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Campeche, oficialmente llamado Estado Libre y Soberano de Campeche es

uno de los treinta y un estados que, junto con la Ciudad de México, forman
los Estados Unidos Mexicanos. Su capital y ciudad más poblada es San Francisco
de Campeche.
Está ubicado en la península de Yucatán, región sureste del país, limitando al
norte y al noreste con Yucatán, al este con Quintana Roo, al sureste con Belice, al
sur con Guatemala, al oeste con el Golfo de México y al suroeste con Tabasco.
Con 899 931 habitantes en 2015, es el tercer estado menos poblado —por delante
de Baja California Sur y Colima, el menos poblado— y con 14,20 hab/km², el
cuarto menos densamente poblado —por delante de Chihuahua, Durango y Baja
California Sur, el menos densamente poblado. Fue fundado el 29 de abril de 1863.
Desde el punto de vista físico, Campeche se encuentra en una posición de
transición entre la selva tropical del Petén guatemalteco y la selva baja caducifolia
del extremo norte de la península de Yucatán.
Existen diversas teorías acerca del origen de la palabra Campeche (en maya: can
pech, ‘serpiente y garrapata’)
Otros indican que Campeche se deriva de las palabras kin (en maya: Kin, ‘sol’)
que significa sol y pech, como ya se indicó, garrapata. Algunos suponen que a
este nombre (kin pech) se le puede agregar el prefijo ah que quiere decir lugar y
en conjunto diría "lugar del señor sol garrapata"

Escudo de Campeche.

Inicialmente el escudo pertenecía solamente a la ciudad de San Francisco de


Campeche, otorgado en 1777 por el rey Carlos III de España, pero posteriormente
fue adoptado para todo el estado.7
El escudo está dividido en cuatro partes. A cada una de ellas se le llama cuartel.
El fondo rojo de los cuarteles que se encuentra arriba a la izquierda y abajo a la
derecha, significa valentía, firmeza y honradez, mientras que las torres manifiestan
la grandeza y poder en la defensa del territorio. Los navíos de
los cuarteles superior derecho e izquierdo indican la condición de puerto marítimo
importante y el azul que los enmarca, suma a estas virtudes la pureza de
sentimientos, la lealtad y la honestidad. El escudo cuenta con una bordadura de
oro, y en la parte superior central se observa una corona real, que expresa
majestuosidad.
El escudo del estado de Campeche es uno de los más ornamentados en el país y
que conserva su vigencia hasta nuestros días desde épocas coloniales.

Historia
Artículo principal: Historia de Campeche

Expedición de Francisco Hernández de Córdoba a la península de Yucatán en los primeros meses de


1517.

Detalle de la Muralla de la Ciudad de San Francisco de Campeche.

La historia de Campeche propiamente dicha empieza en la primera mitad del siglo


XVI. Antes de eso, el territorio que hoy se denomina Campeche y, en general,
la península de Yucatán, era un reducto territorial en el que se desarrolló,
probablemente por más de un milenio, el pueblo y la cultura maya y que fue
llamado por los propios mayas, el Mayab.
Poblamientos prehispánicos
Los indicios más tempranos de ocupación humana, en el actual territorio de
Campeche, se remontan a fines del Preclásico Medio, hacia 550 a. C. Durante esa
época, la región de las tierras bajas mayas experimentó diversos movimientos
migratorios que llevaron de sur a norte a núcleos importantes de gente, quizá para
colonizar regiones hasta ese momento vacías. Este movimiento seguramente tuvo
como causa un crecimiento de la población que obligó a buscar nuevas tierras. Se
ha encontrado evidencias de ello en sitios como Becán, Edzná, Dzibilnocac, El
Aguacate y Alimoche.
En la costa los primeros asentamientos parecen ser el resultado de dos corrientes
migratorias: el suroeste fue ocupado por grupos procedentes directamente de las
tierras bajas mayas del sur, mientras que en la costa norte los grupos procedían
del interior de la península. Los sitios más representativos de la costa sur son
Aguacatal, Xicalango y Tixchel.

Estructura II de Calakmul.
Los primeros habitantes de Aguacatal llegaron entre 300 y 100 a. C., y eran
portadores de una cultura avanzada, con edificios templo y una cerámica
tipo Chicanel. Existen múltiples sitios costeros con habitación, durante
el Preclásico Tardío. Eran comunidades agrícolas, aunque parte de su
subsistencia se basaba en la explotación de los recursos marinos. Por otro lado, la
mayoría de los sitios tempranos de la costa noroeste de Campeche fueron
basureros y depósitos de concha. Eran comunidades de subsistencia.
La extracción y comercialización de la sal fue la actividad principal de estos
grupos, en los lugares donde fue posible su explotación. En esta parte de la costa,
los asentamientos más importantes surgieron durante el periodo Clásico. En el
Preclásico Tardío los asentamientos fueron mínimos.
Zona arqueológica de Edzná.
Existen, desde luego, muchos otros sitios arqueológicos en Campeche que, sin
duda, tuvieron sus inicios durante el Preclásico Medio y Superior, como Calakmul,
Hormiguero y Río Bec, en el sur; El Tigre, en el suroeste; Dzibilnocac y
Tabasqueño, en el centro, y Jaina, en la costa norte.10
El final del Preclásico Medio y el Tardío fueron periodos de una gran dinámica, en
los cuales hubo un aumento general de las poblaciones, posiblemente con
presiones demográficas que habían de catalizar la organización política y los
enfrentamientos armados, eran comunidades portadoras de una agricultura
extensiva e intensiva, así como poseedoras de una cerámica perteneciente a la
esfera Chicanel. Para esa época ya existía un sistema de comercio que permitía el
intercambio de ciertos productos entre comunidades del sur y del norte.
Después de la conquista española
Poco después de la Conquista, empezaron a arribar al puerto de Champotón los
primeros evangelizadores: fray Diego de Landa, fray Juan de la Puerta, fray Luis
de Villalpando, fray Diego de Béjar y fray Melchor de Benavente. Ellos iniciaron la
evangelización en San Francisco de Campeche, Calkiní, Champotón y Mérida.
También fungieron como educadores, enseñando a los indígenas las letras y los
números.11

Vista del Fuerte de San Miguel. Campeche


En 1531 llegó a Campeche el adelantado Francisco de Montejo y fundó ahí la villa
de Salamanca de Campeche, nombró como alcalde a Gonzalo Nieto y siguió su
camino para recorrer el resto de la península. Cuatro años después, tanto el
alcalde como su guarnición, abandonaron la villa y se fueron a Tabasco.
En 1540, Francisco de Motejo, hijo del conquistador con el mismo nombre, llegó a
tierras campechanas, se enfrentó a los mayas del lugar apoyado por nativos de
otras regiones de Mesoamérica, los venció y fundó el 4 de octubre la ciudad
de San Francisco de Campeche.
En el año de 1543, se creó la Audiencia de los Confines de Guatemala (Real
Audiencia de Guatemala. Al año siguiente, Yucatán se incorporó a dicha
institución. Campeche, Champotón, Hecelchakán y Calkiní se empiezan a poblar
de españoles. Las regiones de los Chenes y la selva campechana quedan como
zonas rurales, donde los pueblos indígenas eran sometidos a encomenderos
españoles.

Carta Naval de la Bahía de Campeche.


Bajo estas generalidades, a partir de 1564 —cuando ya habían comenzado los
ataques piratas a las naves españolas y a las poblaciones de la costa— se
estableció la Capitanía General de Yucatán, y fue el señor Luis de Céspedes y
Oviedo el primero en ostentar el título de gobernador y capitán general, quien
consideró la necesidad de fortificar la villa de San Francisco de Campeche. 12
En 1548, un año después de terminada oficialmente la Conquista de la península
yucateca, el territorio de Yucatán se anexa al virreinato de la Nueva España,
quedando como provincia. Poco después se dividió en cuatro
cabeceras: Mérida, Valladolid, Campeche y Bacalar. El mismo año Campeche es
reconocido como parte de la Capitanía General de la Provincia de Yucatán.13
En San Francisco de Campeche, se tuvo conocimiento de lo que le esperaba en
materia de conflictos de mar y tierra cuando los piratas la atacaron por primera vez
en 1557; en esta fecha, se presentó un grupo de ellos que abordó un barco
entrando al puerto. Años más tarde, hacia 1561, hubo piratas de distintas
nacionalidades que desembarcaron en San Francisco de Campeche; los
habitantes defendieron la plaza y recuperando lo robado lograron ahuyentarlos. 14
Estos acontecimientos no permitían que la población se desarrollara con
tranquilidad y a menos de dos décadas de su fundación, San Francisco de
Campeche vivió una colonización difícil de prever, protagonizada
por piratas ingleses, quienes llegaban buscando explotar el palo de tinte; ocuparon
por primera vez la Isla de Tris —más tarde Isla del Carmen— el 26 de octubre de
1558. La sonda de Campeche, que era por naturaleza la más abrigada y tranquila,
fue convertida en la más peligrosa por obra de los piratas. Los más conocidos
fueron en su mayoría de origen británico, como por ejemplo William Parker, Henry
Morgan, Jacobo Jackson (llamado conde de Santa Catalina) y Mansvelt; también
hubo piratas de otras nacionalidades, como Diego el Mulato, oriundo de La
Habana; Cornelius Jol Pie de Palo, holandés; Bartolomé, portugués; Rock
Brasiliano, holandés; François L'Olonois o Juan David Nau el Olonés,
francés; Laurent Graff Lorencillo, flamenco; Lewis Scott; Gramont, francés; Van
Horn, holandés; Abraham, holandés; Joseph Cornelius, holandés; Isaac Hamilton;
John Bold; Vander Brull; Barbillas.

Henry Morgan.
Las bases o refugios para la delincuencia marítima estuvieron en Jamaica, para
los ingleses, y en Isla Tortuga, cerca de Haití, para los franceses. Los navíos
utilizados para estas correrías han sido caracterizados con el nombre de carraca o
buque mercante entre los portugueses, patache o barco de vela de dos palos,
galeón de dos o tres cubiertas, aparejado con tres palos y de popa redondeada;
bergantín de tres palos, ligero para la huida, urca o embarcación ancha de una
sola cubierta y fragata que podía ser ágil. El armamento conveniente constaba de
mosquetes, cuchillos, dagas, cañones, arcabuces, lanzas y rodelas, espadas y
ballestas. A bordo de estas naves y con esa clase de armas los filibusteros
cruzaron el mar de las Antillas, el canal de Yucatán, la Florida, el mar Caribe, la
sonda de Campeche y la laguna de Términos, creando además un estilo especial
en su vestido y arremetiendo al amparo de la bandera que izaban 14, misma que
ostentaba una calavera.
Fue mérito del sargento novohispano de Marina Alonso Felipe de Andrade (1667-
1717) el expulsar para siempre (a costa de su vida) a los piratas británicos que se
habían establecido en la laguna de Términos, el 15 de julio de 1717.
Durante el siglo XVIII Campeche había solicitado a la Corona Española un
Consulado de Comercio propio, pues estaba sometido al Consulado de México. La
función del Consulado era representar a los comerciantes de su jurisdicción ante
las instancias legales y la Corona. En las primeras solicitudes que se hicieron, en
1799, 1803 y 1809, no existió la participación del sector comercial yucateco,
aunque tampoco hubo una oposición por parte de quienes la conformaban y se
mantuvieron a la expectativa.
Existió fuerte oposición por el Consulado de México y el Consulado de Veracruz
(recién abierto por cédula Real) pues se veían disminuidos sus intereses. Hasta
1791, lo único que los comerciantes campechanos habían logrado para unificarse,
había sido la formación de una Diputación de Comercio que, similar a la
de Mérida, debía ser siempre sancionada por el Consulado de México.

Formación del Estado de Campeche


El estado de Campeche se formó el año de 1862, como resultado de una larga
lucha política entre los políticos yucatecos de mediados del siglo XIX que llevó a la
escisión del estado de Yucatán, cuya geografía había surgido directamente del
territorio que fue el de la Capitanía General de Yucatán en la época colonial y que
se integró a la nación mexicana en 1824, después de su independencia de
la corona española.
Ese año de 1862 surgió a la vida política el estado de Campeche, mediante el
decreto del 19 de febrero del presidente Benito Juárez que reconoció a la nueva
entidad federativa. Juárez pudo proceder a este reconocimiento en virtud a la Ley
del 11 de diciembre de 1861, que le había conferido amplias facultades en todas
las ramas de la administración pública. El decreto definitivo, ya que en el proceso
legislativo se obtuvo la sanción de la mayoría de las legislaturas de los estados
fue, poco más tarde, un cumplido legal y tuvo el carácter de ratificación. Este, se
expidió el 29 de abril de 1863. El estado se formó con uno de los distritos
yucatecos: el de Campeche (los otros eran Mérida, Tekax, Izamal y Valladolid), el
distrito de Campeche lo formaban los partidos
de Carmen, Champotón, Campeche, Hecelchakán y Bolonchenticul. El primer
gobernador campechano fue el licenciado Pablo García Montilla.
La región que conforma al actual estado de Campeche, fue de suma importancia
por los árboles de maderas preciosas que se levantaban sobre lomeríos, planicies
y pantanos, así como en las orillas de los ríos y lagunas. La historia de la riqueza
maderera está relacionada con las incursiones filibusteras, principalmente de
ingleses y holandeses. Cuando los filibusteros se hacían de un gran botín,
adquirían una pequeña embarcación y un cañón; una correría afortunada producía
otras veinte naves; si eran un centenar, se les creía mil. Era difícil escapar de ellos
y mucho más seguirlos; sorprendieron y saquearon las ricas ciudades de Chagra,
Maracaibo, Veracruz, Panamá, Puerto Rico, San Francisco de Campeche, Santa
Catalina y los suburbios de Cartagena.
Sin embargo, esta situación habría de cambiar radicalmente por los sucesos
políticos que conmocionaron a la Nueva España, a principios del siglo XIX.
España había sido invadida por el ejército francés de Napoleón, quien impuso
como rey de la Península Ibérica, a su hermano José Bonaparte, en sustitución de
Fernando VII.

Hacienda Uayamon; actualmente usada como hotel.


Entre 1880 y 1883, gobernó Campeche Arturo Schiels, y para el siguiente
cuatrienio, Joaquín Baranda triunfó de nuevo en las elecciones. Baranda aceptó la
gubernatura, pero en 1885, pidió al Congreso campechano y obtuvo licencia
indefinida de su cargo, quedando como interino Juan Montalvo. El resto del tiempo
que duró el régimen porfirista, de 1887 a 1911, Campeche tuvo, entre licencias y
renuncias, catorce gobernadores.
Durante la dictadura porfirista, la economía campechana continuó basándose en el
cultivo y comercio de maíz, arroz, caña y ganado para el mercado interno; en la
exportación del palo de tinte, de sal y de maderas. Sin embargo, el comercio de la
sal se vio afectado por el decreto federal del 7 de octubre de 1881, que permitía su
libre importación del extranjero. La industria naviera, que hasta la década de los
sesentas había tenido mucho peso, declinó notablemente hacia fines de siglo.
Por otro lado, la extracción y comercialización del palo de tinte, que durante los
años críticos de guerra había disminuido por falta de mano de obra, se recuperó
rápidamente, manteniendo el partido del Carmen como uno de los dos más
importantes del Estado. El otro era Campeche, que también exportaba palo de
tinte, maderas y un gran volumen de sal.
En 1881, el gobernador Arturo Schiels solicitó y obtuvo del gobierno federal la
concesión para abrir nuevos canales derivados de los ríos, Candelaria, Palizada y
Champotón, con el fin de utilizarlos para transportar el palo de tinte y otras
maderas preciosas. Ello serviría, además, para incrementar las relaciones
mercantiles que existían entre Campeche y el estado de Chiapas y Guatemala.
La venta de palo de tinte campechano se incrementó año tras año, hasta llegar a
la exportación de cien mil toneladas durante el año de 1896; pero a partir de ese
momento, la actividad fue perdiendo importancia y, para 1915, solo se exportaron
al extranjero diecisiete mil toneladas.
La razón de lo anterior estaba en la utilización de colorantes químicos en Europa,
los cuales se empezaron a emplear desde 1855 y, para fines de siglo, se habían
generalizado en la industria del viejo continente.
En la etapa porfirista, Campeche mantuvo en el mercado sus ya famosas maderas
y, asimismo, se inició en la entidad la explotación del chicle, aunque esta actividad
solo cobraría importancia hasta principios del siglo XX.
En Campeche, al igual que en el resto del país, los primeros años del siglo XX se
caracterizaron por la dominación política y económica de un pequeño grupo que
ejerció el poder local, a la manera de Porfirio Díaz en lo nacional. Tal vez con
menos uso de la fuerza pública o de guardias blancas, pero no por esto el sistema
de explotación fue menos brutal. Los mecanismos de control y la alienación del
trabajador crearon condiciones en la que el descontento no produjo
levantamientos populares de importancia, salvo pequeños brotes de rebeldía en
algunas haciendas y fincas rurales de Tenabo, como la finca "Chilib"; o
en Champotón, en las fincas de San Pablo y Haltunchén, en las cuales los
protagonistas fueron jornaleros jamaiquinos y huastecos, que fueron controlados
sin mayor problema, incluso sin que se registraran enfrentamientos armados.
Se continuó la aplicación de la ley agraria que legitimaba la esclavitud de los
peones y sus familiares. Pero, no obstante esta medida para fijar al trabajador en
las fincas de campo, oficialmente fue señalado como un problema la baja
colonización de tierras laborales; de ahí que se buscara estimular la participación
de hacendados en proyectos de inmigración de trabajadores japoneses, de
manera experimental, como sucedía en el vecino estado de Yucatán; esta medida
no tuvo éxito. Igualmente, se solicitaron prisioneros yaquis al gobierno federal
(llegando a Campeche un total de 165, formados por partes iguales de mujeres y
niños), sin embargo estos tampoco fueron significativos.
El proceso de acumulación de tierras en pocas manos se aceleró en esta primera
década, y en manos de 14 hacendados se acumularon 147 haciendas, que
representaban la quinta parte del territorio del estado de Campeche.
La economía fue fundamentalmente agrícola y forestal: maíz, caña de azúcar
y henequén fueron los principales cultivos; en lo referente a la explotación forestal,
las maderas tintóreas y las resinas de zapote, principalmente el "palo de tinte".
Aunque por esas fechas dejaba de ser rentable, a raíz de su casi extinción en los
partidos de Champotón y Carmen, y la guerra ruso-japonesa que originó el cierre
del principal mercado. Por otra parte, el henequén, a pesar de que se incrementó
su cultivo, no logró ser dominante en la economía campechana. La caña de
azúcar dejó de ser exportada y abasteció al mercado interno de la península.
La inversión extranjera fue menor, en forma directa, que el promedio general en el
país, pero controló las ramas fundamentales de la economía. Así, la resina de
zapote y el palo de tinte fueron monopolizados por la Compañía Laguna Co. y la
Internacional Lumber and Development; y el henequén, Tebro Bros. y la
International Harverst Co., todas de capital norteamericano. La Compañía S.
Pearson and Son LTD inició la explotación en busca de petróleo en el territorio de
Campeche.

Geografía física
Un atardecer en la ciudad de San Francisco de Campeche.
El estado de Campeche se localiza al sureste de la república mexicana y al oeste
de la península de Yucatán, entre los paralelos 17°49' y 20°51' de latitud norte y
los meridianos 89°06' y 92°27' de longitud oeste. Colinda al noreste con el estado
de Yucatán, al este con el estado de Quintana Roo, al sureste con Belice, al sur
con la República de Guatemala, al suroeste con el Estado de Tabasco y al oeste
con el golfo de México.
Campeche, con una extensión total de 57.924 km², el 3,0% del territorio nacional,
es una de las tres entidades que conforman la península de Yucatán. Su población
total es aproximadamente de 754.730 habitantes, el 0,7% del total del país. Desde
el punto de vista físico, Campeche se encuentra en una posición de transición
entre la selva tropical del Petén guatemalteco y la selva baja caducifolia del
extremo norte de la península de Yucatán.
Hidrografía
Son cinco los ríos principales que forman parte de las aguas continentales del
estado de Campeche, con una extensión de 200 km².
Cuenta además con cuatro regiones, siete cuencas hidrológicas y 2.200 km² de
lagunas costeras, en donde se encuentra una de las principales riquezas naturales
de la entidad: la gran variedad de especies marinas.
Como parte de la Región Hidrológica Yucatán-Oeste, el municipio de Campeche
carece de corrientes superficiales. Por el contrario, se observa la presencia de
grietas en su parte norte y noroeste, por las cuales el agua de la lluvia ha formado
cauces subterráneos, sin embargo, tiene cuerpos de agua pequeños en las zonas
de Edzná y Hampolol.
El nivel freático se encuentra a profundidades que van de 6 m a 90 m y su
aprovechamiento agrícola se hace a través de obras de riego; su ubicación en el
territorio estatal lo hace uno de los municipios con mayores recursos hidrológicos.
Los ríos, lagos, lagunas y esteros sobre el territorio de Campeche abundan en la
porción sur y suroeste, mientras que van disminuyendo hacia el norte, debido a la
rápida filtración del agua al subsuelo.
Orografía
El relieve del territorio, en general, es plano con alturas máximas de 300 metros
sobre el nivel del mar; las pendientes varían hasta un máximo de 15%.
El medio físico de Campeche es particularmente favorable para las actividades
agropecuarias, forestales y pesqueras. Sus recursos naturales lo sitúan como uno
de los estados con más diversidad y abundancia de ellos de la República
Mexicana.
La base continental se formó mediante la continua acumulación de fragmentos
finos y gruesos de carbonato de calcio y magnesio de origen marino (calizas,
durante los periodos del eoceno y oligoceno). La superficie estatal se considera
que está formada por rocas sedimentarias que descansan en formaciones
terciarias y que no han recibido movimientos orogénicos notables.
En el sur de Seybaplaya, en el municipio de Champotón, se inicia una serie de
lomeríos conocidos como sierra alta o Puuc, que se dirigen al noreste, hasta
Bolonchen, y ahí penetran en el estado de Yucatán, tienen una altitud media de
entre 40 y 60 metros, llegando a alcanzar en algunos puntos más de 100 metros.
En su recorrido por la costa cercana a la ciudad de Campeche estos lomeríos
forman acantilados con puntas conocidas con el nombre de Maxtum, Boxol y el
Morro. Por el otro lado de Seybaplaya, hacia el sur, hay una derivación con estas
lomas que se conoce como Sierra Seybaplaya. Estos cerros se extienden por el
centro del estado, perdiendo altitud al sur del río Champotón en dirección a
Escárcega.
En el sureste se encuentra la parte más elevada del relieve, cerca de los límites
con Guatemala y Quintana Roo; las máximas elevaciones están cerca de Zoh
Laguna y las principales son: el Cerro Champerico (390 metros de altitud), Cerro
los Chinos (370 metros), Cerro el Ramonal (340 metros), Cerro el Doce (250
metros) y Cerro el Gavilán (210 metros).
Esta zona es muy extensa y su superficie es casi plana, ya que también se
presentan lomas separadas por extensas zonas bajas. Al descender de las partes
más altas hacia las bajas del centro y oeste de Campeche, el terreno aparenta
formar una especie de escalones, lo que le da a la región características de
meseta baja.
Clima
El estado cuenta con tres tipos de climas: Am cálido húmedo con abundante lluvia
en verano, A(W) cálido subhúmedo con lluvias en verano y BS1(h') semi seco
cálido.
En general, el clima del estado de Campeche es cálido subhúmedo con lluvias en
verano y con una precipitación pluvial de 1,300 a 1,500 mm; el período de lluvias
es de junio a octubre. La temperatura media anual es de 27 °C; no se presentan
heladas, y en cuanto a huracanes, su litoral es el de menor incidencia.
Si bien la importancia de las precipitaciones incide en la actividad agrícola
temporalera, su potencialidad radica primordialmente en la recarga de los mantos
acuíferos.
Su posición geográfica dentro del trópico, aunada a su vecindad con el golfo de
México y el mar Caribe, determinan la presencia de climas cálidos, húmedos y
subhúmedos con lluvias en el verano, con temperaturas medias anuales
superiores a 22 °C y una precipitación total anual que varia de menos de 1.000
milímetros en el norte, en parte del área que fisiográficamente corresponde a la
provincia denominada “península de Yucatán”, sobre zonas calizas que favorecen
la infiltración, hasta cerca de 2.000 milímetros en el suroeste en la llanura costera
del Golfo Sur, donde por la naturaleza del terreno es mayor, razón por la cual se
presenta un gran número de corrientes y depósitos de agua, como los ríos
Palizada y Cantería o las lagunas de Atasta y Pom.
La temperatura promedio anual es de 27 °C, presentándose los niveles máximos
antes del solsticio de verano con un promedio de 28 °C, alcanzándose una
temperatura máxima histórica de 43 °C.
Flora y fauna

Flora y fauna de Campeche

Mazama Eretmochelys
Manatí Crax rubra Caiman
americana imbricata

Meleagris Leopardus
Panthera onca Stenella Boa constrictor
ocellata pardalis

Ceiba Enterolobium Haematoxylum


Mangle Bixa orellana
pentandra cyclocarpum campechianum

El casi extinto Tapir


El tapir es el único representante vivo de la familia de los tapiridae del género
Tapirus y también considerado familiar lejano del caballo y del rinoceronte. El tapir
es de tamaño mediano-grande, aproximadamente de 2 metros de largo y llega a
pesar de entre 150 y 300 kilos. Su cuerpo es grueso y de cabeza y cuello grandes
que le sirven para poder abrirse paso entre la maleza de los bosques donde vive.
Aunque es una especie ya casi extinta en el estado de Campeche es posible
visualizar varios ejemplares en su hábitat natural, especialmente en el ejido Miguel
Colorado, del municipio de Champotón.

LOCALIZACION DE CAMPECHE
Ubicado en la península de Yucatán, región sureste del país, limitando al norte y al
noreste con Yucatán, al este con Quintana Roo, al sureste con Belice, al sur con
Guatemala, al oeste con el Golfo de México y al suroeste con Tabasco, Campeche
se encuentra en una posición de transición entre la selva tropical del Petén
guatemalteco y la selva baja caducifolia del extremo norte de la península de
Yucatán.
Leyendas
EL CABALLERO GALANTE

En el barrio de San Román de la ciudad de Campeche, se cuenta una terrible


leyenda que se ha transmitido a través de los tiempos. Cerca de la ciudad existe
un lugar conocido como la Cueva del Toro, situado en pleno campo. En ella vive
un horrendo animal que tiene la forma de un toro. Desde afuera de la cueva se
pueden escuchar los terribles bramidos que suelta cuando se encuentra enojado y
quiere conocer mujer. En cierta ocasión Margarita García, alias La Chula, fue a
visitar a una amiga suya que vivía cerca de la ciudad de Campeche en un
pequeño pueblo. La distancia entre la casa de su amiga Sebastiana y la de
Margarita no era mucha, se recorría fácilmente en quince minutos, pero había que
agarrar campo y pasar por la temible Cueva del Toro. Margarita llegó a la casa de
Sebastiana a las cinco de la tarde. Las horas se les fueron volando a las
muchachas contándose sabrosos chismes y riendo a cada momento de las
ocurrencias de Margarita que era dada a los chistes y a las bromas. Tan divertidas
estaban que no se dieron cuenta de que el reloj marcaba el cuarto para las doce
de la noche. Apurada, Margarita se despidió de su amiga y tomó camino para su
hogar. A la mitad del trayecto pasó frente a la Cueva del Toro y vio cerca de ella a
un joven muy hermoso que se encontraba sentado sobre una piedra. Habían
sonado las doce de la noche. Al verlo la joven no sintió miedo, pues el hombre
parecía todo un galante caballero. Al llegar Margarita a la altura donde se
encontraba el hombre, éste se levantó y le dijo: -¡Exquisita y bella dama,
permítame acompañarla en este oscuro camino! Margarita le vio y muy
imprudentemente aceptó la invitación. De pronto, el caballero la tomó en sus
poderosos brazos y a la fuerza la metió en la cueva. En ese momento la chica
recordó que de la Cueva del Toro salía dicho animal que poseía la capacidad de
convertirse en un bello galán. Pero era demasiado tarde. El Toro-caballero se la
había raptado y llevado hasta lo más profundo de la cueva, en donde la poseyó sin
miramientos.

Los padres de Margarita al ver que no llegaba a la casa acudieron a la de


Sebastiana, pero antes de llegar a ella vieron en la entrada de la Cueva el listón
de seda que acostumbraba ponerse en el pelo. Entonces comprendieron. Habían
llegado demasiado tarde y el Toro se había llevado para siempre a la chica, pues
era sabido que las jóvenes que desaparecían nunca volvían a encontrarse. Los
habitantes del barrio de Campeche acudieron a auxiliar a los padres de la
desdichada Margarita, trataron de entrar a la Cueva del Toro, pero nada
consiguieron, por lo que el terrible monstruo sigue haciendo de las suyas cada vez
que puede.

EL PUENTE DE LOS PERROS

No viene al caso señalar los defectos de los campechanos, que son muchos,
como corresponde a toda comunidad tropical heredera de una tradición que le
permite vivir a costa del recuerdo; pero tampoco está de más mencionar que los
alegres descendientes de una pintoresca mezcla de indígenas, comerciantes y
piratas cultivan algunas virtudes singulares que, en el plano político, les han
proporcionado siempre una estabilidad envidiable.

Efectivamente, lo que en otros lugares se resuelve por medio de conflictos


sangrientos, porque nadie está dispuesto a que su gremio sea humillado –y de las
discusiones se pasa a las trompadas y a los garrotazos-, en Campeche se trueca
en un mimetismo que ya quisiera para su coleto el más consumado camaleón. Y
es así como, en tiempo de colonias, los porteños eran peninsularistas, y hasta los
caballos pertenecían al partido español; en la época de la efervescencia
insurgente, eran casi rebeldes; bajo la República, republicanos; durante el efímero
imperio de Iturbide, monárquicos; y, cuando se enteraron de que la estrella del
futuro Su Alteza Serenísima empezaba a fulgurar, se declararon satanistas. Esto
último no obsta para que, en 1830, y para evitar fricciones innecesarias y tópicos
mal entendidos, los campechanos fuesen paulistas; por aquello de que el
comandante militar de la plaza, cuñado del esforzado caudillo veracruzano, se
llamaba Francisco de Paula Toro, y porque sonaba más eufónico ese término que
el de toristas. Don Pancho, en su calidad de jefe castrense de Campeche, no se
sabe si poseía atribuciones administrativas propias del poder civil o se las tomaba
por su cuenta; pero el hecho es que compartía la autoridad con el gobernador Don
José Segundo Carvajal quien, nada celoso de los militares, prefería dejar a Don
Francisco actuar, toda vez que el coronel se distinguía por su espíritu de progreso.
Pues bien, quizá procurando la ventura de los campechanos, o por dar
satisfacción a los deseos de su mujer, la virtuosa Doña Mercedes López de Santa
Anna de Paula Toro, que gustaba de los paseos dominicales en el campo, héte
que el comandante dispuso un día construir un puente sobre el canal de desagüe
del suburbio de Santa Ana, vecindad a la que Doña Mechita le tenía particular
afecto nacido probablemente de la homonimia.

Recibió el encargo de realizar la obra el afamado alarife Don José de la Luz Solís,
que fue también al arquitecto de la Alameda; y en pocos meses, gracias al
empeño y la diligencia del experto maestro, el puente quedó casi listo. Como se
anotó Doña Mercedes era aficionada a pasear por la campiña; y en cierto ocasión
llegó, en compañía de su marido, a inspeccionar los trabajos del puente. La
señora se mostró entusiasmada con la mejora material, y creyó prudente comentar
que, además de que sería de indudable beneficio para los habitantes del barrio, a
ella le serviría de viaducto para disfrutar de un acogedor rincón de descanso en
medio del monte. Examinando lo contraído, atrajeron su atención los cuatro
extremos en que el puente remataba, por lo que preguntó al alarife: -¿Quiere
usted decirme, Don Pepe, para qué son los remates del puente?

-Tengo instrucciones de mi coronel aquí presente –contestó el aludido-, de colocar


sobre los remates cuatro hermosos pebeteros, que han pedido a México y se
encuentran ya en camino, y que simbolizarán respectivamente el fuego
inextinguible de la ciencia, del arte, del pensamiento y del amor. Después de oír
tales palabras, la señora de Torno no preguntó más, pero guardó un silencio
reflexivo. Transcurridos algunos días doña Mercedes, acompañada de un aya, se
apeó de su carruaje frente al puente en ejecución, y tras ella bajo un mocetón que
a duras penas sostenía una traílla a la que estaban sujetos dos magníficos e
imponentes mastines. Dirigiéndose a Don José de la Luz, la primera dama
interrogó: -¿Qué le parecería las estatuas de Aníbal y Alejandro para rematar el
puente?

A lo que respondió Don José: -Señora, creo que serían unos remates admirables;
y, por otra parte, estarían acordes con la profesión de mi coronel, ya que tan
augustos personajes fueron grandes guerreros. Doña Mechita: -No me he
explicado claramente, Don Pepe; yo no estoy hablando de esos conquistadores
franceses (Doña Mechita no era muy versada en historia universal) sino de perros,
los que ve usted aquí; ¿no cree que quedarían soberbios como remates del
puente?. Aunque cortesano, el señor Solís, que comprendió la intención de la de
Toro, se atrevió a replicar: -¡Pero, Doña Merceditas! ¡No pretenderá usted que se
modifique el proyecto de mi coronel! ¡El ha dicho que los pebeteros adornarán el
puente, y que serán el símbolo de la constante aspiración de los campechanos, no
importa que sean de este barrio, hacia lo alto! ¡Además, los pebeteros llegarán en
el próximo barco!

-Mire usted, Don Pepe –repuso Doña Mercedes-, yo respeto mucho a mi esposo y
sus ideas, pero también adoro a mis perros; y se me ha ocurrido que especímenes
de raza tan pura y majestuosa como Aníbal y Alejandro deben pasar a la
posteridad, y nada mejor para ello que aprovechar los remates del puente.agregó:
-Le ruego, y conste que no acostumbro hacerlo, que en lugar del proyecto original,
usted que es un escultor consagrado, se ocupe de modelar cuatro figuras de mis
mastines en actitud de ladrar, para que, ya puestos en su sitio, ejerzan la vigilancia
permanente de la ciudad. Estoy segura de que de sus hábiles manos saldrán los
perros más bellos que jamás ha esculpido ningún artista!. Halagado por haber sido
ascendido de albañil a escultor, Don José de la Luz ya no respingó, y prometió a
Doña Mercedes que atendería su súplica. Gananda la escaramuza por el lado del
obrero, la dama se encaminó a ver a sí consorte; y ya de frente a él le dijo estas
palabras, después de haber preparado con un cariñoso beso: -Panchito, hoy recibí
carta de mi hermano Toño, y me ha recomendado que yo te salude con un fuerte
abrazo. De esas cosas de política que no entiendo, dice que pronto substituirá al
general Bustamante (éste era, en 1830, el Presidente de la República), y que yo te
lo informe. Y también preguntó por Aníbal y Alejandro, los que, recordarás, él me
obsequió; y me dice que le agradaría especialmente que se pusieran esfinges de
los mastines en el puente en construcción.

Don Francisco: -¡Mechota, querida mía, no faltaba más! No era necesario que le
hablaras a Antonio del puente; basta que tu voluntad sea que las estatuas de tus
perros se coloquen allí para que se cumpla tu deseo; y así se hará. Pensándolo
bien, serán más artísticos los canes como remates del puente que los pebeteros.
¡Ah! Y cuando le escribas a tu hermano, dile que no se olvide de nosotros. En esa
forma, Aníbal y Alejandro, reproducidas por partida doble, quedaron perpetuados
en piedra en el puente del cuento; aunque no salieron imponentes de la mano del
escultor; ni su actitud se antoja de ladrido vigilante sino de lúgubre lamento
causado por la visión de un alma en pena. El puente fue inaugurado con el
nombre de Puente de la Merced, según una placa conmemorativa en la que se lee
la siguiente inscripción: “Año de MDCCCXXX. Se construyó este puente con el
título de la Merced de Santa Ana, bajo la dirección del Alarife D. José de la Luz
Solís”. El gobernador Carvajal mandó poner otra placa en el ya desde entonces
llamado Puente de los Perros, con la siguiente leyenda: “MDCCCXXX. Se hizo por
disposición del Señor coronel C. Francisco Toro, habiendo contribuido en unión de
todo el partido, esta benemérita guarnición gratuitamente a su construcción y la de
la alameda. A pueblos tan virtuosos militares tan recomendables, José Segundo
Carvajal reconocido, dedica este documento.

LA CUEVA DEL TORO.

Cuenta la leyenda que… “Llegada la noche y pasadas las campanadas de la


iglesia de San Román, no había ser humano que se atreviese a pasar por este
lugar a menos que fuese por una fuerte necesidad.

Al dar las doce de la noche se escuchaba la respiración de la bestia que feroz


salía hacia los baluartes, retando a los que la custodiaban, quienes aterrados con
esta terrible visión disparaban sin provocarle daño alguno y por el contrario
provocaban que remetiera más fuerte contra la muralla para después continuar su
camino hacia la ciudad y regresar antes del amanecer a su cueva. En su recorrido
por la ciudad, al momento de llegar a un cruce de calles en lo que es su centro en
forma de cruz, el toro bramaba rascando la tierra para convertirse en un caballero.
El cual entraba en casa de alguna bella dama, a la que con hechizo citaba al otro
día a las doce de la noche a la entrada de su cueva.

Al amanecer las bellas se sentían soñadas por haber estado, según ellas, con su
príncipe azul. Llegando la noche de ese día la bella dama, a la cual se le había
aparecido la bestia, se preparaba para ir al lugar acordado para su cita. Al llegar a
la cueva, la bestia en forma de caballero, la esperaba y abrazándola la metía en lo
profundo de la oscuridad, perdiéndose sin poder regresar jamás.

Un buen día los ciudadanos se pusieron de acuerdo para ahogarlo, haciendo que
la corriente de agua de las lluvias fluyera hacia la cueva. Lo cual resultó inútil
porque a los pocos días apareció nuevamente con su siguiente víctima, al verlo los
valientes campechanos que velaban en el lugar, protegidos con cruces y
talismanes lo atacaron con sus armas sin hacerle daño. El toro tomó un cuchillo
con el que le saco el corazón a su víctima y luego de hacerlo se convirtió en un
frondoso árbol de mamey. El cual existe hasta hoy en la entrada de la Cueva del
Toro en el Barrio de San Román. Se asegura que todavía se siente el rugir de
aquel toro”.

LA NIÑA Y EL PERRO

Había una vez una niña que vivía con sus padres en el pueblo de Hool en el
Municipio de Champotón del estado de Campeche. El poblado era pequeño, pues
contaba tan solo con novecientos noventa y ocho habitantes. El padre de la niña
fungía como el jefe del pueblo, debido a su trabajo solía viajar mucho acompañado
por su esposa. Cuando partían de viaje, dejaban a la pequeña al cuidado de los
sirvientes, razón por la cual ella se sentía muy sola y abandonada. Un día la
muchachita se armó de valor y les comunicó a sus progenitores que vivía muy sola
a causa de sus constantes viajes. A fin de remediar la situación, sus padres
decidieron comprarle un perro.

Así lo hicieron, y desde un principio perro y niña se convirtieron en los mejores


amigos del mundo. El perro cuidaba y vigilaba a la jovencita con amor y lealtad, y
la niña le quería tanto que permitía que durmiese con ella en su amplio lecho. Por
las noches, el amoroso perro le lamía las manos con devoción.

Una noche, fría y lluviosa, los padres se ausentaron para acudir a un evento
importante del pueblo, pues se celebraba la fiesta del santo patrón; así que
dejaron a la niña sola con el perro. Por la noche, y ya en la cama, sintió la lengua
del can que le lamía la mano, como era ya costumbre. Al sentirlo, la niña se
durmió tranquila, pues se sintió acompañada.

Al día siguiente, cuando la infanta se despertó vio que a su lado yacía el cuerpo
del perro cubierto de sangre y completamente frío. Al mirar hacia el espejo de su
cuarto, descubrió que sobre él había un letrero pintado con letras rojas que
rezaba: “No sólo los perros lamento. Ante esta inscripción, la niña se dio cuenta
que algún ser del más allá, o el mismísimo demonio, había dado muerte a su perro
y le había lamido la mano en lugar de si querido amigo. En ese momento la
pequeña perdió la razón y se volvió completamente loca. Sus padres, asustados y
resignados, tuvieron que encerrarla en un manicomio de por vida.

EL CRISTO NEGRO DE CAMPECHE


Durante el trayecto de Veracruz a Campeche, una fuerte tormenta estuvo a punto
de hundir la nave, pero por un milagro el Cristo Negro cobró vida y tomó el timón,
salvándoles de un fatal desenlace y aun haciendo que llegaran a su destino en un
tiempo más breve.

Una de las festividades más importantes de Campeche es la del venerado Cristo


de San Román o simplemente el Cristo Negro. Se celebra del 13 al 29 de
septiembre con eventos culturales y deportivos, serenatas, concursos, juegos
florales, exposición agrícola, ganadera, artesanal e industrial; juegos mecánicos y
pirotécnicos; bailes populares y procesiones.

Como suele suceder en tantas de nuestras tradiciones, la historia se va


entretejiendo con la leyenda, de tal suerte que ya no se puede realmente separar
el mito de la realidad. De la imagen del Cristo Negro se dice que fue traída desde
Italia y que ya su viaje a México estuvo rodeado de prodigios y milagros. Su
historia se remonta a los primeros años de ser fundada la Villa de Campeche,
cuando aproximadamente en 1562 o 1563 la península fue severamente azotada
por una plaga de langostas.

Los pobladores, buscando el auxilio divino, prometieron levantar un santuario al


santo que resultara ganador después de echar suertes. El nombre resultante fue el
de San Román y fue así que en su honor se edificó a las afueras de la ciudad una
pequeña iglesia. Para dicha capilla los lugareños solicitaron al comerciante Juan
Cano de Coca Gaitán que les trajera una imagen de Cristo crucificado, y es ahí
donde comienza la leyenda. De acuerdo a la fuente disponible, durante el trayecto
de Veracruz a Campeche.

Una fuerte tormenta estuvo a punto de hundir la nave, pero por un milagro el
Cristo Negro cobró vida y tomó el timón, salvándoles de un fatal desenlace y aun
haciendo que llegaran a su destino en un tiempo más breve.

A esa historia se suman tantas otras, entre ellas la muerte y posterior resurrección
del propio Juan Cano por intercesión del Cristo, así como otros incontables
milagros y prodigios atribuidos a la venerada imagen, de tal modo que para el siglo
XVII, ésta devoción ya estaba totalmente afianzada en la vida religiosa de
Campeche.

De entonces para acá, el culto rendido y la fiesta tradicional en honor al Cristo


Negro han venido rebasando fronteras hasta el grado de constituirse no solamente
como el patrono del barrio de San Román o de los pescadores, sino que es el
patrono y la imagen sagrada más importante de toda la geografía del estado.

En 1965, se festejó con rumbosas fiestas el IV Centenario de su arribo a playas


campechanas, y todos los años los lugareños esperan la festividad con gusto,
pues ya se trate de un mito, anécdota o historia, lo que sí es definitivo y muy real
es que su figura forma parte integral de la historia de Campeche.

LA NOVIA DEL MAR


Hace casi 500 años existió una mujer cuya belleza dejaba perplejo a todo aquel
que la conocía, lamentablemente, su inocencia y fragilidad, la convirtieron en
presa fácil del hombre, que no dudó en aprovecharse de ella, su nombre:
Campeche. Conocida como «La Novia del Mar», la ciudad de Campeche se fundó
el 4 octubre de 1540, explicó Francisco Bacab, guía de turistas. Fue en este lugar
donde bautizaron al primer nieto de Hernán Cortés. Creció con el miedo a sus
espaldas debido a los temporales, muchos de los cuales logró sortear. Pese a ello,
vivió prácticamente en aislamiento. No conocía la maldad, era pura e inocente.
Fueron justamente esas características las que la convirtieron en blanco fácil de
delincuentes, gente marginada y cruel, piratas les decían. Durante los siglos XVI y
XVII, se registraron los mayores ataques piratas. Ante esto, familiares y amigos,
enojados y cansados por tal abuso, decidieron proteger a «La Novia del Mar» y
comenzaron la construcción de una muralla, la cual tomó la forma de un hexágono
y tardó 18 años en completarse.

La Puerta de Tierra se convirtió en el principal acceso a la ciudad amurallada.


Contó con un foso con estacas de madera y cal viva para quemar al invasor.
Asimismo, se le integró una saratana donde se arrojaban rocas, aceite y agua
hirviendo, cuenta Bacab.

Del lado opuesto se colocó la Puerta de Mar, un complejo defensivo conformado


por los baluartes de San Francisco y San Juan, y el paso de ronda, ese pasillo
elevado permitía a los defensores caminar sobre la muralla y detectar cuando el
enemigo se acercará. Con el paso del tiempo y, al ver que ya era más complicado
ingresar, además de que ya no había mayores riquezas, los ataques
disminuyeron. El ataque de Lorencillo en 1685, uno de los más famosos piratas,
tuvo tan escaso botín que seguramente se corrió la voz de lo pobre que era ya La
Novia del Mar. No se volvieron a ver a estos despiadados hombres merodear por
los alrededores. Lo que nadie sabía era que ella se había enamorado de un pirata
y, hasta nuestros días, espera su regreso en San Francisco de Campeche, refirió
Bacab. Si bien, las incursiones piratas dejaron de ser una amenaza, para el siglo
XVIII Campeche temía ahora una invasión por parte de Gran Bretaña luego de que
España entregara Belice y Florida a los británicos (tras la guerra de los siete
años). Para prevenirse, señaló Bacab Palomo, los campechanos decidieron crear
defensas de Tierra: los Fuertes de San Miguel y San José, ubicados en la costa de
sotavento y barlovento, respectivamente. Ambas edificaciones fueron construidas
y equipadas con la más avanzada tecnología militar de la época.

Rodeados por colinas artificiales y con caminos serpenteados para evitar a los
arietes, tuvieron también puentes levadizos, garitas, fosos y depósitos de agua y
pólvora. Con la experiencia de los ataques piratas, la población estaba preparada,
no dejaría que nadie más abusara de su bella ciudad; sin embargo, este gran
equipo jamás se utilizó en contra de un extranjero, señaló el guía. Hoy en día, «La
Novia del Mar» mantiene su toque colonial y puede presumir de estar rodeada de
historia, cultura y ricos sabores. Ya no está amurallada, actualmente sólo se
conservan algunos lienzos, cuatro puertas y ocho baluartes, esto debido a que a
finales del siglo XIX las familias acomodadas y el clero de Campeche solicitaron
su demolición al considerar que impedía la circulación del aire lo que, a su vez,
propiciaba enfermedades.

Actualmente, la calle 59 atraviesa el corazón de lo que fuera dicho hexagonal,


figura que tomó para adaptarse al terreno y a las construcciones preexistentes. La
ciudad resguarda también los Fuertes de San Miguel y San José, cuyos salones
hoy en día son ocupados por la historia, ya que ambos fueron convertidos en
museos. San Francisco de Campeche abre sus puertas a los turistas y les ofrece
además de los relatos de piratas que van más allá de la una leyenda, una
espectacular vista, caluroso clima, una hermosa catedral, humedales, ríos,
biodiversidad amplia y una gastronomía que es resultado de su mestizaje con
europeos y africanos. Además de presumir que fue en este lugar donde se bautizó
al primer nieto de Hernán Cortés, posee la Iglesia de Guadalupe, la segunda que
se construyó a nivel nacional luego de La Villa, de la Ciudad de México.

Su arquitectura virreinal que con tanto esmero han cuidado los campechanos, le
permitieron ser declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por el
Comité de Patrimonio Mundial de las Naciones para la Educación, la Ciencia y la
Cultura en diciembre de 1999.

EL PIRATA DE BARBILLAS

Se había convertido en el siglo XVI el puerto más importante, hasta aquí llegaban
barcos de Europa, comestibles, telas, vinos esto acarreo muchos problemas pues
los piratas arribaban a la costa, secuestraban a personas y pedían rescate,
raptaban mujeres, asaltaban los negocios e incendiaban lo que les daba la gana.

Campeche fue víctima de estos criminales, el Pirata de Barbillas es el bandido que


más se le recuerda. Cuenta la leyenda, después de asaltar e incendiar la torrecilla
de Lerma, (era para alertar a las tropas de la presencia de estos bárbaros) el
mentecato llegó a la costa para cobrar un rescate. Llegó a tierra y cambio su
identidad, la gente pensó que era otro extranjero más, que pondría un negocio,
mientras caminaba por las calles vio a una mujer de extraordinaria belleza era hija
de un hombre rico. El padre de la muchacha la cuidaba, era su única heredera así
que no permitía que cualquier pelado se acercara a ella. Para enamorarla era
requisito venir de buena familia y con magnifica posición económica, la hija
acostumbrada al mayor de los lujos. El padre quería que su hija no cambiase y
exigía que el que se comprometiera con ella tendría que cumplir todos sus
caprichos.

El Pirata de Barbillas logró acercarse a la joven y ella aceptó sus galanteos, en


unos días le dijo cosas tan bonitas que la empezó a enamorar, llegó a los oídos
del celoso papá y ordenó investigar al atrevido caballero. El Pirata de Barbillas
había regado en todo su camino, que poseía una gran riqueza y era hijo de un
hacendado de Cuba. El padre prohibió a su hija que lo viera, porque nadie sabía
nada de él, la orden molestó a la chica y siguió viendo a escondidas al Pirata de
Barbillas, una noche los vio abrazándose, en ese momento el padre lo descubrió
diciendo; eres el temible Pirata de Barbillas, sí solo me divierto mientras estoy aquí
en el puerto- contestó. Ambos hombres protagonizaron una lucha y terminó en una
sangrienta pelea, el pirata dio muerte al padre la joven lloraba por el engaño y no
podía creer ver a su padre muerto. La leyenda cuenta que la mujer nunca se
recuperó de la impresión, de presenciar el asesinato de su padre y el dolor del
engaño de aquel hombre que ella se enamoró, se le recluyó en un convento y
gritaba ¡pirata, pirata! No pasó mucho en que la joven murió, las personas
allegadas a la familia aseguran que hasta la fecha a veces oyen lamentos de la
mujer y los gritos claros maldiciendo ¡pirata, pirata!.

LA BRUJA DEL MORRO


“Cuenta la historia que en los morros de Seybaplaya Campeche, existen unas
grutas o cavernas donde rebotan las olas del mar. En esta zona los pescadores no
pueden pasar con sus embarcaciones pues son arrastrados y los que caen en
esta trampa jamás aparecen. Esto tiene una explicación supersticiosa y muy
comentada por los lugareños.

Resulta que hace mucho tiempo en este poblado, la comunidad que lo habitaba
desde hace muchos años, notaban que de la noche a la mañana familias enteras
simplemente desaparecían del poblado. Al principio no era tan extraño que las
familias emigraran por motivo de búsqueda de trabajo, pero en este poblado la
desaparición de familias era muy frecuente. Los lugareños notaron y se fijaron que
estos iban desapareciendo en forma consecutiva de casa en casa.

Esto alarmó a los habitantes del pueblo quienes decidieron contratar un hechicero
para que descifrara el misterio. El fulano muy reconocido por dominar la magia
blanca en pro de la comunidad, después de varios días, realizó una reunión para
notificar al pueblo el resultado de su trabajo.

Sorprendió a los pueblerinos cuando les dijo que la razón por la que las familias
desaparecían sin dejar rastro era porque el pueblo era visitado por un ser maligno
con apariencia humana, la cual devoraba a toda la familia; de esta manera no
dejaba sospecha alguna. Mas el hechicero no era capaz de atraparla si no hasta el
momento que este estuviera engullendo a sus víctimas ya que era el único
momento en que se despojaba de su apariencia humana.
El experto brujo ideo un plan en el cual sería expuesta la familia que en el orden
cronológico continuaría para la bestia. Cuidadosamente planearon con todos los
miembros de la familia la forma en que atraparía al ente demoníaco, conocido
como la vieja Ishawuu. Para esto se incorporaría a la casa como un miembro más
de la familia.

Uno de esos días, llegó a la puerta a tocar una viejecilla inofensiva y de mirada
triste la cual argumentaba que estaba de paso por el pueblo y que no tenía donde
pasar la noche y pidió que si podía pasar la noche en cualquier parte de la casa.
La familia al ver sus rasgos y la desprotección aceptó gustosa de dar posada a la
viejecilla, sin sospechar que esa noche corrían un gran peligro. Astutamente el
hechicero, no muy convencido, se preparó sin avisar a la familia para no alertar a
la bestia.

La viejecita muy apacible ubicó su jacal a la salida de la puerta trasera que llevaba
a los baños de la humilde casa. Pasada la media noche el hechicero notó que uno
a uno los miembros de la familia iban saliendo directo a las letrinas con signos en
sus rostros típicos de un dolor de estómago.

Al notar el hechicero tal situación, se preparó con sus herramientas de trabajo y


salió al lugar donde reposaba la viejilla, pero se llevó una gran sorpresa al ver que
allí solo había un bulto de pellejo. Inmediatamente tomo tal pellejo y rezando unas
oraciones lo rellenó de sal y acto seguido, procedió a juntar una gran cantidad de
bejucos, los cuales mojó con agua bendita.

Corrió sigilosamente al baño y encontró a un animal con forma demoníaca con la


boca abierta más grande que la de un ser humano que ya tenía engullido a un
miembro de la familia. Sin darle tiempo alguno a la bestia, la envolvió con las
ramas antes preparadas y le echo un conjuro. Las ramas inmediatamente se
convirtieron en cadenas las cuales lo atraparon y sujetaron sin que se pudiese
escapar.

Los habitantes del pueblo encerraron a la vieja Ishawuu en las grutas para que se
ahogara cuando subiera la marea ya que al hacerlo se inundaban por completo.
De este modo la bruja se ahogó encadenada por el conjuro, no sin antes lanzar un
grito de amenaza de que regresaría a vengarse.

Dice la leyenda que el hechizo del brujo solo fue por 300 años y que en estos
tiempos está por romperse tal hechizo”.

XTABAY

Xtabay (se pronuncia esh-ta-bai): una mujer yucateca fantástica, con cabello largo
y oscuro y vestido blanco. Similar a una sirena, la Xtabay se desliza flotando entre
las espinas puntiagudas de un grandioso árbol: la ceiba. Allí, se cepilla el pelo y
espera a los hombres borrachos y perdidos que se encuentran dando tumbos en
la noche.

Bajo ese estado alterado en los hombres, ella los seduce y conduce a métodos
curiosos de tortura, que a veces terminan en la muerte, arrojándolos al agua, al
inframundo. Aún hoy, los hombres en todo Yucatán reportan encuentros con la
misteriosa Xtabay. Ella suele salir de caza cuando los hombres sufren de delirios y
visión borrosa.

El origen de la Xtabay proviene de la leyenda maya de dos atractivas hermanas


con diferentes personalidades que vivían en un remoto pueblo de Yucatán:
Xkeban y Utz-Colel. Xkeban era emocional, cariñosa y sexualmente liberal. Tenía
muchos amantes y era conocida por su humildad. Ella compartió todas sus
pertenencias con animales callejeros y personas sin hogar, a pesar de que se le
consideraba pecadora.
Utz-Colel era una mujer de rígida pureza, considerada casta y correcta de acuerdo
a los estándares sociales. Ella era igualmente hermosa, pero tenía una opinión
condescendiente sobre su hermana. Para sorpresa de Utz-Colel, cuando Xkeban
murió, un perfume dulce y delicioso llenó el aire de todo el pueblo. Un pequeño
grupo se reunió para enterrar su cuerpo, y de su tumba crecieron flores de aromas
y fragancias, incluyendo al Xtabentún, que es la flor del licor tradicional que
todavía se consume en la actualidad.

Utz-Colel se sorprendió por esta belleza que la muerte de su hermana inspiró.


Altivamente pensó que su propia muerte sería más celebrada. Cuando ella murió,
todo el pueblo fue a su funeral, pero había un hedor malvado en el aire, y de su
tumba creció una planta cactácea puntiaguda llamada «tzacam». Infeliz con esto,
Utz-Colel pactó una venganza con la muerte y ahora regresa a la tierra de los
vivos como Xtabay, dedicada a seducir y castigar a los hombres rebeldes.

El maestro de una escuela secundaria local, Edgar Pérez Aguilar, me explicó que
la leyenda fue modificada por los sacerdotes de la colonización para crear orden y
disciplina. Usando los símbolos mayas originales, los sacerdotes manipularon las
leyendas para promover la colonización. Por ejemplo, en esta leyenda, el árbol de
ceiba sagrado se asocia con la oscuridad, como un símbolo misterioso del mal. Al
transformar el significado del árbol de bueno a malo, los colonizadores podían
promover el cristianismo como salvación. Como resultado, la leyenda es
considerada «mestiza», una combinación de cultura indígena y española.
VESTIMENTA

Desde antes de la conquista, en el traje típico de la región sobresalen los


grabados del tipo maya . La gran influencia española posterior lo convierte en una
vestimenta mestiza, popularizada por la costumbre social de los “estrenos”.
Las mujeres solían estrenar cuatro veces al año: en el carnaval y en las fiestas de
San Juan, San Román y la Purísima Concepción.
En aquella época las patronas le regalaban a su servidumbre los ajuares
completos, que con el paso del tiempo se convirtieron en el traje típico de la mujer
campechana.

Blusa blanca, cuello cuadrado


bordado con hilo negro.

Una blusa blanca con cuello en forma cuadrada, bordada a mano con hilos negros
de algodón alrededor del cuello, el pecho y las mangas.
Las figuras que se bordan están inspiradas en las flores de cebolla y calabaza;
aunque también se bordan los símbolos del escudo de la ciudad, murallas y
barcos.
La falda, de largo hasta los tobillos, es de percal o zarza, es de colores vistosos y
está adornada con encajes blancos, flores y lazos de la misma tela de la falda y al
final de la falda una pequeña arandela que hace lucir a la mujer campechana muy
elegante.
Debajo de la falda se acostumbra llevar una pollera blanca o enagua.
Complementan el traje un hermoso reboso de Santa María, que ha sustituido
definitivamente la pañoleta o mantilla que anteriormente se portaba.

Falda hasta el tobillo, hecha de


percal o zarza.

Por último las chanclas o chancletas , confeccionadas en suela dura y charol


negro sobre el que trabajan los zapateros con bordados en hilera blanca.
Estas chanclas tienen una reminiscencia morisca. Las puntas se proyectan hacia
arriba, el tacón es bajo, especial para marcar los sonidos musicales al bailar temas
del folclore.
De su cuello pende una gruesa cadena de oro llamada " soguilla salomónica ". A
veces éstas son tan largas, que abarcan tres vueltas al cuello, llegando hasta la
región del ombligo.
De esta soguilla penden invariablemente seis monedas antiguas de diez pesos de
oro y rematadas por un doblón español o una imagen pesada de oro puro.
Los aretes son monedas y a veces es la figura de una paloma prendida en el óvulo
de la oreja; sostienen las alas y el pico, respectivamente, breves cadenillas que
rematan en esferas de oro puro, acompañadas por un rosario de coral rojo en
honor a San Francisco, y un rosario negro en virtud del señor de San Román.
Se adornan el pelo con peinetas de carey, semicirculares con incrustaciones de
oro, monedas antiguas y piedras preciosas.
Su peinado es una larga trenza y moño de vistoso color.
El traje regional masculino de Campeche.
El traje típico masculino consta de pantalón blanco, ancho en las caderas y camisa
blanca larga abrochada con botones de oro unidos por una cadena, sombrero de
jipi japa , y por calzado, alpargatas de piel de ganado vacuno, con medio tacón.

El traje campechano para un


"sarao" es filipina blanca
con botonadura de oro y
pantalón de dril rayado
finamente y calza botín. Aquí
lleva pantalón blanco.

Otra descripción para el traje masculino dice:


Consta de una filipina de lino blanco con botones dorados, pantalón negro, y un
cinto de seda roja ceñido a la cintura, amarrado a un costado y con extremos
colgantes en deshilado.
En algunos bailes se requiere el paliacate o pañuelo mestizo, de color rojo con
estampados de origen indú y sombreros de jipi japa.
El calzado son alpargatas que en algunas ocasiones se sustituye por zapatos
cerrados de charol negro.
Quizás la diferencia en el color del pantalón obedezca a las costumbres en su uso
cuando se trata de asistir a una fiesta tipo "sarao" o a una Fiesta del Palmar ,
ya que en cada una ellas se ejecutan bailes distintos.
El campechano en la Fiesta
del Palmar combina la
tradicional filipina blanca
con botonadura de oro y
pantalón negro ceñido; la
cintura, con banda de seda
roja y se calza con botines.

Filipina: Chaqueta de dril, sin solapas, que visten los hombres.

Campechana vestida para un "sarao",


la tradicional fiesta bailable.
Campechanas y su atuendo para
bailar en la Fiesta del Palmar.
Música, Creencias y tradiciones del estado de Campeche.
Música
Algunas danzas y bailes típicos de Campeche son el
Pichito Amoroso, la Jarana Yucateca, Jicaritas, la Flor de la
Malagueña y el Jarabe Criollo. Las danzas regionales de
Campeche cuentan con ese carácter distintivo de la
Península de Yucatán, denotado por el gusto hacia los
colores y los bailes en pareja con formaciones en el escenario.

En el caso de las mujeres, la vestimenta viene dada por


las blusas de hombros descubiertos y las faldas largas y
acampanadas. Los hombres utilizan un pantalón casual y una
camisa manga larga.

En Campeche, los bailes típicos se caracterizan por el zapateo y las


fusiones musicales entre los géneros autóctonos de la región, y la mescolanza con
los ritmos adquiridos de los colonizadores españoles.

A continuación, los bailes típicos más significativos del Estado de Campeche:

La Jarana

Esta representación es oriunda de la Península de


Yucatán, común a los estados de Campeche, Quintana Roo
y Yucatán. Los intérpretes zapatean y elevan
constantemente los brazos, mientras giran al son de la
música.

Se caracteriza por ser un baile en parejas, en el cual


los bailarines más experimentados suelen sostener sobre
sus cabezas botellas de licor o bandejas con varios vasos o botellas llenas de
líquido.

El Pichito Amoroso
Se baila al son de ritmos tropicales y se caracteriza por ser uno de los
bailes más alegres de todo Campeche. Se caracteriza por la sucesión de
movimientos cadenciosos de un lado al otro.

El Pichito Amoroso consiste en imitar el vuelo del


ave del mismo nombre. Este pájaro se mueve dando
saltos de un lado al otro y en cada pirueta se percibe un
movimiento armónico.

Las mujeres se visten con blusas de manga


cortas con bordados en el pecho y faldas largas y acampanadas. Los caballeros
portan pantalones obscuros y camisas manga largas, con un pañuelo ceñido a la
cintura.

La Flor de la Malagueña

Este baile corresponde a una fusión


entre ritmos españoles y autóctonos de la
región. Pertenece al género de la Malagueña
punteada y es considerado como un son de
supervivencia.

La Flor de la Malagueña se caracteriza


por movimientos armoniosos y ligeros, con una suave cadencia. Cuenta con
zapateos, taconeos y movimientos alternados de punta-tacón en ambos bailarines.

Jicaritas

Este baile se originó en el poblado de Lerma, en el


municipio de Campeche, al suroeste de San Francisco de
Campeche. Su representación honra los carnavales
campechanos. Se lleva a cabo entre siete parejas y se
caracteriza por el colorido de su vestimenta y su música
característica. El baile consiste en realizar algunas
maniobras con cocos y sonajas, donde se deja ver la
destreza y el equilibrio de los ejecutantes.
El Jarabe Criollo

Esta representación data de finales


del siglo XVIII. Se trata de un baile muy
fuerte, con coreografías diferentes entre sí,
dependiendo de la especificidad de la
representación.

El ritmo es marcado por las campanas de la Catedral del pueblo donde se


lleva a cabo el baile, junto a la Charanga.

Creencias

Las localidades mayas de la entidad mantienen


su arraigo a las tradiciones, sus habitantes creen en
las leyendas de los aluxes y ejecutan rituales para agradecer a los dioses por la
cosecha de maíz, con la ceremonia conocida como el “Han-Licol”.

La investigadora, escritora e integrante del


Laboratorio de Lengua Maya del Instituto
Campechano, Blanca Campos Carrillo, dijo que la
práctica del “Han-Licol” es parte de una tarea de
rescate, pues si bien, en algunas comunidades se
conserva esa ceremonia, en otras pasa
desapercibida.

La ceremonia de “Han-Licol” es encabezada por el


sacerdote maya quien es el encargado de los rituales como
el ofrecimiento de comida a los dioses en agradecimiento
por la cosecha de maíz para que sigan bendiciendo a la
tierra y a sus siembras. Las principales comunidades que lo
celebran son las pertenecientes a los municipios de Calikini
y Hecelchakán, principales productores maiceros.

El maíz es base de la alimentación de la mayor parte


de las familias indígenas, es un elemento indispensable en
la gastronomía mexicana y patrimonio de México y la
humanidad.

La ceremonia se inicia con la entrega de los


alimentos, previamente cocidos en hornos tradicionales, lo que le llaman “comida
de monte” que se consagra a los dioses mayas como agradecimiento de los
campesinos que obtuvieron sus cosechas. Luego se realiza la quema de incienso,
para que la ofrenda sea bien recibida por los dioses y alistarse para la siguiente
cosecha.

Tradiciones

Mientras que muchos pensaran que Campeche


es similar al resto de México, con los tradicionales
vendedores de antojitos en las calles y con un ritmo de vida parecido al de otras
ciudades en México, la verdad es que Campeche tiene mucha cultura y tradiciones
familiares, que convierten a este Estado en un lugar muy original.

Una de las tradiciones más notorias de los “Campechanos” es comer la


misma comida durante ciertos días de la semana, Si
leyeron bien, las personas que viven en Campeche
están acostumbrados a comer los mismos platillos
durante la semana y al parecer no se aburren de la
rutina.

Los días Lunes, son conocidos como el “día del


Puchero”, los Jueves es día de bistecs a la cazuela, los
Viernes es el día de pescado fresco y el Sábado en la
noche es día “Chocolomo”, el cual es un caldo de carne y riñones.

La llegada del Cristo negro de San Román, es una de las tradiciones más
antiguas en Campeche, ya que se ha llevado a cabo desde el
año 1565.

Esta costumbre se celebra durante los días 13 y 29 de


Septiembre de cada año y se puede decir que es el comienzo

de otras celebraciones y tradiciones en el Estado de


Campeche, ya que esta fiesta se celebra con serenatas,
concursos, exhibiciones de ganado, ventas de
manualidades, fuegos artificiales y deportes.

El Carnaval de Campeche es también un evento


tradicional, que se celebra desde hace más de 450
años. Esta tradición se lleva a cabo durante el mes de
Febrero o el mes de Marzo, dependiendo del clima y la
organización de los locales.
La reina de Campeche y el “Rey Feo” son coronados
durante este festival y también se puede disfrutar de un desfile
de carros alegóricos, vestuarios con muchos colores, juegos
mecánicos, comida tradicional y mucho más.

La Fiesta de Todos los Santos, se celebra todos los años en Campeche,


durante el 30 de Octubre y 2 de Noviembre.
Esta tradición incluye ceremonias
religiosas, ofrendas y visitas a los
panteones, así como altares con arreglos
florales en las casas de los Campechanos.
Bebidas y comidas tradicionales de este
Estado, son también ofrecidas en los altares y consumidas por todos.

En pocas palabras, se puede decir que el Estado de Campeche es una de las


regiones de México con más tradición y cultura. Siempre hay personas que siguen
las tradiciones año tras año y en Campeche esta costumbre no se ha perdido. Si
usted quiere conocer más acerca de las tradiciones mexicanas, visitar el Estado
de Campeche puede ser una de las mejores formas de involucrarse y conocer
más acerca de estas costumbres.
Día de Muertos

Una de las tradiciones más importantes de la ciudad de Campeche es la del


Hanal-Pixán o día de los fieles difuntos, esta se celebra l os días 1 y 2 de
noviembre es tradición comer pibipollos (muk'bipollos) y hacerle ofrendas a los
difuntos.

La Ofrenda
La tradición es hacer una ofrenda en la habitación principal. Para hacer una
ofrenda, se coloca como mantel, en una mesa grande, papel picado, se busca una
foto del familiar muerto y se coloca delante, luego se prepara su comida y bebida
preferida y se le agrega a la ofrenda. Si no tenía una en especial, se pueden poner
los platillos típicos: atole, dulces o pibipollo. S e hacen rezos por el alma de los
que se adelantaron en el viaje eterno, tanto de los niños como de los adultos.

El Pibipollo
El pibipollo es un enorme tamal de aproximadamente 50 centímetros de diámetro,
y 10 de espesor, el cual está relleno de un guiso de gallina, cerdo, achiote,
jitomate, cebollin, epazote, chile habanero, manteca de cerdo o aceite, a veces
frijoles xpelón; los envuelven con hojas de plátano, los amarran con tiras de
majagua y los depositan en el pib o en el horno. Este guisado se prepara desde la
madrugada, para que al amanecer se muela la masa y se deposite en el pib o en
el horno. Una vez preparados los tamales, se colocan en el fondo de este horno
subterráneo y en ese momento ya se les puede denominar "pibipollos" que
significa en maya, tamal enterrado. La horneada dura varias horas, tiempo que se
aprovecha para visitar panteones y para invitar a familiares y amigos a que pasen
por la casa por su pedazo de pibipollo, tomen su horchata o prueben el exquisito
dulce de calabaza. Recuerden que, según la tradición, esa noche él difunto o los
difuntos a quienes ofreces tu ofrenda vendrá a tu casa a compartir la cena con
nosotros. Para guiarlo enciende unas veladoras y hazle un camino con flores de
cempasúchil, que desde tiempos prehispánicos ya era la flor de los muertos.
Esta fiesta es para disfrutar ya que puedes comerte tus calaveritas de azúcar.
También puedes regalárselas a tus amigos.
No olvides el riquísimo pan de muerto, hecho especialmente para esos días.
Puedes hacer la ofrenda a finales de octubre y tenerlo hasta el dos de noviembre.
Además, desde la noche del 31 de Octubre y los días 1 y 2 de noviembre se va a
los panteones para saludar y visitar a los seres queridos. En esos días en los
panteones hay mucha gente cantando y llevando flores y comida. Imagínate que
esta celebración que se hace en México es única en el mundo y muchos
extranjeros que viven aquí se asombran y disfrutan al ver que nos acordamos con
tanta alegría de nuestros muertos.

El Pib
El pib es un agujero en la tierra de tamaño y profundidad variables; se excava, se
coloca en el fondo leña seca y encima de ésta pedruzcos duros. Se enciende la
leña y se espera que se convierta en brasas. Las piedras quedan al rojo vivo. Se
colocan encima (a veces sobre grandes comales) los pibipollos bien forrados con
las hojas de plátano, se cubren con ramas de olor: guayaba, pixoy, etc. Se pone
encima la tierra bien cernida de la excavación. Se cubre con láminas galvanizadas
(para que no salga el calor). Después de dos o tres horas, los pibipollos están
dorados; el aroma inunda el ambiente 200 metros a la redonda.

Candelaria

Sabemos que, históricamente el origen de la tradicional Rosca de Reyes, se


remonta a la época en que los primeros frailes comenzaron a evangelizar a los
indígenas y aprovecharon la coincidencia temporal de las fiestas cristianas de fin
de año con las festividades del calendario ritual indígena para apoyar su labor
misionaria. De esta forma, la famosa merienda de Santos Reyes comenzó a ser
tradicional en los primeros años de la colonia, en la cual se disfrutaba la rosca con
el sabrosísimo y originario chocolate de América.

Como lo hemos relatado brevemente en el cuadro anterior, esta deliciosa rosca


guarda varias figuras de niño, que convierte a quien lo encuentra, en el Rey de la
fiesta y padrino de la “Levantada del Niño”, el 2 de febrero; día de la candelaria.
En otras palabras, el afortunado está obligado espiritualmente a presentar el Niño
Dios del Nacimiento de la Casa, a la iglesia más cercana, y a organizar una gran
tamalada. Aunque la fiesta del día de la candelaria se festeja de esta manera en
nuestro país, hay que recordar que el día 2 de febrero, marcaba en varias partes
del mundo antiguo, el principio del año, la conclusión de la época de nieves y el
despertar de la Madre Naturaleza, en consecuencia, no resulta raro, que también
se iniciara el trabajo agrícola. Basta sólo referir que en roma, por estas fechas, se
celebraba la februarias, fiestas que dieron nombre al mes y durante las cuales se
efectuaban ritos que invitaban a la fertilidad de las madres y de las tierras.

Por su parte la iglesia, instituyo como Día de la purificación de María, el 2 de


febrero, en la cual cae precisamente cuarenta días después de Navidad. En la
actualidad, algunos otros ritos cristianos se llevan a efecto, como el de bendecir
las velas que habrán de usarse durante el año. Sin embargo lo que realmente
festejamos los campechanos, es la fiesta de la virgen del Carmen, que se
encuentra en el poblado llamado "Hool" que se encuentra en Champotón. Los
peregrinaciones van hasta dicho poblado, en donde se usa entra a la iglesia se
besa el vestido de la Virgen del Carmen, posteriormente la virgen es llevada en
peregrinación hasta la aguada del mismo poblado, luego se regresa la virgen a la
Iglesia.

Fiestas y Ferias

Campeche se caracteriza por su singular manera de preservar y celebrar sus


fiestas populares y religiosas. En cada municipio se festeja de manera similar al
santo patrono de cada pueblo o región. Las fiestas más importantes son:

Fiesta de la Candelaria
Se celebra el 2 de febrero con bailes, fuegos pirotécnicos, juegos mecánicos,
procesiones y alboradas religiosas. Se pueden visitar en especial las
celebraciones en Champotón, Candelaria, Hool y Campeche.
La Candelaria es una de las fiestas más populares y tradicionales de Campeche.
Esta fiesta comienza con la tradicional Rosca de Reyes, esta deliciosa rosca
guarda varias figuras de niño, que convierte a quien lo encuentra, en el “Rey de la
fiesta” y padrino de la “Levantada del Niño”, también llamada, día de la Candelaria
el 2 de febrero.
En otras palabras, el afortunado está obligado espiritualmente a presentar el Niño
Dios del Nacimiento de la Casa, a la iglesia que esté más cerca, y a organizar una
gran tamalada.
Aunque la fiesta del Día de la Candelaria se celebra de esta forma en Campeche,
no hay que olvidar que el día 2 de febrero marca en varias partes del mundo
antiguo el principio del año, la conclusión de la época de nieves y el despertar de
la Madre Naturaleza.
Por otra parte la Iglesia, lo instituyó como Día de la Purificación de María, en el
cual cae precisamente cuarenta días después de Navidad.

Carnaval

Se celebra entre los meses de febrero y marzo pero no tiene una fecha definida. El
carnaval de Campeche tiene más de 450 años de realizarse, por lo que se ha
convertido en el más antiguo de México.
Inicia con “El paseo fúnebre y entierro del mal humor”. El mal humor es
representado con un muñeco de trapo con rasgos de pirata, el cual es paseado
por las calles de la ciudad dentro de un ataúd y es quemado para dar paso a la
alegría.
Se realizan coronaciones de reyes y reinas de los diversos barrios, colonias,
clubes, escuelas y empresas particulares, con bailes de comparsas y espectáculos
de grupos musicales. También se llevan a cabo varios desfiles como: el gallo de
reinas y embajadoras, el paseo de las flores, el corso infantil, la ronda naval y el
tradicional bando.
El carnaval concluye el día anterior al miércoles de ceniza con “La quema de Juan
Carnaval”, un muñeco de trapo que representa el carnaval, el cual también es
quemado mientras le “lloran sus viudas.

FESTIVALES CULTURALES
Campeche se distingue por el colorido de sus fiestas y por la diversidad de
festivales que se llevan a cabo en diferentes épocas del año. El Festival de Jazz,
el de Teatro, Danza y el Cervantino son ya una tradición y ofrecen al visitante una
gran oferta de cultura y entretenimiento.

Festival del Centro Histórico de Campeche


Este festival se ha convertido en el máximo exponente de las artes en la entidad y
es esperado año con año por la calidad de los artistas que se presentan
provenientes de diversas partes del mundo.
Su programación incluye a los mejores exponentes en danza, música, artes
visuales y teatro.
El atrio de la Catedral se ha convertido en un foro espectacular que congrega a
miles de personas cada año en los conciertos que ahí se ofrecen.
Paralelamente se celebra el Festival de Jazz con una programación atractiva y la
participación de renombrados exponentes del género.
Otros festivales culturales que se realizan en el estado son el de Teatro y el
Cervantino pues Campeche ha sido por varios años una sede importante y
extensión de la mayor celebración cultural del país.

Feria de San Román


Se lleva a cabo en el antiguo barrio de San Román, donde arribó (el 14 de
septiembre de 1565) la imagen de un Cristo de manufactura italiana tallado en
madera de ébano. Las celebraciones se realizan del 15 al 30 de septiembre en
medio un ambiente festivo. El Cristo es bajado desde su altar para aproximarlo a
los feligreses, quienes besan sus pies para conseguir la bendición de la esbelta
figura. Peregrinaciones por las calles del barrio inundan de júbilo a la población
mientras, en los alrededores, los juegos mecánicos llenan de diversión en ésta
arraigada tradición de la ciudad de San Francisco de Campeche. Esto se
complementa con actividades culturales y artísticas, así como exposiciones
artesanales y comerciales.

La Virgen del Carmen


El origen de esta celebración radica en la recuperación de la Isla de Términos que
había sido tomada por piratas ingleses quienes desde aquí extraían palo de tinte y
maderas preciosas, hecho que acaeció un 16 de julio de 1718. Abanderados por la
bendición de la imagen de la virgen del Carmen logran una batalla exitosa y a
partir de entonces da nombre a la isla y es celebrada con gran devoción. Se lleva
a cabo del 15 al 30 de julio, en Ciudad del Carmen, dentro de la isla, y reúne a
cientos de feligreses en eventos religiosos, paseos de la sacra imagen por la
laguna, además de fiestas y juegos mecánicos, así como eventos ganaderos,
culturales y actividades
deportivas.

Feria de San Francisco


Esta feria se realiza en honor de quien fuera el patrono de la Villa de San
Francisco de Campeche a partir de su fundación, la que celebran los
campechanos cada 4 de octubre, día de san Francisco de Asís. La feria se lleva a
cabo del 1 al 15 del mismo mes, con eventos religiosos, culturales y artísticos,
además de la tradicional feria de juegos mecánicos.
Gastronomía

MÉXICO

La gastronomía tradicional de Campeche, una delicia mexicana

El estado de Campeche tiene una personalidad gastronómica muy escondida pero bien definida.
La variada alimentación de los mayas enriqueció aún más este lugar, con la llegada de los ibéricos.
Pero las innovaciones culinarias no terminaron ahí, más tarde los piratas aportaron a la
gastronomía local nuevos componentes y formas de preparación.
Podemos apreciar desde mariscos de excelente calidad, suculentas carnes,
verduras y frutas exóticas que sirven para preparar los platillos de la región y
algunas como la planta de Chaya que lo mismo funciona para una deliciosa crema
que para una deliciosa agua de piña con Chaya.
El menú campechano cuenta con platillos como los panuchos, camarones al coco,
pánpano en escabeche (pescado), el famoso pan de cazón, el chile X´catic -
relleno de cazón- y los camarones campechanos de buen tamaño, sin olvidar a los
famosos pibipollos, que se preparan para saborear durante el Día de Muertos, en
noviembre.
Además de preparar los platillos típicos de la península, sus habitantes cuentan
con una gran variedad de productos para botanear, desde la típica botana
campechana que consiste en frituras locales, chile jalapeño, cebolla y queso bola,
hasta los camarones al coco que van al natural, en paté, en cóctel, en ensaladas y
hasta en salsa de mango.

El chile X´catic lo hacen relleno de cazón. De los cangrejos comen las patas en
frío. También hay sierra, pulpos, calamares, y tantos otros peces para chuparse
los dedos.
Entre los platillos que no provienen del mar están los pibipollos que son una
especie de tamal cubierto de hoja de plátano y relleno de carne de puerco y gallina
preparada en salsa de achiote y cocido bajo tierra (en pib). De la caza obtienen el
puerco de monte, el armadillo, el caimán, el venado que también preparan en pib,
en sik (ensalada) y en pipián. El pavo se come en mil formas y de puerco se hacen
maravillas. Son famosos los panes dulces de Campeche, y a sus hojaldras se les
conoce con el nombre genérico de campechanas.

El chile habanero es el más común para las salsas aunque también se utilizan
otros para hacer adobos. Las aguas frescas más gustadas son la horchata de
coco muy recomendable en “Los Portales de San Francisco” y las de frutas de
temporada como pitaya y marañón.
Artesanías
Becal, Santa Cruz Hacienda, San Nicolás y Tankuché
Artesanía de jipi. Fabricación de sombreros de esta fibra y objetos varios de
uso personal y ornamentales.

Nunkiní
Tapetes y objetos tejidos con fibras vegetales.
Champotón, Escárcega y Campeche
Objetos ornamentales de madera.
Santa Cruz Pueblo, San Antonio, Sahcabchén, Concepción, Pucnachén, Kobén
Hamacas.
Champotón
Objetos ornamentales fabricados con conchas de mar.
Ciudad de Campeche
Objetos ornamentales fabricados con cuerno de toro.
Hopelchén
Bordados a mano.
Tenabo, Hecelchakán y Calkiní
Coloridos bordados a máquina y con punto de cruz. Huipiles, vestidos y
blusas.
Tepakán
Cerámica.
TURISMO
Campeche posee rincones muy hermosos que te encantarán, es una ciudad muy
completa, ya que cuenta con aeropuertos, varios centros ceremoniales mayas y
majestuosas reservas naturales. Su centro histórico se encuentra la ciudad de San
Francisco de Campeche, ubicada frente al Golfo de México, fue fundado en el año
1531, Actualmente sigue conservando mucha arquitectura colonial, y es el nervio
principal de las actividades culturales, turísticas, administrativas y comerciales.

Si lo que buscas es escapar de la multitud turística, sus tranquilas playas son


para ti, en su territorio encierra una gran variedad de propuestas para que tu visita
sea acorde a tus gustos, disfrutar de la riqueza cultural partiendo de su capital,
donde se refleja la arquitectura barroca en sus edificios principales, los amantes
de la naturaleza amaran estar en este lugar y no querrán irse, encontraran algo
muy especial al recorrer sus áreas selváticas, los manglares, las costas bañadas
por el Golfo de México, entre muchas cosas más.

Las actividades que pueden realizarse en este lugar son muy diversas, van desde
un tranquilo paseo por haciendas, o un paseo en lancha hasta un arriesgado
lanzamiento en tirolesa, pasando por nadar, pescar, y practicar deportes
acuáticos. En el siguiente artículo te ofrecemos una ruta turística para ayudarte a
conocer y disfrutar de este excelente destino el cual cuenta con templos, barrios,
museos, frondosos jardines y elegantes plazas de tipo español.

Es un mágico segmento, de historia en sí mismo, tiene unas hermosas calles y


callejones donde se puede sentir aun la presencia de los conquistadores
españoles, de las luchas civiles del siglo XIX y hasta de los invasores, tiene
imponentes y fuertes murallas, baluartes, los cual nos recuerdan que esta ciudad
fue una vez habitada por héroes que la defendieron de los ataques provenientes
de Inglaterra, Francia y Holanda, si quieres aprender acerca de toda su historia no
puedes dejar de visitar el Centro Cultural, El Palacio, con una museografía de
primer nivel la cual emplea tecnología de punta para así ilustrar de manera muy
detallada los acontecimientos de comercio, piratería, y las diferentes luchas que
enfrento Campeche.
La Zona Arqueológica de Edzná

Edzná, es una de las antiguas ciudades mayas más hermosas de la región, está
ubicada a 55 kilómetros de la ciudad de Campeche, hablamos de una gran
metrópolis, su riqueza son sus estilos y edificios, los cuales dan un precisa idea
del enorme poder económico, político y religioso que tuvo lugar entre los años 600
y 1200 de nuestra era, este lugar conto con un sistema de canales y presas,
construido para distribuir y almacenar el agua, los fines de semana, a horas de la
noche en este lugar se ofrece un espectáculo multimedia de luz y sonido, llamado
“La luz de los Itzáes” que recuerda el esplendor y las costumbres del pueblo maya.

Calakmul
Es una capital antigua y fantástica reserva del mundo maya, recientemente
conocida como Patrimonio Mixto de la Humanidad, declarado por la UNESCO, es
una selva que desde varios kilómetros antes de llegar al sitio, ya brinda su
indiscutible belleza al encontrar bellos paisajes y hasta animales cruzando los
caminos, te ofrece una directa conexión con la naturaleza y el pasado maya, que
sin duda, vale la pena, demás, en esta zona se encuentra ubicada la reserva
tropical más grande México, hay más de 86 especies de mamíferos, y se
encuentran cinco de los seis felinos existentes en México, como el jaguar y el
puma.

Ciudad del Carmen

Aquí se ubican sitios y bellezas naturales, poco exploradas pero sin embargo, de
gran valor turístico, demás, alberga a la industria petrolera, en este lugar
encontraras paisajes verdaderamente hermosos, un vegetación impresionante,
playas de aguas cristalinas con arena muy fina, con un malecón de admirar, con
sus puestas del sol sobre la laguna de Términos.

Los Petenes
Aquí crecen arboles al menos 450 especies vegetales, endémicas, otras
amenazadoras y bajo protección, la reserva de la biosfera de los petenes forma un
corredor de humedales costeros de aproximadamente 300,000 hectáreas que
dibuja un espectacular tapiz vegetal de islas donde reina el manglar, rojos, negros
y blancos, los cuales crean un ecosistema único en México, de gran valor
ecológico gracias a su diversidad de fauna y flora, las cuales son muy ricas, se
pueden encontrar cocodrilos de rio, garzas, caimanes, flamencos rosados, patos
de alas blancas, gavilanes, osos hormigueros, manatíes y muchas otras especies,
además, las propiedades de su suelo permiten la formación de cenotes y ojos de
aguas.

Aak Bal

Es un desarrollo turístico el cual se ubica a 40 minutos de la ciudad de Campeche,


su nombre en maya tiene un doble significado “la fuente de todas las cosas
buenas” y también “caparazón de tortuga”, todo esto es l promesa de un cogedor
refugio y de una bienvenida cálida, es importante mencionar que cuenta con un
hotel, con 333 departamentos, campo de golf, marina y casa club.
La Zona Arqueológica de Becán

Su nombre tiene un significado en maya y es el siguiente: “Barranca formada por


agua”, es un sitio que al observar sus conjuntos, te deja maravillado, es toda una
gran experiencia gracias a la mezcla de selva y sorprendentes edificios
apareciendo al final de sus senderos, además, es considerada la capital regional
de una de las áreas arquitectónicas más importantes de todo el estado de
Campeche, lo más relevante de este sitio es el foso, pues es único en el área
maya, siendo el área interior donde se levantan los edificios de arquitectura
monumental.

Parque de la Independencia en Campeche


Fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, en el se mantiene
integro el pasado, el cual es reflejado en sus plazas, calles, casones e iglesias, se
caracteriza por su arquitectura religiosa, militar y colonial, con un estilo urbano
barroco hispanoamericano. Sus calles están rodeadas de casonas con una
decoración española del siglo XVIII y con unas fachadas muy coloridas, en el
centro histórico puedes descubrir sus sietes baluartes, algunos de ellos
actualmente convertido en museos, por ejemplo el museo de la Arquitectura Maya.

Isla Arena

En esta isla hay pequeñas playas y un lago muelle que cuenta con diversas
embarcaciones, puedes relajarte en sus arenales blancos o recorre sus extensos
manglares en lancha, se encuentra ubicada en el municipio de Calikiní y forma
parte de la reserva de la biosfera de Clestún, es el lugar ideal para los amantes
de los encuentros de la naturaleza, ya que es posible observar colonias
impresionantes de flamencos color rosas que dan fama y popularidad a esta
región, y a su vez, una enorme cantidad de aves marinas entre ellas fragatas y
cormoranes.
Palizada

Es un pueblo mágico con casas coloridas con techos de dos aguas de teja
francesa, hermosos portales, iglesias y callejuelas donde es posible sentir el
antiguo sabor provinciano, el pueblo de Palizada se encuentra rodeado por el rio
del mismo nombre, su desembocadura llega a la Laguna de Términos, si decides
recorrer este rio, podrás observar gran diversidad de flora y fauna en la que
destacan manatíes y monos aulladores, también te recomendamos visitar sus
ranchos ganaderos, a través de senderos a caballo, además, degustar de su
deliciosa gastronomía con ingredientes como el mango, el robalo, el pejelagarto y
muchísimos más, todo esto convierte a Palizada en uno de los sitios con mayor
diversidad en la ciudad de Campeche.

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