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Un día normal como los demás.

En un día tranquilo cuando mi abuelo era joven con una edad alrededor de 20 años se
encontró con algo que lo dejaría atónito, así comienza la historia.

Mi abuelo vivía en el pueblo, pero este día él tenía que ir a una novena en la casa de su
tío y primos, pero esta quedaba más o menos a un kilómetro de su casa y para llegar ahí
le tocaba pasar por un largo camino lleno de trochas empinadas y lodo.

El empezó su camino a la noche solo y con una linterna, todo iba normal durante unos
30 minutos de caminar y ya se acercaba a la casa faltándole aproximadamente unos
200m, pero no todo es color de rosa. En ese momento él se chocó con una señora que
apenas se la podía observar, era vieja, tenía ropa negra e iba tapada con una chalina.

Mi abuelo se disculpó, le dijo buenas noches y siguió su camino ya que estaba unos
cuántos pasos para cruzar y llegar, cuando mi abuelo iba a cruzar le entró curiosidad por
voltear a ver a la señora pues a está le faltaba bastante para poder cruzar, mi abuelo
quedo sorprendido al observar que ella iba demasiado rápido casi como volando y ya
iba a cruzar lo cual era inhumano, él se estremeció al ver esto entonces se dio la vuelta y
siguió su camino rápido y ansioso por llegar a casa sano y salvo.

Al llegar le preguntó a su tío si la señora había pasado por ahí, pues ese era el único
camino y además los perros le ladraban a quién pasaba, pero nadie había sentido a
alguien. Al contarle la historia a su tío y primos ellos le dijeron que esa era la viuda
pues sus características eran idénticas y ella ya había sido observada por ahí, pero le
dijeron que no se lo llevo gracias a la linterna que tenía o sino de lo contrario él hubiera
desaparecido.

Isabel Sofía Botero Ortiz 10-1

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