, ombligo, pubis. Este mantra ayudará a tu chakra en su capacidad
de adaptación.
RAM: chakra 3, plexo solar. Es el chakra que impulsa tu motivación, tu coraje, tu poder
personal.
IAM: chakra 4, corazón. El chakra del corazón es el que gestiona tus sentimientos.
JAM: chakra 5, garganta. Este mantra te ayudará a abrir tu chakra 5, el dedicado a tu
capacidad comunicativa.
KSHAM: chakra 6, tercer ojo (frente). La lógica y la conciencia del “yo” entran en juego
en el chakra 6.
OM: chakra 7, coronilla. El chakra 7 tiene relación con lo divino, aquello que escapa de
nuestras manos, en un plano universal y espiritual.
Traten de meditar cada mañana y tarde durante al menos diez minutos y notara la
diferencia en su salud, bienestar y armonía.