‘Asolas con tu ospeo
éiA solas con tu espejo!?
Tes mace magna que pont pei m
mane: nuestton amigos, vecnos:y"tanitaree
estaban muy Confedos de eo; pero tay sur no
serancapaces de entender gue Io nue lees a fee
Sunaue le culpa ex ma taya‘que may tats abes bon
eer a ges
Slanlomiento termin6 por demarttrreo, i0ds cyto
fe pase or tus cavlacincs, Marlo We prune
Casa state, seco mis lagna ypreiet bg,
Empecé a detestar tu trabajo, tu offen, ts
horars, us coratasy hasta ts amigon a ve
eran els tos autres demuestra esquetajen
Telactn. Tus sales nocturas de wabojen pe
‘obretiempes me parecian notes hasta aecosante
iodo est auraba a ditancrmes aun ness
Franco Félix Manan Darin
‘cuenta. La indiferencia se acrecentaba mas en tus actos
y. secas palabras al conversar conmigo. Ya no
vislumbrada al joven entusiasta y dadivoso de antafo;
cuya sonrisa pedia iluminar un ambiente sombrio con
solo reir
En estes ultimos dias, solo noté tu desinterés y
fextrafio desapego hacia mi. Por ejemplo, hace unas
semanas sufri un leve accidente al salir de clases. No
pensé en llamar a papa o mama, sino a ti; pero tu
abulia y escasa preocupacién "solo termind por
demostrarme que ya no te Interesaba mis. Ni mencionar
fel dia de mi onomastico, creo que el borrador de la
indiferencia hizo que te olvidaras 0, quiz, asi lo
deseaste tu. Después de una semana me llamaste. Y,
laro esti, no quise contestarte -me decia eres un
amplén” al menos deberias pedir disculpas-. A la
semana siguiente, me esperaste fuera de la universidad
con un ramo de llamativos geranios y, a tus pies, globos
‘metalicos que Wevaban grabados, en’etras doradas: un
ite amo! Estaba tan enfadada y -acuitada por todo- que
para no hacerte un desaire, solo los tomé y me marché
raudamente sin decirte nada.
Mi familia empez® a preguntar reiteradas veces. por
; solo les digo meros embustes para que no me
fnterroguen mis y, porque, ademas, ya me acostumbre
‘a mentirles de lo nuestro y a fingir que todo va super
bien cuando en la realidad todo es muy distinto.
Extrano al hombre de antes, a ese con quien
cconvertiamos de cualquier lugar -por mas sencillo que
fuese- en el mejor de todos; porque eso era capaz de
lograr lo que sentiamos y mucho mas. Abri_ por
ceasualidad mi Facebook y me llevé una ingrata sorpresa.‘Asolas con tu espejo
Habias borrado nuestras fotogratias de tus albumes:
todo Lo que vi esa noche me caus6 una gran depresion
Ayer recibi una Uamada tuya, esta vez decidi
ccontestar me pedias autorizacién para lleverte tus cosas
‘eres un estipido nunca pediste permiso para nada- y yo
accedi a entregirtelas. Me hice a la idea que ya no
ddeberia pensar mas en nosotecs, de no evocar todo to
‘que pasamos en estos largos aiios juntos; pero te
quiero, Mario, ain es dificil todo esto param
A llegar vestias camisa de rayas que te obsequié el
dia de nuestto aniversario: noté tu desalinio y descuido.
Te dejaste dejado crecer la barba y, un poce, el
cabello, -{Que pasa realmente por tu cabeza, Mario? ,
ya no comprendo nada en tu actuar. Al entrar, me
Saludaste con un sutily algido beso que intenté sosiayar
sin éxito alguna,
AL sacar tus cosas y ponerlas en la baca de tu auto me
sijiste:
Es hora de marcharme- ,-cuidate-. En mi mente,
solo repetia eres un desaimado, Mario. Cref que al
‘menos darias explicaciones. Y no fue asi
Antes de subit a tu vehiculo me observaste por unos
segundos, supengo que estabas constatando que ya nada
sentias por mi o, tal vez, intentabas recordar aquellos
instantes juntos. El corazén se me empezo a acelerar
‘cuando en vez de subirte al auto, cerraste la puerta, y,
te aproximaste hasta donde estaba bien aplomada, con
{a pena dibujada en mi rostro desencajado.
Te inclinaste como pidiendo clemencia y sacaste una
pequeiia cajiia de tu tolilo izquierdo. La emocion
saltaba en mis pupilas, quedando congelada y embebida
"
Franco Félix Manani Damien
por unos minutos. Me estabas pidiendo matrimonio, En
‘e208 precisos instantes, te envolvi fuertemente en mi
rregazo, rogando al cielo que no sea solo un suefo. Tus
lagrimas y las mias se unieron en calida pasién y
formaron un sola gota. Tus labios himedos y los mios,
temblorasos, se buscaron con desesperacién. Aquella
tarde al ocultarse el Sol, se llevd consigo nuestras
imagenes plasmadas juntas por nuestras sombras como
tn recuerdo que no olvidaré jams.