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LOGICA JURIDICA FORMAL Y LOGICA JURIDICA TRASCENDENTAL

Integran la Teoría Egológica del Derecho: Ontología Jurídica, Lógica Jurídica Formal, lógica Jurídica
Trascendental y Axiología Jurídica Pura. La primera se justifica como una indagación acerca del ser
del Derecho. A su vez como la norma se constituye en un "logos" especial para pensar la conducta en
que consiste el Derecho, cabe una lógica que tematice el estilo peculiar de pensamiento del jurista.
Alrededor de estas categorías se constituye la Lógica Jurídica Formal. Además toda vez que
pensamiento para la Lógica es conocimiento para la Gnoseología y a su vez mediante la norma
efectuamos la "interpretación" (conocimiento por comprensión) de la conducta, cabe una teoría
especial del conocimiento normativo: Lógica Jurídica Trascendental. Y por último, puesto que el dato
elemental que ofrece la Ciencia del Derecho es la "experiencia jurídica" y ésta no es otra cosa que
experiencia humana, conducta, cabe advertir cuál es la estructura de esa conducta. Esta investigación
nos conduce a señalar que toda conducta por el solo hecho de serlo se desarrolla valorando, su
existencia es un ser-estimativo. Es imprescindible por tanto el análisis del conocimiento axiológico
de la conducta: Axiología Jurídica Pura.

Lógica Jurídica Formal

En la ciencia del derecho encontramos además del objeto referido, el pensamiento jurídico como
pensamiento. Toda ciencia es conocimiento conceptual, el concepto aparece con el lenguaje como la
significación de las palabras. Entre la palabra y su significación hay una relación como entre un signo
y lo significado, que es una representación intelectual de una cosa. Esta representación es la relación
gnoseológica o relación de conocimiento (el concepto mienta al objeto). Al concepto se lo piensa en
un acto llamado ideación, este concepto no es el acto temporal de pensar sino la significación o
contenido de ese acto (pensamiento pensado o logos).

La ciencia es un conocimiento conceptual de objetos y por eso la ciencia requiere de la lógica. En la


lógica, el concepto como tal se hace objeto de conocimiento.

En la ontología jurídica lo dado son las acciones, la conducta. En la lógica jurídica en general lo dado
son los conceptos, el logos.

El concepto como tal puede ser estudiado desde dos ángulos:

1) como pensamiento: la representación esta considerada como norma del acto de pensar x lo tanto
es la estructura de esa mención, de esto se hace cargo la lógica formal.

2) como conocimiento: acá la representación está referida al objeto, se ocupa la lógica trascendental.

La formalización de la norma efectuada por la egología hace ver que la estructura plurirradial de la
misma en tanto juicio consta de 10 componentes entrelazados en una disyunción proposicional. Este
sistema cerrado de proposiciones que se clausura como una plenitud hermenéutica. La demostración
en el plano lógico-formal la ha efectuado Von Wrigth y establece que hay que tener en cuenta los
principios de la lógica formal: cualquier conjunto de normas aisladas (complejo molecular) tiene una
forma disyuntiva perfecta y que cada una de las normas del conjunto (unidades deónticas) es
independiente de las otras en el sentido de que cada una por parte puede ser verdadera o falsa respecto
de su validez lógica.
No podrán ser falsas todas las unidades normativas del conjunto, por eso la teoría egológica ha hecho
ver que el pensamiento del jurista juega dentro del ámbito que le otorga el principio ontológico de
que todo lo que no esta prohibido esta jurídicamente permitido, fundamentando sobre esta base
la plenitud hermenéutica del orden jurídico y en esto coincide Von Wrigth. Kelsen pretende tomar
como punto de partida el concepto de la prohibición al ser esta la condición de la sanción y al ser la
sanción el centro de la teoría pura.

La tesis egológica se encuentra confirmada por la de Von Wrigth. Solo hay que considerar que la
noción de permisión como categoría normativa indefinida permite definir las restantes y esta dada en
nuestro axioma ontológico. Sobre este punto de partida emerge en el plano lógico formal la totalidad
hermenéutica como validez del pensamiento normativo.

En la ontología jurídica lo dado es el objeto de derecho, es decir la conducta en su interferencia


intersubjetiva. En la lógica formal el pensamiento esta apoyada al mínimo en el objeto, en la noción
única de objeto en general, se retrovierte sobre si mismo para estudiarse en su estructura. Para sostener
la legitimidad de una lógica formal, el desarrollo de Von Wrigth dice que para cumplirse requiere la
exigencia de que cada una de las normas del conjunto sea lógicamente independiente de las otras, en
el sentido de que cada una por parte pueda ser verdadera o falsa respecto de su validez lógica. Sin
embargo, esta independencia lógica tiene la restricción que a las normas le impone la validez de la
totalidad hermética del conjunto mismo. Esto se impone como un principio estructural del
pensamiento normativo en si mismo, que Von Wrigth denomina principio de permisión, este principio
esta contenido y expresado en la norma jurídica, por lo tanto la teoría egológica, con su doctrina de
la norma jurídica como juicio disyuntivo, garantiza el carácter científico del conocimiento jurídico, a
diferencia de lo que ocurre con el conocimiento moral. La estructura proposicional de la norma moral
se presenta bajo la forma de (A debe B) en tanto que la norma jurídica se presenta bajo la forma (dado
A debe ser B o dado no B debe ser S). La norma jurídica mienta la libertad de la conducta en su
totalidad de sus posibilidades, pues considera que lo que ocurriere (como deber) y no ocurriere (como
trasgresión), capta plenamente el hecho de la libertad que consiste en esa posibilidad. En cambio, la
norma moral no capta este hecho x que solo considera sus posibilidades valiosas como deber, con
solo lo que como deber ocurriere, dejando sin referencias normativas al resto de las posibilidades.

Con esto no se niega que haya una verdad moral cuando coinciden norma y conducta, solo que con
esta clase de verdades no puede hacerse ciencia. La lógica del deber ser como propia del derecho
radica en la diferencia que existe entre derecho y moral. La moral se encuentra en el plano de la
subjetividad y ln derecho en el plano de la intersubjetividad y se manifiestan en las diferentes
alternativas conductuales en el plano que hagamos:

1) la elección conductual en la moral significa omitir otras alternativas posibles.

2) en el derecho, tratándose de conducta intersubjetiva cuya unidad es el yo y los otros, la elección


conductual se enfrenta al permitir o impedir de los otros.

Cossio dice que queda demostrado la diferente función de la lógica del deber ser del derecho respecto
del mundo de la moral, por cuanto en la moral se prevé por las característica de su juicio la conducta
debida y no abarca la hipótesis de la trasgresión. En el juicio disyuntivo de Cossio se encuentra tanto
la conducta de acatamiento y la trasgresora. Por lo tanto la lógica jurídica formal, establecida con esta
autonomía, se nos presenta como una lógica de la disyunción, apareciendo la lógica disyuntivamente
que vincula la endonorma con la perinorma. El contenido de la endonorma es la conducta lícita y en
esa licitud aparece fenomenalizada la libertad. Toda la lógica jurídica formal se desenvuelve por vía
de una presentación de disyunción y aparece en la estructura de la norma jurídica como característica,
como regulación de conducta y en las formas de pensar el derecho ( como piensan los juristas).

Cossio coincide con Von Wrigth que el punto de arranque de la lógica jurídica formal esta en la
categoría de la permisión. La permisión es la endonorma y su juicio disyuntivo abarca toda conducta
posible (licita o ilícita), no queda conducta desde el punto de vista lógico y empírico no regulada.

La disyunción que realizamos con el axioma ontológico “todo lo que no esta prohibido esta
jurídicamente permitido” es la que nos permite hacer el cierre lógico que el derecho representa.

Para Kelsen el ser del derecho radica en lo ilícito en la norma primaria (dado el hecho ilícito debe ser
la sanción: dado A debe ser B). Cossio en su juicio disyuntivo incorpora la licitud en la endonorma,
señala que estamos en el ser tanto en la conducta licita como en la ilícita, estas forman una unidad.
La conducta lícita que se desenvuelve en lo permitido, es en el mundo del derecho el dato
omnipresente, en la permisión la libertad juega un rol predominante.

El hombre es x esencia un ser libre y la libertad es el fundamento de la teoría jurídica que se


fundamenta en la responsabilidad, es decir todos los hombres tienen la posibilidad de elegir una
conducta u otra. La libertad en derecho, es el infinito campo de lo permitido (dato óntico) al que se
le contrapone como creación humana el dato ontológico, lo prohibido. El estar siendo en el mundo
(dato óntico) se le contrapone el debiendo ser en el mundo (dato ontológico).

Otro punto esencial de la lógica del deber ser es que es una lógica autónoma, aparece con las premisas
del razonamiento:

- En las matemáticas, entre el caso y la premisa que lo gobierna se presenta una única
posibilidad, el matemático procede al pensar x derivación deductiva y su conclusión es
respecto de esa premisa: x ejemplo “ todos los números pares son divisibles por 2”.
- En la física es diferente x que el principio tienen dos posibilidades:
1) sea como premisa el principio: “los metales se dilatan al calor”, frente a un cuerpo
cualquiera se procede a verificar como se comporta este cuando se lo calienta.
2) Si no se dilata se concluye: - que el cuerpo no es un metal, convalidando el principio con
la nueva experiencia. - que el principio es errado y se lo revoca.

En la jurisprudencia las cosas ocurren de una tercera manera porque el principio se enfrenta a tres
posibilidades: sea como premisa el principio: “el patrón responde x el hecho ilícito de su empleado”

Frente al acto de un empleado que ha realizado un daño a un 3°, hay que ver la ilicitud de ese acto, si
el acto se confirma como ilícito hay tres conclusiones que aluden al principio y está sujeto a una triple
alternativa manteniéndose como valido.

1) Que la norma general gobierne el caso, subsumiendo éste en aquella (como la 1° posibilidad
de la matemática y la física)
2) Que se declare que la norma general enuncia un error (como la 2° posibilidad de la física)
3) Restringiendo su contenido, que se declare que la norma general no se refiere al caso
invocado, x ejemplo que el empleado no ha actuado en el ejercicio de sus funciones, con lo
cual la validez de la norma general subsiste en el sistema normativo para los hechos ilícitos
de un empleado que actúa en el ejercicio de sus funciones. Esta ultima posibilidad lógico-
formal no existe ni para el matemático ni para el físico, si existe para el jurista x que el juicio
de este es dialectico (empírico-dialectico).

El jurista no anula su principio sino que usa otro, el primero sigue siendo válido para otros casos,
ambos principios subsisten en la lógica jurídica formal de su pensamiento.

En la jurisprudencia la validez del pensamiento reposa sobre un concepto: “algunos S son lo que es
en este S”, este S individual remite a algunos S, validados estos x el valor de este S.

Las normas generales recurren a expresiones universales como todos los habitantes… todos los
compradores…Es exacto que las leyes emplean expresiones universales, pero el jurista al razonar
hace una restricción de esa universalidad a alguno de sus miembros y divide este campo en dos.

La disyunción fragmenta el “todos” de una expresión universal en dos grupos de “algunos” pero cada
uno de estos grupos se conjugan de modo que la conjunción permite decir nuevamente todos con
referencia a estos algunos, se piensa mediante un género en especies, por ejemplo dice la ley: algunos
patrones responden por el hecho ilícito de sus empleados y de conformidad a esto el juez dice: todos
los patrones responden……

La importancia radica en que al retornar la expresión universal en el campo de la conjunción lógica


reaparece la logicidad de todos.

Cada vez que el jurista dice “todos “ significa “algunos con relación al sistema”. Diferente de la
logicidad sistemática del físico y del matemático que cuando dicen todos significa todos con relación
al sistema.

La disyuntividad formal inherente al pensamiento jurídico determina que la universalidad de los


conceptos jurídicos no signifique todos, sino algunos, esto quiere decir que el jurista no cancela la
validez de su principio x el hecho de reemplazarlo x otro, cuando se aboca a subsumir un caso en su
género, mantiene la validez de ambos para usar a uno aquí y a otro en otro lado.

“Considerando al sistema como plenitud hermética se comprende que el pensamiento del


jurista tiene como punto de partida el sistema mismo”. Esto significa que el jurista comienza a
razonar situándose en la periferia del entramado conceptual, el razonamiento tienen una
dirección centrípeta, se mueve hacia el centro, va hacia una mayor individuación conceptual
hasta llegar al caso individual. El sistema como pensamiento opera como contracción lógica, el
jurista piensa los casos de la experiencia jurídica sirviéndose de esta estructura.

Hay dos cosas específicas que conciernen a la lógica formal, el sistema así compuesto:

1) Traduce una compatibilidad perfecta de proposiciones normativas de amplitud total, x lo


cual el jurista no esta impedido de subsumir en “algunos” el caso que considera.
2) También juega el principio de contradicción como parte de la validez de esa
compatibilidad. Es este principio que invalida la exclusión de una norma por cancelación
si esta hubiese de quedar sin aplicación posible (fuera del sistema) y es también quien
invalida la superposición total o parcial de dos normas contrarias.

Otro rasgo de esta lógica del deber ser consiste en que la lógica jurídica formal está en una
dependencia mucho mayor respecto de la lógica jurídica trascendental, la lógica jurídica formal
siempre esta en función trascendental y esto se da x dos razones:

1) Por la naturaleza egológica del objeto a conocer. El derecho es conducta y la conducta


se integra con el pensamiento de si misma y este pensamiento es la propia norma con
que el jurista mienta esa conducta, x lo tanto una alteración de la norma significa una
alteración de la conducta en tanto que objeto.
2) Está en la lógica del deber ser que el conocimiento resulta un conocimiento de
protagonista y no un conocimiento de espectador, como sucede en la lógica del ser. En
la ciencia jurídica el sujeto cognoscente está en el juez y el jurista y el abogado al pensar
científicamente su derecho se ponen en el lugar del juez.

Una característica del conocimiento de protagonista es que todo lo que hace el juez reposa en la
vivencia que lo acompaña, el caso para el juez es una interferencia de conducta entre el protagonista
y el acusado y en ello la efectividad de la interferencia depende de lo que haga el juez, pues la
interferencia para el procesado esta en el ámbito de la sanción y esta se caracteriza x que no se integra
con la voluntad del sancionado.

Distinto si doy una orden a un sirviente o formulo un ruego, en estos actos no hay conocimiento x
que mandar o rogar no es conocer. En estos actos hay únicamente conciencia de lo que hacemos, si
puedo establecer en que consiste la orden o el ruego, trato a estos como conceptos.

Un juez puede sentenciar conociendo que los hechos son diversos de como él mismo los relata en su
sentencia. Para la verdad de la sentencia se hace necesario todo el conocimiento acerca de los hechos
que a él le llevan, pero la sentencia podrá no corresponder a la verdad. Se da una cosa opuesta a lo
que sucedía en el conocimiento de espectador, aquí el conocimiento acerca de la orden suspendía el
acto de ordenar, en cambio en la sentencia el conocimiento de la vivencia del juez no suspende la
constitución de la sentencia, al contrario, el juez al conocer sigue sentenciando, es un conocimiento
de protagonista. Su pensamiento se convierte en conocimiento mediante la subsunción del caso en
algún grupo de esos “algunos” que integran el ordenamiento jurídico.

La Teoría Egológica hace contribuciones a la Lógica Jurídica Formal. Una de ellas es la


identificación ya sostenida por Kelsen de la norma como un juicio, pues, si la norma no fuera juicio
sino imperativo u orden, no sería posible la integración de una Lógica Jurídica (toda Lógica se
construye con conceptos o juicios y no con órdenes o imperativos).

Otra contribución importante de la Teoría Egológica se da en lo que Cossio denomina la analítica de


las partes, es decir, el análisis de la estructura de la norma jurídica aislada. Para Kelsen la norma se
expresa lógicamente en un juicio hipotético. Para Cossio la norma se estructura a través de un juicio
disyuntivo. En posesión de la estructura disyuntiva, Cossio puede mejor aún que Kelsen ordenar el
conjunto de las normas dentro de lo que llama analítica del todo. La Teoría Egológica hace ver que
el ordenamiento jurídico presupone el principio de que "todo lo que no está prohibido está
jurídicamente permitido". Lo lógico, al igual que en el concepto de Derecho, se ontologiza. Aquel
postulado denominado Axioma ontológico, no puede ser convertido en "lo que no está jurídicamente
permitido está jurídicamente prohibido", y esto es así porque deriva de la misma condición ontológica
del Derecho que al ser conducta, es libertad jurídica fenomenalizada y como tal no susceptible de una
determinación absoluta. Se sostiene la libertad como un "prius" del Derecho.

Lógica jurídica Trascendental

Lógica jurídica trascendental es la rama de la teoría Egológica que estudia el pensamiento del jurista
en tanto que conocimiento. Establece una relación cognoscitiva entre el concepto y el objeto; entre
la norma jurídica como conceptualización de la conducta humana y la conducta humana.

En la lógica jurídica trascendental a los hechos que son del mundo fáctico el jurista los debe
conceptualizar; concurren aquí dos mundos, el de la lógica del ser del mundo factico y el de la lógica
del deber ser, propia del derecho.

Se analiza si a través del pensamiento que construimos en la lógica jurídica formal podemos llegar a
un conocimiento verdadero. Aquí el pensamiento se apoya en el objeto pensado cambiante y contiene
pensamiento y voluntad. La norma jurídica es conducta humana pensada; cuando tenemos que
analizar su aplicación al caso concreto, esa conducta pensada integra como pensamiento al objeto.
Por lo tanto el pensamiento pasa a integrar la conducta humana en interferencia intersubjetiva.

Para saber si la conducta humana está tipificada o no, el jurista utiliza los juicios de existencia en el
derecho. El juez tiene que mediar entre los 2 mundos (mundo del deber ser y el mundo del ser) a
través de la sentencia, que es una especia de puente que une los dos mundos (el del deber ser lógico
y el del ser de la experiencia).

Es el plano de la personalidad, al cual el jurista tiene que saltar con el salto egológico para determinar
la autoría del acto y a la derecha queda el plano fenoménico de los sucesos que, como experiencia
llamamos naturaleza. Frente a una conducta tenemos varias opciones:

1) este acto, participa en la modificación de curso natural de los acontecimientos. (A es


B) es un Juicio afirmativo: el jurista lo utiliza para referirse a los hechos o conducta de comisión.

2) este acto, participa en la no modificación del curso natural de los acontecimientos (A es no B), es
un juicio indefinido: el jurista lo usa para referirse a las omisiones.

3) este acto, No participa en la modificación del curso natural de los acontecimientos (A no es B)


Juicio negativo: el jurista lo utiliza para señalar que la conducta mentada por la norma no esta dada
en la realidad. Es la conducta lícita.

Este juicio de calidad, en cualquiera de sus tres únicas variantes posibles, es el juicio básico del que
parte el jurista cuando se refiere a la existencia del derecho. Este juicio expresa nuestro contacto con
la experiencia jurídica, sin alguna de sus tres formas, la obra del legislador, del juez y del jurista
rodaría en el vacío.
Si en la Lógica Formal el centro temático es el pensamiento considerado en sí mismo, rescindiendo
de los objetos, en la Lógica Jurídica Trascendental el tema específico es la relación gnoseológica
entre el pensamiento y los diferentes tipos de objetos; es en este sentido que se plantea el problema
del conocimiento jurídico.

Es en este plano que aparece la norma como un concepto que piensa la conducta en su libertad
fenomenalizada o sea como "deber ser existencial". Pero, ¿cómo es que la norma aparece como juicio
en la Lógica Jurídica Formal y aquí como concepto? En Husserl se afirma que hay juicio si se "dice
algo acerca de algo". Si la norma dice algo respecto de algo como juicio que es, el algo que ella
predica es la conducta, puesto que solo un deber ser lógico puede conceptualizar el deber ser
existencia en que la conducta consiste.

"Si la norma... es un concepto, entre norma y conducta existe sencillamente la relación de concepto a
objeto"... La importancia general del verbo "deber ser" cobra con esto un alcance insospechado; la
libertad que define al ser humano pensada con el verbo "ser" es una libertad petrificada o codificada;
es la libertad muerta de la Historia o de la Sociología. El verbo ser, verbo del ente inmóvil de la
identidad, no es apto para conceptualizar la libertad porque la libertad no es algo que esté hecho sino
que está haciéndose; es creación, huidiza presencia...

Otra cosa ocurre con el verbo "deber ser"; mediante él es posible conceptuar la conducta en su viviente
libertad, es decir, referirnos a la conducta como conducta, mediante conceptos... Esto significa la
posibilidad de una ciencia acerca de la conducta misma; y por eso la Teoría Egológica presenta la
Ciencia de Derecho como una ciencia de la plenaria vida humana...

Específicamente, nos dice Cossio que es propio de la Lógica Jurídica Trascendental tematizar la
positividad del Derecho. Como para la Teoría Egológica, el Derecho no es norma sino conducta y en
tanto que existencia es positividad, eficacia o vigencia; todo Derecho positivo tiene vigencia. Sólo
accidentalmente la vigencia y la positividad divergen: en cuanto que "Derecho vigente" se opone a
"Derecho histórico" y "Derecho positivo" a "Derecho ideal o natural", pero el punto común de ambos
es el mismo: la existencia o realidad del dato jurídico como vida humana plenaria.

Tradicionalmente se ha admitido que la norma es el objeto de la hermenéutica jurídica. Cossio,


coherente con su ontología jurídica, postulará la interpretación jurídica de la conducta mediante la
norma y no de la norma. "La Teoría Egológica no olvida la norma ni la conducta: por eso sostiene
que no se interpreta la ley sino la conducta humana mediante la ley... De esto resulta que la teoría
egológica pone las cosas aquí sobre una hermenéutica existencial: la ciencia jurídica es una ciencia
interpretativa pero interpretativa de la conducta, que es plenaria vida humana... Cossio encuadra la
ciencia jurídica como ciencia de la conducta fundada en los análisis filosóficos de Dilthey según el
cual la "comprensión" es el acto gnoseológico propio del conocimiento cultural; concibe la
"interpretación" como un conocimiento por comprensión.

"El jurista trata con el significado que tienen los actos que realizan los hombres. Para él los actos
humanos no son hechos naturales cuya existencia fuera la cuestión a explicar, sino que esos actos son
la expresión de algo, que es lo que hay que establecer; el jurista esclarece el sentido de los actos
humanos en interferencia intersubjetiva. Sólo que lleva cabo esta tarea mediante las normas jurídicas,
porque el conocimiento que formula de la conducta no es el de una comprensión libremente
emocional, sino el de una comprensión conceptualmente emocional".

Como conocimiento conceptual es aquel que puede ser transmitido, el juez pondrá el máximo de
empeño en objetivar su conocimiento y su valoración jurídica y esa es la función que han de cumplir
las fuentes. Por otra parte, Cossio explicita la fuerza de convicción que ha de tener la opinión del
jurista que debe apoyarse a la par en la norma y en la conducta y por eso puede determinarlo de un
modo negativo, como vivencia de contradicción si el jurista tuviera el convencimiento de que la ley
que aplica al caso no es la que debería aplicar, porque el caso mencionado por la norma legal no es
el mismo caso dado a la intuición. Sin embargo, no basta la adscripción a una norma genérica para
que haya fuerza de convicción. Se hace necesario emplear un criterio positivo para la verdad jurídica
toda vez que si el criterio negativo y formal es suficiente para evitar la arbitrariedad como ilegalidad,
no lo es para evitar la arbitrariedad como injusticia. Aquí aparece el criterio valorativo y axiológico.

En la lógica formal el pensamiento está apoyado al mínimo en el objeto, se apoya en la noción única
de objeto en general, se retrovierte sobre sí mismo para estudiarse en su estructura.

En la lógica trascendental, el pensamiento se investiga apoyado en el máximo en su objeto.

Puede señalarse un perfil de la lógica jurídica trascendental que va presupuesto en todo, nos referimos
al tiempo jurídico, solo que este no es el tiempo cosmológico de la naturaleza, sino el tiempo de la
conducta que es tiempo existencial, es decir donde presente, pasado y futuro crecen juntos y donde
cada porción del mismo en su fluyente presente contiene en si algo del pasado que perdura y algo del
futuro que se anticipa, refundidos en la duración de una totalidad sucesiva de la que depende en cuanto
a totalidad, el sentido de todo lo trascurrido.

El tiempo existencial no consta de instantes sucesivos, sino de totalidades sucesivas, por eso el
presente existencial tiene duración, nos referimos al asiento forzoso de la conducta como esta
trascurre.

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