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Francisquez, Mariana.
Ordoñez, Noelia.
Año: 2022.
Se propone tomar estas composiciones musicales como emergentes del período 1992-2001
y articularlas con los planteos de Ezequiel Adamovsky respecto a:
Las políticas neoliberales que se usaron en argentina durante los años Noventa tuvieron un
impacto de gran magnitud y una profundidad muy significativas sobre la estructura social y
productiva, la cultura y la sociedad en su conjunto, particularmente en algunas dimensiones de
la realidad social, tales como la estructura económica, las relaciones políticas, la dinámica de la
movilización social o los consumos culturales, por eso se puede ver cómo los distintos sectores
de nuestra población ejercen la acción política en defensa de los que consideran sus derechos o
intereses, y se basan claramente en las condiciones económicas, sociales y culturales en la que
estos actores se desenvuelven.
En las letras de estas canciones se puede ver lo que le dejo a el pueblo (clase trabajadora) el
proceso de transformación de la sociedad impulsado por el proyecto neoliberal.
Nos permiten comprender tanto la complejidad del fenómeno como la necesidad de elaborar un
reclamo, de tener una voz representativa, con su lunfardo y sus vivencias, con lo que sufren
todos los día
Con lo realizado en la consigna anterior plantear una relación con el sistema que presenta
B. Manin de la “democracia de lo público”. Fundamentarla con al menos dos conceptos
trabajados por el autor.
En la democracia de lo público, si bien los partidos aún son decisivos ya no son unidades bien
definidas dotadas de identidad duradera. Ellos tienen que buscar el apoyo de los electores en
cada votación, ajustando sus temas de campaña a los intereses variables de los electores y
cambiando así la composición de su público objetivo. Aunque un determinado partido continúe
con el mismo público objetivo durante varias elecciones, la composición de su apoyo electoral
real está predestinada a cambiar ya que es improbable que las reacciones de los diversos grupos
que forman ese público varíen exactamente de la misma manera de una elección a otra. Por
tanto, los partidos ya no pueden ser vistos como sujetos políticos en el sentido de que no tienen
identidades bien definidas ni duraderas. Las elecciones sucesivas siempre alteran la
composición de su apoyo.
Los partidos dejaron de ser sujetos políticos, también, en otro sentido: para un número creciente
de electores desvinculados, ellos se volvieron solamente instrumentos a ser usados dependiendo
las circunstancias.
Así en la democracia de lo público los ciudadanos participan de las elecciones dependiendo del
contexto. Y la composición del apoyo a cada partido también varía de acuerdo a las
circunstancias. Ese patrón de desarrollo de los ciudadanos específico del contexto se extiende
más allá del voto y también caracteriza la participación no electoral.
“La aplicación de políticas neoliberales impuestas por los grupos dominantes a los
gobiernos elegidos democráticamente significaron “un cambio profundo en el papel del
Estado. La premisa del momento era que cada individuo debía proveerse el acceso al
bienestar por sus propios medios. Todo lo público debía reducirse; quienes pudieran
pagarlo deberían adquirir en el mercado aquello que necesitaran, incluyendo servicios de
salud, de educación y seguridad. Para los demás, la asistencia a cargo del Estado se
reduciría a una mínima expresión. Así, en estos años se desfinanciaron dramáticamente
los sistemas de salud, de previsión y de educación públicos." (Adamovsky, 2012,
“Historia de las clases populares en argentina”)
El panorama político y social de los noventa puede concebirse como una expresión de la gran
asimetría resultante de las reformas económicas implementadas en las últimas décadas. Se
manifiesta en este escenario social la fragmentación y la pérdida de poder de los sectores
populares y gran parte de los sectores medios y la concentración de poder político y económico
en los sectores más privilegiados del país ligados al capital internacional.
3) Cómo incorporarían el planteo de Jorge Bercholc sobre el rol de las encuestas y la big
data en relación a la consigna número dos.
En tiempos de redes sociales, los mensajes se acomodan a los gustos de cada usuario. Las
nuevas formas de comunicación filtradas por algoritmos generan un desafío a la política. Desde
la aparición de la prensa, la radio, el cine y la televisión, junto con el desarrollo de las
democracias y la necesidad de sumar más votantes, los políticos tienen claro que deben usar los
medios de comunicación masiva para acceder al electorado. Aunque no les gustara, su mensaje
debió ser mediado por estas corporaciones cuyo poder se incrementó con el correr del tiempo.
Las redes sociales revolucionaron la forma de llegar a este nuevo tipo de individuo, aunque en
principio con fines publicitarios.
A través del big data, los grandes números permiten prever comportamientos estadísticamente
probables y, sobre todo, aprender de las experiencias anteriores. La información fluye, surgen
nuevas formas de procesarla y, a partir de ahí, de lograr un conocimiento sumamente detallado
de la población,
En tiempos de redes, algunos candidatos comprendieron que las encuestas atrasaban y que, tal
como hacen los analistas del marketing de productos, debían afinar y mejorar su información.
En una sociedad segmentada en una miríada de identidades (vegetarianos, rockers, hippies,
feministas, católicos, surfers, padrazos, deportistas, hipsters, hombres de negocios, pacifistas,
homosexuales, inclasificables, etc.) y sus numerosos matices y zonas de cruces (el
mundo lgbt es un buen ejemplo), resulta casi imposible formular mensajes capaces de seducir a
la mitad de la población. ¿Cómo hacer? La respuesta surge de las redes sociales.