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Tailee Sobrino

Taller 4

El proyecto social cubano. Esencia y actualidad. Papel del C.S en la


salvaguarda de la ideología de la revolución cubana.

Proyecto social cubano:

El término proyecto designa el pensamiento de hacer algo y la idea de cómo hacerlo.


A nivel social el objeto de cualquier proyecto lo constituye la sociedad misma.

Los proyectos sociales están en gran medida condicionados por los objetivos y
propósitos conscientes que se plantean los hombres en el ejercicio de
transformación de la realidad social, pero igual que estos propósitos tienen que partir
de un análisis objetivo de la realidad material, tienen que concretarse en la realidad
para contribuir a su transformación.

La mayoría de estos proyectos sociales se busca promover y modificar los campos


vinculados con la educación, la vivienda, la salud o el empleo entre otros sectores

Todo proyecto social tiene como objetivo buscar el equilibrio entre aquellos
elementos que permiten equilibrar los factores de mayor complejidad
socioeconómicos que provocan fragilidad social.

Esencia y actualidad

Génesis del proyecto cubano:

La comprensión de la génesis del proyecto sociopolítico cubano precisa del análisis


de las relaciones económico-sociales y del sistema de contradicciones que a éstas
acompañan en las épocas históricas fundamentales vinculadas al triunfo
revolucionario de 1959.

El primer elemento de injusticia social que de algún modo incide en la formación de


una cultura de resistencia y rebeldía en Cuba está vinculado al fenómeno de la
conquista y la colonización de la isla por parte de España y a los métodos y
mecanismos feroces, empleados por los españoles, para obtener más ganancias, lo
cual trajo consigo un acto tan inhumano como la exterminación de la población
indígena autóctona del país.

Por otra parte, junto al exterminio de la población se agotaron también sus depósitos
de oro y la importancia económica de la misma disminuyó sensiblemente,
afrontándose el peligro de que ya a mediados del siglo XVI Cuba se convirtiese en
una tierra baldía e inhabitada.

El monopolio tradicionalmente impuesto por España a Cuba era la fuente directa de


la lucha de los cubanos contra el absolutismo feudal español. Al interior de la
sociedad cubana ello se expresaba en las contradicciones entre amos y esclavos,
entre españoles y criollos. La necesidad de desarrollo autóctono es vinculada a la
independencia, a la emancipación del negro y a la justicia social.

La época de la colonia significó no solo un gran estancamiento económico para


Cuba y la subordinación de sus intereses a los de España, sino también la
explotación de sus hijos, la humillación y el maltrato.

La intromisión imperialista en la isla de Cuba y la implantación del régimen


neocolonial lejos de resolver los problemas engendrados por la colonia los
profundizó, de ello dan cuenta las siguientes palabras de Guiteras: “... Cuba no es
nación aún, porque carece de aquella unidad funcional en su economía, necesaria
para presentarse como un todo, para bastarse a sí mismo. En una palabra, Cuba
permanece en estado colonial. Supeditada al capital extranjero, la estructura
económica cubana es un aparato que no sirve a necesidades colectivas de dentro,
sino a rendimientos calculados por y para los de fuera, pues la coordinación de las
fuerzas productivas cubanas se ofrece como la primera trinchera a conquistar, desde
que en el espíritu colectivo surge intenso y preciso el apetito de gozar autonomía
nacional y el ambiente físico-social brinda los materiales adecuados para elaborar el
andamiaje económico que ha de sustentar aquella autonomía...”

En esas condiciones la lucha entre los campesinos pobres y los latifundistas, la


lucha entre los obreros y los patrones, y la lucha por la igualdad racial, eran parte de
la lucha antimperialista, pues la necesidad de desarrollo autóctono, de conformación
total de la nación cubana, dependía de la solución de la contradicción nación cubana
vs imperialismo yanqui.
La opción socialista en Cuba era la opción lógica para resolver los problemas que
aquejaban a los cubanos, para resolver los problemas que plantease Fidel Castro en
1953: “Cuba con una población de cinco millones y medio de habitantes, tiene más
desocupados que Francia e Italia. El 90% de los niños del campo está devorado por
parásitos. Escuelas técnicas y de artes en Cuba no pasan de seis y los muchachos
salen con títulos sin tener donde emplearse. Cuatrocientas mil familias viven
hacinadas, sin las más elementales condiciones de higiene y salud. Dos millones
doscientas mil personas de nuestra población urbana paga alquileres que absorben
entre un quinto y un tercio de sus ingresos y dos millones ochocientas mil de nuestra
población rural y suburbana, carecen de luz eléctrica. Cuba sigue siendo una
factoría productora de materia prima. Se exporta azúcar para importar caramelos, se
exportan cueros para importar zapatos, se exporta hierro para importar arados. El
85% de los pequeños agricultores cubanos está pagando renta y vive bajo la
perenne amenaza del desalojo de sus parcelas. Más de la mitad de las mejores
tierras de producción cultivadas, está en manos extranjeras...”

En las ideas expresadas anteriormente se evidencia esencialmente el


condicionamiento genético para una revolución social en Cuba: la dependencia,
injusticia y enajenación social de las masas oprimidas de la nación cubana bajo las
condiciones del sistema colonial y neocolonial capitalista. El carácter socialista que
asume la revolución cubana obedece además a factores como la vocación socialista
de los líderes cubanos y su convicción en una fórmula que aseguraba el desarrollo
del país, la intolerancia norteamericana a todo lo que fuera una alternativa al modelo
capitalista que ellos recetaban para el tercer mundo y el carácter agresivo y belicista
que se derivó de la misma, así como la ayuda y cooperación soviética.

Sin embargo, las condiciones históricas del país demuestran que el camino al
socialismo ha sido muy difícil y que hemos alcanzado un proyecto social de
avanzada.

Nuestro proyecto de sociedad ha sido definido como el Proyecto Social Socialista


Cubano, pero, ¿Por qué Socialista? En primer lugar el Socialismo fue resultado en
Cuba del propio desarrollo histórico natural de la sociedad, si tenemos en cuenta
que el propio sistema de contradicciones que actuaba en la sociedad cubana llevó a
que la Revolución desencadenara necesariamente, en Socialista, a esto condujo
además las características de la época histórica en que se desarrolla y la coyuntura
internacional en la cual triunfa, y por supuesto, la cabal comprensión por parte de los
dirigentes, de que el Socialismo constituía la única solución para nuestros
principales problemas.

Es parte de la obra de la obra Revolución haber logrado la vinculación de la historia


nacional al progreso como tendencia, haber desarrollado un amplio proceso de
dignificación humana que ha conducido a la modificación de la identidad psicosocial
del cubano, que es hoy más reflexivo, participativo y orgulloso, se han desarrollado
profundos procesos integrativos a nivel social.

El carácter socialista de nuestro proyecto está sustentado en las ideas del


Marxismo- Leninismo entendido este no sólo como el de Marx, Engels y Lenin, sino
enriquecido con todo lo que el pensamiento de los marxistas que le continuaron le
ha aportado, el que se articula con lo mejor del pensamiento revolucionario cubano,
con especial significado en la figura de José Martí como síntesis de ese
pensamiento en el Siglo XIX, fuente de formación ideológica y camino para acceder
a Marx, Engels y Lenin y figuras relevantes desde Julio Antonio Mella hasta Fidel
Castro.

En este sentido, un lugar primordial corresponde al Che, quien desde su


incorporación a la lucha revolucionaria en Cuba proclamó y demostró su adhesión a
estas ideas y se manifestó en todo momento como marxista y martiano, creador y
conocedor profundo de la realidad de Cuba y Latinoamérica, y convencido de la
necesidad y posibilidad de adecuar la teoría a dicha realidad.

Actualidad del proyecto social cubano:

El Proyecto Social Cubano nace en función de consolidar el papel del pueblo como
sujeto histórico y la búsqueda del desarrollo, no solo desde el ámbito económico,
“sino cultural y humano, que conduzca a la libertad, la independencia y el progreso
social, sobre la base de la preservación de la identidad nacional y la afirmación de
su personalidad cultural, en tanto alma de la nación y premisa de la dignidad
nacional” (Pupo, 2005: 3) lo cual se constituye entonces en condición inherente del
mismo.
El Proyecto Social Cubano orientado a la creación de condiciones de bienestar de la
población, que conlleva paralelamente a la construcción e interiorización de la
necesidad de un nuevo sujeto social, consciente, comprometido y partícipe de la
apropiación activa y transformadora de la realidad social, nos plantea lo
imprescindible de la “dimensión ética en la formación de los hombres y mujeres que
lideran los procesos de transformación, que conciban la organización de la
participación como un proyecto en el cual las personas son también transformadas
como condición de un cambio social” (Martínez, s/a: 5).

Ejemplo de ello, lo constituyen las diferentes medidas (Leyes de Reforma Agraria,


Ley de Reforma Urbana, Campaña de Alfabetización, nacionalizaciones, creación de
nuevos empleos, plan de becas, reinserción social de las prostitutas y de la mujer de
forma general y tantas otras), que llevó a cabo la dirección revolucionaria para
comenzar a erradicar los males en todas las esferas de la vida social dejados por la
pseudorrepública, y crear las condiciones para satisfacer las necesidades de la
población, rescatando su dignidad como seres humanos. Esto se concreta en el
lugar social organizador que ocupa la propiedad social, recogiendo “la orientación
personal de los planes para la vida, tanto en sus fines como en sus medios” (Limia,
1997: 13).

El nacimiento de nuevas entidades, organizaciones e instituciones se convierte en


otra de las vías a través de las cuales se materializaron los fines del proyecto social.

El transcurso de los años demostró como los principales triunfos y a su vez errores
cometidos tuvieron como colofón la década del 90, considerada por muchos
parteaguas (Espina, s/a: 11) de obligada consulta en la comprensión de la realidad
cubana. El camino no estaba libre de obstáculos, había que prepararse “para
convertir los conflictos en desafíos que enriquecen y contribuyen al crecimiento de
aquellos que los enfrentan” (Martínez, s/a: 3). La sociedad en estos años se vio
sometida a profundas transformaciones cuyas causas fundamentales partieron de
eventos trascendentales desde los cuales se desató la polémica crisis de los 90.

En la contrapartida interna, crisis y reforma se convierten en caras de una misma


moneda. Portadoras de un “escenario de reestratificación social, de expansión de
desigualdades en los ámbitos más diversos”, (Espina, 2011: 11) se altera la
conexión que desde una posición socialista había legitimado igualdad para los
diferentes grupos sociales con anterioridad.

la sociedad cubana se enfrentó a la caída económica que supuso la nueva realidad,


desde donde al dispararse las expectativas individuales unido al debilitamiento de
procesos sociales como la participación y la socialización, se ve afectada la
conciencia colectiva que se había venido construyendo.

Reorientar su accionar en un esfuerzo por no ver degradada la proyección


humanista que le es inherente, la dirección del país se enfrenta a su propio reflejo
minado de aquellas “estructuras verticalistas que marcaban el camino a seguir y ello
limitaba el desarrollo de iniciativas populares acostumbrando a la gente a “hacer lo
que venía de arriba”, lo cual limitó el desarrollo de la iniciativa individual y colectiva
en la solución de muchos problemas”

Partiendo de la economía, la reforma trajo consigo un conjunto de medidas


necesarias, entre las que se destacan: desarrollo del proceso de inversión del capital
extranjero, incremento del turismo internacional, despenalización del dólar,
ampliación del trabajo por cuenta propia legalizando nuevas figuras y actividades;
creación de las UBPC; entre otras, encaminadas a intentar solucionar los nuevos
problemas y necesidades que habían aparecido en la etapa y los que se arrastraban
de las anteriores. En la medida en que la economía se hizo más heterogénea, el
sistema menos equitativo, provocando un incremento de las desigualdades en el
acceso a bienes de consumo y servicios.

Sin embargo, no será solo la economía el sector afectado, en correspondencia


comienza un proceso desde donde se modifica y diversifica la escala de valores de
los grupos sociales, esto vendría a influir negativamente en la relación hombre-
hombre, hombre-colectivo, hombre-sociedad en lo referente a la puesta en práctica
de valores universales y los esenciales del modelo social en construcción.

La cubanía del proyecto ha de manifestarse en la adaptación creadora de las


principales leyes y principios del marxismo a las condiciones específicas de nuestro
país a partir de factores tales como:

El nivel de desarrollo económico-socio político y espiritual que se tenía al iniciar la


construcción del Socialismo.
Nuestras tradiciones, historia e idiosincrasia.

La situación geográfica y los recursos con que contamos.

La cambiante coyuntura histórica en que se ha desarrollado y se desarrolla este


proceso de construcción de la nueva sociedad.

Lo cubano en el proyecto social lo aportan las ideas de las más importantes


pensadores cubanos y latinoamericanos en su interpretación de nuestra realidad, en
especial José Martí (1853-1895), quien comprendió que cada época traía sus
problemas y gestaba sus soluciones oportunas, sin embargo, no se puede
desconocer que el camino que sigue hoy Cuba tiene una comunicación fecunda con
el ideario de nuestro héroe nacional.

Resultado de nuestro proyecto social Cuba se halla en condiciones, de mostrar


resultados científicos propios de países desarrollados, en esta área, la industria de
medicamento nacional es capaz de producir medicinas y fármacos de primera línea
a nivel mundial, productos tales como el Heberprot-P, creación de varios tipos de
interferones, desarrollo de una vacuna para el combate del cáncer de pulmón entre
otros productos.

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