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COLEGIO RAFAEL URIBE URIBE IED

FILOSOFIA TERCER PERIODO: ESTETICA FILOSOFICA

GUIA 1: GENERALIDADES

En su definición más general, la estética es la rama de la filosofía que se ocupa de las percepciones y sensaciones
que abarca el dominio completo de los fenómenos en cuanto provocan éstas, por su forma o su modo de
presentársenos, nuestros sentimientos y, por tanto, juicios de agrado o desagrado. Por lo mismo, todo aquello que no
referimos a nuestras sensaciones de placer o displacer, es cosa que cae fuera del contenido estético, perteneciendo a otras
disciplinas filosóficas.

Ya es antigua la división del espíritu humano en las tres potencias del sentir, del pensar o conocer y del querer o
apetecer (la sensación elevada a percepción espiritual se convierte, por eficacia activa, en representación, vida de la
fantasía; es agradable o desagradable). Llamamos bella a aquella forma en que todo se cumple para puro agrado,
resultando que es lo bello nuestro fin, y su opuesto, aquello que nos repugna.

La estética estudia el modo y manera de las percepciones, sensaciones y representaciones humanas, indaga por el
efecto que los fenómenos, según su forma y esencia producen sobre la sensibilidad e imaginación humanas, los cuales
pueden descifrarse como representaciones de belleza, fealdad, sublimidad, etc., procurando también alcanzar el saber de
por qué nos gusta algo. Además de esto nos lleva a examinar la actividad de la fantasía y la manifestación de la facultad
estética en su objetivo privilegiado, la obra de arte.

El hombre, con las facultades que lo hacen tal (inteligencia, voluntad, conciencia, memoria, imaginación, sensibilidad
y sentimientos), se halla colocado en el mundo que obra sobre él y sobre aquellas facultades. Los sentidos son los que le
sirven de intermediario entre el mundo y su propia esencia corpóreo-anímica. Distinguimos en los sentidos el tacto, el gusto,
el olfato, el oído y la vista.

Lo bello es la forma de representación que responde a las leyes propias de nuestra sensibilidad (es, por tanto, una
conformidad a las leyes que armonizan con regularidad intima de nuestro yo). Pero, ¿Cuáles son las leyes fundamentales
de la percepción por lo que respecta a lo bello y lo feo? Cierto es que el sujeto debe aprender algo por los sentidos. El
objeto aprendido debe tener cierta fuerza o magnitud, esto es, una significación que, no obstante, no es univoca, a
diferencia de lo que ocurre en el caso del conocimiento científico. Así, por ejemplo, un poema es susceptible de múltiples
interpretaciones, lo cual redunda en una mayor estima de su calidad en tanto obra de arte; mientras que un texto de carácter
científico o técnico tiende a ser entendido de una manera uniforme por la comunidad de sus lectores.

ALEXANDER GOTTLIEB BAUMGARTEN

Nacido en Berlín en 1714 y muere en Francfort del Örder en 1764 nacionalidad alemana.
Baumgarten fue seguidor de Christian Wolff y de Gottfried Leibniz. En su trabajo Reflexiones filosóficas acerca de la
poesía (1735) introdujo por primera vez el término «estética», con lo cual designó la ciencia que trata del conocimiento
sensorial que llega a la aprehensión de lo bello y se expresa en las imágenes del arte, en contraposición a la lógica como
ciencia del saber cognitivo.
Sus escritos sobre la justificación estética representaron un punto de inflexión en la  gnoseología  hacia la
sensibilidad, valorada como fuente de conocimiento. Para Baumgarten, en la estética debe ofrecerse una forma de
acceso al mundo cognitivo capaz de transmitir conocimientos fiables análogos a la obra de la razón. Tal modo de
conocimiento, análogo al conocimiento racional (analogon rationis), debería surgir a través de las facultades
cognitivas inferiores —los sentidos—, sometidos a la razón por la epistemología leibniziano-wolffiana. En esto es
central que a los sentidos se les asigna su propio juicio: el gusto. Así, la poesía —y con ella la poética— se convirtió en un
medio de transmitir el conocimiento de manera sensorial o sensible.6
A los problemas del conocimiento sensorial consagró su trabajo inacabado Estética (vol. 1, 1750; vol. 2, 1758). Baumgarten
no es el fundador de la estética como ciencia, pero el término por él introducido en el campo filosófico respondía a
las necesidades de la investigación en esta esfera del saber, y alcanzó amplia difusión.
Se encuadró en el esquema filosófico de Wolff, el ordenador didáctico del pensamiento de Leibniz. En la división de los
temas, se inicia claramente en la gnoseología, para después derivar en la metafísica y la física, por último en la ética.
Tratando del conocimiento, y apreciando el conocimiento sensible, lo interpretó aún al modo de Descartes, como una
práctica inferior, al modo de idea confusa. En este plan de la sensibilidad, como una gnoseología inferior, trató de lo que
también denominó «estética». Baumgarten tiene el mérito de haber tratado por separado el sentimiento de la apreciación del
arte y de la belleza en general, aunque encuadrándolo como un conocimiento sensible. Creó el nombre de la disciplina
Estética, a partir del adjetivo griego aisthetike ('estético'), que surge del sustantivo aisthesis (= sensación) a través de la
construcción habitual «ciencia de la aisthesis» —es decir, del conocimiento sensible—. Usa por primera vez el término en su
obra de 1735, haciéndolo título de un libro en 1750. Sobre el arte estableció que el mismo resulta de la actividad intelectual y
también de la sensitiva; por eso la noción de belleza no es una idea clara y distinta, como puede acontecer con las ideas
mentales, sino que se trata de una idea confusa. Desde el siglo XVIII —esto es: desde Baumgarten—, ganó espacio la
concepción subjetiva de la belleza, como algo resultante de la obra del hombre, ya no siendo simplemente una propiedad
objetiva de las cosas. Para la ontología tradicional, la belleza es, por el contrario, una propiedad objetiva del ente, en cuanto
es visto como perfección.

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