Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PERSPECTIVA DE GÉNERO
• Normativa Vigente
Como resultado del avance en su conceptualización como las múltiples
reivindicaciones y manifestaciones de los movimientos de mujeres y del colectivo
LGBTI+ a lo largo de la historia, se logró una amplia recepción de las demandas en el
Sistema Internacional e Interamericano de Derechos Humanos. Esto se refleja en el
cuerpo normativo dedicado específicamente al combate de la violencia y la
discriminación por razones de género por parte de los Estados como también, a la
sanción de normativas que buscan garantizar, a través de las políticas públicas el
pleno desarrollo y goce de los Derechos Humanos a personas de diversas
orientaciones sexuales, expresiones de género y diversidades corporales.
Como primer hito normativo, en 1979 la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) aprueba la Convención para la Eliminación de todas las formas de
Discriminación contra las Mujeres, mayormente conocida como CEDAW en la
cual se presenta a la discriminación contra las mujeres como una forma de violencia
y como un obstáculo para su pleno desarrollo y garantía de derechos.
A nivel regional, en el año 1994 la Organización de Estado
Americanos (OEA) aprueba la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, también conocida como
Convención de Belem Do Pará, la cual establece la obligatoriedad de los Estados
de diseñar mecanismos de prevención, protección, sanción y erradicación de las
violencias contra las mujeres en los ámbitos donde se desarrollen sus relaciones
interpersonales. De esta manera, esta normativa instruye a los Estados parte a
implementar políticas públicas específicas en la materia como así, a brindar las
herramientas y educación necesaria para adecuar y garantizar intervenciones de
funcionarios/as estatales con perspectiva de género.
Estos dos instrumentos normativos consolidan un consenso a nivel
global para atender a la violencia por razones de género como una cuestión de orden
público, y en nuestro país revisten jerarquía superior a las leyes nacionales en virtud
del artículo 75, inciso 22 de la Constitución Nacional.
Por otro lado, en el año 2006, en el marco de las Naciones Unidas, se
elaboraron los Principios de Yogyakarta sobre la aplicación de la legislación
internacional de Derechos Humanos con relación a la orientación sexual y a la
identidad de género. Estos principios fueron actualizados en el 2017 ampliando las
recomendaciones vinculadas especialmente al reconocimiento de las
interseccionalidades relacionadas con la expresión de género y las características
sexuales. A partir de esta modificación las recomendaciones incluidas reúnen un total
de 38 principios que buscan garantizar el pleno desarrollo y goce de los Derechos
Humanos a personas de diversas identidades de género, orientaciones sexuales,
expresiones de género y diversidades corporales.
Compromisos Internacionales
▪ Desde el plano internacional es importante destacar los compromisos
asumidos por nuestro país en la Agenda 2030, adoptada el 25 de septiembre de 2015,
que se propone cambiar el curso del siglo XXI mediante el cumplimiento de 17
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el año 2030, abordando retos
fundamentales como la pobreza, la desigualdad y la violencia contra las mujeres.
▪ Cabe señalar que la violencia era un tema que no estaba presente en la
Agenda de Desarrollo anterior que consagraba los Objetivos de Desarrollo del Milenio
(ODM) y su inclusión representa un avance que quedó plasmado explícitamente en
estas dos metas contempladas dentro del Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los
géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas:
1. Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres
y las niñas en todo el mundo.
2. Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las
niñas en los ámbitos (público y privado), incluidas la trata y la explotación sexual y
otros tipos de explotación.
Asimismo, a partir de la consolidación de este marco normativo que en
nuestro país posee jerarquía constitucional, en la Argentina se aprobaron un conjunto
de leyes nacionales:
• Conceptos básicos
✓ Sexo y Género
Aunque en ocasiones los términos sexo y género suelen usarse como
sinónimos, el concepto de sexo se refiere a las diferencias y características
biológicas, anatómicas, fisiológicas y cromosómicas de los seres humanos que
los definen como varones o mujeres. Son características con las que se nace. En
cambio el género es el conjunto de ideas, comportamientos y atribuciones que
una sociedad considera apropiados para cada sexo.
Un concepto importante e inseparable de las definiciones básicas sobre
la construcción de una perspectiva de género es la identidad de género
autopercibida que refiere a la vivencia interna e individual del género, tal como
cada persona lo siente profundamente y esta puede o no corresponder con el sexo
asignado en momento del nacimiento.
Por otro lado
también es importante definir a las
relaciones de género construidas
a partir de las nuevas
percepciones que surgen en la
sociedad, a través de la
incorporación de la perspectiva de
género. Estas relaciones
tradicionalmente se han definido
mediante los modos en que las culturas asignan funciones y responsabilidades a cada
persona, según el género asignado.
Tradicionalmente la construcción de los vínculos sexo-afectivos se dio
bajo una estructura binaria que califica a las personas en la categoría “varones” y
“mujeres” y esta diferenciación se basa en la naturaleza donde la biología cumple un
rol determinante. Este esquema resulta insuficiente para abarcar la gran diversidad de
modos de vincularse que existen ya que las reduce a una sola opción: la
heterosexualidad.
• Roles y estereotipos
El medio siglo vio generalizarse el sufragio femenino y abrió nuevas
vetas para la reflexión y el debate: derechos civiles, prestaciones laborales,
incorporación de algunas necesidades de las mujeres en la legislación, etc. Se da un
proceso de homologación de normas jurídicas para erradicar preceptos
discriminatorios pero sigue subrayando la separación de espacios, por ejemplo; se
habla de madres trabajadoras y no de trabajadoras con hijos o hijas.
Una de las estereotipaciones de
varones y mujeres es la división clara de los
espacios a ocupar y de los que se harán
“cargo”. El varón tendrá por ámbito de
ocupación el espacio público y la mujer el
privado. El imaginario social no puede
sostener ya a la mujer doméstica como tal,
pero enfatiza una suerte de esencia: un modo
de ser, una peculiaridad, algo más bien
indefinible común a todas las mujeres
precisamente por ser mujeres. Así, se afirma
que las mujeres agregan un “toque femenino”
a la política, a la organización de las empresas, a los negocios o a la administración
pública. Ese “toque femenino” implica las cualidades socialmente atribuidas como por
ejemplo: bondad, paciencia, dulzura, sacrificio, benevolencia, comprensión.
La nueva imagen intenta conciliar las nociones de mujer y de individuo;
se reconocen los nuevos roles pero se subraya la alteridad. La figura de la madre se
fortalece aunque ya no se considera la única opción.
Es necesario incorporar los nuevos roles sociales desempeñados por las
mujeres en la construcción del imaginario social y la tarea no es precisamente sencilla.
La identidad femenina se construye ahora en torno a múltiples
exigencias.
• Equidad de género
El concepto de igualdad remite a una idea aritmética de repartir en
partes iguales dividiendo lo que se ofrece por la cantidad de personas que
reciben. Si esas personas parten de situaciones muy diferentes (condición inicial) ese
reparto aparentemente equitativo podría estar convalidando la desigualdad de origen
de cada individuo. Así, la distribución “igualitaria” en una situación de desigualdad
originaria podría ser inequitativa.
En teoría, equidad e igualdad son dos principios estrechamente
relacionados, pero distintos. La equidad introduce un principio ético o de justicia
en la igualdad y nos obliga a plantearnos los objetivos que debemos conseguir
para avanzar hacia una sociedad más justa. Una sociedad que aplique la igualdad
de manera absoluta será una sociedad injusta ya que no tiene en cuenta las
diferencias existentes entre personas y grupos. La idea de igualdad está siempre
relacionada con la justicia. Se reconoce al otro como igual, es decir, merecedor
del mismo trato que cada individuo considera merecer. Toda persona es
igualmente digna que las otras y por lo tanto debe tener los mismos derechos frente
al Estado. Aquí aparece una noción de justicia que corre en paralelo con el principio
de igualdad.
Para considerar que un sistema es justo, es necesario que exista un
reconocimiento por lo menos en el plano formal de que todas las personas gozan de
ciertas libertades básicas que son compatibles con un sistema de libertad para toda
la sociedad. Paralelamente, ese ejercicio debe respetar las esferas de libertad de las
demás personas. Este planteamiento que recoge claramente el principio de igualdad,
se aprecia en la primera generación de DD HH que son las garantías individuales de
índole civil y política.
Al abordar las desigualdades sociales y económicas, el principio de
igualdad se formula como condición y oportunidad. Esto significa que cada persona
debe estar en condiciones tales que efectivamente pueda tener acceso a las
mismas oportunidades. Esta noción permea la definición de los derechos
económicos y sociales, también llamados de segunda generación. El telón de fondo
es la justicia social.
Ejemplos de equidad
A continuación presentamos algunos ejemplos de acciones y
compromisos a llevar adelante para lograr una sociedad verdaderamente justa y
equitativa en los distintos ámbitos y áreas de desempeño, teniendo en cuenta no solo
las situaciones de injusticia y discriminación por motivos de género sino también por
condiciones socioeconómicas y de desigualdad estructural.
1. Equidad de salarios. Que los empleados y empleadas que cumplen las mismas
funciones y tienen la misma cantidad de trabajo cobren el mismo sueldo, sin
importar su género, etnia, edad, orientación sexual, identidad de género,
expresión de género o cualquier otra característica individual.
2. Pago de horas extra. Equidad también significa que a mayor trabajo se obtenga
mayor ganancia. Por eso, si un empleado o empleada trabaja más que sus
colegas por pedido de la empresa, la equidad indica que debe cobrar un
porcentaje extra o debe obtener algún otro tipo de beneficio.
3. Leyes de cupo laboral. En diferentes sociedades existen grupos que son
discriminados y que por lo tanto no obtienen las mismas posibilidades de
trabajo. Por eso se desarrollan leyes de cupo laboral que exigen a las empresas
tener cierto porcentaje mínimo de empleados y empleadas que pertenezcan al
grupo discriminado. Esas leyes pueden incluir a mujeres, diferentes etnias o
como ocurre actualmente en Argentina con la Ley de Cupo Laboral Travesti
Trans, la inclusión de personas transexuales, travestis o transgénero.
4. Acceso a la educación. La distribución gratuita de útiles escolares, libros,
netbooks y guardapolvos en escuelas estatales de áreas vulneradas, facilita el
acceso a la educación de niños y niñas que provienen de familias que no
podrían costear esos gastos. Sin embargo, no todos los grupos de estudiantes
necesitan esta ayuda por eso no todas las escuelas cuentan con ella.
5. Préstamos hipotecarios estatales. Los bancos otorgan préstamos a altas tasas
porque como empresas su objetivo es ganar dinero. Esa también es la razón
por la que no otorgan préstamos a personas que puedan tener dificultades en
pagarlos. Sin embargo, el Estado puede otorgar préstamos a personas con
recursos limitados y con intereses más bajos permitiendo la compra de casas
propias a quienes de otra manera no hubieran podido acceder a las mismas.
• Igualdad de Género
En la actualidad el concepto “igualdad de género” está cada vez más
presente en nuestras vidas. Aparece de manera recurrente en los medios de
comunicación, los espacios de trabajo y grupos sociales, las redes y en
conversaciones con nuestros vínculos cercanos o familia
Si bien solemos escuchar repetidas veces el concepto de la igualdad de
género, en pocas oportunidades nos preguntamos realmente qué es lo que significa.
¿Por qué continuamos reivindicando la igualdad de género si todas las leyes
reconocen los mismos derechos a varones y mujeres? ¿Qué diferencia hay entre
igualdad y equidad?
Para comenzar a despejar algunos de estos interrogantes es importante
tener en cuenta ciertas definiciones y que definiremos a continuación:
Según Naciones Unidas, la igualdad de género se refiere a “la
igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y los
hombres, y las niñas y los niños”.
Por lo tanto, el género nunca será un determinante para los
derechos, oportunidades y responsabilidades que podamos tener a lo largo de
la vida.
La igualdad de género constituye un principio jurídico universal, mientras
que la equidad de género introduce además un componente ético y el concepto de la
compensación de condiciones para asegurar una igualdad real.
De acuerdo con la Real Academia Española al hablar de igualdad
nos referimos al “principio que reconoce la equiparación de todos los
ciudadanos en derechos y obligaciones”.
Es decir que, ante la ley todas las personas tendrían que ser tratadas
por igual para que todos y todas tengamos las mismas oportunidades, garantizando
con ello una sociedad en la que cada integrante tenga los mismos derechos políticos.
Sin embargo, a pesar del significado del concepto y de lo señalado por
Naciones Unidas partimos del hecho real de que no tenemos las mismas
oportunidades, pues estas dependen del contexto social, económico, étnico, político
y cultural de cada persona. Esto hace que sea fundamental poner en cuestión estos
conceptos y las distintas situaciones que vivimos y presenciamos siempre con el
objetivo de lograr una verdadera igualdad en cuanto a oportunidades y derechos.
En países donde el ingreso económico de diferentes sectores de la
población es muy desigual, el Estado debe encargarse de asegurar la equidad social.
Otros sectores pueden sufrir desigualdad social no solo por razones económicas sino
también por otras formas de discriminación como la etnia, la religión la orientación
sexual, la identidad de género y la expresión de género.
Las desigualdades entre varones y mujeres todavía persisten en el
mundo del trabajo en Argentina. La participación en el empleo, la segregación
ocupacional, la brecha salarial y el acceso a puestos jerárquicos son algunos de los
factores que marcan ese desequilibrio.
La Organización Internacional del Trabajo, ilustrado por Josefina
Jolly explora las variables que determinan las brechas de género en el mundo
laboral argentino. Del total de personas en edad de trabajar, 7 de cada 10
varones participan de la fuerza laboral pero solo 5 de cada 10 mujeres lo hacen.
Además, las mujeres ganan un 25 % menos que los varones.
Por otra parte, la informalidad afecta en mayor medida a las mujeres y
los estereotipos de género contribuyen a que sean encasilladas en determinados
roles, como trabajo doméstico, educación y los servicios de salud.
Es importante tener en cuenta que todas las personas tenemos que ser
consideradas por los derechos y habilidades que ejercemos y no por el sexo y el
género de cada persona. Solo de esa manera vamos a contribuir realmente en la
construcción de una sociedad más justa, equitativa y eficiente de la que todas las
personas seamos parte.
IGUALDAD FORMAL IGUALDAD REAL
Es la igualdad que encontramos en
la legislación, es decir, es la
igualdad de derechos y ante ley de
hombres y mujeres. Un principio, Son las políticas de
además, que está reconocido en diferenciación para la igualdad.
diferentes tratados internacionales,
como la Declaración Universal de
los Derechos Humanos.
• Discriminación
Frente a las diversas formas de discriminación que veremos a lo largo
de nuestra vida, remarcaremos algo que tienen como característica común todas ellas:
tratar a las personas de forma distinta de acuerdo a particularidades
relacionadas con la orientación sexual, identidad de género o expresión de
género, edad, color de piel o si tienen alguna discapacidad.
¿Qué es la discriminación?
Todo acto de separar a una persona de una sociedad o bien
denigrar de una forma a partir de criterios determinados. Algunas formas de
discriminación se manifiestan a través de criterios como: la edad, condición de salud,
apariencia física, embarazo, preferencias sexuales, discapacidad, los ingresos, la
clase social y la etnia, factores como el género, el origen étnico, la nacionalidad, la
afiliación religiosa o la ideología política.
Es decir que la discriminación se da conforme a la negación de derechos
según lo especificado en el artículo 1 de la Ley N° 23.592 - EJERCICIO DE
DERECHOS Y GARANTIAS CONSTITUCIONALES MEDIDAS CONTRA ACTOS
DISCRIMINATORIOS.
Características de la discriminación:
• Escalada de violencia
Es un proceso continuo y ascendente de etapas en las que la intensidad
y frecuencia de las agresiones se va incrementando según pasa el tiempo.
• Ciclo de la Violencia
En los casos de violencia
existen patrones similares en el
proceso de maltrato y sucede de forma
cíclica, circular, lo que nos ayuda a
entender cómo se reproduce la
violencia en la pareja