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Cartas de desconocidos

Prologo

¿Qué pasaría si ella está bien y mi mente es la que está mal? ¿Qué tal y esa decisión de alejarse
fue por seguir una premonición obtenida después de analizar toda nuestra situación?

Entonces seria envidia de mi parte el querer tenerla junto a mí. El amor tiene muchas formas y no
siempre nos agrada la forma en que se manifiesta. Pensé al bajar aquellas largas escaleras
metálicas que conducían a un subterráneo de la línea naranja.

Al parecer era yo el único en el lugar, me quite mis audífonos para poder escuchar mejor aquel
silencio. Me senté en el suelo a esperar, la forma minimalista de aquellas bancas me incomodaba
con tan solo su presencia. El metro tardo una eternidad en arribar o quizás solo fueron cuarenta
minutos.

Tomé el último vagón de la línea, dentro de él me seguí encontrando solo. no tome asiento. Decidí
caminar por aquel espacio moviéndome al ritmo de las curvas y tambaleándome con su frenar.
Faltaban aun siete estaciones más y no podía importarme menos ni más. Me aburrí de ese vagón
y en la cuarta estación cambié al siguiente cajón.

Observe como una mujer bajo en jean talón. El metro avanzo y repetí la ecuación. recorrí el nuevo
vagón como un inspector. Observe un folleto en el asiento final aquel que se encuentra en la
esquina solitario. Lo observe lo que tarda en llegar el metro a su siguiente parada.

Un sonido interrumpió mi meditación. Las puertas se abrieron y tome aquel folleto y me baje de
aquel lugar. Me falto una línea para llegar a mi estación final. No me importo. Camine cuatro
cuadras más, afuera nevaba y mas solo no podía estar.

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