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Dentro del continuo desarrollo mundial de múltiples factores que generan la evolución del hombre y su

entorno, aun se observa lo que a criterio propio resulta indignante y retrógrado, y es que se ejecuten
actos genocidas, similares a las transgresiones de Derechos Humanos ocurridas en la primera y segunda
guerra mundial décadas atrás, e incluso, hace siglos atrás, cuando escudados por una bandera o por el
clero de ese entonces, se invadían civilizaciones. Y es el caso, que, encontrándonos en el año 2.022 de
nuestra era, aun se desarrollen situaciones tan violentas como las que actualmente se viven en el
territorio ucraniano, en el desarrollo de una guerra, protagonizada por el país anteriormente señalado y
la Federación de Rusia, países que llegaron a formar parte de la URSS.

Desde el mes de febrero del año en curso, la evidencia manifiesta de la violencia mas vil ha afectado a
miles de ciudadanos, de personas, de padres, madres e hijos, que por efecto de los intereses de las
naciones involucradas han sufrido pérdidas materiales y humanas, guardando tristes recuerdos que
quizás se conviertan en cicatrices que los acompañaran por el resto de sus vidas, y es que, tener que
salir de casa, sin rumbo definido, de emergencia, para salvaguardar tu vida y la de sus hijos o la de sus
padres, sin un plan de futuro, sin saber si estarás respirando algunos kilómetro después, si podrás ver el
día siguiente, es algo que difícilmente se cuestionan los mandatarios de los países que ordenan ejecutar
acciones militares con el determinado objetivo de obtener el dominio de un territorio, sin importar el
efecto colateral que se genera en una población que hasta ese entonces solo perseguía graduarse del
colegio, cumplir con alguna obligación de trabajo, levantar un negocio, hacer arte, deporte y ser feliz. Y
es que, ¿una vez generado el caos, hay quien se responsabilice y pueda resarcir el daño causado? La
reflexión debe partir de la historia, analizar los resultados de las guerras anteriores, no solo a nivel
político, sino humano, porque devastar un país, no es solo la toma de estructuras físicas, un país lo
componen sus ciudadanos, y sin ellos, ¿qué queda?.

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