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¿Qué hacer cuando te dicen ‘no’ al

buscar una colaboración?


Por: Jorge Lavalle
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Imagina que estás en bancarrota, con sólo $106 dólares en tu


cuenta. También te quedaste sin carro e incluso tienes que vender
a tu perro para salir adelante.

Pero tienes una idea que consideras muy buena.

El problema es que nadie quiere comprártela: no les parece


interesante o te ofrecen hacerla de modo distinto al que propones.

En el mejor de los casos, te ofrecen algo de dinero, pero con la


condición de que no participes en el proyecto.

¿Qué harías? ¿Tomarías lo que ofrecen para salir del apuro, o


insistirías hasta obtener un acuerdo justo?

Por necesidad, la mayoría quizá escogería agarrar lo que les den.


Sin embargo, Sylvester Stallone sabía que su propuesta era
valiosa y que él debía estar a bordo.

“Sly” es ahora un héroe de acción veterano, famoso por sus


actuaciones en Rambo, The Expendables y la saga que lo
catapultó a la fama: Rocky.
La historia de cómo se logró la primera película del “Semental
Italiano” es un ejemplo de tenacidad ante el rechazo.
Sylvester Stallone es hoy una celebridad. Pero para lanzar su
carrera tuvo que sortear una serie de rechazos. Foto: Getty Images.

En los 70, Stallone era un actor sin fama, recién llegado de Nueva
York a California, que intentaba ganarse la vida como podía.

Un día presenció la pelea de box entre el legendario Muhammad


Ali y un desconocido Chuck Wepner. Y el retador logró aguantar la
pelea y derribar al campeón del mundo.

Esa misma noche, Stallone escribió el guión de Rocky. Entonces


comenzó su peregrinar.

Aprovechaba los castings fallidos para comentarles su idea a los


directores. Algunos rechazaban la propuesta y otros más le
ofrecían comprarle el guión, con la condición de que otro actor de
moda fuera el protagonista.

Pero Sly estaba decidido a que él debía ser la cara principal del
proyecto.

“Sabía en el fondo de mi cabeza que si vendía el guión y le iba


bien, iba a terminar tirándome de un edificio si yo no participaba…
Debía tratar, simplemente debía hacerlo, Quizá me equivocaría y
arrastraría a otros conmigo, pero creía en ello”, comentó  en una
entrevista.
Al final, logró convencer a los productores de estelarizar y dirigir la
película, pero con un presupuesto de 1 millón de dólares, muy
poco para una producción hollywoodense.

Para compensar la falta de recursos, emplearon a familiares y


amigos para actuar en el filme, usaron cámaras de mano e hicieron
varias escenas en una sola toma.

Después de presentar la película ante el Gremio de Directores, la


multitud esperaba a Stallone a la salida… y cuando él creyó que
empezarían a abuchearlo, comenzó la ovación.

La historia de Rocky Balboa, un humilde boxeador de Filadelfia


que pasa de la pobreza a la fama tras enfrentar al campeón del
mundo, se había hecho realidad. Incluso ganó un Óscar a Mejor
Película.

Por cierto, lo primero que Stallone hizo tras recibir su primer


cheque, fue recuperar a su perro.

¡Aguanta los golpes!

Si llevamos el caso al mundo empresarial, ¿cómo reaccionarías


cuando tus propuestas son rechazadas por tus jefes o
colegas?
El primer paso para aguantar los ganchos de la negativa es
mantener la calma y verlo desde el ring profesional: es muy seguro
que no sea personal.

Te ayudaría a subir la guardia trabajar en la resiliencia. Ésta se


entiende como la capacidad de resistir y lidiar con situaciones de
trauma o fuentes grandes de estrés.

Rich Fernández, CEO de Search Inside Yourself Leadership


Institute, recomienda en un artículo de HBR cinco pasos para ser
más resiliente en el trabajo:

1. Ejercita “mindfulness”: enfocar tu atención en lo presente y en lo posible ayuda


a centrarte en la resolución de problemas, incrementa la productividad en el
trabajo y reduce el estrés de forma significativa.
2. Compartimentaliza tu entrada cognitiva: el cerebro recibe 11 millones de
piezas de información por segundo, pero sólo puede procesar hasta 40. Evita
sobresaturarte al querer hacer varias cosas a la vez. Mejor dedica un tiempo
específico a cada actividad.
3. Toma descansos para desconectar: los ciclos de actividad y atención por lo
general duran entre 90 y 120 minutos, después de ello es esencial tomar un
momento para despejar la mente. Preservar energía nos ayudará a lidiar mejor
con momentos de tensión.
4. Desarrolla agilidad mental: se refiere a la habilidad de “descentralizar” el
estrés. Es decir, de dar un paso atrás, observarlo desde fuera, ponerle nombre a la
situación y ver sus causas y efectos. De esta forma podrás tomar decisiones más
acertadas.
5. Cultiva la compasión: tratar a los demás (y a ti mismo) de forma positiva, como
a ti te gustaría que fueras tratado, además de crear un ambiente positivo, fomenta
la colaboración y el entendimiento. Así habrá campo para buscar soluciones en
lugar de excusas.
Desarrolla la ‘mirada del tigre’

Aunque es importante aprender a conservar tu buen ánimo ante


una negativa, lo ideal es no quedarse sólo ahí. En la medida de lo
posible, sería útil entender por qué no se logró la colaboración.

Kat Boogaard y Richard Moy, de The Muse, sugieren algunas


respuestas que puedes aplicar como seguimiento ante una
negativa.

Así, puedes entender las razones de tu interlocutor, mejorar tu


próxima propuesta o incluso darle la vuelta y encontrar una forma
en la que sí puedan colaborar:

 “¿Cómo crees que podría mejorar mi propuesta?”: De esta forma, para la


próxima vez tendrás un mejor pitch.
 “Déjame ver qué más se me ocurre”: Es muy probable que el problema
que quieres resolver siga necesitado de una solución, no quites el dedo
del renglón.
 “¿Qué haría falta para que me dijeras que sí?”: Si te pones del lado de tu
interlocutor y tomas en cuenta sus necesidades, será más sencillo
alcanzar algún acuerdo.
 “¿Podría volverlo a sugerir en un par de semanas o meses?”: Recuerda
que un “no”, no necesariamente significa un “nunca”.
 “¿En qué sería mejor que me enfocara?”: Quizá tu idea es buena, pero
hay otras prioridades en ese momento y ambos se beneficiarían de poner
sus energías en ello.
 “Gracias por tu atención”: En ocasiones que nada más “no se va a armar”,
es importante mantener la cordialidad y la actitud profesional.
Levántate y sigue peleando

Te dijeron que no, y te explicaron por qué. Pero el hecho de que


quizá no sea el mejor momento para que otros se unan a tu
proyecto, no quiere decir que tengas que quedarte con los
brazos cruzados.

Como te enseñamos en un post pasado, convéncelos con


evidencia.

Si estás seguro de que tu idea es buena -más si tras comentarla


con tus colegas recibes feedback positivo-, puedes, en la medida
de lo posible, empezar a implementarla.

En el caso de que no afecte demasiado la dinámica de trabajo de


tu área, puedes microimplementar esa solución en tus labores
diarias.

Por ejemplo, si tenías una idea para un nuevo sistema de


archivado, puedes usarlo tú mismo para aumentar tu productividad.

O si creías que cierta app les facilitaría la vida y puedes


conseguirla tú, hazlo y trabaja con ella.

Y en el caso de que tengas cierto nivel de gerencia, puedes


implementar tu sistema dentro de tu área, si no es muy disruptivo,
y hacer una especie de programa piloto.
El objetivo, por supuesto, es que se note y los buenos
resultados lleguen a oídos de los directivos o compañeros de
otras áreas. Esto con el fin de que decidan subirse al barco.

¡Una pregunta! En el caso de que la persona a quien intento


convencer sea mi jefe, y me diga que no, ¿sería buena idea
saltármelo e ir con su superior inmediato?

La respuesta en la mayoría de las organizaciones tradicionales es


NO, ya que podrías poner en riesgo tu trabajo.

Sin embargo, si has cultivado una relación con el jefe de tu jefe y


sabe quién eres, existe un nivel de confianza, está consciente de
tu trabajo y crees que reaccionará de buena manera, puedes
jugártela. El que no arriesga no gana.

¡No dejes de entrenar!

Por último, no pares de trabajar en tus habilidades de


comunicación para lograr ser cada vez más persuasivo.

Puedes visitar los artículos anteriores de agosto y poner en


práctica sus consejos.

O también puedes echarle un vistazo a nuestro


programa iNSPiRA para aprender a convencer a través de
historias de alto impacto.
No dejes que un “no” te quite las ganas de innovar, sigue
intentándolo por extravagante que consideres tu propuesta.

Con el tiempo, perderás el miedo y las probabilidades de obtener


una contestación afirmativa incrementarán.

Al respecto, te recomiendo echarle un vistazo al proyecto 100


Days of Rejection, de Jia Jiang. Te dejo su TEDx Talk aquí debajo.

Volviendo a la historia de Sylvester Stallone, al final de su película


(spoilers) Rocky no logra vencer al campeón del mundo.

Sin embargo, la asombrosa pelea que dio le ganó suficiente


fama y motivación para derrotarlo en la revancha, retratada en la
secuela.

A veces una derrota sirve para ponernos en el camino correcto. Te


invito a que aproveches los obstáculos para convertirlos en
oportunidades de crecimiento.

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Sobre el autor

Jorge Lavalle
Jorge cree que amar tu trabajo no sólo es posible, sino necesario, y
que un liderazgo efectivo y empático es la clave para crear
organizaciones que trasciendan. 

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