Queridos hermanos, al recordar hoy la memoria de nuestra Señora, la Virgen
María, en la advocación tan popular de Nuestra Señora del Rosario; la Iglesia nos propone que recemos el Santo Rosario que ella nos obsequia, para que podamos enfrentar todo lo que haga daño a los demás y a nosotros mismos; y venerar en él a la Santísima Virgen como aquella mujer que con su ejemplo e intercesión acompaña nuestro camino, al igual que hizo con su Hijo Jesús, en los momentos de gozo, de luz y de dolor hacia la gloria que esperamos María pues, nos invita a meditar los misterios de Cristo y nos promete su amor y protección incondicional.
Con el corazón levantado hacia el Señor que nos convoca y nos reúne, celebremos esta Solemnidad con María. Nuestra Señora del Rosario