La percepción de la imagen corporal a través del uso de accesorios

El uso de accesorios, teniendo en cuenta lo que logramos investigar, está muy ligado
al entorno en el que vive cada una de las personas, que de gran manera llega a influenciar
su estilo e incluso su personalidad, esto puede suceder debido a que muchas personas en su
comunidad o grupo social siguen una determinada tendencia y ellos se dejan seguir por esta
modo, lo cual, desde el punto de vista de la psicología humana, es totalmente comprensible
y natural, dado que los seres humanos tienden a trazar patrones, a imitar a los demás y a
identificarse con aquellos que consideran similares, en este caso, que tienen cosas en
común. Esto es un comportamiento casi innato, y un gran ejemplo de ello es el habla, los
bebés comienzan a emitir sonidos fonéticamente correctos porque escuchan que los demás
lo hacen y avanzan hasta el punto que comienzan a decir palabras de forma coherente.
En muchos casos, podemos decir que las personas con el uso de accesorios intentan
demostrar algo, pero no en todos los casos es igual, hay quienes pretenden demostrar
rebeldía, estatus económico, gustos, o simplemente los utilizan porque es algo a lo que
están acostumbrados desde muy temprana edad.
En la historia los accesorios han estado presentes desde épocas remotas, aunque no
se conoce una fecha o año exactos en que se comenzaron a crear de forma diversa y a
emplear por personas del común, ya que, en otras épocas, era normal que los pertenecientes
a la realeza y los clérigos usaran accesorios, en la mayoría de casos ostentosos, para lograr
demostrar su estatus económico y social.
Grandes civilizaciones como la Egipcia, poseen una gran importancia, riqueza y
variedad en cuanto a los accesorios, ya que ellos convirtieron sus símbolos sagrados en
accesorios que las personas podían cargar como amuletos de protección, usaban pinturas
corporales para otorgarle brillo al cuerpo,  kohl negro para destacar la mirada, tintas
obtenidas de animales como escarabajos para resaltar el rojo de los labios, en conclusión,
todo estaba encaminado a destacar y acentuar los rasgos de la belleza, no sólo femeninos,
como se podría llegar a creer erróneamente, sino masculinos también y lo más importante,
es que no significaban algún tipo de distinción social, ya que eran empleados tanto por
personas de la realeza como por las del común, sólo que en algunas ceremonias y rituales
especiales, los elementos empleados para elaborar el maquillaje variaban, de acuerdo a la
capacidad económica de los empleara, por ejemplo, normalmente, se utilizaba el ocre
(óxido ferroso hidratado) para tintarse el cuerpo, pero para una ocasión importante, se podía
usar alguna crema que tuviese como base el polvo de oro, al igual que el maquillaje, el
labial y colorete extraído de los escarabajos tenía un gran costo, por lo que era preferible
emplear determinadas arcillas.
Si nos detenemos a analizar esta información, podemos notar que, en la actualidad,
esta tendencia se mantiene, podría decirse que casi todas las personas del mundo emplean
accesorios, todos son de diferentes tipos y materiales, aunque tengan la misma función y
esto se debe al costo de los elementos con los que son elaborados y la capacidad adquisitiva
de quien los compra. Al igual se puede evidenciar el hecho de que siempre tendemos a
guardar los accesorios más costosos y llamativos para ocasiones especiales, de forma que
no se desgasten con el uso diario.
En referencia a la distinción de géneros en cuanto al uso de accesorios podemos
decir que si ha variado a través del tiempo, por ejemplo, para los egipcios era normal que
los hombres emplearan maquillaje en su vida cotidiana, al igual que para los franceses del
siglo XVI, pero esto cambió con el tiempo y se comenzó a asociar el maquillaje únicamente
con el género femenino, por lo cual cualquier hombre que empleara  maquillaje iba a ser
mal visto por la sociedad, hasta la época en la que nos encontramos, en la que muchos
hombres emplean maquillaje, esto se presenta debido a que se ha promovido un cambio de
pensamiento a favor del libre desarrollo de la personalidad; sin embargo, este mismo hecho
aún es cuestionado y genera disputas, principalmente por quienes han crecido en un núcleo
más tradicional con la distinción de determinados estereotipos muy marcada.
Hoy en día, podemos evidenciar que hay muchos accesorios que son compartidos y
usados tanto por hombres como mujeres, desde cosas como cinturones y gorras a otras
como aretes, cadenas, etc., lo cual nos indica a nosotros, como estudiantes, que los géneros
comparten gustos en cuanto a la naturaleza y tipo de los accesorios, pero que pueden variar
en referencia a la tendencia que siguen, sus colores y los materiales con los que están
elaborados.
En muchos casos, el uso de accesorios está ligado a el vestuario que se use, debido a
un determinado código de vestimenta que ha prevalecido durante mucho tiempo, por
ejemplo, en una ocasión importante, las mujeres generalmente usan vestidos largos,
elegantes y en lo posible de alta costura, los cuales van a menudo acompañados del uso de
elementos como collares, anillos, aretes, peinetas que sin romper la estética del vestuario
logran resaltarlo, también lo evidenciamos en uso más práctico y cotidiano, como el uso de
cinturón para un pantalón formal o el usar una gorra o sombrero para lograr protegerse del
sol.
En muchos casos, aquellos accesorios que en un principio fueron usados únicamente
por su sentido práctico, han cobrado gran importancia a nivel de la moda, debido a que
siguen tendencias y pasaron a ser llevados más que por su utilidad en muchos casos, por su
aspecto y lujos, un gran ejemplo en el caso de las mujeres son los bolsos, ya que es del tipo
de objetos que se cree que al analizarlos, a su vez, se analiza la personalidad del dueño, lo
cual ha generado un gran interés entre psicólogos y psicoanalistas en el último siglo, en su
libro, How to Tell a Woman by Her Bag, la analista social Kathryn Eisman clasifica
distintos arquetipos femeninos en función del bolso que utilizan, esto nos puede dar una
idea de lo importantes que pueden llegar a ser los accesorios que usamos en la imagen que
logran percibir las demás personas sobre nosotros.
Otro punto que resulta importante resaltar es el uso de aquellos accesorios con
significado religioso, esotérico o familiar, los primeros, suelen ser empleados como
amuletos de protección, que están ligados a determinadas creencias y cada uno de ellos
posee un valor subjetivo y un grado de importancia dependiendo de la concepción de la
persona a la que pertenecen. Los accesorios familiares, son aquellos que pasan de una
generación a otra y en muchos casos, aparte de tener una importancia a nivel sentimental,
también son, un objeto de honor, ya que generalmente, son otorgados a los descendientes
“favoritos” por alguna determinada razón, lo que puede generar codicia debido a su valor
entre quienes puede llegar a ser entregado y un motivo de orgullo para quien lo recibe.
Para concluir, teniendo en cuenta la forma en que los accesorios han influido en la
imagen corporal a lo largo de la historia, podemos decir que la variedad de tendencias y
concepciones que logramos encontrar hoy por hoy son el resultado de todos las
estigmatizaciones y prejuicios que se han cultivado a lo largo de los años y que poco a poco
nos dividieron como raza, es importante añadir que para muchas personas el uso de
accesorios no los define a sí mismos, ni a su personalidad, sino que los emplean por gusto
aunque no estén asociados a la determinada tendencia que siguen dichos accesorios.