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Maquiavelo.

Nacimiento del Estado moderno y la política como realidad


Maquiavelo se sitúa en la época del Renacimiento s. XVI. El Estado empieza a gestarse a comienzos de la Edad
Moderna. Se considera uno de los primeros en el nacimiento del Estado moderno. Es uno de los primeros que
intenta elaborar un análisis de la política y del Estado sin elementos morales. Se da la separación de la política y de la
religión, es decir, la iglesia se separa del Estado. Empieza a pensar la política intentando dejar a un lado la fe, en eso
es también muy moderno, es decir, un análisis de la política en el que se suprimen los elementos de la fe ya que la
religión ha sido fundamental en términos de poder.

Un elemento clave es por qué se respeta una autoridad y no se cuestiona, cuyas respuestas es que tiene que haber
algún tipo de orden consensuado o impuesto o alguna combinación de ambas; razón pragmática: a los individuos les
parece imprescindible la existencia de un orden mayor; otro argumento tradicional es el sistema de creencias para
fundamentar una existencia de autoridad religiosa. La religión es un instrumento de legitimidad. También a través de
la tradición, por ejemplo, obedezco porque mi familia y antepasados han obedecido.

Un tema importante es la justificación de un poder y en función de qué criterios se basa. Tiene que ser justo o no. Se
cuestiona la legitimidad de un poder porque es justo o porque es eficaz.

Maquiavelo coge toda la justicia y los principios morales y lo deja de lado y se pone a reflexionar de la política sin
pensar en lo que está bien y lo que está mal, sino como cuaja un poder, su finalidad y cómo se conserva. Se justifica
la existencia de los reyes, dice que tiene que ser absoluta y no puede estar limitada porque procede de Dios. Aquí ya
tenemos el factor religioso como un elemento importante.

Maquiavelo es un ciudadano de la república de Florencia. La iglesia era una autoridad religiosa y además política
debido a los Estados Pontificios o Papales. Al sur estaba Nápoles, territorios de la corona de Aragón.

Maquiavelo ve como las grandes republicas de Italia están entrando en declive porque se las va a ir comiendo un
Estado moderno y potente. Se da cuenta que surgen Estados grandes porque al acumular gran cantidad de poder
hace inviable la existencia de pequeños Estados. Su preocupación es que tiene que ocurrir en Italia para que fuera
bien y desaparezca la inseguridad y el conflicto, tema que le perturba.

En la republica de Florencia desempeña un papel importante como diplomático y tiene peso como asesor del
gobierno de Florencia, eran republicas oligárquicas, un grupo de estatus social elegían un grupo restringido, es decir,
democracia restringida.

Maquiavelo en 1512 por una serie de conflictos (las tropas de la corona de Aragón derrotan a los franceses que
entraban a Italia y castigan a Florencia porque no ha luchado contra los franceses). Entran los Medici y castigan a
Maquiavelo y le meten en la cárcel. Tiene amnistía por un Papa que sube al reinado y le llevan a destierro. Para
conseguir el favor de los Medici escribe El Príncipe. Busca reconciliarse con quien le ha perseguido y conseguir
autoridad como antes. Es un texto dirigido a proporcionar instrucciones y pretende ser práctico. Habla sobre cómo
conseguir un poder que no existe y como conservarlo. Maquiavelo dice que sin poder no hay orden social, no se
puede convivir, operar, comerciar, relacionar…

Maquiavelo era un poco anticlerical y culpaba al papado de que Italia estuviera fragmentada. Pero él respeta el
ejercicio de la fe, aunque la quiere fuera de la vida política. Por lo tanto, su idea de la política no es inmoral, sino
amoral, la intenta explicar sin moral. La autoridad no tiene que ver con la moral.

Introduce el factor de la fuerza, expulsando la justicia y la moral. La violencia es un hecho objetivo, no dice si es
buena o mala, sino algo que está ahí. La violencia para debilitar el poder para Maquiavelo es un elemento natural, no
es ni buena ni mala.

Cinco cuestiones importantes: la fragmentación territorial de Italia y la preocupación de Maquiavelo de un poder


fuerte, al intentar explicar cómo se construye un principado el análisis sin criterios de morales (el gobernante no es
bueno o malo sino eficaz), la preocupación por la inseguridad (la política puede ser dura o cruel o despótica pero con
ella se disfruta de derechos y se vive); se da cuenta de que el mundo está cambiando y de que no solo es que haya
Estados más grandes sino que el mundo se está volviendo más dinámico y empieza a haber más relaciones), su
experiencia diplomática. Hay que tener en cuenta esto de Maquiavelo ya que había participado en embajadas para
negociar tratados o ver que piensa otra autoridad. Las consecuencias que puede tener la vida diplomática en su
pensamiento de la política se pueden observar en el pragmatismo, no hay ideales que perseguir solo conseguir
ventajas o evitar daños en el poder. La política concebida como un juego o escenario de varios jugadores que juegan
sus cartas como saber quién te está engañando, hay que ser desconfiado. La política no responde a un concepto sino
a un juego por el poder. El objetivo del juego es ganar y si se pierde no se pierde mal. Le influye la diplomacia en el
sentido de su experiencia propia de cosas que han pasado.

Una lección histórica importante para él es que si un príncipe no conserva su poder, en torno a él se van a formar
distintas formas de conspiración y por lo tanto él considera que lo peor que le puede pasar a los individuos es que
haya un poder débil, un poder que abre la puerta a una especia de anarquía violenta hasta que otro vuelve a
establecer un poder lo suficientemente fuerte. Es una oportunidad para cuestionar ese poder.

Trabaja con la idea de la naturaleza humana (cómo ve a los hombres) sin las gafas del cristianismo. Los cristianos ven
a los individuos como hombres contaminados por el pecado. Para Maquiavelo el cristianismo influye de manera
negativa porque transmite valores buenos para la vida privada, pero malos para la vida política. Habla sobre una
doble moral del príncipe en sus ambas vidas. Maquiavelo dice que la política no se puede juzgar con los valores del
cristianismo, bueno o malo. Ve los valores cristianos como algo que impide tomar las decisiones adecuadas, los
asocia con la debilidad de la naturaleza humana.

Maquiavelo intenta explicar la naturaleza humana tal y como es, es decir, realista. El criterio moral es un elemento
importante en el juicio. Él piensa que la política no se puede entender sin entender la naturaleza humana. Es un
conjunto de pasiones que estañen conflicto con la razón, no es cuestión de que sean buenas o malas. El gobernante
tiene que ser alguien que entienda que se mueve en una naturaleza humana cambiante y compleja que se puede
intentar domesticar, pero no se puede negar que está ahí. Por lo tanto, en El Príncipe según Maquiavelo el mejor
ejercicio de inteligencia política es la virtud (la compasión no, un ideal de igualdad no, la ausencia de violencia no).
Se considera que es virtuoso cuando es consciente de esa naturaleza humana con la que se va a trabajar.

La cualidad de un buen político tiene que ver con la flexibilidad para poder ser pragmático y realista tiene que ser
flexible. Esto significa que no se rige por un criterio ético permanente ni por una idea. Tiene que aceptar las
circunstancias siendo desprovisto de los ideales. Quiere que los gobernantes sean conscientes de que se enfrentan a
desafíos muy grandes, lo peor que le puede pasar es perder de vista en la política con confundir con lo que
realmente es. La naturaleza humana está gobernada por las pasiones.

El príncipe se redactó de agosto a diciembre de 1513

Los discursos sobre la primera década de Tito Livio

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