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Condenan al jefe de la Policía Local de Candeleda por acoso sexual

y laboral

El Juzgado de lo Penal número uno de Ávila ha condenado al jefe de la Policía


Local de Candeleda a ocho meses y medio de prisión por acoso sexual y laboral a
dos mujeres que trabajaban a sus órdenes, una como vigilante municipal al servicio
de este cuerpo y la otra como policía local en prácticas.

La sentencia ha sido ratificada por la Audiencia Provincial tras rechazar el recurso


de apelación presentado por el condenado contra el fallo inicial. Además, se le
condena "en calidad de responsable civil" a indemnizar a la primera de las víctimas
con 4.000 euros y a la segunda con otros 2.500 euros.

Años de acoso que acabaron con la salud mental de las víctimas


En el primero de los casos, el acoso comenzó en 2008, cuando el ahora condenado
aún no era jefe de la Policía Local y "apremiaba" a esta mujer "con claros
requerimientos e insinuaciones, evidenciando el propósito de mantener relaciones
sexuales con ella"

Ante el rechazo a sus insinuaciones por parte de su subordinada, cuando ya había


sido nombrado jefe del cuerpo en la localidad en 2011, trató de crear "un ambiente
hostil hacia ella" con comentarios "ofensivos" y desprecios constantes. Esta
situación, que implicó, entre otras cuestiones, que "no se le abonaran las horas
extraordinarias como al resto de compañeros".

La presión a la que estaba sometida llevó a la primera víctima a desarrollar cuadros


de ansiedad y depresión, llegando a solicitar la baja. Entre otras cosas, esta
situación implicó que no se le abonaran las horas extraordinarias como al resto de
compañeros

En el caso de la policía local en prácticas, cuya actividad comenzó a mediados de


2012, la situación se repitió mediante "insinuaciones y comentarios que claramente
denotaban su voluntad de mantener relaciones sexuales".

"Las insinuaciones", según el fallo, "eran reiteradas y con claro contenido sexual"
hasta que, tras el rechazo de la víctima, el ahora condenado "cambió radicalmente
su comportamiento hacia ella y, aprovechándose en todo momento de su condición
de jefe de la Policía Local y con el propósito de aislarla del resto de compañeros y
de crear un ambiente hostil hacia ella, comenzó a menospreciarla”. Tras un largo
periodo de acoso continuado, mentalmente agotadas, fueron capaces de denunciar
los hechos y se abrió el procedimiento penal que ha condenado, finalmente, a su
agresor.

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