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01 Artegriego
01 Artegriego
1. ARTE GRIEGO
1. CONTEXTO HISTÓRICO
De hecho, el arte griego está marcado por importantes características, propias de la civilización griega:
La religión griega arranca de los ritos animistas del Neolítico, donde se adoraban a la fuerzas
de la naturaleza, pero en ese momento los griegos dieron cuerpo y vida a esas fuerzas
personificándolos en sus dioses tan cercanos al arte, es decir, su mitología es fruto de buscar
una explicación racional para ordenar el caos.
Unos principios estéticos, donde se armoniza las partes con el todo; esto se percibe tanto en
la arquitectura con los órdenes arquitectónicos, como en la escultura con el canon.
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Historia del Arte Arte griego
a. C. se acabó con el poder de Atenas). Este debilitamiento acabo con el equilibrio de las polis
y un “manto hegemónico” se tendió sobre ellas, el de Macedonia, con Filipo de Macedonia y,
luego, con su hijo Alejandro Magno, que a su muerte en el 323 a. C. había formado no solo un
gran imperio, sino que había difundido la cultura griega por toda Asia y Egipto.
Abordar la cronología es algo muy relevante para reconocer la dilatación artística que vamos a abordar
en el estudio y no sentirse perdido. La Historia de Arte en Grecia puede sintetizare en varias fases:
El llamado Período Arcaico (esencialmente, siglos VII-VI a. C.) se extiende hasta inicios del siglo
V a. C., cuando las ciudades helénicas se vieron envueltas en las Guerras Médicas (490-475 a.
C.) contra los persas, que invadieron no sólo las colonias asiáticas, sino también regiones de la
Grecia continental, llegando a devastar Atenas, aunque fueron vencidos finalmente.
El período helenístico se extiende desde finales del siglo IV a. C. a mediados del siglo II a. C.,
es decir, hasta la toma de Corinto por Roma en el 146 a. C., aunque se mantenga en extensas
zonas de la República romana; supone la difusión por el Oriente mediterráneo y tierras
asiáticas de la cultura helénica en los territorios conquistados por Alejandro y divididos
posteriormente entre sus familiares y generales en las denominadas monarquías helenísticas.
2.1. Urbanismo
Las primeras configuraciones urbanas griegas eran fortificadas, teniendo una zona defensiva elevada
la acrópolis (lugar en alto) que con el tiempo no sólo sirve para la defensa de la ciudad, sino que
también amplía sus funciones hacia el terreno religioso y cultural. Quizá sea la Acrópolis de Atenas la
más significativa y por la que podamos explicar las características del recinto. Este asentamiento
primitivo se hizo por razones estratégicas; está rodeado por una muralla ciclópea y en tiempos del
tirano Pisístrato se le dio una entrada monumental, los Propíleos, siendo su arquitecto Mnesicles. Para
elevar estos pórticos tuvieron que respetar el muro sagrado de la acrópolis (pelárgikon) y adaptarse a
los accidentes del terreno, abriendo el volumen de los edificios a los lados. La misión de estos pórticos
era preparar psicológicamente al visitante ante la entrada en un recinto sagrado y, por supuesto, darle
la dignidad monumental que se merecía. Pero la gran iniciativa creadora del recinto se debe a Pericles
en el V a.C., tras la devastación provocada por los persas durante las Guerras Médicas. El supervisor
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de todas las obras fue Fidias, encargado de la unidad compositiva del conjunto. Entre los edificios y
esculturas más significativos destacamos: los Propileos, el Templo de Atenea Niké, el Partenón, el
Erecteión, el Santuario de Artemis Brauronia, la Calcoteca (esculturas oferentes), la Pinacoteca, el
Recinto de Zeus, la Estatua de Atenea Prómacos de Fidias que medía 15 m.. En la Casa de las Arréforas
residían cuatro jóvenes atenienses de familias nobles; allí recibían preparación para la elaboración del
peplo utilizado en las procesiones de las Panateneas; las canéforas eran jóvenes vírgenes de
nacimiento distinguido, que vivían en el templo de Atenea, las cuales en las fiestas de las Panateneas
llevaban canastos coronados de flores y mirto a la cabeza de la pompa sacra. Así, este gran recinto a
156 metros sobre el nivel del mar y, sujeto por ese zócalo o pyrgos, se convierte en una construcción
grandiosa, donde la topografía está subordinada al itinerario religioso.
En la zona baja de las ciudades, el diseño urbano está mediatizado por la política imperante de las polis
que modificaba los espacios y edificios. Mientras que en Atenas, polis democrática, predominan los
espacios abiertos: ágoras (plazas públicas), stoas (edificio porticado donde se conversa y, además, se
exponen obras de arte), palestra (zona de gimnasio), museos (santuario de las musas), teatros
(excavados en las laderas montañosas) y los circuitos de santuarios tan importantes como el de Apolo
en Delfos y Zeus en Olimpia, en polis cerradas y tiránicas como Esparta los espacios públicos no
invitaban a la conversación puesto que las decisiones no las toman los ciudadanos sino que son
impuestas.
También, la filosofía aportó sus opiniones al campo urbanístico; Platón siempre defendió una ciudad
proporcionada sin murallas, mientras que Aristóteles creía que las murallas eran necesarias como
símbolo de poder. Pero quién llevó a la práctica el diseño urbano fue Hipódamo de Mileto, que ideó
un trazado ortogonal, en damero, de calles que se cortan en ángulo recto para que el aire circule
libremente. Así, se diseñó el Puerto del Pireo de Atenas y la ciudad de Mileto, al igual que todas
aquellas construcciones “ex novo” o de nueva planta que los griegos, en su afán colonizador, fueron
creando por el Mediterráneo (emporia), como en la Magna Grecia (Selinunte, en Sicilia). Por ende, el
trazado hipodámico marcó escuela en toda la evolución del urbanismo, desde la ciudad romana a los
ensanches del siglo XIX.
2.2. Arquitectura
Grecia va a ser la creadora de formas arquitectónicas básicas para la Historia del Arte, dotadas de un
elevado idealismo y perfeccionamiento técnico, por lo que han sido utilizadas en diversas épocas de la
Historia del Arte. En general, hasta la época clásica la mayoría de los edificios con entidad artística
tenían finalidad religiosa, de ahí que sean los templos y los tesoros de los santuarios los ejemplos
arquitectónicos más representativos. Precisamente, las notas definitorias de la arquitectura griega
son las siguientes:
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También, se aplica la policromía; aunque se haya perdido en muchos casos; se manejan colores
como los azules en los triglifos, el rojo en el fondo de las metopas, los planos dorados, etc.
Con ello, se pretende alcanzar la armonía visual, lo que obliga a separarse de las medidas
matemáticas, llegando incluso a ocultar los defectos ópticos del ojo humano; estos defectos,
o más bien refinamientos, ópticos de mediados del siglo V. a. C. podrían resumirse en :
El soporte por excelencia de la arquitectura griega es la columna, que recibe el nombre de stylos, ya
que el nombre columna que nosotros utilizamos deriva del latín. Sobre ella se levanta un sistema
adintelado, a partir de vigas horizontales, lo que confiere a la obra una sensación de quietud, de
serenidad y estabilidad. La columna, la decoración y el conjunto de elementos que ésta soporta se
pueden ordenar de diferente manera. Cada una de estas maneras recibe el nombre de orden o estilo
arquitectónico y estaban establecidas ya en el siglo VI a. C., perdurando sin grandes modificaciones
posteriores.
Los primeros templos se construyeron con materiales pobres (adobes y maderas) -pintándose el
edificio para dar sensación de riqueza-, según un sistema basado en una relación de líneas horizontales
y verticales que se mantuvo en toda la historia de la arquitectura griega, en la que no existe el arco y
la bóveda. Debido a la poca consistencia de estos materiales no se conserva ninguno, ni en la Grecia
Continental ni en Jonia (Asia Menor). Se discute mucho si el templo griego deriva del megarón
micénico (edificio de planta rectangular, con dos o tres estancias, en una de las cuales estaba el hogar,
y bancos corridos en los muros laterales; tejado a dos aguas y pórtico con columnas in antis), algo que
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parece bastante probable, dado el parentesco entre las concepciones y las prácticas religiosas de
ambos pueblos. El megarón pudo prestar así al templo griego el pórtico columnado, el cerramiento
interior también con columnas, la techumbre a dos aguas y el carácter “residencial”. Precisamente, los
templos, como dignos habitáculos para los dioses ya humanizados, empezaron a construirse cuando
nació la estatuaria religiosa griega, en el siglo VII a. C., posiblemente, debido a la influencia de la
estatuaria egipcia en piedra.
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dos toros (o molduras convexas) y una escocia (o moldura cóncava). Su fuste está recorrido por 24
estrías con aristas matadas y puede o no aparecer éntasis o ensanchamiento central. Su capitel cuenta
con un pequeño collarino de astrágalos o tabas (decoración en forma de cuentas imitando el aspecto
de huesecillos) en relieve; el equino, decorado con flechas y ovas, y dos volutas laterales enroscadas
en espiral; el ábaco tiene forma rectangular. El arquitrabe
jónico está dividido en tres bandas (fasciae) en saledizo, el
friso es corrido (liso o con decoración) y la cornisa volada y
decorada. Su cubierta es de las mismas características que el
dórico. A partir del siglo V a. C. comienzan ambos órdenes a
yuxtaponerse en un mismo edificio, reservándose el dórico
para el exterior y aplicándose el jónico en el revestimiento
interno (por ejemplo, el Partenón de Atenas).
2.2.2. Tipología de
edificios
El templo griego, al no
ser un lugar de
oración, como ocurre
con los templos Alzado del templo griego clásico y sus principales elementos
cristianos y
musulmanes, no daba cabida a los fieles y, desde el punto de vista del espectador, tenía una
significación fundamentalmente externa. En consecuencia y a diferencia de la vivienda, construida
para ser habitada, el templo tiene una mayor significación cuando se le contempla desde fuera, pues
por motivos religiosos carece de concepción especial interna –por lo que internamente el tratamiento
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que se le daba guardaba relación con la estatua de la divinidad a la que se dedicaba el templo-, siendo
fundamental una habitación para guardar la imagen, ya que los cultos se desarrollan fuera y tenían
carácter procesional. Igualmente, estas construcciones desempeñaban una función representativa
importantísima, pues se erguía como fruto del esfuerzo colectivo de toda una ciudad-estado griega
(polis), dificultando asimismo la construcción de palacios, símbolo del poder real individual. Este
carácter “político” del templo y del santuario era especialmente evidente en Atenas.
La cubierta es plana en el interior, pero por fuera se dispone a dos aguas, estando formada por un
armazón de madera cubierto por tejas. En el templo griego, no se distingue al principio ninguna
fachada como principal, cuidándose con esmero las cuatro caras. Por eso siempre se levantan aislados,
fuera del entramado urbano, en las acrópolis o santuarios. En su interior se construían los edificios sin
atender a un orden previo, a ningún eje de simetría. Todos los templos llevan sobre la cornisa un
frontón triangular. El espacio interior de ese frontón se denomina tímpano, y es uno de los lugares
preferidos para la decoración escultórica en los templos. Generalmente, los vértices y esquinas del
frontón se decoran con unas figuras llamadas acroteras; también, a lo largo de la cornisa, para
disimular los desagües, aparecen unas cabezas de animales llamadas gárgolas.
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Los mejores ejemplos están en la Magna Grecia (Sicilia y sur de Italia) y son templos llenos de arcaísmo
y rusticidad, elaborados en caliza, donde se empieza a utilizar el orden dórico. Destacamos el templo
de Apolo en Corinto, los de Paestum en Italia, el de Selinunte en Sicilia y Afaia en Egina.
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floreciente escuela de escultores. Junto a él trabajaron otros artistas, como Mnesicles, que proyecta
los Propíleos y posiblemente el templo del Erecteión. Precisamente, por ello, hemos de centrarnos en
los tres templos más importantes de la Acrópolis ateniense.
El Partenón se edificó en diez años (448-438 a.C.), elevándose en lo que se conocía como el pre-
Partenón, un templo dórico y hexástilo destruido por los persas, que sustituía a su vez a otro conocido
como el Hecatompedón (el de la cella de
los 100 pies). El templo del que hoy
tenemos restos fue un gran templo
dórico, octástilo y períptero. Aunque
Fidias era el supervisor, los arquitectos
del templo fueron Ictinos y Calícrates,
pidiéndoles encarecidamente que la
cella tuviera unas dimensiones
determinadas para introducir la estatua
de la diosa a la que estaba dedicado el
templo, Atenea Palas Parthenos, de 12 m., todavía se conserva in situ el basamento original.
Interiormente hay dos pórticos hexástilos según se accede a la cella por el pronaos o por el
opistodomos, o Sala de la Vírgenes, donde aparecen excepcionalmente cuatro columnas jónicas,
teniendo la estancia entrada independiente. Pero la excepción no sólo radica en esto, sino que, en
todo el muro de la cella se labra un gran friso jónico corrido (algo anómalo en el estilo dórico). Su
material es el más noble, mármol del Pentélico, policromado a su vez en azul, dorado y rojo.
Los avatares del Partenón han sido muchos: ya que pasó a ser iglesia, mezquita durante la ocupación
turca, arsenal de pólvora en la guerra con los venecianos que lo hicieron estallar en 1687 (pensaban
que guardando la munición allí estaría a salvo). Como remate los ingleses abanderados por lord Elgin
a la cabeza, expolian los relieves y las esculturas que hoy se pueden admirar en el Museo Británico
(dilema entre la devolución y la conservación adquirida por los años de cuido).
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Historia del Arte Arte griego
El Erecteión (421-406 a. C.) es el templo jónico de la acrópolis, por lo que su belleza no solo va radicar
en esta elegante columna, sino en el escalonamiento del mismo al someterse a los desniveles del
terreno. Se realiza para albergar a los dioses desalojados del Partenón
y de manera anómala tiene dos cellas, una dedicada a Palas-Atenea
Polias y otra a Poseidón y Erecteo. Posee pórticos en sus cuatro lados,
rayando con el barroquismo, pues las basas de sus columnas se doraron
y se incrustaron vidrios. Esa nota “barroquista” es la antesala del
helenismo. Su arquitecto fue Mnesicles que diseñó también en su
interior la tumba de Cécrops, el dios serpiente, fundador de la acrópolis,
junto con el olivo sagrado de Atenea en una roca. En este templo cobra
fama por encima de todo, su Tribuna de las Cariátides, donde seis kores
hacen función sustentante (dos de ellas arrebatadas por Lord Elgin y
hoy suplantadas por copias). Estas kores disimulan una escalera secreta
de bajada al templo y conmemoran el paseo de las Arréforas
(sacerdotisas portadoras en la cabeza de un cesto con objetos rituales).
Tras las Guerras del Peloponeso (batalla de Egospótamos (405 a. C.) donde los espartanos salieron
victoriosos), las polis y el poder ático entran en decadencia, coyuntura idónea para que, décadas
después, Filipo de Macedonia y su hijo, Alejandro Magno se apoderen de todo el territorio griego,
preludio de la gran aventura asiática del último.
Empiezan entonces a tomar importancia ciudades de Asia Menor como Éfeso, Halicarnaso, Pérgamo,
Priene, ... También Alejandría en la desembocadura del Nilo es una ciudad-modelo del helenismo; fue
proyectada por Dinócrates de Rodas mediante un plano en retícula, donde destacaba su magnífico
faro, la biblioteca y los barrios divididos socialmente.
Por tanto, la ciudad clásica entra en crisis, aunque el ágora sigue siendo el centro y los templos
conservan su témenos o recinto sagrado como función religiosa. La arquitectura de este momento va
a perder el idealismo clásico, personalizándose cada vez más en sus promotores políticos (al contrario
de la colectividad de la polis clásica). El arte se hace más perceptivo y se analizan los sentimientos y las
pasiones. Si en la época de Pericles había un culto al Estado y a la polis, tras la Guerra del Peloponeso
la vida será más doméstica y menos política, cada vez hay más deseo de intimidad en las casas. Con
todo lo visto en el clasicismo, el Helenismo supone una pérdida de identidad, tal era la cantidad de
influencias, culturas, religiones y dialectos, que hubo la obligación de poner una lengua común, la koiné
o el ático, que fue el lenguaje literario más usado.
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La Linterna de Lisícrates es una arquitectura (espacio interior) cilíndrica, aunque bien podía pasar por
una escultura por sus reducidas dimensiones. Se le adosan columnas corintias y en el pequeño friso
aparecen relieves de temas marinos y dionisiacos. Lisícrates crea una planta igual desde todos los
puntos del edificio que permite al espectador girar en su torno, por lo que prescinde de la frontalidad.
Su construcción en 334 a. C. se explica por la costumbre de premiar al mejor patrocinador de una obra
teatral, en concreto, a un maestro de coro que mereció tal galardón en Olimpia, y asistimos una vez
más al culto a la personalidad.
La Torre de los Vientos es otro monumento conmemorativo que alude por sus relieves a los diferentes
tipos de vientos. Es un edificio con forma de octógono y a su vez un reloj (llamado Horologion). Su
creador fue Andrónico de Cirro y los nombres de los vientos: Bóreas, el Norte; Euro, el Este; Noto, el
Sur; Céfiro, el Oeste.
Entre las características que van a rodear a la escultura griega, tenemos unas constantes que se van a
percibir en la evolución de la misma:
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Historia del Arte Arte griego
Para Protágoras “el hombre es la medida de todas las cosas” tanto es así que hasta los dioses
estaban afectados por las pasiones humanas. De ahí, se deriva la importancia prestada a la
representación al cuerpo del ser humano, aspecto que también reciben las deidades.
Búsqueda de un ideal de hombre perfecto, sin defectos. Para eso se elimina todo lo individual,
lo accesorio, no existe el retrato ante la consideración de tipos ideales, como eran los atletas.
Fijación de un canon, una medida, donde las matemáticas y las teorías pitagóricas forman
parte, tanto del canon de las siete cabezas de Policleto, como el de las ocho cabezas de Lisipo.
Búsqueda de la belleza física que se mueven entre el pathos (patetismo) y la belleza espiritual
(ethos = ser), el equilibrio entre ambas se conoce con el término de sofrosine.
Plasmar el movimiento va a ser otro de los objetivos, desde la rigidez de las primeras
esculturas a la cotidianeidad del helenismo. Igualmente, pasa en los frontones, en los primeros
las esquinas se rellenaban con figuras a escala más pequeña, pero luego los cuerpos se hacían
del mismo tamaño pero cambiando su posición (tumbados o recostados).
Los materiales utilizados son: la madera, caliza, mármol, bronce y esculturas crisoelefantinas
(oro y marfil).
Todas ellas se policromaban.
Estas características van hacia la búsqueda de la representación ideal, pero la evolución de la escultura
se hizo de manera lenta y progresiva: a) Periodo Geométrico (900-700 a. C.); b) Período Arcaico (VII-
VI a. C.), en que el artista está condicionado por los convencionalismos y la rigidez del material; c)
Periodo Clásico (V-IV a. C), donde se consigue plasmar la belleza física y espiritual, alcanzando el
culmen artístico, y se consiguen los mayores logros; d) Periodo Helenístico (Finales siglo IV a. C-Cambio
de Era), donde hay una mezcla del clasicismo, el orientalismo, y los sentimientos; se pierden los ideales
clásicos, aparecen temas vulgares y el tratamiento es más realista.
Tras las invasiones dorias se inicia el arte escultórico griego y la primera plástica monumental conocida
como Dedalismo (en honor a Dédalo, arquitecto del laberinto de Creta y gran escultor). Aludimos a
plástica monumental por el tamaño de las obras, como se percibe en los Leones de la isla de Delos,
figuras alineadas como si de una avenida de esfinges se tratará y con unos rasgos muy geométricos.
La colonización griega había puesto en contacto a las polis con otras manifestaciones artísticas de
influencia oriental; a este estilo se le llamará arcaico y avanza paulatinamente hacia el naturalismo.
Las características de la escultura de este momento van ser el predominio de la figura humana, de un
tamaño natural e incluso mayor (3 m.); generalmente, presentan desnudos masculinos como
exaltación de la belleza física (kuroi o kuros) o féminas vestidas y de formas compactas, con actitud
oferente y pesadez de volúmenes (korai o kores); estas figuras están dotadas de frontalidad,
hieratismo, formas cerradas,... y policromía.
Las esculturas de este periodo están muy relacionadas con el deporte; de las importantes familias
griegas, salían jóvenes vencedores admirados, que mandaban hacerse esculturas para perpetuar la
gracia concedida por los dioses, a los que luego se la iban a ofrecer. Se adscriben al tipo escultórico
que crearon los griegos para representar el ideal de la belleza masculina, la plenitud física. Aparecen
como exvotos en el VII a. C. También se cree que podían representar al dios Apolo o a estatuas
funerarias (ya que en algunas aparecen rasgos individualizados y retratísticos, aunque también se ha
relacionado con el triunfo consecutivo de una prueba). Se hacían de mármol en un gran bloque
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Historia del Arte Arte griego
Estas esculturas femeninas ataviadas con la indumentaria griega (chitón, himatión y peplo) responden
a los mismos convencionalismos que las masculinas pero como hemos comentado aparecen vestidas.
Son exvotos funerarios, por lo que su lugar de origen estaba en los cementerios y portaban un objeto
(fruta, paloma, cesto...) ritual de ofrecimiento. Su material
es el mármol y con el paso del tiempo se aprecia en estas
sacerdotisas una pérdida gradual de simetría y rigidez,
conservando la policromía de la época. Destacamos dos
esculturas femeninas que marcan este periodo: la Dama de
Auxerre (h. 650 a. C.) y la Hera de Samos (h. 570-560 a. C.),
ambas son monolíticas y en actitud votiva u oferente, pero
mientras que la primera conserva rasgos más rígidos y con
cierta abstracción, no puede pasar desapercibido la pesadez
de sus paños y su rostro, que nos van a trasladar a la época
arcaica (pelo, ojos y sonrisa). La segunda, aun siendo
monolítica y sin rostro, el tratamiento de sus paños es único
en cuanto a calidades, percibiéndose la indumentaria típica
de la mujer griega.
3.3.1. Periodo de transición o «estilo severo» (primera mitad del siglo V a. C.)
Pero junto con estos prototipos masculinos y femeninos de Época Arcaica, hay otras obras con rasgos
arcaicos, pero podemos suponer que sirvieron de fase de transición al estilo clásico, al introducir
caracteres que hacían novedosos los avances que presentan, tales como que las formas empiezan a
dinamizarse. A este clasicismo temprano se le ha denominado Estilo Severo.
En el caso de Los Tiranicidas, su autor fue Antenor y el grupo fue erigido en el ágora ateniense como
consideración a los dos héroes tratados como mártires de la libertad por asesinar a Hipias e Hiparco
(hijos del tirano Pisístrato). Al ser destruidas por los persas tras el saqueo de Atenas en 480 a. C, Kritias
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Historia del Arte Arte griego
En los frontones del templo de Afaia en Egina, se esculpe la lucha entre los eginetas y los troyanos,
siendo sus autores Calo y Onatas. En la elaboración de los frontones, se percibe mucho más arcaísmo
en el occidental (500-490 a. C.) que en el oriental (480 a. C.), que es posterior y más evolucionado,
donde se encuentran las figuras de Hércules y del guerrero caído. En estos detalles de adaptación al
marco, es donde se percibe su grado de evolución, junto con su anatomía, pero aún no se ha
desprendido del todo del arcaísmo.
El templo de Zeus en Olimpia (460 a. C.) es la cumbre del estilo severo, siendo su autor desconocido.
En el frontón este, reina la calma; se representa la carrera de Pelops y Enomao (yerno y suegro en
combate por su hija Hipodamia). No obstante, en el oeste todo es agitación, ya que el tema es el rapto
por los centauros de las mujeres en las bodas de Piritoo y Deidamia. Las metopas del templo, por ser
de orden dórico, representan los doce trabajos de Hércules. No podemos dejar de destacar la belleza
de Apolo, como mediador del combate, y la fuerza animal de los centauros en el rapto.
El Trono Ludovisi (h. 460 a. C.), cuya autenticidad es todavía es debatida, pudo pertenecer
posiblemente al basamento inferior de un teatro, aunque también se apunta a que fuese un brocal de
un pozo, un altar o un trono del famoso santuario de Perséfone en torno al siglo V a C. En sus tres
relieves aparecen: el frontal con el nacimiento de Afrodita saliendo del mar y sujetada por dos ninfas
(importancia de los paños y los detalles del paisaje) y en los laterales dos mujeres, en un lado una
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Historia del Arte Arte griego
anciana quemando hierbas aromáticas y en el otro una joven cómodamente sentada tocando la doble
flauta, haciendo alarde de un estudio anatómico magnífico. Precisamente, una de sus mayores
aportaciones al Arte Clásico, es la aparición por primera vez del desnudo femenino, así como una
todavía muy ruda técnica de paños mojados.
3.3.2.1. Mirón
3.3.2.2. Policleto
Es el teórico de la escultura griega clásica; Canon es un tratado teórico escrito por Policleto que en la
actualidad está casi totalmente perdido. En él se detalla su sistema de composición escultórica y define
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Historia del Arte Arte griego
la distribución proporcional como la correspondencia funcional de las partes y los miembros del cuerpo
humano. El tema central de la obra es el hombre perfecto entendido no sólo como perfección física
sino como identificación de lo bello, a través de la simetría y la proporción, con lo bueno. La armonía,
relación de las partes con el conjunto, era formulada a través de relaciones numéricas atendiendo a
un sentido pitagórico de la proporción como orden divino.
Sus obras fundamentales son atletas: el Doríforo (h. 450-440 a. C.) que significa portador de lanza,
donde no sólo se representa una belleza ideal, sino la proporción exacta y la inclusión de las
extremidades en el espacio; y el Diadúmeno (h. 430-420 a. C.) atleta que se ata la tenia vencedora,
quedando aún más en el espacio las extremidades, con la maestría técnica que esto supone. El mayor
mérito de estas obras es la elasticidad y la potencia del movimiento, arquetipo de la plástica griega.
Con mucha probabilidad, el Doríforo, fue el modelo utilizado por Policleto para ejemplificar su canon
de las siete cabezas, como altura final de la escultura, es decir la aplicación del numen divino a la forma
ideal del cuerpo humano; pero junto con la correspondencia numérica, también idea para sus obras el
contraposto o contrabalanceo una inclinación sobre una u otra pierna que hace balancear la cadera
rítmicamente, adquiriendo aún más naturalismo. Finalmente, sobresale el principio de la diarthrosis
(articulación) que concibe el desnudo como un esqueleto perfecto, regido por la movilidad de las
articulaciones y la relación de cada parte con el todo (simetría), lo que les hace acentuar la división
entre el tronco y las extremidades, y dentro del torso, marcar nítidamente los pectorales, la cintura y
el pliegue inguinal.
3.3.2.3. Fidias
La Atenea Lemnia media dos metros y fue encargada por los colonos que
partieron a la isla de Lemnos. Se consagró en el 450 a. C. y está considerada
como el summum de la belleza clásica. A diferencia de la Prómacos, la Lemnia
presenta a Atenea en actitud pacífica, vestida con peplo abierto por un costado y ceñido con la égida
terciada sobre el pecho y la cabeza descubierta e inclinada, con la tenia de los vencedores, que fija la
mirada en el casco que sostiene en la mano derecha.
Con la Atenea Palas Parthenos, Fidias alcanzó su akmé, es decir su punto álgido; tuvo que acabar el
proyecto en 448 a. C., pues su tamaño, once o doce metros, condicionaba la estructura y las
dimensiones de la cella del Partenón. Su indumentaria es muy similar a las anteriores, pero es la diosa
guerrera y victoriosa por antonomasia. Su síntoma de evolución respecto a las anteriores, es su
capacidad de movimiento contenido. Tenía cinco metros de escudo, donde se enredaba la serpiente
que simboliza el genio de la Acrópolis; en el exterior se labra la amazonomaquia y en el interior se pinta
la gigantomaquia. Sus sandalias tienen en el borde la centauromaquia y en el basamento el nacimiento
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Historia del Arte Arte griego
El friso tiene ciento cincuenta y nueve metros y rodea toda la cella; en él se representa la procesión
que realiza las Panateneas (sacerdotisas del templo) y el pueblo de Atenas, en honor a su patrona
Atenea, el 28 de julio. La calidad de la labra es excepcional y se pensó hasta el último detalle, ya que
como iría en una zona poco iluminada, el fondo sólo tiene cinco centímetros, y el bloque de mármol
está ligeramente inclinado hacia fuera. La procesión arranca del lado suroccidental y confluye en el
este. Se inicia con un cortejo y jinetes que forman una cabalgata, a la que siguen los portadores de
ramas (thallaphoi que eran ancianos), citaristas, flautistas y conductores de las víctimas al sacrificio.
Ya en el lado este, aparecen las jóvenes que portan el peplo bordado a la diosa, junto con los dioses
que conversan y los héroes que contemplan el cortejo. Aunque en el conjunto se percibe cierta
anarquía estilística, se aprecia que el esfuerzo es más común a las indicaciones orales dadas, lo que va
a generar el llamado estilo Partenón, caracterizado por la plasticidad y destreza del modelado. Aquí el
papel de Fidias va a ser fundamental, pues se cree que para elaborar el friso existieron paradeigmatas
o muestras escultóricas en materiales perecederos (arcilla o cera) que marcaron las líneas maestras de
los modelos y del proyecto. Los restos del gran friso fueron transportados en 1801 por Lord Elgin al
Reino Unido, ubicándolos en el Museo Británico de Londres.
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Historia del Arte Arte griego
En cuanto a los
frontones, alcanzan 30
metros de largo por 3,5
metros de alto y 1
metro de profundidad,
con más de veinte
figuras en cada frontón
que doblaban el
tamaño natural. Estos
frontones son los más tardíos y evolucionados. El oriental representa el Nacimiento de Atenea, que
nace ya madura de la cabeza de su padre Zeus tras un hachazo, mientras Hermes y Hefaistos corren
despavoridos ante tan peculiar parto, le siguen Iris y Hera de pie, Deméter y Koré sentadas y Dionisos
tumbado contemplando el carro del sol Helios que emerge del mar; al otro lado, las Parcas (Cloto,
Lequesis y Átropos, donde el tratamiento de los paños mojados es de una maestría excepcional) urden
los hilos de la vida y observan el carro de la luna Selene como se hunde. Toda esta iconografía se
conoce por los dibujos que el inglés Carrey
hizo en el XVII. El frontón oeste relata la
Lucha entre Atenea y Poseidón, mientras que
el dios lanza su tridente y hace brotar agua de
la Acrópolis, Atenea lanza la jabalina y brota
el olivo, entre tanto los dioses y héroes
asisten como jurados, votando a Atenea.
Antes de analizar a los tres escultores más importantes, hemos de decir que la obra que abre este
periodo es Irene y Plutos, obra de Cefisodoto el Viejo, padre de Praxíteles, encargada para el ágora de
Atenas al conmemorar la paz tras la Guerra del Peloponeso, primera alegoría que expresa la paz como
origen de la riqueza. En este momento el realismo se hace más visible y la expresión de los
sentimientos momentáneos (pathos) aparece por encima del carácter moral de la persona (ethos). Se
crean nuevos prototipos de belleza ideal, donde nos encontramos un canon más estilizado, “las ocho
cabezas de Lisipo”.
3.3.3.1. Praxíteles
Sin romper con los rasgos estilísticos de la cultura ática, Praxíteles los interpretó desde una visión muy
personal, que sentó las bases para el posterior desarrollo de la escultura helenística. La tipología divina
de este escultor va a ser suave y amanerada, sobre todo en los dioses y más masculinizante en las
diosas; en todas ellas se manifiesta una llamada curva praxiteliana, a lo que se une el sfumato o
acabado de la obra, donde algunas se barnizaban con cera transparente (gánosis) que se coloreaban,
dando un aspecto táctil.
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Historia del Arte Arte griego
3.3.3.2. Scopas
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Historia del Arte Arte griego
3.3.3.3. Lisipo
En el siglo IV a.C., unos cien años después de que Policleto hubiera fijado su canon, Lisipo, inspirado
por su predecesor, establecería un nuevo sistema de proporciones. Lisipo alarga las proporciones de
Policleto hasta las ocho cabezas de tal forma que sus figuras ganan
en ligereza, en gracia y en altura. Su búsqueda de la elegancia y el
naturalismo le llevan a rechazar las antiguas concepciones sobre
el cuerpo humano perfecto, para inclinarse por la representación
subjetiva de la naturaleza, a la que añade un toque de elegancia y
cotidianeidad.
Otras obras atribuidas son también el Ares Ludovisi (h. 325 a. C.)
dios de la guerra pero en periodo de la paz y prosperidad, y el Hércules Farnesio (h. 320 a. C.), copia
romana de 3’17 cm, descubierto en las termas de Caracalla en Roma; Lisipo quería reflejar aspectos de
su naturaleza mortal donde el héroe aparece viejo y cansado, algo normal dentro de esta etapa cercana
al helenismo; el escultor hace que su héroe avance un pie, y descanse apoyándose en su bastón con la
piel del León de Nemea, muerto por Heracles en uno de sus trabajos; con la mano derecha, detrás de
la espalda para invitarnos a rodearla, el héroe aguanta las manzanas de oro de las Hespérides. También
fue Lisipo el retratista oficial de Alejandro Magno (330-320 a. C.), género muy extendido a partir de la
caída de las polis democráticas y el comienzo de autocracias personales. Síntesis de la charis de
Praxíteles y del pathos de Scopas, fue maestro de muchos escultores del helenismo.
Con Alejandro Magno se pasará de la polis a la cosmopolis, es decir unos espacios más amplios
dominados por un poder más directo, donde se funden influencias orientales. Surge así, un nuevo arte
y una nueva concepción de la vida, sin basarse en altos ideales sino en la cotidianeidad. Esto queda
recogido en las siguientes características: acercamiento a la naturaleza, plasmación del tiempo, como
la vejez, la niñez; realismo, llegando algunas veces al desequilibrio formal y al “barroquismo”; los temas
serán patéticos, crueles (Laocoonte), tiernos, infantiles, callejeros, vulgares, retratos,...; y aparecen
escuelas, es decir ámbitos cerrados, con características propias que iremos analizando.
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Historia del Arte Arte griego
había tradición por los exvotos personales en los santuarios, por lo que triunfa el realismo. Quizá sus
características más relevantes sean el patetismo y la influencia del canon de Lisipo. Esta escuela ha
proporcionado así obras claves para la Historia del Arte.
El Toro Farnesio, también conocido como El Suplicio de Dirce, es un gran conjunto escultórico (hacia el
130 a. C.) con forma piramidal de gran dramatismo; la pieza griega en bronce fue obra de dos
importantes escultores de la escuela rodia, Apolonio y Taurisco de Tralles. Este conjunto narra el
suplicio de Dirce por esclavizar y maltratar a Antíope, hija del rey de Tebas. Aparece en la cúspide de
la obra atada a un toro para ser arrastrada, ante la mirada atenta de Atenea que aprueba el castigo
por parte de los hijos de Antíope, quienes están atando unas cuerdas a la cornamenta del animal,
mientras Dirce se intenta incorporar con un movimiento helicoidal bajo las patas encabritadas del
imponente animal. A esto se une lo anecdótico, como es el pastor que cuida a sus rebaños y el perro
ladrando, unido a notas de paisajismo.
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Historia del Arte Arte griego
que explora en las emociones humanas y la expresividad de rostros y cuerpos, cargado también de
desequilibrio compositivo y movimiento. Así pues, el idealismo clásico, con sus paradigmáticas
expresiones de equilibrio y serenidad, dejaba paso al realismo y a las expresiones atormentadas.
El Coloso de Rodas fue un gran bronce de Helios de treinta y dos metros de altura; fue considerada
una de las Siete Maravillas del mundo antiguo. Se decía de él por su tamaño, que los barcos que
entraban al puerto pasaban debajo de sus piernas. Su escultor, Cares de Lindos, la levantó en 292 a. C
y fue destruida por un terremoto en 226 a. C.
Esta escuela es heredera del aticismo clásico y todo su arte va a estar promovido por sus reyes Atalo y
Eumenes, grandes coleccionistas de arte y buenos bibliógrafos. Los escultores de la escuela de
Pérgamo fueron imitados en todo el mundo helenístico; sus caracteres artísticos van hacia la exhibición
emocional y al virtuosismo en el detalle naturalista; crearon un estilo peculiar basado en estructuras
de tipo piramidal, variados puntos de vista, estudiadas combinaciones de realismo y un dramatismo
en unas ocasiones teatral y, en otras, contenido.
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Historia del Arte Arte griego
Los Hermafroditas pertenecen a la llamada escultura erótica de Pérgamo, junto a pequeños grupos
escultóricos de temática erótica y mitológica.
Se localiza en el norte de
Egipto, en la más
cosmopolita y bulliciosa de
las ciudades por las que
Egipto se asoma al
Mediterráneo y es, tal vez, el
mayor de los centros
artísticos del mundo
antiguo. Apasionada por el
mundo de lo real y cotidiano, su producción es grande y variada. Esta escuela se va a caracterizar por
las escenas vulgares y callejeras; así tenemos las famosas tanagras que son pequeñas esculturillas en
barro, relacionadas con escenas de la vida cotidiana y las tareas domésticas. Pero la escultura más
relevante de esta escuela es la famosa Alegoría del Nilo (siglo II a. C.), donde se hace una
representación de un anciano recostado, portando el cuerpo de la abundancia humana y los símbolos
de las tierras que sus aguas fertilizan; el anciano representa al río, que aparece acompañado de
cocodrilos, esfinges, vegetación... y multitud de niños “putti” que son emblemas de bienestar y
prosperidad.
Esta escuela guarda el sabor del aticismo de antaño, es decir de lo clásico que se mezcla de manera
natural, con lo cotidiano. Así destacamos obras como el Torso de Belvedere (primera mitad del siglo II
a. C.), un cuerpo mutilado de potente musculatura que puede identificarse con el gigante Polifemo. En
El niño de la espina o Espinario, el eclecticismo es tal que logra dar aspecto clásico a un esquema
realista del 200 a. C., añadirle una cabeza inspirada en las de
principio del siglo V a.C. y hasta hacernos olvidar que los bucles del
cabello cuelgan en sentido horizontal hacia la espalda, lo que
correspondería a una estatua que estuviera de pie, ya que se trata
de una cabeza de otra obra artística. A su vez, El niño de la oca (200-
150 a.C.), atribuida a Boeto de Calcedonia, es una belleza infantil,
donde se contrastan cuerpo y actitudes tan diferentes y propias de
este estilo, con La vieja ebria, El pugilista (100-50 a. C.),…
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Historia del Arte Arte griego
También la retratística empieza a tener importancia en estos momentos, quizás por el individualismo
que genera la propia situación de una Grecia sometida ya al Imperio Romano. Estamos en el siglo II a.
C y los encargos que vienen de Roma, revitalizan los talleres neoáticos, con encargos particulares. Es
en esta época donde nos encontramos retratos como los de Alejandro Magno u Homero.
4. LA PINTURA GRIEGA
Fue muy importante, pero hoy desconocida y perdida, se sabe, que no sólo se policromaba la escultura,
sino que se pintaba al fresco en templos, edificios públicos y casas. Entre los pintores más importantes
tenemos a Polignoto, Zeuxis, Eufranor,... y los temas más habituales eran los mitológicos, como
ejemplo Los frescos del Vaticano, donde se conservan pasajes de la Odisea.
5. CERÁMICA GRIEGA
Oinochoe: vaso menor que servía para sacar el vino de las cráteras, son como las jarras
actuales.
Lekytos: vaso de forma esbelta con asa, destinado a contener aceites, para ritos funerarios. El
color que predomina es el blanco.
Periodo Clásico: cerámica de figuras rojas, más viva y alegre, que acaba desplazando a la
anterior. Se cree que su creador fue Ándocides. Entre las obras más importantes tenemos El
vaso Françoise (de figuras negras), donde se narra las bodas de Peleo.
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