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Fundamentos de Prehistoria

Unidad I

‘En busca del pasado’, Binford


Los arqueólogos son más que simples descubridores: no descubren el pasado, ya que el
registro arqueológico se encuentra en el presente, como parte del mundo
contemporáneo.
Los hechos observados del registro arqueológico son actuales y, por sí mismos, no nos
informan acerca del pasado. No se compone de símbolos, palabras o conceptos, sino de
restos materiales y distribuciones de materia, cuyo origen debe analizarse en conjunto
con las modificaciones y adquisiciones características que se dieron en el tiempo, tanto
producto de la actividad humana como de otros elementos.
La arqueología relaciona la actividad humana y dinámica con las consecuencias que tal
actividad deja en vestigios materiales, observables por el arqueólogo. En este sentido, éste
debe tomar los hechos arqueológicos, una especie de lenguaje no traducido, y
descifrarlo, a partir de la transcripción de la información estática contenida en los restos
materiales observables que permiten reconstruir la dinámica de la vida en el pasado y Comentario [CPL1]: Estática v.
estudiar las condiciones que han hecho posible su supervivencia. Tal desafío exige una dinámica: acá se relaciona con los dos
estudios de Otzi, siendo el de Dickson
mejor comprensión de nuestras propias interacciones con el mundo material, y en cómo una visión estática de los restos
éstas pueden modificar nuestro contexto. materiales hallados; y el de Vanzetti
aportando la dinámica y revisión del
Diferencias con otras ciencias: los arqueólogos no son historiadores en desventaja por pasado.
También se relaciona con Binford, u2
no contar con documentos escritos, ni tienen dificultades por las alteraciones que puedan (en el texto de Frére).
darse en la escritura, como las opiniones e intereses de quien escriba. Aunque las cosas
materiales comunican información codificada, ésta no se encuentra codificada con
propósitos de engaño. Asimismo, el rol del arqueólogo se diferencia de las ciencias
sociales, ya que se concentra en el estudio de elementos materiales.
En lo que respecta a las ciencias naturales, el arqueólogo interpreta los hechos
arqueológicos actuales que observa, y luego trata de evaluar hasta qué punto su imagen del
pasado se ajusta a la realidad. De allí que siempre se haya afirmado que la arqueología debe
adoptar los métodos de las ciencias naturales, únicas técnicas que pueden ayudar en su
peculiar dilema: disponer sólo de observaciones actuales sobre materiales cuya
génesis es inasequible a través de la observación.
La arqueología es una disciplina interactiva que no puede crecer sin encontrar un
equilibrio entre los intereses teóricos y prácticos. Los arqueólogos deben estar en
permanente autocrítica, ya que ella conduce al progreso. Además, los arqueólogos no
pueden estudiar el pasado directamente, sino que dependen de las inferencias sobre el pasado
desarrolladas a partir de cosas encontradas en la actualidad. Los datos no son evidentes
por sí mismos.
Analizar el presente sirve al pasado: estudiar el presente es necesario para analizar y
entender el pasado. El arqueólogo debe investigar la relación existente entre la estática y
la dinámica, y observar la dinámica en el mundo actual.
La arqueología experimental propone emplear el presente para servir al pasado, a fin de
proporcionar observaciones para la exacta interpretación del registro arqueológico.
Comprende la recreación experimental de sucesos o procesos que sabemos que han
ocurrido para observar cuál habría sido el resultado arqueológico. Así, permite evaluar
hasta qué punto podemos aceptar lo que vemos como directamente referible al pasado o
como algo deformado por procesos intermedios.
El mero hecho de encontrar un objeto carece de valor si no se le puede revestir de
contenido. El objeto de la investigación etnoarqueológica se centra en la búsqueda de
datos significativos sobre la formación del registro arqueológico.
Existen tres campos de investigación principales:
- Estudio de los pueblos contemporáneos.
- Creación de situaciones experimentales que permitan controlar las causas, a fin de
estudiar los efectos.
- Uso de documentos históricos de distintas clases, que permitan identificar lugares
de ocupación y qué sucedía en ellos.
Lo que se pretende conocer acerca del pasado, incide de forma determinante en el método
con que los arqueólogos llevan a cabo las excavaciones e investigan el registro
arqueológico. Es necesario partir de los hechos que efectivamente sucedieron en el
pasado para poder desentrañar el por qué sucedieron, y, según el autor, sólo la arqueología
está en condiciones de proporcionar tal información.
Existen grandes interrogantes:
- El momento en que surgieron comportamientos característicos que nos distinguen
de otros animales.
- El origen de la agricultura y las condiciones que llevaron al hombre a adoptar
formas de vida más sedentarias, que correspondían a su pasado como cazador y
recolector.
- Los orígenes de la civilización: punto que se relaciona con la historia, para brindar
un sentido.
Concluye el autor que la arqueología se inicia, por tanto, en el pasado remoto, en el
mismo comienzo de nuestra historia biológica. Se inicia la investigación con los
objetos materiales, y es natural que adopten puntos de vista materialistas.

‘Las arqueologías por venir’, Pérez Gollán et al


La arqueología posee, como campo científico, aquél dedicado a investigar los grupos
humanos del pasado a partir de sus restos materiales y de datos hallados en su contexto
natural y social. Se trata de una disciplina científica con teorías y métodos originales.
Para esbozar el futuro de la disciplina en la Argentina, el autor se centra en cuatro grandes
capítulos:
- La arqueología de las culturas indígenas prehispánicas: principal campo de
interés en la arqueología argentina. Está buscando romper con el paradigma
dominante que representa a los pueblos aborígenes como parte de la naturaleza y
no como sujetos de la historia y agentes de cambio cultural.
- La de tiempos históricos (que trata tanto de indígenas como de europeos, criollos,
africanos, mestizos, etc.): se desarrolla la arqueología histórica, que complementa,
contrasta, integra y discute las fuentes documentales con el registro arqueológico,
dando protagonismo a actores sociales subalternos en el pasado: indígenas,
esclavos, inmigrantes y mujeres, que no aparecen en el relato historiográfico
tradicional -o bien han sido manipulados por intereses de los grupos dominantes-.
Así, la arqueología histórica busca romper con el sesgo y construir una visión amplia y
pluralista del pasado.
- La del periodo contemporáneo: se interesa por la dimensión material de la vida
presente, a partir del trabajo de etnoarqueólogos que innovan con su trabajo en
comunidades actuales.
- La vinculada con el patrimonio y los recursos culturales: considera los
yacimientos y objetos arqueológicos como fuente de datos para reconstruir el
pasado y comprender la conducta humana, entendiéndolos como patrimonio
cultural de valor simbólico más complejo y amplio que el de meros objetos de
estudio.
Este patrimonio se ha transformado en un ámbito de memoria en que los pueblos
originarios y comunidades locales recrean escenarios del pasado y del presente.
Dado que los sitios arqueológicos suelen tener notable atractivo turístico y, en
consecuencia, son potencial fuente de recursos económicos tanto para las comunidades
locales como para los gobiernos, la arqueología del presente – – Comentario [CPL2]: Vinculación
deberá asumir un papel cada vez más activo en esta materia. Así, le corresponderá aportar con U4 que refiere al patrimonio.

conocimientos para que el patrimonio pueda ser valorizado, y colaborar en la creación de


políticas de protección de las consecuencias negativas.
‘La naturaleza y propósitos de la arqueología’, Renfrew y Bahn
El trabajo arqueológico implica el descubrimiento de tesoros del pasado, el trabajo
meticuloso del analista científico y el ejercicio de la imaginación creativa. Requiere la
interpretación, que permite entender qué significaron esas cosas en la historia de la
humanidad. Es tanto una actividad física de campo como una búsqueda excitante por la
verdad esencial.
Arqueología como antropología: si la antropología es el estudio del hombre, sus
características físicas y sus rasgos culturales, abarcando en sí la antropología física o
biológica y la cultural o social, también incluye a la arqueología, como el tiempo pasado de
la antropología cultural, dedicada al estudio de las sociedades del pasado a partir de
sus restos materiales.
La etnoarqueología se dedica al estudio de las comunidades contemporáneas, con el
propósito específico de entender cómo éstas emplean la cultura material. Así, implica el
estudio de pueblos vivos y su cultura material, con el fin de aumentar nuestra comprensión
del registro arqueológico.
La arqueología se diferencia de la historia, en tanto ésta comienza con el nacimiento de
los documentos escritos, mientras que la antropología se centra en la prehistoria -estudio
del pasado previo a la evidencia escrita-.
La arqueología es una ciencia, y, como tal, una disciplina humanística, cuyo propósito es
comprender el género humano. Se trata de una ciencia histórica, ya que se ocupa del
pasado del hombre, que toma objetos del pasado para darles un sentido en el presente.
La arqueología procesual se inclina por los procesos de cambio cultural, a fin de
comprender, como problema actual, por qué aparecieron por primera vez nuestros
antepasados, por qué una cultura determinada adoptó cierta forma, cómo surgieron sus
particularidades y cómo influyeron éstas en su desarrollo.

‘El hombre de los hielos’, Dickson et al Comentario [CPL3]: Dickson


propone la muerte de Otzi como una
En septiembre de 1991 fue encontrado por una pareja un cadáver que sobresalía de la muerte violenta.
Vanzetti propone el fin de la teoría de
nieve fundida. El arqueólogo Spindler determinó que el cuerpo pertenecía a un hombre
la catástrofe, revisándola para indicar
prehistórico, y él, y todas sus pertenencias, habían permanecido conservadas en el hielo que la muerte no había sido violenta,
hasta que una precipitación, unida a un período cálido excepcional, causaron una fusión del sino un enterratorio.
hielo que dejó expuestas la cabeza y la espalda. Fue el primer cuerpo bien conservado Ambos textos se vinculan con la
en hallarse en Europa del período Neolítico. unidad II y los procesos
posdeposicionales.
Se manejaron dos hipótesis acerca de cómo llegó a ese lugar:
- Huyendo a las montañas a refugiarse luego de una pelea en su comunidad
- Flotando por deshielos previos
El cadáver se extrajo sin cuidados arqueológicos, destruyéndose así mucha información, a
la vez que deteriorando el cuerpo en el proceso. Una posterior excavación más rigurosa al
año siguiente, con métodos arqueológicos apropiados para la obtención de pruebas y
materiales orgánicos, permitió recabar más información, modificando las primeras
interpretaciones para determinar que la datación de los restos vegetales hallados junto
al cuerpo y las muestras del propio Otzi y su vestimenta confirman una antigüedad
de 5300 años.
‘El hombre de los hielos como un enterratorio’, Vanzetti et al
Desde su descubrimiento en 1991, se ha considerado en general un final dramático para el
hombre de los hielos – mortalmente herido por una flecha, mientras intentaba escapar a
través de un paso alpino. El estudio cuidadoso de todos los bienes que acompañaban al
muerto, realizado por primera vez, apunta fuertemente a tratar la escena como la de un
enterramiento ritual, luego disperso por acción del descongelamiento y la gravedad. Por lo
tanto, todo el conjunto adquiere otro aspecto, no el de una tragedia casual sino el de una
representación mortuoria de esos momentos.
La interpretación más común fue que murió con sus pertenencias en el paso del glaciar
Similaun, parcialmente descongelado. Curiosamente, esta reconstrucción tan esforzada
nunca fue apoyada con la publicación de un análisis espacial detallado de la escena del
descubrimiento, algo que Vanzetti se propone revertir.
La ubicación original del cuerpo se encontraba posiblemente sobre una plataforma natural
de piedra modificada, a 0,8 m por encima y a 5 m de distancia del lugar del descubrimiento.
Proponemos que esta plataforma de lugar de entierro del hombre de los hielos y su
ajuar funerario. Nuestros gráficos de la dispersión de los artefactos sugieren que los
objetos funerarios y el cuerpo cayeron desde este lugar y fueron reposicionados más tarde
colina abajo por la gravedad, suspendidos en el hielo parcialmente fundido y el agua
durante episodios más cálidos. Tal explicación es consistente con descubrimientos previos,
resultados del análisis del estado de conservación del cuerpo, y la evidencia hallada en los
intestinos de Ozzi, que ubican su muerte en tiempos más cálidos, de primavera o verano.
La geomorfología local es crucial para evaluar movimientos post–deposicionales. El lugar
del hallazgo se localiza en una depresión poco profunda entre dos lomas (que al momento
del descubrimiento estaban llenas con hielo. Dos nuevos trabajos de campo registraron la
ubicación de cada ítem, y sugirieron que el cuerpo del hombre de los hielos y los objetos
asociados estuvieron ubicados originalmente sobre esta plataforma y fueron desplazados
hacia el nivel inferior de la depresión y su drenaje a través
el descongelamiento y congelamiento cíclicos
actividades de recuperación entre 1991 y 1992.
Si el hombre de los hielos con sus pertenencias junto a él y su cuerpo fue encontrado
en o cerca de su posición original de muerte, como se asume en la teoría de catástrofes, la Comentario [CPL4]: Teoría de
distribución de los artefactos debería ser azarosa alrededor del cuerpo, ya que los objetos catástrofes opuesta a la propuesta por
Vanzotti.
habrían sido reposicionados simplemente por ciclos de derretimiento y congelamiento. Sin
embargo, los patrones espaciales muestran que los objetos no están distribuidos
azarosamente, sino que se encuentran en dos lugares en particular: la plataforma y la
depresión. Tal cosa es compatible con la hipótesis de movimientos post-depositacionales
por gravedad y por el flujo de agua de deshielo.
La hipótesis de la tumba se sostiene a partir de los objetos hallados, ya que explica mejor
la presencia de armas sin terminar de manufacturar y de ítems que probablemente fueron
funerarios, ya que no habrían sido de utilidad a un luchador vivo o a un cazador que
transitara esas alturas. El impresionante conjunto de otros objetos se explica mejor como
ajuar funerario que como equipamiento para la montaña. También resulta extraño que un
hombre muerto a flechazos no fuera despojado de la mayoría de sus posesiones por sus
perseguidores.
Además, el autor destaca la presencia de indicadores isotópicos dietarios, ya que el polen
encontrado en sus entrañas indica que abril fue el mes más probable de su última comida,
aunque hay una incongruencia entre el momento de la muerte (abril) y el momento
de su enterramiento (agosto-septiembre). Esto, sumado a los restos biológicos que
permiten inferir que la momificación ocurrió en condiciones alternantes de humedad y
sequedad, y no en una situación de congelamiento, permiten ver que Otzi murió a baja
altitud y su cuerpo fue limpiado y conservado, colocándolo en hielo para un posterior
entierro. Fuentes etnohistóricas indican que cuando alguien moría en la estación más fría,
el entierro era frecuentemente demorado, y los muertos eran almacenados esperando a
que se descongelara el suelo.
Por estas evidencias, el autor reconstruye que el cuerpo fue almacenado inicialmente a
altitud más baja, y luego enterrado en forma tardía y con el cuerpo momificado
acompañado por su ajuar funerario en lo alto de la montaña. El huelo y nieve
permitieron su protección y preservación, hasta que los episodios cálidos provocaron que
el cuerpo y los objetos se desplazaran hacia el lugar donde fueron finalmente hallados,
como producto de procesos naturales.
Unidad II

El rol de la teoría en la arqueología


‘Historia de la arqueología’, Renfrew y Bahn
La historia de la arqueología refiere a cómo hemos llegado a mirar la evidencia material del
pasado humano con nuevos ojos y métodos.
Si bien los restos arqueológicos siempre han estado, se ha desarrollado la conciencia de que
los métodos de la arqueología pueden brindar información sobre el pasado, en momentos
previos a la escritura.
La historia de la arqueología es una historia de ideas, teorías, modos de mirar el pasado,
seguida de una historia del desarrollo de métodos de investigación, del empleo de esas ideas y
el análisis de esas cuestiones; y, por último, una historia de los propios descubrimientos.

Cada visión del pasado es producto de su propio tiempo, y las ideas y métodos evolucionan
constantemente. Así, pueden identificarse diversas fases:
- Fase especulativa: abarca los mitos de creación que las distintas culturas
establecen para explicar por qué la sociedad es como es, y la fascinación por las
culturas que preceden a la actual.
- Primeras excavaciones – s. XVIII: primeras excavaciones de yacimientos
destacados, desarrolladas por Thomas Jefferson. Marca el fin de la fase especulativa
para adoptar un enfoque científico basado en la evidencia concreta.
Incluyó las excavaciones en Pompeya, que fuera descubierta en 1738.
- Inicios de la arqueología moderna – s. XIX: precedente de la geología, estudia la
estratificación de las rocas, estableciendo las bases de la excavación arqueológica.
Fue aplicada al pasado humano, y constituyó el principio del uniformismo.
- Reconocimiento de la antigüedad del hombre – s. XIX: las ideas previas
permitieron sentar las bases del acontecimiento más importante en la historia
intelectual del siglo XIX: el reconocimiento de la antigüedad del hombre, a partir
del análisis de artefactos humanos y huesos de animales extinguidos. Se comprobó
así la necesidad de una prehistoria de la humanidad.
- Evolucionismo – s. XIX: los hallazgos de Boucher de Perthes en relación con la
antigüedad del hombre armonizaron con los de Charles Darwin que, a partir de su El
origen de las especies (1859), estableció el concepto de evolución como la mejor
explicación del origen y desarrollo de todas las plantas y animales. Demostró cómo se
producían esos cambios a partir de la selección natural y la supervivencia del
espécimen más apto, proceso del cual había surgido la especie humana.
Así, podía darse comienzo a la búsqueda de los orígenes del hombre en el registro
material, mediante técnicas arqueológicas.
- Sistema de las tres edades – s. XIX: otro recurso conceptual para el estudio del
progreso de la prehistoria europea fue la propuesta de dividir la prehistoria en la
secuencia de Edad de Piedra, de Bronce y de Hierro. Luego, la edad de piedra se
subdividió también entre el Paleolítico y el Neolítico.
Estas teorías permitieron concebir que, a partir del estudio y clasificación de los
artefactos prehistóricos, podía llevarse a cabo una ordenación cronológica y
sistemática.
Los tres grandes avances -la antigüedad del hombre, la teoría de la evolución y el sistema
de las tres edades- propusieron un marco para el estudio del pasado.
Tras los avances que éstos permitieron, se abrió un nuevo período, el período histórico-
clasificatorio – s. XIX a 1960, con el interés centrado en la cronología y la descripción del
desarrollo de la cultura en cada zona, especialmente, hacia 1900, con la metodología de
excavación.
A partir de 1960, nace la arqueología procesual, que aboga por un enfoque conjuntivo en
el que se tuviera en consideración el sistema cultural en su totalidad. Se pone un mayor
énfasis en el aspecto social, para una interpretación más amplia de los procesos generales
que actúan en la historia de cada cultura.
Esta arqueología procesual fue encabezada por Binford, y defendía que el razonamiento
arqueológico debe ser explícito, basado en argumentos, y no en la autoridad personal de un
especialista. Así, presenta ciertos postulados:
- Naturaleza de la arqueología como explicativa, frente a la descriptiva. Supone
reconstruir y emplear teorías.
- Explicación del proceso cultural, frente a la historia cultural. Permite la
generalización.
- Razonamiento deductivo, frente al inductivo. Busca formular hipótesis, elaborar
modelos y deducir consecuencias.
- Verificación: contraste frente a la autoridad. Las hipótesis deben contrastarse.
- Enfoque en la investigación: diseño de proyectos frente a la acumulación de datos.
El enfoque es cuantitativo y cualitativo.
- Perspectiva: optimismo, al creer que es posible interpretar todos los aspectos a
partir de los estudios actualísticos, y lo dinámico y estático, frente al pesimismo de
limitarse a lo hallado y a la descripción de objetos. Comentario [CPL5]: Se vincula con
los textos de Frére (estudios
actualísticos) y el texto de González
Ruibal.
‘Estudio de la materialidad del pasado’, González Ruibal y Vila
La teoría arqueológica a la cual adhiere el investigador lidera las preguntas que éste se hará
en su labor. Resulta imposible separar la teoría del resto del proceso de investigación
arqueológica, ya que cada una de sus fases implica el uso de ciertos conceptos y la asunción
de premisas de tipo teórico, social y político.
Teorías:
- Escuela histórico-cultural: consideraba que lo que podía hacer la disciplina era definir
conjuntos materiales recurrentes, que se identificaban como culturas.
Post WWII, el descrédito de la noción de raza basada en el racismo biológico impidió la
continuación de esta teoría, y la arqueología sólo mantuvo la cultura material:
definición de áreas de dispersión de objetos o rasgos estilísticos, tipologías y
secuencias de artefactos.
Se la considera una arqueología pesimista, ya que entiende que no es posible
responder a muchas de las preguntas que se hacen sobre el pasado.
- Nueva arqueología/arqueología procesual – 60s: observando los aspectos
económicos revolucionarios que afectaron a las poblaciones antiguas evidenciados en
huellas materiales, la nueva arqueología dejó de centrarse en la descripción de objetos
para concentrarse en las leyes del proceso cultural.
La arqueología se vio muy influenciada por la antropología cultural concentrada en la
evolución y el funcionalismo dentro de un sistema social. Así, arqueólogos como
Binford plantearon la existencia de leyes generales que gobiernan el desarrollo de las
sociedades humanas.
La aplicación de leyes generales no fue exitosa, pero motivó la adopción de las teorías
de alcance medio, situadas a medio camino entre datos empíricos observables durante
una investigación y grandes teorías abstractas. Permiten distinguir entre procesos
deposicionales (intervención de seres humanos) y posdeposicionales (procesos Comentario [CPL6]: Como en la
geológicos, biológicos, atmosféricos, intervención humana posterior al abandono del teoría que Vanzotti propone para Otzi.

sitio, etc.).
Esta teoría sigue teniendo vigencia, a pesar de que las leyes fueron prontamente
descartadas, ya que permitió centrar el estudio de la sociedad a través de la
cultura material de forma sistemática, encontrando correlatos materiales a las
formaciones sociopolíticas.
Por oposición a la corriente histórico-cultural, se la considera una arqueología
optimista, al entender que era posible estudiar la cultura material para entender a los
grupos sociales que la habían originado, volviendo al pasado algo asequible, que puede
ser interpretado.
Un autor relevante que se encuadra en este paradigma es Binford, quien considera que
la arqueología es mucho más que simplemente descubrir objetos del pasado. El registro
arqueológico está en el presente y para poder entender las conductas que lo originaron
deben ser interpretados. En este punto el autor desarrolla una relación entre la
dinámica, es decir, la compresión de conductas y actividades del pasado, y las
consecuencias que las mismas dejan en los vestigios observables en el presente, lo
estático.
La Nueva Arqueología estuvo acompañada por un descubrimiento importante para la
disciplina, la datación por carbono 14.
- Arqueología posprocesual – 70s: defienden que las personas inciden directamente en
la historia, y que manipulan activamente los objetos con fines sociales y políticos.
Se abandona la concepción de que las cosas son reflejo de la sociedad, para establecer
que éstas forman parte de la creación y legitimación de un determinado orden
social, o bien que pueden servir como armas de resistencia para subvertir el orden
establecido.

Características del registro arqueológico


‘La variedad de la evidencia’, Renfrew y Bahn
Reliquias de la actividad humana nos rodean. Algunas están hechas para perdurar, como las
pirámides, la muralla china, etc., y otras son vestigios de actividades, como los sistemas
mayas de irrigación. Su objetivo no era impresionar, sino cumplir una función dentro de la
actividad diaria de la existencia humana.
Categorías básicas:
- Artefactos: objetos muebles modificados o hechos por el hombre, como los útiles
líticos, cerámica y armas de metal.
- Ecofactos: restos orgánicos y medioambientales no artefactuales que revelan aspectos
de la actividad humana del pasado y el pasaje circundante. Ejemplos: huesos de
animales, restos de plantas, sedimentos, etc. Permiten inferir dietas y condiciones
ambientales.
- Estructuras: artefactos no portátiles, más complejos, como construcciones.
- Yacimientos arqueológicos: lugares donde se encuentran conjuntamente artefactos,
construcciones, estructuras y restos orgánicos y medioambientales. En otras palabras,
lugares donde se identifican huellas significativas de una actividad humana.
El contexto de un hallazgo es fundamental para comprender y reconstruir la actividad
humana del pasado. El contexto refiere su nivel inmediato: el material que lo rodea, su
situación y asociación con otros hallazgos (por ejemplo, estructuras o sitios relacionados
entre sí). El contexto secundario será aquél que ha sido alterado, sea por actividad
humana o por las fuerzas de la naturaleza.
Procesos postdeposicionales: son aquellos procesos que han afectado el modo en que
fueron sepultados los hallazgos primeramente. Existen dos tipos:
- Procesos naturales: están constituidos por los acontecimientos naturales que
determinan el enterramiento y la supervivencia del registro arqueológico. Ejemplos
son el transporte de útiles líticos por la acción de ríos, o las actividades de los animales.

Estos procesos naturales pueden alterar o destruir el contexto primario, causando su


deterioro o conservación.
Se destaca la existencia de dos tipos de materiales:
o Materiales inorgánicos: piedra, arcilla y metales, suelen ser de buena
conservación, no tanto así los artefactos de hueso o madera.
o Materiales orgánicos: dependen del nivel (material circundante del sedimento
o suelo) y del clima (local y regional), además de la influencia ocasional de
catástrofes naturales.
En condiciones extremas, los entornos secos evitan la descomposición gracias a
la escasez de agua, que permite el desarrollo de numerosos microorganismos
destructivos. En entornos fríos, por otra parte, la refrigeración natural puede
contener y detener los procesos de descomposición. Distinto es el caso de los
entornos anegados, que se dividen en secos -baja humedad pero mala
conservación- y pantanosos -muy alta humedad, pero escaso aire, que favorece
la conservación-. Por último, los entornos subacuáticos son los que peor
conservación permiten.
- Procesos culturales: engloban actividades deliberadas o accidentales de seres
humanos. Dentro de estos procesos, pueden dividirse en dos tipos:
o Reflejan el comportamiento y actividad humana antes de que el hallazgo
quedara sepultado.
o Producidos luego de su enterramiento: pueden ser producto del arado o el
saqueo. La mayoría se forma tras una compleja secuencia de utilización,
enterramiento y reutilización.
El comportamiento humano primitivo suele reflejarse arqueológicamente en cuatro
actividades fundamentales: la adquisición de materia prima, la manufactura, el uso y la
recogida o abandono cuando el útil está gastado. Un artefacto puede entrar a formar
parte del registro arqueológico en cualquiera de estos estadios de su ciclo vital, y es
tarea del arqueólogo determinar en cuál.
La arqueología experimental constituye un medio eficaz para estudiar los procesos
postdeposicionales a largo plazo, empleando réplicas de herramientas.

Opciones metodológicas para la construcción de explicaciones


‘Etnoarqueología, arqueología experimental y tafonomía’, Frére
La arqueología científica aborda el estudio del registro arqueológico, a partir de la
definición de un problema de investigación, el planteo de hipótesis y de sus expectativas
generales y particulares. El problema de investigación determina qué información buscar y
por medio de qué estrategia metodológica.
Estudios actualísticos: los estudios actualísticos son parte de la teoría de Rango Medio
impulsada por Binford, la cual busca vincular las actividades humanas, elemento dinámico,
con las consecuencias que éstas generan y que pueden ser observadas en los restos
materiales, constituyendo un elemento estático.
Los programas de investigación que conforman los estudios actualísticos incluyen la
etnoarqueología, la arqueología experimental y la tafonomía. Todas ellas emplean la
analogía, esto es, la proyección de una situación determinada en otra, aplicando la
funcionalidad conocida de ciertos artefactos para caracterizar otros similares encontrados
en contextos arqueológicos, y diferenciarlos de aquellos con los cuales no comparten
cualidades. Por otra parte, también comparten la aplicación de cadenas causales y
equifinalidad, requiriendo las primeras la observación de las causas inmediatas y mediatas
que intervienen y se reflejan materialmente en un objeto arqueológico; en tanto que la
equifinalidad implica la observación de que ciertas características pueden ser producto de
diferentes conductas con un mismo resultado, o, a la inversa, diversas conductas pueden
dar lugar a un mismo resultado. Comentario [CPL7]: Elementos
comunes a la etnoarqueología, la
Etnoarqueología: se basa en el estudio actual de las conductas de una sociedad y sus arqueología experimental y la
tafonomía.
consecuencias materiales, analizando bajo esa lente las evidencias materiales del pasado.
Así, es posible conocer la variabilidad de las conductas humanas a través de sus registros
materiales, e inferir cómo tales alteraciones pudieron afectar los artefactos encontrados en
el campo arqueológico.
Arqueología experimental: requiere del arqueólogo como partícipe central, en tanto éste se
aboca a la confección de artefactos para determinar, a partir de la prueba y control de
posibles variables, los detalles del proceso técnico de manufactura de un resto material - y el
comportamiento humano involucrado en él. La documentación de los resultados y las
técnicas empleadas permite una más acabada explicación arqueológica de lo hallado en un
contexto arqueológico.
Tafonomía: implica el estudio de los materiales arqueológicos -principalmente los restos
orgánicos- a partir del análisis de los agentes y procesos naturales y culturales que
.A í “transición de los diferentes restos biológicos de
su contexto de vida a su contexto fósil, y los diferentes aspectos implicados en el proceso […]
opera con dos tipos de evidencia. Por un lado, con los restos y trazas de organismos presentes
en un registro; y por el otro, con los contextos geológicos en que se encuentran.” (F è
2004:114).
La tafonomía involucra el campo de la bioestratinomia, que abarca desde la muerte del
organismo hasta su enterramiento; y también el de la diagénesis, el cual inicia cuando los
restos se incorporan al sedimento, y finaliza con su recuperación o desenterramiento. El
primer campo, subaéreo, incluye los efectos posteriores a la muerte, y puede implicar
múltiples consecuencias que incluyen la sustracción, adición o modificaciones de los restos
del organismo como resultado de la acción de agentes bióticos y abióticos. El campo
subsuperficial, por otra parte, implica cambios físicos y químicos sobre el fósil.

‘Cazadores en su territorio’, Binford Comentario [CPL8]: Ejemplo de


trabajo etnoarqueológico
Binford considera que, en cada yacimiento, el uso del espacio y la tecnología desarrollados
por el hombre musteriense son una respuesta específica a circunstancias concretas y
cambiantes del entorno y las actividades de la comunidad.
El autor propone considerar la perspectiva espacial en la interpretación del
comportamiento de los cazadores-recolectores, no desde una perspectiva actual y
sedentaria del mundo, sino recalibrando la perspectiva existente sobre los cazadores y
recolectores.
En este estudio etnoarqueológico, Binford considera relevante tener en cuenta los
procesos de formación del registro arqueológico, ya que es así como los yacimientos cobran
entidad. Así, el autor analiza el complejo situacional del espacio, conformado por 3
yacimientos diferentes empleados para la caza que forman un conjunto unitario. En tal
conjunto, se identifican tres sitios: el campamento temporal en el cual se hallaron
numerosos materiales arqueológicos, el yacimiento de matanza, donde se encontraron
restos orgánicos, y la estructura de almacenamiento de la carne.
Indica Binford que, actualmente, la arqueología carece de métodos necesarios para
enfrentarse a los restos arqueológicos dejados por los pueblos cazadores, por lo que es
necesario idear un mecanismo que permita desenredar las ocupaciones superpuestas y
descubrir las formas para conocer áreas de actividad asociadas.
Reconstruir el modelo de uso global de la tierra: deben tenerse en cuenta todos los
yacimientos como parte de un sistema más amplio. Los arqueólogos deben identificar
primero la función específica de cada uno de los yacimientos y después reunir cada una de
las partes. De la misma manera, los arqueólogos deben identificar cada tipo de
comportamiento y a partir de aquí colocar las piezas en su sitio para formar un sistema del
uso de la tierra prehistórico. Por ende, la unidad básica de la arqueología es el yacimiento,
pero su finalidad es utilizar estas unidades para estudiar el comportamiento del pasado
humano.

‘Aplicaciones de etnoarqueología’, Politis Comentario [CPL9]: Ejemplo de


etnoarqueología
Politis realiza un estudio etnoarquológico sobre tres grupos de cazadores recolectores. En
primer lugar, va a analizar la movilidad residencial de los Nukak, en segundo lugar, los
patrones de descarte de huesos y vegetales de los Hoti y, finalmente, los patrones de
descarte de puntas de flechas entre los Awa.

Movilidad residencial Patrones de descarte de Descarte de puntas de


huesos y vegetales flecha
NUKAK
HOTI AWA
Amazonia Colombiana
Orinoquia Venezolana Floresta pre-amazonense
de Brasil

Altísima movilidad Combinación de Cazadores - recolectores en


residencial con dos horticultura y cazador transición a la agricultura.
patrones, uno durante la recolector. Economía
Fabrican 4 tipos de flechas.
estación lluviosa y otro mixta. Pequeños campos
En los campamentos son
durante la seca. de cultivo
cuidadas con mucho
multiestratificados.
Se observa tiestos esmero, se afilan, retocan y
dispersos, gran cantidad Estudio de patrones de calientan sobre fogones.
de semillas de los frutos descarte, y distintos tipos Las usan calientes, como si
consumidos durante la de residuos y los procesos estuvieran vivas. Tienen
ocupación del que los forman. distinta ubicación las que
campamento y las están en uso, sobre la
La basura estaba muy
plántulas. parrilla de palos arriba del
estructurada y seguían
fogón, y las que no, en
de las especies patrones bastante claros.
haces en los techos de las
consumidas.
Ejemplos, distintos lugares viviendas. Es muy raro que
Se movilizan antes que para semillas, para cráneos queden en la selva, las
declinen los recursos del y demás huesos de monos. buscan.
área.
A mayor duración de la
Áreas de concentración y ocupación, mayor cantidad
huertos silvestres. de residuos secundarios.

La etnoarqueología aplicada por el autor genera la intersección de gente viviente y las


construcciones arqueológicas, aplicando los métodos arqueológicos a datos etnográficos.
La riqueza de la etnoarqueología está en la captación de las variaciones de las condiciones
culturales de producción material de manera de poder identificar esta variación en el
registro arqueológico. En consecuencia, la occidentalización y globalización de las
sociedades indígenas disminuye notablemente las posibilidades de disponer de referentes
análogos contemporáneos que puedan reflejar algunas de las condiciones de las sociedades
pasadas o que sean comparables en algunos términos.

‘Siderurgia primitiva: un experimento etnoarqueológico’, Renfrew y Bahn Comentario [CPL10]: Ejemplo de


arqueología experimental.
El autor analiza cuatro casos:
- Siderurgia primitiva en Tanzania: estos pueblos poseían tradiciones orales
concernientes a sus propios y antiguos procedimientos siderúrgicos, a pesar de
emplear actualmente herramientas europeas baratas. Algunos ancianos recordaban el
modo tradicional de fundido y decidieron recrear la experiencia a partir de la
construcción de un horno tradicional que alcanzaba las temperaturas necesarias.
Verificación arqueológica: en excavaciones se hallaron 13 hornos casi idénticos al
construido en la actualidad, pero de 19 siglos de antigüedad.
- Trabajo de la madera en los pantanos de Inglaterra: estos pantanos conservan una
amplia variedad de restos orgánicos, incluyendo antiguos caminos de madera. Han
analizado las técnicas de trabajo de la madera utilizada en la construcción de caminos.
Han experimentado que las hachas de piedra raen la madera, y dejan marcas cóncavas.
Tala experimental, demostraron que se usaron al menos 10 hachas en la construcción
de un camino en la edad de bronce. Demostraron que los bosques eran explotados
cuidadosamente hace al menos 5000 años.
- Granja experimental de la Edad del Hierro en Inglaterra: se buscó recrear una
granja de la Edad de Hierro en torno al 300 a.C., y comparar los resultados con la
evidencia excavada en yacimientos arqueológicos. Se logró constatar que la producción
de trigo dista de la que se creía probable, pudiendo dar lugar a un cambio radical en los
cálculos demográficos. Es una interpretación activa del pasado.
- Arqueología aplicada en la agricultura en Perú: se recreó el Proyecto Agrícola de los
Campos Elevados, reintroduciendo antiguas prácticas agrícolas en la región del lago
Titicaca en Perú y Bolivia propias del período entre 1000 a.C. y la conquista inca de
hace 500 años. Se lograron excelentes cosechas, aún en años secos, al estar
perfectamente adaptadas a los factores climáticos, y se buscó educar a los agricultores
de la zona en esta técnica.
Unidad III

Marco cronológico y ambiental, los primeros homínidos: Paleolítico Inferior


‘La evolución Humana más allá de África’, Agustí y Antón
- Pleistoceno: El Pleistoceno se produjo hace unos 4 millones de años. Los restos de
homínidos de la primera parte del Pleistoceno -entre 4.2 y 2.5 MA-, se incluyen dentro
del género Australopithecus (rango temporal que se extiende entre 3 y 2.5 MA.
o Australopithecus: existieron distintas especies de este género: anamensis,
afarensis (Lucy, 3-4 MA), africanus (3-2.5MA) y ghari (2.5MA). Son típicamente
bípedos. El esqueleto de Lucy revela que de estatura medía poco más de 1
metro. Dentición robusta y de esmalte grueso, que evidencia dieta
principalmente vegetariana, acompañada de insectos y pequeños
vertebrados.
Rango geográfico: rift africano y posiblemente la zona central.
Grupo relativamente homogéneo y conservador. Cerebro de entre 400-550
gramos, similar a gorilas y chimpancés.
Rango climático: estabilidad climática y ambiental, que fue golpeada hace 2.6
MA, al iniciar las primeras glaciaciones en el Ártico. Esto implicó en África
una alternancia de períodos de aridez y mayor humedad, con un descenso de los
refugios arbóreos y recursos vegetales que requirieron la adaptación del
Austalopithecus, que, por adaptación, evolucionaron en Parántropos.
o Paranthropus: existencia hace 2.5 MA. Dieta herbívora y de frutos secos. De
caracteres más similares a especies posteriores, con molares grandes y gruesos,
potente aparato masticador, y capacidad cerebral relativamente grande.
- Paleolítico inferior: el pasaje entre los parántropos hacia estadios superiores se debió
principalmente al cambio en su dieta, motivado en la dificultad cada vez más evidente
para obtener recursos energéticos del entorno vegetal, que derivó en la acentuación de
la faceta omnívora de estos homínidos. Así, se dio inicio a una dieta basada en tejidos
animales, más eficiente energéticamente que una dieta herbívora o vegetariana.
o Olduvaiense – Modo I: esta etapa incluyó el empleo de elementos líticos no
trabajados -rocas con puntos filosos, no para la caza de animales, muy lejos aún
de las posibilidades de los homínidos, más sí para practicar la carroña,
enfrentando y espantando a otros carroñeros, y empleando las piedras para
romper huesos y seccionar y apurar la carne adherida a ellos.
En el Modo I, entonces, se hallan las primeras herramientas de piedra,
primer avance tecnológico de estos homínidos. Estos primeros útiles líticos
representan una revolución en la historia, no sólo al proyectarse una
herramienta, sino también a enseñar a transmitir a otros congéneres tal
conocimiento: la cultura. Esta tradición cultural permite la transmisión rápida y
eficiente de las innovaciones técnicas y culturales, y permite la acumulación de
las mismas en las sucesivas generaciones.
A nivel evolutivo, el Modo I incluyó dos especies homínidas, las cuales
comparten un incremento del peso de masa encefálica a 600g, y una reducción
de los molares, con un esmalte más delgado, probablemente como respuesta a
una dieta menos fibrosa con mayor proporción de carne. Estas especies son:
 Homo rudolfensis
 Homo habilis: dispone todavía de brazos relativamente largos, que
sugieren una adaptación a la vida arbórea, al igual que en los
Australopithecus. Pies similares a los nuestros.
El Homo habilis evolucionó, hace 2 MA, como consecuencia de un avance
de la Sabana africana y el desierto, permitiendo la emergencia de un
distinto tipo de homínidos, los Homo ergaster.
o Achelense – Modo II: a nivel tecnológico, se evoluciona de las lascas hacia las
bifaces o hachas de mano. Estas bifaces de piedra implican una revolución en
el ámbito de la cultura y la tecnología, presentando una forma simétrica y una
utilidad multiuso de fácil transporte, empleado para cortar, cavar, trocear,
romper y demás.
 Homo ergaster: surgen hace unos 1.8 MA. Poseen un aparato locomotor
muy parecido al nuestro, y diferente del de sus predecesores: brazos
acortados, la caja torácica cilíndrica y estrecha. Es la primera evidencia
de un homínido que ha abandonado definitivamente el hábitat
boscoso de sus antepasados, presentando una perfecta adaptación al
entorno de pradera abierta.
Su dieta presenta modificaciones, siendo principalmente carnívora. Su
cerebro pesa más de 800g.
Estos homínidos se alejan de sus fuentes inmediatas de
aprovisionamiento en busca de nuevos recursos, presentándose por
primera vez la dicotomía entre campamentos base, más o menos
estables, y estaciones temporales, que se ocupan de manera esporádica.
 Homo heidelbergensis: porte robusto, adaptado a las duras condiciones
de las estepas europeas. Poblaron el continente europeo, aunque se
originaron en África -donde también fueron hallados- y luego migraron
hacia allí en el contexto de expansión del Modo II en Europa.
Se sospecha que esta especie logró controlar el fuego, permitiéndoles
sobrevivir a las sucesivas fases glaciares.
Tras las últimas glaciaciones, los lazos entre esta especie europea y la
especie africana se rompieron definitivamente. A partir de entonces,
los homínidos de África y Europa siguieron caminos divergentes.
Pasaje del Modo I al Modo II: la aparición del Modo II y sus avances tecnológicos a partir del
bifaz produjeron una revolución demográfica en África, que se vio acompañada no sólo de
los cambios adaptativos y evolutivos de los homínidos, sino también de cambios
geográficos y climáticos.
Hace aproximadamente 1.8 MA, se produjeron fuertes pulsos glaciales que generaron en
África una nueva extensión de la Sabana seca y el desierto. Esto facilitó la aparición del
Homo ergaster, y generó, en consecuencia, la migración del Homo habilis -nativo de
bosques- hacia la zona central de África y hacia en Norte (Eurasia), donde hallaron
elevados niveles de humedad idóneos para la conservación de grandes masas boscosas, un
refugio frente a la expansión de las zonas áridas y el desierto, que le permitía continuar con
las actividades de carroñeo.

‘Las herramientas de piedra más antiguas de África’, Gómez Castanedo


Profundiza aspectos de la Temprana Edad de Piedra, que incluye dos tecnocomplejos:
- Olduvaiense: características bastante elementales, generadas por el simple golpe de
una piedra contra otra, que se asemeja, según algunos autores, al uso de este recurso
por parte de los simios antropoides.
Se orienta a la consecución de un conjunto de lascas tras el golpeo de un nódulo
mediante percusión directa.
Constituye una innovación trascendental en el manejo de la piedra como recurso, con
importantes repercusiones en el posterior desarrollo alimenticio y biológico (cerebro).
- Achelense: se asocia a homínidos que ya presentaban un patrón biológico y físico
cercano al de los humanos anatómicamente modernos, con capacidades cerebrales y
cognitivas más desarrolladas.
Implica un nuevo sistema de producción de herramientas de piedra, caracterizadas por
el bifaz o hacha de mano. Se lograba un filo activo en las dos caras, que implicaba todos
los laterales del campo. Este cambio habría permitido múltiples usos, cubriendo un
margen más amplio de actividades y ofreciendo un mayor rendimiento en tiempo y
esfuerzo.

‘Campamento base y homínidos tempranos’, Potts Comentario [CPL11]: Otro ejemplo


de tafonomía
Realiza un análisis sobre los restos encontrados en la Garganta de Olduvai, empleando
análisis tafonómicos y los comportamientos de cazadores-recolectores modernos, con el fin
de criticar la hipótesis de campamento base.
El campamento base implica una zona de actividad social y de comidas, a la cual los
cazadores-recolectores que juntan alimentos regresan repetidamente para dejarlos. Han
tenido un rol importante en la adaptación del cazador-recolector.
Los yacimientos arqueológicos más antiguos, desde el Plioceno Tardío hasta el Pleistoceno
Inferior, han sido considerados como campamentos base, lo cual implicaría que los
homínidos primitivos ya habían adoptado una forma de vida similar a la de los modernos
cazadores-recolectores. Potts critica esta teoría, a partir de sus estudios arqueológicos en
la Garganta de Olduvai.
El concepto de campamento base presenta dos importantes aspectos: el compartir
alimentos y la seguridad ofrecida por un campamento base protegido. En primer
lugar, este tipo de campamento constituye un sitio específico al cual los recolectores llevan
los alimentos. En su segundo aspecto, el campamento base, como lugar común de reunión
del grupo social, se presume que provee seguridad. Además, interpretarlo de esta manera
permitiría a. conectar a los homínidos primitivos y los humanos modernos; y b. apoyar la
teoría acerca de la evolución humana, sustentando como evidencia los cambios en la dieta -
a partir de los estos hallados-, las formas de uso del medio ambiente, la tecnología, la
crianza, etc. El campamento base proporciona, no sólo el ambiente adecuado en el pasado,
sino la evidencia material en el presente de algunos de estos cambios.
El análisis tafonómico ayuda a evaluar si la actividad de los homínidos fue la responsable
de los restos que fueron hallados.

esos agentes, y se determinaron las características an a cada clase de marcas.


os fósiles de los yacimientos de Olduvai muestran en forma predominante las marcas de los
dientes de carnívoro y de herramientas de piedra, incluyendo marca de herramientas
efectuadas por corte, raspado y machacado.
No se puede concluir simplemente en base a marcas de corte que los homínidos fueron los
únicos agentes de la acumulación de huesos en Olduvai. El análisis tafonómico indica que
los homínidos desempeñaron un papel muy importante en la formación de los
yacimientos arqueológicos de Olduvai. Allí se vincularon los procesos de acumulación de
huesos y artefactos.
Críticas formuladas por Potts a lo hallado en Olduvai: el autor se centra en los estudios
tafonómicos para conocer la relevancia de los homínidos en la acumulación de
herramientas de piedra y huesos en Olduvai, y las actividades que podrían haber sido
desarrolladas allí.
Potts entiende que no es posible suponer que actividades asociadas a los campamentos
base, como el compartir la comida, evitar la competencia de carnívoros y otros
comportamientos, tuvieran lugar en Olduvai. La evidencia disponible sugiere que los
homínidos no lo emplearon como foco primario de actividad social, por lo que no se
trataría de un campamento base, para el autor. Por el contrario, éste propone que
Olduvai constituía un lugar de escondrijo de artefactos y alimentos. Así, los materiales de
piedra en bruto y herramientas manufacturadas eran transportadas y dejadas en distintos
lugares de la zona de predación, creándose múltiples escondrijos útiles para el
procesamiento de alimentos obtenidos durante la predación, los cuales eran abandonados
rápidamente para evitar la confrontación directa con los predadores.

inferencias tafonómicas: 1) que algunos homínidos primitivos transportaron recursos,


que incluían artefactos de piedra y huesos de animales a zonas específicas, 2) y que los
carnívoros también tenían acceso a estos yacimientos durante el periodo de la acumulación
de huesos.
El uso de estos yacimientos, los escondrijos fundamentalmente, como zonas de
procesamiento implica que la actividad social no se centró allí como lo es hoy en los
campamentos de cazadores-recolectores actuales. No obstante, en tanto que eran zonas a
las que se llevaban los recursos, estos yacimientos fueron los "antecesores" de los
campamentos base.

‘La caza del carroñero – Scavanger hunt’, Shipman Comentario [CPL12]: Homínido
temprano como carroñeo
Shipman emplea la arqueología experimental para poner a prueba la hipótesis del
Arqueología experimental
hombre cazador. En este sentido, la autora plantea que, en lugar de cazar y abandonar las
presas que luego serían carroñadas por los carnívoros, eran los homínidos quienes ejercían
la tarea de carroñear lo que fuera cazado por los carnívoros.
La autora documenta el daño microscópico causado por diferentes agentes en huesos de
animales, a fin de compararlos con el daño que podría haber hecho el hombre cazador en
su caza. Especialmente, la arqueóloga se concentró en las huellas -producto de útiles líticos-
de corte en los restos óseos, al haberse encontrado los mismos en yacimientos
arqueológicos. Se manufacturaron entonces estos útiles a modo de experimento,
trabajando con huesos de carnicería.
Se logró demostrar convincentemente que, hace casi 2 MA atrás, los homínidos que
empleaban útiles líticos habían procesado los cuerpos muertos de animales.
La autora desarrolla tres líneas de investigación a fin de analizar si existían patrones
similares de marcas en los fósiles y en los huesos de carnicería, a partir de las herramientas
líticas, que determinarían si los homínidos tempranos tuvieron un comportamiento similar
al de los cazadores modernos o no. Estas líneas fueron:
- Primero: los cazadores humanos desarticulan sistemáticamente a sus presas grandes,
que no son consumidas en el lugar de matanza. El desmembramiento deja un patrón
predecible de huellas de corte que debían poder ser replicadas.
- Segundo: los cazadores modernos frecuentemente descarnan los cuerpos de las
presas, para separar carne de hueso, con un patrón particular en la diáfisis (sección
central) de los huesos. Si los homínidos tempranos compartían su alimento, las huellas
de corte en la diáfisis debían hallarse en los fósiles.
- Tercero: los cazadores humanos extraen cueros y tendones para usarlos en vestimenta
y útiles, dejando marcas en lugares donde hay poca carne rodeando al hueso
(generalmente en las extremidades). Esto implicaría más marcas en estos huesos que
en las partes más carnosas.
La autora estudia huesos provenientes de otro yacimiento, Prolonged Drift (de antigüedad
de 2.300 años), y los compara con el material de Olduvai en sus patrones de huellas de
corte y distribuciones de marcas de dientes. Así, concluye que los huesos de Olduvai no
mostraban el patrón de distribución que era predecible, ni huellas de descarne ni
desarticulación, sino el mismo patrón de distribución que las marcas de dientes de
animales carnívoros. Esto implicaría que en vez de cazar presas y abandonar restos
que serían carroñados por animales carnívoros, tal vez los homínidos carroñaban a
posteriori de la actividad cazadora de los animales carnívoros.
Caza v. carroñeo: en primer término, el carroñeo evita la tarea de tener que asegurarse la
muerte de su alimento. Un predador sufre un desgaste energético mayor. Pero si el
carroñeo puede –en esos mismos términos- resultar económico, es muy arriesgado, ya que
raramente los predadores dejan su presa sin defenderla de los carroñeros. Tanto
predadores y carroñeros sufren los gastos inherentes a la lucha por la posesión de los
restos.
Debido a que los cadáveres de los animales son siempre escasos, al mayor costo del
carroñeo es la necesidad de cubrir y explorar una mayor cantidad de territorio. Además de
la resistencia física, los carroñeos requieren ser eficaces en la localización de presas
muertas.
Apoyo de la teoría de los homínidos tempranos como carroñeros: las tres especies de
homínidos que coexistían en el tiempo de la BED I (Homo habilis, Australopithecus
africanus y Australopithecus robustus) estaban adaptadas al bipedalismo erecto, que les
facilitaba la movilidad y la visibilidad de objetos en el suelo y de cazadores cerca, y se
combinaba con su agilidad para trepar árboles, extendiendo el área observable. Además, la
bipedia liberaba las manos de exigencias locomotrices, posibilitando el acarreo.
La bipedación, entonces, es compatible con una estrategia carroñera, que, sumado a los
útiles líticos, facilitaron la alimentación de los homínidos tempranos, complementada por
los frutos. Además, debe ponderarse la capacidad del carroñeo en grupo como estrategia
para amedrentar predadores.
En síntesis, las evidencias de huellas de corte en huesos, el desgaste dentario y la
bipedación sumadas al conocimiento de la adaptación carroñera en general, es consistente
con la hipótesis de que hace dos millones de años los homínidos fuesen carroñeros
más que idóneos y consumados cazadores. El hombre cazador puede haber aparecido
recién entre 1.5 MA y 700 mil años atrás, cuando vemos la existencia de una tendencia
omnívora con mayor proporción de carne en la dieta alimentaria. Este antepasado más
heroico puede haber sido el Homo erectus, equipado de útiles líticos de estilo Achelense y
empleo cada vez más frecuente del fuego.

‘Carroñeo y evolución humana’, Blumenschine y Cavallo Comentario [CPL13]: Misma teoría


que Shipman sobre el homínido
Al igual que Shipman, los autores realizan una crítica a la idea del hombre cazador, al temprano como carroñero.
afirmar que los antropólogos han tendido a proyectar sobre el pasado modos de vida
Marginalmente, refiere el empleo de
actuales, sobreestimándolos fundamentalmente en sus cualidades físicas, capacidad para la tafonomía para el estudio de
desarrollar herramientas y sus habilidades para la caza. eventos post mortem, a fin de analizar
los residuos conservables de la
Los autores plantean que la hipótesis del hombre cazador se basa en prejuicios de los conducta homínida y la ecología.

arqueólogos, más que en el estudio de restos fósiles y en la ecología del forrajeo -búsqueda
de sustento-. Así, han dado por supuesto erróneamente que los primeros homínidos se
enfocaban en la caza abundante, predecible y segura, empleando el carroñeo en forma
marginal.
Los autores plantean que el carroñeo tal vez haya sido más común que la caza hace 2
MA, en la transición del Plioceno al Pleistoceno, momento en el cual surgieron los útiles
líticos, la práctica de descuartizar y trocear animales que éstos permitieron, y la evolución
del Homo de mayor cerebro.
Antecedentes del debate caza-carroñeo: la teoría del hombre cazador nunca ha sido
corroborada por el registro fósil, aunque fue primeramente presentada por Charles Darwin
al referirse a la selección natural y el agrandamiento de cerebro, empleo de utensilios,
bipedismo y cambios en la dentición.
Numerosos autores han criticado esta teoría infundada. Entre éstos, se encuentran Glynn
Isaac -que demostró que los primeros homínidos se asentaban en hogares, permitiendo la
división del trabajo y la búsqueda de carroñas comestibles mientras en el hogar e recogían
frutas y tubérculos-; y Binford -quien, al someter a un nuevo análisis tafonómico los
elementos hallados en Olduvai, sostuvo que en tiempos del Homo habilis la evolución no
había llegado a la caza ni a la compartición de comida, sino que se dependía del carroñeo
para alimentarse de animales grandes, sólo cazando a aquellos de menor tamaño-.
El carroñeo y la evolución: el ambiente boscoso ofrecía a los bípedos parcialmente arbóreos
refugio y escondrijos para ocultar los restos, mientras que el carroñeo en llanura abierta Comentario [CPL14]: Apoyo a la
requería de velocidad y fuerzas mayores que las de los primeros homínidos. teoría de Potts de los campamentos
base como escondrijos.
Los autores plantan que, para los primeros homínidos, la práctica de la caza constituiría
una verdadera proeza, ya que su físico no sería imponente: de baja estatura y peso, la
longitud de sus brazos sugiere el refugio en los árboles frente a predadores más eficaces.
Además, los utensilios no podrían constituir armas propiamente dichas para protegerse de
éstos.
El carroñeo entonces era fundamental para acceder al alimento de la carne, que
complementaba en la alimentación omnívora a los vegetales y frutos. Así, comenzaron a
emplear útiles líticos que luego, hacia el Módulo II, perfeccionaron, a partir del estímulo
del carroñeo. Éste, entonces, constituía un estímulo suficiente capaz de favorecer la
selección de las cualidades humanas, al generar la necesidad no sólo de mejorar las
herramientas, sino también de desarrollar mapas mentales del territorio a fin de
determinar dónde se producían hechos de caza para carroñear, y dónde madurarían las
cosechas de frutos. Además, favoreció la sociabilidad, en tanto impulsó la cooperación de
grupos para la búsqueda, preparación y compartición de comida -y, a partir de lo visto en
otros autores, la eventual defensa-.

‘Ingestión de carne, sociabilidad homínida y bases habitacionales: revisión’, Rose y


Marshall Comentario [CPL15]: Contrarían a
la hipótesis de Potts, al plantear que la
Se analizan los artefactos líticos y restos faunísticos descubiertos en contextos evitación de los carnívoros y la huida
fueron menos probables, dándose uso
depositacionales de Olduvai y Kubi Fora, consideradas siempre como bases
a las bases habitacionales (en Potts:
habitacionales, aunque tal concepto, como ocurrió en Potts, fue puesto bajo la lupa por sus campamentos base).
implicancias respecto del comportamiento homínido. Ambos textos coinciden en intentar
explicar la historia de vida de estos
Para los autores, la hipótesis de Potts de los escondrijos, modificada luego como hipótesis homínidos en el pasado, dando cuenta
de las conductas pasadas que
del transporte de recursos, presume que los homínidos usaban estrategias de evitación originaron el registro observable, a
como respuesta a la competencia con los carnívoros. partir de la tafonomía. Sin embargo,
arriban a conclusiones opuestas.
Las autoras sugieren, en oposición, que los homínidos habrían estado sometidos a los
mismos tipos de presiones ecológicas que otros primates, especialmente en lo que
respecta a la competencia por los recursos y los riesgos de la predación. De allí que el
desarrollo del comportamiento inteligente y cooperativo de los primeros homínidos
podría ser similar al de los chimpancés. Además, las pautas cooperativas de predación y
defensa de los recursos habrían sido factores que promovieron el desarrollo del uso de la
tierra como bases habitacionales o emplazamientos centrales.
Las autoras consideran, a diferencia de Potts, que la presencia de carnívoros no constituye
base suficiente para descartar la hipótesis de las bases habitacionales, sino que, por el
contrario, el riesgo de predación y competencia con los carnívoros habría promovido
comportamientos sociales cooperativos y el transporte regular de recursos cárneos a
sitios específicos defendibles en grupo. La respuesta habría sido la de aumentar la
cohesión grupal y la cooperación en la defensa contra los predadores, ayudados por el
uso de ramas o piedras como armas defensivas sencillas.
Carroñeo pasivo y activo: la propuesta del texto se centra en observar las bases
habitacionales como sitios de defensa reforzada por la actividad cooperativa grupal frente
a la amenaza de los animales carnívoros y carroñeros.
Se propone entonces que, más que un carroñeo pasivo -que sugiere poca capacidad
competitiva- se desarrollaba un carroñeo activo, permitido por el uso de la tierra fundada
sobre bases habitacionales.
Las autoras destacan que el carroñeo y el uso de bases habitacionales no son
estrategias que se excluyan mutuamente. La amenaza planteada por los carnívoros
habría influido sobre el comportamiento homínido, pero los riesgos de la predación y, en
particular, la mayor competencia habría constituido presiones selectivas en favor de mayor
sociabilidad, defensa cooperativa, transporte de recursos y postergación de su procesamiento
y consumo. Sin embargo, se destaca una pauta de bases habitacionales no
necesariamente implica una organización social monógama ni una bien definida
división sexual del trabajo.

‘Orígenes del patrón depredador humano’, Thompson et al


Proponen que la explotación regular de recursos provenientes de animales grandes -
facilitado por el uso de herramientas líticas-, propias del patrón depredador humano,
comienza con un énfasis en la búsqueda de nutrientes del interior de los huesos a
través de su percusión.
Se analiza, entonces, el origen del consumo de carne, entendiéndolo como motivado por la
mayor obtención de nutrientes. Los humanos son los únicos primates vivos que explotan
animales de su mismo o mayor tamaño corporal, y esto es lo que caracteriza al patrón
depredador humano. Estos animales son fuente de grasas y proteínas fácilmente
digeribles y ricas en calorías, propias de la dieta necesaria para el desarrollo de cambios
biológicos en los homínidos del pleistoceno temprano -facilitando cambios como la mayor
masa cerebral y cuerpo más grande-.
La trayectoria comienza, para los autores, a partir del empleo de tecnología de percusión
(aunque no necesariamente piedra tallada), no para obtener la carne, sino de la grasa en el
cerebro y la médula, de mayor calidad nutricional que motivaron las soluciones
tecnológicas y de comportamiento apropiadas.
Los autores denuncian que la evidencia actual no sostiene la interrelación del
advenimiento de la tecnología de lascas, la explotación de animales grandes y la
especiación hacia el Homo, como modo de explicar sus orígenes. El contexto de su
emergencia más tempana que el Homo y posiblemente desacoplada, según los autores, sería
el carroñeo basado en la percusión para la obtención de nutrientes del interior del
hueso, independientemente de la emergencia del uso de herramientas como lascas.

Estrategias adaptativas durante el Pleistoceno Final: Paleolítico Medio y Superior


‘La evolución Humana más allá de África’, Agustí y Antón
- Paleolítico medio:
o Musteriense – Modo III: asociado a la eclosión de los neandertales, se produce
en el Pleistoceno medio una nueva revolución tecnológica, que comporta la
aparición de un utillaje lítico mucho más sofisticado y adaptado a una variedad
de funciones: un conjunto de instrumentos basados en lascas preparadas,
que sustituyen a los bifaces por elementos como raederas, puntas, muescas y
denticulados. Existe, entonces, una superación en complejidad técnica y en
diversidad de útiles del Modo III respecto del Modo II.
La gran revolución tecnológica del Modo III es la técnica Levallois, en la que, a
diferencia de las anteriores donde se percutía sobre un núcleo para extraer
lascas como herramienta final, se procede a preparar el útil final sobre el mismo
núcleo antes de su extracción.
 Homo sapiens temprano (África): emigró de África hace 60.000 años, y
presentó una innovación tecnológica, una expresión plena y manifiesta
del pensamiento simbólico -a partir de elementos como arte y
accesorios-.
 Homo neandertalensis (Europa): la variedad de útiles y su capacidad
tecnológica permiten ver que se trató de un tipo de homínido muy
avanzado, dotado de un alto nivel cultural.
Agustí y Antón sugieren que, si bien no habrían dispuesto de una lengua
hablada, los neandertales probablemente accedieron a un lenguaje
relativamente sofisticado, propio de su capacidad de abstraer el
pensamiento hacia un nivel simbólico.
Producto y ejemplo del pensamiento simbólico, los neandertales
presentan inhumaciones intencionadas, que permiten inferir no sólo
una mente simbólica, sino también una percepción más profunda de la
muerte y sus implicaciones. Primera evidencia: Sima de Huesos. Comentario [CPL16]: Sobre el
pensamiento simbólico, Tattersall
Debe considerarse que la distinción entre el Homo sapiens y el Homo discrepa de lo dispuesto por Agusti y
Antón, al entender que ‘No hay nada
neandertalensis ha sido corroborada a partir de muestras de ADN mitocondrial,
en la producción tecnológica que
el cual no codifica caracteres relevantes del organismo portador, por lo que no permita atribuirles pensamiento
se ve sometido al estrecho control de la selección natural. Así, permite mayores simbólico. Cierto es que eran hábiles,
y no lo es menos que gozaban de gran
mutaciones que se suceden y acumulan de manera casi aleatoria, complejidad, pero no a nuestra
transmitiéndose de generación en generación hasta la próxima mutación. manera. Aceptaban retos y cierta
Los autores destacan que, probablemente, ambas especies eran diferentes, mas tendencia a entablar una relación
cada vez más sutil e intrincada con su
presentan un genoma común, compartido en los primeros momentos de la entorno. Pero, en lo que respecta a su
expansión del Homo sapiens fuera de África, cuando ambas poblaciones se conducta, no protagonizaron una
ruptura cualitativa con el pasado.
encontraron hace entre 40 y 60 mil años. Ambas poblaciones luego coexistieron Eran así una variante muy mejorada
en Europa durante 10 mil años, presentando historias evolutivas divergentes. de sus predecesores, pero no seres
simbólicos.
‘¿Quiénes eran los Neandertales?’, Tattersall
Los neandertales, especie distintiva de homínido, fueron por primera vez hallados en un
yacimiento en Francia que data de hace 170.000 años, aunque restos más antiguos
presentes en Alemania datan, según los cálculos, de hace 250.000 años.
En los doscientos mil años que duró su presencia, se extendieron por Europa y Asia
Occidental, en una gran variedad de altitudes, topografías y latitudes, aunque siempre
evitando regiones demasiado cercanas a los frentes glaciares.
De acuerdo a muestras de ADN, los neandertales se caracterizan por variedades genéticas
que no se encuentran en los humanos modernos. De allí la necesidad, destacada por el
autor, de evitar ver a los neandertales como una versión menos próspera de nosotros mismos.
Si bien, a nivel fenotípico, los neandertales cambian de apariencia de uno al otro,
comparten características comunes: una bóveda craneal espaciosa, aunque alargada y baja,
abombada a los lados y saliente en la parte de atrás, y un semblante de nariz considerable y
pómulos anchos, orientados hacia los lados. Mantenían una constitución recia, y huesos
largos y gruesos de epífisis macizas. El torso se ensancha hacia abajo, hasta igualar la
notable amplitud de la pelvis.
Por sus características físicas, se infiere que poseían una gran fuerza, y tal vez una gran
demanda metabólica. Asimismo, se cree que presentaban un período muchísimo menor de
dependencia de sus padres, y una madurez sexual mucho más temprana.
Diferencias y similitudes genéticas: existe una clara diferenciación respecto del Homo
sapiens, sin presencia de ADN neandertal en las muestras de europeos modernos: el Homo
sapiens y el Homo neandertal son entidades totalmente diferenciadas, aun cuando
pueda haber habido, de forma ocasional en el Pleistoceno, un intercambio de ADN entre
ambas. Tal punto respalda la tesis del neandertal como una especie aparte e individualizada.
La vida del neandertal: se trataba de cazadores recolectores flexibles, que aprovechaban
su entorno, dependiendo de grasas y proteínas animales para subsistir particularmente en
entornos estacionales menos favorecedores para la recolección de vegetales.
Los isótopos de carbono estables presentados en dientes y huesos dan cuenta de una
alimentación principalmente carnívora y de una caza activa. Además, se considera que
dominaban el fuego, y que también basaban su alimentación en vegetales. El autor los
define como omnívoros oportunistas.
De su examen genético se vislumbra de la organización social que los hombres habían
permanecido en sus grupos mientras que las mujeres abandonaron el suyo, durante la
pubertad o poco después, para unirse a una tribu vecina. Los niños, hijos de la misma
hembra, con un intervalo en los partos de 3 años, interrumpirían la ovulación quizás el
recurso de postergar el destete de la prole.
‘Homínidos: las primeras ocupaciones de los continentes’, Carbonell
Sobre los 25 mil años los neandertales perdieron la hegemonía en el oeste del continente
euroasiático para desaparecer para siempre de forma misteriosa. Se plantea, entonces, una
diversidad de hipótesis sobre su extinción, por una multiplicidad de factores:
- Ecológicas: achacan la extinción al cambio climático y la falta de adaptación a las
nuevas condiciones y zonas abiertas.
- Fisiológicas: los homínidos sufrían una caída reproductiva por cuestiones
etofisiológicas, relacionadas a su aparato inmunológico. Para el autor, éste pudo ser el
factor determinante en última instancia.
- Imposibilidad comunicativa: la incapacidad de transmitir información imposibilitó
que se establecieran leyes de cooperación y de estructuración entre los grupos.
- Superioridad cultural y técnica del Homo sapiens: si bien es difícil de contrastar, es
una hipótesis muy popular. Plantea que los neandertales no utilizarían la tecnología ni
la organización del espacio propias de los Homo sapiens.
Llegada del Homo sapiens: tuvo consecuencias significativas para la aparición y
consolidación de nuevos procesos culturales que definieron al Paleolítico Superior.
El inicio del Paleolítico superior se asocia a la aparición de la técnica laminar y la
proliferación de un amplio espectro de artefactos líticos altamente estandarizados,
evidenciando un alto grado de especialización y de adecuación entre forma y función.
Además, la aparición del Paleolítico Superior coincide con cambios en la estrategia de
captación de materias primas líticas en beneficio de materiales de mejor calidad para la
talla.
Los elementos perforados, interpretados como objetos de adorno personal, constituyen
otra de las novedades documentadas en los inicios del paleolítico superior. Estos elementos
de adorno personal, dada su capacidad para expresar la individualidad y el estatus, serían
uno de los ejemplos más claros de la utilización de la cultura material como medio para
transmitir información: uno de los aspectos centrales de la explosión simbólica que
caracteriza al Paleolítico Superior, junto con el arte paleolítico, que también se
consolida desde instancias previas.
Las nuevas modalidades de transmisión de información mediante la cultura material
habrían favorecido la aparición de redes sociales más amplias, necesarias para la
ocupación efectiva del ambiente de alto riesgo. La amplia dispersión geográfica de
algunos motivos iconográficos, como algunas figuras femeninas, serían un testimonio del
alcance de estas redes de transmisión de información.
- Paleolítico superior:
o Modo IV: se caracteriza por la diversificación técnica, ya no sólo sobre
material lítico sino también sobre hueso y asta.
Presenta transformaciones económicas y sociales de los últimos cazadores-
recolectores:
 Estructuración de bandas: la unidad doméstica es la célula social
básica descrita por la arqueología. Normalmente, consta de una unidad
familiar mínima, aunque puede ampliarse a los individuos solteros y
viudos del mismo sexo.
Cada unidad doméstica genera un espacio en el que se realizan la mayor
parte de actividades entorno al hogar, generando un patrón de
distribución bien definido, caracterizado por la aparición de
agrupaciones de restos en torno a los hogares. Demuestra una estructura
social similar a la de los cazadores recolectores contemporáneos.
La estructura básica del campamento consistirá en acumulaciones
de restos en torno a hogares, correspondientes a la ubicación de las
distintas unidades domésticas que componen la banda.
 Existencia de redes sociales de amplio alcance territorial: se trata de
estructuras de agregación social situadas por encima de la banda, que
permitió reducir el riesgo substancial asociado a ambientes en los que
pueden producirse en forma imprevista eventos de escasez de recursos,
frente al rigor ambiental.
Esta ampliación permitía a los individuos acudir en busca de ayuda a
otros territorios no afectados, y funcionaba sobre la base de
mecanismos simbólicos asociados a partir de la cultura material,
mediante la aparición de códigos compartidos a lo largo de amplios
territorios.
 Fenómenos de desigualdad dentro de los grupos: los fenómenos de
jerarquización social se producían en la banda, y no en las unidades
domésticas, al tener lugar en la banda fenómenos de diferenciación
basados en el género y la edad. Se evidencian estas diferencias a partir
de las diversas prácticas funerarias.

‘Aparición de la mente moderna’, Wong


La autora analiza la aparición del Homo sapiens, hace 75.000 años. Indica que esta
especie fue la primera que presentó una mente moderna, y que, en torno a ella, se producen
una serie de cambios que podrían ser producto de la evolución paulatina, producto de las
mutaciones genéticas; o de una explosión cultural, producto del encuentro entre el Homo
sapiens y el Homo neandertalensis en Europa.
La autora adhiere a las últimas teorías, que rechazan una eclosión instantánea de la
cultura para proponer que el comportamiento humano moderno habría surgido en el
transcurso de un largo período, en un proceso más similar a una evolución gradual que a
una revolución. Prueba de ello son diversos elementos arqueológicos, excepcionales para el
período previo a la emergencia del Homo sapiens, que actúan como precedentes de la
capacidad de éste. Se trata de los hallazgos de Blombos, que permiten ver que, en este
período, los homínidos estaban dotados de cierto pensamiento simbólico y una capacidad
cognitiva más desarrollada que la que se creyó inicialmente, a pesar de tratarse de un sitio
excepcional.
Se pondera, en el texto, que uno de los factores que provocaron el desarrollo cultural fue el
aumento demográfico, al crecer la lucha por los recursos disponibles, que forzó la
invención de nuevas formas de obtener comida y otros materiales para elaborar útiles.
Pero: ¿qué es el comportamiento humano?: el comportamiento humano comprende
cualquier aspecto de la cultura actual, o de los cazadores-recolectores actuales. Sin
dudas, una de las características más importantes es el simbolismo o mentalidad
simbólica, que implica la capacidad de transmitir símbolos, permitiendo el fomento de la
vida social. Kate Wong ubica una de las primeras manifestaciones de la cultura simbólica
hace 60.000 años, aunque destaca que también se han hallado manifestaciones -como
rituales y funerales- en los neandertales, por lo que se abre la puerta a determinar que la
forma simbólica de pensamiento se desarrolla independientemente en los
neandertales y en los humanos anatómicamente modernos.

‘El Homo sapiens: polifacético, flexible e ingenioso’, Haidle Comentario [CPL17]: Ver. Mucho
más amplio en el texto de Belu, hace
Haidle se refiere al desarrollo cognitivo presente en el Homo sapiens, caracterizando a un recorrido por las características
actuales y pasadas del Homo sapiens.
la especie por su enorme flexibilidad producto de:
Menciona al fuego.
- Constitución física que lo capacita a llevar a cabo actividades de toda clase.
- Elevado grado de desarrollo de las capacidades cognitivas.
- Necesidad de crear cultura: el autor entiende la cultura como la competencia para
transmitir conocimientos de una generación a otra, con independencia del parentesco
biológico.
Un rasgo particular del ser humano consiste en su facultad para adquirir habilidades y
conocimientos sin necesidad de experimentarlos por sí mismo: puede aprender por
medio de la instrucción y la imitación de la conducta ajena, aunque en un principio no
entienda su utilidad.
La disposición de los hombres para establecer relaciones sociales y culturales se debió,
entonces, a no depender de una única dieta, a la versatilidad manual, y a la capacidad de
comunicación por medio de palabras y gestos, que permite la adecuación a
circunstancias diversas.

‘Inicio del comportamiento moderno y el arte paleolítico europeo’, Fernández Mabel


La autora ubica al Homo sapiens como el inicio del comportamiento moderno, hace
unos 200.000 años. La aparición de nuestra especie se asocia a conductas agrupadas bajo el
‘comportamiento humano moderno’ z ón de
nuevos ambientes, la capacidad de respuesta ante los cambios ambientales, la explotación
de recursos, el desarrollo tecnológico de proyectiles líticos y artefactos de hueso, empleo de
pigmentos, uso de objetos de adorno personal y diversas manifestaciones artísticas.
Fundamentalmente, ubica al lenguaje como la fuente de aprendizaje de sistemas de
comunicación.
El autor va a centrar sus estudios en las diferentes manifestaciones artísticas que tuvieron
lugar en el Paleolítico Superior y que dan indicios de un pensamiento simbólico. En este
sentido, se destacan las nociones de:
- Simbolismo: es la forma de exteriorizar un pensamiento o idea más o menos abstracta,
a través de un signo o medio de expresión. Hasta tal punto es importante la capacidad
de simbolizar que algunos autores opinan que este es el rango distintivo de la
humanidad.
Se evidencia a partir del uso de elementos como adornos, con fines estéticos o rituales.
- Arte: producto de múltiples creaciones, individuales y grupales, con diferentes
esquemas en cuanto a técnicas y estilo, y distintas funciones dentro de las sociedades
en las cuales se gesta. Desde esta perspectiva, es posible la utilización del término arte
para designar las expresiones que tuvieron lugar en el Paleolítico superior.
El arte se divide en mobiliar (útiles y armas, objetos para colgar, objetos religiosos,
etc.) y parietal (mural), que funciona como un medio de comunicación.
- Paleolítico: periodo de la humanidad caracterizado por el uso de útiles confeccionados
en piedra tallada. Hoy se emplea esta categoría para designar el lapso comprendido
entre el comienzo del comportamiento cultural, señalado por el hallazgo de las
primeras evidencias de confección y uso de artefactos de piedra por parte de los
homininos, hace 2.5 millones de años hasta hace 13- 10,000 años en coincidencia con la
llegada de las condiciones climáticas actuales (Holoceno).
- Glaciaciones: el Paleolítico superior se desarrolló bajo las condiciones climáticas
rigurosas que llega a su punto de mayor crudeza con el último máximo glacial.
Unidad IV

‘Gestión del patrimonio arqueológico argentino’, Guraieb


Aspectos conceptuales: el patrimonio cultural comprende las obras de los artistas,
arquitectos, músicos, etc., y el conjunto de valores que dan sentido a la vida (obras
materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo).
La UNESCO refiere a la apropiación y gestión de las manifestaciones materiales e
inmateriales heredados del pasado (incluyendo aquellos espirituales, estéticos, tecnológicos,
simbólicos y creativos) de comunidades y grupos humanos que han aportado y aportan a la
historia de la humanidad.
El patrimonio se divide en:
- Arqueológico, histórico, antropológico, artístico, arquitectónico, etc.
- Material e inmaterial: el patrimonio inmaterial se conforma de aquellas
prácticas, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que dan a las
comunidades un sentimiento de identidad y continuidad. El material, por otra
parte, lo conforman los instrumentos, herramientas, artefactos y espacios culturales
asociados a esas prácticas, objetos que dan cuenta de las actividades que sucedían
en el pasado.
El patrimonio está profundamente relacionado con la formación de los Estados naciones,
ya que el conjunto de bienes materiales e inmateriales constituye una síntesis de
identidad, asociándose a determinados elementos culturales una noción social de
identidad.
En la conformación del Estado nación argentino y de América en general, no se tomaron en
consideración los elementos culturales indígenas como parte de la identidad nacional,
facilitando su exclusión física y simbólica de la construcción de la Nación.
Sin embargo, han surgido demandas de los pueblos originarios tanto por:
- Reconocimiento legal de la propiedad comunal de las tierras ancestralmente
ocupadas.
- Derecho a su patrimonio cultural, repatriación y restitución de restos humanos
indígenas alojados en museos.
Los indígenas se encuentran avalados por normativa internacional y nacional.
Valores del patrimonio cultural: el patrimonio arqueológico, parte del patrimonio cultural,
tiene un valor simbólico, en tanto recrea aspectos de la identidad. Ese valor puede generar
un valor:
- Identitario: político, social, artístico.
- Instrumental: económico, legal, científico, educativo, monetario.
Los valores que se otorgan al patrimonio no son únicos, sino que se imbrican unos con
otros, coexisten y se contraponen en forma dinámica.
El empleo del patrimonio como recurso económico por el turismo ha generado la
necesidad de conformar estrategias para su conservación, en aquellos bienes que se
exponen al uso público. Estos programas, los planes de manejo, son instrumentos de
planificación, cuyo objetivo es la conservación de un bien arqueológico en el marco de su
uso público.
Los planes de manejo requieren tareas multidisciplinarias, que pueden ser reformuladas
sobre la base de la consulta y su extensión en el corto, mediano y largo plazo. La UNESCO se
encarga de supervisar aquellos planes de los sitios que son Patrimonio Mundial, y éstos
deben ser elevados al organismo para su aprobación y control.
Conservación de los bienes culturales: deben distinguirse tres momentos: la reparación,
restauración y adaptación (generación de nuevas estructuras), las tres con el objetivo de
mantener la significación cultural de los bienes.
Estudios de impacto: los arqueólogos son responsables por su desarrollo y planeamiento, a
fin de evitar daños irreversibles a los bienes culturales. En este sentido, el impacto
ambiental -que afecta la calidad del medio ambiente por la actividad humana- puede
afectar los bienes arqueológicos, por lo que debe ser evaluado y corregido a fin de evitarlo.
El impacto ambiental -como movimientos del suelo necesarios para construir obras, etc.-,
resulta de alta intensidad, manifestándose a lo largo del tiempo; de carácter discreto, ya
que es un solo evento espacio-temporal; irreversible, ya que los bienes pierden su
característica esencial del contexto; y no intencional.
El patrimonio cultural confiere identidad y nos diferencia como colectivo social y local.
Además, también puede ser un instrumento para el desarrollo socioeconómico, de
emplearse en forma racional y sostenible.
Patrimonio arqueológico y legislación nacional:
Legislación Nacional según los años:
- 1913 (Ley 9.080): Patrimonio como propiedad de la Nación. Ruinas y yacimientos
arqueológicos y paleontológicos de interés científico.
- 1968 (Ley 17.711): Las ruinas y yacimientos arqueológicos y paleontológicos de
interés científico quedan comprendidos entre los bienes públicos. Esta ley de la
jurisdicción a las provincias, ya no son propiedad de la Nación.
- 2003 (Ley 25.743): El patrimonio arqueológico y paleontológico considerado como
conjunto de muebles e inmuebles o vestigios que se encuentren en la superficie,
subsuelo o sumergidos. Que puedan proporcionar información sobre grupos
socioculturales que habitaron el país desde época precolombina hasta épocas
históricas recientes. La novedad de esta ley tiene que ver con incluir en el
patrimonio lo material e inmaterial.
Una de las grandes diferencias entre la ley 9.080 y la ley 25.743 es que la primera protege
lo sitios, los lugares, y la segunda protege no sólo esto sino también los objetos. Esto
implica poner una traba al tráfico de los objetos que dejan de ser comercializables,
pasa a ser un delito su compra y venta. Otro punto importante es que la ley 9.080 habla sólo
de un interés científico en la protección, mientras que la ley 25.743 hace referencia a un
interés de toda la comunidad sobre la protección del patrimonio, no solo de los y las
investigadoras.

‘Cueva de las Manos, Río Pinturas’, Onetto


La Cueva de las Manos es un sitio que forma parte del Patrimonio Mundial de la
Humanidad desde 1999, por lo que requirió una etapa previa de documentación y
elaboración de un plan de manejo a fin de presentarlo como tal a la UNESCO.
La propuesta debía basarse en la preservación del sitio, y el plan de manejo a tal fin fue
elaborado en 1998, tras el inicio de las investigaciones (por Aguerre y Aschero) en 1972.
En 1995, previo al plan de manejo, se asignó a la Cueva máxima prioridad, por ser
considerado como uno de los sitios arqueológicos más importantes y de gran atractivo
turístico del país. Así, se registró a nivel fotográfico, y se relevaron los daños naturales y
antrópicos.
El plan de manejo presentado en 1998 implicaba la custodia del sitio, control de entrada
y salida de visitantes (15 a 20 personas por vez), clausura de entradas durante la
época invernal, provisión de guías y la creación de instalaciones para su alojamiento.
Además, fue necesaria la colocación de pasarelas a lo largo del circuito de las pinturas, y
la cartelería con información bilingüe, junto con el establecimiento de horario de apertura,
cierre y visitas guiadas. Este plan debió actualizarse frente al aumento del tráfico turístico,
a partir de la creación de área de estacionamiento e instalaciones, fuentes de energía eólica,
áreas de aprovisionamiento de agua, etc.
A partir del año 1998 intervino el Estado a través de la Dirección Nacional de Arquitectura
e incluyeron cámaras, detectores de metales, entre otras cosas. Para el año 2004 se firmó el
contrato de licitación de l “obra de protección y seguridad para el monumento histórico
nacional cueva de las manos”.
Los arqueólogos cumplieron funciones de supervisión y asesoramiento permanentes en el
sitio, tanto para la preservación como para la puesta en valor del sitio arqueológico. Su
tarea principal fue la de controlar los trabajos, supervisando la remoción de sedimentos
que permitió la recuperación de vestigios arqueológicos (artefactos líticos, desechos de
talla, artefactos varios, restos faunísticos, pigmentos naturales, carbón y pinturas
rupestres).
Por último, se destaca que este sitio tuvo dos problemas importantes. Por un lado, la
necesidad de establecer una veda turística con horarios muy flexibles mientras se realizaba
la obra de recuperación. Por otro lado, la necesidad de cerrar la cueva para que no
ingresaran turistas. El autor repara que al momento de escribir su artículo se armó un
comité del sitio para su manejo y gestión, donde intervinieron varios agentes (Estado,
INARL, etc.)

‘Amaicha del Valle’, Aschero et al


Aschero considera que la arqueología, en tanto disciplina social, además de aportar a la
construcción del conocimiento sobre el pasado de las sociedades, puede también contribuir
a generar cambios en las comunidades. Los arqueólogos, en su quehacer teórico, tienen un
poder activo en el presente en tanto que su conocimiento puede ser utilizado para
validar, legitimar o enmascarar determinadas estructuras sociales. Para dar cuenta del
impacto que tienen sus estudios sobre las sociedades, Aschero realiza un análisis sobre la
comunidad de Amaicha del Valle.
La comunidad de Amaicha del Valle tiene particularidades que son tenidas en cuenta por
Aschero en su análisis: la existencia de una compleja situación socio política que se
evidencia por la presencia de sectores con intereses diferentes en cuanto a la
identidad comunitaria, su vinculación con la población prehispánica, el manejo del
patrimonio, entre otras cosas; por la presencia de recursos naturales y culturales
concebidos como componentes esenciales de la identidad de la comunidad que no
pueden separarse al momento de ser entendida; y el incremento del número de turistas
que se acerca al lugar.
Tomando en cuenta estas particularidades se realiza una encuesta en la comunidad para
analizar las inquietudes, conocimientos y requerimientos de sus habitantes. Esta encuesta
brinda varios puntos interesantes sobre lo relatado anteriormente. En primer lugar,
parecería haber conocimiento, por parte de la comunidad, sobre los temas y trabajos
abordados por los arqueólogos. Sin embargo, muchas personas dicen desconocer que en
la zona se esté llevando adelante trabajo arqueológico. Aschero plantea que esto puede
deberse a falencias de los propios arqueólogos, pero aclara a su vez, que hay que
considerar las disputas entre las fracciones. Las intervenciones se solicitaron “en

sin contar con el consentimiento real de todas las personas. Como consecuencia de esto,
quienes dicen desconocer las tareas de los arqueólogos podrían, en verdad, están en
desacuerdo con dicha autoridad y su negación sería parte de no legitimar esa gestión.
Lo interesante de la realización de la encuesta es que a partir de ella se elaboró un proyecto
museográfico, se desarrollaron capacitaciones, etc. Se formó a la gente de la comunidad para
que sean promotores activos para la valoración y protección de los sitios. Es importante ese Comentario [CPL18]: Esto puede
vínculo entre los arqueólogos y las personas de Amaicha del Valle para promover una vincularse con la nueva ley del 2003.

construcción del conocimiento en conjunto además de, como se dijo al principio,


generar cambios sociales.

Unidad V

‘El poblamiento de América: arqueología y bioantropología’, Politis et al


Contexto del poblamiento americano: los primeros pobladores de América no eran
autóctonos, llegaron de otro lugar. Eran cazadores-recolectores, vivían en pequeños
grupos, sin jerarquías sociales y mantenían estrechos lazos de solidaridad y cooperación
mutua. Presentan un alto grado de movilidad residencial, esto es, mudaban su
campamento residencial con mucha frecuencia y su circuito de nomadismo estaba regulado
por las estaciones y por la disponibilidad de recursos alimenticios.
Politis y sus coautores se proponen analizar de qué manera llegaron los hombres a
América, partiendo de que ya se encuentra descartada la posibilidad de una evolución
humana autóctona.
Los primeros pobladores sostenían un modo de vida cazador-recolector, sustentándose
básicamente en la caza, la recolección y la pesca, y aún sin desarrollarse la agricultura,
horticultura ni ganadería.
Los primeros pobladores se agrupaban en pequeños núcleos de pocas familias, sin
jerarquías sociales y con estrechos lazos de solidaridad y cooperación. Mantenían un
alto grado de movilidad residencial, y una compleja cosmología -modo de percibir y
explicar el mundo y sus fenómenos-.
Se reitera que no hay consenso acerca de cuándo llegaron al continente, la vía por la
cual lo hicieron ni el tipo de tecnología empleada a tal fin. Esto resulta muy difícil de
determinar por la mala preservación de los sitios, además del impacto de la última
glaciación. De esta manera, se esbozaron diversas explicaciones:
- Bíblicas: comparten la concepción de los indígenas como sociedades primitivas
distintas a la europea, congruente con los objetivos políticos y económicos de
dominación.
- Estrecho de Bering: el sacerdote jesuita José de Acosta propuso, en 1894, que se
trataba de grupos simples, posiblemente cazadores, que habrían ingresado por el
punto de mayor proximidad con Asia: el Estrecho de Bering, como resultado de una
expansión natural y progresiva a través del territorio, y no como un plan
preestablecido.
- Ameghino: propuso que en las pampas argentinas habían convivido los humanos
con la megafauna pleistocénica, y que el origen de los humanos era sudamericano.
Esta teoría fue refutada a principios del siglo XX, aunque se ha confirmado la
convivencia con la megafauna.
El problema del poblamiento inicial de América: en 1929, el descubrimiento del sitio
Blackwater Draw, cerca de la ciudad de Clovis, Nuevo México, permitió consolidar la idea
de que los primeros pobladores habían llegado en el último milenio del Pleistoceno, y
que eran cazadores de mastodontes, mamuts y bisontes. En el sitio, se registraron puntas
de proyectil técnicamente muy elaboradas. Los límites cronológicos de la cultura Clovis
datan de los 11.200 años radiocarbónicos AP.
El sitio de Clovis se emplea, hoy en día, principalmente para investigaciones arqueológicas
orientadas a la búsqueda de tecnología -casi exclusivamente de material lítico, asociaciones
faunísticas y la cronología de las ocupaciones tempranas-, atento a que los restos humanos
asociados a sitios tempranos como éste son escasos, se encuentran incompletos, y no han
permitido secuenciar el ADN en forma confiable.
El escenario del poblamiento – camios climáticos y ambientales: el clima fue uno de
los agentes principales que, en diferentes momentos, condicionó el ingreso de poblaciones
humanas, principalmente por el efecto en el nivel del mar y hielos continentales. Ha dejado
al descubierto el fondo del estrecho, posibilitando la emergencia de un puente terrestre
entre Asia y América.
El cuaternario se caracterizó por un descenso de las temperaturas, en el que se produjo un
crecimiento del tamaño de las masas de hielo. Las épocas de mejoramiento climático entre
glaciaciones se las conoce como interglaciares.
El último de los eventos glaciales en la Tierra comenzó hace 75.000 años y se caracterizó
por la alternancia entre períodos muy fríos (estadiales) y períodos de mejoramiento
climático (interestadiales). Cuando la temperatura descendía había una mayor aridez,
mientras que las temperaturas más cálidas fueron acompañadas por más humedad.
El crecimiento de masas de hielo durante las temperaturas bajas de la última glaciación
hizo que una gran parte del agua, anteriormente contenida en océanos, quede retenida en
los glaciares. Este proceso trajo aparejado el descenso del nivel de los océanos y el efecto
directo fue que grandes superficies que se encontraban debajo del agua emergieran y
pasaran a formar parte de la masa continental. El proceso inverso ocurrió cuando las
temperaturas aumentaron.
Durante el período de avance de los glaciares, el área actualmente ocupada por el estrecho
de Beringia se encontraba emergida. Este territorio fue central en el proceso de
poblamiento humano del continente americano, ya que armó un puente que unía Siberia y
Alaska, lo que permitiría el pasaje entre continentes. Los autores consideran, en relación
con el Puente de Bering, que éste no poseía condiciones de habitabilidad, dificultando el
desplazamiento y la supervivencia aún a partir de los 11.500 CAP, cuando comenzó a
abrirse el Corredor de Alberta -zona libre de hielo entre ambas masas glaciares-.
A nivel climático, se produjeron también extinciones masivas de mamíferos terrestres
luego del último avance glacial, ocurridas entre el Pleistoceno Final y el Holoceno
Temprano (12.000 y 8.000 CAP). Tal extinción no afectó a otros grupos de plantas ni
animales en Sudamérica. El cambio climático (hipótesis ambiental) se vio coadyuvado por la
entrada de los cazadores tempranos -a quienes se consideraba expertos-, quienes
promovieron la extinción mediante la caza de estos mamíferos y aceleraron la modificación
del ambiente.
Poblamiento de las planicies interiores de Norteamérica: posterior al descubrimiento
del sitio de Clovis, los arqueólogos adoptaron la teoría de que pobladores tempranos
convivieron con mamíferos extinguidos luego del último avance glacial, lo que
implicaba el reconocimiento de la presencia humana en el Nuevo Mundo durante el
Pleistoceno Final. Tal teoría se basó en los hallazgos efectuados cerca de Folsom, también
en Nuevo México, que aportaron objetos líticos confeccionados por humanos en asociación
con restos óseos de una especie extinta de bisonte (punta de proyectil incrustada entre sus
costillas – datación de 10.000 años CAP), apoyando la teoría de que se trataba de bandas
altamente móviles que organizaban su vida en torno a la caza de bisontes.
Clovis-first: los sitios de Clovis eran más antiguos, y se caracterizaban por la
manufacturación y utilización de un tipo especial de grandes puntas de proyectiles
bifaciales, similares a las que se encontrarían en Folsom, con funciones particulares; por el
empleo de materiales líticos en forma de grandes hojas, obtenidas mediante percusión de
bloques conocidos como núcleos de hojas; y por la confección y uso de instrumentos de
marfil y del ocre rojo.
Con base en estas evidencias, se propuso considerar a Clovis como una cultura, y un
grupo cazador-recolector discreto, diferente de otros. Esta teoría se denomina Clovis-
first, y sigue vigente en el ámbito académico, proponiendo que alrededor de 11.500 años
CAP las primeras bandas de cazadores-recolectores que ingresaron a América lo hicieron
por el puente intercontinental de Beringia, y que, una vez en Alaska, habrían alcanzado
el centro y sur de Norteamérica a través del corredor de Alberta, único corredor libre de
hielos disponible en ese momento.
El grupo Clovis habría organizado su economía, movilidad y asentamiento sobre la base de
la práctica de la caza especializada de mamíferos de gran tamaño, como mamuts y bisontes,
sirviéndose de armas arromadizas con puntas líticas muy elaboradas, y de cazas
comunales con técnicas sofisticadas.
Se destaca que, bajo la teoría de Clovis-first, la velocidad de dispersión habría estado
vinculada a las pocas dificultades para el avance por la gran abundancia de recursos
animales -y relativa facilidad de caza por no estar acostumbrados al nuevo predador
humano- y por la ausencia de otras sociedades competidoras.
Si bien esta teoría fue aceptada casi en forma dogmática, se han descubierto
posteriormente sitios previos a 11.500 años, que no pueden ser descartados. Ejemplos de
ello son Meadowcroft, Pennsylvania -al interior de una cueva, presenta tecnología diferente
a la de Clovis- (14.000 años); Cactus Hill, Virginia, a cielo abierto (15.000 años); etc. Esto
demuestra que existen en América contextos arqueológicos no asimilables a Clovis.
La teoría de la costa pacífica de Norteamérica: propone que esta franja costera pudo haber
constituido una vía de comunicación utilizada por los primeros aborígenes llegados desde
Asia, al haberse liberado de hielos más tempranamente que el corredor de Alberta. Se
trataría deformas de vida muy diferentes a las de los cazadores-recolectores discretos de
Clovis, con tecnología especializada para el aprovechamiento de los recursos del mar
(anzuelos, redes de fibra vegetal, embarcaciones, etc.), y una dieta ajustada a moluscos,
peces y mamíferos marinos.
Sitios controvertidos de América del Sur: existen tres sitios con implicancias
significativas para entender el proceso general de dispersión del Homo sapiens en el
continente, desafiando el modelo Clovis-first:
- Monte Alegre, Brasil: pág. 67, cueva de arte rupestre. La ocupación inicial del sitio
no puede ser considerada pre-Clovis pero sí sincrónica con Clovis. Esto tiene dos
implicancias fundamentales: había bandas de cazadores recolectores explotando los
recursos de la floresta tropical amazónica al final del Pleistoceno; y su población no
sería descendiente de los Clovis, ya que ni la cronología, ni las evidencias de la
tecnología ni la economía apoyan una relación entre ambos.
- Pedra Furada, Brasil: pág. 70, sitio con pintura rupestre donde se obtuvieron
dataciones de casi 60.000 años AP. El arte rupestre más antiguo tiene dataciones de
29.800 años CAP, y se obtuvieron también dataciones de artefactos de piedra de
más de 25.000 años CAP.
- Monte Verde, Chile: pág. 76, muestra dataciones entre los 12.300 y 12.800 años
CAP, y en los niveles más profundos se encontraron artefactos asociados a un fogón
que fueron datados entre los 32.840 y los 33.900 años CAP.
La ubicación cronológica de estos sitios es controvertida, ya que han sido datados en más
de 11.200 años, aunque de manera insuficiente. Sin embargo, son relevantes para pensar el
poblamiento inicial.
El cono sur: América del Sur fue el último rincón continental en ser poblado, y el final de la
adaptación del género Homo. Presentó el desafío de adaptarse climáticamente,
encontrando en las cuevas un gran atractivo.
El poblamiento humano de las llanuras pampeanas dataría de hace 12.000 años. Los
conjuntos arqueológicos hallados son casi exclusivamente líticos, confeccionados en forma
bifacial tipo cola de pescado, sobre cuarcitas procedentes de las sierras de Tandilia.
Uno de los lugares con más evidencias de los primeros pobladores de América, hace más de
10.000 años, es la Patagonia. Los sitios Cueva Fell y Pali Aike (pág. 124) sugieren que han
convivido con megamamíferos pleistocénicos.
Patagonia: si se asume que los sitios del sistema serrano de Tandilia y los Interserranos
son sincrónicos y producto de las mismas poblaciones, las diferencias entre ellos pueden
permitirnos examinar tres aspectos: el uso del ambiente, la movilidad y la organización
social. Los sitios de la llanura son a cielo abierto. En los casos de Arroyo Seco 2 y Paso Otero
5, la presencia de grandes animales pleistocénicos sugiere algún tipo de estrategia
cooperativa de cacería. Por el contrario, los sitios del sector suroriental de Tandilia están
en aleros o cuevas, con espacios restringidos. La asociación faunística sugiere el consumo
de especies de mediano y pequeño tamaño. Los sitios serranos podrían ser entonces
interpretados como el resultado de la ocupación de pocas personas.
Teniendo en cuenta esto, podría proponerse un modelo que explique las diferencias y
semejanzas entre los sitios de Tandilia y los del área Interserrana, como generados por las
mismas poblaciones indígenas en dos momentos de agregación social diferentes. Arroyo
Seco 2 y Paso Otero 5, podrían ser el resultado de períodos durante los cuales los grupos
familiares co-residían y realizaban tareas que requerían la cooperación de miembros de
varias familias, la caza de grandes mamíferos. Los sitios de sudeste de Tandilia serían el
producto de la fisión de estas bandas (periódica o estacional), en grupos más pequeños.
Este proceso de fusión y fisión de bandas es frecuente entre cazadores y recolectores y
refleja un patrón social y una estrategia socio económica de explotación del ambiente y
ocupación del territorio.
Se presentan en la Patagonia rasgos comunes a otros sitios: se encuentran al interior de
cuevas o aleros, dentro del rango de 11.500 a 10.000 años, y presentan artefactos líticos
producidos con similar tecnología. En todos los sitios patagónicos se utilizó la misma roca:
sílices y calcedonias locales, de alta calidad. En lo que refiere a la alimentación, ésta se
basaba en el consumo de camelados (guanaco, milodon y caballo americano).
A partir de las evidencias propuestas en el texto, se indica que las llanuras de Argentina y
Uruguay fueron inicialmente pobladas por los seres humanos hace 12.100 años,
alejándose del modelo americano de Clovis. En este sentido, al mismo tiempo que los
cazadores-recolectores Clovis se extendían por las planicies norteamericanas, la llanura
pampeana, los valles chilenos y el extremo sur del continente ya estaban habitados. La
ocupación humana más temprana en el cono sur data del 12.500 CAP.
Comentarios finales: los autores afirman que el ingreso de los primeros americanos se
produjo desde Siberia a través del puente terrestre de Beringia, el cual no emergió de
manera continua (pág. 165).
Los autores consideran que el modelo Clovis-first debe ser descartado definitivamente
para explicar el primer ingreso en América, al existir ya rastros confiables de ocupaciones
previas en ambos hemisferios, y al ser extremadamente alta la variabilidad y distribución
espacial de los grupos contemporáneos e inmediatamente posteriores a Clovis.
Entonces, ¿cuándo llegaron?: en principio es poco probable que haya ocurrido entre 18.000
y 14.000 años, los hielos continentales no lo habrían permitido. Tampoco puede
descartarse un ingreso previo a este lapso, pero no existen evidencias sólidas que lo apoyan.
Por lo tanto, la hipótesis más parsimoniosa es la que propone un ingreso algo
posterior, posiblemente hacia los 14.000 años, por la faja litoral del sur de Beringia y
noroeste de Norteamérica, al ser éste el único espacio libre de hielos continentales hasta la
apertura del corredor de Alberta hacia los 11.500 años. Tal cosa implicaría que buena parte
de los sitios generados por los primeros inmigrantes se encontrarían bajo el mar. Por Último,
una fecha de 14,000 años es coherente con la cronología disponible para los sitios
tempranos de Siberia. Las dotaciones más antiguas en América del Sur, con cierto grado de
contrastación, se remontan al lapso 12.000 a 13.000 años.
Entre 12 y 11.000 años se multiplican los rastros de indígenas en América y ya hay
indicios de ocupación humana en los principales ambientes sudamericanos. La presencia
en Sudamérica refuerza la idea de la presencia humana en el continente previo a los 11.200
años, ya que sería difícil explicar una explosión demográfica tan rápida y una adaptación a
ambientes tan distintos.
Un milenio después la mayoría de las grandes regiones americanas ya estaba ocupada por
grupos indígenas que diversificaron sus modos de vida y se adaptaron a condiciones muy
diversas. La evidencia genética muestra claramente que las poblaciones americanas tienen
un origen biológico asiático, probablemente del centro de Asia.

‘Los primeros americanos’, Pringle Comentario [CPL19]: Ver práctico


de Damián – perfil genético y ADN
La autora realiza un recorrido por las teorías del Estrecho de Bering, Clovis y la relevancia desarrollado en Pringle
del sitio Monte Verde, en Chile (14.600 años), y los instrumentos líticos allí hallados, que
permiten proponer nuevos modelos sobre el poblamiento del mundo.
Destaca las huellas genéticas que han sido estudiadas, indicando que el poblamiento del
Nuevo Mundo constituye una de las grandes hazañas de la humanidad, que requirió una
gran resistencia y capacidad de adaptación para soportar ambientes tan diversos. Las
técnicas moleculares empleadas por los genetistas, a partir del ADN de pueblos indígenas,
han aportado nuevas pistas sobre la procedencia y el momento en que se produjo el
poblamiento.
A nivel genético, se ha determinado que sólo los habitantes actuales de Siberia
meridional poseen un perfil genético similar a los indígenas americanos. A partir de
los ritmos de mutación del ADN humano, los genetistas han calculado que los antepasados
de los indios americanos se separaron de sus parientes asiáticos hace entre 25 y 15.000
años, una época difícil para una gran migración por el norte. La opinión más extendida
propone que los pioneros atravesaron Beringia con rapidez en búsqueda de territorios
más cálidos y hospitalarios. Beringia representa el lugar más probable donde se produjo esa
evolución genética. Así los grupos nómades se habrían separado de sus parientes asiáticos
hace unos 22.000 años, cuando el enfriamiento climático forzó a los pueblos de Siberia a
retirarse hacia el sur. Hace 19.000 años se inicia un periodo de calentamiento climático
que fue reduciendo las masas de hielo que cubrían Norteamérica, creando
gradualmente dos rutas de paso hacia el sur quisieron posibles nuevas y múltiples
migraciones.
Según varios estudios realizados sobre la distribución geográfica de la diversidad genética
de los indígenas americanos actuales, los primeros colonizadores llegaron al nuevo
mundo hace entre 18.000 y 15.000 años, fecha que encaja con las nuevas pruebas
arqueológicas de una población pre-Clovis.
La ruta litoral: la autora también menciona otra hipótesis: la llegada por el mar en
pequeños botes desde el Este de Asia, navegando hacia el Sur de Beringia y descendiendo
por la costa occidental de América, para finalizar su viaje en las costas de Chile.
Estos individuos se habrían alimentado de recursos de origen marino, como el marisco,
crustáceos y salmones en migración. Todavía no se han recuperado restos de barcos en
yacimientos. Cuando las masas de hielo de las épocas glaciales se fundieron, el agua
resultante elevó el nivel del mar y las antiguas costas quedaron sumergidas a varios metros
de profundidad. Se han desenterrado puntas pedunculadas de 14,000 años en Oregon y de
12,000 años en las islas del canal, en Baja California, y a lo largo de la costa de Sudamérica.

‘Primeras poblaciones indígenas de América’, Messineo


En la región pampeana fue Florentino Ameghino quien, a fines del siglo XIX y principios del
XX, marcó el inicio de las investigaciones sistemáticas sobre el proceso de poblamiento
indígena.
El poblamiento humano de la región pampeana habría ocurrido hacia los 12.200
años radiocarbónicos antes del presente (AP.) y, entre este momento y los 8.000-7.500 Comentario [CPL20]: Poblamiento
años AP., se registran las evidencias del período de ocupación inicial de los ambientes pampeano: 12.200 años AP.

pampeanos.
Existen dos sitios arqueológicos en la PBA, La Moderna (1972-1984) y Campo Laborde
(2000-al presente) que aportan información para el trabajo. Éste busca caracterizar la
ocupación humana temprana de las llanuras adyacentes al sector noroccidental del
Sistema Serrano de Tandilia, y para ello resume interpretaciones sobre aspectos
vinculados a las conductas de los cazadores-recolectores tempranos, las estrategias
tecnológicas y de subsistencia, la antigüedad y funcionalidad de los sitios arqueológicos, la
movilidad y el uso de los distintos ambientes pampeanos.
- La Moderna: primer sitio arqueológico registrado de la región pampeana donde la
asociación estratigráfica entre artefactos líticos y fauna extinguida fue confirmada.
Las primeras excavaciones permitieron identificar dos eventos de ocupación
humana (denominados componentes culturales):
o Componente inferior: relacionado con la ocupación más antigua del área. Se
ubica en una unidad geológica transicional en la Formación Luján, y está
integrada por sedimentos correspondientes a las orillas de un paleopantano.
En ellos se han encontrado restos líticos y huesos de un armadillo gigante
extinguido (gliptodonte). Las dataciones radiocarbónicas ubican su
ocupación en el Holoceno temprano.
Se hallaron elementos líticos de corte y raspado de sustancias duras, cuyas
materias primas provienen de afloramientos rocosos del Sistema Serrano de
Tandilia.
El gliptodonte fue posiblemente cazado o carroñado y depostado en las
orillas del pantano. Parte de su esqueleto pudo haber sido trasladado a
campamentos residenciales o sitios de actividades múltiples. La tafonomía de
los restos del gliptodonte señala que éste no es resultado de la acumulación
de elementos dispersos y desconectados a causa del curso de agua, sino que
la asociación de huesos y materiales líticos en la unidad transicional fue un
evento producido como resultado de la actividad humana intencional
como es la caza o carroñeo y el despostamiento de una presa.
o Componente superior: no se desarrolla.
- Campo Laborde: ubicado en la cuenca superior del arroyo Tapalqué, presentó la
totalidad de los materiales arqueológicos (restos óseos y material lítico) hallados en
sedimentos asignables a un antiguo paleopantano del Holoceno temprano. El
material de los elementos líticos proviene del Sistema Serrano de Tandilia.
En el sitio se encontraron materiales óseos provenientes de diversos
megamamíferos extinguidos, fauna actual, mamíferos pequeños y medianos. Muy
pocos de estos huesos muestran evidencias de modificaciones humanas, y éstas
pueden haberse producido por la extracción del tuétano para comida, o para la
confección de instrumentos.
Cronología del sitio: presentan ambos sitios discrepancias obtenidas en los fechados
radiocarbónicos, por lo que ha requerido múltiples dataciones.
Se ha determinado que la cronología del Componente Inferior del sitio La Moderna se
encontraría entre los 7000 y 7500 años AP. Por otra parte, el sitio Campo Laborde se
ubica dentro del Holoceno temprano, entre 9700 y 6700 años AP.
Qué ocurrió en ambos sitios: permiten reconstruir algunos aspectos de la vida de los
antiguos grupos indígenas de la región pampeana. Lo hallado en La Moderna no permite
concluir si los restos pertenecen a una presa cazada o carroñada -muerta por causas
naturales en el pantano-, aunque la ausencia de armas líticas indicaría que se trató de lo
segundo. La ausencia de una gran cantidad de unidades anatómicas que poseen altos rindes
económicos (grasa y carne), sugieren que las mismas fueron transportadas hacia otros
sitios como los campamentos residenciales.
Los análisis tecnológicos de los materiales líticos hallados en Campo Laborda indican que
en el sitio se llevaron a cabo las últimas etapas de la fabricación de los instrumentos líticos y
la reactivación de los filos de las herramientas que habrían sido utilizados para procesar al
animal cazado. La ausencia de instrumentos confeccionados sobre otras rocas que sí
aparecen como desechos permite plantear que los indígenas emplearon una estrategia
conservada, por la cual los instrumentos utilizados para procesar al animal fueron
transportados hacia otros sitios, abandonando en el sitio los elementos dañados durante el
procesamiento de la presa.
Las evidencias obtenidas en La Moderna y Campo Laborde son similares en varios
aspectos: la antigüedad de las ocupaciones de los sitios es coincidente (Holoceno
temprano), poseen casi la misma situación topográfica y ubicación en el paisaje
(paleopantanos o ambientes lagunares), una secuencia estratigráfica equivalente y
una asociación faunística comparable. Ambos sitios serían el resultado del uso de
lugares pantanosos como lugares de matanza o carroñeo de grandes mamíferos
pleistocénicos.
Se observan, más allá de las similitudes, diferencias en las estrategias de obtención de
las presas y en el tratamiento de los recursos líticos: en La Moderna el consumo del
gliptodonte habría sido el resultado de una estrategia de carroñeo, como parte de un
encuentro casual con el animal ya muerto naturalmente o moribundo. En Campo Laborde,
en cambio, ello habría sido producto de una estrategia de caza, probablemente con lanzas
de puntas líticas.
En los dos sitios se identificó el uso de instrumentos tallados con mucha elaboración
sobre alguna de las rocas, todas ellas provenientes del Sistema Serrano de Tandilia.
El poblamiento temprano de la región: se sostiene la tesis más sólida: los indígenas
americanos provienen de ancestros del Este asiático, y llegaron al continente
entrando por el noroeste en algún momento durante el Pleistoceno final.
Existen distintas vías de entrada propuestas:
- A través de la costa Pacífica: los sitios arqueológicos más tempranos se
encontrarían bajo agua debido a los cambios de la línea de costa luego del
derretimiento de los grandes glaciares.
Llegada muy temprana al continente, más de 100.000 años atrás.
- Ruta continental a través del Estrecho de Bering: este estrecho se había
transformado en un puente terrestre que unía ambos continentes en gran parte del
Pleistoceno debido al descenso del nivel del mar durante las glaciaciones.
Es la ruta más aceptada por los investigadores. Entrada tardía al continente, hace
12.000 años AP.
- Modelo intermedio: en los momentos finales del Pleistoceno, entre los 20.000 y
15.000 años AP.
Las evidencias arqueológicas de este poblamiento inicial indican que a finales del
Pleistoceno (12.000-11.000 años AP) las llanuras pampeanas de Argentina estaban
ocupadas por bandas de cazadores recolectores, por lo que no se apoya la teoría del
poblamiento tardío del continente, ni la teoría de una gran antigüedad. Se trataría,
entonces, de la tercera teoría intermedia.
Una vez en la región pampeana, los primeros pobladores debieron enfrentarse a diversos
problemas, como el abastecimiento de materias primas (rocas de buena calidad para
instrumentos líticos, que acabaron encontrándose en los sistemas de Tandilia y Ventania).
La baja ocupación de la región habría garantizado que las bandas de cazadores-
recolectores no haya necesitado competir entre sí por recursos.
Mantuvieron una alta movilidad espacial en las primeras bandas. Los autores refieren
amplios rangos de movilidad o intercambio de estos grupos, en tanto los cazadores-
recolectores tempranos del Cono sur americano compartieron entre sí una tecnología lítica
similar, caracterizada por la punta de proyectil ‘cola de pescado’. Existen diferencias en
cuanto a diversidad y frecuencia de artefactos líticos, sin embargo: mientras que en el
Sistema Serrano de Tandilia están presentes una gran variedad de instrumentos y distintas
etapas de producción de éstos, en la llanura Interserrana se presentan numerosos desechos
líticos producto de la manufactura final de artefactos y escasa presencia de elementos
formales, lo que se explica por la alta disponibilidad de materia prima de calidad en
Tandilia, y deficiente presencia de ésta en la llanura.
Otro desafío que afrontar fue la obtención de alimentos de origen animal -
aparentemente centrales en su dieta, aunque la región pampeana no posee condiciones
favorables para la preservación de material orgánico vegetal que pueda demostrar lo
contrario-. Sea cual fuera la estrategia de obtención de las presas, es probable que la
actividad de los primeros habitantes del continente haya desencadenado modificaciones en
el medio ambiente de tal magnitud que podrían haber tenido una gran influencia en la
extinción de los grandes mamíferos del Pleistoceno. En este sentido, se ha planteado una
relación multicausal entre los cambios climáticos y ambientales y la actividad producida
por los seres humanos para explicar la desaparición de los grandes mamíferos.
‘La fachada atlántica como puerta de ingreso alternativa a América’, Miotti
El autor analiza la entrada por la vía Atlántica, a diferencia de autores anteriores que
analizaron la vía marítima Pacífica. Así, indica que, durante la transición del Pleistoceno al
Holoceno (13.000 años a 8.500 años), las condiciones climáticas y ambientales fueron
profundas y altamente cambiantes, generando cambios en los niveles del mar con breves
pero drásticos episodios de expansión de glaciares. Tal cuadro paleoambiental sugiere
diferencias mayores entre los dos hemisferios en cuanto a la disponibilidad espacial y de
recursos para las primeras ocupaciones humanas.
El modelo de las adaptaciones acuáticas es útil como herramienta teórica para reevaluar las
proposiciones vigentes. En América del Sur, la glaciación de montaña produjo un efecto
menos severo en la periferia del registrado en el norte. Esta gran diferencia de
extensión y volumen de los glaciares fue lo que, a su vez, resaltó más la menor
continentalidad y mayor variabilidad ambiental y biogeográfica del sur por sobre el norte.
La conexión y cercanía de América del Sur con África, sur de Asia y Australia hace 3 MA,
sumado a sus características marinas, la diferencian de América del Norte, permitiendo
inferir una mayor variabilidad ambiental y mejor incidencia de los procesos de la última
glaciación en Sudamérica respecto de Norteamérica.
Los procesos de enfriamiento dieron por resultado una mayor continentalidad y
aridización, con corrimiento de las estructuras vegetacionales y una mayor concentración
de selvas y bosques. En América del Sur, la glaciación de montaña en el sector andino
produjo un efecto menos severo en la periferia que el registrado en el Norte, beneficiando
un poblamiento más fluido debido a la mayor oferta de territorio disponible para la
ocupación humana.
El autor destaca la necesidad de priorizar al litoral marino como ambiente para el
poblamiento, dado que:
- Las costas marinas ofrecen un camino claro entre la tierra y el mar, permitiendo
combinar con los beneficios de los recursos terrestres y marinos.
- Es el camino donde desaguan los ríos, por lo que hay agua potable.
Unidad VI

‘El Mesolítico’, Mithen


El mesolítico corresponde al período inminentemente posterior al final de la última
glaciación y anterior a una economía de base predominantemente ganadera y
agrícola. Durante éste, los cazadores-recolectores se adaptaron a medios más cálidos.
El autor indica que resulta arbitrario intentar establecer una línea divisoria entre el
Paleolítico y el Mesolítico, aunque se optaría por la fecha de 10.000 años AP. Sin embargo,
destaca que se trató de un continuo proceso de cambios de comportamiento que se
prolonga hasta el último glaciar, dando paso al Mesolítico a partir de la adaptación humana
al entorno más cálido. Se destaca que muchos de los rasgos distintivos del Mesolítico -
como la tecnología microlítica y la explotación de recursos costeros- se remontan al
Paleolítico, y se extienden al Neolítico, aunque el Mesolítico se caracteriza por la
particular interacción de esos rasgos, tratándose de un período que nucleó grandes
conquistas culturales en el ámbito de la tecnología, la subsistencia y el arte.
Condiciones de vida hacia fines del Pleistoceno (10.000 años AP): las poblaciones vivían de
un modo que, en esencia, poco había cambiado desde la primera llegada de seres humanos
biológicamente modernos a Europa 30.000 años antes. Eran organizaciones sociales
igualitarias, y de estilos de vida sumamente móviles.
En el lapso de 5.000 años tuvieron lugar tres acontecimientos irreversibles, que
prefigurarían la evolución de la prehistoria posterior:
- Emergencia de sociedades jerarquizadas
- Adopción de economías agrícolas
- Transformación del medio natural por el hombre
Por lo demás, el Mesolítico se caracterizó no sólo por los rasgos antedichos, sino también
por cambios en:
- Marco medioambiental: se sucedieron cambios como producto de la última
glaciación. El calentamiento progresivo modificó la extensión de las tierras y los
mares, y la distribución de flora y fauna. Como cambio en la vegetación, los
paisajes abiertos y tundras se transformaron en paisajes dominados por masas
arbóreas.
En la fauna postglaciar, surgieron mayor cantidad de pequeños mamíferos, y una
biota marina más rica y diversa. La fauna fue transformándose durante el Mesolítico
debido a los cambios climáticos y fáunicos, pero también debido a la actividad
humana.
Por último, en los cambios estacionales pronunciados, se presentó una
variabilidad estacional y fragmentaciones espaciales. En las regiones
septentrionales tuvieron lugar dos procesos: la elevación isoslática de la tierra,
que antes estaba sumergida bajo el peso del hielo, y la elevación eustática del
nivel del mar debido al derretimiento de los glaciares. La primera creó zonas muy
extensas de tierras que progresivamente fueron invadidas por una vegetación también
en expansión, explotadas por los cazadores-recolectores mesolíticos, en un proceso
lento y rezagado. La segunda operó en dirección contraria, el proceso fue rápido y
afectó a todas las regiones, lo que supuso, en algunas zonas, la pérdida de zonas
costeras, y por ende la reducción de zonas de caza.
- Tecnología: afectada por las condiciones estructurales y del medioambiente,
incorporó el dominio de materiales líticos como el sílex, cuarzo y cuarcita, y también
asta, hueso y madera.
El período se caracteriza por la tecnología del laminado y la talla polar, además
del uso de microlitos -pequeñas láminas o segmentos de lámina retocados- (Ver
fases n pág. 95), elemento estandarizado que sirvió de base para un conjunto de
útiles plurifuncionales, que eran empleados como herramientas letales. De hecho, se
han realizado experimentos con réplicas de arcos y flechas que evidencian el gran
poder de penetración de los microlitos. Los microlitos podían tener un valor Comentario [CPL21]: Arqueología
simbólico, para indicar la pertenencia a un determinado grupo. experimental.
Además de lo dicho, otros artefactos líticos han sido hachas, azuelas talladas en
sílex, también características de este periodo. La cestería también era empleada,
como las vasijas de cerámica -que suelen ser consideradas del neolítico-.
- Actividades de subsistencia: la base económica durante el Mesolítico varió según
el entorno medioambiental en el que se encontraban las sociedades. En general, el
registro arqueológico muestra que los cazadores-recolectores tuvieron gran
flexibilidad para explotar ambientes distintos y responder a fluctuaciones de
los recursos disponibles, gracias al conocimiento exhaustivo de estas poblaciones
sobre su entorno, y debdo a su control sobre la distribución de recursos.
Hubo incorporación de alimentos marinos, aunque la caza terrestre siguió siendo
central, junto con las plantas, también importantes en la dieta -la variedad de
plantas comestibles se había visto favorecida por el ambiente del bosque
postglacial-.
Los grupos humanos del Mesolítico tuvieron una gran flexibilidad respecto a su
comportamiento de subsistencia. Tuvieron una gran capacidad de responder con
rapidez a nuevas oportunidades o a un déficit inesperado de recursos. Para lograr esto
dependían de su conocimiento del entorno y de una continua actualización de la
información que tenían respecto a la disponibilidad y localización de los recursos.
- Estructuras de habitación: es posible deducir las mismas a partir de la
distribución de los útiles líticos, debido a la escasa conservación en el registro
arqueológico de restos de estas estructuras.
Los yacimientos mesolíticos muestran una gran diversidad: desde pequeños
campamentos, que podrían indicar una sola ocupación, hasta grandes complejos, que
permitirían inferir una ocupación prolongada por parte de grandes grupos
humanos. El sistema de asentamiento más simple de este período implicaba
movimiento entre tierras altas, en verano, en grupos pequeños, y bajas, durante
el invierno, debido a la mayor cantidad de actividades comunitarias. Además, se han
encontrado indicios de campamentos estacionales utilizados para determinadas
actividades de subsistencia.
- Organización social: el Mesolítico es considerado como un período de rápido
crecimiento demográfico, y se sospecha de una organización social marcada por
una estructura jerarquizada, evidenciada a partir de los distintos sitios y
enterramientos de los muertos que fueron hallados. Así, las necrópolis son un
fenómeno del Mesolítico reciente, que, conteniendo gran cantidad de sepulturas
(entre 20 y 70), los restos óseos aportados permiten no sólo extraer las causas de
muertes y estado general de salud, sino también la diferenciación en los ajuares y
ritos mortuorios. Indica el autor que la misma existencia de necrópolis sugiere
una organización social más compleja que en el pasado.
- Arte: se evidencia una destreza y habilidad tan elaborada que estaría más cerca, si
no dentro, del ámbito de la creatividad y del arte. Hay una indudable sensibilidad
estética.
Se destaca que el retroceso espectacular de la tierra disponible y una población en
expansión pudieron provocar un serio aumento de la densidad demográfica. Para
hacer frente, los cazadores-recolectores tuvieron que diversificar sus bases de subsistencia y
explotar recursos nuevos, lo cual requería de nuevas tecnologías. Esta presión pudo,
además, provocar una merma de la movilidad y quizás una defensa más intensa del
territorio.

‘La emergencia de la culturalidad compleja’, Price y Brown


Los autores parten de la hipótesis de que la complejidad no es un fenómeno limitado a
las sociedades productoras de alimentos, sino que puede hallarse dentro de la gran
diversidad de los grupos cazadores-recolectores.
Al analizar la complejidad de la caza-recolección, es necesario partir de una definición de
complejidad centrada en el aumento de la dimensión, la escala y la organización social,
relacionada con los procesos de diferenciación, especialización e integración.
Es necesario distinguir entre:
1. Condiciones que favorecen el forrajeo opulento: existen tres factores comunes a
los cazadores-recolectores complejos, que deben ser tomados en cuenta como
condiciones para que la complejización social se produzca:
a. Circunscripción: implica la limitación en la movilidad, impuesta por
condiciones naturales y/o sociales que impiden resolver situaciones de
presión mediante migración, obligando al desarrollo de mecanismos
internos para la solución de conflictos.
b. Abundancia de recursos: la productividad biológica y la variabilidad
temporal y espacial de los recursos son centrales, ya que pueden inducir a
fenómenos como la especialización.
c. Población más numerosa: el crecimiento demográfico en un medio
abundante pero circunscripto reduce el área de recursos disponibles, y lleva a
un desequilibrio que puede resolverse a partir de procesos de
intensificación.
Las anteriores constituyen condiciones a cuyo influjo pueden surgir adaptaciones
más complejas. Deben considerarse como fenómenos interactivos.
2. Consecuencias del forrajeo opulento: las consecuencias arqueológicamente
visibles de la intensificación involucran cambios interrelacionados en la
productividad, asentamiento y toma de decisiones:
a. Intensificación de la productividad reflejada en la tecnología: la
especialización e intensificación de las actividades de abastecimiento llevan a
que el equipamiento se vuelva más especializado y abundante (por ejemplo,
la creación de redes, cerámicas, herramientas para el almacenaje y la
recolección, etc.).
b. Búsqueda de alimento diversificada y especializada: se incorporan
nuevos alimentos a la dieta que son más costosos en su abastecimiento y
procesamiento.
c. Cambios en el asentamiento: implican una reducción de la movilidad -
sedentarismo y asentamientos de mayor tamaño-, y un comportamiento
más territorial, evidenciado en señales de identidad, defensa limítrofe,
diseños distintivos del grupo, conflictos intergrupales y actos de guerra, etc.
d. Surgimiento de la autoridad: la complejización y aumento demográfico
vuelve necesaria la existencia de una autoridad que tome decisiones. Sin
embargo, su surgimiento implica el surgimiento de la desigualdad y los
diferentes estatus, denotados por diferencias de riqueza y de dieta, y por el
acceso al intercambio de objetos de prestigio.
3. Causas de la complejidad: se destacan factores:
a. Ambientales: los cambios ocurridos hacia el final del Pleistoceno requieren
una intensificación en el abastecimiento de alimentos, que puede llevar a la
domesticación. (Esta postura es criticada por los autores, al plantear que la
intensificación se produjo antes y después de la finalización del Pleistoceno, y
en diversos ambientes, transformando al factor ambiental en condición, más
que en causa).
b. Demográficos: supone que el crecimiento gradual es una característica
inherente a la especie humana. (Postura criticada por su implicancia
evolucionista y su falta de evidencias en registros arqueológicos).
c. Sociales: refiere a mecanismos internos, y no externos, de cómo se
desarrollan las relaciones de producción. El excedente en la producción -y la
intensificación- se origina solamente cuando es necesario cubrir ciertas
obligaciones sociales, como alianzas e intercambios. (Teoría objetada, al no
poder dar cuenta de los orígenes de la diferenciación).
No se ha llegado aún a un consenso respecto de las causas del aumento de la complejidad,
ni se ha logrado desarrollar un marco conceptual suficiente para la investigación de los
enfoques demográficos, ecológicos y estructurales, al no considerar los aspectos del cambio
a largo plazo -esto es, la complejidad creciente entre los forrajeadores-.
Los autores concluyen que los factores sociales, demográficos y ambientales no
pueden en sí mismos originar cambios en la tecnología, el asentamiento y la
subsistencia.

‘En busca de alimentos en la Europa postglacial’, Zvelebil


Los cambios presentados por la Europa postglacial (hace 10.000 años) a nivel climático,
principalmente con el deshielo, permitieron la conformación de un nuevo y rico ecosistema
que permitía amplias posibilidades -vegetales, de carnes y recursos marinos- a los
cazadores-recolectores que antes dependían de la megafauna. Este modo de vida duró
unos 5.000 años hasta la incorporación de la agricultura.
Zvelebil propone que la caza y recolección no eran estrategias rudimentarias,
solamente capaces de mantener a grupos pequeños y móviles, sino que era capaz de
sostener a poblaciones mucho más densas y desarrolladas.
Se produjo en esta etapa una variabilidad en la cantidad de recursos, afectada por dos tipos
de fluctuaciones:
- De larga duración: las especies menores con grandes camadas (liebres, aves, etc.)
tienden a aumentar su demografía muy rápidamente si disponen de más alimento.
Esto genera un aumento de sus depredadores, generando un estallido de la
población de presas.
- De menor duración: se refiere a las variaciones estacionales, ya que algunos
recursos alimenticios son migratorios o estacionales.
Para hacer frente a tal variabilidad, las poblaciones podrían haber desarrollado la
agricultura, mas optaron por desarrollar procesos de intensificación, en un aumento de la
inversión de trabajo en la obtención de alimento, a fin de aumentar la rentabilidad de los
recursos sin la necesidad de una domesticación. Se trataba de una especialización, que
requería una planificación en el tiempo, ya que, aprendido el comportamiento de la especie,
debía estarse listo en el momento del año en el que el recurso se encontraba en pleno
apogeo, a partir del desarrollo de herramientas y técnicas en las épocas de menor actividad
cazadora, siendo también necesaria la invención de métodos de almacenaje para poder
aprovechar los recursos todo el año.
La tecnología especializada -como a partir del uso de microlitos- y los métodos de
almacenaje permitieron a los cazadores-recolectores de comienzo del Holoceno estabilizar
el abastecimiento de víveres, ayudados por la diversificación de su dieta producto de los
nuevos recursos.
La combinación de estrategias de especialización y diversificación fue eficaz, y permitió el
desarrollo de sitios sedentarios y semisedentarios que albergaban poblaciones
importantes. En éstas, aparecieron las diferencias de estatus y poder, que pueden
apreciarse en los cementerios. Comentario [CPL22]: Misma
propuesta que Mithen en
¿Qué lleva al pasaje hacia la agricultura?: el autor plantea que el reemplazo de estas diversificación y necrópolis.
estrategias útiles por la agricultura no se debe a la superioridad de la granja, sino, por
ejemplo, en la capacidad que ésta posee para remediar fallos en recursos específicos
(evitando así que se produzca un desabastecimiento imprevisto, permitiendo hacer frente a
la inestabilidad) o bien la mayor producción como forma de generar un excedente que
sirviera para adquirir objetos de estatus.
Sin embargo, el avance hacia la agricultura no fue una marcha firme y decidida, sino que
presentó una serie de escapadas, salpicadas por largos compases de espera. El incentivo para
ella debió de ser pequeño, al no existir una necesidad apremiante de aumentar la
productividad.

‘Caza de gacelas en la Siria de la Edad de Piedra’, Legge y Rowley-Conwy


El sitio de Tell Abu Hureyra, Siria, data de hace 11.000 años, cuando, en el período
mesolítico, se instaló allí un grupo de cazadores-recolectores, manteniendo tal ocupación -
casi ininterrumpida- hasta el Neolítico. Los autores consideran que es un sitio de utilidad
para observar el nacimiento de la agricultura.
Aún mil años después de haberse iniciado la agricultura en la zona, en Tell Abu Hureyra se
continuaba utilizando la caza como actividad primordial para la subsistencia. Se
practicaba allí la matanza estacional de gacelas en masa, las cuales eran encerradas en
estructuras denominadas ‘ ’ é .
La matanza en masa constituía un recurso fácilmente adquirible, que en pocas semanas
generaba el abastecimiento para un año entero, por lo que, en comparación, la
domesticación de especies resultaba innecesaria y desventajosa -en términos de
inversión de tiempo- en comparación. La carne obtenida se salaba y secaba para
almacenarla y consumirla durante parte del año. Tal situación se mantuvo hasta hace
aproximadamente 7.000 años, momento en que, seguramente, la caza excesiva de manadas
y un cambio en su comportamiento migratorio generaron un importante descenso en la
población de gacelas, forzando a las poblaciones a recurrir al pastoreo de ovejas y cabras.
Este ejemplo reafirma que la transición hacia la domesticación no fue un proceso
unitario, ni necesariamente superior en cuanto a capacidad productiva. Muestra que
una parte del abanico de posibilidades de la agricultura, como el cultivo, puede imponerse
mucho antes que otras -como la cría de animales-, en tanto, en esta población, se hallaron
trazos de la coexistencia de métodos cazadores-recolectores con los agrícolas (a partir
del estudio de los dientes de las gacelas).
El comienzo del sistema de vida agrícola no tiene por qué ser un proceso unitario. La
idea de revolución sugiere un cambio brusco y repentino. La prehistoria de Tell Abu no
evidencia, sin embargo, ninguna transformación exclusiva, arrolladora, sino un proceso
paulatino en el que ciertos elementos claves (modo de vida sedentario, cultivo y ganadería)
van llegando paso a paso durante un prolongado periodo.

‘La lección de los huesos de Abú-Hureyra’, Molleson Comentario [CPL23]: Mucho más
amplio y con más datos en el resumen
A través del análisis de los huesos y dientes encontrados en Abu Hureyra, fue posible de Belu.
establecer algunas actividades que se llevaron a cabo en esta aldea, ocupada entre los
11.500 y los 10.000 años (período de recolecta: se recogían semillas y cazaban gacelas) y
luego a partir de los 9.800 años (comienzo de los cultivos: cultivo de trigo, preparación de
cereales y legumbres, etc.).
Se evidencia en los huesos una actividad física agotadora en lo que respecta a la
preparación de los cereales y legumbres. Así, pueden observarse prominentes
desarrollos de las vértebras cervicales (que indican la carga de pesos en la cabeza) y
lesiones en las rodillas y en los dedos gordos (que indican largas horas de trabajo femenino
dedicadas a la molienda del grano de rodillas). Esto indicaría una rudimentaria división de
papeles: se puede suponer que mientras las mujeres se ocupaban del trabajo del grano, los
hombres cazaban y, con la llegada de la agricultura, cultivaban las plantas. En los dientes, a
su vez, se puede observar el efecto del grano molido toscamente, y se cree que también
eran empleados para fabricar cestas, también sugiriendo la división del trabajo. Se
encontraron lesiones discales y aplastamiento. En las rodillas se aumenta el tamaño de las
superficies articulares. Los pies muestran lesiones producto del trabajo realizado. También
hay muestra de osteoporosis en algunos individuos.
Se evidencia un cambio tecnológico hace 7.300 años, tras nueva tecnología de fabricación
alfarera de cerámica. Las vasijas permitieron dejar los cereales en remojo y cocinarlos,
permitiendo un menor desgaste dentario, una digestión más fácil, mejor nutrición y una
mayor fecundidad que aumentó la tasa de nacimientos.
En lo que respecta a la organización social, no parece haber grandes diferencias de
estatus observables, aunque sí de rol: las evidencias físicas halladas en los restos óseos
permiten deducir que los hombres cumplían con el rol de la caza y el cultivo, y las mujeres
con el de la preparación del grano. Esta especialización por actividad permite el desarrollo
de la destreza, la velocidad y el perfeccionamiento en la técnica.
A nivel cultural, por otra parte, también se sabe que sostenían prácticas funerarias,
conforme a las cuales las fronteras del rol social establecidas en vida se mantenían después
de la muerte. De allí que se hallaran restos de mujeres enterradas en las habitaciones,
siendo éste su dominio, donde habrían vivido y trabajado la mayor parte de su vda.

‘El rol del culto y festín en la emergencia de las comunidades neolíticas’, Dietrich et
al
La relevancia de este texto recae en demostrar que, en Göbekli Tepe, los cazadores-
recolectores crearon cohesión social e ideológica a través del arte, la danza y el
consumo de cerveza, en un complejo sistema simbólico que se separa totalmente de
la adopción de la agricultura -especialmente considerando que la población que erigió el
santuario en cuestión aún era cazadora-recolectora-.
El sitio Göbekli Tepe tiene un papel importante, no como asentamiento, sino como colina
santuario. En el sitio no se hallaron plantas ni animales domesticados, por lo que la
población aún era cazadora-recolectora, aunque era organizada. Esto a pesar de que en la
región se mantenía no sólo un alto grado de complejización social -con división espacial en
áreas privadas y comunes, edificios especiales-, sino también de agricultura domesticada.
Las observaciones realizadas en el campo de la iconografía constituyen el argumento
principal de la existencia de tal comunidad cúltica, a partir del análisis del arte presente en
paredes y objetos como copas y bowls de piedra y vasijas.
La explosión de imágenes ofrece la visión de un mundo simbólico. Son parte de un sistema
de comunicación simbólica que procede de la escritura como método esencial para
almacenar conocimiento. Según el autor, esta gente pudo haber tenido una mitología
altamente complicada, incluyendo la capacidad para la abstracción.
La alta complejidad del sistema social que habitó el sitio no fue resultado de la
adopción de la agricultura, por lo que permite inferir que los sistemas sociales
cambiaron previamente al desarrollo de la misma. Un requisito para la existencia de
este complejo sistema simbólico podría haber sido la extensa red supra regional de
contacto que tenían estos grupos.
En Göbekli Tepe se ha hallado evidencia química de la fabricación de cerveza -aunque ello
no es totalmente conclusivo todavía-, o bien cualquier otro resultado del remojo,
maceración y fermentación de cereales. Puede pensarse que la domesticación de los
cereales y la fabricación de cerveza pudieron estar relacionadas. Valdría preguntar si el
descubrimiento de la fermentación (la cebada, por ejemplo, fermenta naturalmente bajo
determinadas condiciones) podría haber operado como el paso inicial hacia la selección
experimental y la domesticación de cereales. No obstante, es poco concluyente.
Las características sus fiestas tenían una fuerte
significación cúltica. Pueden ser también atribuidas a una categoría especial de fiesta
señalada por Dietler y Herbich (1995): eventos de trabajo colectivo para construir los
edificios monumentales. El papel de la cerveza en tales eventos es conocido. Los festines
deben haber generado estrés sobre la producción mica de los grupos cazadores-
recolectores. Quizás en respuesta a la demanda, se exploraron nuevas fuentes de alimentos
y técnicas de procesado, que llevaran a la adopción del cultivo intensivo y la transición a la
agricultura. La evidencia arqueológica s que esta innovación pudo
haber sido fogoneada por las bebidas alcohólicas.
Unidad VII

Domesticación de plantas y animales: la producción de alimentos


‘Subsistencia y alimentación en las sociedades indígenas de América’, Bonomo
Durante la domesticación las plantas sufrieron progresivamente cambios morfológicos y
fisiológicos característicos “síndrome de domesticación”.
Éste afecta las partes de la planta consumidas o usadas por los humanos, y se relaciona con
el aumento del tamaño y la variabilidad morfológica de las raíces, semillas y/o frutos
cosechados. Se producen, asimismo, cambios en el hábito de crecimiento, que acarrean una
germinación rápida y uniforme.
En las plantas domesticadas, la testa -capa dura y resistente que rodea a las semillas- suele
desaparecer, acelerando el tiempo de germinación y simplificando el procesamiento para su
uso como alimento. Además, desaparece o disminuye la protección química (sustancias
tóxicas para los individuos) y mecánica (como las espinas). Para que estos cambios sean
fijados a nivel poblacional, se requiere la selección cultural consciente bajo ciclos de
cosecha, almacenamiento de semillas y resiembra sostenidos en el tiempo y en áreas
específicas destinadas a ello.
La domesticación de plantas, según Rindos, y desde una perspectiva evolutiva, es el
resultado de una interacción coevolutiva entre humanos y plantas. Se distinguen tres
modos principales de domesticación:
- Domesticación incidental: resultado de la relación entre una sociedad no agrícola
y algunas plantas empleadas para su alimentación. Se protegen y dispersan semillas,
resultando en la presión selectiva que da ventajas a dicha especie por sobre las que
no son consumidas.
- Domesticación especializada: se basa en la interacción entre las personas y su
ambiente, ya que el humano se constituye como agente de dispersión de las distintas
especies.
- Domesticación agrícola: la interacción entre humanos y plantas genera el
desarrollo de sistemas agrícolas complejos, a partir de la acción intencional del
hombre.
Esta relación puede desarrollar un mutualismo en el cual las plantas y personas
están obligatoriamente ligados entre sí para su supervivencia (ejemplo: campo y
riego).
Piperno (2011), por otra parte, discute los modelos tradicionales de domesticación para
proponer que ésta implicó interacciones más complejas -entre plantas, humanos, genes y
ambiente- que sucedieron durante la ontogenia de las plantas y que involucraron la
reconfiguración, por parte de los humanos, del pool de variabilidad preexistente, para lograr
combinaciones originales de rasgos.
Conceptos útiles:
- Cultivo: abarca distintas prácticas que realizan los grupos humanos en relación con
el cuidado deliberado de las poblaciones vegetales, sean éstas domesticadas o no.
- Protección: estímulo para el crecimiento de las plantas, tanto por cuidado directo
de las plantas útiles (fertilización, poda, protección ante heladas) como por
eliminación de especies competidoras y depredadores.
- Siembra: emisión ocasional de semillas maduras en el momento en que se está
cosechando, o introducción de semillas en nuevas ubicaciones.
- Labranza: disturbación deliberada del suelo para facilitar la aparición o
germinación de especies deseadas, modificando las áreas del cultivo.
Plantas domesticadas en América: en América existen evidencias de domesticación de
plantas desde el Pleistoceno final – Holoceno temprano. Los datos arqueobotánicos
consisten principalmente en microfósiles.
La domesticación ocurrió de modo independiente en cuatro zonas heterogéneas:
América del Norte, Mesoamérica, los Andes y las Tierras Bajas sudamericanas, y
abarcó mismas y distintas especies de plantas en distintas regiones por diferentes
poblaciones.
¿Cómo identificar la domesticación de especies vegetales en el registro arqueológico?: en
principio, teniendo en cuenta sus dimensiones como practica y como proceso, lo cual lleva a
considerar su búsqueda de manera contextual y situada. Existen múltiples vías para
identificar procesos de domesticación, una de las más

vinculados a la dispersión/reproducción del taxón (especie, subespecie) bajo estudio.


Atiende a una reconfiguración estructural (morfológica, anatómica, fisiológica) de los
ó “ ” .

‘Domesticación: moldeando la naturaleza’, Vilá y Yacobaccio


La domesticación refiere, para los autores, a la selección de una planta o animal
destinado para un fin. Esto lo aleja de su vida natural, para ponerlo bajo el cuidado de los
hombres, quienes manipulan y controlan su reproducción.
Vilá y Yacobaccio afirman que hace unos 11.000 años los cazadores recolectores
comenzaron a cambiar su relación con el medio ambiente mediante la domesticación de
plantas y animales. Este proceso surgió por un mejoramiento y estabilización del clima
postglacial, posterior al Pleistoceno. Van a tomar varias explicaciones que dieron origen a
la domesticación: una de ellas hace referencia a la abundancia como repuesta, otras teorías
proponen que fue producto de la escasez o estrés ambiental y las terceras, hablan de estrés
social como factor principal para la domesticación.
Las etapas iniciales de la domesticación ocurren sin conciencia del domesticador, es
decir, sin la intención de alterar la variedad o raza. La domesticación fue producto, en un
comienzo, del conocimiento del ciclo vital del vegetal, y de una selección hacia la
acumulación nutricia en las partes comestibles.
Esta domesticación comenzó con la recolección y cuidado, a un plantado, siembra,
almacenamiento. Luego, vino la limpieza de los suelos con un cardado sistemático, y,
finalmente, la domesticación y establecimiento de agroeco-sistemas. Aquí, el sistema
reproductivo de la planta ha sido sustancialmente alterado mediante intervención
humana sostenida. Las formas domesticadas, seleccionadas fenotípica y
genéticamente, se han vuelto dependientes de la asistencia humana para la
supervivencia.
El término agricultura debe ser reservado sólo para el cultivo de plantas domesticadas,
mientras q puede haber cultivo o plantado de plantas silvestres. El cultivo, entonces puede
ser definido como una combinación sistemática de limpieza y cardado del suelo junto a la
plantación y cosecha de plantas silvestres o domesticadas. Comentario [CPL24]: Diferencia
entre agricultura y cultivo.
No siempre la domesticación de especies individuales dio origen a la agricultura o
ganadería. Hoy en día podemos reconocer 6 centros independientes en los cuales se
dio origen a un Sistema agrícola y en sólo 4 de ellos se domesticaron animales que
fueron incorporados a la actividad agropecuaria. Son: SO de Asia, África Subsahariana, SE
de Asia, SE de Norteamérica, Mesoamérica, Área andina y tierras bajas Septentrional,
Central, y Centro-Meridional de Sudamérica-
La agricultura y la ganadería no pudieron haber surgido sin el mejoramiento y
estabilización del clima postglacial, posterior al Pleistoceno, cuando el clima mundial se
volvió más cálido y húmedo, y más confiable en el corto plazo, lo cual dio el impulso, por
una cadena de circunstancias que incluyen los contextos históricos particulares de cada
región.
Los tiempos del proceso de domesticación son variables, pero abarcan desde un poco antes
de los 11.000 hasta 3500 años atrás. Hoy en día, sabemos que se origina, en términos
globales, a partir del mejoramiento climático de principios del Holoceno, que
produjo climas más húmedos.
Las consecuencias positivas de la domesticación incluyen la mayor disponibilidad de
comida y posibilidad de almacenamiento, y la disminución de la tasa de mortalidad infantil
que produjo un crecimiento demográfico. Por otra parte, las consecuencias negativas
implicaron la reducción del espectro de la dieta, el hacinamiento -que produjo propagación
de enfermedades-, la zoonosis por la convivencia con animales, y un incremento de la
violencia social.

La diversificación en el área Andina y en el Noroeste Argentino


‘Una revisión crítica del Arcaico Surandino’, Muscio
La diversidad local -en estrategias de obtención de recursos, tecnología de caza y
recolección, etc.- fue muy grande, y se debió a la existencia de ambientes principales con
características ecológicas diferentes.
El Arcaico se diferencia del período anterior Paleoindio, caracterizado por la caza de fauna
pleistocénica y las puntas de proyectil líticas típicas, por establecer un modo de vida
predominantemente cazador-recolector. Su origen se ubicaría hacia el Holoceno
temprano, una vez extinta la megafauna.
S trata de un estadio de innovaciones tecnológicas y diversificación de la dieta, en la que se
produce la aparición de diversas herramientas como puntas de proyectil, anzuelos,
cuchillos, instrumentos de molienda, raspadores y demás. Además, se registra una
abundancia de las prácticas de molienda, el uso de cuevas, la recolección de alimentos
vegetales y un constante aumento poblacional, además de la mayor frecuencia de prácticas
mortuorias y arte rupestre.
Es entonces el Arcaico un estadio de desarrollo, una unidad de análisis arqueológica con
contenido cultural y cronológico. Se caracteriza por:
- Establecer una diferencia con el Estadio Paleoindio, donde la subsistencia se
basaba en una fauna ya extinta.
- Sociedades en transición hacia un estadio de desarrollo Formativo, con
diversos grados de sedentarización.
- No tiene implicancias cronológicas, sino que posee un desarrollo hemisférico con
diferenciaciones regionales. Sin embargo, se lo reconoce desde 11.000 hasta 3.000
años AP, cuando se adoptó la alfarería y se fue extinguiendo el modo de vida
cazador-recolector.
Presentó etapas de cambios climáticos: etapa húmeda y fría (11.000-7.000 AP); seca y
cálida (7.000-5.000 AP) y de inicio de condiciones climáticas presentes (5.000-4.000
AP). Comentario [CPL25]: Ver en Belu:
ejemplos en Chile.
La región surandina: la Puna puede ser definida como un bioma de desierto de altura, con
pocas precipitaciones y concentración de recursos (animales y vegetales silvestres)
alrededor de cuerpos de agua dulce. La Puna se divide en: la Puna Seca y la Puna Salada.
La primera se caracteriza por ser más húmeda, presenta mayor potencial para el forrajeo
de camélidos. La segunda es más seca, con abundancia de salares y períodos de heladas
largos.
El modelo de subsistencia en este caso parece ser de adaptaciones oportunistas y
sensibles al riesgo que la inestabilidad ambiental proporciona. Las características
claves de esta adaptación incluyen:
- Alta movilidad: uso de ambientes diversos con alta concentración de recursos.
- Alta interacción con poblaciones de otros ambientes ecológicos
- Dietas amplias, con énfasis en presas de alto rendimiento.
Denuncia el autor que existe en la zona un silencio arqueológico entre los 8.500 y los
5.500 años, por lo que se propone la posibilidad de un abandono por largos períodos,
relacionado con la ocupación de zonas de recursos más estables y abundantes, como la
costa chilena. Se destaca que puede haber habido un alto índice de variabilidad, que
dificulta el diseño de un modelo hipotético regional.
La incorporación de cultígenos parece desarrollarse también aquí hacia los 7 Ka, con la
calabaza y posteriormente el maíz, el maní y la papa, también con grandes variaciones
locales. Es importante el manejo temprano (6 Ka) de camélidos silvestres, que finalmente
condujo a la domesticación, como forma de amortiguar las fluctuaciones en los recursos de
caza; por tal razón se conoce a estas poblaciones como cazadores recolectores
domesticadores. Esta domesticación parece ser la explicación (junto a los cambios
ambientales) para el sorprendente aumento de densidad de ocupaciones que se registra
hacia el comienzo del Holoceno Tardío: a través de una economía combinada de pastoreo,
caza y recolección se pudo haber producido una disminución de la movilidad que detonó
procesos de complejización social.
Transición a las economías productivas: la extinción del modo de vida cazador-recolector
en la región, y su reemplazo por una organización nueva, parece ser un proceso evolutivo
discontinuo y no gradual, con una importante dosis de variación local. El nuevo modo de
vida trajo un cambio sustancial en las adaptaciones humanas y permitió la creación de
establecimientos sedentarios y el nacimiento de mayores desigualdades y jerarquías.
Redefinir las unidades analíticas: el concepto del estadio Arcaico fue útil para desafiar el
esquema difusionista heredado, permitiendo el estudio sistémico y de ecología cultural. Sin
embargo, se trata de un concepto que presenta limitaciones, y que debe ser revisado a
nivel teórico como una unidad de análisis arqueológica.
Hoy en día, se necesitan nuevas herramientas teóricas que no supriman la variación y las
diferencias locales, que puedan explicar el cambio de forma no necesariamente unilineal o
abrupta. Siguiendo a Nielsen, el concepto de Arcaico no puede ser considerado una unidad
tipológica ambigua, ya que no es un período transicional (al ser demasiado extenso), ni
puede definirse a través de la diversificación o intensificación de la base de recursos, ni
representa a sociedades transicionales hacia una economía de producción de alimentos. Comentario [CPL26]: Ver bien en
Belu
Así es mejor considerar el desarrollo de las poblaciones de cazadores recolectores andinos
como un mosaico, donde el cambio tiene trayectorias locales particulares con ritmos y
resultados diferentes. El Arcaico puede funcionar entonces solamente como un referente
temporal y no como una herramienta metodológica útil para los análisis de la arqueología
contemporánea.

‘La domesticación de camélidos andinos como proceso de interacción humana y


animal’, Yacobaccio y Vilá
Los autores afirman que el proceso de domesticación es algo más que una
modificación o transición en la sociedad humana: se trata de un cambio en las formas
de relación hombre-naturaleza. Estos cambios son continuos, aunque pueden diferir
entre las especies.
Para comprender la transición en la relación entre grupos humanos y camélidos en la
zona, que comienza con las primeras ocupaciones del área, los autores proponen un
modelo compuesto de tres etapas:
- Primera etapa - predación: caza y recolección generalizada, donde la relación
entre predador y presa generaba un mecanismo de huida.
- Segunda etapa - protección: protección de manada: consiste en la intervención
humana a favor de alguna especie, con la cual el humano mantenía una relación, por
lo que no se esperaba la huida o ataque, sino la habituación o acostumbramiento. Se
genera un proceso de amansamiento.
- Tercera etapa - domesticación: aislamiento de la población, confinación o
cautiverio. La especie se adapta al hombre y al cautiverio, permitiendo una
combinación de cambios genéticos que se observan a lo largo de las generaciones.
Los autores afirman que las primeras evidencias de domesticación de camélidos se
producen durante el Holoceno Medio, entre los 6200 y 3500 AP en la Puna bajo condiciones
áridas. Se asocia a una especialización en los camélidos como recurso principal, ligado a
otras innovaciones tecnológicas, ya que los camélidos pasan a dominar los sitios
arqueológicos de la región, disminuyendo otras especies. Se propone que la puesta en
práctica de la protección de mandas hizo que los camélidos ya no tuvieran una actitud de
huida, sino que comenzaron a habituarse, a acostumbrarse a la presencia de humanos. Comentario [CPL27]: Ver en
resumen la extensión del proceso de
intensificación y de domesticación.

Las formas de vida agrícola y pastoril: Formativo, Integración y Desarrollos


Regionales. Análisis de casos en el Noroeste argentino
‘Formativo: el nombre y la cosa’, Scattolin
La extensión del término –Formativo– no es independiente del conjunto de las personas
que lo estudian, sino que depende de cada investigador -aunque siempre remite al período
prehispánico-. Por esto mismo, la autora indica que tiene un uso más social que científico.
El formativo del nuevo mundo puede definirse por la presencia de agricultura u otra
economía de subsistencia de eficacia comparable, y por la integración exitosa de este tipo de
economía en la vida bien establecidas en aldeas sedentarias. Se basa en sociedades de cierta
mínima complejidad y estabilidad, que, con base en sus economías de subsistencia,
desarrollan actividades como alfarería, tejidos, talla en piedra y arquitectura ceremonial
especializada. En cuanto al espacio, las culturas del estadio formativo ocupan en América
del Sur la Cordillera y centro de chile, el bajo Amazonas y Orinoco. A nivel temporal,
abarcan desde el año 1000 d.C. hasta la Época Clásica en las culturas nativas del Nuevo
Mundo, momento en el cual se dio inicio al urbanismo y civilización.
A ‘formativo’ ó
sitios y artefactos estudiados, particularmente cuando no se les puede asociar datos
radiocarbónicos. Si bien es empleado en el ámbito informal, no corresponde en el ámbito
científico duro por ser un término vago e impreciso.
Interesa a la autora, con relación a este concepto, conocer la trayectoria de cambios en la
apropiación de recursos, innovaciones técnicas, estructura y organización de
asentamientos, etc., sin importar tanto la definición correcta del Formativo -importancia
que sí tenía antes. Así, se asignan a distintos elementos que parecen contemporáneos al
mismo período Formativo, siendo éste una etapa evolutiva vaga que puede englobar
distintos momentos.
En síntesis, con independencia de su variable contenido empírico y sustancial, el término
Formativo ha sido empleado para denominar unidades de tiempo y unidades de semejanza
cultural. Por ende, cuando se adhiere este adjetivo a un asentamiento, objeto, sitio o demás,
no es posible asegurar a qué clase de unidad se refiere si no se aclara desde qué ángulo se
lo adjetiva -perspectiva temporal, cultural, funcional, etc.-.

‘Descubriendo a la Aguada en el NOA’, Gordillo


La Aguada presenta manifestaciones artísticas en figuras de jaguares, humanos y otros
seres. Sus creadores habitaron en el NOA a partir del año 600 d.C., período que puede ser
denominado como Formativo, aunque también como Período de Integración Regional.
Presenta una falta de homogeneidad en sus restos, que impide su ubicación en un período
definido dentro de los procesos sociales reconocidos en el NOA, pro, sin importar su
dimensión sociocultural, posee entidad fáctica. La Aguada engloba sociedades identificadas
con un patrón de instalación complejo y heterogéneo, de explotación y manejo de
recursos agrícola-ganaderos, de especialización y estandarización de bienes materiales,
incorporación de técnicas y materiales constructivos, y un arte muy elaborado. Por tanto,
se trata de un orden sociocultural que se diferencia de los modos de vida precedentes,
cuya más conocida expresión resulta la iconografía fantástica que da cuenta del contacto
entre diversas poblaciones y uso de capital simbólico común al interior de éstas.
La Aguada hoy: actualmente, hay controversia sobre la forma de organización sociopolítica
y los procesos de evolución social en la región. Si bien, para algunos autores, el surgimiento
de la Aguada es concomitante con la emergencia de sociedades complejas con algún grado de
jerarquización social y política hereditaria; para otros las evidencias muestran una sociedad
compleja y heterogénea, pero sin jerarquías institucionalizadas.
También fue necesario revisar la dimensión temporal de Aguada, con el fin de lograr una
visión general y comparativa de estas poblaciones, sus vínculos y concomitancias, sus
relaciones históricas y su cronología. Últimas revisiones permiten ubicar temporalmente a
estas sociedades en épocas posteriores al 600 d.C., extendiéndose hasta el 1300 d.C. en la
mayoría de los casos. Se trataría entonces de una extensión entre el período Formativo y el
Período de Integración Regional.
Con relación al abandono, despoblamiento y reorganización espacial, puede decirse
que éstos iniciaron hacia el 1000 d.C. en varias regiones, aunque en otros ocurrieron entre
el 1100 y el 1300 d.C., superponiéndose con los Desarrollos Regionales en el NOA. Sin
embargo, existen evidencias de ciertas relaciones de continuidad y discontinuidad,
presencia de otras ocupaciones posteriores y continuidad de ocupaciones aún en
momentos tardíos, además del despoblamiento y ausencia de ocupación estable posterior
(abandono). La autora destaca que, sobre estos procesos, existen múltiples teorías que
incluyen un proceso de abandono por motivos ecológicos (incendios) – económicos –
religiosos – políticos – sociales - demográficos, y por un proceso de abandono con rituales
de clausura.

‘La religión en el antiguo Noroeste argentino’, Pérez Gollán


Muy pocos estudios arqueológicos sobre el NOA se refieren a la religión porque, según
algunos, resulta imposible abordar científicamente este aspecto. Debe destacarse que, en la
construcción de la imagen del indio de los primeros historiadores, la religión es un
tema esencial, si bien se encuentra plagado de una visión etnocéntrica.
El autor propone un análisis a partir de tres puntos clave en la religión andina:
- Adoración al sol: el sol era venerado en la figura de un ser humano, el señor del día,
que había alumbrado por primera vez desde una peña de la Isla Titicaca.
- Uso de alucinógenos: extendido en toda América, su uso sólo se explica en un
contexto religioso. El más usado era el cebil. Se relaciona su consumo con el culto
solar, a partir del hallazgo de pipas, tabletas y tubos en sitios de culto. Se observa la
dinámica de intercambio con grupos culturales de regiones vecinas.
- Culto a los antepasados: los muertos eran inhumados en sepulcros especialmente
constituidos y se les asignaban tierras de cultivo y ministros para ocuparse del culto.
Proceso de estructuración de la desigualdad social hereditaria: indica el autor que tal
desigualdad social hereditaria se originó a comienzos de la era cristiana, en el área del
valle de Ambato. En la zona, se presentaron transformaciones sociales, como demuestran
los sitios ceremoniales, aldeas y terrazas de cultivo. La organización de tales espacios
permite entrever un orden ideológico, territorial y económico denominado como señorío:
una entidad política regional con gobierno institucionalizado y una estratificación
social, que dirige a una población grande, cuyo poder se basa en el control sobre la
producción, el intercambio de la riqueza y los bienes de subsistencia, además de
depender de la fuerza militar para defender sus recursos y de la ideología para
institucionalizar la desigualdad.
La metalurgia constituye una tecnología de poder capaz de expresar y manipular los
valores sociales, políticos y religiosos. Así, el uso de objetos metálicos de distribución Comentario [CPL28]: Relacionar
restringida concedía a quienes detentaban el poder una legitimación sobre su rol por la con texto de López (U8), metalurgia.

invocación de la imagen del dios. Por otra parte, el uso ritual de alucinógenos como el cebil
constituía el vehículo para comunicar a los hombres con lo sagrado.
La legitimidad del poder de los señores radicaba, entonces, en el dominio sobre estos
tipos de bienes preciosos y su uso restringido. Así, desarrollaron un control sobre el
trabajo colectivo y lo reestructuraron y reorganizaron, imponiendo tributos por el acceso a
recursos. El trabajo comunitario y el uso de bienes de prestigio aparecen como la base
de la dominación, que les permitía a su vez invertir el excedente de tal trabajo para tener a
su lado la fuerza militar y el derecho ideológico -al controlar tanto a guerreros como a
sacerdotes-.

‘La edad de los Auca Runa en la Quebrada de Humahuaca’, Nielsen


El período anterior a la expansión Inka, Período de Desarrollos Regionales, se
caracterizó por ser una época de conflictos en los Andes. Se analiza desde los años 900
d.C. hasta el primer contacto de los indígenas con los europeos, en 1536, que abarca tres
períodos: Período de Desarrollos Regionales I (900-1200 d.C.), Período de Desarrollos
Regionales II (1200-1430 d.C.) y Período Inka (1430-1536 d.C.).
Durante el Período de Desarrollos Regionales, hubo un aumento demográfico
considerable, y se produjeron cambios en la distribución espacial de la población, que se
aglutinó en asentamientos más grandes y poblados. Además, se manifestaron cambios en
la organización económica, que podrían derivarse de la tendencia demográfica:
intensificación, especialización y articulación interregional.
Los cambios en la demografía y la economía parecen tener un correlato en las
transformaciones que se dieron en el orden sociopolítico:
- Período Formativo: comunidades pequeñas, similares entre sí, carentes de
centralización y de divisiones político-territoriales marcadas, donde se supone que
las relaciones interpersonales y la apropiación de recursos se encontraba regulada
por los derechos y obligaciones inherentes a los vínculos de parentesco.
- Período de Desarrollos Regionales I: formación de núcleos poblacionales más
densos y grandes, aunque sin relaciones jerárquicas entre las comunidades aún.
- Período de Desarrollos Regionales II: conformación de un nuevo orden social y
político entre los siglos XIII y XIV, que presenta la emergencia de relaciones
jerárquicas entre asentamientos, manifestada a partir de las marcadas diferencias
de tamaño y complejidad entre sitios, y en la distribución diferencial de espacios
públicos, que demostraría el surgimiento de mecanismos de integración
supracomunitarios, y tal vez desigualdades institucionalizadas para controlar las
actividades públicas (otra muestra de este aspecto es la existencia de sepulcros
jerarquizados).
- Imperio Inka – Tawantinsuyu: impuso cambios en la vida política local, como el
desplazamiento de los centros de poder regional, simultáneo al abandono o
marginalización de asentamientos que otrora mantenían gran relevancia.
Existen ciertos indicadores arqueológicos de conflicto en esta etapa: patrones de
asentamiento, artefactos vinculados a la guerra, osteología e iconografía, todos ellos
presentes en la Quebrada de Humahuaca:
o Patrones de asentamiento: el aumento en los tamaños de las comunidades
y la elección de lugares que ofrecen dificultades de acceso y gran visibilidad
del entorno es característico de una actitud defensiva. Esto se presentó
desde el Período de Desarrollos Regionales II.
o Aparición de nuevas armas: a partir del siglo XIII, también Período de
Desarrollos Regionales II. Al revelar los restos faunísticos hallados una
disminución de la caza, se evidencia que las armas no estarían destinadas a
ella sino a la lucha.
o Osteológicos y arte rupestre: fueron hallados trofeos de cráneos y
sepulturas de individuos decapitados, y pinturas alusivas.
Nielsen se pregunta quién era el enemigo: en el caso de la Quebrada de Humahuaca,
parecería que los conflictos eran entre regiones, ya que existe una tendencia centrípeta del
proceso demográfico y formación de una zona de amortiguación, que situarían al enemigo
fuera de la región, y no en su interior. Además, las escenas de lucha en el arte rupestre
presentan individuos y grupos dotados de marcadores de identidad diferenciados. Además,
existen testimonios históricos que muestran que los grupos de la Quebrada tenían
enfrentamientos con pueblos del Oriente.
Un factor que habría incidido en estas guerras pudo haber sido la sequía en las tierras altas
de los Andes a partir del siglo XI. Esto habría provocado un colapso en la base económica
de muchos grupos que se trasladaron hacia la Quebrada en busca de recursos, algo que
provocó enfrentamientos con las personas que ya vivían allí. Por otra parte, una de las
causas de la guerra sería la intensificación de las explotaciones económicas en la
Quebrada, al provocar la convergencia de la población sobre el Valle del Río Grande. Los
conflictos a su vez también debieron reducir la permeabilidad de las fronteras sociales. Y
también debió favorecer la concentración de poder y el desarrollo de las desigualdades
sociales.

‘Paisaje sociopolítico y beligerancia en el Valle de Hualfín’, Wynveldt


Se propone al paisaje como capaz de significar y direccionar relaciones sociales. Se
analizan tres sitios arqueológicos del noroeste argentino para el Período de Desarrollos
Regionales (1000-1480) e Inka (1480-1536), para, a través de la información procedente
del paisaje, interpretar aspectos sociopolíticos de las relaciones entre los grupos que
habitaron el Valle de Hualfín en un período de conflictividad y beligerancia generalizadas,
en tres sitios: la Loma de los Antiguos de Azampay, el Cerro Colorado de La Ciénaga de
Abajo y la Loma de Ichanga.
El trabajo propone avanzar hacia una definición operativa del paisaje, considerando
críticamente la diversidad de perspectivas acerca de las categorías espaciales y el uso del
concepto de paisaje en arqueología.
Categorías espaciales y concepto de paisaje en arqueología: existen diversas categorías
espaciales empleadas por diversas perspectivas teóricas y autores: el espacio ontológico,
el espacio subjetivista y el espacio relacional.
- Espacio ontológico: empleado por las tradiciones clásicas como una categoría
absoluta, definida como una entidad objetiva y externa a los humanos que habitaron
tal espacio. Se sostiene que el espacio es una clase única de objeto que no cambia a
través del tiempo, que es empíricamente incomprensible y que se puede inferir
sólo a través de fenómenos observables.
Esta perspectiva considera que las circunstancias materiales de la interacción entre
humanos y ambiente dirigen la evolución social y determinan las dimensiones
espaciales de la vida social.
- Espacio subjetivista: engloba las visiones historicistas, quienes creen en la
significación sociohistórica de los acontecimientos como la significación que las
acciones tienen para los individuos, y subjetivistas, que, basados en Kant, localizan
la intuición espacial en el aparato cognitivo individual de los sujetos.
Existen dos tendencias:
o Subjetivismo romántico: las formas espaciales y arquitectura se
interpretan como expresiones de un genio único de individuos y culturas. Se
le critica que asume una relación directa entre gente y lugar.
o Neosubjetivismo: implica una tradición comunicativa, que argumenta que
las formas espaciales son una forma de expresión no verbal, y una
aproximación fenomenológica, que interpreta los ambientes creados como
expresiones de sistemas culturales de creencias.
Sugiere que las formas espaciales se pueden entender como
representaciones de sistemas de pensamientos, creencias o visiones del
mundo. El espacio se configura en una experiencia sensorial en la cual la
percepción se integra con valores culturales.
- Espacio relacional: consideran necesario explicitar el concepto mismo de espacio,
a fin de evitar la extrapolación de los propios valores espaciales.
Este espacio se basa en la localización, características y orden de cada objeto en
relación con todos los otros. El espacio se conceptualiza como no esencialista y
creado a partir de la gente entre sí y con el mundo material, que deviene en una
categoría de la cultura material: landmark o punto de referencia.
Los paisajes contienen las dimensiones espacial, histórica y social de las
relaciones hombre-naturaleza. Es definido como una red de interacciones entre la
gente y los puntos de referencia, que se ligan progresivamente entre sí formando un
agregado. Entonces, el paisaje posee tres dimensiones: formal, relacional e histórica.
Los autores plantean cómo definir el paisaje y cómo operacionalizar dicha definición,
a fin de aplicarla al análisis de tres sitios del Valle de Hualfín, en el noroeste argentino. En
tal sentido, se considera que la definición de paisaje deberá tener en cuenta tres
dimensiones: espacial, temporal y social. La dimensión espacial del paisaje podrá
comprender indicadores tales como el emplazamiento del sitio, su topografía, visibilidad,
cantidad y particularidades de los recintos, su distribución, la superficie de los mismos, su
comunicación con el exterior y con otros recintos, los materiales utilizados en su
construcción y las técnicas constructivas implementadas. La dimensión temporal incluye
los indicadores que proporcionan cronologías absolutas y/o relativas de los sitios. Por
último, la dimensión social podrá considerar los artefactos hallados en los sitios, su
cantidad, su distribución, los materiales empleados en su manufactura, la calidad,
características, ubicaciones relativas y condiciones de depositación.
Los tres sitios que analizan los investigadores son: Loma de los Antiguos de Azampay, el
Cerro Colorado de La Ciénaga de Abajo y la Loma de Ichanga. El primero se trata de un
poblado fortificado, con murallas concéntricas de circunvalación con puertas intercaladas.
El segundo tiene irregularidades en su topografía que hacen difícil su acceso, sin embargo,
hay lugares accesibles y esto llevó a la construcción de murallas defensivas. El tercer sitio
tiene una cima a la cual puede accederse por una senda empinada.
Para el análisis de los tres sitios seleccionados se tienen en cuenta indicadores espaciales
como: topografía, modo de emplazamiento, cantidad de estructuras, comunicación de las
mismas entre sí y con el exterior, circulación intrasitio, presencia/ausencia de barreras
para el acceso y visibilidad. También se consideraron las siguientes características
espaciales mínimas para la interpretación de un sitio como de carácter defensivo:
emplazamiento en altura, diferencias de elevación entre los distintos sectores, existencia de
barreras, tanto naturales como artificiales, y un alto grado de visibilidad.
Los tres sitios muestran, a través de un análisis del emplazamiento y la topografía,
dificultades para el ascenso y una gran visibilidad hacia los distintos puntos del Valle. La
interacción entre distintos tipos de barreras muestra que los pobladores de los sitios
planificaron la instalación de los mismos. La visibilidad implica tanto estructuras
construidas como características del paisaje, que condicionan hacia y hasta dónde se puede
ver desde un sitio, y generalmente incluye lugares elevados. Podían observarse los
lugares de donde provenían posibles ataques y la relación entre los tres, en cuanto las
localizaciones podrían indicar apoyo entre éstos para defensas mutuas.
Los conflictos y el estado de beligerancia podrían provenir de amenazas externos o
también por cuestiones internas al propio funcionamiento de la sociedad (los autores
destacan la posibilidad de conflictos por cambios ambientales, el crecimiento demográfico
y el eventual agotamiento de recursos).

Unidad VIII

Aspectos teóricos del surgimiento del Estado. Concepto de urbanismo y civilización


‘Los orígenes de la sociedad urbana’, Redman
Redman inicia afirmando que la introducción de la agricultura produjo cambios
extraordinarios en la vida humana, al permitir crear las bases económicas y sociales
necesarias para el surgimiento de las sociedades estatales, en una fase inicial denominada
por Childe como la Revolución neolítica.
Tradicionalmente se hizo una caracterización muy dura de la vida de los cazadores
recolectores (en lucha permanente contra el medio, sin tiempo libre, pasando hambrunas,
etc.) en contraste con la supuesta feliz vida de los campesinos (tiempo para el ocio y el
desarrollo del intelecto, gran abundancia de alimentos, etc.). De esta manera se creía que,
con sus supuestas ventajas, la agricultura debía haber sido adoptada rápidamente, si bien
observaciones etnográficas han demostrado que no necesariamente esto era así. De esta
manera, en muchos casos, las ventajas de la agricultura sólo se dejaron sentir luego de
muchos cientos de años.
Redman destaca el concepto operativo de la agricultura: ésta no es meramente una
invención tecnológica, sino un conjunto de relaciones nuevas entre el hombre y la
naturaleza, que implica la transición de un ecosistema hacia otro nuevo, mediante
cuatro pasos: reproducción/siembra, manipulación/cuidado, obtención/cosecha y
almacenamiento.
Hipótesis de los cambios medioambientales para la introducción de la agricultura: se trata
de hipótesis deterministas, al entender que el ambiente y las variaciones climáticas son las
que explican el cambio cultural:
- Hipótesis del oasis – Childe: se centra en la creencia de que una crisis climática
afectó negativamente a los lugares que estaban desarrollando una agricultura
incipiente. Así, los grupos de cazadores-recolectores se refugiaron en las escasas
zonas con recursos hídricos, conviviendo con animales y plantas de las cuales
descubrieron su ciclo de comportamiento.
Todo se habría originado en el Nilo, donde la irrigación natural del río contribuyó al
crecimiento natural de versiones salvajes de plantas. La domesticación de animales
se plantea como posterior a la de las plantas.
Modelo criticado por no haber evidencia de un cambio ambiental que llevara a la
desertificación, sumado a que la naturaleza es determinista: en última instancia, las
decisiones son humanas.
- Hipótesis de la zona nuclear – Braidwood: se centra en la existencia de una zona
en el Próximo Oriente donde coexistieron una gran variedad de ancestros silvestres
de plantas y animales potencialmente domesticables -aunque, a diferencia de Childe,
no presenta variaciones climáticas-. Toma en cuenta el perfeccionamiento
tecnológico de finales del Paleolítico, a fin de que las condiciones naturales y
culturales produzcan un avance del sedentarismo y la experimentación (agricultura
incipiente) que derivó en la domesticación de plantas y animales.
- Hipótesis de un nuevo cambio climático – Wright: reformulación de la hipótesis
de la zona nuclear, donde se enfatiza el cambio climático como factor de estímulo
para el nacimiento de la agricultura. Se pasa hacia un clima más cálido (oponiéndose
a Childe), que habría permitido el florecimiento de especies domesticables.
Este modelo es criticado por determinista, por eludir identificar motivos culturales,
y por proponer un cambio climático que aún no logró ser completamente probado.
Hipótesis demográficas sobre la introducción de la agricultura:
- Hipótesis de la presión demográfica – Boserup: plantea que el crecimiento
demográfico no está regido por los recursos limitados, sino que es una variable
autónoma que estimuló la adopción de la agricultura y sucesivas innovaciones
tecnológicas. Se obliga a la producción de alimentos para poder cubrir el consumo
doméstico.
Teoría criticada por no explicar por qué se dio el crecimiento poblacional y por qué
sólo se desarrolló la agricultura en algunas poblaciones y otras no.
- Hipótesis de la zona marginal – Binford/Flannery: plantea que la dieta de amplio
espectro omnívora alcanzada por las poblaciones hacia el final del Pleistoceno
permitió mantener un equilibrio que permitió expansiones demográficas. Las
posibilidades de los cazadores-recolectores eran dos: la regulación del sistema
demográfico por mecanismos internos (aborto, infanticidio, etc.) o la regulación por
inmigración mediante exogamia a zonas periféricas de la zona nuclear inicial, donde
debían trasladarse especies para poder alimentarse.
Redman propone una explicación multicausal, como marco teórico para investigar los
orígenes de la agricultura. Fusiona así varios de los motores principales de cambio
explicados en las hipótesis previas, como el medio ambiente, los cambios climáticos, la
cultura, crecimiento demográfico y organización social.
Redman entiende que deben analizarse tres puntos: obstáculos para una próspera
agricultura (fluctuaciones anuales, fragilidad de los vegetales y cereales, etc.);
condiciones previas para la agricultura (disponibilidad de plantas y animales
potencialmente domesticables, conocimiento sobre los mismos, desarrollo de técnicas y
útiles especializados, etc.); y factores que estimularon la introducción de la agricultura
(diversidad ecológica que contribuyó a la sedentarización, cambio climático, proceso de
selección artificial, contactos comerciales, etc.).
Las aldeas: se distinguen algunas características generales en las aldeas más tempranas:
- Transición de la caza y recolección hacia una producción de alimentos
- Distribución de las aldeas, generalmente, en áreas de diversidad ecológica
- Domesticación temprana como complemento de las actividades normales de
caza y recolección, y no como gran ventaja.
Además, se caracterizaron por ser de número reducido, y por estar equipadas por
artefactos y herramientas tendientes a la especialización, además de su probable inclusión
en un sistema de comercio en el Próximo Oriente, y la posible complejización de la
estructura social a raíz de la atención prestada a sus muertos.
La economía de aldea, hacia los 4.000 años, se consolida efectivamente, pasando la caza a
ser una actividad subsidiaria. Su éxito se debió a la mejora fisiológica de los recursos
alimentarios gracias a la selección artificial y natural; las innovaciones tecnológicas que
permitieron un mejor aprovechamiento de los recursos; y la complejización en la
organización de las comunidades humanas, que les permitió establecer nuevas
relaciones comunitarias e intercomunitarias.
Debe destacarse que el proceso de destrucción y modificación del medio ambiente que
se produjo como consecuencia de la domesticación de plantas y animales generó una
pérdida de los cazadores recolectores de muchos de sus recursos básicos, volviendo un
retorno a la caza algo muy improbable.

‘Minería, interacción macrorregional y prácticas rituales en los Andes’, López


El artículo analiza la explotación de turquesa en el NOA desde los períodos prehispánico
tardío e Inca, concentrándose en Cueva Inca Viejo, Salta.
Previo a esta investigación, la evidencia arqueológica de turquesa hallada se consideraba
alóctona, ya que no se habían encontrado fuentes del mineral en el lugar. A partir de tal
hallazgo, comienza a hablarse de los procesos de interacción macrorregional y de
prácticas rituales que involucran este mineral. La turquesa suele presentarse en forma de
cuentas con valor ornamental, y relacionada con contextos rituales, encontrándose en
registros funerarios.
La interacción macrorregional propone la circulación de estos recursos minerales, en
bruto o manufacturados. Esta circulación se habría dado en dirección oeste-este – o eso se
creía hasta el descubrimiento de turquesa en el NOA. Su comercialización habría
fortalecido el régimen señorial de los curacas locales, al ser considerados bienes
suntuarios o de prestigio de las elites junto con otros minerales. Sin embargo, otros autores
como Nielsen asociaban su tenencia a sociedades corporativas, con lo que estos curacas
basaban su poder no en la riqueza, sino en la adhesión de la comunidad a emblemas y ritos
vinculados con los antepasados, en los cuales la turquesa ocupaba un alto valor simbólico.
El trabajo en las minas durante el período de expansión incaica se convirtió en una forma
de tributo para el imperio, a partir de la explotación de minerales como la turquesa. Dado
que de éstos había una circulación restringida, redundaban en un mayor estatus de sus
portadores -la elite-.
Las huacas, montañas con potencial minero en la Puna, empleadas por los locales para
llevar a cabo rituales, constituyeron puntos sagrados, ejes de ofrendas rituales en el
marco de las actividades económicas: los rituales de producción son los vínculos entre las
dimensiones económicas y simbólicas.
Explotación de turquesa en el NOA desde períodos prehispánicos: la evidencia de minería
de turquesa proviene de Cueva Inca Viejo, en la Puna de Salta. En la Cueva hay presencia de
arte rupestre, y se han hallado evidencias de procesos de interacción social de escala
amplia y prácticas rituales, especialmente datados del Período Prehispánico Tardío Pre-
inca (también conocido como Desarrollos Regionales) y, principalmente, del Período Inca.
Desde el Período Pre-inca, el Cerro y la Cueva Inca Viejo constituyeron entonces un espacio
ritual o sagrado, dato que se observa en el arte rupestre, entre las figuras antropomórficas
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jaguar se relaciona con las prácticas rituales de las elites y el uso de alucinógenos como el
cebil, cuyas semillas se hallaron en el lugar. Además, se encontraron elementos como
plumas de diversas aves procedentes de tierras a 300km de distancia, evidencia de la
macrorregionalidad y de las ofrendas rituales, al tratarse de elementos alóctonos.
En lo que respecta a la presencia de turquesa, se registró ésta en asociación con material
arqueológico vinculado con prácticas rituales. En este sentido, la fecha obtenida en la
ofrenda ritual permite plantear la relevancia de estas prácticas durante el Período Inca.
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punto de vista simbólico y ritual.
Conclusiones: se propone que la minería de turquesa fue la principal razón para la
expansión incaica en el área. Esta hipótesis se sostiene a partir del alto grado de
modificación de ambos sitios emprendida por los Incas. La turquesa fue un mineral
ornamental sumamente apreciado por las elites Incas, por lo que una fuente de este recurso
en la cuenca de Ratones habría sido de gran importancia para ellos.
Por otra parte, Cueva Inca Viejo habría tenido un rol importante en el movimiento y
circulación de información, bienes y recursos desde el Período Tardío Pre-Inca, y
posiblemente, desde períodos más tempranos. En el caso de Cueva Inca Viejo, la
importancia de la turquesa como piedra preciosa, habría contribuido a valorar este sitio
como un lugar de alto significado simbólico, materializado en prácticas rituales.
El trabajo concluye que la expansión del Imperio Inca se relacionó con la minería y el
control de las actividades rituales, con una gran estructura ceremonial centrada en
la Cueva Inca Viejo. De manera similar, la Cueva Inca Viejo permite entender la
interacción entre las dimensiones económicas y simbólicas, conocidas como rituales de
producción (Martel 2011, Van Kessel 1989). La sacralización o la dominación simbólica de
este lugar, habría sido fundamental para su explotación económica y minera, especialmente
durante la expansión Inca.

‘El Imperio Inca en la provincia de Catamarca’, Williams


En los Andes del sur los incas construyeron una amplia red de centros provinciales y
tambos protegidos por un cordón de instalaciones fortificadas. Reorganizaron a las
sociedades locales a través del reasentamiento, la intensificación de la extracción minera, la
agricultura y la producción artesanal.
En contra de la visión tradicional, los nuevos estudios indican que los incas estuvieron
presentes desde momentos más tempranos; además han relativizado la idea de un alto
control, demostrando que el gobierno Inka fue flexible en muchos casos, aunque ello
depende de la región.
El éxito de la dominación Inka se basó en la administración construida sobre sistemas
políticos ya existentes, ayudados por la fuerza militar y por la economía de control
centralizada.
El Imperio: como Estado expansionista que asumió el control efectivo sobre otras
entidades políticas, de variado alcance y complejidad, el Inka presentó dos estrategias:
mantener la seguridad del núcleo político y garantizar la extracción de recursos de
los territorios dominados en beneficio de un sector limitado de la población.
En el desarrollo de las entidades políticas existieron dos rasgos esenciales: uno político y
otro económico. El primero reside en la extensión de la soberanía del núcleo imperial
sobre los sistemas políticos sometidos. El segundo se encuentra en la reorganización del
trabajo y el intercambio, tanto de las poblaciones sometidas como del núcleo estatal.
Para alcanzar tal nivel de dominación, se emplearon controles coercitivos y persuasivos
sobre la población dominada, y, en el caso Inka, además, a ello se sumó la promulgación de
la cultura, la religión y la lengua imperiales, además de los reasentamientos forzosos. La
persuasión era empleada primero, como negociación y amenazas persuasivas. En caso de
resistencias, se empleaba la fuerza militar.
Con respecto a la consolidación del poder, la estrategia pasaba de un énfasis en la ofensiva
a un énfasis en la defensiva apenas los territorios eran conquistados, a través de la
construcción de un gran número de fortalezas.
La conquista del noroeste argentino: el noroeste argentino fue anexado entre los 1300 y
los 1400, probablemente por el interés en la explotación de riquezas mineras y la
obtención de mano de obra. Sin embargo, los incas no lograron que las poblaciones del
valle cumplieran totalmente con las prestaciones solicitadas.
Los sitios incas no eran sólo centros administrativos, tambos y fortalezas, sino también
enclaves: áreas de tierra aisladas específicamente, destinadas a la producción (agricultura
intensiva, localizados en valles fértiles), y a la administración (para control de personas y
tributos, localizados en zonas estratégicas). El almacenamiento estatal se daba en los
enclaves administrativos.
Los incas establecieron un sistema de producción de bienes integrado por prestaciones
rotativas de trabajo impuestas por el imperio a las poblaciones dominadas, y por la
implantación de un sistema de especialistas trabajando para el Estado. Con el excedente se
mantenía a la elite y las burocracias.
Conclusiones: La economía inca se construyó sobre instituciones preexistentes,
utilizando la ideología de la reciprocidad y la redistribución local como mecanismo de
legitimación. Al apropiarse de una zona nueva, los recursos se distribuían entre la religión,
el Estado y los dominados. A través de un sistema de trabajo rotativo (la mita), se asignaron
las tierras agrícolas y pastoriles; algunos recursos como los metales fueron firmemente
controlados por el estado.
En los Andes del sur los incas coordinaron cinco políticas (tomando en cuenta las
variaciones locales) con la intención de unir control militar, ideológico, ceremonial,
reubicación demográfica e intensificación productiva:
- La instalación de fortalezas y de una red vial.
- La instalación de centros estatales.
- La intensificación de la actividad agropastoril.
- La intensificación de la producción minera.
- El reclamo del paisaje sagrado a través de la construcción de santuarios.
El uso de zonas antes no ocupadas fue una estrategia para la reestructuración del espacio y
la implantación de una ideología legitimadora.

Salazar
El Valle de Tafí posee condiciones ambientales favorables para el asentamiento humano,
especialmente para grupos cuya subsistencia se basaba en la agricultura y el pastoreo.
Además de unidades residenciales hay estructuras de cultivo y corrales.
El modo de vida aldeano, basado en la agricultura y la cría de animales, incluyó la práctica
de rituales asociados con la fertilidad y la devolución de favores a fuerzas naturales
incontrolables.
Estos complejos sistemas de producción de alimentos, adecuados para las tierras andinas,
fueron el resultado paulatino del conocimiento acumulado por familias de agricultores y
pastores. La distribución del agua desde los cauces naturales o embalses artificiales a los
campos de cultivo se realizaba por canales. Viviendas, estructuras de cultivo y corrales
transformaron el paisaje en el que estos antiguos pobladores del valle de Tafí se asentaron
y cumplieron sus actividades cotidianas. Las unidades domésticas o grupos familiares
fueron los actores sociales más importantes para las decisiones relacionadas con las tareas
agrícolas y el manejo de los recursos. Consiguieron organizar sistemas agrarios de notable
complejidad gracias al trabajo campesino de siglos, sin conformar estructuras de poder o
elites dirigentes.
Hacia finales del primer milenio de nuestra era, las posibilidades de reproducción de estas
sociedades empezaron a verse limitadas por diversos factores. Uno importante,
relacionado a las prácticas agrícolas, fue que la región se tornó progresivamente más árida
debido a un cambio climático de gran escala. Muchos campos y construcciones se habrían
abandonado y la diversidad de alimentos disminuyó. Como consecuencia, se intensificó la
vida comunitaria en detrimento de la autonomía que las familias habían gozado durante
cientos de años. Se acrecentaron los conflictos por las tierras y los recursos, y la población
se redujo notablemente o emigró hacia valles aledaños.

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