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HISTORIA DE LOS

FRANCOTIRADORES
El francotirador es el mas capacitado para todo tipo de misiones, con sus estrategias y
también con su habilidad con los rifles de alta gama como por ejemplo en la segunda y
primera guerra mundial tenían los alemanes GWENHR 98, LEE ENFIELD P14,
KARAMBINER K98K, SWAROVSTI ZF 42 y G 43, y estos son algunos de los rifes en la
actualidad el VSK 94, M21 SWS y el fusil M4. Y los francotiradores son lo mejor de lo
mejor en todo el país que los poseen y entrar en sus filas es un orgullo para ellos y su
país. Es algo muy especial para la persona que entra en los francotiradores porque
están demostrando que son de lo mejor en las filas de los soldados y están preparados
para toda contingencia.

NOMBRE: BRANDON EMMANUEL MARQUEZ CARDENAS


ESCUELA: SECUNDARIA 57 LOS TRIGRES
GRADO: 3 GRUPO: F
EDAD:14
El francotirador es el hombre más temido en el campo de batalla, él solo puede detener
a varios cientos de hombres, matando a sus oficiales, destruyendo sus radios y sobre
todo generando miedo. El terror a la muerte invisible que genera un francotirador
preciso y experto en camuflaje paraliza a los soldados normales, incapaces de
defenderse de lo que no pueden ver. Precisión, maestría en el camuflaje y ante todo
paciencia, son los secretos de un buen francotirador. En este artículo analizaré
brevemente cómo surgió este tipo de soldado y cuáles fueron los más famosos y
mortíferos francotiradores.
El surgimiento de los francotiradores es casi tan antiguo como el nacimiento de las
armas de fuego. Ya en los ejércitos de los siglos XVI y XVII había hombres con un
“don” especial para la precisión, hombres que eran capaces de acertar, con sus
rudimentarios arcabuces y posteriormente con los más evolucionados mosquetes, a
blancos a distancias imposibles para el resto de los soldados.Pero es en los siglos
XVIII y XIX, con la evolución de las armas y municiones, cuando surgirán compañías de
francotiradores organizadas dentro de los ejércitos. Primero aparecerán, en las Guerras
Napoleónicas, compañías de tiradores, que, armados con fusiles, tenían la misión de
adelantarse al resto de las tropas para desgastar a los enemigos con sus certeros
disparos. Posteriormente, durante la Guerra de Secesión, los ejércitos federales
crearon compañías de francotiradores armados con precisos fusiles para enfrentarse a
los mortíferos tiradores sureños, soldados acostumbrados a cazar desde niños con sus
rifles y que tenían una temible precisión. Las compañías de francotiradores federales
se nutrían de tiradores que seleccionaban mediante concursos de tiro y se
caracterizaban por actuar libremente, al margen del resto del ejército y por vestir un
uniforme verde que les ayudaba a camuflarse, en vez del característico color azul
oscuro del ejército federal.
Pero el verdadero nacimiento de los francotiradores hay que enmarcarlo con el
surgimiento de la Primera Guerra Mundial (1914-18). La guerra de trincheras fue la
característica de esta contienda mundial y permitió el auge de los francotiradores, ya
que este tipo de contienda, caracterizada por numerosas tropas inmóviles
atrincheradas a pocos metros unas de otras, favorecía que existiesen numerosos
blancos al alcance de los fusiles.
Los primeros que empezaron a usar fusiles con visor adosado fueron los alemanes,
que adaptaron el fusil Gewehr 98 para usar una variante con visor, aunque
posteriormente los aliados usaron también fusiles con visor, principalmente de marcas
comerciales y fusiles de caza especialmente adaptados.
Los francotiradores acechaban a sus enemigos desde la tierra de nadie, que separaba
las trincheras y donde éstos se camuflaban, y observaban inmóviles con sus
prismáticos a veces durante días, siempre acechando y esperando hasta que se
presentaba la oportunidad de hacer blanco en algún soldado descuidado que asomara
la cabeza de la trinchera. La actuación de los francotiradores era sobre todo importante
para la moral, ya que reforzaba la de sus tropas y minaba la del enemigo, expuesto a
recibir un disparo en cualquier momento de descuido, lo cual se sumaba a la ya de por
si dura vida dentro de una trinchera. En esta primera contienda los alemanes
destacaron sobre todo por su eficacia, fruto de la buena óptica de sus fusiles, muy
superior a los de sus enemigos.
Si el nacimiento de los francotiradores modernos hay que buscarlo en la Primera
Guerra Mundial, su desarrollo y madurez hay que situarlo en la Segunda Guerra
Mundial (1939-45), durante la cual aparecieron números francotiradores, o snipers, que
cobraron fama a lo largo de la contienda. Una vez más, fueron los alemanes los que
empezaron a destacar como expertos francotiradores, gracias a la larga tradición de
ejercitar a muchos de sus jóvenes en la caza y el tiro deportivo desde la niñez y a los
esfuerzos del régimen nazi en militarizar a su juventud con la creación de las
Juventudes Hitlerianas. Los alemanes crearon incluso una medalla: la Insignia del
Águila, con distintivos de honor para los francotiradores que abatiesen a 20, 40, ó 60
enemigos, una insignia para destacar y premiar a los más certeros. No solo el
entrenamiento mejoró, las experiencias de la anterior contienda mundial fueron
aprovechadas por todos los bandos para mejorar las tácticas de combate, técnicas de
camuflaje y equipamiento de los francotiradores alemanes o “Scharfschützen”. Los
alemanes disponían de una veintena de estos Scharfschützen en cada batallón y
siempre actuaban en parejas de tirador y observador.
de los Francotiradores
Fecha: 25 junio, 2007
Autor/a: Marco Antonio Martin Garcia
19 Comentarios
El francotirador es el hombre más temido en el campo de batalla, él solo puede detener
a varios cientos de hombres, matando a sus oficiales, destruyendo sus radios y sobre
todo generando miedo. El terror a la muerte invisible que genera un francotirador
preciso y experto en camuflaje paraliza a los soldados normales, incapaces de
defenderse de lo que no pueden ver. Precisión, maestría en el camuflaje y ante todo
paciencia, son los secretos de un buen francotirador. En este artículo analizaré
brevemente cómo surgió este tipo de soldado y cuales fueron los más famosos y
mortíferos francotiradores.

Sniper alemán en el punto de mira


El surgimiento de los francotiradores es casi tan antiguo como el nacimiento de las
armas de fuego. Ya en los ejércitos de los siglos XVI y XVII había hombres con un
“don” especial para la precisión, hombres que eran capaces de acertar, con sus
rudimentarios arcabuces y posteriormente con los más evolucionados mosquetes, a
blancos a distancias imposibles para el resto de los soldados.Pero es en los siglos
XVIII y XIX, con la evolución de las armas y municiones, cuando surgirán compañías de
francotiradores organizadas dentro de los ejércitos. Primero aparecerán, en las Guerras
Napoleónicas, compañías de tiradores, que, armados con fusiles, tenían la misión de
adelantarse al resto de las tropas para desgastar a los enemigos con sus certeros
disparos. Posteriormente, durante la Guerra de Secesión, los ejércitos federales
crearon compañías de francotiradores armados con precisos fusiles para enfrentarse a
los mortíferos tiradores sureños, soldados acostumbrados a cazar desde niños con sus
rifles y que tenían una temible precisión. Las compañías de francotiradores federales
se nutrían de tiradores que seleccionaban mediante concursos de tiro y se
caracterizaban por actuar libremente, al margen del resto del ejército y por vestir un
uniforme verde que les ayudaba a camuflarse, en vez del característico color azul
oscuro del ejército federal.

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Pero el verdadero nacimiento de los francotiradores hay que enmarcarlo con el


surgimiento de la Primera Guerra Mundial (1914-18). La guerra de trincheras fue la
característica de esta contienda mundial y permitió el auge de los francotiradores, ya
que este tipo de contienda, caracterizada por numerosas tropas inmóviles
atrincheradas a pocos metros unas de otras, favorecía que existiesen numerosos
blancos al alcance de los fusiles.

Los primeros que empezaron a usar fusiles con visor adosado fueron los alemanes,
que adaptaron el fusil Gewehr 98 para usar una variante con visor, aunque
posteriormente los aliados usaron también fusiles con visor, principalmente de marcas
comerciales y fusiles de caza especialmente adaptados.

Los francotiradores acechaban a sus enemigos desde la tierra de nadie, que separaba
las trincheras y donde éstos se camuflaban, y observaban inmóviles con sus
prismáticos a veces durante días, siempre acechando y esperando hasta que se
presentaba la oportunidad de hacer blanco en algún soldado descuidado que asomara
la cabeza de la trinchera. La actuación de los francotiradores era sobre todo importante
para la moral, ya que reforzaba la de sus tropas y minaba la del enemigo, expuesto a
recibir un disparo en cualquier momento de descuido, lo cual se sumaba a la ya de por
si dura vida dentro de una trinchera. En esta primera contienda los alemanes
destacaron sobre todo por su eficacia, fruto de la buena óptica de sus fusiles, muy
superior a los de sus enemigos.

Si el nacimiento de los francotiradores modernos hay que buscarlo en la Primera


Guerra Mundial, su desarrollo y madurez hay que situarlo en la Segunda Guerra
Mundial (1939-45), durante la cual aparecieron números francotiradores, o snipers, que
cobraron fama a lo largo de la contienda. Una vez más, fueron los alemanes los que
empezaron a destacar como expertos francotiradores, gracias a la larga tradición de
ejercitar a muchos de sus jóvenes en la caza y el tiro deportivo desde la niñez y a los
esfuerzos del régimen nazi en militarizar a su juventud con la creación de las
Juventudes Hitlerianas. Los alemanes crearon incluso una medalla: la Insignia del
Águila, con distintivos de honor para los francotiradores que abatiesen a 20, 40, ó 60
enemigos, una insignia para destacar y premiar a los más certeros. No solo el
entrenamiento mejoró, las experiencias de la anterior contienda mundial fueron
aprovechadas por todos los bandos para mejorar las tácticas de combate, técnicas de
camuflaje y equipamiento de los francotiradores alemanes o “Scharfschützen”. Los
alemanes disponían de una veintena de estos Scharfschützen en cada batallón y
siempre actuaban en parejas de tirador y observador.
El arma principalmente empleada por los francotiradores al principio de la contienda era
el fusil básico de infantería con un visor óptico adaptado. Los británicos usaban una
variante de su típico fusil Lee Enfield P14 con mira telescópica modelo Aldis de 4
aumentos. Los alemanes usaron una variante de su famoso y preciso Karabiner K-98K
equipados con precisos visores de modelo Carl Zeiss, Swarovski y ZF-42 de 6
aumentos. Posteriormente también usaron variantes de su fusil semiautomático G-43
con mira de 4 aumentos.
Los soviéticos, a partir de la reorganización de su ejército tras la debacle sufrida tras la
invasión alemana, empezaron a crear eficaces binomios observador-tirador, creando
una nueva fuerza altamente entrenada y motivada que sería la pesadilla de los
confiados alemanes. Los snipers soviéticos usaban el fusil Mosin Nagant con visor
óptico Pu de 3,5 aumentos, un arma bastante efectiva, a la que posteriormente se
añadiría el fusil semiautomático Tokarev-SVT con la misma mira Pu de 3,5 aumentos,
un fusil que no era preciso a más de 200 metros, pero que contaba con gran cadencia
de tiro.
Los norteamericanos usaban el fusil Springfield M109A4 con visores Weaver de 2,5
aumentos o visores Unertl de 8 aumentos y el fusil semiautomático M1 Garand con
visor Lyman de 2.2 aumentos. Por otro lado los japoneses usaron sus fusiles normales
de infantería modelos Tipo 97 y Tipo 99, equipados con visores de 2’5 aumentos.
Como dato hay que recordar que las miras de 4 aumentos eran eficaces hasta una
distancia de 400 metros, mientras que las de 6 aumentos lo era hasta los 1000 metros.
Además, de todos los visores usados, el mejor era el modelo ZF-42 de 6 aumentos.
Hay que anotar, también, que los francotiradores usualmente eran capaces de acertar
en la cabeza de un hombre hasta 400 metros de distancia, y en el torso hasta los 600
metros.
Los francotiradores apenas tuvieron protagonismo en los comienzos de la Segunda
Guerra Mundial, ya que era una guerra de movimiento en la que los principales
protagonistas fueron los blindados, y la aviación. Ya con la invasión alemana de la
Unión Soviética, y la aparición de numerosos combates urbanos, su uso se incrementó,
sobre todo tras su exitoso empleo, por parte del bando soviético, para frenar el avance
alemán. Fue en los terribles combates urbanos de Leningrado y Stalingrado donde
cobraron tremenda importancia los francotiradores soviéticos, que, escondidos entre
las humeantes ruinas de cascotes, eran capaces de abatir numerosos blancos sin ser
detectados. Entre estos grandes tiradores se alza sin duda la figura de Vasili Zaitsev,
que fue condecorado con la Orden de Lenin y el título de Héroe de la Unión Soviética
tras matar a más de 400 enemigos, entre ellos al experto francotirador alemán Erwin
König (Heinz Thorvald) en la Batalla de Stalingrado, unos hechos que fueron reflejados
en la famosa película: Enemigo a las puertas. Otros tiradores soviéticos destacados
fueron Anatolij Chekov, Okhlopkov, y Lyudmila Pavlichenko, la francotiradora que mató
a 309 enemigos.
Aprendiendo el camuflaje de sus enemigos soviéticos, los francotiradores alemanes
llegaron a alcanzar una gran perfección que los sitúa entre los más eficaces de la
contienda, como comprobaron los aliados tras su desembarco en Francia y su avance
hacia Alemania, siendo retardados numerosas veces por francotiradores alemanes,
expertos en abatir oficiales aliados. Entre tantos tiradores alemanes selectos hay que
destacar las figuras de los grandes francotiradores Mattheus Hetzenauer, que,
combatiendo en el frente oriental, desde 1943 hasta 1945, logró causar 345 muertes
confirmadas, y Sepp Allerberger, con 257 muertes en su haber. El apogeo de los
francotiradores alemanes se situó en la cruenta Batalla de Berlín, en la que tuvieron un
papel fundamental, al lograr retrasar la toma de la ciudad por los soviéticos, y causarles
cientos de bajas.
Hoy en día, la acción de los francotiradores, normalmente encuadrados dentro de
grupos de fuerzas especiales, se enmarca en la lucha contra insurgencia, la infiltración
tras las líneas enemigas, la eliminación de blancos prioritarios como altos oficiales y
políticos enemigos, y la actuación anti-terrorista.

Como vemos, el francotirador sigue teniendo cabida en la historia militar pese a los
numerosos adelantos tecnológicos y es de suponer que su actividad seguirá
evolucionando a la vez que las armas. Siempre los soldados temerán los disparos
certeros disparados por estos mortíferos expertos del camuflaje denominados “snipers”
o francotiradores.

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