Un día Dios pensó en elegir a un hombre justo, que lo amara mucho y se preocupara por ser bueno. Ese hombre fue Noé.
Un día Noé escuchó
la voz de Dios que le decía: "Noé la gente se ha vuelto mala, se ha apartado de mí. Voy a enviar un diluvio sobre la tierra: va a llover durante 40 días. Pero como tú eres bueno te he elegido para una misión: Construye un arca muy grande donde puedan entrar tú, tu familia y una pareja de cada familia de animales. Una vez terminada el arca entren y luego lloverá.
Cuando pasaron los 40 días Noé
mandó un cuervo para ver si encontraba tierra firme. Pero no pasó nada. Todavía seguía el diluvio. Pasado unos días Noé soltó a una palomita y esta regresó con una ramita de oliva en el pico. Eso significaba que el diluvio había terminado.
Entonces todos salieron del arca y Noé alabó a Dios y
construyó un altar para darle gracias. Dios dijo a Noé. "Nunca más volveré a maldecir la tierra porque el corazón del hombre, desde que nace, está inclinado al mal". La señal de esto fue el arco iris que Dios hizo aparecer en el cielo.