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8 El Matrimonio
8 El Matrimonio
Introducción
Si Dios no hubiera considerado el matrimonio como algo importante no hubiera iniciado el antiguo testamento con
un matrimonio (Adán y Eva) y terminado el nuevo testamento con las bodas del cordero. El propósito de Dios para
la familia es ser el centro y fundamento de ella para consolidarla, iniciando con el matrimonio. (Salmo 127: 1-5.
127:1-2).
A quien le gustaría que nuestros hijos tengas un matrimonio como el de nosotros? Esa es la idea que los hijos tienen
del matrimonio, lo que ven en mi matrimonio.
Un pacto
El matrimonio es un jardín de rosas, con todas sus espinas. (Efesios 5:21-30)
Diferencia entre contrato y pacto.
o Contrato tiene un tiempo de caducidad, un pacto no.
o En el contrato se deben cumplir los estatutos sino se rompen, los pactos no. (Gálatas 3:15)
El matrimonio es un acuerdo entre dos personas, pero es un pacto de tres personas.
Las personas unidas no tienen el pacto solo el acuerdo y se les deben invitar a hacer ese pacto.
Al casarnos hacemos promesas (en la salud y en la enfermedad) que debemos cumplir, aunque nuestro
conyugue no lo haga, que no quede en mi.
En el noviazgo no hay defectos, pero al casarnos iniciamos a vivir como un contrato, si el cumple yo cumplo,
si el cambia yo cambio. Dios nos capacita para dar.
Siembra y cosecha
Las que vivo hoy en el matrimonio es resultado de una siembra que hice ayer (Gálatas 6:7-10).
Hay cosas que llevan más tiempo para que den fruto, pero hay que seguir sembrando.
La cosecha puede cambiarse pero lleva tiempo, hay que arrancar el mal fruto, preparar la tierra, sembrar y
esperar el nuevo fruto. La mayoría de cambios se logran orando y sembrando.
Cada cierto tiempo debemos retroalimentar la relación.
Que el marido sea la cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia
Todo grupo necesita de alguien que lo dirija, Dios ha decidido que el líder de la familia sea el varón.
La dirección debe ser con amor, amabilidad y consideración.
Responsabilidades de la cabeza:
o Provisión de las necesidades físicas y espirituales.
o Amor, protección y el interés por su bienestar.
o Honrarla, comprenderla, apreciarla y considerarla.
o Absoluta fidelidad.
La comunicación
Aprender a escuchar. Generalmente sólo procesamos el 20% de la información que recibimos.
Medir el alcance de las palabras. (Proverbios 18:21).
Ser cuidadosos del significado de las palabras (Job 19:2. y Santiago 3:10).
Conclusión:
No podre amar a alguien si no me amo a mi misma. Si como mujer no me amo, no podre amar a mi pareja.
Como pareja debemos comprender que es necesario darle a Dios el lugar central en nuestro matrimonio, para lograr
realizar cambios necesarios y crear una relación de pareja satisfactoria y edificante. ¿Está dispuesta a abrirle las
puertas de su matrimonio a Dios?