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Debanhi susana Escobar Bazaldúa, era la única hija de mario escobar y dolores

bazaldua vivía junto su familia en monterrey,nuevo león,méxico, según sus amigos


la describen como una persona alegre, extrovertida, carismática y divertida.
La chica, que desapareció el 9 de abril y cuyo cadáver fue hallado casi dos semanas después
en la cisterna de un motel a las afueras de Monterrey, fue golpeada varias veces con un
“agente contundente” en la cabeza y murió antes de llegar al tanque de agua. “Se trata de una
muerte violenta homicida”, concluye el texto. Y el cadáver presentó “huellas de una relación
sexual violenta”. El caso Debanhi se ha convertido en un símbolo de las desapariciones y
asesinatos de mujeres en México y ha abierto profundas grietas en un sistema de justicia
colapsado.
La Fiscalía integró esta información en la carpeta de investigación, aunque los detalles sobre
su muerte no habían sido revelados hasta ahora. La ausencia de información oficial permitió
justificar la hipótesis de que Debanhi se había caído sola a ese tanque de agua. Mientras la
familia Escobar enterraba a su única hija, surgían más dudas que certezas. Fue entonces
cuando su padre, Mario Escobar, solicitó una segunda autopsia —con fecha del 25 de abril—
y posteriormente la entregó a las autoridades.

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El segundo dictamen forense —que analiza las imágenes de la exploración médica del
cadáver, pruebas diagnósticas y conclusiones— señala que el cuerpo de Debanhi Escobar
presentaba signos de violencia sexual. Un dato que no mencionó ni analizó la primera
autopsia. Tampoco lo informó la Fiscalía, que cuenta con el estudio independiente, solicitado
por la familia Escobar, desde el 2 de mayo. “El cuerpo presenta huellas de una relación sexual
vaginal, violenta y reciente”, explica el texto. “Esto se deduce por haber encontrado
equimosis violáceas y hematomas” en la zona exterior de los genitales.

El forense concluye que la joven falleció antes de que su cuerpo fuera introducido o arrojado
al tanque de agua —no valora cómo llegó ahí—. Coincide con la primera necropsia en la
causa de la muerte, por profundos golpes en la cabeza, es decir, por una “hemorragia
intracraneal que provocó un choque neurogénico [daño al sistema nervioso] y este, un paro
respiratorio”. La lesión más grave, que le provocó la muerte, fue un duro impacto en la región
frontal derecha del cráneo. Pero la segunda autopsia va más allá.

Debanhi presentaba más lesiones en la cabeza y no solo una, como parecía sugerir la
conclusión de la primera autopsia que se hizo pública. “Equimosis violáceas en ambos lados
de la región frontal del cráneo, en párpados derechos e izquierdos, en el lado izquierdo de la
nariz, en ambos labios, arriba de la oreja derecha y la región retroauricular derecha”, señala el
documento. Según la manera de muerte que describe el doctor, “las contusiones
craneofaciales son de origen externo al cuerpo y por ser intensas, repetidas [en varias
ocasiones] y con diferentes ángulos de impacto, se deduce que fueron causadas por otra
persona y que se trata de una muerte violenta homicida”. El forense precisa que debió ser con
un “agente mecánico contundente”, es decir, no fue golpeada con un arma filosa.

La joven no murió ahogada. La cisterna contaba con una profundidad de agua de 90


centímetros, según mencionaron las autoridades en una rueda de prensa. Aunque el médico
forense señala en el segundo dictamen que debió estar en una línea de flotación, boca abajo,
pues la parte posterior de su cuerpo se muestra “obscura y deshidratada”, con respecto al
análisis de la parte frontal, que se encuentra “reblandecida” por el agua. Pero no se encontró
“líquido en el interior de la tráquea y de los bronquios”, de manera que el forense descarta la
muerte por ahogamiento. Y apunta: “Ya se encontraba sin vida al momento de entrar al agua
del lugar donde fue encontrado el cuerpo”.

Tampoco observa lesiones en el cuello, carótidas, ni en el hueso hioides, por lo que también
descarta la muerte por asfixia o estrangulamiento. Ni obstrucción de orificios respiratorios, ni
de las vías aéreas, ni de “compresión toracoabdominal, ni de enterramiento, ni de
confinamiento”, por tanto, descarta también la asfixia por sofocación.

Otra de las pruebas forenses que determinan que no se cayó, además de la causa de muerte
mencionada, es que no tenía ninguna fractura ni otras lesiones, además de las de la cabeza,
según las radiografías que le hicieron al cadáver. Sí se observa, no obstante, la fractura de una
uña —de acrílico color naranja— “en forma transversal al nivel de su parte media”.

Debanhi se encontraba descalza, con calcetines, y con el torso parcialmente desnudo.


“Presenta blusa blanca sin mangas, deslizada hacia el cuello por fuera de la extremidad
superior derecha [brazo derecho] y por el lado izquierdo, deslizada hasta la axila izquierda
por dentro de la extremidad superior izquierda [brazo izquierdo]”, apunta el informe.

Los silencios de la Fiscalía


Mario Escobar denunció públicamente la hipótesis del accidente que presentaron las
autoridades poco después del hallazgo del cadáver. Y no ha dejado de insistir públicamente
en que su hija fue “asesinada”. Pero los indicios del dictamen forense que apuntaban al
feminicidio no habían sido revelados.
La joven desapareció el 9 de abril, poco después del hallazgo del cadáver de otra mujer, el de
María Fernanda Contreras, de 27 años. Los dos casos, sumados a las decenas de
desapariciones de mujeres en el Estado, abrieron una profunda crisis que trata de contener la
Fiscalía a marchas forzadas. Una tragedia que ha acorralado al gobernador Samuel García,
que tomó posesión del cargo en octubre del año pasado y que ha provocado un clima de
indignación nacional. Los colectivos feministas llegaron a incendiar la sede del Gobierno
estatal y presionan para que las autoridades resuelvan no solo el caso de Debanhi, sino el de
Yolanda Martínez —desaparecida el 31 de marzo y hallada muerta el domingo— y otras 57
que desaparecieron este año y que todavía no han localizado. En total, en la entidad, hay más
de 1.799 mujeres desaparecidas, según el Registro Nacional de Búsqueda.

La Fiscalía de Nuevo León cometió una serie de negligencias y errores durante la búsqueda
de Debanhi Escobar que provocaron la destitución de dos fiscales, el de Antisecuestros y el
de Personas Desaparecidas.

La Fiscalía de Feminicidios, encabezada por Griselda Núñez, ha mostrado algunas imágenes


de Debanhi en el recinto. Un vídeo en el que se observa cómo la joven entra corriendo al
motel y otro en el que se la observa, a las 4.54, asomarse a un restaurante abandonado, cerca
de la zona de la piscina y la cisterna, donde se halló su cadáver. La última pista que ha
mencionado la fiscal es la de un coche que se estaciona en la puerta del motel y al que se sube
un hombre, unos 45 minutos después de que las cámaras captaran por última vez a Debanhi.
Las autoridades han informado de que han “asegurado” cinco vehículos más que ingresaron
al establecimiento esa madrugada. Y esta semana han registrado dos veces la habitación 174
del motel buscando rastro de ADN de la joven, a petición del padre. No han proporcionado
más información..

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