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Siglo de Oro

¿Qué fue el Siglo de Oro?


En la historia del arte y la literatura, se conoce
como Siglo de Oro español al período de
producción artística comprendido entre el
comienzo del siglo XVI y finales del siglo XVII.
ES considerado generalmente como el punto más
elevado de la tradición literaria de España. Muchos
de los autores clásicos más fundamentales de la
lengua española pertenecieron a este período
histórico.
Usualmente se toma como inicio del Siglo de Oro la
publicación de la Gramática castellana de Antonio
de Nebrija en 1492, evento significativo a la luz de
la venidera unificación política de España bajo el
mando castellano.
Su final está marcado por la muerte de uno de sus más
grandes exponentes, Pedro Calderón de la Barca, en 1681.
La expresión “siglo de oro” surgió posteriormente, a mediados
del siglo XVIII, en la obra sobre poesía castellana de Velásquez
de Velasco, perteneciente a la Real Academia Española. Se
popularizó durante el siglo XIX, en parte gracias al
estadounidense George Ticknor, destacado hispanista de la
Universidad de Harvard. La frase fue tomada de un poema de
Lope de Vega, titulado justamente “El Siglo de oro”.
Tradicionalmente, el Siglo de Oro se clasifica en dos períodos
estéticos: el renacentista, que giró en torno al Concilio de
Trento; y el Barroco, que lo hizo en torno a la Contrarreforma.
Sin embargo, hay estudiosos que lo subdividen más bien en
cuatro grandes etapas o movimientos de rasgos estéticos
comunes: el renacimiento (1530-1580), el manierismo (1570-
1600), el barroco (1600-1630) y el barroquismo (1630-1670).
Contexto histórico del Siglo de Oro
El Siglo de Oro da sus primeros pasos en el lapso entre
el fin del Medioevo y el inicio del Renacimiento, en el
siglo XV, una época signada por grandes cambios en
la cultura europea: los inicios del pensamiento
secular y científico, la caída de Constantinopla a
manos de los turcos y con ella los restos últimos del
Imperio Romano, la invención de la imprenta y,
posteriormente, el inicio de la Reforma protestante.
España no jugó un papel de vanguardia en ninguno
de estos asuntos, dado que se hallaba inmersa desde
el siglo VII en la reconquista de la Península Ibérica
de manos de los musulmanes. Esa reconquista se
completó en 1492, tras la conquista del Reino de
Granada.
Además, la unión en 1469 de los reinos de Castilla y Aragón, con el matrimonio de Isabel “la católica” y Fernando de
Aragón, cimentó el proceso de unificación política y territorial de España, pero también religiosa: los judíos que no
se convirtieran al cristianismo fueron expulsados en 1492. En ese mismo año se produjo el “descubrimiento” del
continente americano, preludio a su conquista, colonización y evangelización.
En los siglos venideros, España jugó el papel de gran bastión católico en el mundo, de la mano del surgimiento de
su vasto imperio ultramarino.
El llamado Siglo de Oro coincidió en España con el
reinado de la dinastía de los Austrias.
El reinado de los dos primeros reyes de esta
dinastía, Carlos I y Felipe II, fue un período de
expansión de los territorios bajo el dominio del
Imperio español, el cual en su momento de
máxima extensión, llegó a abarcar la península Las inmensas cantidades de metales preciosos que
Ibérica, gran parte de América, las Filipinas, llegaban de América favorecieron el surgimiento de
algunas regiones del norte de África, los Países mecenas entre la aristocracia y el alto clero español.
Bajos, el Milanesado y el sur de Italia, incluida Además, todos los reyes de esta dinastía, incluso los
Sicilia. últimos, conocidos como «los Austrias menores» fueron
amantes de las artes, coleccionistas y mecenas que
generaron en la corte un ambiente favorable para el
desarrollo de la literatura y las artes.
A partir del reinado de Felipe III (1598-1621),
comenzó una etapa de decadencia en lo político y
económico que se agudizó a causa de las
continuas guerras llevadas adelante por Felipe IV
(1621-1665), como la guerra de los 30 Años y la
guerra franco-española.
Durante este período comenzó la desintegración
territorial del imperio y se inició una grave crisis
económica, social y política. La muerte de Carlos II,
en 1700 y sin herederos, tuvo como consecuencia
un cambio dinástico y de esta manera comenzó en
España el reinado de la dinastía de los borbones.
Autores y obras principales del Siglo de Oro
En la historia del arte y la literatura, se conoce
como Siglo de Oro español al período de
producción artística comprendido entre el
comienzo del siglo XVI y finales del siglo XVII.
ES considerado generalmente como el punto más
elevado de la tradición literaria de España. Muchos
de los autores clásicos más fundamentales de la
lengua española pertenecieron a este período
histórico.
Usualmente se toma como inicio del Siglo de Oro la
publicación de la Gramática castellana de Antonio
de Nebrija en 1492, evento significativo a la luz de
la venidera unificación política de España bajo el
mando castellano.
Miguel de Cervantes (1547-1616), conocido como “el manco de Lepanto” por haber perdido una mano en la
batalla de ese nombre, es considerado el máximo exponente de la literatura en español, universalmente
célebre por haber escrito el Quijote, la primera novela moderna. Otras de sus obras más famosas fueron las
Novelas ejemplares, Los trabajos de Persiles y Segismunda y Viaje al Parnaso.
Fernando de Rojas (c. 1470-1541), es el autor de la conocida obra teatral La celestina, aunque también fue
pintor y sobre todo abogado: para sus contemporáneos fue un jurista destacado más que un literato.
Garcilaso de la Vega (c. 1498-1536), fue un poeta y militar español, cuya obra poética suele compararse
con la del italiano Petrarca, pues el autor renacentista habría influido en Garcilaso de la Vega durante la
estancia de este último en Nápoles, durante la Guerra italiana de 1536-1538.
Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), escritor e historiador nacido en Cuzco, actual Perú, se le considera el
primer “mestizo” tanto biológico como espiritual de la historia colonial hispanoamericana. Su obra figura
entre las más apreciadas en español del siglo XVI, y abarca tanto la prosa y la filosofía, como la poesía. Se
le apodaba “inca” para no confundirlo con Garcilaso de la Vega.
Literatura
España produjo en su edad clásica algunas estéticas y
géneros literarios característicos que fueron muy
influyentes en el desarrollo ulterior de la literatura
universal. Entre las estéticas, fue fundamental el
desarrollo de una realista y popularizante, tal como se
había venido fraguando durante toda la Edad Media
peninsular como contrapartida crítica al excesivo,
caballeresco y nobilizante idealismo del A esta vulgarización literaria corresponde una
Renacimiento: se crean así géneros tan naturalistas subsecuente vulgarización de los saberes
como el celestinesco (Tragicomedia de Calisto y humanísticos mediante los populares géneros de las
Melibea, Segunda Celestina, etc.), la novela picaresca misceláneas o silvas de varia lección, harto leídas y
(La vida de Lazarillo de Tormes, Guzmán de Alfarache, traducidas en toda Europa, y entre cuyos autores más
La vida del Buscón o Estebanillo González), o la importantes se encontraban Pedro Mejía, Luis Zapata
proteica novela polifónica moderna (Don Quijote de la o Antonio de Torquemada.
Mancha), que Cervantes definió como «escritura
desatada»
A esta tendencia anticlásica corresponde también
la fórmula de la comedia nueva creada por Lope
de Vega y divulgada a través de su Arte nuevo de
hacer comedias en este tiempo (1609): una
explosión inigualable de creatividad dramática
acompañó a Lope de Vega y sus discípulos (Juan
Ruiz de Alarcón, Tirso de Molina, Guillén de Castro,
Antonio Mira de Amescua, Luis Vélez de Guevara,
Juan Pérez de Montalbán, entre otros), que
quebrantaron como él las unidades aristotélicas
de acción, tiempo y lugar. Todos los autores
dramáticos de Europa acudieron luego al teatro
clásico español del Siglo de Oro en busca de
argumentos, una rica almoneda y cantera de
temas y estructuras modernas cuyo pulimento les
ofrecerá obras de carácter clásico.
Poesía
España experimentó una gran ola de italianismo que
invadió la literatura y las artes plásticas durante el
siglo xvi, lo que constituye uno de los rasgos de
identidad del Renacimiento: Garcilaso de la Vega, Juan
Boscán y Diego Hurtado de Mendoza introdujeron el
verso endecasílabo italiano y el estrofismo y los temas
del petrarquismo; Boscán escribió el manifiesto de la
nueva escuela en la Epístola a la duquesa de Soma y
tradujo El cortesano de Baltasar de Castiglione, ideal
del caballero renacentista, en perfecta prosa
castellana. Contra estos se levantó una corriente
nacionalista encabezada por el nostálgico Cristóbal de
Castillejo, residente en Viena, o Ambrosio Montesino,
partidarios ambos del octosílabo, de las coplas
castellanas y de la inspiración popular; todos eran, sin
En la segunda mitad del siglo xvi la tendencia italiana y la autóctona castellana coexistieron y se desarrolló la ascética y la mística,
alcanzándose cumbres como las que representan san Juan de la Cruz, santa Teresa de Jesús y Luis de León, entre muchas otras
que merecerían larga reseña; Ignacio de Loyola crea la Compañía de Jesús, que instruirá a grandes eruditos por toda Europa en
todos los órdenes del conocimiento y además fomentará el estudio de las lenguas clásicas. El petrarquismo siguió siendo cultivado
por autores como Fernando de Herrera, y un grupo de jóvenes nuevos autores comenzó a desarrollar un Romancero nuevo, a veces
de tema morisco: Lope de Vega, quien desarrollará además un culto casticismo a través de sus diversos cancioneros (Rimas, Rimas
sacras, La Circe, La Filomela, Rimas humanas y divinas...) Luis de Góngora y Miguel de Cervantes, entre otros; el mejor poema de
épica culta en español fue compuesto en esta época por Alonso de Ercilla: La Araucana, que narra la conquista de Chile por los
españoles. En 1584, año de publicación de La Araucana, Francisco Hernández Blasco dio a luz otro extenso poema épico en
estancias de asunto evangélico, la Universal redención, que tendría numerosas ediciones posteriores y notable éxito.
Teatro
En el Siglo de Oro el «monstruo de naturaleza»,20​
como lo llamó Cervantes, fue Lope de Vega,
también conocido como «el Fénix de los Ingenios»,
autor de más de cuatrocientas obras teatrales, así
como de novelas, poemas épicos, narrativos y
varias colecciones de poesía lírica profana,
religiosa y humorística. Lope destacó como
consumado maestro del soneto. Su aportación al
teatro universal fue principalmente una
portentosa imaginación, de la que se
aprovecharon sus contemporáneos, sucesores
españoles y europeos extrayendo temas,
argumentos, motivos y toda suerte de inspiración.
Su teatro, polimétrico, rompe con las unidades de
acción, lugar, tiempo, y también con la de estilo,
mezclando lo trágico con lo cómico. Expuso su
peculiar arte dramático en su Arte nuevo de hacer
comedias en este tiempo (1609). Flexibilizó las
normas clasicistas del aristotelismo para
adecuarse a su tiempo y abrió con ello las puertas
a la renovación del arte dramático. También creó
Junto a él, destacan sus discípulos Guillén de Castro, que prescinde del
el molde de la llamada comedia de capa y espada.
personaje cómico del gracioso y elabora grandes dramas caballerescos
En comedia palatina, fue el autor que más recurrió sobre el honor junto a comedias de infelicidad conyugal o tragedias en las
a la ambientación en el Reino de Hungría, recurso que se trata el tiranicidio; Juan Ruiz de Alarcón, que aportó su gran
que se convertiría en frecuente en la literatura de sentido ético de crítica de los defectos sociales y una gran maestría en la
la época. El ciclo de comedias húngaras de Lope caracterización de los personajes; Luis Vélez de Guevara, al que se le
consta de alrededor de veinte obras. daban muy bien los grandes dramas históricos y de honor; Antonio Mira
de Amescua, muy culto y fecundo en ideas filosóficas, y Tirso de Molina,
maestro en el arte de complicar diabólicamente la trama y crear
caracteres como el de Don Juan en El burlador de Sevilla y convidado de
piedra.
Prosa
La prosa en el Siglo de Oro ostenta géneros y
autores que han pasado a la historia de la
literatura universal. La conquista de América dio
lugar al género de las Crónicas, entre las que
podemos encontrar algunas obras maestras, como
las de Bartolomé de las Casas, el Inca Garcilaso de
la Vega, Bernal Díaz del Castillo, Antonio de
Herrera y Tordesillas y Antonio de Solís. También
son espléndidas algunas autobiografías de
soldados, como las de Alonso de Contreras o Diego
Duque de Estrada.
La primera obra maestra fue sin duda La Celestina,
pieza teatral irrepresentable y originalísima obra de
un desconocido autor y de Fernando de Rojas, que,
junto a sus continuaciones por parte de otros autores
(el llamado género celestinesco) o sus imitaciones
libres (entre ellas la portentosa La Lozana andaluza
(1528), obra maestra de Francisco Delicado) marcó
para siempre el Realismo en una parte esencial de la
literatura española, cuya riqueza abona también
ficciones caballerescas tan maravillosas y fantásticas
como los libros de caballerías, menos leídos en la
actualidad de lo que merecen, habida cuenta de que
figuran entre sus piezas más destacadas novelas
como Tirante el Blanco, escrita en valenciano,
Amadís de Gaula o el Palmerín de Inglaterra; un autor
característico del género fue Feliciano de Silva.
Filosofía
La filosofía del Siglo de Oro español abarca todo el
pensamiento que va desde el primer humanismo
hasta la instauración del racionalismo en el siglo
xviii. A pesar de que en España convivían tres
religiones (el judaísmo, el cristianismo y el islam),
es cierto que se desarrolló una filosofía que
llegaría a culminar en el período Barroco. De este
modo, la filosofía del Siglo de Oro se divide en dos
apartados: la del Renacimiento y la del Barroco.
Durante el Renacimiento, encontramos al primer gran humanista de España, Antonio de Nebrija, con su gramática española. Nebrija
consiguió crear las primeras reglas de la lengua que luego tanta difusión tendrían con la posterior fundación de la Real Academia
Española (1713). Por otra parte, el gran mecenas durante el humanismo fue el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, quien puso su
empeño en reformar las costumbres clericales. En 1499 fundó la Universidad de Alcalá de Henares, que superó en prestigio e influencia a
todas las demás excepto la de Salamanca, su mayor rival.Carlos I defendió las nuevas teorías de Erasmo de Róterdam y la nueva corriente
humanista. Fiel seguidor del erasmismo fue Juan Luis Vives. Se convirtió en un reformador de la educación europea y en un filósofo
moralista de talla universal, proponiendo el estudio de las obras de Aristóteles en su lengua original y adaptando sus libros destinados al
estudio del latín a los estudiantes; substituyó los textos medievales por otros nuevos, con un vocabulario adaptado a su época y al modo
de hablar del momento e hizo los primeros aportes a una ciencia en germen, la psicología.
Hay que citar también a Juan Bautista Maíno
Pintura (pintor de alegorías políticas) Claudio Coello, Juan
En las artes plásticas destaca la pintura. A una primera fase
Carreño de Miranda, el florentino Vicente
corresponden Pedro Berruguete, Pedro Machuca, Luis de Carducho, el retratista Juan Pantoja de la Cruz,
Morales, los leonardescos Juan de Juanes y Fernando Yáñez Luis Tristán (uno de los escasos discípulos del
de la Almedina. A la segunda, Juan Fernández de Navarrete, Greco, que añade al estilo del maestro elementos
Alonso Sánchez Coello y El Greco, principal exponente del naturalistas), Juan Bautista Martínez del Mazo,
manierismo pictórico en Castilla. Pedro Orrente, Bartolomé González y Serrano, el
Al Barroco pertenecen Diego Velázquez, pintor de complejas cartujo Juan Sánchez Cotán(famoso por sus
composiciones intelectualizadas que ahonda en el misterio
místicos bodegones), Eugenio Cajés, Antonio
de la cruda e intensa luz y la perspectiva aérea; los
Pereda; Mateo Cerezo, el paisajista Francisco
tenebristas caravaggiescos Francisco de Zurbarán (gran
Collantes, Juan Antonio Frías y Escalante, José
pintor de frailes y bodegones), Francisco Ribalta y José de
Ribera; en Sevilla cabe salientar a Francisco Herrera el Viejo y Antolínez, el aragonés Jusepe Martínez y otros
Francisco Herrera el Mozo, Bartolomé Esteban Murillo y Juan muchos.
de Valdés Leal; mientras que en Córdoba destaca Antonio del
Castillo y en Granada Alonso Cano.
Escultura
En lo tocante a escultura tenemos ya en el
Prerrenacimiento y primeros años del siglo xvi las
figuras extranjeras que trabajaron en España:
Domenico Fancelli, Pietro Torrigiano y Jacopo
Florentino. La primera generación de escultores
españoles del Renacimiento en Castilla estuvo
compuesta por Vasco de la Zarza (trascoro de la
catedral de Ávila), Felipe Vigarny (retablo mayor
de la catedral de Toledo), Bartolomé Ordóñez
(sillería del coro de la catedral de Barcelona) y
Diego de Siloé (sepulcro de don Alonso de Fonseca
y Acevedo en el Convento de las Úrsulas de
Salamanca);
en la Corona de Aragón destaca el trabajo de Damián Forment (retablo mayor de la Basílica del
Pilar, 1509 y del monasterio de Poblet, 1527), Gil Morlanes el Viejo (portada de la iglesia de Santa
Engracia de Zaragoza) y Gabriel Yoly, que talló en madera sin policromar el retablo mayor de la
catedral de Teruel en 1536.
En el manierismo hay que nombrar por supuesto el correlato de la ascética y la mística de la
segunda mitad del siglo xvi. El gran Alonso Berruguete, el gallego Gregorio Fernández , los
escultores clasicistas italianos Leone Leoni y su hijo Pompeyo Leoni (que trabajaron para el
Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial); los barrocos Francisco del Rincón y Pedro
Vicálvaro, de la Escuela castellana, y Juan de Juni; de la Escuela andaluza Jerónimo Hernández,
Andrés de Ocampo, Juan Martínez Montañés, Juan de Mesa, Francisco de Ocampo y Felguera,
Alonso Cano.En el pleno Barroco desembocaron ya con escultores como Pedro de Mena, Pedro
Roldán, su hija Luisa Roldán y su nieto Pedro Duque y Cornejo; Francisco Ruiz Gijón, José
Risueño, Bernardo de Mora o su hijo José de Mora. De Guipúzcoa procedía Juan de Ancheta, de
estilo clasicista romano, cuya obra se desarrolló fundamentalmente en Navarra, La Rioja y
Aragón. La temática tratada es casi exclusivamente religiosa y sólo en el ámbito de la Corte se
da escultura monumental; los temas mitológicos y profanos están ausentes.
Música
También para la música española fue este el siglo de
oro. La labor de compositores cortesanos, que unían
su labor de músico a la de dramaturgo y poeta, tiene
un buen ejemplo en Juan del Encina en el siglo xv y xvi;
o en el siglo xvii Juan Hidalgo, que musicó las
zarzuelas de Calderón de la Barca, como también hará
Tomás de Torrejón y Velasco. En tiempos de Carlos V
componen Mateo Flecha el Viejo, autor de Las A esta vulgarización literaria corresponde una
Ensaladas (Praga, 1581), género que mezcla versos en subsecuente vulgarización de los saberes
diversas lenguas. Cristóbal de Morales estudió en humanísticos mediante los populares géneros de las
Roma, donde publicó algunas misas en 1544. Otros misceláneas o silvas de varia lección, harto leídas y
músicos fueron Pedro de Pastrana, Juan Vázquez o traducidas en toda Europa, y entre cuyos autores más
Diego Ortiz. importantes se encontraban Pedro Mejía, Luis Zapata
o Antonio de Torquemada.
A la época de Felipe II corresponden Francisco Gabriel Gálvez, Andrés de Torrentes, Juan Navarro o Rodrigo de Ceballos. En
Sevilla trabajó Francisco Guerrero, que viajó a Italia y publicó su obra entre 1555 y 1589.
Pero más importante aún fue la labor de compositores o, como eran llamados a la sazón, maestros de capilla y organistas que,
partiendo del motete y el madrigal italiano de Giovanni Pierluigi da Palestrina, desarrollaron una gran polifonía al servicio sobre
todo de los oficios religiosos, con una gran carga emotiva que la distinguió de las otras tres grandes escuelas polifónicas de los
siglos XV al XVII como la Escuela flamenca, la veneciana y la romana, y que se ha vinculado con el apasionamiento místico de
escritores como Teresa de Ávila o Juan de la Cruz. Destacan las figuras ya mencionadas de Cristóbal de Morales, Francisco
Guerrero, y otras anteriores como Francisco de Peñalosa, maestro de Morales, y posteriores, como Alonso Lobo pero sobre todo la
del gran Tomás Luis de Victoria, majestuosa, inspirada y mística.
Arquitectura
En el siglo xvi se pasa del estilo plateresco del
Renacimiento durante los Reyes Católicos al más
plenamente renacentista durante el reinado de Carlos
I; después, durante el de su hijo Felipe II, surge el
Manierismo de Juan de Herrera, creador del Estilo
herreriano y del monumental monasterio de San
Lorenzo de El Escorial y de la inacabada catedral de
Valladolid, y durante el siglo xvii domina el Barroco y
churrigueresco.
En España, el Renacimiento comenzó unido a las
formas góticas en las últimas décadas del siglo xv.
El estilo comenzó a extenderse sobre todo a manos de
arquitectos locales: es la razón de un estilo
renacentista específicamente español, que reunió la
influencia de la arquitectura del sur de Italia, a veces
proveniente de libros ilustrados y pinturas, con la
tradición gótica y la idiosincrasia local. El nuevo estilo
se llama plateresco, debido a las fachadas decoradas
en exceso, que recuerdan a los intrincados trabajos
de los plateros. Órdenes clásicas y motivos de
candeleros (candelieri) se combinan con libertad en
conjuntos simétricos.En este contexto, el Palacio de
Carlos V realizado por Pedro Machuca, en Granada,
supuso un logro inesperado dentro del Renacimiento
más avanzado de la época. El palacio puede ser
definido como una anticipación al manierismo,
debido a su dominio del lenguaje clásico y sus logros
estéticos rupturistas.

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