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Investigación - Chatarra Electrónica

Desarrollo del Medio Ambiente

CHATARRA ELECTRÓNICA

La chatarra electrónica, desechos electrónicos o basura tecnológica son conocidos por el


concepto RAEE (Residuos de aparatos eléctricos y electrónicos). El tratamiento inadecuado de los
RAEE puede ocasionar graves impactos al medio ambiente y poner en riesgo la salud humana.

Definición
De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) un desecho
electrónico es todo dispositivo alimentado por la energía eléctrica cuya vida útil haya culminado.
La convención de Basilea por su parte define la chatarra electrónica como todo equipo o componente
electrónico incapaz de cumplir la tarea para la que originariamente fueron inventados y producidos. 
En España estos residuos están legislados por el Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero, sobre
residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, que los define como:

Aparatos eléctricos y electrónicos» o «AEE»: todos los aparatos que para funcionar debidamente
necesitan corriente eléctrica o campos electromagnéticos, y los aparatos necesarios para generar,
transmitir y medir tales corrientes y campos, que están destinados a utilizarse con una tensión
nominal no superior a 1.000 voltios en corriente alterna y 1.500 voltios en corriente continua.

Aparatos incluidos
El ámbito de aplicación del real decreto 110/2015 abarca las siguientes categorías de residuos:

1. Frigoríficos, congeladores y otros equipos refrigeradores.


2. Aire acondicionado.
3. Radiadores y emisores térmicos con aceite.
4. Otros grandes electrodomésticos.
5. Pequeños electrodomésticos.
6. Equipos de informática y telecomunicaciones
7. Aparatos electrónicos de consumo y paneles fotovoltaicos.
8. Televisores, monitores y pantallas.
9. Paneles foto voltaicos de silicio.
10. Paneles foto voltaicos de teluro de cadmio.
11. Otros aparatos electrónicos de consumo.
12. Aparatos de alumbrado (con excepción de las luminarias domésticas).
13. Lámparas de descarga de gas.
14. Lámparas LED.
15. Luminarias profesionales.
16. Otros aparatos de alumbrado.
17. Herramientas eléctricas y electrónicas (con excepción de las herramientas industriales fijas de
gran envergadura).
18. Juguetes o equipos deportivos y de ocio.
19. Productos sanitarios (con excepción de todos los productos implantados e infectados).
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20. Instrumentos de vigilancia y control.


21. Máquinas expendedoras.
22. Máquinas expendedoras con gases refrigerantes.
23. Resto de máquinas expendedoras

A partir del 14 de agosto se clasificarán los AEE en 7 categorías 3 (en lugar de 10), según lo dispuesto
en el Real Decreto 110/2015. Estas nuevas categorías son:

1. Aparatos de intercambio de temperatura.


2. Monitores, pantallas y aparatos con pantallas de superficie superior a 100 cm².
3. Lámparas.
4. Grandes aparatos (con dimensión exterior superior a 50 cm).
5. Pequeños aparatos (sin ninguna dimensión exterior superior a 50 cm).
6. Equipos de informática y telecomunicaciones pequeños  (sin ninguna dimensión exterior
superior a los 50 cm).
7. Paneles fotovoltaicos grandes  (con una dimensión exterior superior a 50 cm).

Problemas ambientales asociados


Existen diversos daños para la salud y para el medio ambiente generado por varios de los elementos
contaminantes presentes en los desechos electrónicos, en especial el mercurio, que produce daños al
cerebro y el sistema nervioso; el plomo, que potencia el deterioro intelectual, ya que tiene efectos
perjudiciales en el cerebro y todo el sistema circulatorio. Además, el cadmio, que produce fallas en la
reproducción y posibilidad incluso de infertilidad, entre otras cosas; y el cromo, que produce
problemas en los riñones y los huesos. El plástico PVC es también muy utilizado. Un celular móvil, por
ejemplo, contiene entre 500 a 1000 compuestos diferentes.
Estas sustancias peligrosas generan contaminación y exponen a los trabajadores en la fabricación de
estos productos; también la colocación de este tipo de residuos en la basura, o al alcance de las
manos de cartoneros, es poner en riesgo la salud de las personas y del ambiente, debido a que
contienen componentes peligrosos como el plomo en tubos de rayos catódicos y
las soldaduras, arsénico en los tubos de rayos catódicos más antiguos, trióxido de
antimonio retardantes de fuego, etc.

Mientras el celular, el monitor y el televisor estén en su casa no generan riesgos de contaminación.


Pero cuando se mezclan con el resto de la basura y se rompen, esos metales tóxicos se desprenden y
pueden resultar mortales. Muchos disponen de algún ordenador en casa y en el trabajo; aunque la
vida útil de estos equipos se estima en diez años, al cabo de unos tres o cuatro ya han quedado
obsoletos debido a los requerimientos de los nuevos programas y las nuevas versiones de los sistemas
operativos. Este constante desarrollo tecnológico sumado a la lógica del mercado, genera un
permanente recambio de los artefactos eléctricos y electrónicos que se consumen de manera
doméstica. Las nuevas funcionalidades y modelos de los aparatos; la mayor accesibilidad por la
disminución de los costos y la oferta constante de “la novedad”, hacen que estos productos se tornen
obsoletos con mayor rapidez. Adquirir un nuevo equipo informático es tan barato que abandonamos
o almacenamos un ordenador cuando todavía no ha llegado al final de su vida útil, para comprar otro
nuevo, desconociendo el enorme coste ecológico que comporta tanto la producción como el vertido
de ordenadores.
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Los residuos electrónicos de los equipos informáticos generan una serie de problemas específicos. Por
ejemplo, son tóxicos, debido a que incluyen componentes tóxicos como el plomo, el mercurio y el
cadmio. También llevan selenio y arsénico, entre otros. Cuando estos compuestos
son fundidos liberan toxinas al aire, tierra y agua. Otro problema es que suelen llevarse a los países
del tercer mundo porque es rentable. Allí se convierten en receptores de esta contaminación.

Vertederos tecnológicos
La PNUMA calcula que se generan cerca de 50 millones de toneladas, de aparatos electrónicos que
son desechados anualmente.
Existen grandes vertederos donde los países occidentales vierten sus RAEE. El mayor vertedero del
mundo de ese tipo se encuentra en China, concretamente en la ciudad de Guiyu, información que el
propio gobierno chino ha confirmado. Se calcula que en esa ciudad trabajan 150 000 personas para
tratar la basura que llega, principalmente, de Estados Unidos, Canadá, Japón y Corea del Sur.
La ONU estima que el 80 % de la basura tecnológica generada en todo el mundo se exporta a países
tercermundistas donde no existe ninguna regulación.
Otro gigantesco punto para verter RAEE localizado en Ghana, África, Que emplea indirectamente a
unas 30 000 personas, y aporta por año entre 105 y 268 millones de dólares al país.
Ghana importa alrededor de 215.000 toneladas cada año. Muestras de contaminación tomadas en los
suelos determinan niveles muy altos de concentración de metales pesados, como plomo, cobre o
mercurio.
Otro peligro es una práctica muy común que consiste en quemar los aparatos para retirar los plásticos
y poder acceder más rápidamente a los metales que contienen, como el cobre o el aluminio. Este
humo resultante es muy tóxico.

Posibles soluciones
Algunas posibles soluciones consisten en:

 Reciclar los componentes que no puedan repararse. Hay empresas que acopian y reciclan estos
aparatos sin costo para los dueños de los equipos en desuso.
 Promover la reducción de sustancias peligrosas que se usan en ciertos productos electrónicos que
se venden en cada país.
 La responsabilidad extendida del productor en la cual luego de su uso por los consumidores el
propio productor se lleva el producto, esto los impulsa a mejorar los diseños para que sean más
sencillos de reciclar y reutilizar.
 En algunos países se piensa en todo el ciclo de vida de un producto. Se multa a la gente que no se
comporta responsablemente luego de consumir. Incluso algunos productos tienen una tasa
destinada a resolver la exposición final de esos materiales.
 Las propias empresas deberían contar con un sistema de reciclaje de sus propios productos, así
todo el planeta se beneficiaría.
La «chatarra electrónica» o RAEE (Residuo de Aparato Eléctrico y Electrónico) puede considerarse en
general como residuo peligroso ya que contienen pilas, baterías, etc. Estos residuos deben ser
transportados con transportistas autorizados de residuos peligrosos y destinado a gestores
autorizados, en ningún caso a chatarrerías comunes.
El transporte o entrega directa a chatarrerías no autorizadas así como la recepción de estos residuos
sin la documentación legal están penados duramente bajo grandes multas.
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Solo en el eje troncal, Bolivia genera 30 toneladas de basura electrónica


Los residuos de aparatos electrónicos y eléctricos son conocidos como Raee. Están incluidos aquellos
dispositivos que requieren energía eléctrica para su funcionamiento. ¿Qué hace el país con ellos?
Hay un tipo de basura del que no se habla normalmente y que está dentro de la casa como si fuera,
muchas veces, una reliquia, o un objeto del que la familia no se quiere deshacer porque lo ha tenido
durante mucho tiempo.  
Eso que para muchos es algo muy importante, en realidad es considerado por los expertos ecologistas
como Residuo de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (Raee), cuya inadecuada disposición final tiene un
impacto negativo en el medioambiente y en la salud de la población.
La producción de Raee en el eje troncal del país, (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz) es de 30.000
toneladas métricas al año, con una tendencia de crecimiento. 

Hay familias que guardan televisores o teléfonos celulares en desuso, sin saber que si se rompe una
pantalla, puede generar gases que tienen efectos muy tóxicos para el organismo.

Esa revelación corresponde a  la Fundación VIVA, que es el área de responsabilidad social de la
telefónica VIVA, que el 2014 hizo una prueba piloto al  instalar en la Expocruz y en Feicobol
contenedores para recolectar residuos eléctricos y electrónicos, mientras que en La Paz, un camión
visitó diferentes barrios con el objetivo de recolectar estos residuos para entregarlos a gestores para
su correcta disposición y evitar la contaminación al medioambiente y daños a la salud de la población.
La Fundación Viva, desde 2014 ha logrado acopiar y entregar a los gestores autorizados más de 40
toneladas de Raee, 
El 2016 el Fondo Multilateral de Inversión y la Fundación VIVA comenzaron a preparar un proyecto de
reciclaje de Raee.

En abril de 2017 se firmó el convenio para la implementación del proyecto “Reciclaje de Residuos de
Aparatos Eléctricos y Electrónicos: Economía Circular para la Sostenibilidad en tres ciudades de
Bolivia”.
Fundación VIVA consiguió apoyo del Fondo Multilateral de Inversiones del Grupo BID, para el
desarrollo del proyecto “e-Waste”, que tiene como objetivo impulsar el reciclaje de residuos
eléctricos y electrónicos generando una economía circular que aporte al desarrollo sostenible del país.
Como parte del apoyo obtenido, Fundación VIVA recibirá un aporte de $us 500.000 para el desarrollo
del programa, cifra que será duplicada por la Fundación y que alcanzará el millón de dólares. 

¿Quiénes son las gestoras? 


Son empresas que cuentan con autorización para realizar el reciclaje de residuos, en este caso
particular de los Raee.
Tienen una serie de obligaciones que buscan asegurar tanto el mejor destino para los residuos como
la profesionalización del sector. 
En el eje troncal existen cinco gestores, de las que dos están en Santa Cruz. Una de ellas es la
Fundación Para el Reciclaje, esta institución fue creada el 2008 por Cainco, para promover temas de
medioambiente, nos enfocamos también en gestión de residuos y reciclaje. “Empezamos a investigar
qué se podía hacer con los residuos electrónicos. Lo hicimos en Perú, en Dinamarca. Perú es parecido
a nosotros: acopian, desarman, separan por tipos de componentes y exportación. Dinamarca da un
paso más: los pican, los separan, extraen metales y lo exportan a  refinadoras”.
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Posteriormente, consiguieron un financiamiento y desarrollaron el centro Raee Fundare, cuyos


servicios consisten en recepcionar material electrónico y eléctrico, pesaje, selección, desarmado y
separación por tipo de material: como ser plásticos, vidrios, metales, circuitos y cables. 
A cada residuo se le busca un mercado internacional responsable con el medioambiente, porque la
filosofía nuestra es dar una disposición responsable con el medio ambiente y cada uno de los
componentes. Hay residuos que tienen un valor y otros que no, que son un problema y hasta tenemos
que pagar para que lo puedan reciclar”.

La planta de Fundare funciona desde 2015 y a finales del 2016 realizaron la primera exportación por
un peso de siete toneladas y media.
“Hemos exportado a EEUU, a una empresa que hace una selección más minuciosa de los elementos y
que después, a su vez lo reexporta a una refinadora de metales.
La exportación es un paso para conseguir la auto sostenibilidad que aún no llega.
Raee Fundare tiene un costo operativo de $us 5.000 que van destinados a cubrir sueldos a cinco
personas, pagar alquiler, y las campañas de recolección en diferentes puntos fijos de la ciudad.

La chatarra electrónica mal manejada causa daños 


“No es recomendable que las personas saquen al basurero sus residuos electrónicos o eléctricos,
porque, por ejemplo, puede romperse la pantalla del televisor o de la computadora y eso es peligroso
para la salud”. Varios expertos han advertido también que los residuos electrónicos están llenos de
componentes tóxicos y que cuando se los tiran quedan expuestos y reaccionan con el aire, el sol o la
lluvia. Entonces emiten sustancias químicas que contaminan la atmósfera, el agua y el suelo. Tarde o
temprano estas sustancias entran en nuestros cuerpos y nos enferman. 

También se debe saber que los monitores y las baterías contienen plomo. Cuando este elemento
químico se libera en el medioambiente y es absorbido por los seres vivos, daña los riñones, el cerebro
y todo el sistema nervioso. También hace que disminuyan las habilidades de aprendizaje.
El mercurio está presente en interruptores, cubiertas, monitores y tubos fluorescentes. Afecta el
sistema nervioso, irrita los ojos y provoca erupciones en la piel.

Mientras que los tableros de circuitos y ciertas baterías recargables son de cadmio, un metal pesado
que puede provocar cáncer, debilidad en los huesos, daño al hígado y riñones, al sistema inmunitario,
diarrea y hasta desórdenes psicológicos.
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ANEXOS

Equipos electrónicos obsoletos Desechos electrónicos

Esquema de cómo debería desarrollarse un manejo responsable de los desechos electrónicos


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Después del proceso de desarmado y de selección, las partes son exportadas

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