DUALIDAD DE PODER
732 Los que mantienen esta tesis se apoyan sobre todo en los consejos de Múnich, más
aptos para demostrarla.
733 W. Kleen, “Uber die Rolle der Räte in der Novemberrevolution”, ZlG, 1956, N.°
2 pp. 326-330.
160 REVOLUCIÓN EN ALEMANIA
737 Ídem.
738 Ibídem, pp. 91-92.
739 Ibídem, p. 96.
740 III. Gesch., p. 381.
741 Drabkin, ob. cit., N.° 2, p. 159.
742 Kolb, ob. cit., pp. 94-95.
743 Ibídem, p. 94.
744 Ibídem, pp. 95-96.
745 Ibídem, p. 94.
162 REVOLUCIÓN EN ALEMANIA
749 Marion Einhorn, “Zur Rolle der Räte im November und Dezember 1918”, ZfG,
1956, N.° 3, p. 548; sobre Hamburgo, Confort, Revolutionary Hamburg, p. 46. La medida será
retirada poco después, ibídem, p. 48.
750 III. Gesch., II, p. 195.
751 Vossische Zeitung, 4 de diciembre.
752 III. Gesch., II p. 193.
753 Ibídem, p. 195.
754 Ibídem, p. 196.
755 Ibídem, p. 198.
756 H. Oeckel, Die revolutionäre Volkswehr 1918-1919.
757 M. Einhorn, ob. cit., p. 549.
164 REVOLUCIÓN EN ALEMANIA
Es significativo señalar que por efecto del impulso y el vigor del movi-
miento de los consejos, al principio, nadie intenta oponerse a su constitu-
ción ni poner en entredicho su autoridad. Aquí y allá los representantes de
los partidos burgueses se sienten satisfechos cuando la protección de los so-
cialdemócratas les reserva algún pequeño hueco771. Incluso el comandante
en jefe admite la existencia de los consejos de soldados. En el Estado Mayor
de Spa, el teniente coronel Faupel recibe a sus delegados, les describe la in-
mensa tarea que representa la evacuación de las tropas del Oeste y les pro-
pone colaborar con los oficiales772. Un poco en todas partes, las autoridades
imperiales, la administración de justicia, la policía y los comandantes milita-
res declaran reconocer la autoridad de los consejos.
Sin embargo, una de las iniciativas contra el poder de los consejos de obre-
ros y soldados consistirá en la constitución de “consejos de ciudadanos”, di-
ferenciados a veces en consejos profesionales, médicos, abogados, jueces,
propietarios o sacerdotes773. En Colonia, por ejemplo, mientras que el Kölnische
Zeitung afirma que la burguesía está dispuesta a sostener el nuevo poder774, nu-
merosos empresarios conocidos en la ciudad fundan la Hansabund, cuyo obje-
tivo es la creación de consejos de ciudadanos775. Aprobando este llamado, el
Deutsche Zeitung escribe que no son suficientes los “consejos”, sino que frente a
la guardia obrera “unilateral” hay que construir la “guardia cívica”776.
769 El texto íntegro de esta carta del 11 de noviembre y dirigida a Thalheimer fue pu-
blicada por primera vez por Drabkin en la obra colectiva mencionada en la nota preceden-
te, pp. 377-378.
770 Keil, Erlebnisse, II, p. 107.
771 Ya hemos visto el caso de Colonia, donde el alcalde Konrad Adenauer juega un pa-
pel importante como presidente del Wohlfartausschus, en Breslau, de los 100 elegidos al con-
sejo, 34 pertenecen a partidos burgueses. (Drabkin, ob. cit., p. 226).
772 J.W. Wheeler-Bennett, The Nemesis ot Power, p. 26.
773 Drabkin, ob. cit., p. 225. En Bonn el consejo de obreros y soldados se fusionará
con el de ciudadanos (Kölnische Zeitung, 12 de noviembre de 1918, ed. de la noche).
774 Kölnische Zeitung, 12 de noviembre (ed. de la mañana).
775 Drabkin, ob. cit., p. 224.
776 Deutsche Zeitung, 13 de noviembre de 1918.
166 REVOLUCIÓN EN ALEMANIA
Hemos vencido, pero no lo hemos hecho para nosotros solos. ¡Hemos ven-
cido para el pueblo entero! Por eso nuestra consigna no es: “¡Todo el poder
a los soviets!”, sino: “¡Todo el poder al pueblo entero!”777
Debemos minar al Estado burgués por abajo, actuando para que los pode-
res públicos, legislativos y administrativos, ya no estén separados sino uni-
dos y puestos en manos de los consejos de obreros y soldados784.
El gobierno de la burguesía
792 Ver sobre ello Lothar Berthold y Helmut Neef, Militarismus und Opportunismus gegen
die Novemberrevolution, y sus comentarios, pp. 23-24, sobre la conversación telefónica infor-
mada por E. O. Volkmann.
793 Dok. u. Mat., II/2, p. 357.
794 Groener, Lebenserinnerungen, p. 467.
795 Vorwärts, 10 de noviembre de 1918.
796 Vorwärts, 14 de noviembre de 1918.
797 Vorwärts, 15 de noviembre de 1918.
798 Kolb, ob. cit., p. 122.
PIERRE BROUÉ 171
obreros berlineses– y, por los soldados, Brutus Molkenbuhr, quien dos días
después reemplaza al capitán von Beerfelde, presidente de la primera hora813.
Los líderes de la fracción socialdemócrata son Max Cohen-Reuss, el delegado
de los soldados, quien se incorporó más tarde, y sobre todo Hermann Müller,
delegado “obrero”814. Los líderes de la fracción revolucionaria son Ledebour
y Däumig. Tras ellos, el núcleo de delegados revolucionarios y los dirigen-
tes de las huelgas de 1917 y 1918: Eckert, Neuendorf y Wegmann. En tor-
no suyo, con responsabilidades diversas, los metalúrgicos revolucionarios y
dirigentes reconocidos del proletariado berlinés: Paul Scholze, que preside
el círculo de delegados, Nowakowski, Paul Neumann y Heinrich Malzahn,
que dirigen el secretariado del consejo815. Los delegados socialdemócratas o
son permanentes del partido o responsables sindicales, como Gustav Heller y
Oskar Rusch, quien evolucionará rápidamente hacia la izquierda816. Los dele-
gados de los soldados son de otro tipo. Dejando aparte a Hans Paasche, figu-
ra interesante, joven burgués e hijo de un negociante nacional-liberal elegido
presidente del Reichstag, devenido revolucionario por pacifismo817, los demás
se vinculan políticamente a la socialdemocracia. En realidad, son poco po-
litizados, cuentan con algunos candidatos arribistas que abusan de la situa-
ción: instalan en los ministerios, con el pretexto de “controlar”, a amigos y
compañeros y con su irresponsabilidad impiden cualquier funcionamiento se-
rio818. Entre ellos, existen auténticos aventureros como Colin Ross, agente de
Ebert y de Wels en los consejos de soldados, quien será excluido en diciem-
bre por relacionarse con elementos monárquicos. Más adelante será experto
en geopolítica al servicio de Hitler819. Otto Strobel es autor de un artículo an-
tisemita firmado no solo con su nombre sino también con su título de miem-
bro del consejo, publicado en un periódico reaccionario820; el teniente Waltz,
que soñaba ser, como sugiere Hermann Müller, “el mariscal de la revolución
de los obreros son H. Müller, Buchel, Hirt, Heller, Julich, Maynz y Oskar Rusch. Los delega-
dos de los soldados son von Beerfelde, Molkenbuhr, Gerhardt, Paasche, Waltz, Bergmann,
Portner, Strobel, Lidtke, Hertel, Lemper, Köller, Eckmann, y Guntzel ob. cit., p. 102.
813 H. Müller, ob. cit., p. 92, von Beerfelde habría querido arrestar al ministro de Guerra.
814 H. Müller, ob. cit., p. 91.
815 Brandt Lowenthal, ob. cit., p. 120.
816 Deja el SPD para afiliarse al USPD después del Congreso de los consejos (Der
Zentralrat… p. 44).
817 H. Müller, ob. cit., p. 99.
818 Ibídem, pp. 92-93. R. Müller, T II, pp. 53, 154-156.
819 H. Müller, ob. cit., pp. 96-97; R. Coper, Failure of a Revolutión, p. 144, dice que Colin
Ross fue un “espía de gran clase”, “bien recibido en todas partes”.
820 H. Müller, ob. cit., p. 97; el artículo titulado “An das deutsche Volk vom Gelehrten
bis zum Arbeiter”, apareció en Deutscher Tageszeitung el 13 de diciembre de 1918.
PIERRE BROUÉ 175
alemana”821, pero del que se descubre, a fines de noviembre, que habló cuan-
do fue arrestado el 8 de ese mes, y que había dado a la policía el plan de la
insurrección y el medio de detener a Däumig. Los incidentes provocados por
estos casos individuales quitan al consejo horas preciosas. Así Waltz, echado
por Richard Müller sin ninguna forma de proceso, intenta todavía protestar,
citar circunstancias atenuantes –reconociéndose solamente culpable por “ton-
terías”– frente a los consejos de soldados, llegando a agrupar a su favor a una
minoría que impondrá dos sesiones nocturnas de discusión a los delegados
de los consejos de la guarnición822.
A pesar de su buena voluntad y de la confianza que le otorgan los obreros
berlineses, el Consejo Ejecutivo es impotente para organizar su propio traba-
jo e incluso para crear su propio aparato. Mientras pretende vigilar y controlar
simultáneamente al gabinete del Reich y al gobierno prusiano, impulsar políti-
camente los consejos berlineses, servir de centro a los 10.000 consejos del país,
arbitrar los conflictos de trabajo e imprimir a los asuntos generales una orien-
tación revolucionaria, enseguida cae en el desorden, mantenido por la hostili-
dad del gobierno y la burocracia y por el sabotaje de la administración, que le
dirige todos los reclamos y, al mismo tiempo, lo priva de recursos. Sus deba-
tes son interrumpidos constantemente por las delegaciones. El Ejecutivo que-
da sepultado bajo la correspondencia que sus presidentes tienen que firmar sin
siquiera leer823. Entre las múltiples tareas que pretenden llevar a cabo, no sabrá
escoger y no comprenderá la severa advertencia de Hermann Müller:
El conflicto de poderes
837 IML-ZPA, N°. II/1, f. 10 y ss., citado por Drabkin, p. 237; R. Müller, Vom KaiserReich,
II, pp. 82 y ss., ob. cit., pp. 127-128.
838 IML-ZPA, N°. II/1, f. 14, 31, citado por Drabkin, ob. cit., p. 239.
839 Ibídem, f. 32, citado por Drabkin, ob. cit., p. 240.
840 H. Müller, ob. cit., p. 128.
841 IML-ZPA, N.° II/1, f. 32, citado por Drabkin, ob. cit., p. 240.
PIERRE BROUÉ 179
trabajadores a los mismos que “durante cuatro años los han traicionado”857. Y
Richard Müller debe prometer que reverá la cuestión858.
Su respuesta, conclusión del debate, tiene como eje las críticas llegadas
desde la izquierda:
871 Ver el capítulo VII de Kolb, ob. cit., “Die Diskreditierung der Arbeiterräte durch
die Presse”.
872 Friedlander, ob. cit., p. 168.
873 Ibídem, y Kolb, ob. cit., p. 191.
874 Friedlander, ob. cit., p. 169.
875 Kolb, ob. cit., p. 132.
876 Ibídem, p. 133.
877 Dok. u. Mat., II/2, pp. 462-464.
878 Ver “Der lebende Leichnam”, Vorwärts, 5 de diciembre y “Richard I. Wilhelms
Ersatz”, ibídem, 18 de diciembre de 1918.
879 Brandt y Lowenthal, ob. cit., p. 112; Scheidemann, Der Zusammenbruch, p. 227.
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