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FREUD
gestándose lentamente a lo largo del siglo XIX, creando el contexto en el que se enclavará la
gran teorización académica que es el psicoanálisis. Cuando Freud inicia su carrera, el tema de
- Carl Gustav Carus: médico y pensador alemán, que elaboró unas lecciones de Psicología
(1831) en donde se defendía que la clave para descifrar lo que acontecía en la conciencia era
lo inconsciente, llegando a afirmar taxativamente que Ala llave para conocer la esencia de la
vida anímica consciente yace en la región de lo inconsciente@. Las leyes que rigen en la
conciencia no son las mismas que las del inconsciente: la necesidad es lo que reina en éste,
- Eduard von Hartmann (1842-1906): alemán que en su obra presentó nada menos que una
referirse a fuerzas Airracionales@ y Aeróticas@ como gobernantes de las personas. Frente al ideal
racionalista e ilustrado del hombre como un ser educable y desarrollado en sociedad, cada vez
más autores apuntaban al lado oscuro, a la bestia interna e invencible, al animal egoísta y
pasional para el que tal educación y sociabilidad sólo es un disfraz (“El extraño caso del doctor
Jekylk y mister Hyde”, Stevenson, 1886). Está claro que Freud recibió el influjo de un
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pensamiento filosófico sensibilizado con los problemas del psiquismo inconsciente.
por la Universidad completará su formación poniéndole en contacto con una medicina marcada
mecanicista muy acusado, que causó un profundo impacto en su formación. Toda la comunidad
locomotora a vapor. Especial relevancia cobra aquí la figura de Helmholtz y, sobre todo, del
fisiólogo Ernst Brücke, con el que Freud trabajó seis años en sus años de alumno, el cual veía
a los humanos como sistemas fisiológicos dinámicos que estaban controlados por los principios
Freud tomará de Brücke su visión dinámica del funcionamiento psíquico, y así considerará que
el ser humano es un sistema energético, en el cual la energía fluye, se desvía, o se bloquea. Hay
quedará mucha menos que pueda ser usada en otra dirección (la energía que se usa para
propósitos culturales ya no puede usarse para propósitos sexuales, por ejemplo) (enfoque
económico del psiquismo). La energía psíquica está conectada, enganchada a varias conductas,
personas, cosas, imágenes o ideas (es decir, objetos). Cada una de estas conexiones se
denomina catexia (o catexis). Una catexia muy grande hacia un objeto restará energía para otras
se desviará a otro, generalmente aquél que menos resistencia oponga. Por otro lado, el bloqueo
de la energía puede dar lugar a su elaboración, a su conversión en otra cosa, siendo esta
elaboración o trabajo del deseo el proceso fundamental económico del psiquismo, responsable
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La energía psíquica está alimentada por los instintos, y es básicamente energía de vida, erótica,
sexual, denominada libido (así mismo, en la última etapa de su obra, Freud también destacó un
segundo tipo de instinto, de pulsión, de impulso, de energía, relacionada con la muerte, con la
La meta de toda conducta es la reducción de la tensión que supone toda liberación de energía,
Como base de nuestra exposición, aceptamos en líneas generales la división que de los escritos
de Freud hace Rapaport, consensuada entre los comentaristas y críticos de Freud. Esto es, (1)
una primera etapa preparatoria, de maduración y búsqueda, en donde aún no existe propiamente
representativa: AEstudios sobre la histeria@ con Breuer); (2) la segunda etapa, que abarca hasta
1922, es aquélla en la que Freud desarrolla las ideas fundamentales del Psicoanálisis, y las
organiza entorno a su modelo topográfico o Aprimera tópica freudiana@, (enfoque tópico del
psiquismo), con los tres grandes sistemas psíquicos inconsciente, preconsciente y consciente
propios del Psicoanálisis; dentro del propio sistema se le presentarán a Freud dificultades
doctrinales, que le van a forzar a la elaboración de (3) una Asegunda tópica freudiana@ o modelo
estructural, de 1923 a 1939, una nueva concepción del aparato psíquico, donde se definen las
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tres grandes instancias del psiquismo (ello, yo y superyó) respecto de las cuales los sistemas
anteriores devienen adjetivos. Así mismo, en este momento, el sistema se amplía desbordando
En su primer trabajo como psiquiatra residente, Freud tuvo ocasión de enfrentarse directamente
irritadas@, etc.) constituían una base muy insuficiente para dar razón de muchas enfermedades
mentales que carecían de base orgánica y parecían deberse más bien a causas psíquicas.
En 1882 se entera Freud de que el médico vienés Joseph Breuer estaba tratando a Anna O.
(Berta Pappenheim, que sufría síntomas histéricos como parálisis de un brazo, ciertas
alucinaciones, hablar sólo en inglés a pesar de que ella era alemana, etc.) por un
existencia de una relación entre las experiencias infantiles de las enfermas y sus síntomas
neuróticos. Comprueba que la hipnosis y la conversación ayudan a que las enfermas recuerden
recuperarlas.
Freud viaja a París en 1885 para trabajar con Charcot, que practica la hipnoterapia en La
Salpêtrière, y vuelve a Viena para seguir colaborando con Breuer, ya con sus propias ideas
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sobre la etiología de la histeria. La idea de fondo suponía que los conflictos emocionales de
consciencia, en donde quedaban reprimidos aunque activos. Todos los trastornos neuróticos, al
menos los histéricos, tendrían un origen sexual (pansexualismo). El inconsciente aún no era
procedimiento para curar al paciente consistiría en ayudarle a recordar y revivir los conflictos
abandonó la hipnosis dados sus problemas fácticos (mejorías esporádicas, problemas fácticos
en su aplicación, discontinuidad del recuerdo respecto del estado de consciencia habitual, etc.)
y buscó otras técnicas terapéuticas que sirvieran para lo mismo-. Breuer y Freud liberaban a
sus pacientes de los trastornos neuróticos ayudándoles a tomar conciencia del significado
inconsciente de los síntomas. Finalmente en 1886 Freud abre su propia consulta en la Bergasse
transfiere al terapeuta los sentimientos clave de sus relaciones y conflictos con las personas
paternas, la transferencia viene ayudada por el carácter indiferenciado del analista -detrás,
sin hablar, sin saber nada de él- y la posición tumbada del paciente). Así, el paciente revivirá
hacia el terapeuta los sentimientos conflictivos que tenía ocultos hacia su madre o su padre. La
terapia, así, se convierte en una revivencia del trauma, una segunda oportunidad que, con ayuda
del analista, el sujeto resolverá correctamente, corrigiendo el desarreglo de hace tantos años.
De esta forma, una de las claves más importantes del éxito terapéutico radicará en la habilidad
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contratransferencia; encontramos aquí un fenómeno típico en la obra freudiana: una doctrina
absurda en su letra concreta, pero interesante si la contemplamos con distancia desde un punto
habla de él).
En 1895 el método de las asociaciones libres (caracterizado por pedir al paciente que dé
respuestas inmediatas ante estímulos -generalmente palabras- propuestos por el analista, sin
psicoanálisis: decir siempre todo lo que pase por la cabeza durante las sesiones, sin someterlo
a ninguna criba) encuentra su lugar como instrumento terapéutico para la recuperación de los
conflictos en lugar de la hipnosis, que se completará 5 años más tarde con la técnica de la
interpretación de los sueños. En definitiva, hacia 1895 Freud disponía de casi todos los
ingredientes conceptuales para formular un sistema original, centrado en la idea del trauma
Freud creía por entonces en la realidad de los episodios de seducción sexual infantil, lo que
construcción psicológica. En otras palabras, para el Freud de esos años el problema radical de
la neurosis se cifraba en la adaptación del individuo al mundo exterior (en este caso, hostil y
traumático), entendiendo el trastorno como una reacción al ambiente. Estamos ante un Freud
prefigurado sería necesario que Freud rompiera con esa creencia, y abandonase la teoría de la
seducción, esto es, la creencia en la realidad efectiva de las experiencias traumáticas y sus
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Así, a partir de 1897, Freud comienza a creer que, en realidad, esas experiencias eran fantasías
ya no vale de nada mirar al mundo, en el mundo no ocurrió nada. Ahora hay que mirar en el
interior de la mujer: )por qué tuvo ese deseo? )qué hizo con él, cómo lo elaboró, cómo intentó
satisfacerlo? )por qué no lo recuerda? )por qué reaparece años después convertido en un
síntoma neurótico?). Por encima de la extrañeza que cause la idea de que las pacientes desearon
la ocurrencia del abuso en su infancia, habría que atender a la relevancia psicológica que tal
idea tiene, al configurar el núcleo de toda una conceptualización del ser humano: el carácter
Anatural@, universal y esencial para el individuo del deseo edípico lo convierte en un ser
esencial, se estructura alrededor del tabú del incesto como principio básico de su formación.
Por ello, de forma inherente a la propia condición humana se encuentra su carácter insatisfecho,
su inevitable derrota ante el grupo (siendo la neurosis el resultado de las heridas de la batalla),
y su condena a vivir una vida en donde sólo cabe alcanzar satisfacciones y placeres sustitutivos.
En último término, todos los placeres de la vida sustituyen, recuerdan, conmemoran el deseo
real que jamás se podrá cumplir (el coito incestuoso en Freud, el estado intrauterino en Rank).
Mucho se ha discutido el motivo por el que Freud sustituyó la teoría de la seducción por la
teoría de la represión (la tesis de Masson, la influencia de Fliess). Por el motivo que fuera, lo
cierto es que a partir de 1898, Freud comienza a especular una compleja maquinaria psíquica
capaz de dar cuenta de los informes de abusos infantiles que se recogen en terapia, sobre la
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1.2.2.- El modelo topográfico (Aprimera tópica@)
En esta segunda etapa que va de 1898 a 1923, Freud se va a enfrentar con una problemática
nueva: la adaptación del individuo a sus propias pulsiones inconscientes, para cuyo tratamiento
no le va a servir demasiado la formación médica convencional. Para dar cuenta de esta intensa
actividad interior, Freud necesitaba postular la existencia de un órgano funcional mental (que
crease fantasías, que las reprimiese, que las elaborase en el síntoma, etc.). Fue en ALa
interpretación de los sueños@ donde ese esbozo tuvo su primera exposición en forma de un
aparato psíquico ya propio de todas las personas, y, por tanto, capaz de explicar no sólo los
síntomas psicopatológicos del neurótico, sino también los procesos psíquicos normales. Así,
esta nueva concepción del aparato psíquico, originada en su experiencia clínica, se amplió hasta
elementos da el nombre de Ainstancias@ o de Asistemas@, los cuales se hallan situados unos detrás
de otros, como los sistemas de lentes de un telescopio (enfoque tópico). Los nombres con que
Freud designa a los tres sistemas de que consta el aparato psíquico representan su grado de
consciencia pero podrían estarlo) y el inconsciente (inc.) (compuesto por aquellos elementos
que ni están presentes en la consciencia ni podrían estarlo salvo casos excepcionales), llamado
así porque no comunica con la conciencia, sino a través del preconsciente. El inconsciente
ocupa el lugar más profundo e inaccesible del aparato, mientras que el sistema consciente está
situado en el lugar superior y más a mano. Los tres sistemas están demarcados por sus
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respectivas fronteras, cuya función consiste en censurar los contenidos psíquicos para evitar
gobernado por el principio del placer, es decir, busca siempre la liberación inmediata de la
del deseo. El inconsciente es todo proceso primario, escasamente elaborado. Sus contenidos
placer, sirven tanto a la adaptación hacia dentro, a las pulsiones, como hacia fuera, esto es, a
las exigencias del mundo exterior. Entre ellas cabe enumerar la censura de pulsiones, fantasías,
energía psíquica (imprescindible para superar los procesos primarios, y que llevará a su
flujo que proviene del preconsciente. El consciente se encuentra gobernado por el principio de
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dicho de otro modo, comparte muchas funciones con el preconsciente; prevalece en ella el
inconsciente. Ejemplos de estos procesos son los lapsus (linguae y calami) y actos fallidos de
la vida cotidiana, las realizaciones artísticas, o las asociaciones libres realizadas en terapia
y analizar estos datos para llegar a la profundidad del psiquismo del sujeto y resolver sus
conflictos profundos.
Pero, sobre todo, el Acamino real@ hacia el inconsciente está configurado por los sueños. Así,
bajo la quietud aparente del durmiente, se oculta un gran alboroto psíquico, en donde los
contenidos inconscientes pueden emerger a la superficie psíquica gracias a que la debilidad del
sólo, -personas, situaciones, etc.-) y desplazamiento (los elementos aparecen abstraídos de sus
inconscientes mediante procesos casi primarios regidos por el principio del placer, y habrá que
latente.
En 1923, con la publicación de AEl 'yo' y el 'ello'@, Freud expone la nueva concepción estructural
de la mente, que queda dividida en las tres instancias (ello(id), yo(ego) y superyó(superego))
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que de alguna manera recrean los tres sistemas de la etapa anterior. El ello tendría un carácter
esta Asegunda tópica@ sería la postulación de un superyó, una estructura moral y opuesta al
placer, dotado de amplias funciones dentro del aparato psíquico con componentes tanto
- el ello: la correspondencia entre los rasgos del sistema inconsciente de la Aprimera tópica@ y
los del Aello@ en la segunda es prácticamente completa, si bien en esta segunda tópica se dota
al Aello@ de connotaciones más biologicistas (instintivas) e innatistas. Sigue siendo el reino del
principio del placer, del proceso primario, y sus contenidos son de tipo sexual y, en menor
conciencia, que sirve de mediadora entre el ello, el superyó y el mundo exterior, y trata de
buscar un compromiso razonable entre sus respectivas exigencias. Su cometido en relación con
el mundo exterior consiste en lograr cambios externos que le favorezcan; por lo que toca al
mundo interior, el yo tiene como función dominar las demandas pulsionales del ello y las
el auriga platónico que debe equilibrar el caballo blanco del superyó y negro del ello sobre el
De las tres instancias que Freud distingue en esta concepción estructural del aparato psíquico,
el yo ocupa la posición más difícil y comprometida, en tanto se halla vinculada en una relación
de dependencia tanto con respecto al ello como al superyó y al mundo exterior, lo que la
convierte en la instancia más tensa y resentida de los conflictos globales del sistema.
- el superyó: Freud introduce el término Asuperyó@ para designar la tercera de las instancias del
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aparato psíquico, tal como lo concibe en la Asegunda tópica@. Se trata de una instancia crítica
del yo, constituida por la interiorización de las prohibiciones parentales, mediante la que se
renuncia a los deseos edípicos prohibidos, actuando de censor o conciencia moral, dictando
restricciones que representan la voz de los padres y sus imperativos morales (frente al principio
moralidad).
Esta tercera agencia mental surge del Ayo@, y se constituye en vehículo de la moral, enemigo
del Aello@ y tirano del Ayo@. Su trabajo se lleva a cabo principalmente tanto dentro como fuera
es, a fin de cuentas, la que fundamentalmente tiene encomendada en el aparato psíquico, del
cual emerge como diferenciación y con el que mantiene relaciones sumamente complicadas
La naturaleza de sus reflexiones psicológicas se prestaba a que Freud las aplicase a problemas
que terminó poniendo en contacto el aparato psíquico con la esfera de los valores y las normas
del liderazgo, el coste de la civilización, el instinto de muerte y las causas de la guerra, los
mitos y las formas arcaicas de la vida en común, los sentimientos religiosos y las convicciones
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Dinámicamente, el yo representa para Freud el polo defensivo de la personalidad; es la
instancia que pone en juego los mecanismos de defensa cuando percibe una señal de ansiedad
(angustia). Tras su inicial postura que entendía a la ansiedad como el efecto del bloqueo de la
energía sexual, Freud cambió en esta segunda tópica por la consideración de la ansiedad como
una señal de peligro que recibe el yo. Existen tres tipos de ansiedades adultas: (1) ansiedad
realista: ocurre cuando el sujeto se enfrenta a una situación verdaderamente peligrosa (por
ejemplo, un león, una operación quirúrgica), (2) ansiedad neurótica: ocurre cuando impulsos
del ello inaceptables para el yo son tan fuertes que amenazan con entrar en la conciencia, y el
sujeto teme que el principio del placer y no el de realidad tome el control de la conducta y le
haga comportarse de formas no deseadas (por ejemplo, un deseo sexual en una persona célibe)
(conflicto ello/yo), y (3) ansiedad moral: ocurre a consecuencia de las estrictas demandas del
superyó sobre los contenidos del ello o del yo, y da lugar a intensos sentimientos de vergüenza,
culpa o inferioridad injustificados sobre deseos u otro tipo de conductas (por ejemplo, un deseo
La ansiedad moviliza las defensas del yo ante el peligro anunciado. Frente a la ansiedad realista
o externa, el yo pondrá en marcha defensas objetivas (por ejemplo, correr ante el león). Sin
defensa que permitan la liberación de la tensión de formas que no alteren el equilibrio que
controla el yo sobre el psiquismo de la persona. En último término, la lucha entre los deseos y
las censuras del sujeto es permanente, y es la fuente de la energía psíquica. Así, en rigor,
la censura (enfoque dinámico del psiquismo). Los mecanismos de defensa son siempre
inconscientes, son la parte del yo con más reminiscencias elloicas. Los principales son:
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Consiste en la inhibición de un impulso o evento amenazante manteniéndolo reprimido fuera
de la consciencia, con el consiguiente aumento de la tensión psíquica general del sujeto (por
inconsciente amenazante, si bien referido a otra persona o cosa y no a uno mismo (por ejemplo,
atribuir al otro miembro de la pareja la hostilidad que en verdad uno siente por ella, o el
delirio de celos).
bien disfrazado de su opuesto (por ejemplo, formar un grupo de lucha contra la pornografía
para ocultar los propios deseos pornógrafos, o la compulsión por la limpieza como escape de
los deseos anales. Así, ante cualquier pasión exagerada conviene sospechar que Aen verdad@
el sujeto posee el deseo contrario. Los mecanismos de defensa pueden combinarse; así,
atribuido a causas socialmente aceptables (por ejemplo, atribuir la falta de deseo sexual al
hacia fines socialmente aceptables. Es la forma más elaborada y madura de vérselas con los
conflictos psíquicos (por ejemplo, el arte o la ciencia como sublimación del sexo).
Freud consideró que el desarrollo evolutivo del sujeto se identificaba básicamente con el
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que la personalidad se consideraba ya definitivamente formada al término de la tercera etapa
(alrededor de los cinco-seis años de edad). Cinco son las fases de desarrollo psicosexual:
- la etapa oral (o caníbal): ocurre durante el primer año de vida, cuando el niño depende
totalmente de sus semejantes para satisfacer sus necesidades. En esa etapa, el placer corporal
ingieren los alimentos (el niño asimila el mundo comiéndoselo). En este primer momento de
su desarrollo todo en el niño aún es ello, proceso primario, principio del placer.
- la etapa anal (o sádica): (Ala libido recorre el tubo digestivo@), en el segundo año de vida,
está marcada por un cambio del sitio de placer, que se desplaza al ano, y por el enfoque de la
atención en el hecho de retener y expulsar las heces. Durante el entrenamiento del niño para
que aprenda a defecar en el retrete se adquiere la primera experiencia de control impuesto, por
lo que una parte del Aello@ se convierte en Ayo@, al renunciar al principio del placer.
- la etapa fálica: la libido ahora se concentra alrededor del falo (el pene en los varones y el
atraviesa por el complejo de Edipo; esto ocurre alrededor de los cinco años de edad. Los niños,
desde el nacimiento, encuentran en su madre la satisfacción de todos sus deseos (calor, cariño,
sueño, alimento en la fase oral, control de esfínteres en la fase anal, etc), de forma que al
ingresar en la fase fálica toman a su madre como primer objeto de deseo fálico (por supuesto,
los niños no saben lo que es el coito, pero intuyen vagamente que algún tipo de Adesgarro,
resentimiento contra el padre, por ser el rival que compite con ellos en el afecto a la madre, por
lo que el niño pasa a desear su desaparición (su muerte). Al conocer que las niñas no tienen
pene, el niño teme ser castrado por el padre como castigo por desear sexualmente a su madre;
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esta angustia (o complejo) de castración (toda ansiedad masculina adulta podrá rastrearse
hasta esta angustia) da por resultado la represión del deseo sexual del niño por su madre. Para
disminuir la ansiedad o el temor de una posible castración el niño se esfuerza por volverse
como el padre o, cuando menos, por identificarse con él (identificación con el agresor),
internalizando en forma gradual el tabú del incesto y, junto a él, los estándares y valores del
padre como si fueran los propios, apareciendo el Asuperyó@ con la moralidad y la socialización
del niño. Las niñas también aman inicialmente a la madre, al ser la proveedora de todas las
satisfacciones, pero rápidamente notan su diferencia respecto a los varones y aparece la envidia
del pene (todo sentimiento de inferioridad femenino adulto podrá rastrearse hasta esta
envidia), por lo que culpan a la madre de su carácter Aincompleto@. Así, pasan a desear un pene,
y a admirar al padre por tenerlo. Su deseo del pene se sustituye más tarde por el deseo de un
que Freud negó, ya que para éste el Edipo, la primacía del falo marca tanto el desarrollo
masculino (por su presencia) como femenino (por su ausencia) (la mujer como un tipo de
hombre). Cabe señalar también que en la obra de Freud el desarrollo del complejo de Edipo
está determinado por factores biológicos propios de las diferencias anatómicas entre los sexos
prohibida, y la libido se sublima hacia actividades de juego, aprendizaje escolar, deportes, etc.
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- la etapa genital: es la última etapa. Ahora la persona es capaz de lograr satisfacciones
vinculada al propio cuerpo, el individuo consigue que la libido se vincule a los demás, y
Cualquier placer obtenido fuera del coito (orgasmo no vaginal, etc) será considerado como
El desarrollo aquí expuesto se corresponde con el caso ideal, perfecto. En verdad, el desarrollo
gran número de fijaciones y regresiones. La fijación de la libido es un proceso por el que una
parte de la libido queda atrapada en una etapa y no fluye hacia las siguientes. La privación
severa o la sobreindulgencia extrema en una etapa dada, o bien las alteraciones no uniformes
entre la indulgencia y la privación, pueden ocasionar una fijación, que será tanto más dañina
para la personalidad adulta cuanto más temprana sea en el desarrollo, y, sobre todo, cuanta
mayor cantidad de libido quede fijada (así, cuanta más energía quede retenida, menos energía
parte de la libido retorna a una etapa previa ya superada. Cuando el sujeto se enfrenta a
situaciones o problemas causantes de gran tensión en una etapa y no tiene recursos para
solucionarlos pueden aparecer regresiones a etapas previas, de modo que el individuo comienza
predominará una etapa del desarrollo marcando de forma notable su personalidad adulta. Así,
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orales para la gratificación ante estresores (comer mucho, no comer, fumar, hablar en exceso,
- carácter anal: caracterizado por la tríada anal freudiana, es decir, la conjunción de rasgos de
terquedad.
- carácter fálico: caracterizado por rasgos como ser impulsivo e irresponsable, decidido,
- carácter genital: es el carácter adulto maduro, caracterizado por una correcta socialización,
Es preciso señalar el hecho de que una parte considerable del Psicoanálisis desarrollado por los
discípulos de Freud, incluso por los más allegados, tomó muy pronto el camino de la disidencia
de Alfred Adler, que muy pronto, en 1911, se opuso abiertamente a la importancia que Freud
concedía a los factores sexuales en la explicación de las neurosis, y abrió la vía, posteriormente
Como características generales de los autores postfreudianos caben destacar (1) prestar menos
atención a aspectos elloicos e instintivos, y prestar más atención a la Psicología del yo, (2)
prestar menos atención a los conflictos y causas puramente intrapsíquicos, y prestar más
atención a las causas interpersonales, sociales y a los aspectos relacionales, (3) prestar
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funcionamiento adulto, y (4) prestar menos atención a los estadios psicosexuales, y prestar
Alfred Adler (1870-1937): Se separa del movimiento freudiano en 1911 debido al rechazo del
que son objeto sus ideas. Funda un nuevo movimiento, llamado Psicología Individual o
inferioridad, que caracteriza inicialmente a toda persona. Es la lucha para superar estas
sensaciones de inferioridad la que proporciona la energía para las actividades de la vida (el
Cómo se resuelva esa lucha y cómo perciba el sujeto su situación determinarán la personalidad
del adulto. En las personalidades sanas, la lucha contra la inferioridad se resuelve mediante una
solidaridad y el interés social, y a un psiquismo presidido por el coraje y el sentido común. Por
el complejo de inferioridad, considerado como la base de todos los trastornos psíquicos, que
puede presentarse en su forma directa como permanente sensación de inferioridad frente a los
otros o en su forma invertida como sobrecompensación (por ejemplo, como aparente complejo
de superioridad que incluye deseos de control excesivo sobre otros, violencia y creencia en
Como Freud, Adler también creía en la gran importancia de los primeros años de la vida para
la formación de la personalidad. Especialmente acentuó el papel que los padres juegan en este
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proceso, destacando dos tipos de conducta paterna que conducen a la neurosis futura del hijo.
Por un lado, los niños mimados, aquéllos a los que se les ha dado todo hecho, se les ha guardado
de todo riesgo y problema, y se les ha impedido tomar sus propias decisiones y cometer sus
sobresensibles, impacientes, dependientes. Por otro lado, los niños rechazados, que no han
recibido suficiente amor y atención, serán adultos incapaces de mantener buenas relaciones
Adler también se interesó por la relación existente entre neurosis y orden de nacimiento,
destacando cómo los hermanos mayores (destronados tras una época de mimos) tienden a ser
adultos problemáticos, tal y como ocurre también, aunque en menor medida, con los hermanos
menores.
Carl Gustav Jung (1875-1961): Se trata del autor postfreudiano más heterodoxo, el Apríncipe
heredero@ cuya marcha del Amaestro@, provocada por su marcadísima deriva hacia la mística y
básicamente sexuales, Jung prefirió considerarla como una energía vital inespecífica de la que
tanto reprimidos como olvidados), y el inconsciente colectivo, (el más profundo de todos y
desconocido para el individuo, integrado por la experiencia heredada y acumulada de todas las
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generaciones anteriores). El inconsciente colectivo constituiría, según Jung, el almacén más
a las coincidencias que aparecen entre folklores y mitologías distantes, y entre éstos y los
delirios psicóticos.
Dentro del inconsciente colectivo, nos encontramos con los arquetipos (elementos básicos e
imágenes primordiales, como la madre tierra, el héroe fuerte, la princesa guapa, el anciano
sabio, la bruja mala, el hada madrina, dios), el ánimus (la parte masculina de las mujeres), el
ánima (la parte femenina de los hombres), la sombra (la parte oscura y perversa de la
personalidad), el mandala (diseños circulares con doble eje de simetría que representan al yo),
etc.
Asimismo, Jung propuso dos formas básicas de clasificar a las personas. La primera toma como
criterio cuatro formas diferentes que Jung propone de experimentar el mundo; así, habrá
habrá unas últimas donde predominará el pensamiento. En segundo lugar, Jung fue el primero
Todo el mundo se relaciona con el mundo dando predominio a una de estas dos direcciones.
Cuando el Psicoanálisis llega a los EE.UU., comienzan a aparecer una serie de autores
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(neofreudianos) que acentúan las fuerzas sociales más que las fuerzas biológicas en la
determinación de la conducta.
Karen Horney (1885-1952): Su rechazo a considerar que las diferencias hombre/mujer fuesen
de carácter biológico o heredado, así como las diferentes formas de neurosis que observó en su
(trabajar duro, más allá de las propias necesidades, es algo considerado muy positivo en
están en el núcleo del funcionamiento de todas las personalidades, sean sanas o neuróticas.
Consideró que la clave de las neurosis está en la forma en cómo los individuos intentan afrontar
familias inadecuadas de formas muy diversas. Existen tres tendencias neuróticas, que ya se
aprenden desde la infancia, con las que los sujetos intentan reducir su ansiedad (que en los
individuos sanos están equilibradas, apareciendo la neurosis cuando una de ellas se exacerba y
anula a las otras dos). En primer lugar, está la tendencia hacia los otros (necesidad imperiosa
de caer bien, de ser aceptado, de ser querido especialmente por alguien, dependencia,
incapacidad de vivir sin pareja, etc). En segundo lugar, está la tendencia contra los otros
(comportamiento agresivo y hostil hacia las demás personas en el supuesto de que el mundo
es hostil y la vida es lucha contra todos). Por último, está la tendencia lejos de los otros
cualquiera de estos tres estilos resulta ser inefectivo para el neurótico, ya que aunque alivia
Horney destacó también por su visión feminista y su reconstrucción del Acomplejo de Edipo@
y la Aenvidia del pene@ (introduciendo la Aenvidia del útero@ masculina) desde categorías no
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sexistas, entendiendo que, a lo sumo, dichos fenómenos tendrían una determinación cultural.
en su origen. La ansiedad era fruto de las primeras experiencias con la madre, la cual transmite
dicho sentimiento al niño; y el autoconcepto sería fruto de las percepciones del niño acerca de
cómo es valorado por los demás. Sullivan distingue tres importantes partes en el autoconcepto
o personificación (imágenes mentales que todos tenemos de nosotros y de las demás personas):
el Abuen yo@, asociado a las experiencias positivas, seguras y no ansiosas, el Amal yo@, asociado
con el dolor y las amenazas a la seguridad, y el Ano yo@, la parte del autoconcepto que se rechaza
porque supone una ansiedad intolerable, operando de forma inconsciente (y que es el que
formación de la personalidad, considerando que las relaciones entre amigos íntimos del mismo
sexo en dicha etapa pueden ser tan importantes como las relaciones con los padres en la infancia
Si para Freud el yo era un mero mediador entre las demandas del ello, el superyó y la realidad,
para Erik Erikson (1902-1994) el yo tiene protagonismo propio en el psiquismo, es una parte
potente, independiente, que trabaja para alcanzar metas, la fundamental de las cuales es
unicidad, al mismo tiempo de que continuidad con el pasado y el futuro de la vida). Su falta se
traduce en una crisis de identidad (un sentimiento de confusión y aturdimiento que se produce
cuando perdemos el sentido de quiénes somos y cuál es nuestro papel en la vida). Las crisis de
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extremas (guerras, rápidos cambios sociales como los que caracterizan nuestra época, etc).
que la personalidad se está formando a lo largo de toda la vida de la persona, y que las fases
evolutivas no terminan en la pubertad sino que continúan hasta la vejez. Así, Erikson señaló
ocho grandes fases psicosociales (ya no psicosexuales) del desarrollo, que abarcan desde el
nacimiento hasta la muerte. En cada una de ellas el sujeto atraviesa una crisis, que podrá ser
resuelta de dos formas, una adaptada y otra inadaptada, siendo esto decisivo para determinar
los problemas de la persona y la forma cómo resolverá las futuras crisis de las futuras fases.
- confianza básica contra desconfianza básica: abarca el primer año de vida. Si el niño recibe
el cariño que precisa y ve sus otras necesidades cubiertas, sentirá el mundo como un sitio seguro
y confiable. De no ser así, sentirá el mundo de forma hostil y desconfiada. Este estadio es
- autonomía contra vergüenza y duda: abarca el segundo y tercer año de vida. El niño intentará
comprobar qué puede hacer sobre las cosas y las personas. Si los padres le permiten
sobreprotegen, el niño sentirá vergüenza y duda ante los retos del mundo.
- iniciativa contra culpa: abarca el cuarto y quinto año de vida. Es la versión consciente de la
de resignación y culpa.
- eficacia contra inferioridad: abarca los años escolares de la infancia. El niño compara sus
logros con los de otros niños iguales, y puede experimentar éxito, desarrollando una sensación
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pregunta quién es ella, y toma postura ante temas trascendentes definiendo su personalidad en
ello. Puede encontrar una identidad en esta fase, o vagar erráticamente por múltiples roles sin
encontrarse a sí mismo.
- intimidad contra aislamiento: ocurre durante la primera edad adulta. Lo que se decide aquí es
si la persona va a ser capaz de establecer una relación afectiva íntima y profunda con una pareja,
- integridad del ego contra desesperanza: en la vejez, ante la proximidad de la muerte, llega en
desesperarse ante una vida desperdiciada, proyectando generalmente ese disgusto hacia otras
Difícilmente el Psicoanálisis puede cumplir los criterios formales exigibles a toda teoría de la
Personalidad. Más bien, la obra de Freud parecería un compendio de los principales errores
naturaleza mentalista de los conceptos freudianos imposibilita que el Psicoanálisis pueda ser
aceptado. Leyendo con detalle a Freud encontramos que conceptos clave de su teoría nunca
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han sido definidos de una forma precisa, sino que se ha presupuesto su entendimiento en el
lector, o están descritos de formas ambiguas o vagas. Así, es imposible investigar sobre ellos,
comprobar su adecuación o inadecuación. Esto es mucho más grave aún en aquellos conceptos
que son de carácter cuantitativo (por ejemplo, libido, )cuánta libido debe quedar retenida en
la boca para que el sujeto posea en el futuro un carácter oral?). Los intentos que ha habido
por operacionalizar los conceptos freudianos han dejado de manifiesto que son intrínsecamente
estudiando si las mujeres no devolvían unos lápices que se les había prestado en mayor medida
las verifiquen o las falsen. Y esto es así no sólo por la propia naturaleza de los conceptos usados
serie de argucias conceptuales capaces de explicar cualquier tipo de fenómeno que se produzca
(en este sentido el psicoanalista actúa con los datos como el jugador del Tetris con las piezas)
(ejemplos, )son los sujetos orales más dependientes de lo normal? Si el experimento señala
que sí, se comprueba la hipótesis apelando al instinto. Si el experimento señala que no, se
masoquistas). Nunca podría llegar a demostrarse la falsedad del Psicoanálisis (ni de la religión
vikinga), luego el Psicoanálisis no tiene ningún interés. Justamente porque es capaz de dar
razón de todo no explica nada; o, dicho de otra forma, lo explica todo, pero no predice nada.
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En el fondo, subyaciendo a todos los errores del Psicoanálisis se encuentra uno fundamental y
omnipresente, a saber, Ala necesidad de evitar como sea la refutación@. Esta es la opinión de
Refiriéndonos ahora a los contenidos doctrinales de la teoría freudiana, cabe señalar con
Eysenck que ninguna otra teoría supuestamente científica de ninguna disciplina ha seguido
manteniéndose teniendo tan poca evidencia a favor, tanta evidencia en contra y tantos modelos
alternativos a ella con menos datos en contra y más a favor. La creencia en el Psicoanálisis es,
en último término, una cuestión de fe, determinada por el deseo que el creyente tiene de creerse
ortodoxia freudiana reaccionaría a estas críticas señalando que las hacemos como una
Durante la primera mitad del siglo se aceptó que la terapia psicoanalítica, en cualquiera de sus
variantes, era la terapia adecuada, la terapia de elección, ante los trastornos neuróticos. Esto
fue así por la avalancha de casos clínicos de los que se informaba en donde un sujeto que
las psicoterapias no mediante el caso clínico sino mediante el análisis estadístico de grupos de
sujetos sometidos a diferentes terapias. Así, Rachman, encabezando un grupo donde también
tuvieron un papel importante Eysenck o Wilson, hizo una revisión de los informes sobre la
los resultados con las mejores estimaciones disponibles de recuperación sin el beneficio de
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dicha terapia. El porcentaje de mejoría notable al cabo de dos años asociado a la terapia
analítica alcanzaba el 60%, pero el asociado a la terapia ecléctica ascendía al 65%, y, más
distribuido) (los porcentajes son aproximados). Las cifras no lograron confirmar la hipótesis
de que la psicoterapia facilita la recuperación del desorden neurótico. Desde entonces hasta
nuestros días este tipo de trabajo se ha repetido obteniéndose siempre resultados en la misma
la terapia freudiana, pero nunca lograron presentar la evidencia que faltaba (el peso de la
prueba recae sobre ellos; el argumento, generalmente, tomó la forma de Aningún trabajo
estadístico deshumanizado va a venir a decirme que es mentira lo que día a día veo en mi
más hacia una técnica de autoconocimiento que hacia una terapia, y ha buscada para su
ya que parece indicar que los trastornos neuróticos pueden desaparecer de pronto, porque sí.
Más bien, la remisión espontánea señala a que el propio paso del tiempo, los cambios
en aquellos sujetos que, por acudir a psicoterapia, es probable que estén atravesando un
momento de su vida especialmente malo). Además, el paso del tiempo permite que poco a poco
el sujeto vaya aprendiendo por ensayo y error estrategias que le permitan afrontar su problema.
Estos trabajos han permitido también el estudio del efecto placebo, es decir, la efectividad
terapéutica de principios que son en sí inocuos, pero que presentados en contextos clínicos
provocan mejorías en los sujetos. Las terapias placebo han demostrado su efectividad sobre la
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remisión espontánea (el efecto placebo y la remisión espontánea explican el porqué de la
proliferación de 230 tipos de terapias diferentes según un reciente censo, así como de la
forma que cada uno de las cuales puede presentar a su favor miles de sinceros casos de
mejorías coincidentes con su práctica. Se trata de engaños, de técnicas falaces que atribuyen
sencillamente al curso de la vida, como la máquina para elegir el sexo del bebé, o el trabajo
de credibilidad de informes falsos de personalidad y horóscopos del año 1996, haciendo que
el sujeto caiga en la falacia del 'post hoc ergo propter hoc', y siendo especialmente eficaces en
la curación de problemas que se curan solos, Aun reloj parado marca la hora exacta dos veces
al día@. Se entiende, por tanto, que la casuística nunca podrá ser utilizada como prueba de la
efectividad de un tratamiento).
Por último, cabría también proponer una valoración de Freud mucho más positiva de la que las
últimas páginas indican. Por encima de la verdad o falsedad (falsedad, de hecho) de los
propuesto, por primera vez, una visión funcional de la enfermedad mental, y una propuesta de
tratamiento genuinamente psicológico. En este sentido, toda la Psicología clínica tiene con
Freud una deuda considerable (de la misma forma que todos los físicos y químicos actuales son
hijos de Tales, no porque efectivamente todo sea agua, sino porque dicha tesis suponía el
ejercicio de una lógica materialista en la explicación del cosmos, opuesta al mito imperante
hasta el momento). Toda la Psicología clínica, de la orientación que sea, es freudiana en este
aspecto.
Por otro lado, es preciso reconocer que algunos contenidos de la teoría freudiana están
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básicamente acertados (curiosamente como también ocurría con la tesis de Tales). Además de
(1) sus iniciales intereses en buscar una explicación de la histeria en las experiencias pasadas
de la paciente (lo que podría ser un antecedente hasta del conductismo), algunos ejemplos de
esto podrían ser (2) la transferencia terapéutica como señal de aviso acerca de la importancia
determinante experiencia afectiva de los niños que marca las pautas básicas del
mecanismos de defensa como propuesta sobre la que construir una consideración dinámica de
las pasiones, y (5) la importancia del deseo sexual en el comportamiento humano (normal y
estructuralistas y mentalistas con las que fueron tratados por Freud, y reconstruirlos cabalmente
dentro de un marco de relaciones O-S entre la persona y el mundo, puede ser una tarea