Está en la página 1de 5

“AÑO DEL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANIA NACIONAL”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS


ESCUELA ACADEMICA PROFESIONAL DE DERECHO
CURSO: DERECHO ADMINISTRATIVO ECONOMICO.

TRABAJO ACADEMICO: RELACION ENTRE LIBRE COMPETENCIA Y


SERVICIOS ADMINISTRATIVOS.

DOCENTE: Mgtr. ANTONIO NOBLECILLA

CICLO: XII

SEDE: TARAPOTO

ALUMNO: RICHEL MARLON ROJAS TUANAMA

CODIGO: 2016203948

TARAPOTO 2022
La libre competencia es el mejor mecanismo para promover la asignación
eficiente de recursos en el mercado. De hecho, para ganar popularidad
entre los consumidores, los proveedores deben bajar los precios y mejorar la
calidad de sus productos. Como resultado, los consumidores tienen más y
mejores opciones. Por ello, la protección de la libre competencia es una de las
políticas generales más importantes para el desarrollo económico
de cualquier país.
En un mercado que opera en condiciones competitivas, las condiciones de
venta (precio, cantidad, calidad, servicio de preventa y posventa, etc.) se
determinan como resultado de la confluencia de la demanda de los
consumidores o clientes por productos o servicios con la oferta de bienes por
parte de los productores y comercializadores. Es decir, los agentes económicos
interactúan en múltiples tratativas y negociaciones comerciales y, a través de
ellas, se van definiendo las condiciones de venta de los bienes sin que
productores, comercializadores o consumidores tengan la capacidad de
determinarlas de modo unilateral o por su sola voluntad. Por ello, se suele
afirmar que en un mercado que se encuentra en condiciones de competencia
absoluta las empresas son “tomadoras de precios” pues, dada la competencia
existente, cada empresa debe cuidar que las condiciones de su oferta sean
suficientemente atractivas para los compradores quienes, de otro modo,
tendrían la opción de comprar a proveedores alternativos
La situación anterior se conoce como “competencia perfecta” y la misma
requiere que se presenten las siguientes condiciones en el mercado, para que
ninguna empresa sea capaz de determinar por sí sola las condiciones de
oferta:
• Productos homogéneos. Todos los bienes ofertados deben tener
características idénticas o muy similares, de modo que los consumidores
los asuman como bienes homogéneos independientemente de quien los
provea y no tengan preferencias marcadas hacia alguno de esos bienes.
Con ello, la sustitución entre los productos de cualquier proveedor es
totalmente posible.
• Gran número de vendedores y compradores. Las compras y ventas se
producen entre un sinnúmero de proveedores y clientes, con lo cual las
cantidades involucradas en cada transacción son muy pequeñas como
para impactar en las condiciones del mercado.
• Información perfecta. Todos los participantes en el mercado deben tener
información completa y simétrica sobre las características y calidad de
los productos, cantidades producidas, precios cobrados, entre otros, con
lo cual los consumidores siempre tendrán información oportuna y
suficiente para tomar decisiones de compra adecuadas.
• Ausencia de barreras importantes de acceso al mercado. La posibilidad
de entrada y salida de empresas en el mercado debe ser libre, es decir,
no deben existir mayores obstáculos o costos que inhiban la decisión de
cualquier empresa o inversionista de entrar en una determinada
actividad económica e irse del mercado de forma casi inmediata, si lo
considera conveniente a sus intereses.
El poder de mercado es definido usualmente como la capacidad de una
empresa de aumentar sus precios por encima del precio que se daría en
competencia (es decir, del nivel que tendrían si enfrentara la competencia
efectiva de otras empresas en el mercado), sin correr el riesgo de que parte
considerable de sus clientes trasladen su demanda a otras empresas que
ofrezcan menores precios o mejores condiciones. En términos económicos
simples, el poder de mercado es la capacidad que tiene una empresa de fijar
sus precios por encima de los costos marginales que serían el resultado de una
situación de competencia perfecta. Sin embargo, bajo esos términos, toda
empresa tiene cierto grado de poder de mercado en tanto no existe la
competencia perfecta. Por ello, lo importante es identificar cuánto poder de
mercado tiene cada empresa, para evaluar si puede afectar negativamente el
funcionamiento del mercado o el proceso competitivo.
Las preocupaciones sobre la política de competencia se dan cuando las
empresas tienen un poder de mercado significativo que les permite influir en la
competencia y poner en peligro la dinámica del mercado. Esto se ha definido
legalmente como poder de monopolio, dominio o gran poder -o peso
significativo- en un mercado.
Las normas para la defensa y protección de la libre competencia no prohíben ni
sancionan la existencia de un poder sustancial de mercado o una posición
dominante. En cambio, buscan evitar que las empresas concentren el poder de
mercado por razones distintas a una mayor eficiencia, o que concentren el
poder de mercado a través de fusiones o adquisiciones, creando serios riesgos
para la competencia y el bienestar de los consumidores. . Por lo tanto, la ley de
competencia tiene dos métodos típicos de aplicación expresados en
disposiciones legales denominadas "control de comportamiento" y "control
estructural". Este trabajo se enfoca en el control de conductores, ya que es el
mayor desarrollo legal y regulatorio en el Perú.
Las normas peruanas de defensa y protección de la libre competencia se
dirigen a evitar que las empresas concentren poder de mercado por razones
distintas a una mayor eficiencia y también que utilicen el poder de mercado que
tienen de forma ilegal. Asimismo, buscan evitar que se concentre poder de
mercado a través de fusiones y adquisiciones de empresas, que generen
graves riesgos para la competencia. La protección que ofrecen estas normas al
proceso competitivo tiene como fin último lograr el bienestar del consumidor.
Desde el inicio de sus funciones en 1993, Indecopi ha sabido proteger el
proceso competitivo, no sólo enfrentando importantes retos en la interpretación
de las normas de protección de la competencia para casos complejos, como
los relativos a actos de abuso de posición de dominio que requieren la
evaluación de sus efectos en el mercado, sino también defendiendo sus
atribuciones para investigar prácticas anticompetitivas veladas, como son las
concertaciones de competidores.
Resulta pertinente indicar que, a nivel mundial, ya nuestra región se encontraba
bastante desfasada en el desarrollo de esta disciplina frente a EE.UU. y la
Comunidad Europea. Recordemos que EE.UU. con la promulgación de
la Sherman Act en el año 1890 como respuesta a los trusts en las industrias
ferroviarias e industriales da inicio al estudio y desarrollo de la
disciplina Antitrust en su territorio. Por su parte, la Comunidad Europea en el
Tratado de Roma del año 1957, incluyó apartados específicos que –con una
redacción más moderna y específica- sancionaban prácticas anticompetitivas.
Volviendo a la coyuntura peruana y en relación a INDECOPI, recordemos que,
al año siguiente de su creación, nuestro país estrenaría nueva carta magna,
nuestra actual Constitución Política de 1993 (la misma que sustituyó a la de
1979). Esta Constitución –entre otros- buscaba brindarle al país un marco legal
en el cual se priorice la seguridad jurídica tan necesaria para la inserción en el
mercado internacional, la atracción de inversiones y un funcionamiento más
ordenado y eficiente del mercado.
En este orden de ideas, se designó al modelo de economía social de mercado
como el que regiría en territorio nacional; modelo que -a su vez- tiene como
uno de sus principios y pilares a la libre competencia; por lo que, existiendo el
mandato constitucional de defender y promover la libre competencia en el
mercado, resultaba necesario contar con mecanismos e instrumentos legales
que hicieran posible tal fin. En tanto que, la defensa de la libre competencia
constituye en parte, la defensa del modelo en sí.
A nivel general hay un consenso respecto de lo que se puede entender como
Libre Competencia, en tal sentido, estaremos hablando de ella al referirnos al
mecanismo[3] (entendido como un conjunto de normas legales, de instituciones,
de políticas y programas) que tiene por finalidad asegurar que las condiciones
de venta en el mercado (precio, calidad, cantidad, etc.) se formen por la
interacción entre ofertantes (productores, vendedores, proveedores, etc.) y
demandantes (compradores, consumidores, clientes, usuarios, etc.), en lo que
conocemos como Ley de oferta y demanda.
No es de extrañarnos por ello, que, nuestra actual Ley de Represión de
Conductas Anticompetitivas (Decreto Legislativo Nº 1034) establezca como
finalidad del mismo: “La presente Ley prohíbe y sanciona las conductas
anticompetitivas con la finalidad de promover la eficiencia económica en los
mercados para el bienestar de los consumidores”. De esta forma, nuestra
legislación persigue dos objetivos complementarios, por un lado, la promoción
de la eficiencia económica, elegida y comprobada como la forma más
beneficiosa para cada uno de los agentes económicos que participan en el
mercado; y por otro lado la búsqueda del bienestar del consumidor, quien como
ya se explicó, es capaz de acceder a productos y servicios con mejores
condiciones; sin olvidar que, en aplicación del individualismo metodológico, en
una sociedad donde la mayor cantidad de individuos se encuentra en un estado
de bienestar (en parte por un política de libre competencia afianzada, eficiente
y eficaz), es la misma sociedad que en términos agregados alcanza un grado
de bienestar, disminuyendo la pérdida de eficiencia social.
Es en este sentido, que cobra importancia la existencia de una agencia de
competencia como INDECOPI que se encargue de ejercer los controles
correspondientes (control de conductas) para evitar conductas en contra de la
libre competencia y sus efectos sobre el mercado y sus partícipes; así como la
acción de prevención para evitar que se lleguen a producir los daños que
podrían originar este tipo de comportamientos en un futuro (control de
estructuras).
CONCLUSION:
El desarrollo del estudio y análisis de la libre competencia en el Perú, así como
la aplicación del sistema de defensa en el país, no tiene una larga historia; Sin
embargo, son muchas las cuestiones que han sido resueltas por la autoridad
de competencia, lo que no solo demuestra independencia y autonomía en la
gestión sino que demuestra la capacidad técnica y garantía de los organismos.
En este sentido, en los últimos años hemos asistido a un aumento de la
censura y las sanciones por actuaciones anticompetitivas en casos simbólicos
que han sentado normas y precedentes (cumplimiento del elusivo deber de
previsibilidad de muchas instituciones públicas) necesarios, no sólo para
impedir que las noticias de dañar el proceso competitivo, sino también para
evitar que se reproduzcan La producción o continuación de los actos delictivos
de otros actores económicos.
JOSÉ IGNACIO CUBERO MARCOS (2011) Regulación, iniciativa pública
económica y libre competencia: hacia un modelo sin inmunidades
EDUARDO QUINTANA (2013) Análisis de las funciones del Indecopi a la luz de
las decisiones de sus órganos resolutivos
SEBASTIÁN BARRETO CIFUENTES (2017) La libre competencia económica
en el régimen jurídico de los servicios públicos
MILAGROS MENDOZA (2020) Cumplimiento de las Normas de Libre
Competencia.

También podría gustarte