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REVOLUCION Y REFORMA (1830-1850)

La Revolución de 1830 fue la segunda de las oleadas revolucionarias


que tuvieron lugar durante la primera mitad del siglo XIX. Junto con la
de 1820 y la de 1848 forma parte de las denominadas revoluciones
burguesas de carácter liberal. Aunque cada una de ellas tuvo
particularidades propias, todas coinciden en su lucha contra la vuelta
del absolutismo.
Después de la derrota de Napoleón Bonaparte, las potencias
vencedoras se reunieron en el Congreso de Viena para diseñar una
Europa en la que las ideas de la Ilustración y del liberalismo no
estuvieran presentes. Sin embargo, parte de la población reaccionó
levantándose contra los gobiernos que se formaron.

La Revolución de 1830 tuvo su origen en Francia. Allí, el rey trató de


promulgar algunas leyes para regresar a un sistema de gobierno
absolutista. La reacción de la calles acabó provocando su renuncia. En
las semanas siguientes, los levantamientos se extendieron por buena
parte del continente.

Causas
La derrota de Napoleón dio pasó a un periodo en el que los países con
monarquías absolutistas trataron de organizar Europa de acuerdo a
sus ideas. Sin embargo, las ideas ilustradas y liberales no habían
desaparecido del continente.

La primera oleada revolucionaria se produjo en 1820. Ese año se


produjeron levantamientos en España, Nápoles, Grecia y Portugal,
todos con la característica común de ir contra las monarquías
autoritarias.

Los líderes de estas revoluciones procedían, en su mayor parte, de la


burguesía. Además, también fueron impulsadas por varias sociedades
secretas, como la de los carbonarios.
Causas económicas
No fue solo la ideología la causante de la revolución de 1830. Los
problemas económicos por los que pasaron varios países europeos
también tuvieron mucho que ver en que las protestas estallaran.

Las malas cosechas de varios productos básicos conllevó el aumento


de los precios y su escasez en los mercados. Las clases populares
vieron disminuidos sus salario y, en consecuencia, las ventas
disminuyeron.

Factores Políticos
A pesar de los esfuerzos de la Santa Alianza por mantener a los
gobiernos absolutistas en toda Europa, la derrota de Napoléon no
había llevado la estabilidad política al continente.

Nacionalismo
En algunas zonas de Europa, además de los factores ideológicos, una
de las causas de las revoluciones fue el fortalecimiento del
nacionalismo. En algunos casos, como en Italia, se trataba de
movimientos que deseaban unificar el país y acabar con el control
austriaco sobre algunos de sus territorios

Características
Dado que las revoluciones de 1830 se expandieron por varias zonas
del continente, las características de las mismas contienen elementos
comunes y otros particulares.
Protagonismo de la burguesía
La burguesía fue la protagonista de las tres oleadas revolucionarias
que tuvieron lugar en la primera mitad del siglo XIX. El desarrollo de la
industria y la implantación del capitalismo había hecho que esa clase
social ganara poder económico.

Sin embargo, su importancia económica no era acorde con su papel


político, ya que, en los sistemas durante la Restauración, solo la
nobleza y la Iglesia podían ejercer el poder.

Descontento de las clases populares


Las revueltas de 1830, al contrario de lo que ocurrió en 1820, contó
con la presencia de las clases trabajadoras. Estas sufrieron de manera
especial las consecuencias de la crisis económica, además de que sus
condiciones laborales eran muy penosas.

Nacionalismo y romanticismo
Las bases ideológicas de las revoluciones de 1830 fueron el
liberalismo, el romanticismo y el nacionalismo.

Este último, que se relacionaba con el romanticismo fue adoptado en


gran medida por los burgueses liberales, creció enormemente tras la
derrota de Napoleón.

Revoluciones en Europa
Como pasó en 1789 y como volvería a ocurrir en 1848, la revolución
de 1830 comenzó en Francia. En poco tiempo, se extendió por otros
países europeos, como Polonia, Italia o Alemania.
Francia
Denominada como la Revolución de Julio o Las Tres Gloriosas, las
revueltas en Francia se desarrollaron durante tres días consecutivos
del mes de julio de 1830. El motivo principal fueron las decisiones
tomadas por Carlos X, que pretendía implantar varias medidas de
carácter autoritario

Bélgica
El Congreso de Viena había creado un Estado llamado Reino Unido de
los Países Bajos. En este se encontraban reunidos Flandes, las
Provincias Unidas o Reino de Holanda, Luxemburgo y otros territorios
de tamaño menor. Al frente había colocado a los holandeses

Polonia
En el diseño de Europa adoptado en el Congreso de Viena, Polonia
quedó dividida entre Prusia, Austria y, sobre todo, Rusia. Solo Cracovia
quedó como Estado independiente.

Italia
Aunque no estuvo exenta de reivindicaciones liberales, la revolución en
Italia tuvo un componente marcadamente nacionalista. Los
carbonarios, una sociedad secreta, fue la impulsora de las revueltas.

Alemania
Como pasaba con Italia, Alemania también estaba en pleno proceso
que acabaría con su unificación. En esos momentos, ya había creado
un gran mercado único que abarcaba a los territorios del que fue
Santo Imperio Romano.

En el Reino Unido

Se encontraba el Reino unido en medio de la revolución industrial, se cree que por


esta razón no pudieron comenzar a hacer una revolución en el ámbito político. En
su lugar iniciaron un movimiento social que logró marcar una presencia fuerte en
lo que era el nacimiento del movimiento obrero.

En España

Se volvió famoso el pronunciamiento de Torrijos que resultó ser fallido y ocurrió


en un periodo que era el final del periodo en el trono de Fernando VII. Este
evento lo organizó el alineamiento de las fuerzas sociales y políticas que
pertenecían a los bandos conocidos como los del liberalismo y los del absolutismo.

Consecuencias
Las consecuencias de la revolución de 1830 dependieron mucho de
donde se produjese. En esa época, las potencias absolutistas tenían un
acuerdo para reprimir cualquier revuelta liberal utilizando la fuerza si
era necesario.

Se trataba de la Santa Alianza que, si bien no pudo controlar todos los


levantamientos revolucionarios, sí logró hacerlo en Italia o Alemania,
por ejemplo.

Revoluciones de 1848
Las reformas liberales que algunos países adoptaron en 1830 no
fueron suficientes para gran parte de la población. Por su parte, en los
lugares en los que la revolución había sido derrotada no desapareció el
ansia de cambio.

Europa volvió a vivir una nueva ola de revoluciones en 1848,


comenzado, de nuevo, en París. Al igual que en 1830, las rebeliones se
extendieron pronto por todo el continente.

Personajes destacados
FELIPE 1 DE FRANCIA
REY CARLO X DE FRANCIA

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