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Unidad 1

LAS GUERRAS DE INDEPENDENCIA. 1808-1825. El agotamiento


socioeconómico y político de la organización colonial. Agudización del
conflicto entre elites peninsulares y criollas. El aislamiento entre metrópolis
y colonias y la intervención británica. La disolución de los imperios
ibéricos.

El legado colonial:

Consecuencias del sistema comercial para la economía Hispanoamérica:

- La supremacía económica de los emisarios locales de la economía


metropolitana: el fisco y los comerciantes que aseguraban el vínculo con la
península.

- El mantenimiento casi total de los demás sectores de la economía colonial


al margen de la circulación monetaria

Surgen al lado de las tierras de agricultura indígena islotes de agricultura


española (demuestra una de las fallas de la agricultura apoyada en el trabajo
indio, al tener que sostener dos estructuras señoriales a la vez: la todavía muy
fuerte de origen prehispánico y la española, laica y eclesiástica)

La catástrofe demográfica del siglo XVII provocara transformaciones aún


más importantes en el sector agrario:

- Reemplazo de la agricultura por la ganadería del ovino (desde México a


Tucumán)

- Reemplazo parcial de la comunidad agraria indígena (de la que el sector


español se limita a extraer una renta señorial en frutos y trabajo) por la hacienda
(unidad de explotación de suelo dirigida por los españoles y que su organización
está orientada hacia consumidores ajenos a ella)

Dentro del orden económico colonial:

- La explotación agrícola es secundaria, dependiente de la mercantil y la


minera, pero igualmente es capaz de desarrollar una economía de autoconsumo
que elabora su propia riqueza.
- La función del sector agrícola es proporcionar fuerza de trabajo,
alimentos, tejidos y bestias de carga a bajo precio para ciudades y minas.

MEXICO:

La ciudad más grande del nuevo mundo (más población, la más rica, grandes
casas privadas y palacios públicos y la más significativa para la economía
europea). La clase alta son los señores de la plata y grandes comerciantes
predominantemente peninsulares (existe un conflicto entre ambos luego del
crecimiento económico mexicano) y los demás estaban inmersos en una miseria
popular. El 95 por 100 de la producción de plata toma el camino hacia Europa.
España impone grandes restricciones referido a la prohibición de comerciar con
otras naciones. México se configura como una figura privilegiada para el
imperio español donde la riqueza monetaria por habitante era mayor a la de la
metrópoli, pero estaba concentrada en muy pocas manos y era generada gracias
a la acumulación de una parte mínima del producto de la minería mexicana.

Los indios eran el 60% de la población, mientras que los criollos eran el 17 % y
los españoles el 0,2% los nacidos en España ocupaban los cargos más
importantes mientras que los criollos eran limitados por su lugar de origen.

En el Norte: Los mineros dominan la sociedad local y constituían un grupo


dotado de capital grande como para encarar autónomamente la expansión de sus
propias explotaciones generando una gran diferencia con el resto del imperio,
estos son predominantemente blancos y ocupan las primeras filas de esa alta
clase criolla que en la capital rivaliza con la peninsular. La agricultura del norte
era sobre todo de consumo local, la ganadería no exigía inversiones
importantes, la artesanía (textil, cobre, cerámica) era el fruto del trabajo de
obreros domésticos, crónicamente endeudado con los comerciantes.

En el México central: Hay una industria artesanal de mayor importancia que en


el norte. Su producción se destina por sobre todo al mercado interno (al que
dominan los sectores populares). Los comercializadores controlan la economía
del textil, pero están a su vez subordinados por una red de adelantos, deudas y
habilitaciones a los grandes importadores y exportadores de Veracruz, dueños
de la economía de México central y meridional.
Las Antillas españolas:

Cuba: la explotación del azúcar se produce en medio de una escasez de


capitales, en explotaciones pequeñas, que trabajan con esclavos relativamente
poco numerosos, cuyos propietarios arrastran pesadas deudas frente a los
comerciantes habaneros que les han adelantado lo necesario para instalarse.
Luego, está la aparición del tabaco como segundo rubro de la economía cubana
al lado del ganado.

América Central:

El mayor predominio indígena se encontraba en el Norte (Guatemala) tierra de


grandes haciendas y comunidades indígenas orientadas hacia el autoconsumo.

El Salvador, en tierras más bajas y cálidas, tiene una población más densa de
indios y mestizos y una propiedad más dividida. Los comerciantes son los que
dominan la zona y controlan la producción y exportación del principal producto
con el que Centroamérica participa en la economía internacional: el Índigo

Honduras y Nicaragua: son tierras de ganadería extensiva y escasamente


prospera, poblada sobre todo de mestizos y mulatos; en Costa Rica, se han
instalado colonos gallegos que desarrollan una agricultura dominada por el
autoconsumo en el valle central.

Tierras sudamericanas del Caribe:

Nueva granada: tiene su principal producto de exportación en el oro y a fines


del siglo llego a superar a Brasil. Esta es una región extremadamente compleja:
integrada por una costa en que Cartagena de indias, ciudad-fortaleza, era el
centro del poder militar español en la orilla sudamericana del caribe, y do valles
paralelos, separados por montañas difícilmente transitables, cuyos ejes son solo
navegables por trechos (el Cauca y Magdalena). Posee población blanca
importante (30 por 100) y las zonas de minería tenían grandes cantidades de
población negra esclava. La meseta de ganadería y agricultura templada estaba
controlada por grandes terratenientes. Además, al lado del comercio legal se
encuentra el contrabando (Jamaica lo domina y es cada vez más relevante para
nueva granada).

Venezuela: Volcada hacia el comercio ultramarino, está la costa del cacao


(principal rubro), en las zonas montañosas hay explotación pastoril de ganado
menor. Los llanos poblados por marginados de las zonas de más antigua
colonización y consagrados a una ganadería de vacas y mulas. Posee una
población que es a mitad neogranadina y exporta dos veces más que nueva
granada. Su segundo rubro es el índigo, luego el café y el algodón. Los señores
del cacao dominan la economía venezolana y son muy ricos, y consumen mucha
más carne que cereales y legumbres (como hacia la mayoría de
Hispanoamérica)

Quito: en la costa se encuentra la agricultura tropical exportadora para ultramar


y una agricultura de plantación con mano esclava. La sierra es de predominio
indio (68 por 100 de indígenas y 26 por 100 de blancos) y la economía en este
lugar es de autoconsumo. La lengua predominante es el quechua y el español
está limitado a una minoría blanca de señores territoriales, corregidores y
eclesiásticos.

El virreinato de Perú: la minería sigue estando como base de la economía y


del comercio ultramarino de Perú, hay un aumento considerable de la
producción de plata en las tierras bajo peruanas. La sierra del norte es
predominantemente mestiza y sus mulas y textiles domésticos, sus aceitunas y
frutas se envían a Quito o al Perú meridional. En la costa predomina una
agricultura orientada hacia el mercado hispanoamericano (aguardiente de pisco,
vino, algodón, azúcar y arroz.

El reino de Chile: es la más aislada y remota de las tierras españolas, en siglo


XVIII crece la producción de metales preciosos. La población crece más rápido
que la economía y sigue siendo abrumadoramente rural formada por blancos y
mestizos en su mayoría, la población negra es escasa. El campo es dominado
por la gran propiedad y trabajado cada vez más por labradores que explotan
lotes individuales a la ve que cultivan la tierra señorial. La oposición está entre
los peninsulares y los americanos.

El rio de la plata: Buenos aires como centro de importación de esclavos para


todo el sur del imperio español desde 1714 y desde 1776 cabeza de virreinato
(capital administrativa del alto Perú). El ascenso de la ciudad es rápido (crece la
población, modernización). Vinculada con el Norte esta la economía del interior
rioplatense: la de los distritos comerciales, ganaderos, artesanales de la ruta
altoperuana, que envían mulas y lanas, pieles curtidas carretas hacia el norte
minero, pero también a la de los distritos agrícolas subandinos, donde gracias al
riego se cultiva el trigo, la vid y la alfalfa. Aquí los indios no constituyen una
amenaza, si no han abandonado su papel de saqueadores, se han constituido a la
vez en intermediarios entre las tierras españolas y portuguesas.

La economía y sociedad del virreinato rioplatense muestran una complejidad


que deriva, en parte, de que sus tierras han sido reunidas por decisión política en
fecha reciente, luego de haber seguido trayectorias profundamente distintas.
Idéntica situación en cuanto a la población. Además la población negra era
escasa y se hallaba concentrada en áreas domesticas y rurales.

Las tierras de Misiones y Paraguay: la población decrece vertiginosamente


(por emigración al litoral ganadero). Siguen produciendo algodón (exportado
bajo forma de telas rusticas) y sobre todo yerba mate. La producción minera
disminuye y la zona rival de Paraguay, dominada por colonos de origen
peninsular triunfa, capturando los mercados de yerba mate y beneficiándose con
la política de fomento de la producción de tabaco, por añadidura, la expansión
de la ganadería alcanza también a Paraguay. Los salarios son en el litoral
rioplatense excepcionalmente altos, pero las necesidades de mano de obra tan
limitadas que ello no frena la expansión ganadera. La ganadería litoral tiene por
principal rubro exportador a los cueros y la industria de carnes saladas con
destino a Brasil y La Habana.

Alto Perú: sigue estando el núcleo demográfico y económico del virreinato del
Rio de la Plata y en sus minas (Potosí y Oruro). En torno a las minas se expande
la agricultura altoperuana, en las zonas más abrigadas del altiplano y una
actividad textil artesanal, ya sea doméstica, ya organizada en obrajes colectivos
que utilizan el trabajo obligatorio de la población indígena. El Alto Perú ha sido
lo bastante rico como para crear una ciudad de puro consumo: Chuquisaca,
donde hallan estancias más gratas los mineros más ricos, además sede de una
Audiencia y una universidad. La minería consume buena parte de la mano de
obra indígena.

Es una zona de elevados porcentajes de indígenas y mestizos, con una exigua


minoría blanca, por añadidura los indios utilizan aun sus lenguas (quechua y
aimara) y fuera de las ciudades suelen no entender el español, la población
negra es poco numerosa y se halla concentrada en tareas domésticas y
artesanales urbanas.

Rasgos comunes de toda la América española:


- El peso económico de la Iglesia y de las órdenes y que influye de mil
maneras en la vida colonial

- La existencia de líneas de castas cada vez más sensibles, que no se


afirman tan solo allí donde coinciden con diferencias económicas bien
marcadas, sino también donde, por el contrario, deben dar nueva fuerza a
diferenciaciones que corren peligro de borrarse, sobre todo entre los blancos, los
mestizos y los mulatos libres. Las tensiones entre estos grupos étnicos
envenenan la vida urbana en toda Hispanoamérica.

- La sociedad colonial no tiene lugar para todos sus integrantes, el espacio


entre una clase rica en la que es difícil ingresar y el océano de la plebe y las
castas sigue ocupado por grupos muy reducidos. La sociedad colonial crea así
una masa de descontento creciente.

- El escaso dominio de la tierra sumado a los obstáculos naturales


desarrollan una gran importancia en los ríos como sistema de comunicación
hispanoamericano ya que el transporte fluvial permite esquivar las dificultades
de una naturaleza sin transformación humana y, a su vez, era una forma segura
de bordear las zonas pobladas por indios de guerra. Las consecuencias
económicas de este tipo de modalidad de comunicación son muy graves: a
principios del siglo XIX comienza a verse que el transporte agota una parte muy
importante de la fuerza de trabajo, a menudo escasa. A su vez, otro aspecto, es
que comienza a hacerse sentir el peso del sistema de transporte generalizado: las
mulas de montaña tienen un rendimiento limitado en el tiempo.

PACTO COLONIAL:

A principios del siglo XVIII la metrópoli mediante nuevas reformas establece el


libre mercado entre la península y las colonias. Al poco tiempo este pacto
fracasa debido a que España al no tener una estructura industrializada, no puede
mantener el monopolio de comercio y las colonias empiezan a negociar mucho
mas con otras naciones industrializadas (Gran Bretaña, EE. UU.)

La independencia mexicana se caracteriza por:

- Alta participación de las clases bajas (pero en ninguna independencia de


América Latina o del Sur estas fueron las que planearon la revolución,
sino fueron los criollos). Los criollos, en especial los absolutistas, fueron
los que decidieron que debido a la caída de Fernando VII, la soberanía
debía residir en el reino, por lo que se tendría que derrocar al virrey. La
intención era buscar una MAYOR AUTONOMIA DE LA COLONIA, no
la independencia

- Se derroca al virrey y se pone en el lugar a un general retirado llamado


Pedro de Garibay, el cual es utilizado, por los conservadores de la
colonia, para que no se lleven a cabo las reformas autónomas.

- La supresión de estas reformas creo un gran descontento entre las masas,


por ello, en 1810, Hidalgo (cura criollo) comenzó una revuelta (Grito de
Dolores) en Guanajuato conformada mayoritariamente por indios y
castas. Esta revuelta se tornó violenta y transformo en una guerra contra
los blancos considerados opresores, sin ningún tipo de objetivo claro de
revolución y sin ninguna dirección concreta. Mas tarde, estas fuerzas
revolucionarias serian masacradas.

- En 1812 Morelos (dirigente designado por Hidalgo) declara la


independencia con el objetivo de proponer un sistema parlamentario y
una seria de reformas sociales que incluía la abolición de la esclavitud,
del tributo, del sistema de castas y de las barreras legales que impedían el
ascenso de la gente de extracción social mas baja.

- En 1814 se proclama la independencia y se redacta una constitución


liberal, pero debido a la falta de apoyo, principalmente por parte de la
clase criolla, Morelos termina siendo encarcelado en 1815.

Quien se encargó de reestablecer el orden en todo el virreinato fue el Virrey


Venegas, quien, a pesar de encontrarse con las reformas liberales de la corte de
Cádiz, que ayudaban a los independistas con inclinación liberal, decidió optar
por llevar a cabo algunas medidas y otras no, como, por ejemplo, no adoptar la
ley de libertad de prensa. Por pocos años, el Virrey se encontró con un ejército
fuerte y una hacienda bien formada para la colecta de impuestos y sin ninguna
revolución.

En 1820 en España se instaura una constitución liberal que genera grandes


consecuencias en el imperio, evidenciando la irrelevancia del rey y del control
de la metrópoli

En 1821 Iturbide difunde el “Plan de Iguala”, el cual se resume en tres


principios

- Religión: definición del catolicismo como la religión nacional de México


- Independencia: declaración de la independencia de México del imperio
español
- Unión: igualdad social de todos los grupos étnicos y sociales del nuevo
país

Cabe destacar que lo que logro Iturbide fue darle algo a todos los sectores
sociales, en especial, a los criollos, quienes nunca apoyaron las anteriores
revueltas porque no había nada que les pudieran ofrecer. Al año siguiente
Iturbide se declara emperador

Brasil:

La principal industria es la azucarera, aunque decae a finales del siglo XVII


debido a que esta inserta en un mercado con una capacidad de consumo muy
limitada y por la apropiación de las Antillas por parte de Holanda e Inglaterra.
La decadencia del azúcar tiene consecuencias sobre zonas marginales ya que
comienza a explotarse la madera, un poco de oro y piedras preciosas obtenidas
en trueque y hay un incremento de la ganadería. Además, se desarrolla un
comercio clandestino por parte de los portugueses que le permite a Brasil tener
acceso a una parte sustancial de la plata potosina.

Los señores de ingenio Ganaderos del sector


nordestino
- Dueños de tierra y de medios para producir el azúcar - Unión entre portugueses e indios
- Explotan una masa esclava e indígena - Vida más sencilla que en las tierras del
azúcar

Diferencias entre Hispanoamérica y México/Brasil:

- México sufre una colonización tardía a diferencia del resto de


Hispanoamérica, ya que se encuentran las minas pocos años después
- Se admite una multiplicidad de empresarios individuales que estaban
interesados en las riquezas de las minas probando una inmigración
metropolitana incomparable con Hispanoamérica.
- En Hispanoamérica la posesión de la tierra y de la riqueza no van juntas,
en cambio en Brasil si suelen acompañarse dándoles a las clases
dominantes locales un poder que les falta en las Indias castellanas. Por
esto mismo la creación de un poder central en Brasil no puede ser en
contra de esos poderes locales que encontraron el modo de dominar las
instituciones creadas para controlarlos. Por lo tanto, el poder central nace
débil y elabora tácticas adecuadas a esa debilidad: durante el siglo 18 en
Brasil abundan los choques interregionales frente a los cuales el poder
regio actúa como árbitro tímido.

Reformas Borbónicas: Dos aspectos

El comercial:

Lograron comenzar la transformación del comercio interregional


hispanoamericano y favorecieron el surgimiento de núcleos de economía
exportadora al margen de la minería, aunque el cambio en el equilibrio de los
distintos rubros sólo se insinúa (Sólo Venezuela, más tarde Cuba, conocen una
expansión desvinculada de la minería tradicional, por lo contrario, en México,
Nueva Granada y otras zonas continúan priorizando la minería). La minería
proporciona la mayor parte de la producción regional dominando las
exportaciones hispanoamericanas.

La reforma mercantil: la libertad de comercio en el marco imperial acerca a


las Indias a la economía europea abarata localmente los productos importados y
hace posible aumentar su volumen. Aunque, el uso de bienes de consumo
importados se limita a las capas sociales más altas viéndose interferida por
limitaciones geográficas generando que se difunda más lejos de los puntos de
ingreso de la mercadería ultramarina.

Con todas estas limitaciones las reformas mercantiles parecen introducir


un nuevo equilibrio entre importaciones y exportaciones menos brutalmente
orientado a favor de la metrópoli. Esta innovación es balanceada por la
conquista de los grandes circuitos comerciales hispanoamericanos por
comerciantes peninsulares y por la motivación de la corona que se basa en una
inspiración fiscalista que no tratan de ocultar generando entre mediados y fines
del siglo XVIII que las rentas de la corona se tripliquen.

El administrativo:

La mejora administrativa era para las autoridades españolas un fin en sí mismo:


llegaron a convencerse de que las insuficiencias administrativas eran tan graves
que en caso de seguir tolerando las terminaron por amenazar la existencia
misma del vínculo imperial.

No había duda de que los efectos del sistema administrativo eran graves y
evidentes: las atribuciones de las distintas magistraturas se superponían y las
dificultades que esto provocaba se acentuaban cuando los conflictos de
jurisdicción se daban muy lejos de quienes podían resolverlos generando que el
conflicto perdure y se agrave.

Detrás de la reforma administrativa se hallaban intenciones de EXTRAER


MAYORES RENTAS FISCALES DE LA y, a su vez, un
FORTALECIMIENTO POLITICO visto sobre todo en la perspectiva militar tan
presente en el reformismo ilustrado.

El esquema administrativo de las Indias se enfrentaba con autoridades de


designación directa o indirectamente metropolitana:

● Audiencias: Poseían funciones judiciales, administrativas y hasta


ejecutivas; algunas de ellas eran encargadas de propagar las nuevas
normas originadas por la Corona con lo que se encontraban en
comunicación directa (a través del Consejo de las Indias). A su vez, las
audiencias podían implicar la posesión del gobierno administrativo de
algunas zonas vastas bajo la supervisión de un virrey.

● Virreyes: Poseían funciones administrativas de hacienda y defensa que


ejercen sobre territorios demasiado extensos para poder cumplir sus
tareas eficazmente la delegación de autoridad era ineludible aunque sólo
se la institucionalidad en muy pequeña medida.

● Gobernadores: Solían ser funcionarios de carrera que eran trasladados


de un extremo al otro de las Indias.

● Corregidores: Eran figuras de arraigo local que no poseían renta por su


cargo desempeñado pero que podían resarcirse mediante el sistema de
repartimiento ofreciéndoles ventas forzosas a sus gobernadores.

Y otras de origen local:

● Cabildos de españoles: Eran instituciones municipales organizadas sobre


el modelo metropolitano, estos tienen jurisdicción administrativa y de
baja justicia sobre zonas muy amplias pero escasamente urbanizadas.

● Cabildos de Indios: Se crearon sólo donde se daba una población


indígena densa; su existencia es una manifestación de la tendencia de los
colonizadores a delegar buena parte del control de los indígenas en una
elite de origen prehispánico a la que transformaron en aliada y
subordinada.

● Otra de las manifestaciones de esta tendencia se ve en los caciques


que gobiernan a los indígenas reunidos en grupos pequeños y
gozan de privilegios personales.

Unas y otras ejercen funciones complejas en el gobierno de la


administración, La Hacienda, el ejército y la justicia. Aunque los complejos
entrelazamientos que el sistema muestra están aún + agudizados por los medios
de control extraordinario:

● Las visitas de funcionarios extraordinarios enviados por la metrópoli para


examinar y resolver situaciones especiales.

● Las residencias que imponen el juicio de los funcionarios al terminar su


actuación.

El resultado de esto era la existencia de conflictos nuevos constantemente


dentro de las magistraturas o entre unas y otras, pero cada uno de estos
conflictos se convertía en una lluvia de encendidas y contradictorias denuncias.
Esto llevó a que las autoridades metropolitanas, incapaces de entender qué
pasaba realmente, adopten una extrema prudencia en sus intervenciones directa.
Dentro del cuadro tradicional, el siglo 18 verá la creación de nuevas unidades
administrativas vinculadas, sobre todo, a la necesidad de defensa, aunque para
hacer más eficaz la administración se una modificación mucho más ambiciosa:
en la metrópoli y en las Indias se trata de erigir un aparato administrativo +
sólidamente controlado por la Corona.

En España se creó el Ministerio de las Indias destinado a quitarle el poder


efectivo al Consejo de las Indias. En América la tentativa se basó más que
nada en la creación de los intendentes del ejército y hacienda. La creación de
estas intendencias significa para América un avance en la organización de la
alta burocracia formada y dirigida desde la metrópoli y constituida en su
mayoría por peninsulares.

● Los intendentes tenían a su cargo diversos pero rigurosos requisitos que


venían con la designación, a su vez, se les daba un poder mucho más
amplio sobre las corporaciones municipales.

● Los subdelegados estaban subordinados a los intendentes, pero su


designación era hecha por el virrey; estos funcionarios no eran rentados
pero tenían derecho a adjudicarse un porcentaje de las tasas que cobraban
por el fisco.

La reforma administrativa se extiende a la esfera militar: encontrándose con


una organización que descansa sobre las fuerzas locales por lo que la transforma
creando como núcleo de las fuerzas armadas de las Indias a un ejército
profesional. Aunque esta preocupación por la guerra está muy cerca de la
inquietud por el progreso técnico advirtiendo de las intenciones de la política
regia.

La Iglesia será muy tocada por la ola de renovación; la organización


eclesiástica estuvo desde los orígenes de la colonización en manos de la Corona
pero eso no generó que pudiese evitar un control más discreto. Además de
dominar tierras diseminadas entre los españoles, la iglesia va a seguir órdenes
complejas que son simultáneamente de evangelización y de gobierno: misiones
y reducciones que cumplen una función política precisa.

La expulsión de los jesuitas eliminó un importante mundo semicerrado que


había demostrado ser capaz de encarar nuevas tareas: en el aspecto
económico constituían un aparato de producción y comercio cuya eficacia
supera a las demás órdenes; en lo cultural se manifestaron algunos aportes
esenciales a la ilustración hispanoamericana. Al expulsarlos, es el clero secular
el que domina el panorama eclesiástico en las Indias y la Corona juzga bueno
que así sea aunque no alcanza ningún aspecto de los anteriormente
mencionados.

Resultado de las Reformas:

- Disgregación política
- Conflictos institucionales
- Desarrollo de una política contra la corrupción de la administración
colonial

Primera etapa (1810-1815): estallido revolucionario y guerra civil:

Las reformas borbónicas habían mejorado la eficacia de la administración: ello


explica el malestar de los sectores criollos, que ahora se sentían más controlados
por la Metrópoli. Además, este malestar se potenciaba porque las reformas
habían otorgado los cargos burocráticos a los peninsulares, y habían propiciado
el acecho constante de los mercaderes peninsulares en los puertos coloniales,
relegando a los comerciantes criollos. Pero según Halperin, el proceso de
reformas político-administrativas de las colonias no puede explicar la rapidez
del proceso de independencia política respecto de las metrópolis: más bien, las
reformas prefiguran cambios y conflictos a largo plazo. Sino que la revolución
francesa y sus consecuencias serian fundamentales para la independencia de las
colonias

Las consecuencias de ello fueron una incomunicación entre España y las


colonias, que imposibilitaba el envío de soldados y el monopolio comercial.
Así, España adoptaría algunas medidas de emergencia que flexibilizan el
comercio de las colonias (y eran bien vistas por los criollos). Pero las colonias
ahora no tenían mercados asegurados y se acumulaban stocks; los productores y
comerciantes criollos comenzaban a ver en España el principal obstáculo a sus
intereses. Se empieza a plantear la disolución del lazo colonial, con distintos
matices.

Luego de la guerra de Independencia española, que aseguró la vuelta al trono de


Fernando VII y la alianza con Inglaterra, España pudo retomar el vínculo -ya
muy transformado y sin vuelta atrás- con sus colonias. Pero España se encuentra
debilitada, militar y económicamente, y la presencia de Inglaterra daba el golpe
final al viejo monopolio. Además, a nivel local, las elites criollas y las
peninsulares son hostiles entre sí. Serán los propios peninsulares quienes darán
los primeros golpes al sistema administrativo colonial.

En cambio, el problema más importante era el del lugar de los


peninsulares en las colonias. Las revoluciones comenzaron por ser intentos de
las elites criollas urbanas por reemplazarlos en el poder político. La
administración colonial, por su parte, apoyó a los peninsulares.

Los revolucionarios no se sentían rebeldes, sino herederos de un poder


caído, probablemente para siempre. No hay razón alguna para que se
opongan a ese patrimonio político-administrativo que ahora consideran
suyo y al que lo consideran como útil para satisfacer sus intereses.

En líneas generales, la revolución es una cuestión que afecta a pequeños


sectores: las elites criollas urbanas que toman venganza por las demasiadas
postergaciones que han sufrido. Herederas de sus adversarios (los funcionarios
metropolitanos), si bien saben que una de las razones de su triunfo es que su
condición de americanas les confiere una representatividad que aún no les ha
sido discutida por la población nativa, no conciben cambios demasiados
profundos en las bases reales de poder político. A lo sumo, se limitarán a una
limitada ampliación a otros sectores en el poder, institucionalizada en reformas
liberales.

Se abrirá entonces una guerra civil que surge en los sectores privilegiados
(criollos versus peninsulares): cada uno de los bandos buscará, para ganar,
conseguir adhesiones en el resto de la población. La participación de las masas
en la revolución será muy variable según las regiones.

En México y las Antillas no fueron tan importantes estas pugnas entre


criollos y peninsulares: en las Antillas, la revolución social haitiana, que había
expulsado a los plantadores franceses de ese país, mostraba los peligros que
podía acarrear una división entre las elites blancas. En México, la protesta india
y mestiza de la primera fase de la revolución fue derrotada por una alianza entre
criollos y peninsulares.
Unidad 2

LAS GUERRAS CIVILES Y EL PREDOMINIO DEL CAUDILLISMO.


1825- 1850. Fragmentación territorial e inestabilidad política. Militarismo,
hacienda y caudillismo. Ampliación y consolidación del sector
terrateniente. Regionalismos y localismos. Proteccionismo y libre comercio.
El modelo de desarrollo en Paraguay. El Congreso de Panamá: apoyos y
hostilidades. México y la expansión de Estados Unidos. El gobierno
monárquico en Brasil. El financiamiento externo y las crisis de la deuda.

Rasgos generales del periodo:

La violencia comienza a dominar en la vida cotidiana, luego de la guerra es


necesario difundir las armas por todas partes para mantener un orden
interno tolerable, así la militarización sobrevive a la lucha. En este contexto
adquiere relevancia la élite de los caudillos como miembro del nuevo
cuerpo de oficiales. militarización y caudillismo en la sociedad

Los poderes revolucionarios reemplazaron el personal de las altas


magistraturas y pusieron en su lugar a quienes les eran leales, privando a
los primeros de forma más permanente de poder y prestigio,
transformándolas en agentes escasamente autónomos del centro de poder
político.

Con la apertura del comercio en 1810, la guerra se acompañó entonces de una


brutal transformación de las estructuras mercantiles. Ni Europa ni ningún país
realizaron apreciables inversiones de capitales en Hispanoamérica debido al
desorden posrevolucionario y la situación económica que atravesaban las
metrópolis con el comienzo de la Revolución Industrial.

Inglaterra entra en contacto con Hispanoamérica con intereses, no únicamente


sobre los frutos de la ganadería, agricultura y minería, sino también sobre todo
desemboques a la exportación metropolitana, junto con un dominio de los
circuitos mercantiles locales que acentúe la situación favorable para la
metrópoli. Desde 1815, Inglaterra vuelca sobre Latinoamérica un desborde de
su producción industrial.

En 1815 la depresión metropolitana obliga a cuidar los precios de los frutos


locales y la capacidad de consumo hispanoamericana es colmada. Aparecen
también nuevos competidores frente a los nuevos señores del mercado y los
ingleses comienzan a ver las debilidades que se escondían bajo su triunfo en la
medida en que asciende Estados Unidos. Inglaterra pasa a tener una posición
similar a la de España adquiriendo, por medios económicos, monopolio, aunque
difícil de sostener en el tiempo.

Creación de un nuevo mercado: venta de liquidaciones que podían arruinar a


una oleada de invasores comerciales. Este mercado encontraba una traba en la
escasa capacidad de consumo popular. El aumento de las importaciones
significó un peso muy grave para la economía en su conjunto, sobre todo
cuando las exportaciones no aumentaban de la misma forma. Los nuevos
dueños del mercado buscaban obtener metálicos y no frutos.

En la década de 1820, Gran Bretaña va a consolidar aún más su situación


privilegiada reconociendo la independencia de muchos estados con tratados
de amistad, comercio y navegación. Inglaterra no pretende participar más
profundamente en la economía latinoamericana, opta por fijar objetivos
políticos adecuados a su incapacidad de intervenir económicamente por
falta de capital. No buscaba una dominación política directa para
ahorrarse gastos administrativos, la tarea de gobernar quedó en manos de
Hispanoamérica, junto con la producción y buena parte del comercio
interno. Gran Bretaña actuaba de manera cautelosa, la base de su acción
estaba en debilitar a los nuevos estados e intervenir cuando fuera necesario

Para la década del cuarenta la economía hispanoamericana se encuentra


estancada, el comercio de 1850 no excede el de 1810 y, teniendo en cuenta la
apertura comercial, se transforma en un índice sensible. Comparado con la
situación político-social que vivieron algunos países durante las guerras de
independencia, la estructura comercial orientada a ultramar compensará las
desventajas creadas. Otros países cuya actividad no era la ganadera o agrícola y
lo era, por ejemplo, la minería, no logran alcanzar los niveles de los tiempos
coloniales puesto que necesitan aportes de capitales ultramarinos para
rehabilitar la actividad minera destruida por las guerras de la independencia.

La independencia política no implicaba la económica. La expansión


económica fue impulsada por la introducción de nuevas tecnologías en los
campos: primeros trenes de pasajeros, empresas navieras de vapor y compañías
de luz de gas. Todo esto atrajo la atención de inversores ingleses; la atracción de
riquezas latinoamericanas fue uno de los factores decisivos en uno de los
primeros auges de bolsa en el siglo XIX.

El primer ciclo de préstamos estuvo vinculado a una fase expansiva de la


economía internacional. La dimensión política de ello eran los objetivos
estratégicos por alcanzar: los prestamistas ingleses creían que mediante esta
acción podrían abrirse paso al comercio latinoamericano; los políticos
latinoamericanos deseaban obtener préstamos para financiar sus ejércitos, así
como para consolidar las nuevas naciones-estados que habían empezado a surgir
de las ruinas colonias.

A partir de la independencia los países latinoamericanos adoptaron políticas


librecambistas. En primer lugar los impuestos sobre importaciones y
exportaciones se convirtieron en la principal fuente de recursos de los gobiernos
latinoamericanos, era el impuesto con menos probabilidad de provocar protestas
populares. En segundo lugar, los ejércitos y armadas de los nuevos estados
requerían de abastecimiento, necesidad que desembocó en el establecimiento de
contratos con proveedores extranjeros. En último lugar, a través de tratados
comerciales, los países latinoamericanos daban grandes pasos hacia el
reconocimiento que les permitiría participar libre y confiadamente en
transacciones en el mercado financiero de Londres ya que los banqueros e
inversionistas aceptarían la validez jurídica de los bonos de deuda externa.

En 1825-1826 hubo una crisis causada por el abarrotamiento de los puertos


latinoamericanos con bienes importados desde Gran Bretaña que comenzó a
dominar una parte importante de las actividades de importación-exportación, así
como en las inversiones en minas de oro y plata. El mercado más rentable era el
de material bélico, cuyo comercio implicaba buenas relaciones con los países
latinoamericanos y los bancos ingleses.

Los funcionarios de los gobiernos latinoamericanos debieron saquear las


ciudades y zonas rurales en busca de metálico para pagar suministros que
constaban de importaciones de textiles y material bélico. Aun así, la economía
seguía estancada y la expansión económica sólo sería posible reactivando las
minas de oro y plata para la que nuevamente debieron solicitar capitales
británicos iniciando la etapa que se conoce como fiebre minera (1824/25) que
encontró dificultades en el estado de las minas tras las guerras.

Tipos de préstamos:

● Armamento: Perú, México, Colombia, Chile


● Pago de deudas: Colombia y Brasil
● Obras públicas: Argentina (aunque también continuaba utilizando
excedentes del fisco) El préstamo fue colocado en el primer banco
argentino del siglo XIX. El oro extranjero se utilizó para amortizar las
deudas del gobierno y facilitar la emisión de bonos internos.
● Pago para el reconocimiento: Haití y Brasil

Resignificación de la esclavitud donde se ve una mirada polarizada:

En torno al ámbito legal se ve como la esclavitud debe abolirse por motivos


principalmente ideológicos, los nuevos estados se muestran remisos a abolirla.

En torno al ámbito de la guerra los obliga a los estados a manumisiones cada


vez más amplias, las guerras civiles serán luego ocasión de otras. La esclavitud
doméstica pierde importancia, la agrícola se defiende mejor en las zonas de
plantaciones que dependen de ella. Esas manumisiones tienen por objeto:
■ Conseguir soldados para engrosar las filas del ejército

■ Mano de obra barata para para la agricultura

División en castas: la revolución ha cambiado también el sentido de la división


en castas. Tanto los mestizos y mulatos libres aprovechan mejor la
transformación revolucionaria y hay una disminución a veces vertiginosa de los
registrados como de sangre mezclada rompiendo en sí con todas las estructuras
que mostraban a la blancura como un signo de superioridad frente al resto. De
la mano de esta división de castas varió en sí la relación entre las elites urbanas
revolucionarias y los sectores de castas y blancos. Las viejas élites urbanas irán
perdiendo poder frente a los sectores rurales sumamente beneficiados del
desarrollo y aprovechamiento de la tierra como factor primordial para el
desarrollo de su fortuna.

La revolución no priva solamente a las elites urbanas de su riqueza. Se debe


señalar que el despoje de su prestigio al manejo y acceso del sistema
institucional. que los identificaba como tales, los lleva a una completa pérdida
del poder transformándolos en agentes escasamente autónomos del centro de
poder político. Debilitadas las bases económicas de su poder por el coste de la
guerra, las élites urbanas deben aceptar ser integradas en posición muy
subordinada en un nuevo poder político cuyo núcleo es militar.

Cambios en la estructura eclesiástica: las magistraturas municipales o


judiciales también entrarán en decadencia irremediable. Debido a la vinculación
de la iglesia con la corona va a haber una depuración de obispos y párrocos
siendo expulsados y cambiados por nuevos dirigentes apasionados patriotas
designados por el poder civil, transformando no solo la composición del clero
hispanoamericano sino la relación entre éste y el poder político. La Iglesia va a
empobrecerse y subordinarse al poder político debido a las numerosas
donaciones que realizará a los ejércitos revolucionarios. El papa no reconoce a
otro soberano legítimo que no sea el rey de España, el resultado es que los
administradores de sedes episcopales y párrocos son designados por las
autoridades políticas y con criterios políticos. Lo mismo que ocurre en las
dignidades civiles, las eclesiásticas han perdido buena parte de las ventajas
materiales que solían traer consigo; han perdido mucho más prestigio.

Caso de Inglaterra:
A principios del siglo XIX, Hispanoamérica entra en contacto con una
Inglaterra que sólo podía cubrir con dificultad los requerimientos de capital de
la primera edad ferroviaria en el continente y en Estados Unidos. No hay deseos
por parte de la potencia de arriesgar mucho ya que, por un lado, el peligro es
grande y, por el otro, buscan cosas muy precisas en esta nueva relación que
estaban llevando a cabo, es decir, no es la agricultura lo que le interesa ni la
minería, aunque resulte una inversión muchos más llamativa, son los
desemboques a la exportación metropolitana lo que Inglaterra estaba
desesperadamente buscando en esta nueva relación para así obtener un dominio
de los circuitos mercantiles locales que acentúan la situación favorable para la
metrópoli.

Hasta 1815, Inglaterra vuelca en grandes cantidades su producción industrial en


mercados latinoamericanos que ya estaban abarrotados generando ingentes
pérdidas para quienes habían dominado las estructuras mercantiles coloniales
debilitadas por el derrumbe de los circuitos comerciales a causa de la guerra y la
revolución. A su vez, la nueva ruta de Londres puso a la potencia en una
situación de ventaja aún mayor que la que ya poseía frente a Hispanoamérica,
un claro ejemplo de esto se da con la marina mercante que echaba por tierra los
esbozos de las marinas locales que habían comenzado a desarrollarse en algunos
puertos latinoamericanos.

La hegemonía de Inglaterra se apoya en su predominio comercial, en su poder


naval, en tratados internacionales, pero se apoyaba también en un uso muy
discreto de sus ventajas: protegía mediante su poderío político una vinculación
sobre todo mercantil ya que no deseaba participar de forma más profunda en la
economía latinoamericana con lo que fijó objetivos políticos adecuados a la
situación. En primer lugar, no aspiraba a una dominación política directa que
implicaba gastos administrativos y la comprometería en luchas de las facciones
locales. Por el contrario, se proponía dejar en manos hispanoamericanas el
gobierno de las tierras, la producción y el comercio interno. A su vez, la cautela
se convirtió en el rasgo característico y dominante de la política británica, que
explica la preferencia por el mantenimiento de la fragmentación política
heredada de la revolución.

A su vez, los nuevos dueños del comercio introducen en los circuitos un


circulante monetario -mostrando una gran diferencia política con España- con la
idea de desarrollar una emancipación del productor rural frente al mercader y
prestamista urbano. Esto no dura demasiado ya que la relación entra en crisis
donde la depresión metropolitana obliga a cuidar los precios a los que se
compran los frutos locales y, por otro lado, la capacidad de consumo
hispanoamericano ha sido agotada. Ante esta situación, acentuada por los
nacientes rivales, los británicos tienden con mayor frecuencia a continuar las
actitudes de los antiguos dominadores del mercado colonial.

En cuanto a Brasil, Gran Bretaña es una sombra que se proyectará sobre el


Estado durante largos años. Este se constituyó como el principal mercado
latinoamericano para los británicos con lo que su poderío llega a extenderse al
sistema político en forma de presiones sobre la abolición de la trata de esclavos
y la negociación de tratados que sólo le aportan mayores ventajas a Inglaterra.

Apertura al comercio exterior: el rol de las grandes potencias:

Todos los cambios anteriormente mencionados derivan en dos factores


primordiales:

● En Hispanoamérica hubo un ciclo de quince años de guerra


revolucionaria

● Desde 1810 toda Hispanoamérica se abrió plenamente al comercio


extranjero; la guerra se acompaña de una brutal transformación de las
estructuras mercantiles que se dan tanto en las zonas realistas como en
las dominadas por los patriotas. Así, la relación de Hispanoamérica
con el mundo se modifica y fluctúa para chocarse con una Europa que
no está muy dispuesta a hacer grandes inversiones en unos Estados
atravesados por el desorden posrevolucionario.

El grado de integración era muy escaso, cercanamente nulo. Esto se debía


principalmente a: La actividad económica local era escasa de por sí.

● En la mayoría de los estados nacientes, los mercados locales se vieron


debilitados por la competencia con los productos industrializados
provenientes del extranjero, principalmente de parte de Gran Bretaña.

● El debilitamiento de los grandes mercaderes que no pudieron adaptarse


eficazmente a las innovaciones introducidas por la guerra de
Independencia supone una derrota irreversible para toda Hispanoamérica,
dado que la parte más rica y prestigiosa del comercio local quedará en
manos extranjeras, y las aristocracias comerciales se inundarán de
apellidos ingleses.
● El déficit financiero que presentaban continuamente los nuevos
gobiernos. En una nueva configuración económica internacional que
condiciona a los estados a recibir constantemente importaciones a la vez
que limitaba sus posibilidades de exportación, el déficit financiero se
convirtió rápidamente en moneda corriente en el nuevo continente. Con
economías destrozadas, era difícil pensar para estos gobiernos en algún
tipo de intercambio con sus vecinos más cercanos.

Por estos motivos, la decadencia de los mercados locales, el aumento constante


de las importaciones en detrimento de las exportaciones estatales y la influencia
cada vez más notable de actores extranjeros representados principalmente por
Gran Bretaña, sumados a su vez a la inestabilidad política y militar generalizada
en el continente latinoamericano luego de las guerras de independencia, era
difícil de pensar en grados de integración regional entre los nuevos estados.

Consecuencias del proceso de independencia - El fin de un ciclo: Hacia la


década del ´40, definitivamente alejada la posibilidad de una restauración del
antiguo orden, dejan ver los cambios negativos traídos por la independencia:

● Degradación de la vida administrativa

● Desorden y militarización

● Un despotismo más pesado de soportar porque debe ejercer sobre


poblaciones que la revolución ha despertado a la vida política y que
solo deja la alternativa de la guerra civil, incapaz de fundar sistemas
de convivencia menos brutales.

● En lo económico desde una perspectiva general hispanoamericana se


da un estancamiento.

Económico:

Para fines de la década de 1820, los Estados latinoamericanos estaban atrapados


en una grave crisis que se vinculaba con los problemas de la deuda externa, a
partir de 1826 comenzaron a cancelar sus pagos de deuda. La crisis tuvo
también sus causas en factores externos, en particular la crisis comercial y
bancaria europea de 1825/26, que redujo el comercio transatlántico y congelo
las exportaciones de capital de las que dependían directamente los países
latinoamericanos.
El mercado de valores londinenses estaba deprimido y el precio de productos
básicos había sufrido un agudo descenso, sumado a la quiebra de múltiples
bancos y firmas; la depresión económica acabo por expandirse al resto del
continente europeo iniciando una de las primeras crisis del capitalismo
moderno.

El consumo de productos ingleses se vio afectado por el aumento en el precio de


los mismos, pero, los mercados latinoamericanos compensan la disminución del
comercio con la Europa continental. El comercio latinoamericano constituyó
una influencia estabilizadora para la economía inglesa. Podemos afirmar que no
fue causa de los bonos emitidos la crisis, sino por otros factores que afectaron:
el comercio internacional, la minería de la plata y las finanzas gubernamentales.

El único país que pudo escapar de los embates de las crisis fue Brasil, cuyo
comercio exterior no disminuyó. Las exportaciones de Inglaterra a Brasil no
disminuyeron. El motivo de la declinación global del comercio latinoamericano
no fue únicamente el problema de las exportaciones sino también la crisis en los
centros financieros del Viejo Mundo.

La suspensión de las exportaciones de capital europeo interrumpió el desarrollo


de otra importante fuente de riqueza en la que los dirigentes latinoamericanos
habían puesto sus esperanzas para lograr la recuperación económica: la minería
de plata. La clausura de estas precedió y contribuyó a la crisis internacional de
1825-26. Algunas actividades mineras, como la de Chile, tuvieron problemas
después del estallido de la crisis por la falta de inversión extranjera.

El gobierno peruano fue, en 1826, el primero en suspender los pagos de la


deuda. Uno de los motivos fue la presión que recayó en las autoridades de Lima
para pagar a los acreedores de la firma en quiebra y la falta de recursos para
poder responder a esta exigencia. Para mediados de 1827 todos los países de
Latinoamérica, a excepción de Brasil, habían suspendido el pago de las deudas
aun con intentos previos de evitarlo y no pudieron reanudar sus remesas durante
veinte o treinta años.

Los ingresos impositivos disminuyeron, situación que empeoró ante la falta de


oro y plata (gran parte estaba en manos de comerciantes extranjeros o atesorado
por las clases propietarias latinas. La falta de liquidez fomenta la fragmentación
de las economías locales, lo cual contribuyó a fortalecer las tendencias
regionalistas. Todo esto empeoró los intentos de fortalecer la unidad nacional y
socavaron las finanzas públicas.
Durante el decenio de 1840-1850, la mayor parte de las naciones
latinoamericanas siguieron padeciendo agudos conflictos políticos y militares.
En este período México sufrió invasiones norteamericanas, estallaron guerras
civiles en Perú y en el resto del subcontinente la inestabilidad política, los
movimientos separatistas y las insurrecciones populares arrasaron con la tierra y
la sociedad. Todo esto llevó a que las clases dirigentes dieran prioridad al
mantenimiento de sus ejércitos.

Así mismo, en la década citada, aumentó la demanda europea de materias


primas iniciando un crecimiento de las exportaciones de algunos países como
Chile y Perú. Se inició un proceso de renegociación de las deudas e intentos por
establecer nuevos acuerdos.

Países como México debieron reestructurar su sistema fiscal, eliminando viejas


cargas coloniales, el nuevo sistema fue ineficaz por la corrupción y el
contrabando. La segunda alternativa fue la de recurrir a préstamos locales para
cubrir los déficits. Para pagar las deudas se quiso recurrir al cambio de bonos
por tierras mexicanas pero la guerra con EE. UU. había destrozado los
territorios disponibles, misma guerra que en 1846 obligó al gobierno mexicano
a solicitar préstamos que le permitieran mejorar sus capacidades militares.

Hasta luego de la década de 1850 ningún país de Latinoamérica volvió a recibir


inversiones y préstamos extranjeros.

El caso peruano para ilustrar el caudillismo:

Gracias a la eliminación de la burocracia colonial se dio la posibilidad para que


criollos y castas ocuparan las posiciones vacantes y aquellas que las nuevas
condiciones hacían posibles. Además, la desocupación provocada por la
destrucción del sistema de la producción llevó a esta población a buscar en la
actividad político-militar.

La recomposición social, que desde findes del siglo XVIII estaba en curso y que
se detuvo con las guerras de la Independencia, y la emergencia del caudillismo,
al nivel político-ideológico se expresó en la pugna entre “Conservadores” y
“liberales”. Esta lucha fue tanto más intensa cuanto mayor la fragmentación de
la sociedad como resultado de la destrucción del aparato español y la ausencia
de un escenario liberal y burgués.

Los conservadores propugnaban el mantenimiento del orden patrimonial con un


Estado personificado en la figura de un gobernante que administra
autoritariamente y burocráticamente a la sociedad, compuesta de estamentos y
corporaciones en la que se destacaba la expoliación colonial y la “protección
paternal” a los indios. Los que se agruparon en el lado conservador no
disimularon su vocación centralista, autoritaria y clerical, destinada a recuperar
el orden patrimonial perdido con la Independencia.

Los liberales propugnaban la ruptura del centralismo burocrático y la repartición


del poder en las distintas esferas regionales, así como la destrucción de las
formaciones estamentales y corporativas, sus fueros y privilegios, dando cabida,
por lo tanto, a la libertad de movimiento de personas, propiedades y capital. El
objetivo de los liberales era universalizar el Estado y romper con las identidades
segmentarias, dando paso a la formación de ciudadanos, es decir, individuos
cuyas preferencias y lealtades comunes confluyeron en el Estado-Nación. Los
liberales fueron voceros de las ideas favorables a la implantación del principio
republicano y democrático relativo a que todos los peruanos eran ciudadanos
iguales ante la ley y que la autoridad debía residir en la soberanía popular.

El carácter anti-hispánico de las guerras de la Independencia favoreció la


aprobación de una serie de dispositivos legales que propugnaban la igualdad
social, rompiendo con las prerrogativas y exclusivismos implantados en favor
de los peninsulares. De esta manera se favorecía el ascenso masivo de los
estratos medios de criollos y castas al plano dominante de la sociedad. El
problema central de la definición del régimen post-hispanico quedaba
establecido por el estatus socioeconómico de indios y esclavos. Sin embargo,
las condiciones estructurales en que emergía la naciente Republica Peruana
hicieron posible que la realidad colonial se impusiera sobre los designios
ideológicos de los liberales que intentaban modificar las bases económicas-
sociales.

Economía: La independencia produjo en la esfera económica resultados


similares a sus consecuencias políticas. Si desde fines del siglo XVIII el
mercado peruano se había restringido y fragmentado, las consecuencias que
acarreó la desintegración política aceleraron pronunciadamente esa tendencia,
sumándose a ese desastre la caída de la producción minera y circulación
comercial.

La ruptura de la articulación mercantil y colonial del Perú con España produjo


un fraccionamiento de las relaciones económicas interregionales. Estos hechos
se unieron para impedir la integración económica y política de la Republica. Por
otro lado, la explotación servil y esclavista de la población trabajadora hizo
posible que se mantuvieran sanas las bases de la sociedad colonial. En estas
circunstancias se da un pacto colonial, aunque esta vez entre una “República
independiente”, con los dos países que emergían como centros capitalistas
industriales, Inglaterra y Francia. Entre 1850 y 1860, el guano llegó a constituir
el primer producto que Inglaterra importaba de Americe Latina.

La inicial situación precaria del gobierno de Castilla y de los propietarios


nacionales determinaron que la concesión de la explotación y comercio del
guano se otorgara a firmas extranjeras. Castilla, al entregar la concesión del
guano, configuraba implícitamente una alianza política con los comerciantes
europeos y sus gobiernos Sin embargo, debido al reconocimiento de la deuda
interna y otros temas relativos a la deuda nacional, esta situación provocó
violentas protestas contra comerciantes extranjeros y nuevos ricos, provocando
una oposición generalizada contra el gobierno. Así, se inició un nuevo periodo
de guerras civiles que dirigió Castilla en 1854 y que finalizó en 1857 con el
triunfo de la llamada revolución liberal.

La construcción de ferrocarriles haría la conexión entre las minas y haciendas


con los puertos. La burguesía comercial peruana buscaba, a semejanza de su
equivalente en México, Argentina y Chile, aprovechar las oportunidades que
brindaba la demanda europea para incrementar sus exportaciones en materias
primas. En el medio de este derroche, la burguesía comercial se organizó
alrededor del Partido Civil, en abierta oposición al partido militar que dominaba
la escena política desde la Independencia. El triunfo del Partido Civil en las
elecciones de 1872 y la disolución del Ejercito, favorecieron la consecución del
proyecto estatal de la burguesía comercial.

Bushnell Cap. 4 la decadencia de México:

Una vez obtenida la independencia de España, México sufrió una enorme crisis
en la producción de los minerales, ya que, gracias a las luchas por la
independencia, los mineros fueron reclutados para los ejércitos nacionales, las
minas fueron abandonadas y por ende empezaron a ser dejadas de lado y fueron
decayendo. Además, la alta tasa impositiva que había aplicado el estado para
mantener a los ejércitos generó una presión tremenda sobre los mexicanos.
Alrededor de medio millón de personas murieron gracias al conflicto.
Además, esta crisis generó un debilitamiento en la iglesia ya que, gracias a la
caída de las rentas, y los préstamos forzosos al gobierno perdió una gran parte
del capital que poseía.

Los agricultores (hacendados y pequeños productores) reaccionaron


rápidamente ante las nuevas políticas económicas del gobierno, los cuales
intervinieron en las políticas para generar una menor interferencia para así
lograr una mayor productividad en los tiempos prósperos y economizar las
pérdidas en los tiempos de recesión. En los tiempos difíciles de la guerra, los
hacendados se centraron en vender sus propiedades.

Lo que impidió la consolidación de las grandes propiedades agrícolas en la


primera parte del siglo XIX, fue la ausencia de transportes baratos. por ende, no
existía mayor incentivo para aumentar la explotación de la tierra para satisfacer
más que a los mercados urbanos.

Por ello, las haciendas vendían para los centros urbanos, pero era una estructura
la cual estaba destinada más que nada para ser autosuficiente. La actividad
económica en la hacienda se realizaba más que nada de forma de trueque.

Los centros económicos en el país se situaban en la zona de la capital de


México; y la ciudad de Veracruz, en la cual se situaba el puerto por donde se
concentraba la totalidad del comercio exterior mexicano, en esta zona el precio
de los transportes era más barato que en el resto del país.

De monarquía a la república:

Las fuerzas que habían expulsado a los españoles eran alrededor de 50 mil, las
cuales habían estado luchando entre las distintas facciones que conforman este
gran ejército hace alrededor de 10 años.

Es innegable el rol fundamental de la iglesia en el período pos-independendista.


esta estaba decidida a mantener sus privilegios, en el nuevo gobierno. Los
conservadores centralistas, vieron en la iglesia y en el ejército la función de
poder mantener el orden en todo el país. La junta ejecutiva, encabezada por
Iturbide fue el órgano que reemplazó al régimen colonial en el cual se decidió
que México iba a ser una monarquía en la cual se proclamó a Iturbide como el
primer emperador de México El congreso (órgano legislativo) declaró la
libertad de prensa generando tensiones con el ejecutivo, el cual ordenó el
encarcelamiento de muchos congresistas. Esto fue lo que generó que un año
más tarde de mano de Santana se generase una rebelión republicana.
Esto generó que Iturbide abdica, por lo que el congreso llamó para la creación
de una Constitución mexicana, la cual entró en vigor en 1824. en el cual se
designa la conformación de un congreso nacional mexicano formado por la
cámara de senadores y de diputados. Esta constitución no reconocía los
derechos individuales; no garantiza el tratamiento ante la ley ni rompía los
privilegios.

Una vez establecida la constitución, se llamó a elecciones en la cual Guadalupe


Victoria fue designada presidente y Nicolas Braco como vice en un gobierno
federalista.

Las finanzas habían ido de mal en peor, el préstamo que Inglaterra le dio en
1824, se había agotado y México en 1827 no pude hacerle frente a la deuda
externa, ya que la recaudación del gobierno había empezado a bajar y la
creciente corrupción en la administración estaba generando grandes pérdidas en
los ingresos de régimen.

Gracias a la gran crisis del régimen federal, se lanzó una revolución de índole
centralista, en la cual Santana puso a Guerrero como el nuevo presidente, este
golpe tuvo el sostén de la elite mexicana, ya que el gobierno centralista
favorecía a sus intereses.

Emigraciones:

En Texas, había una gran emigración de angloamericanos, mientras que


en Cuba España estaba organizando un ejército para la recuperación del país.
para hacer menos atractiva la emigración en Texas, de los eslavistas del sur de
los EE. UU., se declaró la abolición de la esclavitud, en toda la república
mexicana. y para parar a España se declaró la expulsión de todos los españoles
en todo el país. El éxodo comenzó en 1829, en el cual se fueron una cantidad
importante de ciudadanos cualificados y mejor educados que los criollos
además de personas con un capital importante. La invasión española se
desarrolló en el sur del país, la cual fue rechazada por el general Santana. Una
vez parada la amenaza de la invasión española, el vice ( Bustamante) dio un
golpe de estado a su compañero el presidente Guerrero, en el año 1830

La nueva administración, se centró en mejorar la situación de las finanzas


públicas, la medida que se tomó fue la venta del monopolio tabaquero, la cual
proporcionó una gran inyección de capitales a las arcas del estado, pero al
mismo tiempo se redujo de forma significativa el empleo público creando
exfuncionarios los cuales crearía problemas al régimen en el futuro. Estas
medidas tomadas por el régimen impresionaron a los banqueros extranjeros lo
que sirvió para poder refinanciar la deuda. Gracias a esto se logró un nuevo
préstamo el cual sirvió para la creación de un banco central, el cual tenía el
objetivo de financiar el desarrollo industrial en algunas regiones del país, las
tarifas aduaneras se elevaron para poder proteger la naciente industria nacional.

El Expresidente guerrero, se levantó en armas en 1830, contra el gobierno que


había estado implantando una política represiva cinta los diputados y políticos
que lo criticaban, Guerrero fue derrotado y fue fusilado. Eso ocasionó que
muchos de sus antiguos aliados jurarán venganza y con la ayuda de Santana
depusieron al gobierno de Bustamante, y en lugar se colocó al moderado Gómez
Pedraza. el cual solo duró unos meses hasta que Santana se colocó a sí mismo
como el presidente del país.

La era de Santana:

La historia de Santa Anna comenzó afiliada al imperio de Iturbide, hasta que


generó una rebelión republicana terminando con la monarquía. Estuvo
trabajando bajo la república hasta que en 1832 que se pronunció en contra de
Bustamante y los centralistas devolviéndole el poder a los federales, esto abrió
las puertas a la reforma liberal en México.

Los federalistas puros que estaban bajo la tutela intelectual de Santa Ana
después de haber sido oprimidos por la dictadura pro clerical de Bustamante
habían desarrollado convicciones liberales y estaban dispuestos en contra de los
privilegios de la Iglesia. Este grupo, bajo el gobierno de Gomes Farias,
controlaron el Congreso (1833) y promulgaron todas las leyes que eran acordes
a su lucha, principalmente aquellas dirigidas a reducir el poder en manos de la
iglesia. También los fabricantes perdieron las tarifas de protección, el
monopolio de tabaco fue suprimido y se redujo el tamaño del ejército (en 1834
pensaron en eliminarlo totalmente)

La negativa de los productores de tabaco ante la pérdida de sus monopolios,


sumada también a la apertura comercial que desplazaba el interés por los
productos mexicanos hacia otros procedentes de países como Cuba, obligó a
Santa Ana a retomar el poder y expulsar a Gomes Farias. Derogó gran parte de
la constitución liberal aprobada y, en 1835 suspendió totalmente la Constitución
federalista aprobada en 1824. Le encargó al Congreso la redacción de una
constitución centralista para la República de México.
En 1835, Santa Ana dejó en la capital a un vicepresidente centralista al cuidado
del gobierno de la nación y marchó al norte para acabar con las revueltas
federalistas de Zacatecas y Texas, quienes tenían el poder en este territorio
consideraban que cualquier trabajo en conjunto con México centralista sería
perjudicial. Zavala consideraba que esas regiones debían autogobernarse
declarándose repúblicas independientes o asociándose con Estados Unidos.
Asociación que fue rechazada.

Santa Anna fue tomado prisionero en 1836, en plena campaña contra las
revueltas, y obligado a firmar un tratado que reconocía la independencia de
Texas, pero tras volver a Veracruz en 1837 denunció el pacto. Para ese
momento, Bustamante había vuelto a la presidencia bajo la constitución
centralista aprobada en 1836 en ausencia de Santa Ana, los Estados pasaron a
tener gobernadores designados directamente por el presidente de la República.

Al disminuir los ingresos aduaneros, Bustamante tuvo que volver a establecer el


monopolio nacional de tabaco en 1837 pero la venta de los privilegios para el
cultivo y elaboración del tabaco fueron inferiores a los gastos que se debieron
realizar para que los compromisos con los monopolistas se cumpliesen. El
estado no tenía poder suficiente para detener la producción y distribución
contrabandista de tabaco.

Para este entonces México ya había sido reconocido por España y el papado
mientras que Francia reclamaba indemnizaciones a los ciudadanos franceses en
México por las pérdidas que se dieron gracias a la incapacidad del gobierno de
mantener la ley y el orden. En 1838, Santa Ana atacó a los franceses en
Veracruz y en 1840 apoyó a Bustamante cuando Farías volvió del exilio e
intentó un golpe federalista en la capital.

En 1841, Manuel Paredes, convenció a Santa Ana de derrocar juntos a


Bustamante para luego retirarse de escena puesto que nadie quería tomar las
riendas de un ejército en bancarrota. Conservadores y Moderados intentaban
formar un gobierno viable y en 1843 la Asamblea constituyente elaboró una
constitución que daba al presidente poderes ilimitados; se le pidió a Santa Ana
que abandonara su hacienda y ocupará ese papel.

Santa Ana fue derrocado en 1844 por el general José Joaquín Herrera
(moderado federalista) y en 1845 fue nombrado presidente por el Congreso
según la constitución de 1843 (presidente con poderes ilimitados). El general
creía que la restauración de México vendría de la mano con la formación de un
gobierno responsable a escala nacional y la eliminación del anticlericalismo que
enfrentaba a la población y defendían los federalistas puros. En 1845 Estados
Unidos anexó Texas y esto le valió la queja de Herrera que ya planeaba
negociar la cuestión con el gobierno norteamericano; antes de que México
reconociera la anexión debían delimitarse las fronteras. Estados Unidos también
pedía que se le fuera vendido el territorio de California, desatando para ello una
invasión sobre el territorio que terminó en la deposición de Herrera en manos de
Paredes que asumió la presidencia en 1846 pero frente a su incapacidad de
defender la nación fue derrocado por un levantamiento popular (en el mismo
año) dirigido por Gomes Farías.

El nuevo presidente restauró la constitución de 1824 y mandó a llamar a Santa


Ana quien debió cruzar de manera engañosa por territorio tomado por
norteamericanos, tomó el poder de la presidencia y de comandante en jefe de las
fuerzas armadas delegando el papel de vicepresidente a Farías y dejando en sus
manos la responsabilidad de dirigir el gobierno de la nación. A la vuelta de su
campaña destituyó a Farías y puso en su lugar a un conservador pro clerical y
tomó en sus manos las riendas del ejército, gracias al nuevo vicepresidente la
iglesia abrió sus arcas para financiar el esfuerzo bélico. Al norte de la capital, y
bajo la tutela del general moderador Herrera, se formó un nuevo gobierno que
inició negociaciones de paz a finales de 1847. En febrero de 1848 estas
negociaciones se cristalizaron en el tratado Hidalgo firmado en Guadalupe.

En 1847 Yucatán fue invadida por los mayas, asolando las plantaciones de sisal
(principal actividad económica del estado hasta entonces independiente y
neutral). Ante la negativa estadounidense de ayudarlos debieron recurrir a
México quien los aceptó nuevamente como parte del estado federal, Hera envió
tropas a la península que consiguieron liberar las plantaciones de sisal y
confinar a los mayas en las regiones del este de la nación. Este fue el primer
triunfo del moderador Herrara quien en 1848 fue elegido presidente por dos
años. Al no poder echar al presidente mediante un golpe encabezado por
Paredes, los conservadores se organizaron formalmente como partido político
con el objetivo de competir más eficazmente en los procesos electorales.
Ganaron en las elecciones de 1849 aunque los federalistas moderados retuvieron
el control de la mayoría de los parlamentos estatales. El moderador Mariano
Arista fue elegido para la presidencia que debía desarrollarse desde 1850 a 1854
aunque no pudo terminar su legislatura porque el partido conservador,
dominado intelectualmente por Lucas Alamán trabajó para evitarlo y preparar la
restauración de la monarquía en México.

La República se había mostrado ineficaz a la hora de mantener los niveles de


seguridad y bienestar alcanzados por el régimen colonial español, Lucas
Alaman definió al régimen como anárquico. La solución a esto era la
consagración de un príncipe real como soberano de México.

Arista fue derrocado en 1853 por un golpe militar sucedido tras su intento de
recortar el presupuesto bélico y reducir el tamaño del ejército. Lucas Alaman
propuso a Santa Ana como soberano de la nación hasta que los conservadores
encontrarán un rey europeo. Con la muerte de Alamán el gobierno de facto viró
hacia el despotismo. Como los conservadores apoyaban a Santa Ana debieron
seguir su suerte cuando en 1854 los moderados y puros se levantaron en armas
contra el dictador que en medio del escándalo vende Mesilla a Estados Unidos,
la ganancia de ellos sirvió para resistir un poco más el levantamiento aunque en
1855 abandonó el país exiliado en Colombia. Tres meses más tarde los
conservadores entregaron el poder a los moderados y puros que iniciaron una
reforma liberal: La Reforma.

Bushnell Cap. 6 La independencia de Brasil:

A finales del siglo XVIII, Portugal era un país pequeño, atrasado económica y
culturalmente aislado, en el extremo occidental de Europa, con escasos recursos
naturales y con una modesta fuerza naval y militar, pero con una gran ventaja:
un imperio mundial incluyendo la colonia de Brasil. Los territorios de ultramar
de Portugal constituían una fuente importante de rentas para la corona. Los
impuestos sobre la producción, el consumo y el comercio doméstico, los
monopolios del reino, las donaciones voluntarias y los derechos de importación
y exportación, proporcionaban ingresos superiores a los que se necesitaban para
administrar y sostener el imperio. Las reexportaciones brasileñas en particular
eran esenciales para la balanza comercial de Portugal. Inglaterra proveía a
Portugal e indirectamente a Brasil de bienes manufacturados a cambio de vinos,
aceite de oliva y algodón brasileño. Inglaterra era además el garante de la
independencia de Portugal y de la integridad territorial del imperio portugués,
de acuerdo con unos tratados que se remontaban a finales del siglo XIV.

Durante la segunda mitad del siglo XVIII Portugal evaluó su situación y la de su


imperio y dio comienzo a una serie de reformas (Reformas Pombalinas)
destinadas a superar el atraso cultural y económico de Portugal. Se buscó
modernizar la agricultura portuguesa, desarrollar las manufacturas, mejorar la
educación, extender el comercio colonial, reducir el déficit de la balanza
comercial y sobre todo incrementar los ingresos del Estado.

Esto significó para Brasil en primer lugar, el establecimiento de mayores


controles de la administración por lo que se mejoraron los métodos para
recaudar impuestos. En segundo lugar, el comercio liberal se liberalizó un poco,
en 1766 se puso fin al sistema de frota. En tercer lugar, la estimulación de la
producción para la exportación, con la esperanza de ampliar al mismo tiempo el
mercado para las manufacturas portuguesas. En el tercer cuarto del siglo XVIII,
Brasil había sufrido una prolongada crisis económica. El noroeste había perdido
su virtual monopolio de la producción de azúcar al mismo tiempo que la
producción y exportaciones de oro y diamantes de Minas Gerais, Goiás y Mato
Grosso decayeron abruptamente. Sin embargo, en la década de 1780 la zona
costera de Brasil comenzó a gozar de un renacimiento agrícola. Reforzado a
finales del siglo por la expansión constante de alimentos y materias primas. La
Revolución francesa y la sangrienta rebelión de esclavos en Saint Domingue
afectaron seriamente a muchos competidores de Brasil y motivaron el alza
mundial de precios para los productores del sector primario. Las capitanías
productoras de azúcar recobraron al menos temporalmente parte de su antigua
prosperidad. El algodón se consolidó como el segundo cultivo de exportación de
Brasil y surgieron nuevas exportaciones como el cacao, arroz y significativas
cantidades de café.

El crecimiento de las exportaciones agrícolas de Brasil, tanto en cantidad como


en precio, durante el último cuarto del siglo XVIII fue la causa principal de la
aparente prosperidad de Portugal a principios del siglo XIX. Los productos
brasileños, principalmente el algodón y el azúcar, representaban el 80% de las
importaciones de las colonias portuguesas y el 60% de las exportaciones y
reexportaciones de Portugal. El creciente mercado brasileño no se surtía de
bienes portugueses, pero sí de manufacturas británicas, directamente de
contrabando.

Como resultado del crecimiento económico, demográfico e intelectual de Brasil


a finales del siglo XVIII, comenzaron a escucharse críticas en escala
significante, primero al sistema mercantilista y a las restricciones que imponía
al comercio colonial y a la producción agrícola; en segundo lugar, a los
impuestos excesivos y por último a la escasez y a los altos precios de los bienes
manufacturados de importación.
Los brasileños mantenían lazos más estrechos con la metrópoli y tenían menos
motivos de descontento:

● La oligarquía brasileña estaba en su mayor parte menos firmemente


arraigada. Los principales terratenientes eran brasileños de primera
generación.

● El dominio colonial portugués no era ni mucho menos tan opresivo ni


exclusivo como el español. Portugal gobernaba a través de una clase
dominante local directamente comprometida.

● Los lazos familiares y personales entre las élites portuguesa y brasileña se


mantenían y reforzaban a través de una formación intelectual común.

● Brasil era una sociedad esclavista. La minoría blanca vivía atemorizada


por la amenaza de un levantamiento social y racial, y estaba dispuesta a
llegar a acuerdos con la metrópoli y aceptar el dominio colonial en aras
del control social.

● La economía de Brasil era agrícola y ganadera orientada a la exportación.


Mantenían fuertes lazos con los comerciantes de la metrópoli.

● El monopolio comercial era protegido con menos celos. Las manufacturas


británicas constituían el grueso de las exportaciones portuguesas a Brasil

● El reajuste de sus relaciones políticas y económicas con sus colonias y la


reorganización imperial no significaron una amenaza directa para el statu
quo ni para los intereses de la élite colonial. Muchos brasileños se
beneficiaron, y el crecimiento de la burocracia y de la milicia ofreció
nuevas oportunidades para participar en los asuntos públicos.

Río de Janeiro se convirtió de la noche a la mañana en la capital de un imperio


mundial. Se instalaron allí las principales instituciones, Consejo de Estado, la
Corte Suprema etc. El gobierno estaba en manos de la misma gente, toda
portuguesa y la ausencia de brasileños era significativa. La administración local
se mantuvo en manos de los brasileños, pero la misma presencia del rey
portugués en Río de Janeiro aseguraron una centralización del poder.

Con la llegada de la Corte a Brasil vino también la finalización del monopolio


comercial y la eliminación de Lisboa como centro comercial de las
exportaciones e importaciones brasileñas. Se abrió el comercio directo con las
naciones amigas. Las finanzas gubernamentales dependían del comercio
exterior y de los derechos de importación. La legalización del comercio de
contrabando capacitará al gobierno para controlarlo y gravar con impuestos. De
todas maneras, UK esperaba que el gobierno portugués abriese los puertos
brasileños al comercio británico, el precio de la protección británica. Dom Joao
revocó también todos los decretos que establecen prohibiciones a las
manufacturas de las colonias, eximió a las materias primas para la industria del
pago de impuestos de importación y ofreció subsidios a las industrias. Limitó el
comercio exterior a cinco puertos y el comercio con el resto del imperio
portugués a los veleros portugueses.

Gran Bretaña aspiraba a tener la clase de derechos preferenciales que había


disfrutado con Portugal durante siglos. Dom Joao no podía rechazar estas
exigencias dado que dependía completamente de las tropas y del armamento
británico para derrotar a los franceses en Portugal y de la armada inglesa para la
defensa de Brasil y del imperio portugués en ultramar. El único comercio con
Brasil aún bajo el dominio portugués era el tráfico de esclavos desde el África
portuguesa. Las mercancías británicas se abarataron aún más y socavaron así en
gran medida los esfuerzos realizados para establecer industrias brasileñas. UK
no rebajó los impuestos casi prohibitivos sobre el azúcar y el café brasileños. En
1810, el príncipe regente concedió oficialmente a los comerciantes británicos el
derecho a residir en Brasil y ocuparse en las actividades de comercio. En la
alianza entre UK y Portugal, el último se había comprometido por primera vez
internacionalmente a reducir y eventualmente acabar con el tráfico de esclavos.
En principio se limitó el tráfico de esclavos a los confines de los dominios
portugueses.

El traslado de la corte terminó también con el aislamiento cultural e intelectual


de Brasil. Se publicaron libros y periódicos, se abrieron bibliotecas públicas,
academias filosóficas, científicas y literarias, escuelas y teatros. Tras la
liberación de Portugal, dom Joao decidió permanecer en Brasil y en 1815 la
colonia fue elevada a la categoría de reino. Sin embargo, el ahora rey fue
incapaz de comprometerse totalmente con Brasil. La corte y el gobierno se
mantuvieron del lado de la comunidad portuguesa y los conflictos
fundamentales entre brasileños y portugueses no fueron, ni podrían ser,
resueltos.

Si bien los lazos entre la corona y la élite brasileña se habían fortalecido desde
la llegada de la Corte a Brasil, dom Joao hacía lo que podía para proteger los
intereses de los comerciantes portugueses y los brasileños sabían en el fondo
que todavía existía la posibilidad de que se restaurara su condición colonial y se
perdieran todos los logros posteriores a 1808.

A diferencia de Hispanoamérica, en Brasil no había habido una crisis de


legitimidad política. Dom Joao había hecho un buen uso del poder de conceder
títulos nobiliarios no hereditarios, ofreció ascensos de rango social como
recompensa a la lealtad hacia la corona. Sin embargo, con la llegada de la corte
a Río, la discriminación en favor de los portugueses fue más pronunciada ahora
que su número había incrementado. La carga fiscal fue también más pesada ya
que los brasileños estaban ahora obligados a mantener solos la corte y una
mayor nómina burocrática y militar. Uno de los mayores sacrificios de los
intereses brasileños en beneficio del Estado portugués fue el tratado comercial
anglo-portugués y los varios tratados para la abolición del tráfico transatlántico
de esclavos. En 1815, Portugal acordó proscribir su comercio al norte del
ecuador a cambio de una indemnización económica. En 1817 se le dió a la
armada británica el derecho de abordar e inspeccionar en alta mar los veleros
portugueses sospechosos de tráfico ilícito al norte del ecuador. La mano de obra
esclava era el principal motor de la economía brasileña y con estos tratados los
portugueses habían agotado un interés vital brasileño.

La independencia de Brasil fue precipitada por los acontecimientos que


tuvieron lugar en Portugal en 1820-1821. En agosto de 1820 estalló en Oporto
una rebelión liberal y nacionalista, seguida de otra en Lisboa meses más tarde.
La burguesía portuguesa estaba insatisfecha después de la guerra y consideraban
que el monarca era insensible a los problemas de Portugal, cuyo gobierno estaba
en manos de un Consejo de Regencia presidido por un inglés. El presupuesto
portugués estaba en déficit permanente, los funcionarios civiles y el personal
militar dejaron de recibir salarios. A fines de año establecieron una Junta
Provisoria que gobernaría en nombre del rey, a quién se exigía su regreso
inmediato a Lisboa. Convocaron a una Cortes Gerais Extraordinarias e
Constituyentes. Dom Joao estaba ante un dilema, si regresaba, caería en manos
de los liberales, posiblemente a riesgo de perder Brasil; si se quedaba perdería
sin duda a Portugal. En 1821, finalmente dom Joao aceptó regresar a
Portugal, dejando tras de sí a su joven hijo dom Pedro en Río como
príncipe regente.

Las Cortes portuguesas hicieron el intento fatal de retroceder el tiempo y


reducir a Brasil a su antigua condición colonial. Comenzaron a desconocer a
Río de Janeiro, querían controlar las mercancías británicas desde la metrópoli e
imponer mayores aranceles, ordenaron el desmantelamiento de todas las
instituciones gubernamentales y nombraron gobernadores militares responsables
directamente ante Lisboa. También se le ordenó al príncipe regente regresar a
casa. Esto significó un realineamiento significativo en las fuerzas políticas de
Brasil. Las fuerzas divergentes del partido brasileño en la región centro-sur
cerraron filas para hacerle oposición conjunta a las Cortes portuguesas. Los
brasileños retiraron sus lealtades al rey Joao IV y las trasladaron al príncipe
regente dom Pedro. El expresivo acto de desobediencia del príncipe regente al
decidir quedarse en Brasil significaba un rechazo formal de la autoridad
portuguesa sobre Brasil. Dada la amenaza de los liberales brasileños, dom Pedro
decidió dirigir él mismo el proceso antes de dejarse arrollar por un movimiento
que cada vez se asimilaba más a un movimiento de independencia. Apenas
triunfó la campaña para que dom Pedro se quedara en Brasil, José Bonifacio
emprendió la tarea de conseguir el apoyo de los conservadores y liberales-
conservadores para el establecimiento de una monarquía independiente en
Brasil. La monarquía era el único medio de preservar el orden político y la
estabilidad social en el peligroso período de transición hacia la independencia.

El conflicto entre José Bonifacio y los liberales radicales se convirtió en una


competencia entre sus respectivas logias masónicas para ganar influencias en el
joven e inexperto príncipe regente. A pesar de la oposición de José Bonifacio,
Dom Pedro acordó convocar una asamblea constitucional. En 1822, Dom Pedro
declaró “desde hoy, nuestras relaciones con ellos han acabado. Yo proclamo a
Brasil independiente, para siempre, de Portugal.” Dom Pedro I fue proclamado
emperador constitucional y defensor perpetuo de Brasil.

Aunque Gran Bretaña no había hecho nada para promoverla, estaba ansiosa de
reconocer la independencia de Brasil. Portugal se encontraba demasiado débil
para reimponer su dominio y Brasil era independiente de facto. Además, UK ya
había establecido relaciones con Brasil quien era ahora el tercer mayor mercado
extranjero de UK. Gran Bretaña consolidaba su ascendencia económica y
política sobre Brasil, que también había conservado el régimen monárquico.
Cualquier retraso innecesario en el reconocimiento del imperio brasileño podría
poner en peligro sus instituciones políticas y minar su precaria unidad. Por
último, la declaración de independencia de Brasil ofrecía a Gran Bretaña una
oportunidad única para solucionar el problema de los esclavos. Canning no
tardó en darse cuenta de la ansiedad brasileña por el inmediato reconocimiento
británico y pidió a cambio la inmediata abolición del comercio de esclavos. Sin
embargo, el gobierno brasileño no se atrevía a enajenar a los grandes
terratenientes que no contaban con una mano de obra alternativa. Los peligros
políticos de una abolición prematura eran mayores que los beneficios del
reconocimiento inmediato. A cambio de esto ofrecieron la abolición gradual.

En 1823, Portugal pidió a Gran Bretaña actuar de mediadora, quien accedió,


pero dejando en claro que no esperarían indefinidamente por el reconocimiento
de la independencia brasileña. En 1825 Portugal cedió y firmó un tratado por el
cual reconocía la independencia de Brasil. A cambio Brasil acordó pagarle a
Portugal una compensación de 2 millones de libras esterlinas, prometió
defender la integridad del imperio portugués y no permitir nunca que otra
colonia portuguesa se uniera al imperio brasileño. Dom Pedro conservó los
derechos de sucesión al trono portugués, dejando abierta la posibilidad de una
reunificación pacífica en el futuro.

Finalmente, en 1826 se firmó el tratado por medio del cual el comercio


brasileño de esclavos sería ilícito tres años después de la ratificación de este y el
tratado comercial anglo-brasileño.
Unidad 3

LOS INTENTOS DE UNIDAD NACIONAL. 1850-1880. Del caudillismo a


la institucionalización y organización nacional. Los acuerdos inter-
oligárquicos y el principio de la representación. La afirmación del
constitucionalismo. Desarrollo agrícola-ganadero y de la minería.
Desplazamiento de las fronteras interiores y avance del latifundio. La
gestación de la alianza entre oligarquías nativas y capital inglés. Una nueva
crisis de deuda externa. Las intervenciones europeas: Francia y España
sobre México y Perú. La guerra de la Triple Alianza. La Guerra del
Pacífico y su trascendencia

Marichal capítulo 3 (1850/1870), el redescubrimiento de américa latina

Se desarrollaron nuevos cambios en el capitalismo:

1. Es la creación de un mercado mundial.

2. la multiplicación de polos industriales. Nuevas naciones surgieron las


cuales le plantaban rivalidad a la hegemonía británica

3. La gran revolución en los transportes, donde el ejemplo más visible es la


instauración del ferrocarril, una gran parte de los préstamos a los países de
Latinoamérica fueron destinados a la construcción de ferrocarriles, señala
la importancia de estos.

El objetivo de las elites gobernantes era obtener capital extranjero para así
lograr la modernización del país, por lo cual volvieron a renegociar la deuda
para poder impulsar la fase inicial de desarrollo capitalista

Esto genero un nuevo pacto colonial, basado en la división internacional del


trabajo en donde los países latinoamericanos eran países exportadores de
materias primas y alimentos, mientras que los países del centro eran países
exportadores de manufacturas

La fiebre del oro y el auge comercial latinoamericano:

El descubrimiento del oro en California, se da en 1849, desde entonces se


presentó una fase de expansión económica, lo cual provocó nuevos flujos
migratorios y mercantiles. Así, este tráfico marítimo en la región del pacifico
sur, que desde 1949, elevó el número de pasajeros, lo cual llevó a generar
nuevas invenciones, como la creación de transportes transístmicos (1850-55)
por ejemplo.

Sin embargo, el auge de la fiebre del oro comenzó a decaer, a la vez que estalló
la guerra civil en EE. UU hacia 1860. A lo que le siguió un incremento de
intercambios entre las naciones industriales del norte (EE. UU) y el centro de
Europa, en menor medida Brasil, Perú, entre otros, en busca de materias primas,
sumado a un nuevo mercado de productos tropicales principalmente hacia las
burguesías europeas y demás regiones.

Esto generó un auge comercial en la región en el decenio de 1860, transacciones


mercantiles sin precedentes, de lo cual se refleja una mayor modernización y
europeización de las ciudades, multiplicidad de nuevas empresas, sumado a la
característica más relevante, la mercantilización de la zona rural, proceso que
llevó a que los sectores más influyentes/tradicionales tomarán las riendas, en
esta constante acumulación de capital, en conjunto con inversiones y créditos
extranjeros.

Las consecuencias del auge comercial:

La principal fuente de crédito, fueron en un principio los comerciantes y


banqueros europeos, pero a mediados del decenio de 1850, surgieron nuevas
fuentes de crédito como los bancos, sociedades anónimas, empréstitos
manejados por el gobierno, etc.

Sin embargo, los terratenientes y comerciantes locales hacían su parte, ej.


compañías de banco, gas, ferrocarril, etc. también como fue el caso de Chile, se
establecieron empresas bursátiles. Sin embargo, el resto consistía en reinvertir
las ganancias en las estancias, haciendas, plantaciones, minas, etc. Esto
significó una fuente de ingresos para los gobiernos latinoamericanos, sumado a
un blanqueamiento de sus actividades, lo cual llevó a un incremento de
producción nacional, en consonancia con los ciclos económicos (auge o
recesión), llevó a la multiplicación de instrumentos monetarios y ampliación del
sistema de créditos.

Estos créditos extranjeros, populares entre los gobiernos latinoamericanos,


se dividían en tres tipos:

● Para refinanciar deudas anteriores.

● Para la adquisición de armamento.

● Para la construcción de ferrocarriles. (chile)

Todo giraba en torno a los banqueros extranjeros, empresarios locales y élites


políticas, siendo un entramado de intereses conjuntos.

Ciclo expansivo à aumento de créditos extranjeros. Esto llevó a equiparar la


concepción de “laissez faire” (generar emprendimientos privados), junto a el
intervencionismo estatal, siendo ambos necesarios para la acumulación de
capital. Siendo 50 empréstitos extranjeros negociados por países
latinoamericanos, entre 1850/73, gracias a el crecimiento del comercio exterior,
crecimiento de infraestructura, políticas crediticias, etc. Este nuevo ciclo
crediticio se basó en una combinación de factores: el rápido crecimiento, la
expansión de la infraestructura financiera y de transportes a nivel local; la
adopción de políticas agresivas por parte de los gobiernos.

El auge mercantil y los empréstitos chilenos:

En cuanto al aumento del comercio exterior latinoamericano, hubo ciertas


diferencias en torno al impacto geográfico, como lo fue el caso de la región del
caribe y México donde se registró un crecimiento con lentitud, en cambio, la
zona del Atlántico sur (Argentina– Brasil) y Pacifico sur (Chile – Perú),
generando “polos de crecimiento económico”.

En cuanto a Chile, fue donde se arraigaron, por primera vez, las formas de
producción y finanzas capitalistas. Esto, gracias a el tráfico comercial generado
por la fiebre del oro, lo cual incrementó las exportaciones chilenas, siendo
fuerte la actividad naviera hacia el comercio costero y californiano, sumado a la
exportación de trigo. Otro gran triunfo fue la explotación de minas, siendo el
primero en desarrollar exportaciones de dicho mineral entre 1840/73. Este auge
de las exportaciones chilenas, generar “efectos multiplicadores”, como
empresas que negociaban con grandes financistas extranjeros, como lo fueron el
banco de Valparaíso y el Banco Nacional de Chile vinculados con firmas
británicas. Desarrollando así emprendimientos en esta fase de desarrollo
capitalista, tanto los comerciantes extranjeros como terratenientes y
comerciantes locales, siendo estos últimos los dueños de la mayoría del capital.
Sin embargo, los europeos establecieron lazos con la elite nativa, como en el
resto de A.L.

El gobierno chileno impulsó medidas durante el decenio de 1840, para estimular


la construcción ferroviaria, sin embargo, un decenio después, las autoridades
decretaron la necesidad de adquirir un crédito, siendo entre los años 1860/70 el
desarrollo del plan de obras públicas chileno, quienes para principios del
decenio de 1870 obtuvieron dos empréstitos extranjeros. Convirtiéndose, el
estado chileno, en el mayor “empresario” del país, siendo su estrategia utilizar
los ingresos aduaneros para adquirir nuevos préstamos extranjeros y así
financiar proyectos de obras públicas

La fiebre crediticia peruana: guano y ferrocarriles:

Finales del decenio de 1860, el gobierno peruano padece situación fiscal


delicada y tensiones políticas y militares, lo cual cambió con el descubrimiento
del potencial económico del guano, con gran demanda en Europa. Esto permitió
al gobierno reformar su estructura administrativa y financiera, junto con
construcciones de ferrocarriles y puertos. Esto llevó a negociar préstamos con
Europa, hasta que se fue de control. Siendo los grandes contratistas de guano
Antony Gibbs Y Sons, encargándose del transporte y venta, sumado a que era el
agente fiscal que otorgaba préstamos, debiendo cubrir los costos de la
burocracia civil y militar.

Este periodo de auge, en el que se acrecentaron los empleos estatales y en la


milicia, para ganar apoyo de las clases medias y populares y a su vez concretar
relaciones con el sector más dominante de la sociedad. El guano permitió
generar grandes reformas sociales y fiscales, como la abolición del tributo
indígena y de la esclavitud. Así el estado peruano costeaba toda reforma que
requiriera la sociedad, contrayendo empréstitos de bancos ingleses, por lo que
para la década de 1860, se había contraído una gran deuda externa, sin embargo,
la elite limeña pretendía seguir por la misma línea de acción en búsqueda de
nuevas fuentes de financiación para la construcción de ferrocarriles, lo cual
requirió de un gran esfuerzo por parte del gobierno peruano, el cual terminó en
bancarrota, terminando con el auge del guano y hacia 1875 quedaba una gran
deuda que tendría que ser pagada con recursos escasos.

Las finanzas de Brasil y Argentina:

Periodo 1850/70, expansión mercantil, crecimiento impulsado por la


exportación de productos primarios, acompañado del crecimiento urbano y
financiero.

En parte, los empréstitos tanto en Argentina como en Brasil, eran obtenidos por
reinversiones gracias a las ganancias y otra parte por créditos. Sumado a que la
mayor fuente de ingresos en este periodo, para ambos, provenían de impuestos a
la importación, durante la década de 1850, limitándose las negociaciones con
las bancas extranjeras en temas de renegociación de deuda. Sin embargo, en el
año 1865 - 1870 estalló la guerra con Paraguay, afectando a los gobiernos
argentino y brasilero, provocando un enorme índice de gastos. Siendo los
ingresos públicos más relevantes que los fondos extranjeros en torno a financiar
la contienda.

En el caso de Brasil, la principal fuente de mantenimiento provino del recurso


de imprimir papel moneda, la emisión de bonos internos y varios préstamos a
corto plazo con bancos locales. Por otro lado, Argentina recurrió al
financiamiento exterior y el resto mediante créditos que impulsó el gobierno
mediante bancos locales. Este atraso que generó el conflicto afectó a los planes
de desarrollo de ambas naciones, como la construcción de ferrocarriles, lo cual,
sin embargo, retomo un gran impulso, en Brasil gracias al capital privado y en
Argentina gracias al gasto estatal junto a préstamos extranjeros. Sin embargo,
en contraste con el reflujo de empréstitos extranjeros hacia ambas naciones, no
resultó una misión imposible, como el caso peruano, a principios de la década
de 1870, a lo que enfrentaron el receso económico sin caer en un colapso total.

La culminación de la fiebre crediticia 1870/1873:

Tres etapas de las transacciones financieras internacionales de los estados


latinoamericanos entre 1850 – 1875.

Decenio de 1850, la mayoría de los préstamos conversión de antiguas deudas


externas, no representaba capital nuevo hacia la región, existía cierta
desconfianza por parte de los banqueros extranjeros.
Década de 1860, se acelera la contratación de nuevos empréstitos
latinoamericanos, gran cantidad eran de carácter militar.

Decenio 1870/73, la mayoría de los fondos obtenidos del exterior se abocaron a


gastos públicos, principalmente ferrocarriles, si bien se registraba cierto
“sobrante” por parte de las economías europeas, se refleja una política de los
estados latinoamericanos de carácter “desarrollista”.

Sin embargo, el reconocimiento y conversión de deudas internas y externas fue


un paso crucial para la consolidación financiera de los regímenes parlamentarios
tanto en Europa como en América Latina, en base a la creación de un sistema
crediticio público estable, respaldando a las clases propietarias, terratenientes y
comerciantes. Sumado a la financiación de ferrocarriles y puertos, lo cual llevó
a la intromisión de diversos círculos banqueros del mundo, los cuales, sin
embargo, fueron vencidos por los británicos, a la par que las naciones
latinoamericanas se veían acosadas por los prestamistas europeos, de los cuales
se tomó precaución como lo demuestra la posterior crisis a finales de 1873,
concluyendo el auge crediticio, seguida de una gran depresión en la cual los
latinoamericanos se vieron obligados a suspender pagos y marginarse de los
mercados europeos.

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