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A JESÚS POR MARÍA

CONSAGRACIÓN AL
INMACULADO CORAZÓN DE
MARÍA EN SU ADVOCACIÓN
DE LA MEDALLA
MILAGROSA

INTRODUCCIÓN
Consagrarnos a María es echarnos en
sus brazos como Niños pequeños,
totalmente suyos, para que Ella sea la
que se ocupe completamente de cada
uno, como una buena Madre, y nos
lleve de la manita o en brazos hasta su
queridísimo Hijo, nuestro Señor
Jesucristo.

“Hazte pequeño, muy pequeño.


Déjame que te lleve en mis brazos
como llevé en otro tiempo a Jesús.
Déjame que te lleve hijo mío al
Templo de Dios, al Corazón de mi
Hijo. Déjame que te ofrezca allí, en tu
pequeñez, al Padre celestial, para que
te consagre y te haga suyo…. ” (del
segundo misterio gozoso)
Con esta alegría inmensa de sabernos
hijos pequeñísimos de María,
queremos volver a subirnos en sus
brazos y abrazados por Ella,
contemplar a través de la Palabra y de
los 20 misterios del Santo Rosario, los
misterios de la vida de Jesús.

Con Ella será sencillo. Cada día nos


hará un huequecito dentro de su
Corazón purísimo, lleno de amor, y a
través de la contemplación de un
misterio del Rosario, nos llevará al
Corazón de su Hijo, traspasado de
amor por nosotros.

En el inicio de este precioso camino


de consagración, que haremos durante
20 días, pedimos unos por otros para
que todos los que formamos el grupo
nos dejemos iluminar por el Espíritu
Santo para entrar en la Vida de
nuestro amadísimo Salvador y
descubrir la inmensidad de Su amor ,
de Su ternura, de Su bondad y de su
infinita Misericordia.

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