Esta evolución surge por la exigencia de una mayor continuidad en la producción y por una
mayor complejidad en máquinas y equipos. Aparece entonces el concepto de mantenimiento
preventivo sistemático. Los equipos debían durar lo máximo posible en condiciones óptimas de funcionamiento a los costes más bajos posibles, también contiene las reparaciones, tanto instantáneas como programadas.
El trabajo de mantenimiento preventivo se fue sistematizando ya para el advenimiento de la
Segunda Guerra Mundial. Y unos años más tarde surgió la Sociedad Americana de Control de Calidad, la cual ayudó a llevar el estudio estadístico del trabajo, mejorando además la calidad de los productos obtenidos. La segunda generación se centra en el mantenimiento preventivo de averías, por lo cual se realizan trabajos cíclicos y repetitivos con una frecuencia determinada para el logro de dicho objetivo. Esta fase se extiende hasta finales de los años 70. En ella comienzan a hacerse sustituciones preventivas, pues se descubre la relación entre el tiempo de vida de los equipos y su probabilidad de fallo.