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La rúcula o rúgula es un tipo de hortaliza de la familia de las

brasicáceas, considerada para fines culinarios un tipo de verdura de


hoja. Por este nombre se conocen tres especies: Eruca vesicaria,
Diplotaxis tenuifolia y Diplotaxis muralis.

La siembra de la rúcula se puede hacer directa de la semilla sin


necesidad de trasplante. Suelen germinar en ocho o diez días y
podrás recolectar las hojas en seis semanas. Pese a que cuanto
mayor sea la maceta más abundante la cosecha, es ideal para
plantarla en tiestos pequeños o en jardineras de alféizar.

Productos a utilizar:

Aspersores, Válvulas, Conexiones flexibles o rígidas,


Conectores de agua, Abrazaderas de apoyo, Programadores,
Acesorios de compresión, T y L, Gravas (de tamaño medio), Teflón,
Malla geotextil

Las herramientas necesarias:

Papel milimetrado, Decámetro, Brújula, Lápiz, Regla, Goma,


Pala, Carretilla, Destornillador, Sierra para metales, Estacas,
Taladro, Medidor, Cortador, Llave de tubo
Plano del jardín

Dibujar el plano a escala de su jardín en un papel milimetrado.

Para empezar a dibujar, comience por los contornos de la casa


y marque los límites de su jardín. Incluye las zonas de riego
(árboles, setos, etc.) y los que no son de riego (refugio, pasillos,
terrazas, etc.)

Elegir los aspersores

Los aspersores se eligen en función de su alcance.

Las superfícies de pequeñas dimensiones (menos de 5 metros


de lado): elegir aspersores fijos. Para superfícies entre 5 a 13
metros de lado: elegir aspersores circulares. Para obtener un riego
uniforme, el riego los aspersores deberían cruzarse. La distancia
ideal entre dos aspersores es igual al alcance (el alcance y la
velocidad de cada tipo de riego se indica en su folleto de
información).
Indicar en el mapa la ubicación de los aspersores. Dibuje el
área regada por los diversos aspersores utilizando un compás de la
siguiente manera:

1. Para empezar, cubriendo las esquinas con 90 °.

2. A continuación, los lados con 180 °.

3. Por último colocar los aspersores de 360 ° si es necesario.

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Medir la presión

La presión se mide usando un medidor de presión conectado al


grifo de agua. Si usted no tiene un medidor de presión, consulte con
la compañía de agua. Para que funcione correctamente su
instalación debe tener al menos 2 kg / cm3 (2 bar). Si la presión es
superior a 5 kg / cm3 (5 bar), se necesita un reductor.

Llenar un cubo de 10 litros con el grifo más cercano y


cronometrar el tiempo de llenado (en segundos).

Cálculo de flujo: Capacidad (litros) x 3,6 / Tiempo = flujo en


m3/h
Ejemplo: Cumplimos un cubo 10L en 10 segundos: 10 x 3,6 /
10 =3,6 m3 / hora.

Para limitar las pérdidas de presión, se deben conectar los


aspersores en una misma línea.

La instalación

– Clavar las piquetas en el lugar de los aspersores.

– Conectar las piquetas con una cuerda.

– Expandir la tubería.

– Disponer sobre el césped los aspersores y las tuberías según


el plano definido.

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Cavar en los emplazamientos, una zanja en forma de V de una


profundidad de 30 cm. Conserve la tierra retirada para rellenar las
trincheras una vez el sistema está instalado.
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En el caso del jardín ya plantado, colocar la tierra en una


película de polietileno u otro para no dañar el césped.

– Mantenga la parte superior del cepellón para el relleno final


de la zanja con el fin de preservar la estética del césped.

– Colocar una capa de gravilla en la zanja.

– Ajustar las válvulas.

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En cada válvula, enroscar un conector de compresión con


teflón. Conectar a la red.

– Enlace las válvulas al controlador con 000 UI por cable R02V


1 mm2 usando conexiones DBM (voltaje: 24 voltios).

– Conecte las válvulas.


– Montar los accesorios de compresión en sus derivaciones.

– Instalar los tubos en el fondo de la zanja.

– Recorte los extremos con un cuchillo. Enrosca los racores en


la T.

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Montar los collares de apoyo.

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Purgar las tuberías: conectar el agua con las electroválvulas


abiertas.

– Instalación de rociadores en acoplamientos flexibles o rígidos.

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– Ajuste los aspersores: área, alcance y velocidad.

– Instalar el controlador en un lugar cubierto y seco.

– Conectar las válvulas con el programador a través de los


conectores DBM.

– Programe el sistema (consulte las instrucciones del


fabricante).

– Rellene de la zanja con la gravilla de tamaño medio, en un


espesor de aproximadamente 20 cm.

– Observe la perfecta verticalidad de los aspersores de riego.

– Rellene parcialmente la zanja con el resto de tierra, regar


bien para que la tierra se asiente sobre la capa de gravilla.

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Implementar una rejilla advirtiendo sobre toda la anchura y la


longitud de la zanja.
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– crear una barrera para evitar el hundimiento de la tierra.

– Coloque los restos alrededor de los aspersores para


recuperar el nivel inicial.

– En el caso de un camino para un carro, proteger la manguera


de jardín enterrada usando un tubo de PVC o de cemento.

– Cubrir de grava y losa de hormigón.

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Además, te ofrecemos otros tipos de sistemas de riego para


ahorrar agua:

Manejar con delicadeza


La rúcula tiene aspecto frágil y lo es. Se suele encontrar limpia
y embolsada, aunque también puedes cultivarla en pequeñas
macetas en casa e ir cortando hojas según necesites. La clave para
disfrutarla con todos sus matices es que se vea de color verde
intenso, brillante y con hojas firmes. Descarta aquellas de aspecto
gelatinoso, arrugado o que están empezando a virar al marrón: se
han echado a perder.

La rúcula solo aporta 31 kcal por cada 100 gramos: el 91,7% es


agua; el resto son carbohidratos, fibra y un pequeño aporte de
proteínas.

Una vez en casa, guárdala en el cajón de las verduras, pues es


muy sensible al frío. A la hora de colocarla, déjala para el final. Así
quedará encima del resto de hortalizas y evitarás que se aplaste, ya
que es muy vulnerable a la presión. No la congeles ni la tengas
demasiado tiempo a la intemperie. Cumpliendo estas premisas,
puede aguantar sin problemas una semana en tu refrigerador.

Refrescante, suave y baja en calorías

La rúcula solo aporta 31 kilocalorías por cada 100 gramos y,


dado su intenso sabor, deja constancia de su presencia. El 91,7%
es agua; el resto son carbohidratos (3,65 gramos), fibra (1,6
gramos) y un pequeño aporte de proteínas (2,58 gramos).

Entre los micronutrientes, destacan los 596 mcg de vitamina A,


necesaria para la función visual y para mantener en buen estado la
piel y las mucosas. En menor medida, también aporta vitamina C
(15 mg). Además de propiedades antioxidantes, esta vitamina
interviene en la formación de colágeno para la piel, los músculos o
los huesos y mejora la absorción del hierro.

En cuanto a los minerales, destaca el calcio (160 mg), clave


para la formación de los huesos y los dientes, y el potasio (369 mg),
necesario para para mantener la presión arterial en niveles
normales.

Para hamburguesas ‘gourmet’

Si pones mostaza en la hamburguesa para darle ese toque


picante, pero sutil, ya tardas en añadirle rúcula. Una receta cada
vez más extendida es la pizza con rúcula y tomates cherry. El truco
está en hornear los tomates y, con el horno apagado, añadir la
rúcula y mantenerla un par de minutos para que pierda algo de
cuerpo, pero no todo. Sirve con un chorro de aceite de oliva virgen
extra y disfruta de un sabor 100% mediterráneo.

Por supuesto, también queda perfecta en ensalada. Un detalle


que los chefs profesionales cuidan al máximo es echarla sobre otras
hojas más firmes, como la lechuga o la escarola. Y, sobre todo, por
encima de otros ingredientes más jugosos como el tomate, para que
no se humedezca y pierda textura. Ten en cuenta su sabor picante
a la hora de añadir rábanos, mostaza o cebolla, no sea que el sabor
quede demasiado intenso.

Rúcula: un parásito afecta su cultivo de y genera pérdidas

En la época en que crece la ingesta de ensaladas, manchas


blancas en las hojas de rúcula arruinan su venta ¿Es apta para
consumo humano?...

Por Agrositio. 20/10/2021 | 09:10

Desde hace algunos años la rúcula comenzó a ganar


popularidad y se incorporó en la mesa de los paranaenses, no solo
como ingrediente para ensaladas, sino además como un
condimento que acompaña a la pizza y le aporta un sabor singular.

Con la llegada de los días en los que se registran temperaturas


más elevadas, su demanda habitualmenete crece, habida cuenta
que la ingesta de ensaladas se expande entre quienes buscan
cuidarse ante la inminente cercanía del verano, también entre
quienes procuran incorporar una alimentación más saludable, o por
simple gusto e inclinación por un plato que sea más liviano.
Además, su precio es accesible: se pueden conseguir pequeños
ramilletes a 40 pesos, aunque en lugares más céntricos de la capital
entrerriana cuestan 80, dependiendo del tamaño y la presentación;
y ya lista para ensalada, envasada en bandejas, oscila entre los 110
y los 150 pesos.

Sin embargo, quienes son adeptos a la rúcula se llevaron en


las últimas semanas la sorpresa de que no se consigue con
facilidad, y cuando encuentran que una verdulería tiene esta
hortaliza a la venta, la calidad de sus hojas suele distar del verde
lozano que le aporta frescura y tienta al paladar.

Hoy la mayoría de los atados de rúcula que están disponibles


tienen rugosas manchas blancas o amarillentas que le dan un mal
aspecto. Y aunque el vendedor o vendedora le asegure al cliente
que es una particularidad de la planta que es común en esta época
y que no genera riesgo para la salud de quien la come, la duda
permanece.

Lo que ocurre actualmente en Paraná y la zona es que la


rúcula está afectada por “un patógeno llamado Albugo cándida”.
Según explican sitios expertos “puede afectar a varias plantas de la
familia de las brasicáceas”.

Ante este panorama, hay varias verdulerías optaron por no


ponerla más a la venta, luego de abastecerse y tener que
decomisar la mercadería, ya que así la gente no se anima a llevarla.
En este marco, Diego, un joven paranaense fanático del sabor de la
rúcula y que la consume durante todo el año en ensaladas, se topó
con que su verdulero amigo le avisó que “por varias semanas no se
va a conseguir”.

Daniel Brandolín es productor de Paraná y confirmó a Uno que


hoy en día la rúcula está afectada por unas “manchitas virósicas” y
explicó: “Ataca únicamente a la rúcula. Se va contangiando planta a
planta de manera muy fácil, ya sea por el viento, los insectos o la
cercanía entre una y otra. Si llegó un lote, se contagia rapidísimo el
lote de al lado. Y si bien no afecta en nada a la salud de las
personas su consumo, es imposible venderla así, porque queda
feísima la planta y a nadie le gusta consumirla de este modo”.

Acto seguido, lamentó: “Es pérdida para nosotros”. Y si bien


contó que existen en el mercado funguicidas para prevenir este
parásito, aclaró: “Lo que sucede es que entramos a un terreno
medio complicado, porque hay que tener mucho cuidado para
empezar a fumigar con eso, contar con la aprobación del Senasa y
respetar un tiempo de carencia. Hay que tener mucha precaución. Y
además, esto incrementa los costos”.

En este contexto, de acuerdo a lo que mencionó, la mayoría de


los productores prefiere descartar el cultivo hasta que el patógeno
sea controlado naturalmente. Por eso se interrumpe temporalmente
el cultivo de rúcula, cuya planta tarda entre 20 y 30 días en crecer al
tamaño óptimo para ser cosechada.
Por su parte, Norma Formento, ingeniera agrónoma y doctora
en Ciencias Agrarias del Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria (INTA) en Oro Verde, contó a UNO que es habitual
que mucha gente solicite consejos sobre cómo controla al Albugo
candida, una “falsa roya” que afecta a la rúcula. “Si bien soy
especialista en enfermedades de los cultivos extensivos, como trigo,
maíz, alfalfa y demás, tengo preparado un material sobre oomycete
porque todo el mundo me lo pide”, dijo, y aclaró: “No es un hongo.
Es un parásito obligado. Lo que se ve en la hoja de la rúcula son los
cuerpos de los microorganismos. Y aunque no tenga ninguna
incidencia sobre la salud de quien la consume, para los productores
es difícil venderla así, porque ni a nadie el gusta el aspecto que
tiene”.

Sobre la presencia de este patógeo que afecta a la rúcula,


Formento refirió: “Es algo endémico. Hace 38 años que vine a
Paraná y estoy en el INTA y las consultas han sido siempre, pero
las huertas antes eran mas localizadas. Este problema es de difícil
control en cualquier parte del mundo, pero hay una cantidad de
herramientas que pueden llegar atenuar su impacto”.

Entre estas medidas, señaló en el material que compartió con


UNO que “no hay que sembrar en el mismo sitio donde las plantas
de rúcula presentaron síntomas y signos” y aclaró que esto para
cualquier cultivo. En este marco, indicó que tampoco hay que
sembrar otra hortaliza de la misma familia, como por ejemplo
repollo, kale, coliflor, repollito de Bruselas, brócoli, rabanito, berros,
mostaza u otras “coles”.

También indicó que “sobrevive como micelio en hospedantes


perennes y como osporas en los restos de plantas (rastrojo) y en el
suelo como esporas durmientes. En presencia de humedad,
germinan y forman zoosporas móviles”, y agregó: “Sobrevive y se
transmite por semilla, oosporas sobre el tegumento, las

que pueden sobrevivir entre 10 y 20 años en condiciones


secas. La germinación de las oosporas ocurre entre 10 y 20°C con
una humedad relativa mayor al 70%. Las infecciones primarias
proceden de plantas voluntarias o malezas con pústulas, de las
semillas o rastrojo y los esporangios se diseminan por el

viento; las infecciones secundarias, ocurren a partir de


esporangios de las pústulas formadas sobre las hojas donde las
zoosporas ´nadan´ hacia losestomas. Las zoosporas no germinan
por encima de 25°C”.

Por otra parte, sostuvo: “Prefiere ´agua libre´ sobre las hojas y
temperaturas óptimas entre 8 y 15°C”, y manifestó: “Las plantas
jóvenes son las más susceptibles”.
“Se transmite a través de la poda, de las manos o instrumentos
de corte, por lo que hay que desinfectar tijeras en hipoclorito de
sodio al 5% durante 5 minutos o las manos, con alcohol 96°”, dijo, y
aconsejó “sembrar con una densidad óptima, para que cubra la
superficie del suelo que eviten las salpicaduras pero a la vez, que
ocurra una buena aireación”. También recomendó “podar las hojas
sanas y desechar las hojas enfermas fuera del área de cultivo”,
indicando que “estas, se recolectan en un recipiente y se llevan a un
pozo en la tierra a una distancia mínima de 10 metros
aproximadamente, donde se quemarán una vez que los restos
estén secos”.

“Si no desea quemar, se pueden enterrar a más de 30 o 50


centímetros de profundidad”, expresó, entre otras indicaciones para
poder controlar este parásito.

Fuente: Uno Entre Rios


SISTEMA POR ASPERSIÓN:

Es un sistema que consiste en una precipitación en forma de


gotas. Este sistema permite que el agua se extienda de manera
uniforme, y el agua se infiltre allá donde cae. Este sistema permite
controlarlo automáticamente. Otra ventaja del sistema es la
flexibilidad que tiene para adaptarse al terreno.

SISTEMA POR GOTEO:

El riego por goteo es un sistema de riego automático localizado


que consiste en tuberías con goteros insertados que expulsan el
agua gota a gota. Por otra parte, al instalar el riego por goteo
podemos elegir entre tuberías de goteo en superficie o goteo
subterráneo, las tuberías de esta última se entierran a 15 cm de
profundidad si las plantas que vamos a regar son pequeñas o
hortalizas, si por el contrario son arbustos o arboles se enterrarán a
30 cm.

Hay dos tipos:

GOTEROS NORMALES

Son adecuados para jardines pequeños y rectos, que no


necesitan más de 150 m de tubería. Estos goteros expulsan más
cantidad de agua cuando la presión es mayor.

GOTEROS AUTOCOMPENSADOS

Son adecuados para jardines grandes y áreas con desniveles.


Estos goteros arrojan igual caudal de agua entre unas presiones
establecidas.

SISTEMA POR MICROASPERSIÓN:

Este sistema es de corto alcance por este motivo es muy eficaz


para riego de macizos de flores, como por ejemplo los rosales, y
espacios pequeños. El sistema consiste en una red de tuberías con
microaspersores que proyectan el agua en forma de chorros
pequeños. La microaspersión es eficaz en zonas donde la presión
del agua no es siempre estable, como en urbanizaciones.

SISTEMA POR MICRODIFUSION:

La microdifusión se usa para regar semilleros, huertos,


invernaderos y zonas pequeñas o estrechas del jardín. Consiste en
una red de tuberías con microdifusores de pequeño tamaño por el
que sale el agua a presión distribuyéndose en gotas muy finas, en
forma nebulizada. La ventaja de este sistema es que funciona con
presiones de agua baja.

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