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El segundo dictamen forense —que analiza las imágenes de la exploración médica del
cadáver, pruebas diagnósticas y conclusiones— señala que el cuerpo de Debanhi Escobar
presentaba signos de violencia sexual. Un dato que no mencionó ni analizó la primera
autopsia. Tampoco lo informó la Fiscalía, que cuenta con el estudio independiente, solicitado
por la familia Escobar, desde el 2 de mayo. “El cuerpo presenta huellas de una relación sexual
vaginal, violenta y reciente”, explica el texto. “Esto se deduce por haber encontrado
equimosis violáceas y hematomas” en la zona exterior de los genitales.
El forense concluye que la joven falleció antes de que su cuerpo fuera introducido o arrojado
al tanque de agua —no valora cómo llegó ahí—. Coincide con la primera necropsia en la
causa de la muerte, por profundos golpes en la cabeza, es decir, por una “hemorragia
intracraneal que provocó un choque neurogénico [daño al sistema nervioso] y este, un paro
respiratorio”. La lesión más grave, que le provocó la muerte, fue un duro impacto en la región
frontal derecha del cráneo. Pero la segunda autopsia va más allá.
Debanhi presentaba más lesiones en la cabeza y no solo una, como parecía sugerir la
conclusión de la primera autopsia que se hizo pública. “Equimosis violáceas en ambos lados
de la región frontal del cráneo, en párpados derechos e izquierdos, en el lado izquierdo de la
nariz, en ambos labios, arriba de la oreja derecha y la región retroauricular derecha”, señala el
documento. Según la manera de muerte que describe el doctor, “las contusiones
craneofaciales son de origen externo al cuerpo y por ser intensas, repetidas [en varias
ocasiones] y con diferentes ángulos de impacto, se deduce que fueron causadas por otra
persona y que se trata de una muerte violenta homicida”. El forense precisa que debió ser con
un “agente mecánico contundente”, es decir, no fue golpeada con un arma filosa.
Tampoco observa lesiones en el cuello, carótidas, ni en el hueso hioides, por lo que también
descarta la muerte por asfixia o estrangulamiento. Ni obstrucción de orificios respiratorios, ni
de las vías aéreas, ni de “compresión toracoabdominal, ni de enterramiento, ni de
confinamiento”, por tanto, descarta también la asfixia por sofocación.
Otra de las pruebas forenses que determinan que no se cayó, además de la causa de muerte
mencionada, es que no tenía ninguna fractura ni otras lesiones, además de las de la cabeza,
según las radiografías que le hicieron al cadáver. Sí se observa, no obstante, la fractura de una
uña —de acrílico color naranja— “en forma transversal al nivel de su parte media”.
La Fiscalía de Nuevo León cometió una serie de negligencias y errores durante la búsqueda
de Debanhi Escobar que provocaron la destitución de dos fiscales, el de Antisecuestros y el
de Personas Desaparecidas.