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La ingenua, en confianza
sale al bosque
cargada la canasta de grandes dotes
la ilusión de los prodigios
que la mente intenta
con sus artilugios captar
el corazón que imanta
y así cuenta
el cuento del lobo
que encuentra
al fin su cena.
La madrastra
de Blancanieves,
como el hada feroz
de la bella durmiente,
suspira tiernamente,
Parece decir: Duerme querida
mejor duerme ahora,
mientras el espejo no hable
¡Detente! ¡Detente!
La advertencia
Es tomada por maldad
la desesperación por vanidad,
La bella y la bestia
Ya no
Ha de
pastar por los efectos
ni de
quejarse del pasto alto o corto
Y ellas conceden
a su nuevo payaso
el cada asno de sus sueños
Tarde llega
aguafiestas la conciencia
machacona
con sus dichos
a plantar sus serios nos
¿Y un eros sincero
aceleró
hasta la locura
de las bellas
el pulso?
Hamlet
“lleváronle en su ataúd
Con el rostro
Descubierto
Y sobre su sepultura
Muchas lágrimas
Llovieron”
Y aun así no
volverás a él, ya es imposible
No te devuelve
ni sus ojos
cuencas
ni sus manos
cuencos
con que te han mirado
o tocado
el reflejo
superficie imposible
te mueve
irreversible
te lleva
la corriente
en su murmullo
insensible.
Barbazul
No, no no no
Mejor no entres
Al cuarto de Barbazul
Pasá de largo
Por más que te atraiga
Salí de ahí,
Oui
:¿es el tuyo?
es el tuyo
la ansiedad trina
al fin ante
el único
solo uno
número
de la mala
suerte.
se separan
y en la amistad animal
Querida Cenicienta
desde pequeña
y te pregunto
El mejor vestido
Con que
ir a la fiesta.
El hada de las lilas
Cuento
Si la joven es perfecta
¡y de tan buena cuna!
Y me devolverá a su lado
Pues quiere casarse conmigo
¡Y me casaré con él!
No llores pequeña
Dile que deberá darte aún
una cuarta cosa,
para que pueda por fin convertirte
en su legítima esposa
tiznaré tu cara
ocultare tu imagen lozana
con barro y hollín
ya no es princesa
recorre otros reinos
como doncella
de limpieza
Es sirvienta, cocinera
hace varias tareas de diverso calibre
que la joven bien aprende
para verse de su padre,
y de sus torcidas ideas
al fin libre.
Le asignan duros trabajos
sufre los peores escarnios,
de casi toda la población
pues es la curiosa extranjera
de piel animal, un fácil blanco
de quien reír y a la menor ocasión,
burlar-
un candelabro, un espejo,
y algún que otro objeto querido.
En la choza a solas
Piel de asno uno a uno los vestidos
para probárselos saca
Y a cada uno se ilumina
Con nueva luz la cabaña
Canta, y le responde
la chica del espejo:
La luna redonda
aún giraba en el traje del cielo
cuando, durante el baile juntos,
en la felicidad de encuentro tarde
notó que aquella se había esfumado
¡en el mejor momento! y apenas pudo aquél
al vacío de su abrazo declamar:
“¡oh amor
apenas te encontré
y ya vas huyendo!”
El joven príncipe
sospechando ahora
la identidad de la princesa
desconocida con quien bailó tan a gusto
las dos noches esas,
como antojado, ha pedido un pastel,
y especialmente encargó que fuera piel de asno
quien lo hiciera. Pues resulta que ahora ella
es una buenísima ¡pastelera!
Anoticiada de algún modo del asunto este
Piel de asno desliza dentro del pastel su anillo
Y al comerlo aquél despistado
¡casi se rompe un diente!
con el pastel que ha pedido y probado.
…a piel de asno
¡le va al dedillo!